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LA ARQUITECTURA MEGALíTICA
ISBN: 84-86856-2b-4
Es tiempo de urgir soluciones. De proteger los megalitos que quedan en pie aún.
De emprender una rigurosa búsqueda y catalogación. De concienciar a las institucio-
nes y a la opinión pública sobre el interés patrimonial e histórico que representan.
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a) Monumentos megalíticos: Península Ibérica de vital importancia para
desentrañar el punto de partida y difusión del
problemática general
fenómeno.
La construcción de los monumentos megalíti-
Es ésta la nomenclatura en uso para hacer re- cos fue atribuida durante casi medio siglo a egip-
ferencia a las formas tumulares que acogen en cios, fenicios o romanos, y en muchos casos se
su interior estructuras arquitectónicas, más o identificaron con templos o altares de druidas.
menos monumentales, o bien depósitos fune- En nuestro país, el erudito R. MITJANA fue uno
rarios. Por primera vez se utilizó el vocablo a me- de los primeros en asociarlos con el culto de los
diados del siglo xix en una publicación británica, sacerdotes celtas, tras estudiar en 1847 las es-
Cyclops Christianus, haciendo fortuna en el ám- tructuras funerarias malagueñas.
bito científico a partir de la celebración del Pri-
Desde luego, la idea de una intervención de
mer Congreso Internacional de Antropología
celtas o galos, común a otros fenómenos cultu-
(1867). rales de la Prehistoria, no se vio superada hasta
En otros momentos han merecido tal califica- bien avanzado el siglo xx. Este paso adelante se
ción espacios definidos simplemente por ortosta- pudo dar cuando el conocimiento de nuevas téc-
tos o piedras de talla diversa que sugerían una fi- nicas permitió investigar sobre la antigüedad del
nalidad simbólica o ritual. hombre en la Tierra.
El origen, cronología y significado de esta ma- Despejada la incógnita de la cronología de es-
nifestación cultural que afecta a un gran ámbito tos sepulcros gracias a sofisticados sistemas de
europeo, desde los países nórdicos hasta el Me- datación, la atención se centró preferentemente
diterráneo abarcando toda la fachada atlántica, en las causas que influyeron en el desarrollo de
ha sido constante preocupación de los prehisto- tal fenómeno en un área geográfica muy concre-
riadores desde el siglo pasado y la posición de la ta, su función y ambiente cultural.
Se pueden suponer distintos sistemas de arrastre de un gran monolito, entre los que no se descar-
ta el uso de palancas, rodillos o bien la fuerza humana proporcional al peso del mismo.
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b) Cuestiones terminológicas línea, resulta una galería cubierta o el más com-
plejo dolmen de corredor, en el cual hay una di-
Estas construcciones presentan una gran ferenciación por anchura, y a veces altura, de sa-
variedad por su aspecto y así han recibido deno- la y pasillo.
minaciones diversas. Los tipos más habituales Hay otros vocablos de origen local para aludir
en el ambiente occidental europeo son los califi- a la misma estructura o a su cubierta tumular.
cados como menhir, cromlech y dolmen, térmi- Así, mamoa o anta, como se le conoce en Portu-
nos etimológicamente relacionados con el bre- gal y Galicia; garita o arca, en Extremadura; to/a
tón (dol= mesa, men y lech= piedra, hir= largo, o tavola en Córcega. No obstante, en el mundo
crum = curva). mediterráneo el término más común es el de dol-
El menhir es el elemento más simple, y a partir men.
de él se construyen las demás estructuras, de c) La interpretación popular:
manera que si varios menhires se presentan ali-
creencias y leyendas
neados se habla de un alineamiento (espectacu-
lares son los de Bretaña), y cuando delimitan un La imagen se ha desarrollado ampliamente al
espacio elíptico, circular, semicircular o rectan- calor de estas construcciones de enorme tamaño
gular se trata de un cromlech. Una modalidad de que llamaron tanto la atención de nuestros inves-
esta última estructura se reconoce por todo el Pi- tigadores del siglo pasado. Frecuentemente apa-
rineo, en tanto que los ejemplares de menhir co- recen rodeadas de una aureola de fantasías, su-
nocidos son dudosos. Sí, en cambio, son impor- persticiones, leyendas o creencias locales ante
tantes en la fachada atlántica, incluyendo Portu- las vacilaciones en torno a su origen y antigüedad.
gal; en Cataluña, estos monolitos aislados se
En todo tiempo no han faltado las alusiones a
concentran fundamentalmente por las comarcas
dioses, brujas, demonios, gigantes y personajes
costeras, al este de los ríos Llobregat y Cardo-
legendarios o mitológicos como los responsables
ner, coincidiendo además con las estructuras de de su erección. De ahí expresiones tan habitua-
mayor antigüedad.
les en todo el ámbito europeo como La Piedra
La forma dolménica es la más habitual. Cuan- del Diablo, La Mesa del rey Arturo, La Piedra de
do tres o cuatro soportes, tabulares por lo gene- Odín. En Navarra, existe la creencia popular de
ral, se presentan cubiertos por una gran losa for- que los menhires fueron enormes piedras lanza-
mando una especie de caseta (término muy fre- das por el legendario Roldán desde el Pirineo
cuente en Huesca) hablamos de dolmen simple. con dirección al Moncayo, quedándose hincadas
Si varias de estas estructuras se yuxtaponen en a mitad de camino.
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En algunas localidades se tenía la convicción romántica y a la vez dramática es la que se refie-
firme de que al atardecer las brujas o hechiceras re a un rey moro que se enamoró de una cristia-
acudían a bailar y realizar sus exorcismos sobre na y decidió raptarla, por lo que fueron objeto de
la gran losa de cubierta (son especialmente elo- persecución por parte de los correligionarios de
cuentes las denominaciones de Caseta de las ésta; la infortunada joven muere y el enamorado,
Brujas de la sierra de Guara, Sorginetxe y Cha- transido de dolor, decide enterrarla bajo un tú-
bola de la Hechicera en el País Vasco). mulo de piedras. Seguidamente retrocede hacia
Otras denominaciones se hallan en relación sus perseguidores dejándose matar por ellos,
con la creencia de que su antigüedad se remonta que así vengan el honor perdido.
a un período de fuerte cambio cultural relaciona- En otras ocasiones son expresiones relaciona-
do con invasiones externas, entendido también das con un accidente en el paisaje. En vasco,
como el momento de mayor antigüedad en la Murkoa o Armura significa amontonamiento de
historia de ese pueblo. Muy significativo es el piedras en medio de un campo; así, el dolmen de
término hunebedden o lechos de los hunos, co- Urrezulo'ko-armura; aquí el Camón de las Fitas y
mo se les conoce en Holanda. Eran también se- quizás La Caseta de las Guixas Qguijas o gui-
pulcros de gentiles (en vasco existe Gentillerri) o jarros?).
de moros...; así, es habitual hablar de Losa de la Igualmente se han prestado a supersticiones o
Mora, Sepulcro del Moro, aunque más común es costumbres curiosas relacionadas con la fertili-
unir esta atribución a cavidades, en razón de lo dad de los recién casados, la curación de enfer-
que suponen de ocultas o misteriosas como las medades o, en sentido negativo, con terribles
castigos. En la mitología vasca se conserva la
historias que emanan de ellas mismas.
tradición de hacer a las «lamias», divinidades
Múltiples y hermosas son las leyendas que rondadoras de cuevas y dólmenes, responsables
van unidas a la Losa Mora de Rodellar. Una muy de desgracias merecidas.
«Hunebedden» del Drente, región donde se concentra la práctica totalidad de las galerías
megalíticas descubiertas en Holanda. Pueden llegar a tener más de 20 m de longitud.
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Históricamente no se ha superado la creencia a) Especulaciones
de que esconden tesoros estupendos. De nuevo
en torno a su origen
son denominaciones a tener en cuenta las que
en nuestro país vecino incorporan la palabra Durante bastante tiempo la mayoría de los in-
Diruzulo o Urrezulo. Esta idea ha provocado des- vestigadores se mostraron partidarios de que los
trucciones irreparables y expolios sistemáticos monumentos megalíticos procedían del Medite-
con el objeto de apoderarse de algo que nunca rráneo oriental. Desde aquí los prospectores de
existió, salvo el «tesoro» que supone para el ar- metal (a modo de conquistadores o misioneros)
queólogo hallar los estratos de tierras in situ y las se encargarían de difundir la idea al resto de
estructuras intactas desde su uso en el pasado. Europa, en relación con el comercio del cobre.
La tipología de las tumbas sirvió para dibujar las
vías de difusión relacionando los distintos nú-
2. PLANTEAMIENTO
cleos dolménicos por alejados que estuvieran.
Y DESARROLLO Así, los tho/oi del sureste peninsular debían de
DE LAS INVESTIGACIONES ser una réplica de los micénicos. Evidentemente,
ésta no fue la única tesis.
El análisis de la investigación de la arqueología
megalítica en el Pirineo aragonés nos introduce El investigador catalán P. BoscH GIMPERA fue
dentro de una problemática general que afecta a el gran impulsor de la idea occidentalista. Defen-
día el origen de los megalitos europeos desde la
gran parte de Europa occidental.
evolución de las cistas portuguesas en el cuarto
Tesis orientalistas y esquemas occidentalistas milenio. Venía a ser un difusionismo en sentido
representan algunas de las posturas tradiciona- contrario, de oeste a este.
les defendidas por los estudiosos hasta que,
La serie de cronologías absolutas que surgen
entre otros, los alemanes Georg y Vera LEISNER
en la década de los sesenta va a incorporar nue-
apuntaron la idea de una evolución autóctona de
vas respuestas al problema. Glyn DANIEL, seguido
estos enterramientos, es decir, reconocen una
de otros estudiosos, propugna el origen poligé-
importante tradición megalítica local e indígena.
nico del megalitismo. Señala que el monumento
También la revolución del radiocarbono supu- megalítico no debe contemplarse como una
so un importante giro en las interpretaciones so- construcción uniforme y diacrónica. Se viene a
bre el origen y desarrollo del fenómeno. demostrar así que los megalitos tendrían varios
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lugares de origen, independientes entre sí, y en b) Alcance regional
esta dirección la Península debió de ejercer un
de la investigación actual
papel muy importante.
Afortunadamente la orientación de la investi-
Desde luego, desde comienzos de siglo se te- gación ha dado un giro favorable en cuanto que
nía el firme convencimiento de que en la Penín- la información empieza a ser más numerosa y ri-
sula el megalitismo era un fenómeno reducido a gurosa. Se dirige hacia un mejor conocimiento y
los ámbitos portugués y andaluz con una peque- valoración de la propia personalidad de los gru-
ña prolongación de aquél hacia la parte occiden- pos megalíticos del interior de la Península, po-
tal de la Meseta, donde la investigación estaba niendo de relieve Jos rasgos culturales que les
escasamente desarrollada aún. son propios. Es decir que, comprobada la anti-
güedad de los monumentos, la discusión no se
va a centrar tanto en determinar el origen cuanto
Los trabajos emprendidos por los equipos de en establecer la secuencia cultural o sistematiza-
T. ARANZADI en el País Vasco y de J. SERRA y L. ción en un plano nacional y, sobre todo, regio-
PERICOT (autor de una adecuada síntesis sobre el nal.
megalitismo en el Pirineo) en Cataluña, además No cabe duda de que los modelos explicativos
del Primer Congreso Internacional de Estudios sobre el origen y la sistematización del megalitis-
Pirenaicos de 1950, fueron determinantes para mo en el Pirineo Central se integran desde en-
variar esta idea tradicional. Permitieron valorar tonces en los presupuestos generales estableci-
un nuevo foco dolménico en los Pirineos, hasta dos. Uno de los pioneros en estas investigacio-
el punto de que PERICOT defendería una «cultura nes fue M. ALMAGRO BASCH desde los años cua-
pirenaica», idea superada hoy día, y su vincula- renta. Actualmente, las síntesis más completas
ción con los núcleos ya conocidos comenzó a ser las debemos a la pluma de T. ANDRÉS y, desde
tema de discusión. Las hipótesis que son esgri- hace aproximadamente doce años, ha crecido el
midas entonces reflejan la influencia de las tesis interés por la búsqueda de nuevos monumentos
hiperdifusionistas regionales, buscando a toda y hábitats. Al menos en lo que se refiere a los
costa los elementos de enlace entre estos nue- primeros se ha conseguido modificar el panora-
vos conjuntos y los más occidentales. ma tan pobre de nuestra región.
Restos del túmulo y dolmen del Cardal, en el interior del valle de Aguas Tuertas.
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3. EL MEDIO GEOGRÁFICO Guarrinza y Aguas Tuertas). Se ha dicho que su
distribución coincide con el final de los congos-
Y EL PAISAJE tos o caminos que utiliza la trashumancia.
La distribución peninsular de los conjuntos Poco o nada se ha avanzado sobre las caracte-
megalíticos queda concentrada en Portugal, No- rísticas del paisaje vegetal propio del momento
roeste, País Vasco, Pirineo Central, Cataluña y en el que se levantaron los megalitos. Es muy
Andalucía. Falta desde la orilla derecha del Ebro, posible que fuese más húmedo que el actual, co-
a excepción de los riojanos, hasta Salamanca, mo se demuestra de los análisis antracológicos y
León y Extremadura, núcleos que constituyen palinológicos efectuados en Cataluña.
una prolongación del foco portugués siguiendo
las grandes vías fluviales. Este menor arraigo del
fenómeno en la Meseta debe explicarse también
4. ARQUITECTURA
por la inferior dedicación a la búsqueda sistemá- MEGALÍTICA
tica de estas estructuras. Hay un gran vacío al
Se pueden distinguir en el Pirineo aragonés
este de la Meseta, parte meridional de Cataluña
varios sistemas constructivos. Básicamente son
y área levantina.
túmulos, círculos de piedra, dólmenes de cámara
En la cuenca media del Ebro el núcleo más re- simple, dólmenes de corredor y un caso dudoso
presentativo en cuanto a número y diversidad de de menhir.
estructuras es el que corresponde a la vertiente
La forma que más llama la atención de un pro-
mediterránea del Pirineo Occidental, descendien-
fano es el dolmen o «caseta» que sobresale des-
do hacia la Llanada Alavesa y Navarra Media.
caradamente en el paisaje, menos en todo caso
El Pirineo central y Prepirineo, poco atendidos la estructura formada de piedra y/o tierra que la
en las publicaciones sobre el tema, empiezan a debió de cubrir. De hecho, cuando esta última
cobrar interés desde la intensificación prospecto- prevalece, su descubrimiento tarda más en pro-
ra que se produce en las últimas décadas, lo que ducirse por cuanto aparece oculta por la vegeta-
viene a confirmar una distribución ajustada a la ción que crece en torno de ella, o porque fre-
mitad septentrional de la provincia oscense. cuentemente es confundida con accidentes natu-
La vertiente derecha del Ebro es menos prolífi- rales.
ca. En los útimos años se ha descubierto un con- Las piedras utilizadas son las locales próximas.
junto de enorme interés en La Rioja y un caso Normalmente se mantiene su estado natural. Las
aislado en Soria que permiten establecer lazos losas de Cornudella constituyen un buen ejemplo
con los grupos de la parte alavesa y Meseta. de la utilización de las pudingas o bloques con-
Altitudes en las que se encuentran: el 25 % de glomeráticos alisados por la erosión glaciar.
los vascos coincide en estaciones de montaña Normalmente, estos sepulcros aparecen aisla-
entre los 1000 y 1200 m sobre el nivel del mar; dos. Las únicas agrupaciones se dan en el valle
actualmente los descubrimientos no descartan del Aragón Subordán, como veremos más ade-
alturas más bajas. Naturalmente hay que pensar lante, pero de cualquier modo no se parecen na-
que los más próximos a zonas bien pobladas da a los conjuntos megalíticos de Cataluña.
han tenido más probabilidades de desaparecer.
En la provincia de Huesca hay una coinciden-
a) Dólmenes de cámara simple
cia de localización entre los monumentos de ma- Presentan dimensiones muy variadas y aproxi-
yor tamaño en niveles inferiores a los 800 m, en madamente superan el metro cuadrado en plan-
tanto que los más pequeños sobrepasan esta al- ta. Pero, en general, llama la atención el tamaño
titud. Por ahora, el más alto es el túmulo de As- tan pequeño de algunos, como el de la entrada
tún, sobre los 2 000 m. del valle de Aguas Tuertas o el de Belsué.
El medio geográfico en el cual se construyen Los ortostatos que delimitan la cámara dolmé-
los dólmenes aragoneses es la alta montaña pire- nica se colocaban realizando una pequeña fosa a
naica y las Sierras Exteriores. Son terrenos de una profundidad no reglamentada para encajar-
series calcáreas, conglomeráticas y, a veces, con los, o bien hincándolos en el terreno se entiba-
importantes afloramientos de areniscas; éstas y ban con grandes cantos. Algunos sepulcros ca-
las calizas facilitan buenas y grandes losas tabu- talanes están construidos dentro de trincheras
lares listas para colocar sin esfuerzo de labra. Se practicadas en las pendientes de suave inclina-
deben buscar en valles abrigados y bien comuni- ción. Otros sobre ranuras talladas en la roca mis-
cados preferentemente (buenos ejemplos son ma.
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La cubierta es adintelada. No se conoce la fal- Los suelos de los dólmenes podían aparecer
sa cúpula ni las galerías excavadas en la tierra, enlosados por piedras planas, irregulares y angu-
como en el Sur peninsular. En algún caso se em- losas, como puede apreciarse en una de las cá-
pleó el aparejo de sillarejo, aunque es relativa- maras de Guarrinza y en La Caseta de las Guixas.
mente fácil confundir éste con transformaciones
debidas a tiempos posteriores. c) Túmulos
Se presentan a veces delimitados por un peris- Es ésta una denominación de origen más re-
talito de piedras hincadas. En Cornudella son vi- ciente pero de aplicación más amplia en el tiem-
sibles anillos de piedras concéntricos rodeando po y el espacio. Aunque hace referencia a la for-
la cámara y, posteriormente, cubiertos por el tú- ma que adopta la cubrición de los enterramien-
mulo. tos mencionados, sigue en uso en períodos cro-
En los dólmenes simples o pequeñas cistas nológicos posteriores y no necesariamente aso-
que tenemos en el Pirineo Central se reconocen ciada con arquitecturas pétreas, sí con otros ri-
plantas rectangulares o poligonales cortas. tos de enterramiento.
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con una o más subestructuras pétreas y, fi- ción de la cubierta. Posteriormente se oculta
nalmente, se terminan de cubrir con un la estructura con un montículo artificial de
túmulo artificial. Esta técnica puede ir unida tierra y piedras bien trabadas.
o ser independiente de la utilización de un
círculo peristáltico de refuerzo exterior deli- La posibilidad de diferenciar una u otra técnica
mitando la formación tumular. está directamente relacionada con la conserva-
— La tercera viene a ser una combinación de ción del monumento y la práctica de una buena
las dos anteriores. Se prepara el terreno excavación. La primera y tercera se observan en
abriendo zanjas para introducir y asegurar la ejemplares de Guarrinza, y la segunda es muy
horizontalidad de las losas laterales y la suje- clara en la Cabaneta del Forno de Cornudella.
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d) Cromlechs o círculos tal desconocimiento de las motivaciones ideoló-
gicas que condujeron a la construcción de estas
pirenaicos estructuras en general.
Estas construcciones de piedra hincadas a Respecto a los de la fachada atlántica se han
poca altura sobre el terreno son de dimensiones lanzado ideas de índole diversa (quizás santua-
más modestas que las de Bretaña francesa e rios, observatorios astronómicos o lugares de
inglesa y distinta funcionalidad; por ello, no re- predicción de los eclipses(, desde luego no com-
sulta muy adecuado el término bretón. Aquí pue- probables hoy por hoy.
den confundirse con los peristalitos que hemos Para T. ANDRÉS, la finalidad y función de los
visto se construyen en asociación con los túmu- círculos del Pirineo Occidental no está muy clara.
los; sin embargo, es de general aceptación apli- Pueden ser tanto tumbas como crematorios, o
car esta nomenclatura a aquellos ejemplares en quizás desempeñaron estas dos funciones indis-
los que no hay asociación con forma tumular. tintamente según los lugares y las épocas. Están
Circulo de piedras hincadas en el valle Objetos en silex y cuentas de collar del ajuar
de Guarrinza. funerario de La Capilleta.
Son habituales en ambas vertientes del Pirineo situados en lugares altos, asociados con rutas
Occidental, coincidiendo en las mismas zonas actuales de trashumancia pastoril. Para BARAN-
geográficas de los dólmenes de alta montaña, DIARAN, se trata de tumbas de incineración de la
sobre todo entre las provincias de Guipúzcoa y Edad del Hierro.
Navarra. También los hay por el alto Aragón Su-
Los dólmenes parecen tener una función se-
bordán; un grupo de importancia es el de Gua-
pulcral por lo menos hasta finales del segundo
rrinza y en las proximidades del Ibón de Acheri-
milenio. Su cronología se ha podido establecer
to. J. M. ELÓSEGUI menciona uno por Tramacas-
por el ajuar que acompañaba a los cadáveres.
tilla de Tena y T. ~rus otro en el Ésera, entre
las localidades de Chía y Plan. No obstante, hay problemas para efectuar ta-
les afirmaciones, puesto que la mayoría de los
En el terreno de la investigación presentan un
dólmenes se han localizado ya expoliados. Cuan-
gran problema, pues los sondeos arqueológicos
do aparecen huesos, éstos están muy fragmen-
no han proporcionado nada o materiales muy
tados, y aun sabiendo que se enterró más de un
pobres, algunas huellas de incineración y, a ve-
cadáver, constituye un problema establecer el
ces, restos de empedrados. Así, sabemos muy
número. Hasta ahora el que más indicios ha pro-
poco acerca de su filiación cronológica, origen, porcionado es el de la Capilleta, unas seis perso-
finalidad funeraria o de crematorio y tipología. nas. El deterioro de los restos no favorece las ex-
Para T. ANDRÉS, deben estar encuadrados cultu- plicaciones sobre el ritual de inhumación, si se
ralmente en el ámbito de las sepulturas de inci- enterraban acostados o encogidos como era la
neración de la Primera Edad del Hierro. forma habitual en el Neolítico, si era de tipo pri-
mario o secundario.
5. FUNCIONALIDAD
Enterramientos primarios serían aquellos en
Es problemático definir la función del menhir y los que la deposición del cadáver se realizaba
cromlech pirenaicos y, por supuesto, hay un to- desde un principio junto a los objetos (recipien-
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tes cerámicos, útiles de cortar, armas de caza) y lb. Las tumbas pueden estar agrupadas tam-
adornos personales que constituían el ajuar. bién en un cementerio próximo al hábitat.
Otros de carácter secundario o selectivo se lc. Otras veces un sepulcro colectivo es utili-
han detectado en Cataluña. Los muertos eran zado por una misma comunidad.
previamente desarticulados antes de ser introdu- ld. Un cuarto modelo presenta concentrados
cidos en el interior de la tumba, donde se proce- en el mismo lugar el poblamiento y las sepultu-
día a su organización. ras.
¿Hubo una deposición acumulativa por limita- 2a. En este caso aparece el hábitat y enterra-
ción del espacio? Difícil respuesta. La investiga- mientos dispersos pero en asociación mutua.
ción se orienta a considerarlos sepulturas usadas
2b. Modelo de enterramientos concentrados
como depósito colectivo durante un período lar-
en un lugar mientras el poblamiento se supone
go de tiempo.
disperso.
2c. Finalmente, la consideración de que un
mismo sepulcro puede ser utilizado por comuni-
dades dispersas por toda la zona.
En nuestro territorio no se ha localizado ningún
hábitat en relación con estos sepulcros, por lo
cual es problemático definirse por cualquiera de
las hipótesis presentadas. Sin embargo, como en
otros momentos de la Prehistoria, valiéndonos
del análisis comparativo sería posible deducir un
modelo de enterramiento múltiple y un tipo de
ocupación habitacional dispersa (quizás los su-
puestos 2a o 2b) en función del sistema econó-
mico propio de esta montaña: la ganadería y, en
algunos sitios, agricultura complementaria.
Dolmen de Ibirque.
4- +
+
4-
Ceremonias rituales complementarias eran los + C3 0
6. EL POBLAMIENTO C-19 e
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7. CRONOLOGÍA RELATIVA do una fecha clave procedente de un túmulo de
corredor de Espolia, de la segunda mitad del
Y ABSOLUTA cuarto milenio; por tanto, coincidente con las
Las fechas absolutas obtenidas en los últimos más antiguas vascas.
años por carbono catorce o termoluminiscencia Puesto que faltan en el territorio oscense, es
han permitido revisar la cronología mantenida prácticamente imposible precisar en términos ab-
durante bastante tiempo para este fenómeno y la solutos la cronología inicial de este fenómeno
tendencia a asimilarlo culturalmente a la Edad del cultural. Así debe deducirse por comparación
Bronce. con otras arquitecturas paralelas y la presencia
Se proponen como más antiguos dentro del de ajuar similar al de otros conjuntos arqueológi-
ámbito general europeo los conjuntos bretones, cos datados.
entre el 3890 y 3500 a. de C.; los daneses, irlan- Hoy es de reconocimiento general la mayor
deses y portugueses, en torno al 3500; en tanto antigüedad de los sepulcros de corredor portu-
que las construcciones en el Mediterráneo osci- gueses. Esta idea constructiva se pudo extender
lan entre finales del tercer milenio y el 1200 a. por parte del ámbito peninsular, pero sin recha-
de C. Su construcción se extiende, por tanto, zar otros focos originarios como el almeriense, o
desde el cuarto hasta el segundo milenio, aun- relaciones con otras zonas atlánticas o transpire-
que su uso tiene una mayor vigencia. naicas, que pudieron hacer llegar esta arquitec-
Para el territorio peninsular la mayoría de las tura y usos funerarios a zonas más nororientales.
fechas radiactivas proceden del sureste y Portu- Así surgirían los focos vasco-navarro y riojano
gal. Pero no son las únicas. El grupo meseteño —en conexión cultural con el meseteño—, arago-
manifiesta también una notable antigüedad, con nés y catalán.
dataciones que se instalan en el último cuarto del Culturalmente, la construcción y el primer uso
cuarto milenio. En el País Vasco, después del de los sepulcros megalíticos se sitúa en las eta-
análisis del túmulo de Kurtzebide (Letona), se pas finales del Neolítico, con reutilizaciones (pe-
puede afirmar que los constructores megalíticos ro no construcciones) de una buena parte y per-
pueden remontarse a mediados del tercer mile- vivencia del ritual funerario durante el Eneolítico.
nio. En La Rioja logroñesa, la datación reciente En algunos casos y en algunas zonas ocupa tam-
de Peña Guerra II establece conclusiones muy bién todo el desarrollo de la Edad del Bronce.
parecidas, puesto que la primera ocupación se
sitúa en el 2690 a. de C.
En Cataluña, son al menos una buena referen-
cia las datas que proceden de cuevas en relación
con un ritual de inhumación colectiva similar al
practicado en los túmulos megalíticos, que re-
montan la práctica al mismo momento. Recien-
temente los investigadores catalanes han aporta-
8. EXCURSIÓN A TRAVÉS
DE LOS SEPULCROS
MEGALÍTICOS DEL PIRINEO
CENTRAL
Vamos a proceder a efectuar un amplio reco-
Calota craneana procedente del dolmen rrido por los principales conjuntos megalíticos pi-
de la Losa de la Campa (Tella). renaicos.
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En los cuatro itinerarios trazados, los monu-
mentos han sido agrupados por valles fluviales,
puesto que por ellos discurren las grandes vías
de penetración que usaremos para nuestra visita.
Cada uno de estos valles puede contener gran
diversidad de megalitos, siendo especialmente
notable en este sentido la ruta más occidental,
del Aragón Subordán, que reúne asimismo el nú-
mero más elevado de restos dolménicos.
la Escuela Militar de Montaña de Jaca. Consta de meras noticias sobre la existencia de estos mo-
una cámara rectangular abierta al este, cuya losa numentos. Antes de 1936, el historiador M. AL-
de cubierta mide 3 por 1,85 m. Se conocen hue- MAGRO BASCH y el mismo descubridor realizaron
la investigación arqueológica.
sos muy descompuestos y en gran abundancia,
producto de la excavación, además de un cráneo
incompleto que a comienzos de los años setenta Santa Elena I
A. CONTE depositó en el Museo Provincial de Es una cámara simple orientada al sol nacien-
Huesca. te. Mide 1,45 m de longitud, 0,72 de anchura en
No dejaremos de mencionar aquí otras dos es- el lado W y 1,50 de altura. M. ALMAGRO dice en su
tructuras «megalíticas», aunque la apariencia que estudio que fue una sepultura colectiva, aunque
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por lo muy destruidos que aparecieron los hue- Ambos mgnumentos fueron destruidos y
sos no se puede aportar nada de las caracterís- arrasados por completo durante la guerra civil y
ticas antropológicas de los inhumados. El ajuar las losas utilizadas en nuevas construcciones. En
que dio consiste en un colgante elaborado con la actualidad, el monumento de mayores dimen-
diente de ciervo, una punta foliácea de 53 mm siones puede observarse reconstruido, ya que en
de largo y un botón de perforación en «uve». septiembre de 1975 el director del Museo Provin-
cial de Huesca, con ayuda de personal del Ayun-
Santa Elena II tamiento de Biescas, procedió a su nuevo le-
vantamiento con las losas que se encontraban
Situado a unos cincuenta metros del anterior, desperdigadas por la zona.
era de menor tamaño. Cuando se iniciaron los
trabajos de excavación estaba cubierto por pie-
dras abundantes y vegetación y la losa de cubier-
c) El valle del Aragón
ta desplazada.
Presentaba parecida tipología a partir de losas En el presente itinerario se distinguen dos zo-
de tamaños diferentes. La lateral derecha medía nas. La primera de ellas se sitúa en la misma ca-
1,70 m de longitud, la izquierda 1,30 m, y la de becera del río, y en su cuenca alta la segunda. El
cabecera 0,60 m. Según su investigador, la cá- acceso adecuado es por la carretera N-330 de
mara, que abría al este y debía de medir metro y Jaca a la frontera francesa por Canfranc.
medio de altura, se halló desfigurada por el de- Para llegar al primero de estos monumentos,
rrumbe de la losa lateral derecha, que arrastró el túmulo de las Truchas, nos situamos en la Ca-
tras de sí y desplazó la losa de cubierta. sa de Astún, complejo de servicios de la estación
El sepulcro, repetidas veces saqueado, dio res- invernal; el recorrido lo hacemos utilizando los
tos óseos y ajuar muy deteriorados. Se sabe de caminos de la misma estación hasta las proximi-
una punta de flecha en sílex blanco de 0,25 mm, dades del ibón de Las Truchas o de Astún. En
una cuenta de collar en piedra blanca, un frag- una altitud próxima a los 2000 m y en una cota
mento de azabache y un hueso pulimentado. algo más baja que el lago está el monumento.
Vista del valle de Astún y del túmulo de las Truchas en proceso de excavación.
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A. DOMÍNGUEZ realizó en 1986 el estudio cientí- que se sitúa a nuestra derecha y en el centro de
fico. De la cámara se conservan cuatro de las lo- unos prados.
sas laterales y la de cubierta, caídas en torno al Este dolmen conserva todos sus elementos,
área central, y otras dos desplazadas hacia la con una notable capacidad cameral y un pavi-
pendiente. Tipológicamente parece corresponder mento de enlosado de grandes lajas. El túmulo,
también al dolmen de estructura simple, con especialmente notable, llega a cubrir hasta la lo-
túmulo conservado que mide 9,20 m en el eje sa de cubierta; se encuentra probablemente re-
N-S y 7,20 m en el eje E-W. crecido para su aprovechamiento como margen
Al haber sido violado en tiempos pasados, el de los prados donde se halla. Las medidas que
monumento no aportó restos óseos o ajuares de da el túmulo son 11,30 m de diámetro en el eje
las inhumaciones. N-S, por 9,80 m en el eje E-W.
Continuamos nuestro camino siguiendo el cur-
so del río Aragón y nos adentramos en el pueblo Dolmen de Letranz
de Villanúa, a cuyo término municipal pertene-
Nos situamos de nuevo a la entrada del pueblo
cen los dólmenes que vamos a ver a continua-
para utilizar la pista que conduce al Apeadero de
ción. Todos ellos, investigados por T. ANDRÉS y V. Villanúa, que dejamos a nuestra izquierda, y se-
BALDELLOU hacia los años setenta, aparecieron guimos unos 2 km hasta alcanzar los 1 160 m de
igualmente vacíos de contenido arqueológico. altitud. Son unos treinta minutos de recorrido
cómodo a pie. El monumento aparecerá a nues-
Dolmen de Las Guixas tra izquierda, formando parte de la pared de pie-
dra seca que protege a un pequeño prado.
Entrando en el pueblo, e inmediatamente des-
pués de atravesar el pequeño puente sobre el Conserva cámara y parte del túmulo. Aquélla
Aragón, tomamos a nuestra izquierda el antiguo es de pequeñas proporciones con tres losas ver-
camino a Canfranc que corre paralelo a la orilla ticales y la de cubierta. No es posible observar
izquierda del río. Es preciso seguir este camino con detalle el túmulo, pues se halla medio oculto
durante unos 200 o 300 m para llegar al dolmen, por la vegetación.
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Actualmente se encuentra amenazado de hun- tra senda se verá interrumpida al llegar a la vía
dimiento. Las losas, inclinadas hacia el interior férrea, pronto la recuperaremos. Existe, desde
de la cámara, están a punto de plegarse como luego, la posibilidad de acercarnos con automó-
un castillo de naipes. Esta situación se agrava vil por una pista que desgraciadamente no siem-
por la frecuente costumbre de los visitantes de pre está en buenas condiciones, en especial su
situarse sobre la losa de cubierta. tramo final.
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d) El valle del Aragón Subordán yas y zonas próximas, con la ayuda de la Escuela
Militar de Montaña de Jaca. En fechas más cer-
y Aguas Tuertas
canas, a partir de 1972, T. ANDRES reconoció y
La próxima ruta nos lleva al valle de Hecho y localizó nuevos grupos iniciando un estudio
nos adentra en la zona megalítica más rica e inte- completo de los megalitos situados en Guarrinza,
resante del Pirineo Central. que se complementa con otras noticias propor-
cionadas por montañeros y gente de la zona.
Circulando por la carretera nacional N-240, a la
altura de Puente la Reina, se toma la dirección al En el valle del Aragón Subordán vamos a ver
pueblo de Hecho. Desde aquí y pasando por Si- tres zonas megalíticas situadas en el valle de He-
resa alcanzamos la Selva de Oza, donde comien- cho y pertenecientes a los términos municipales
za nuestro recorrido. En el camping aparecen las de Ansó y Hecho: Aguas Tuertas, Guarrinza y
primeras muestras en dos enormes monolitos Acherito. En la misma cuenca fluvial veremos el
que debieron de pertenecer a una de estas sepul- ejemplar de Aragüés del Puerto.
turas megalíticas.
Las primeras noticias sobre la zona las debe- Conjunto de Aguas Tuertas
mos al mismo ALMAGRO, en los años cuarenta.
Se refería a los monumentos explorados por él, La cabecera del río Aragón Subordán, en la
principalmente al dolmen de corredor conocido bella zona de Aguas Tuertas, nos proporciona
como Camón de las Filas. A. BELTRÁN inició diez dos interesantes ejemplares. Por un lado el in-
años más tarde una intensa prospección por completo dolmen de corredor de las proximida-
Guarrinza, Aguas Tuertas, barranco de Las Fo- des del puerto de Escalé, junto a la senda que
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conduce a Francia y no lejos de la que por las Los grupos de megalitos estudiados por T. AN-
faldas de la sierra Bernera nos acerca al ibón de DRÉS se encuentran entre los 1 200 y 1 444 m de
Estanés. En el extremo opuesto, al final de la altitud, sobre todo en la orilla derecha del río. Su
planicie de Aguas Tuertas, es visible una cámara distribución sigue sensiblemente la misma direc-
de pequeñas dimensiones abierta al SE-NW que ción de la senda que por Escalé lleva a Francia.
conserva completa su primitiva estructura; se le Situándonos en la Casa de la Mina y edificios
conoce como dolmen de Aguas Tuertas. próximos, los monumentos se extienden a lo lar-
Túmulo de Guarrinza.
Dejamos atrás las tortuosas aguas para des- En la orilla derecha del río son mayoría los
cender hacia Guarrinza. En la zona de contacto círculos de piedra, de los que se han identificado
entre ambas existe un gran túmulo que fue exca- una treintena de ejemplares. Pueden verse diez
vado por T. ANDRÉS y V. BALDELLOU a finales de túmulos, dos de ellos con cromlech, y tres galga-
los años setenta. les, uno con cámara central vacía; hay un solo
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ejemplar de cista y otro más de cámara megalíti- de la misma Casa de la Mina. Por este punto pa-
ca. El monumento más interesante es el citado saba la antigua vía del Puerto del Palo.
sepulcro de corredor situado sobre la morrena
glaciar erosionada por el río, en el Camón de las Siguiendo a J. NAVARRO CHUECA en este barran-
Fitas o Puntal de las Mentiras. Desde la excava- co, afluente por la orilla derecha del Aragón Su-
ción del monumento, la erosión ha avanzado de bordán, encontramos tres dólmenes y un círculo
tal modo que sólo queda una piedra en pie y de piedras. Situados entre las cotas de los 1600 y
otras cuatro tumbadas a punto de caer por la 1800 m se distribuyen por ambas vertientes del
pendiente al río. barranco. Nominados Acherito la IV, destaca de
En la orilla izquierda del río podemos observar entre todos el que se conoce como Acherito IV
cuatro círculos y tres túmulos seguros. En esta Se trata de un dolmen muy bien conservado que
zona, no obstante, son muy abundantes los mide en conjunto 18,30 m en el eje N-S y 18,10 m
túmulos de aspecto dudoso. en el eje E-W; la cámara abre al sur; conserva la
losa horizontal en su disposición original y par-
cialmente cubierta por el túmulo. Habrá que es-
Conjunto de Acherito perar los resultados del estudio antropológico
que se está llevando a cabo a partir de los pocos
El acceso a la zona megalítica de Acherito fragmentos óseos hallados en la investigación ar-
puede hacerse siguiendo la senda que parte des- queológica.
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Dolmen de Lízara
Volveremos a Puente la Reina y por la carrete- El estudio del monumento, efectuado en 1972
ra local HU-212 nos acercaremos a visitar el dol- por J. M. ELÓSEGUI y F. de LEIZAOLA, nos sitúa ante un
men de Lízara, en Aragüés del Puerto. Desde es- túmulo de unos 15 m de diámetro y una altura de
ta localidad se ha de tomar una pista hasta los 1,50 m. En el centro del montículo se halla lo que
Llanos de Lízara; en el centro del praderío se en- queda de la cámara dolménica, puesto que algu-
cuentra el mencionado a 1 715 m de altitud y en nas de las cinco losas laterales y de cubierta que la
las faldas del monte Visaurín. conformaban se han caído y desplazado.
Losas en pie del dolmen del Prado de Lízara (Aragüés del Puerto).
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9. ESTRUCTURAS MEGALÍTICAS este curso de agua y nos conduce hasta la Casa
L'Hostalet. Desde aquí partimos hacia el robledal
DEL PREPIRINEO OSCENSE
próximo donde se encuentran los dólmenes. La
Dos grandes zonas han sido establecidas en Cabaneta del Forno y Cabaneta del Tancat d'Alt
el Prepirineo: la primera, situada en la comarca eran ya conocidos en la primera mitad de este
de Ribagorza, se refiere a unos monumentos de siglo. Fue, sin embargo, hacia 1973 cuando T.
los que se tuvieron noticias muy tempranas; la ANDRÉS realizó el estudio científico en ambos.
segunda, conocida más tarde, presenta dificulta-
des de acceso y deben seguirse rutas muy diver-
Cabaneta del Forno
sas. Ambas poseen una gran unidad tipológica
en sus megalitos.
La Cabaneta del Forno, el más occidental y
próximo a Casa L'Hostalet, se orienta en direc-
a) La comarca de Ribagorza ción NW-SE, con probable entrada por el sures-
Nuestra próxima ruta girará en torno a la Rive- te. Conserva tanto la cámara como el túmulo,
ra del Vall para conocer la estación megalítica de aunque este último se encuentre incompleto y
Cornudella de Valiera, así llamada por pertenecer posiblemente cortado en uno de sus lados por
un muro de cantos. Estas divisiones pétreas, de
a ese antiguo municipio que hoy aparece fusio-
fabricación reciente, son muy abundantes por
nado con Arén. Circulando por la N-230 de Bena-
todo el robledal. En la excavación arqueológica,
barre a Francia por Viella, y en el trayecto entre
la cámara se encontró ya violada por los excava-
Arén y Sopeira, tomamos un desvío que nos con-
dores clandestinos. Únicamente se localizaron
duce a los caseríos dispersos de Rivera del Vall.
unos pocos objetos en sílex y cerámica prehistó-
Nuestra ruta debe seguir el recorrido del ba- ricos, otros de época reciente y nada de las inhu-
rranco de Sobrecastell; la pista discurre pegada a maciones.
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Cabaneta del Tancat d'Alt dispuso. El contenido sepulcral presenta las mis-
mas características del anterior debido a las
remociones antiguas de la cámara. Resalta la
ausencia de huesos humanos y la escasa presen-
A unos 300 m, y algo más alejado del caserío,
cia de objetos en piedra o cerámica.
está la Cabaneta del Tancat d'Alt. El megalito
fue construido con losas de conglomerados pro- En la zona existen vestigios abundantes de
cedentes de la morrena sobre la que se asienta, otras construcciones megalíticas. Destaca un po-
alisadas por la erosión glaciar. sible menhir hincado a 200 m del último dolmen
La cámara, orientada al este, está completa. mencionado. Asimismo, en el camino que sube
Conserva parcialmente el túmulo artificial en la hacia Soperún, fuera del robledal, A. BIERGE ob-
zona SW; para el resto se pudo aprovechar la servó otra construcción megalítica que se cono-
propia estructura del terreno sobre el que se ce como «dolmen de Soperún», no investigado.
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Dolmen de La Capilleta (Paúles de Surta).
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b) La sierra de Guara que y Lasaosa, por lo que también se le nomina
con estos topónimos. Para visitar la zona debere-
Vamos a realizar el último recorrido por las ru- mos tomar la pista desde las proximidades del
tas dolménicas de la provincia de Huesca. La zo- Molino de Villobas hasta Nocito. Tras atravesar
na comprende las vertientes norte y sur de la sie- el río Guarga, la pista asciende a coger el collado
rra de Guara. Los monumentos se sitúan a lo lar- de Cuello Bail, hacia la derecha y pocos metros
go de los valles de los ríos Flumen, Guatizalema, más adelante está el monumento.
Alcanadre-Mascún y Vero. Coincide con las ho-
Es un dolmen simple, con cámara de grandes
ces y profundas gargantas abiertas por estos ríos
proporciones y un túmulo muy rebajado que deja
al atravesar las sierras calizas.
la mayor parte de la estructura cameral al descu-
El acceso lo practicamos desde la local HU- bierto. En 1949, M. NAVARRO GARCÍA dio cuenta
322, carretera que enlaza Lanave con Boltaña, de su existencia. Los trabajos arqueológicos los
para luego tomar la pista hacia Nocito. Por este realizó A. BELTRÁN pocos años después, ponien-
trayecto visitaremos la Caseta de la Bruja y el do al descubierto restos óseos de cuatro indivi-
dolmen del Palomar. Luego, desde la carretera duos.
nacional 240 y enlazando con la HU-340 nos
acercaremos a la Caseta de las Balanzas, la Ca- Dolmen del Palomar
pilleta y Losa de la Mora. Finalmente, desde
(Santa Eulalia la Mayor)
Huesca, por la carretera HU-324, visitaremos el
dolmen de la Piatra.
Aun perteneciendo al término municipal indi-
cado, se localiza más próximo a Nocito, pueblo
La Caseta de la Bruja (Ibirque)
al que tradicionalmente se le ha venido asignan-
El lugar se encuentra por encima de los 1000 do. Desde Nocito tomamos el antiguo camino
metros de altitud y entre las poblaciones de Ibir- que conducía al Mesón de Santa Eulalia. Andan-
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do cerca de una hora por esta senda que sigue la Conserva completo el túmulo, que mide 10 m
orilla derecha del río Guatizalema llegamos al ba- en cada uno de sus ejes. De la cámara permane-
rranco del Palomar, donde se encuentra el dol- cen tres losas in situ y la de cubierta se halla des-
men.
BELTRÁN hizo mención de este megalito cuan-
do dio a conocer sus trabajos sobre el dolmen de
la Caseta de la Bruja. La estructura megalítica
está completa, salvo la losa de cubierta, que se-
gún cuentan las gentes de Nocito fue despeda-
zada por un rayo hace algunos años.
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La Capílleta (Paúles de Sarsa)
Cuando M. ALMAGRO acudió al lugar en 1934
Se sitúa en las proximidades del pueblo de para proceder a su investigación, encontró que
Paúles, al borde del monte de La Selva. Objeto el sepulcro había sido abierto; sin embargo,
de destrucción al poner en cultivo las tierras co- pudo recuperar algunos restos. A través de este
lindantes, actualmente podemos ver en pie dos autor sabemos del descubrimiento de elementos
losas y parte del túmulo, el cual tendría un radio de sílex y metal, así como de restos óseos co-
aproximado de 4 ó 5 m. rrespondientes a varias personas.
Círculo grabado en una de las losas del Planta y alzado de la Losa de la Mora.
dolmen de la Capilleta.
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Este dolmen conserva su estructura completa, Por otra parte, son demasiado numerosos los
aunque la losa de cubierta presenta fuerte incli- ejemplos de destrucción sistemática en los tiem-
nación hacia el noroeste. La cámara, de 1,75 m pos modernos por trabajos agrícolas (éstos ya
de longitud y 1,40 m de anchura máxima, se desde la época medieval), extracción de bloques
orienta al sureste. de piedra para la construcción o las instalaciones
industriales. Sin embargo, el despoblamiento, la
La excavación del monumento, descubierto baja demografía o la vocación menos agrícola de
casualmente por J. J. GENERELO LANASPA en las áreas de montaña han podido actuar de fac-
1979, la efectuaron A. DOMÍNGUEZ y M.2 J. CALVO tores determinantes para su conservación en
dos años más tarde. Los resultados fueron nega- mejores condiciones. No, desde luego, para su
tivos ante la inexistencia de depósito arqueoló- expolio, que parece ser circunstancia común a
gico. estas estructuras funerarias.
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Continuas alusiones a la falta de los restos de ción con su posición social o es problema de dis-
las inhumaciones nos sitúan ante un tema clave: ponibilidad de espacio? Ambos puntos estarían
la escasez de estudios antropológicos en orden a contestados si dispusiéramos de los ajuares y las
fijar los componentes raciales, calcular el sexo, tumbas sin tocar. Parece más que probable que
nivel de supervivencia o quizás patologías de los el cálculo de medidas y la morfología de las tum-
inhumados. Respecto al primer aspecto, los estu- bas debían estar directamente relacionados con
dios más próximos a nosotros son los efectua- la estructura social.
dos en el País Vasco. Se distinguen aquí dos La investigación carece aún de bases sólidas
tipos básicos: el pirenaico occidental y el medite- para determinar el modelo socioeconómico de
rráneo grácil, y otros ocasionales que confirman las comunidades que usaron y generalizaron este
los intercambios transpirenaicos. rito de enterramiento.
Una pregunta comprometida: el número de
los enterrados en un monumento, ¿está en rela-
30
Cornudella de Valiera (Aran).
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12. BIBLIOGRAFÍA
Nota: La documentación gráfica procede, en su mayor parte, de los archivos personales de las autoras.
Se agradece la aportación de material fotográfico por parte del Arxiu Fotográfic de l'Institut d'Estudis
Ilerdencs sobre el dolmen de Bono y de F. J. NAVARRO CHUECA para ilustrar el conjunto de Acherito; tam-
bién la colaboración del Museo Provincial de Huesca, J. M. PESQUE LECINA y J. MURILLO COSTA (dibujantes)
y F. ALVIRA LIZANO (fotógrafo).
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TÍTULOS DE LA SERIE
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