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EMILIO PACHECO
“Tulum”, JEP
En el presente trabajo se analizarán “La fiesta brava” y “La luna decapitada”, dos cuentos de
corte fantástico escritos por José Emilio Pacheco y publicados en El principio del placer y
está presente a lo largo de toda su obra, y cómo la irrupción de esta historia se dará a partir
EL PAPEL DE LA HISTORIA
A lo largo de su extensa carrera literaria, José Emilio Pacheco trató múltiples temas en sus
textos. El más importante de todos fue el tiempo y, dentro del mismo, la historia adquiere un
papel especial. El tiempo del género humano, minúsculo en comparación con el tiempo
humano, en tanto éste persiste como un ejercicio de dominación y violencia sobre los otros.
ciertas excepciones como la novela Morirás lejos (1967), situada en los tiempos de la
atrae a su literatura de manera particular. Nacido a finales de los años 30, cuando el país
importante, impulsado en parte por la Segunda Guerra Mundial, contrastante con los terribles
años de la Revolución, Pacheco sentía próximos los años del conflicto armado en México.
En una entrevista dada unos años antes de su fallecimiento, el autor comentó que se
encontraba escribiendo un libro cuyo posible título era “Río de la Piedad”, en referencia al
antiguo alfuyente que circulaba por la Ciudad de México, y que trataba “sobre las cosas que
se contaban en mi casa de todas las personas que habían participado en la revolución, lo que
podríamos decir la visión de los vencidos” (Berlanga, 2011). La visión de los vencidos, en
sin llegar a ser moralizante. De acuerdo con Rubén Lozano Herrera, al hablar de la historia
en Las batallas en el desierto, el “acercamiento al pasado nos fuerza a los lectores, de varias
maneras, a ver éste con actitud crítica” (140), y al ejercer esta actitud crítica con respecto al
pasado también se hace con el presente. Esta crítica hacia el pasado reflejada en el presente
mal la guerra,
Hubo algo en el génesis mismo del país que terminó afectando su porvenir, semejante a cierta
idea del pecado original judeocristiano o como señala T.S. Eliot en uno de sus Cuatro
Cuartetos: “Y cada instante, una nueva y estremecedora/ Valoración de cuanto hemos sido”
En “La fiesta brava” existen dos relatos, el primero de ellos es una ficción dentro del
propio texto, un cuento escrito por Andrés Quintana, personaje principal, y al final, la
separación entre el paradigma de realidad del cuento con la ficción del relato de Quintana es
rota, aunque nunca explicitada. El cuento inicia con una ficha de búsqueda de Quintana y
prosigue al cuento que él escribe una revista próxima a publicarse. En la primera edición del
libro y la última impresión hecha, esta parte del cuento tiene una tipografía distinta, a la
recorrido que deberá hacer el viernes 13 de agosto al subirse al último vagón del último metro
llevado a un lugar bajo la tierra, por medio de galerías subterráneas, para ver la Piedra
Pintada. Al final llega a una galería donde es sacrificado. Entonces empieza el otro relato, el
de la vida de Andrés Quintana. Se encuentra realizando una traducción, cuando recibe una
cuando recibe la llamada de Arbeláez. Escribe el cuento en una sola noche y al día siguiente,
leen en privado el cuento de Quintana que termina por ser rechazado. Luego de discutir,
americano, el capitán Keller, e intenta huir, pero es atrapado por tres hombres que lo
acechaban.
histórico real de la Revolución. Ortega encuentra en el hecho de que Blanquet fue aliado de
venganza. Blanquet cae en una barranca con su caballo. En la siguiente escena, Ortega le
entrega al general Francisco L. Urquizo, otro personaje histórico, la cabeza de Blanquet, ante
la cual se horroriza por su aspecto y olor, y le reprende por su acto cometido. En otra escena,
Urquizo señala la decapitación como salvajismo, ante lo cual Ortega explica que, luego haber
ingerido alcohol recordó una leyenda popular que contaba que había ocasiones en que la luna
era decapitada por su hermano, al ella intentar matar a su madre. Urquizo, individuo letrado
Coyolxauhqui, pues la aprendió en la escuela o leyéndola en algún libro, ante lo cual Ortega
responde que no sabe leer. Después de otra batalla, Ortega entrega nuevamente una cabeza
intento de escalar en el poder, en parte por sus excesos y en parte por su condición de
rostro. Intenta arrancársela sin éxito y escucha el trotar de caballos que lo persiguen. Entiende
LO FANTÁSTICO Y LO PREHISPÁNICO
De acuerdo a Ana María Barrenechea, los textos de literatura fantástica son aquellos en los
cuales se pone “el centro de interés en la violación del orden terreno, natural o lógico, y por
lo tanto en la confrontación de uno y otro orden dentro del texto, en forma explícita o
implícita” (61). Así, podemos encontrar en estos dos cuentos un ejemplo de textos
fantásticos, pues en ambos el orden lógico que nos ofrece el texto es roto.
Tanto en “La fiesta brava” como en “La luna decapitada” nos es presentado un
paradigma de realidad. Este paradigma es reforzado a través de la lógica misma de los actos
que realizan sus protagonistas, como por las múltiples referencias históricas que Pacheco
inserta a lo largo de sus textos. En “La fiesta brava”, el contexto histórico y social de
principios de los setenta, en el que está inscrito el personaje de Andrés Quintana, es expresado
por la canción que se escucha mientras realiza su traducción, “Chirpy Chirpy Cheep Cheep”
de la banda Middle of the Road. El juego borgeano de inventar libros con datos que les dan
un aire verosímil y los diferentes guiños intertextuales, también son parte de esta
Ciudad de México.
En “La luna decapitada”, la construcción del paradigma de realidad del texto obedece
noticia sobre la muerte de Emiliano Zapata, acaecida en abril de 1919. Aquí existen
disonancias en las fechas, pues algunas biografías de Blanquet señalan 1918 como año de su
Universidad Veracruzana, el cual afirma que su abuelo, Sabino Calderón Vivar, decapitó a
Veracruz, donde se exhibió por varios días”. De esta manera, el margen temporal con
Al final de ambos cuentos, se produce un suceso insólito que rompe con la estructura
de los límites entre la ficción y la realidad, pues la primera entra al “mundo real”; el capitán
Keller, que estaba circunscrito a la ficción de Andrés Quintana, irrumpe en su propia realidad.
Mientras que en “La luna decapitada”, Ortega termina en el Mictlán siendo perseguido por
muertos que buscan cercenar su cabeza, cuando en su paradigma de realidad, este no era más
que un lugar inscrito en la ficción de la literatura oral, como la conoció él a través de las
En ambos relatos, el rompimiento del paradigma está signado por lo que Arbeláez
elementos prehispánicos que tienen ambos cuentos (la Tenochtitlan subterránea, el Templo
con los pueblos nahuas que habitaron en lo que es hoy la Ciudad de México y alrededores,
que con otras colectividades precolombinas del resto del país. Quintana, así como el capitán
nacional, cuestiona el presente del cuento. En “La luna decapitada”, pareciera que la condena
Ortega es aplicada a quienes ejercen la violencia más despiadada contra sus víctimas, si bien
esta noción del castigo en el Inframundo parece estar más relacionada con la concepción
judeocristiana del mismo, mientras que en “La fiesta brava” la irrupción está precedida por
una crítica a las represiones sangrientas llevadas a cabo por el Estado mexicano; cabe
muy cercanos. La relación que se hace entre el sacrificio prehispánico con dichas masacres
Eliot, T.S. Cuarto cuartetos. Trad. José Emilio Pacheco. Ciudad de México: Ediciones Era;
El Colegio Nacional. 2017. Impreso.
Lozano Herrera, Rubén. “Memoria, novela e historia: Las batallas en el desierto y algunas
posibilidades de acercamiento al pasado”. En José Emilio Pacheco: perspectivas críticas.
Popovic Karic, Pol y Chávez Pérez (coord.). México: Siglo XXI; ITESM. 2006. 138-153.
Impreso.
Pacheco, José Emilio. El principio del placer. México, D.F.: Ediciones Era. 1997. Impreso.