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Material Complementario 3
Material Complementario 3
de un sistema democrático.
Por Alicia B. OLIVEIRA*
Las trágicas historias vividas en el mundo nos enseñaron, de esa manera dolorosa
en que los pueblos plasman sus experiencias históricas, que nada hay mejor que un
Estado de derecho. A nuestro derecho de origen continental, hemos incorporado el
derecho internacional de los derechos humanos; en nuestra región rige el sistema de
normas prevalentes para la construcción de sociedades democráticas. El valor de
las normas fundamentales es evidente y hoy sabemos que éstas fijan, a los
legisladores, la obligación de cumplir con normas ineludibles para que los
gobernantes puedan ser controlados por la sociedad. Este criterio no es pequeño ya
que la sumisión a la ley es la base del Estado de derecho. El cómo se protegen
estos principios nos lleva a poner la mirada en el iluminismo y a recordar las
palabras de Kant cuando decía: "Todas las acciones referentes al derecho de otros
hombres cuya máxima no pueda ser publicada, son injustas"(3)
En otras palabras, si quienes nos gobiernan deben mantener algo secreto no sólo
crean un derecho injusto, sino que nos alertan sobre lo negativo del contenido de lo
oculto, el que —sin duda— producirá una reacción negativa en los gobernados.
De allí que la publicidad de los actos de gobierno no sólo sirve para controlar sino
que es, esencialmente, una forma de control.
Platón dijo que "al tirano le está permitido hacer en público actos escandalosos
que el común de los mortales no se permitiría hacerlos sino en sueños"(4). Sin
llegar a tales extremos, en la actualidad los funcionarios se permiten actividades que
prohiben a los ciudadanos y utilizan para ello el recurso del secreto a fin de evitar el
escándalo y el escrutinio de la ciudadanía.
Tal vez sea bueno recordar que las normas del derecho no son elementos aislados
construidos como meros objetos de poder, sino que responden a determinadas
circunstancias económicas, sociales, políticas y culturales. Lo público tiene que ver
con la modernidad y su constitucionalismo. Por ello no debemos olvidar que el
concepto de lo público y —en forma más concreta— de la publicidad de los actos de
gobierno es una conquista sobre el autoritarismo. Afuerza de ser reiterativos,
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recordaremos que en el Estado contemporáneo esatensión entre democracia y
autoritarismo se corporiza en la segunda postguerra mundial al incorporar los
derechos humanos como respuesta a los crímenes del fascismo y se complementa
en América Latina, en la década de los ochenta,
cuando se decide construir sociedades democráticas en la región.
Cuando nos referimos a la definición de Bobbio sobre democracia, rescatamos el
principio de reglas procesales; cuando recordamos la forma en que los pueblos
plasman su experiencia histórica recuperamos los derechos humanos y la ley; así
podemos seguir incorporando otros principios que integren con mayor precisión
elconcepto a definir. En función de ello podemos afirmar que la democracia es una
obra abierta porque es una expresión de los ideales jurídicos y políticos siempre
nuevos y en desarrollo que surgen con la transformación de la sociedad, por ello la
cuestión es dinámica y progresiva.
Vale pena recordar que el concepto de lo público nace con la res publica, Bonfante
decía: "El nombre que [tal nuevo ordenamiento] recibe en oposición al reino
no lo designa en modo propio y específico. Como el griego politeia, que no
significa sino la constitución, como en nuestro propio término constitución,
res publica es un término genérico, que no significa sino el Estado, o más
precisamente la esfera de las tareas y de los intereses públicos; una mera
antítesis paralela de res privata o familiaris..."(5).
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interés privado en actos oficiales y así por el estilo, sólo por dar ejemplos
banales, cosas de todos los días" (8).
1.- Por Alicia B. Oliveira, Defensora del Pueblo de la Ciudad de Buenos Aires.
2.- Bobbio, Norberto; Sección de obras públicas de derecho. El futuro de la
democracia; Fondo de Cultura Económica de Argentina, Buenos Aires, p. 9.
3.- Sartori, Giovani; Teoría de la democracia. 1. El debate contemporáneo; Alianza
Universidad, Mardrid, 1995, p. 259.
4.- Kant, Imanuel; Zum ewigen Frieden, apéndice II, en Kleinere Schriften zur
Geschichtsphilosophie, Ethhik und Politik, Leipzig, 1931, p. 163.
5.- Bobbio, Norberto; Nicola Matteucci Gianfranco Pasquino, Diccionario de Política,
siglo XXI, México, 1994, p. 1394.
6.- Ibid 1; p. 65.
7.- Kant, Immanuel; Respuesta a la pregunta: ¿Qué es el iluminismo?; Turín, 1956,
3
p. 148.
8.- Ibid 1, p. 71.
9.- Sartori, Giovanni; Teoría de la democracia 1. El debate contemporáneo; Alianza
Universidad, 1995, p. 239.
10.- Real Academia Española; Diccionario de la Lengua Española; vigésima primera
edición, editorial Espasa Calpe, Madrid, 1992.
11.- Ibid.