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Psicologia Forense
Psicologia Forense
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DEDICATORIA .........................................................................................................................................2
INTRODUCCIÓN......................................................................................................................................3
OBJETIVOS .............................................................................................................................................3
OBJETIVO GENERAL .............................................................................................................................3
OBJETIVOS ESPECÍFICOS ....................................................................................................................3
PSICOLOGÍA FORENSE .........................................................................................................................4
DEFINICIÓN .............................................................................................................................................4
ANTECEDENTES HISTÓRICOS .............................................................................................................5
FUNCIONES DE LA PSICOLOGIA FORENSE .......................................................................................6
ALCANCE.................................................................................................................................................6
JURISDICCIONES DONDE INTERVIENE EL PSICÓLOGO FORENSE ................................................8
IMPORTANCIA DE LA PERICIA PSICOLÓGICA ....................................................................................9
PSICOLOGÍA FORENSE Y SU DELIMITACIÓN CON OTRAS DISCIPLINAS ................................... 10
CONOCIMIENTOS ESPECÍFICOS DEL PSICÓLOGO FORENSE ..................................................... 10
ÁMBITOS DE APLICACIÓN DE LA PSICOLOGÍA FORENSE EN LA JURISDICCIÓN PENAL ......... 12
PARÁMETROS DE LA PSICOLOGÍA FORENSE ................................................................................ 12
GLOSARIO DE TÉRMINOS.................................................................................................................. 23
RESUMEN............................................................................................................................................. 24
CONCLUSIONES .................................................................................................................................. 27
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS ...................................................................................................... 28
ANEXOS ................................................................................................................................................ 29
Anexo A ............................................................................................................................................. 29
Anexo B ............................................................................................................................................. 29
1
DEDICATORIA
2
INTRODUCCIÓN
Desde tiempos remotos hasta la actualidad se han evidenciado conductas delincuenciales en los seres
humanos para con sus congéneres.
El presente trabajo monográfico describe un análisis sobre la principal rama de la Psicología Jurídica
“La Psicología Forense”, encargada de la aplicación de la Psicología (métodos y conocimientos) a
la realización de pruebas periciales en el ámbito del Derecho, la Psicología aplicada a los tribunales
o a aquéllas actividades que el psicólogo puede realizar en el Foro.
La Psicología Forense trata de esclarecer si el individuo que delinquió, lo hizo en plena claridad
de conciencia o se trataba de un alterado comportamental, que no quiso hacer el mal ni supo evitarlo y
solo guarda recuerdos vagos que pueden ser expresados con imaginadas fabulaciones.
Esperamos que este trabajo colme sus expectativas y nos incentive a investigar y profundizar nuestros
conocimientos sobre este tema que nos acompañará en la vida profesional.
OBJETIVOS
OBJETIVO GENERAL
Investigar acerca de la psicología forense y su importancia dentro del campo legal.
OBJETIVOS ESPECÍFICOS
3
Conocer el concepto de la psicología forense y sus implicancias en el campo legal.
Describir las principales técnicas utilizadas por la psicología forense.
Establecer los alcances y jurisdicción de la psicología forense.
Confeccionar un glosario de términos básicos de psicología forense
PSICOLOGÍA FORENSE
DEFINICIÓN
La psicología forense es la disciplina originada en la psicología clínica, resultado de la necesidad de
una evaluación psicológica de la criminalidad, y que es producto de la unión de la psicología con el
derecho. La psicología forense es la aplicación de principios científicos en el proceso judicial.
La psicología forense resulta de la mezcla de la psicología con el derecho, esta disciplina se originó en
la psicología clínica, como una necesidad para la evaluación psicológica de criminales.
Autores como Weiner y Hess (1987), definen a la psicología forense como la evolución del cuerpo de
estudios encaminados a elucidar la relación entre el procedimiento legal y el comportamiento humano,
como ocurre en los estudios experimentales sobre testimonios y memoria, la toma de decisiones de
jueces y jurados, y el comportamiento criminal.
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La psicología forense puede entenderse como la aplicación de principios y prácticas científicas en el
proceso judicial, que sirve de instrumento que ayuda a jueces y tribunales para sus resoluciones.
La Psicología Forense sería la ciencia que usando los procedimientos y los conocimientos de la
Psicología y las Neurociencias, da un diagnóstico sobre la forma de ser de los individuos y sus
conductas en relación a unos hechos y de acuerdo a las necesidades del derecho en todas sus
vertientes (Proleon, 2011).
ANTECEDENTES HISTÓRICOS
La Psicología Forense no es una ciencia nueva. Podemos encontrar sus antecedentes en los
siglos XVII y XVIII, en tratados de psiquiatría legal y criminología, pero como ciencia moderna, en
Europa tiene sus orígenes entre mediados del siglo XIX y principios del XX, de la mano del italiano C.
Lombroso, fundador de la primera escuela de antropología criminal y autor de L’uomo delinquente
(1876); del francés A. Binet que publicó el libro La suggestibilité (1900), donde se recogen los
primeros trabajos aplicados a la Psicología del Testimonio; y de los alemanes H. Gross, autor
del libro Kriminalpsychologie (1897), H. Münsterberg, que publicó el primer manual específico
sobre Psicología Forense titulado On the Witness Stand (1908) y L. W. Stern, que editó la primera
revista especializada en el área titulada Beitrage zur Psychologie der Aussage (1903-1906).
En España, podría considerarse a Pedro Mata (1811-1877) el primer gran impulsor de las
especialidades forenses (medicina y psiquiatría) y de la primera cátedra de Medicina Legal, y el
primero en interesarse en la Psicología Forense, aunque desde una perspectiva fundamentalmente
organicista. Relevante también fue su discípulo José María Esquerdo (1842-1912), que estudió
casos tan famosos como el de Francisco Otero (que atentó contra en rey Alfonso XII) o el de
El Sacamantecas (que le llevó a defender ante la Comisión de Reforma del Código Penal del
Senado la falta de responsabilidad criminal del enajenado mental). Impartió docencia en la
Facultad de Medicina del Hospital San Carlos de Madrid sobre Patología General y Enfermedades
Mentales, y entre otras cosas fue presidente de la sección de Neuropathies, Maladies Mentales et
Anthropologie Criminelle del XIV Congres International de Medecine, celebrado en Madrid en 1903.
Asimismo, cabe destacar a autores e investigadores como Rafael Salillas (1854-1923), fundador de
la Escuela de Criminología; Luis Simarro (1851-1921), primer catedrático de Psicología Experimental
en la universidad española; Francisco Santamaría (1866-1925), autor del primer estudio
experimental sobre psicología del testimonio (1909); Quintiliano Saldaña (1878-1938), con
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interesantes trabajos sobre atribución de responsabilidad (1936); Gregorio Marañón (1887-1960) con
excelentes trabajos sobre las bases psicobiológicas del comportamiento, la personalidad y las
emociones (1936); Gonzalo Rodríguez Lafora (1886-1971), pionero en la evaluación psicológica
forense; y Emilio Mira (1896-1964), autor del Manual de Psicología Jurídica (1932), fueron algunos
de los que más contribuyeron al desarrollo de la Psicología Forense española (Carpintero y Rechea,
1995).
Desde un punto de vista formal, los Psicólogos Forenses comienzan su andadura con la Ley de
Sanidad Española de 1885 que crea el cuerpo de Facultativos Forenses, organizado en tres secciones:
1) Sección de Medicina y Cirugía, 2) Sección de Toxicología y Psicología, y 3) Sección de
Medicina Mental y Antropología.
Ya avanzado el s. XX, algunos hitos marcarán la situación actual de la psicología jurídica española,
fundamentalmente la creación en 1965 del primer Gabinete Psicológico de la Prisión de Madrid y en
1968 de la Central de Observación Penitenciaria. Durante la década de los setenta, se funda la
Sección de Sociología y Psicología Jurídica del Colegio de Abogados de Barcelona en 1971, y
se publica la reglamentación penitenciaria que recoge la figura del Psicólogo como técnico en
rehabilitación social en 1979. Y en los ochenta el recién fundado Colegio Oficial de Psicólogos crea las
distintas comisiones de Psicología Jurídica.
ALCANCE
El campo de acción de la Psicología Forense es amplio, en la medida que es una disciplina nueva en
nuestro ámbito cultural; denotando así su apoyo a la Criminalística en particular, dentro del marco
general de orientación a la investigación policial, fiscal y/o judicial.
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2. En muestras
Se practicarán estudios psicológicos forenses en documentos manuscritos (cartas, textos, etc.)
con la finalidad de determinar a través de la grafología e información anexa sobre rasgos de
personalidad. Asimismo se realizaran Pronunciamientos Psicológicos Forenses, sobre
documentos específicos, como: Historias Clínicas, Historias Psiquiátricas, antecedentes, etc.
b. Según el campo jurídico
1. En lo penal
Se realizan pericias Psicológicas forenses en casos ligados a aspectos legales o judiciales
como: Homicidios, violaciones, lesiones, drogodependencia, suicidios, etc.; así como en la
determinación de la competencia de los sujetos para acudir a juicio, la valoración de la
imputabilidad y responsabilidad y la predicción de la peligrosidad y de la conducta violenta.
2. En lo civil
Se efectúa evaluaciones Psicológicas en casos de separaciones y divorcio, tenencia del menor,
incapacidades, interdictos, etc.
3. En lo laboral
Se requiere del pronunciamiento de los Peritos Psicólogos Forenses en casos de determinar
capacidad laboral, indemnizaciones y en la valoración de los trastornos, incapacidades o
invalidez (en sus diversos grados) que afectan al rendimiento laboral de los individuos, como
consecuencia de un accidente, o alteración funcional, producida bien por el trabajo mismo o
independientemente de éste.
2. En delitos de homicidio
Es la acción de atentar contra el cuerpo de una persona quitándole la vida; el criterio psicológico
exige un análisis profundo e individualizado del sujeto homicida. Los alienados matan de
diversa manera, según su cuadro mental.
3. En casos de drogodependencia
Droga es cualquier sustancia material o sintética que al ser administrada al organismo lo altera
provocando modificaciones comportamentales. Existe la comprobación que el abuso
de drogas causa desestructuración de la personalidad.
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Se tratará en este caso de la valoración pericial sobre la posible influencia que un determinado
trastorno mental (como variable moduladora de la conducta) ha podido tener en la comisión
del delito.
Penal:
La imputabilidad: valoración del estado de salud mental del procesado, valoración de la
personalidad del procesado.
Victimología: valoración de secuelas psíquicas en víctimas de delitos, fiabilidad y validez del
testimonio (especialmente en menores que denuncian abuso sexual), evaluación de elementos
victimológicos (factores de riesgo vulnerabilidad).
Niños y Adolescentes: (refiriéndose a delitos e infracciones cometidos por éstos o en los cuales se
presume su autoría), medidas a adoptar y evaluación de factores de riesgo, valoración
del daño psíquico, valoración de la aptitud para comparecer en juicio.
Civil:
Capacidad de obrar: autonomía, ostentación de tutela.
Familia: persona más apta para ostentar la guarda y custodia del menor, establecimiento de
un programa de visitas con el padre no custodio. Relaciones Paternofiliales Rechazo del menor
hacia un progenitor. Adopción. Conflicto conyugal. Personalidad relaciones conyugales,
separación, divorcio.
Laboral:
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Valoración de lesiones psíquicas (incapacidad laboral transitoria) o secuelas psíquicas
(incapacidad laboral permanente, invalidez) originadas como consecuencia del trabajo
desempeñado, despido improcedente por razón de enfermedad mental.
Militar:
Exclusiones del servicio militar por enfermedad mental.
Capacidad Profesional.
Imputabilidad.
Además cabe señalar, en el ámbito contencioso-administrativo, el Psicólogo Forense está facultado
para realizar peritaciones, en casos de permisos para porte de armas y de conducir, cuando hayan
realizado el curso correspondiente que es dictado por el Colegio de Psicólogos de cada Estado.
En este sentido las pericias psicológicas juegan un papel decisivo a la hora de auxiliar a los jueces en
la valoración de la competencia o idoneidad de los sujetos para presentarse ante el tribunal, en la
calificación de la imputabilidad o no de los hechos cometidos por él o la acusada, en la valoración de
la competencia relativa para ostentar la guarda y custodia de los hijos tras un proceso de separación o
divorcio, en la adecuada calificación de la incapacidad laboral, y en el caso específico de la
criminalística, ayuda al policía o pesquisa a orientarse, señalando la responsabilidad o morbosidad de
la persona que cometió el delito.
Por lo ya expuesto, encontramos materia suficiente para establecer el ámbito de la especificidad y
relevancia del peritaje psicológico; sin embargo son muy numerosas las nuevas aplicaciones que
recientemente se han ido desarrollando para el Psicólogo como experto o perito. Algunas son clásicas
en los países anglosajones y demás europeos, permaneciendo prácticamente inéditas en nuestro país.
Una de las más relevantes es la del peritaje del testimonio, cuya trascendencia es tan grande que puede
afirmarse que es uno de los principales pilares del proceso legal, toda vez que es muy frecuente que
sea en base a testimonios (identificación de personas, recuerdos, etc.) que se alcancen conclusiones
fácticas sobre supuestos hechos reales, determinantes en la decisión jurídica.
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El papel del Psicólogo como Perito es determinante para valorar las limitaciones perceptivas del
testimonio ocular, la eficacia relativa de la identificación mediante rasgos faciales, voz u otros medios,
los medios para facilitar el recuerdo (por ejemplo hipnosis forense) o para dificultarlo o para alterar
la dinámica testical.
Otra aplicación destacable es el apoyo que el Psicólogo como perito puede prestar a la hora de valorar
supuestos clásicos de las relaciones entre derecho y salud mental: Por ejemplo, el internamiento
terapéutico, la incapacidad para la administración de bienes y propiedades, la rehabilitación forzosa, la
captación o alteración de voluntades testamentarias, etc.
Otro cometido para el Psicólogo Forense lo constituye la Autopsia Psicológica, denominada así por
Shneidman (1967), que consiste en la obtención de información fiable sobre el estado psicológico
premórbido del individuo que ha fallecido.
Resulta difícil establecer los límites entre la Psicología Forense y la Psiquiatría Forense, pues desde
siempre han existido discusiones entre ambas disciplinas, y se le ha otorgado más importancia a los
psiquiatras: sin embargo, en la práctica dentro de la Administración de Justicia son los mismos Jueces
y Tribunales quiénes marcan el territorio de acción de dichos profesionales.
En la actualidad el papel del Psicólogo Forense en nuestro país se encuentra limitado a realizar pruebas
complementarias demandadas por el médico o psiquiatra forense, pues hasta ahora no contamos con
profesionales especializados en el área forense; es decir, en el país aún no contamos con Psicólogos
Forenses. Mientras ésta es la realidad, la experiencia nos dice que la labor del Psicólogo Forense, es
independiente a la de la psiquiatría y que son muchos los campos y las jurisdicciones donde el
Psicólogo Forense puede aportar sus conocimientos específicos.
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el psicólogo que desee intervenir en el área forense como perito debe dominar siete grupos de
conocimientos. Y cuando se hace referencia a los conocimientos específicos, se refiere a aquellos
provenientes del campo forense, formados por cinco grupos:
Evaluación: tendrá que conocer la cuestión legal Bases Biológicas de la Conducta: necesita de la
exacta sobre la que tomará su decisión, diseñando integración de los conocimientos procedentes de los
una metodología específica valorativa para cada estudios sobre las bases biológicas, del ajuste
caso. Dominar el sustrato de las cuestiones legales personal del entorno, los desórdenes mentales, la
planteadas. reacción al trauma y los comportamientos
antisociales Además de la comprensión de las
influencias genéticas, la farmacología constituyen un
elemento esencial en la planificación de los procesos
evaluativos y de intervención en cuestiones
forenses.
Supervisión: el psicólogo tendrá que conocer y Bases Individuales de la Conducta: referido a las
dominar los aspectos que definen la psicología bases comportamentales, psicopatología,
forense, y los métodos de enseñanza de los mismos. enfermedad, afectación psicológica, funcionamiento
intelectual e historia de aprendizaje.
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ÁMBITOS DE APLICACIÓN DE LA PSICOLOGÍA FORENSE EN LA JURISDICCIÓN PENAL
Un tema de gran preocupación, en relación, a la elaboración de informes periciales psicológicos es la
falta de consenso en la estructura de dichos informes de los tribunales en cuanto a los puntos de mayor
importancia que deben contener. De igual manera el problema se les presenta a los jueces y abogados
en la interpretación de los mismos. Ello se debe a que a veces no resultan claras las conclusiones no
responden en forma clara y precisa a la pregunta del operador jurídico; en otras palabras, no responde
al motivo de consulta exacto que ha motivado su petición, lo que lleva indiscutiblemente a que dichos
operadores se inhiban en la petición de dichos informes a los profesionales de la psicología.
Es posible -y así lo comentan infinidad de autores- que esto suceda porque en la mayoría de los casos,
los profesionales que colaboran en la Administración de Justicia, específicamente en los tribunales,
carecen del dominio del conocimiento y del lenguaje propio del perito (Psicólogo Forense); o bien
porque éste carece de la profesionalización o especialización que se requiere para el desempeño de
sus funciones periciales tanto psicológicas como legales y forenses.
De allí la gran necesidad de que los psicólogos forenses o quienes laboran en los tribunales, deban
especializarse en áreas específicas: psicopatología forense, credibilidad del testimonio, jurados,
defensa oral del informe, valoración de secuelas psíquicas, valoración de la imputabilidad, entre otras.
Se requiere, pues, que tanto psicólogos forenses como operadores jurídicos reciban la formación para
el acercamiento necesario interdisciplinario. Sólo así los unos y los otros podrán colaborar para una
mayor eficacia en la aplicación de la Ley, la justicia y viabilidad de la norma jurídica.
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Procedimientos y técnicas utilizados
Se utilizan procedimientos y técnicas validadas científicamente. Entre los test psicométricos más
utilizados destacan: El Inventario Multifásico de Personalidad de Minnesota versión (MMPI-2),
Inventario Clínico multiaxial de Millon (MCMI-II), Listado de 90 síntomas de Derogatis et al (SCL-90-R),
Examen Internacional de Evaluación de Trastornos de la Personalidad I.P.D.E, etc.
Esta especialidad aporta su teoría y su técnica para colaborar dando su punto de vista sobre aquello
que entra en conflicto en el campo de los intercambios entre las personas.
El profesional psicólogo tendrá como tarea, aportar en determinada litis, una opinión fundada,
colaborando con el Juez en el dictado de sentencia y, a su vez, abordar problemáticas humanas desde
una perspectiva diferente a la de la clínica tradicional.
Ambas perspectivas, la jurídica y la psicológica, se verán plasmadas en el informe que se emite con
motivo de una pericia psicológica.
El psicólogo podrá actuar en los distintos fueros de la Justicia, a saber: Civil (en sus variantes Familia,
Patrimonial y Responsabilidad Civil de las personas), Laboral, de la Seguridad Social y Penal.
Esta actividad requiere de una formación específica que permita un mutuo aprovechamiento del
Derecho y la Psicología.
Sin embargo, en muchas ocasiones se produce yuxtaposición o subordinación del ámbito psicológico
al jurídico. Las diferencias de método, objeto de estudio y objetivos han sido utilizados para promover
la idea de una convivencia imposible.
Una postura superadora indica que, los puntos en común y las diferencias entre el Derecho y la
Psicología son útiles para la investigación y construcción de interdisciplinariedad.
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(VÁZQUEZ, 2009) En la Psicología Forense Clínica las principales técnicas utilizadas consisten en las
propias de la psicología clínica, esto es, de la metodología de entrevistas y de los instrumentos de
evaluación utilizados habitualmente en esta área para la valoración de estado mental o de la
personalidad. No obstante, para algunas actuaciones no existen instrumentos que midan las
variables específicas consideradas en psicología forense, como ocurre en los casos de custodias
disputadas, donde no existe por el momento un instrumento que permita concluir quién es el
progenitor más adecuado para ostentar la custodia de los hijos. En estos casos, la combinación de
varias técnicas y procedimientos facilitarán la labor del psicólogo forense.
En cualquier caso, no debe olvidarse que los informes periciales no tienen un objetivo terapéutico
sino jurídico, y que el origen de la petición pericial no es el sujeto evaluado sino la necesidad del
sistema1.
(ZALDIVAR, 2000) Una evaluación adecuada implica ineludiblemente considerar para qué se va a
evaluar, qué se va a evaluar y cómo se va a evaluar. La respuesta a la primera pregunta procede de
la petición realizada en el ámbito jurídico, que puede proceder del juez o de cualquiera de las partes
(acusación y defensa). Por ello, será fundamental una primera entrevista con los actores origen
de la demanda (jueces o abogados) para especificar la petición, recoger la información necesaria
para la planificación de la actuación y poder contestar a qué y cómo, y solicitar los medios necesarios
para llevarla a la práctica. Así, por ejemplo, será el propio juez quien facilite el acceso a los
sujetos objeto de la pericia, fundamentalmente si la petición se realiza de una parte e implica la
valoración de un sujeto de la otra.
1 BAREA, J. y VILLEGAS, Ch. (2002): La entrevista psicológica penal forense. En M.A. SORIA
(Coord.): Manual de psicología penal forense. Barcelona: Atelier. Pág. 267.
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Estas pruebas son habitualmente utilizadas después de las entrevistas para la evaluación específica
de determinados parámetros. Se aplican sobre todo para la evaluación de la inteligencia, de la
personalidad normal y patológica, y del estado neuropsicológico. Y, en general, puede distinguirse
entre pruebas psicométricas y pruebas proyectivas.
Las pruebas psicométricas constituyen fundamentalmente una medida objetiva y tipificada de una
muestra de conducta, lo que supone uniformidad en el procedimiento de aplicación y puntuación, y
una interpretación de los resultados conforme a unas normas establecidas 2.
Los más utilizados son los test de inteligencia, las pruebas de personalidad y las pruebas
neuropsicológicas. Las pruebas proyectivas se basan en la evaluación del comportamiento dinámico
de los sujetos ante diferentes estímulos, por ejemplo dibujos o juegos.
En el diseño y posterior aplicación de todo test se consideran dos criterios de obligado cumplimiento:
validez y fiabilidad.
La validez de un test indica si cumple realmente con la función para la que está diseñado, esto
es, si mide lo que pretende medir. La fiabilidad indica la estabilidad o consistencia de las
medidas proporcionadas por el test en repeticiones sucesivas.
Tanto las pruebas psicométricas como las proyectivas son utilizadas por la psicología forense
clínica; no obstante, los proyectivos han recibido un gran número de críticas, ya que son de
interpretación muy compleja y requieren un gran conocimiento y experiencia por parte de la persona
que los administra. La posibilidad de llegar a conclusiones erróneas por interpretaciones poco rigurosas
es, pues, su principal crítica.
Además, en ocasiones se los ha tachado de subjetivos, y por ello algunos autores (Ramón, 2002)
definen principios y requisitos para su aplicación:
1. Principio de Adecuación, según el cual algunas técnicas proyectivas carecen de la adecuada
fiabilidad.
2. Principio de Complementariedad, que establece el uso de más de una técnica para poder
establecer comparaciones y contrastar resultados.
En general se recomienda su uso únicamente como un método auxiliar que sirva como
complemento a las pruebas psicométricas.
3. Principio de Interpretación Restrictiva, que limita la realización de extrapolaciones o
conclusiones radicales de los mecanismos dinámicos implícitos en las pruebas proyectivas.
4. Principio de Selectividad, que recomienda la selección de aquellos datos que puedan aportar más
información para el objetivo de la pericial.
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Pruebas y Técnicas Específicas
Para algunas de las evaluaciones periciales se utilizan pruebas específicas según el tipo de delito
de que se trata. Las más utilizadas se circunscriben a la evaluación de las agresiones sexuales,
a la conducta violenta, a las víctimas de agresiones, a las toxicomanías, y a la evaluación en
guarda y custodia.
Evaluación de toxicomanías. Existen diferentes técnicas que pueden utilizarse para su evaluación;
entre las más utilizadas se encuentran el
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Desde el punto de vista de la identificación de personas, el Proceso Penal establece diferentes
procedimientos para permitir la identificación del delincuente, definida como la acción de designar a
presencia judicial a una persona determinada como responsable de un hecho delictivo.
Una de las diligencias más relevantes y la más practicada en el sistema judicial para alcanzar este
fin es el reconocimiento en rueda de presos. Sin embargo, es una de las pruebas con menor
fiabilidad de todas las que pueden practicarse, ya que la tecnología aplicada a la obtención de otras
piezas de convicción permite identificar a una persona con un porcentaje de error mínimo, como
ocurre con las pruebas de ADN; sin embargo, no siempre es posible practicarlas, dado que en pocas
ocasiones se cuenta con las muestras materiales necesarias. Por ello, debe recurrirse a la
identificación ocular como prueba única y por tanto fundamental para poder inculpar a alguien de
la comisión de un delito. El problema es que los testigos no siempre aciertan en sus identificaciones.
(MIRA, 1991) La creencia popular afirma que la mayoría de los falsos reconocimientos se debe
a la mala voluntad de los testigos, esto es, no admite los errores no deliberados, adjudicando
cualquier fallo en una identificación a la intención deliberada de mentir. Sin embargo, reconocer
a una persona en una rueda de identificación es una tarea de memoria, y quizá una de las más
complicadas, debido a que la memoria está lejos de ser perfecta y se encuentra limitada no sólo
en capacidad sino también por el efecto de innumerables factores (cognitivos, sociales, evolutivos, e
incluso clínicos y de personalidad) que la distorsionan, provocando errores no intencionados
tanto de omisión como de comisión 3. En ocasiones, los errores son provocados por el propio
Sistema.
Identificación en Fotografías
En algunos casos puede producirse la identificación previa del sospechoso de un delito en una
fotografía. Esta identificación puede realizarse de forma natural, por la aparición del supuesto
culpable en medios de comunicación, o como consecuencia de una “rueda fotográfica” en
comisaría o los juzgados. Una identificación previa servirá como base para detener a la persona
a quien se imputarán los delitos. Sin embargo, la sola identificación en fotografía no es válida
como prueba para el sistema legal. Por tanto, una vez que la policía localiza a la persona de
la fotografía a quien señaló el testigo, se procederá a realizar una rueda de identificación en
vivo, siguiendo el procedimiento señalado en la Ley. La dificultad a que nos enfrentamos aquí es que
el simple hecho de mostrar las fotografías al testigo podría estar viciando todo el procedimiento
posterior de identificación: en la rueda en vivo el testigo podría estar señalando a la persona de
la fotografía y no al autor del delito.
3MANZANERO, A.L. (2008): Psicología del Testimonio. Una aplicación de los estudios sobre la
memoria. Madrid: Ed. Pirámide. PÁG. 190.
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Las Ruedas de Identificación
El mejor medio para evitar errores de identificación es extremar el control en las condiciones de la
rueda. Por ello, las ruedas no deben estar sesgadas, esto es, deben ser imparciales. Y una rueda es
imparcial si el sospechoso tiene la misma probabilidad de ser elegido que cualquiera del resto de los
componentes de la rueda. Para conocer el grado de imparcialidad de una rueda se recomienda
utilizar testigos simulados. Si las personas que no han estado presentes durante la comisión del delito
señalan al sospechoso con mayor frecuencia de la esperable por azar, simplemente a partir de la
descripción inicial, significará que la rueda no es imparcial y hay un sesgo contra el acusado, que es
señalado como el autor por quienes no estuvieron presentes.
Así, la labor del psicólogo forense experimental será evaluar el tamaño funcional de la rueda y los
posibles sesgos en su composición, y asesorar sobre los diferentes factores de influencia que
sesgarían las respuestas de los testigos.
En cualquier caso, para valorar la exactitud de una identificación podríamos basarnos en diferentes
medidas basadas en los procesos de memoria y toma de decisión que intervienen en las
pruebas de reconocimiento, como por ejemplo el tipo de respuesta que el testigo emite ante la
identificación o el tiempo que tarda en reconocer; y en toda la información que tengamos sobre el
caso: circunstancias en que se produjo el suceso, características del testigo, y, en general, todos
los factores que puedan afectar al recuerdo y reconocimiento del autor de los hechos.
Las Declaraciones de los Testigos
4 MALPASS, R.S. y DEVINE, P.G. (1983): Measuring the fairness of eyewitness identification
lineups. En S.M.A. LLOYD BOSTOCK y B.R. CLIFFORD: Evaluating witness evidence. John Wiley
& Sons Ltd.
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La Psicología Forense Experimental ha definido diferentes procedimientos para la obtención de las
declaraciones de los testigos y la valoración de su exactitud y credibilidad 5.
Podemos señalar dos formas diferentes de toma de declaración: formato de recuperación narrativo
y formato de recuperación interrogativo. Tradicionalmente estas dos formas se han empleado de
forma complementaria. En el formato narrativo se pide al testigo simplemente que cuente qué
sucedió. En términos de tareas de memoria se le está pidiendo que realice una tarea de recuerdo
libre: que sin limitación alguna y sin interrupciones cuente todo lo que recuerde, de la forma que
prefiera. El formato interrogativo consiste en realizar una serie de preguntas a los testigos que
previamente han sido elaboradas formando el guión del interrogatorio, que puede ser implícito o
explícito.
En términos de tareas de memoria se le está pidiendo al testigo que realice una tarea de
recuerdo dirigido. Ambos tipos de recuperación tienen ventajas y limitaciones.
El formato narrativo presenta una ventaja importante, las declaraciones dadas de esta forma no
suelen contener tantas distorsiones como con el interrogativo. Sin embargo, suelen ser bastante
pobres en cuanto a la cantidad de detalles proporcionados, consisten generalmente en descripciones
muy generales de lo sucedido; esto es, presentan errores de omisión. El formato interrogativo, por
su parte, tiene la ventaja de proporcionar una gran cantidad de información, pero con más
distorsiones de las aparecidas en el formato anterior, más errores de comisión. Esta característica
del formato interrogativo, más detalles pero menos exactos, se debe al efecto que las preguntas
tienen sobre la memoria6.
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que es posible obtener mediante las entrevistas estándar, disminuyendo la posibilidad de que
aparezcan errores de omisión y comisión en las declaraciones de los testigos7.
Diversas investigaciones8 han mostrado que esta técnica podría presentar ciertos inconvenientes.
Entre ellos podemos señalar como más importante el hecho de que pedir a los testigos que
recuperen información en múltiples ocasiones y de muy diversas formas puede implicar una mayor
elaboración de esta información, lo que podría llevar a rellenar huecos de la memoria con material
detection: a new magnifying glass for Sherlock Holmes? Applied Cognitive Psychology, page. 55-68.
20
procedente de otros episodios y a realizar más inferencias, que afectaría a su vez a la calidad y
cantidad de información recordada.
También se propone desde algunos foros la utilización de la hipnosis como técnica para la
obtención de declaraciones, pero ésta es absolutamente descartada por la ciencia 9 ya que los sujetos
hipnotizados tienden a reelaborar sus memorias introduciendo información falsa procedente de
otras experiencias, de sus conocimientos o de las preguntas del hipnotizador, dado que se
incrementa su sugestibilidad.
Con el problema añadido de que una vez reelaboradas las memorias el daño es irreversible. Por si
fuera poco, en esta situación el hipnotizado mantiene intacta la capacidad de mentir.
9CLARK, S.E. y LOFTUS, E.F. (1996): The construction of space alien abduction memories.
Psychological Inquiry. First edition. Pág.140-143.
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b) Factores No Verbales de Credibilidad: (MILLER, 1982) realizo una buena revisión de los
factores conductuales que afectan a la credibilidad. Según estos autores, ciertas
manifestaciones de indicios no verbales están sistemáticamente asociadas con la
comunicación engañosa. Estos indicios incluyen aquellas conductas sintomáticas de la
ansiedad y la reticencia, es decir, conductas excesivas que exageran una respuesta normal
de comunicación, conductas marcadas por afecto negativo, conductas indicadoras de
vaguedad o incertidumbre, y respuestas incongruentes que sugieren que la conducta externa
está en contradicción con los sentimientos actuales del testigo deshonesto.
El problema fundamental que nos encontramos aquí es la gran variabilidad existente en la
producción de este tipo de conductas y el error de interpretación a que podría dar lugar la
consideración de un indicio aislado en lugar del análisis de la conducta del testigo como un
todo.
Así pues, podríamos decir que hasta el momento no existen los detectores de mentiras
válidos. Pero además, aun cuando existieran, el problema de estos procedimientos es que todos
ellos se basan en que los sujetos están aportando datos falsos intencional y por tanto
conscientemente, por lo que no son aplicables a la mayoría de los relatos falsos, que
son producto de errores que van más allá de la intencionalidad, y que pasarían
desapercibidos pues los propios sujetos creen en su realidad. Sólo la intencionalidad
afectaría (y no siempre) a dimensiones psicofisiológicas y conductuales que pueden ser
medidas de diferentes formas.
Por esto más recientemente han surgido algunos procedimientos basados en el análisis del
contenido de las descripciones de memoria. En todos ellos se parte del supuesto de que
las declaraciones procedentes de un hecho real se diferencian de las declaraciones de un
hecho falso (erróneo) en varias dimensiones, tales como el tipo de expresión, el tipo de
detalles descritos, la dudas manifestadas, la estructura de las narraciones.
c) Análisis de los Contenidos Verbales: Los estudios sobre las variables de contenido a
través de las que podemos inferir credibilidad se centran no en el testigo y en las variables
relacionadas con la mentira, sino en las variables del testimonio, que correlacionan con la
exactitud de la información proporcionada por las declaraciones. Así, se produce un importante
cambio cualitativo en los estudios sobre credibilidad. Las dudas, alusiones a procesos
mentales, exageraciones, cantidad de detalles, pausas, juicios o valoraciones, comentarios
personales, longitud de las declaraciones y otras tantas variables de contenido sustituyen
a los cambios fisiológicos, gestos, posturas y demás variables conductuales en el punto
de mira de las investigaciones sobre la credibilidad.
La base que sustenta estos estudios se encuentra en la distinción entre huellas de memoria de origen
externo (perceptivas) y de origen interno (imaginadas), establecida por (JOHNSON, 1981), quienes
afirman que las memorias basadas en hechos reales son cualitativamente diferentes de las basadas
en fantasías o imaginaciones.
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Por otra parte, algunas diferencias entre memorias de origen externo e interno pueden detectarse
también mediante otras técnicas de análisis, como el Análisis de la realidad de las evidencias 10,
el Análisis de la Realidad de las Declaraciones11 o el Análisis del contenido de las declaraciones12 que
permiten diferenciar entre testimonios creíbles y no creíbles. El campo de aplicación de estas
técnicas es los testigos infantiles víctimas de abuso sexual o físico 13.
GLOSARIO DE TÉRMINOS
10 TRANKELL, A. (1982): Reconstructing the past. Stockholm: Norstedt & Soners. Barcelona. Pág. 45.
11 UNDEUTSCH, U. (1984): Courtroom evaluation of eyewitness testimony. International Review of
Applied Psychology, 51-67.
12 STELLER, M. y KÖEHNKEN, G. (1989): Criteria based statement analysis. En D.C. RASKIN
(Ed.): Psychological methods in criminal investigation and evidence. New York: Spinger.
13 MANZANERO, A.L. (2010). Memoria de Testigos: Obtención y valoración de la prueba testifical.
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RETARDO MENTAL.- Retardo del desarrollo mental de una persona. Dícese del que no tiene el
desarrollo mental corriente.
SIMULACIÓN.- Imitación de los síntomas de una enfermedad, la mayoría de las veces de manera
consciente y con los fines fraudulentos: Simulación de demencia.
RESUMEN
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Mientras ésta es la realidad, la experiencia nos dice que la labor del Psicólogo Forense, es
independiente a la de la psiquiatría y que son muchos los campos y las jurisdicciones donde el
Psicólogo Forense puede aportar sus conocimientos específicos. El Psicólogo Forense, para la
elaboración de dichos peritajes y demás funciones, debe poseer determinados conocimientos, que
pueden ser genéricos y específicos. Cuando se habla de conocimientos genéricos, se hace referencia
a aquellos comunes a la ciencia de la psicología; es decir, el psicólogo que desee intervenir en el área
forense como perito debe dominar siete grupos de conocimientos. Un tema de gran preocupación, en
relación, a la elaboración de informes periciales psicológicos es la falta de consenso en la estructura
de dichos informes de los tribunales en cuanto a los puntos de mayor importancia que deben contener.
De igual manera el problema se les presenta a los jueces y abogados en la interpretación de los
mismos. Ello se debe a que a veces no resultan claras las conclusiones no responden en forma clara
y precisa a la pregunta del operador jurídico; en otras palabras, no responde al motivo de consulta
exacto que ha motivado su petición, lo que lleva indiscutiblemente a que dichos operadores se inhiban
en la petición de dichos informes a los profesionales de la psicología. Se requiere, pues, que tanto
psicólogos forenses como operadores jurídicos reciban la formación para el acercamiento necesario
interdisciplinario. Sólo así los unos y los otros podrán colaborar para una mayor eficacia en la aplicación
de la Ley, la justicia y viabilidad de la norma jurídica.
El profesional psicólogo tendrá como tarea, aportar en determinada litis, una opinión fundada,
colaborando con el Juez en el dictado de sentencia y, a su vez, abordar problemáticas humanas desde
una perspectiva diferente a la de la clínica tradicional. Una postura superadora indica que, los puntos
en común y las diferencias entre el Derecho y la Psicología son útiles para la investigación y
construcción de interdisciplinariedad.
En la Psicología Forense Clínica las principales técnicas utilizadas consisten en las propias de la
psicología clínica, esto es, de la metodología de entrevistas y de los instrumentos de evaluación
utilizados habitualmente en esta área para la valoración de estado mental o de la personalidad. No
obstante, para algunas actuaciones no existen instrumentos que midan las variables específicas
consideradas en psicología forense, como ocurre en los casos de custodias disputadas, donde
no existe por el momento un instrumento que permita concluir quién es el progenitor más
adecuado para ostentar la custodia de los hijos. En estos casos, la combinación de varias técnicas
y procedimientos facilitarán la labor del psicólogo forense.
Las entrevistas estructuradas son aquellas específicamente diseñadas con un propósito y por lo
tanto con un guión más o menos definido. Se utilizan principalmente en casos de violencia de
género, agresiones sexuales, actitudes parentales, trastorno de estrés post traumático, déficit
neuropsicológicos o toxicomanías, entre otras. Las pruebas psicométricas constituyen
fundamentalmente una medida objetiva y tipificada de una muestra de conducta, lo que supone
uniformidad en el procedimiento de aplicación y puntuación, y una interpretación de los resultados
conforme a unas normas establecidas
25
Los más utilizados son los test de inteligencia, las pruebas de personalidad y las pruebas
neuropsicológicas. Las pruebas proyectivas se basan en la evaluación del comportamiento dinámico
de los sujetos ante diferentes estímulos, por ejemplo dibujos o juegos.
Para algunas de las evaluaciones periciales se utilizan pruebas específicas según el tipo de delito
de que se trata. Las más utilizadas se circunscriben a la evaluación de las agresiones sexuales,
a la conducta violenta, a las víctimas de agresiones, a las toxicomanías, y a la evaluación en
guarda y custodia. Desde el punto de vista de la identificación de personas, el Proceso Penal
establece diferentes procedimientos para permitir la identificación del delincuente, definida como la
acción de designar a presencia judicial a una persona determinada como responsable de un hecho
delictivo.
En algunos casos puede producirse la identificación previa del sospechoso de un delito en una
fotografía. Esta identificación puede realizarse de forma natural, por la aparición del supuesto
culpable en medios de comunicación, o como consecuencia de una “rueda fotográfica” en
comisaría o los juzgados. Así, la labor del psicólogo forense experimental será evaluar el
tamaño funcional de la rueda y los posibles sesgos en su composición, y asesorar sobre los diferentes
factores de influencia que sesgarían las respuestas de los testigos.
Podemos señalar dos formas diferentes de toma de declaración: formato de recuperación narrativo
y formato de recuperación interrogativo. Tradicionalmente estas dos formas se han empleado de
forma complementaria. En el formato narrativo se pide al testigo simplemente que cuente qué
sucedió. En términos de tareas de memoria se le está pidiendo que realice una tarea de recuerdo
libre: que sin limitación alguna y sin interrupciones cuente todo lo que recuerde, de la forma que
prefiera. El formato interrogativo consiste en realizar una serie de preguntas a los testigos que
previamente han sido elaboradas formando el guión del interrogatorio, que puede ser implícito o
explícito. Por otra parte, algunas diferencias entre memorias de origen externo e interno pueden
detectarse también mediante otras técnicas de análisis, como el Análisis de la realidad de las
evidencias, el Análisis de la Realidad de las Declaraciones o el Análisis del contenido de las
declaraciones que permiten diferenciar entre testimonios creíbles y no creíbles. El campo de
aplicación de estas técnicas es los testigos infantiles víctimas de abuso sexual o físico
Concluimos el trabajo señalando que la psicología forense en un área muy compleja desde el punto de
vista jurídico, por lo que es necesario investigar más acerca de la misma para que pueda desarrollarse
mejor dentro del campo legal.
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CONCLUSIONES
Como se ha podido apreciar es un área muy compleja, tanto desde el punto de vista de sus
aplicaciones jurídicas, como del alcance de los objetivos de las investigaciones implicadas. Y sus
métodos y procedimientos están en constante evolución de la mano de la tecnología y la investigación.
Aun cuando todavía sigue siendo desconocida en algunos aspectos, incluso para algunos
profesionales de la justicia y la investigación. No obstante, pronto será imprescindible contar con
sus aportaciones como ocurre en la mayoría de los países de nuestro entorno, donde no se
entiende la administración de la justicia sin la colaboración de la Psicología Forense tanto Clínica
como Experimental.
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REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
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ANEXOS
Anexo A
Anexo B
Dr. Walker
La pobreza, la participación desigual en los recursos económicos existentes, contribuye a alienar y
perjudicar a las personas que pertenecen a las clases sociales bajas. Plantea Walker que la persona
pobre está sobre-expuesta a limitaciones y frustraciones que les hacen reaccionar de tres formas:
(a) tratar de lograr las metas y aspiraciones aprendidas socialmente usando medios desviados e
ilegítimos, por ejemplo, con la venta de drogas; (b) puede reaccionar agresivamente ante la
frustración de sus metas no logradas, ejemplo, desahogando su coraje en
vandalismo; (c) se adaptan a su pobreza con resignación, fatalismo, pasividad, falta de fe hacia su
futuro, falta de confianza, entre otras cosas; por ejemplo, viendo el delito pero no haciendo nada por
detenerlo.
Dra. Madeline Román
Plantea que el crimen es un problema de la estructura social. El estado criminaliza los actos de la
población con una lamentable tendencia a hacerlo en mayor proporción con los sectores en pobreza.
Las definiciones del delito son instrumentos normativos que favorecen a los controles e intereses de
las clases dominantes. Cree que los gobiernos han usado estrategias de corte mecanicistas en el
manejo de la criminalidad, que en vez de prevenir lo que muchas veces hacen es estereotipar aún
más las comunidades pobres (ejemplos: los proyectos comunales) Denuncia Román que la única
respuesta ha sido aumentar el sistema de control represivo (más cárceles, más delitos, etc.) en vez
de bajar y prevenir la conducta y sus causas. De otra parte, señala que el sistema de justicia criminal
ha sido demasiando complejo, grande, lento, inoperante y hasta injusto en sus sistemas de manejo
y aplicación de castigos. La Dra. Román cree que la presencia de un estado asistencial, la
desmoralización de la gente, la falta de una distribución apropiada de los recursos contribuyen a
perpetuar la hostilidad, los conflictos y la desigualdad que en algunos individuos puede provocar
conducta antisocial como la única vía de salida.
Dr. Ryan
Cree que existe una tradición de "culpabilizar a la víctima", que consiste en atribuir responsabilidades
a la pobreza y/o las minorías raciales y nacionales, sin plantearse un análisis ni alternativas de
cambios sobre las condiciones que crearon las mismas. Cree que la política gubernamental de
ofrecer justicia como un favor humanitario (estado benefactor) y no como un derecho humano ha
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contribuido a cargar negativamente la justicia social. Critica que la función de los profesionales se ha
limitado a la de identificar la víctima como ofensor y no la de prevenir las situaciones/ condiciones
que estimulan el conflicto. La culpa de la víctima tiende a afectar doblemente a los individuos en
condiciones de pobreza, ignorando la violencia institucional y confinándola falsamente a solo ciertos
sectores.
Prof. Ruth Silva de Bonilla
Considera que parte del problema de la criminalidad es que muestra una tendencia de dejar fuera
de su definición los crímenes de los poderosos. La población clase media y pobre ve cómo pasan
impunes delitos cometidos por gente en clases económicas altas, como las medidas punitivas son
más severas con el pobre y demasiado laxas con el rico, y esta desigualdad en la administración y
aplicación de las leyes crea descontento y hostilidad. En estas posturas reseñadas hasta aquí existe
un elemento común: los/ as autores /as piensan que el delito ocurre porque la sociedad permite,
mantiene o fomenta ciertas condiciones de desigualdad al acceso o garantía de satisfacciones
mínimas básicas entre los individuos que componen la sociedad, y permite y legitima, de esta forma,
la carencia de recursos, dejándoles a estos individuos la posibilidad de optar por estrategias ilegales
para conseguir la satisfacción de sus necesidades. Otras posturas culpabilizan a patrones y actitudes
modernos como el consumismo. El antropólogo social puertorriqueño, Dr. Seda Bonilla, plantea que
los valores han sido sustituidos -de aquellos del bien común y del crecimiento del ser por aquellos
que tienen que ver con lo que se tiene materialmente-. Es su planteamiento que hemos cambiado la
cultura del ser por la cultura del tener. Este cambio ha hecho que la obtención de valores materiales
se convierta en una meta superior a otras como la honradez, la sencillez, la humildad, entre otras.
Nota: Opiniones sobre La Conducta Criminal (Artículo publicado el 04 de marzo de 2004, por Angie
Vázquez Rosado)
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