4 La I 1 PDF

También podría gustarte

Está en la página 1de 10

La indumentaria como fuente para la

didáctica de la historia: problemática y


estado de la cuestión.

Nayra Llonch Molina


Universitat de Barcelona

Resumen:
La indumentaria es un objeto de incuestionable valor para la didáctica de la historia y
de otras ciencias sociales, ya que posee todas las cualidades de la didáctica del objeto con un
atractivo añadido muy vinculado a su aspecto y funcionalidad estética y a su reclamo visual;
es fácil vincular períodos históricos con su indumentaria característica, puesto que nuestro
imaginario cultural está lleno de películas, pinturas e incluso disfraces que proporcionan
datos al respecto. Lo que resulta complicado es dilucidar qué imágenes son las más fidedig-
nas, y esta cuestión no es otra que la relacionada con la veracidad y rigor de las fuentes de
la indumentaria. El presente artículo analiza dicha problemática, además de la relacionada
con la polisemia de su nomenclatura, con la necesidad de conocer su contexto estético o con la
naturaleza de sus cambios y continuidades.
Palabras clave: Indumentaria, fuentes materiales, didáctica del objeto, didáctica de la
historia, ideas estéticas.

Abstract:
Clothing items, as objects, are of great value for History didactics as well as in teaching
and learning other social sciences, due to the fact that they have not only all characteristics
related to objectual didactics but also some extra qualities concerning their aesthetic function
and visual power. Indeed, it is easy to associate historical periods to their most characteristic
costume, since we have lots of information coming from films, paintings or even fancy dresses.
The issue then has to do with the way to learn which images are more reliable, therefore it is
a matter of scientific rigour in clothing sources. Analysing this issue as well as other issues
related is the main porpouse of this article.
Key Words: Clothing, Objectual Sources, Object Didactics, History Didactics, Aesthetic
Ideas.

(Fecha de recepción: junio, 2010, y de aceptación: septiembre, 2010)

DIDÁCTICA DE LAS CIENCIAS EXPERIMENTALES Y SOCIALES. N.º 24. 2010, 63-72 (ISSN 0214-4379) 63
Las fuentes de la indumentaria y en cuenta el potencial del vestido como
su valor fuente histórica, es decir, sin tener pre-
sente las múltiples lecturas a que la
Tanto para el investigador como indumentaria, como objeto del pasado,
para el didacta, la indumentaria, como puede dar pie.
cualquier resto del pasado, es una fuen- Por otra parte, y también como toda
te de tipo material y tiene unos valores fuente, la indumentaria está sujeta a un
añadidos. Por lo tanto, su valor para proceso de selección que no depende sólo
nosotros es doble: por un lado tiene un de su valor material sino que depende,
valor propio derivado de la materia y el sobre todo, de su valor documental. Las
trabajo añadido o artístico que la com- fuentes históricas actualmente exis-
ponen, por otra parte, tiene un valor tentes no son el resultado aleatorio de
estrictamente vinculado a su carácter elementos conservados, sino el resulta-
de fuente del pasado. Este doble valor do de un riguroso proceso de selección;
de la indumentaria –como fuente his- así, la documentación archivística que
tórica y como obra de arte- se refleja se conserva, por ejemplo, en una casa
en los tejidos y vestidos de las clases señorial, en una hacienda o en una casa
altas; en cuanto a la indumentaria de parroquial es una selección de aquellos
las clases sociales inferiores, en cambio, documentos que pueden ser útiles en
sólo actúa como fuente histórica, siendo el futuro, ya sea para afianzar y con-
escaso o prácticamente inexistente su solidar el patrimonio, para demostrar
valor añadido. De todo ello se despren- los vínculos de herencia patrimonial,
de, en parte, la evidencia de que el grue- mantener cohesionada la propiedad,
so de museos de indumentaria cuente señalar las aportaciones de cada uno al
entre sus colecciones con ejemplares patrimonio común y, en definitiva, todo
correspondientes a los modelos de las aquello que hace referencia a los valo-
clases altas y que obvie la indumenta- res de la propiedad. Bien es cierto que
ria de las clases bajas, porque –entre también se conservan otros documentos
otras posibles razones–1 sus ejempla- vinculados a valores emocionales, pero
res indumentarios no son contempla- estos últimos sólo se mantienen en el
dos como obra de arte. Por lo tanto, es tiempo mientras pervive el recuerdo de
de suponer que las colecciones actuales la emoción. Lo mismo pasa con los bie-
de tejidos e indumentaria se basan, en nes inmuebles donde, paradójicamente,
gran parte, en la concepción estética se conservan más catedrales visitables
del vestido como obra de arte sin tener que casas de artesanos medievales, se

1 Entre las razones por las que los elementos del vestido de las clases sociales inferiores no se suelen
mostrar en los museos de indumentaria podríamos incluir, además del hecho ya citado de que se trata
de ejemplares faltos del aspecto estético de la indumentaria, el hecho que las clases inferiores utilizaban
una misma pieza de vestir hasta que ésta acababa estropeada o hecha girones de tanto usarla; es más,
probablemente, aprovechaban los restos de lo que quedara para alguna otra función: trapos, vendas,
etc., por lo que parece natural que raramente hayan sobrevivido este tipo de ejemplares.

64 DIDÁCTICA DE LAS CIENCIAS EXPERIMENTALES Y SOCIALES. N.º 24. 2010, 63-72


conservan más palacios burgueses que accesorios de las clases altas y no de las
viviendas proletarias, y este hecho tam- clases inferiores.
poco se debe al azar. Si esto pasa con Por lo tanto, si todas las premisas
todo tipo de fuentes por razones ideo- que hemos anunciado son ciertas, los
lógicas, ¿por qué no ha de pasar con la museos de indumentaria como fuente
indumentaria? del pasado tienen un valor limitado, ya
Los museos de indumentaria refle- que solo nos pueden mostrar una parte
jan, pues, en primer lugar, esta pro- de la sociedad –la referente al entor-
blemática de las fuentes vistas casi no de las clases más privilegiadas- y
exclusivamente como objetos estéticos, nos esconden, por desconocidas, lo que
y este hecho ciertamente no es exclu- podríamos llamar las clases populares.
sivo de este tipo de museos, también Este hecho, que tampoco es exclusivo de
la indumentaria, ya que lo encontramos,
los museos de arte, por ejemplo, refle-
como hemos dicho, en todo tipo de fuen-
jan mucho más las producciones de las
tes, afecta, sin duda, al valor educativo
clases altas que las de las clases bajas2.
de los museos del vestido. Es decir, en
De igual manera, los museos de artes
la medida en que el museo de indumen-
decorativas solo muestran los produc-
taria no ofrece los modelos con que las
tos generados para las clases altas 3. clases populares se han vestido, su valor
Así, pues, en segundo lugar, los museos como fuente histórica y sus potencialida-
de indumentaria ponen de manifiesto des didácticas quedan muy limitados4.
la problemática que gira en torno a la Tal vez por este motivo, los museos de
selección de las fuentes históricas; del indumentaria suelen estar alejados de
mismo modo que han perdurado gran planteamientos didácticos, y tanto la
multitud de vasos de vidrio refinados ordenación de las colecciones como su
del siglo XVIII o juegos de cubertería de presentación al público responden más
oro utilizados por los estamentos privi- a criterios de “escaparatismo” y espa-
legiados y no lo han hecho toscos vasos cios de presentación de la moda –otra
de cerámica de uso habitual entre las vez parece que el elitismo que subyace al
clases bajas, han perdurado vestidos y origen de sus colecciones se impone tam-

2 Incluso el pintor flamenco Pietre Brueghel, que pintaba figuras, actividades y paisajes propios de las
clases bajas, ejercía su arte aparentmente proletario para disfrute de las clases altas; de igual modo que
en el renacimiento la adopción de pastorelas era un tema exótico del gusto de las clases altas.
3 Si bien es cierto que esta tendencia ha sido superada, en las últimas décadas, por una serie de museos

y centros de interpretación que han intentado recuperar tanto los utensilios como las herramientas de
trabajo, así como otros aspectos relacionados con la vida cotidiana de las clases trabajadoras. Pero inclu-
so esta tradición se enmarca, a menudo, dentro de una tradición etnográfico, propia de una burguesía
industrial y financiera.
4 La utilización del término “didáctica” –“didácticas”, en este caso- responde a la dimensión aplicada del

término “educación”; este último lo entendemos mucho más relacionado con una dimensión moral y/o
filosófica muy compleja y que no intentaremos analizar en este artículo.

DIDÁCTICA DE LAS CIENCIAS EXPERIMENTALES Y SOCIALES. N.º 24. 2010, 63-72 65


bién en el modo de presentación- que a razón, fue él quien promovió en el ves-
criterios propios de equipamientos des- tido de corte los tacones altos –de hasta
tinados a hacer comprender la evolución 12,5 cm- y de cuero rojo. Como hemos
de la cultura humana en su aspecto de dicho, esto son ejemplos de anécdotas
protección y confort. En este punto pare- que afectan a determinados aspectos de
ce lógico plantearse si es cierto que el la indumentaria. Es importante, pues,
valor de las colecciones es inversamente no perderse en las anécdotas e ir a bus-
proporcional a sus posibles aplicaciones car los cambios originados por causas
didácticas. Se trataría, pues, de intentar menos triviales y que, por tanto, pueden
comprobar hasta qué punto una buena mostrar o explicar a la vez cambios más
parte de estos equipamientos tienen o profundos referentes a aspectos socia-
no una auténtica vocación didáctica más les, históricos, económicos o ideológicos.
allá de la necesidad natural de comu- Este sería el caso, por poner un ejemplo,
nicar sus contenidos a un público de de la irrupción de tejidos de algodón
amplio espectro5. estampado en la indumentaria europea
de finales del siglo XVIII y principios
del siglo XIX. Su uso correspondía a una
Cambios anecdóticos y cambios naciente y poderosa industria del algo-
profundos que rigen los trajes dón, fruto de las colonizaciones de tie-
rras aptas para su producción, con una
Una segunda problemática relacio- incipiente tecnificación que comportó la
nada con la indumentaria se refiere al democratización de este tejido, puesto
origen de sus cambios: unos se deben que su precio era mucho más asequible
a causas profundas, por el contrario, que las sedas, rasos y bordados que solo
otros se deben a simples anécdotas. podían permitirse las clases más ricas o
Por ejemplo, la moda de llevar pelucas privilegiadas.
ampliamente extendida entre las cla- Una vez aquí, cabría preguntarse,
ses privilegiadas y que duró más de un ¿hasta qué punto las anécdotas son
siglo parece ser que tuvo como princi- relevantes en la historia de la indumen-
pal propulsor el rey Luis XIV, no por- taria?
que fuera calvo –dicen que más bien
tenía una cabellera abundante- (Cos-
grave, 2006), sino para ganar estatu- La indumentaria, espejo de los
ra. De esta manera instauró la moda cánones estéticos
de la peluca de melena llamada in folio
–alta, con dos picos y rizada–. De igual El tercero de los problemas de tipo
manera, y probablemente por la misma general que plantea el estudio de la

5 Dehecho, éste ha sido uno de los objetivos de la tesis doctoral de Nayra Llonch Molina, titulada Espacios
de presentación de la indumentaria como recurso didáctica: problemática y estado de la cuestión, a cuya
consulta que se puede acceder a través de las redes de tesis doctorales en línea TESEO (http://www.
educacion.es/teseo) y TDX (http://www.tesisenxarxa.net/).

66 DIDÁCTICA DE LAS CIENCIAS EXPERIMENTALES Y SOCIALES. N.º 24. 2010, 63-72


indumentaria, así como las bases de su ellos, y con cierta relevancia, aparece el
potencial didáctico, es el hecho de que la concepto de “fealdad” y la idea de que lo
aceptación o no de los modelos está muy feo puede ser necesario para la belleza,
vinculada al concepto de belleza. Dado porque “el universo creado es un todo
que el concepto de belleza es dinámico y que ha de apreciarse en su conjunto,
cambia de acuerdo con otros valores de donde las sombras contribuyen a que
cada época, el problema de su valoración, las luces resplandezcan mejor, e inclu-
hoy, es fundamentalmente un problema so lo que puede ser considerado feo en
ligado, pues, a las ideas estéticas6. La sí resulta bello en el cuadro del orden
valoración de la indumentaria de cual- general” (Eco, 2004). De esta manera,
quier época implica, por tanto, un cono- lo aparentemente feo puede llegar a ser
cimiento previo de las ideas estéticas estético, pues, los desgarros, la ropa des-
de la época concreta, porque en éstas se garrada, por ejemplo, de ser fea –quizá
encuentra el origen o la razón de algu- por ser sinónimo de pobreza, de falta
nos de los rasgos característicos de la de medios- puede llegar a ser moda y,
indumentaria y de sus accesorios. Así, como tal, preciada, alabada y pagada a
por ejemplo, entre finales del siglo XV alto precio. Esta tendencia de los desga-
y el siglo XVI la mayoría de las muje- rros que tanto gusta a la juventud en la
res de las cortes europeas se afeitaban actualidad, y es criticada por fea para
el nacimiento del cabello, porque una las personas mayores, fue una moda
frente alta respondía al ideal de belleza extensamente seguida durante el siglo
de la época. Hoy en día, observamos el XVI que perduró de forma más sutil
retrato de Simonetta Vespucci, de Piero en modos o estilos muy posteriores. La
di Cosimo, y nos es quizás difícil ima- belleza es, pues, una categoría subje-
ginar su belleza, porque no se ajusta a tiva que afecta de manera diferente al
los cánones de nuestra época, un efec- ser humano según variables cronológi-
to muy diferente de lo que producía el cas y geográficas7.
mismo retrato en sus contemporáneos. La filosofía ha tratado ampliamente
Así, pues, en la historia de la indumen- este tema; David Hume, por ejemplo,
taria y de las ideas estéticas hay con- escribió que “la belleza no es una cua-
ceptos como proporción, armonía, extra- lidad de las cosas mismas: existe tan
vagancia, exageración, refinamiento, sólo en la mente del que las contempla y
austeridad, colores, símbolos... Entre cada mente percibe una belleza distin-

6 Resulta ciertamente difícil descodificar muchos elementos de la indumentaria si no se tiene en cuenta


la evolución de las ideas estéticas. Esto afecta no solo a la persona vestida, sino también al cuerpo des-
nudo y las diferentes miradas que el ojo ha tenido sobre “el desnudo”. De hecho, el trasfondo de la indu-
mentaria no es más que modificar el cuerpo, y con esta finalidad se entienden, también, muchos de los
elementos asociados al vestido –el maquillaje, el peinado, los accesorios, los zapatos, los sombreros, etc.
7 Sobre el subjetivismo de la belleza son sumamente interesantes y conocidos los ensayos de pensadores

como Immanuel Kant –Crítica del juicio– o Edmund Burke –Indagación filosófica sobre el origen de las
ideas acerca de lo sublime y lo bello.

DIDÁCTICA DE LAS CIENCIAS EXPERIMENTALES Y SOCIALES. N.º 24. 2010, 63-72 67


ta. Puede incluso suceder que alguien por el hecho de ser algo exclusivo, una
perciba fealdad donde otro experimen- pieza única o casi única.
ta una sensación de belleza; y cada uno Hacemos importante énfasis sobre la
debería conformarse con su sensación problemática que el concepto de belleza
sin pretender regular la de los demás. puede presentar en la indumentaria,
Buscar la belleza real o la fealdad real porque creemos que es relevante desde
es una búsqueda tan infructuosa como el punto de vista de la didáctica, ya que
pretender establecer lo que es realmen- utiliza conceptos muy subjetivos y es
te dulce o amargo” (Hume, 2008). Y así difícil enseñar con este tipo de concep-
como hay una subjetividad individual, tos. La subjetividad siempre significa
hay también una subjetividad colectiva una necesidad previa de contextualiza-
sobre la belleza que ha influido irreme- ción. Por tanto, podemos preguntarnos,
diablemente en la indumentaria y la ¿qué peso tienen los sistemas filosóficos
moda a lo largo de los tiempos. y las teorías estéticas en la definición
Aún podemos decir más sobre el con- del vestido de cada día?
cepto de belleza y sus implicaciones en
la indumentaria. Este concepto va liga-
do, a veces, a la estandarización –como La indumentaria, un mundo de
sería el caso de la ideología estética del particularidades y generalizacio-
grupo de la Bauhaus- que, a su vez, nes que oscurecen su nomenclatura
puede ir ligada al concepto o la reali- El estudio tanto científico como
dad del consumo, o, por el contrario, el didáctico de la indumentaria presenta
concepto de belleza también está ligado un cuarto bloque de problemas que van
a la exclusividad. Por poner un ejemplo, ligados a la singularidad y particulari-
la ropa de los grandes almacenes como dad de la indumentaria dentro de cada
Zara o H&M se puede considerar boni- territorio y de las generalizaciones que
ta a pesar de tratarse de prendas pro- se pueden establecer entre territorios
ducidas en masa, no únicas y con for- diferentes. Es decir, las formas cultu-
mas estandarizadas, al mismo tiempo, rales que imperan en Europa desde la
sin embargo, hay ropa de este tipo que Edad Media, y su característica frag-
acaba siendo considerada bonita –aun- mentación, crean un mosaico de trajes
que en principio no fuera demasiado resultado de mil y una influencias liga-
aceptada- por efecto repetición, una vez das a las materias primas, el clima, el
se ha visto una y otra vez tanto en las impacto de las redes comerciales, las
tiendas, en la calle, en las revistas, la tradiciones anteriores, etc. Esta afirma-
televisión... Por el contrario, una pren- ción es válida, sobre todo, en cuanto a
da puede llegar a considerarse bonita las clases populares8. En cambio, las cla-

8 Aunasí, es cierto que, a veces, las clases populares, por imitación de las clases superiores, han acabado
adoptando tendencias indumentarias o elementos del vestido propios de otros lugares.

68 DIDÁCTICA DE LAS CIENCIAS EXPERIMENTALES Y SOCIALES. N.º 24. 2010, 63-72


ses altas, sujetas a círculos culturales y nales, por otro, ha dado lugar a multitud
comerciales más amplios y con relación de vocablos relacionados con los compo-
continua, tendían más a homogeneizar nentes del traje y de sus accesorios. El
la indumentaria. Así, en determinados problema radica, no tanto en el elevado
momentos, la indumentaria del rey de número de vocablos, sino en la multipli-
Francia podía ser similar a la del rey de cidad de significados de estas palabras.
Inglaterra9. Vemos, pues, que se crean Este hecho tiene como consecuencia una
unos estratos de indumentaria donde se problemática de difícil solución, y, hasta
observa que en las clases bajas hay una hoy, los intentos de elaborar estudios
gran diversidad regional –muy ligada de síntesis sobre la nomenclatura de la
a las disponibilidades materiales más indumentaria no han sido demasiado
elementales-, mientras que en las cla- satisfactorios.
ses altas hay tendencias a crear mode- De todos modos, cabría interrogarse
los más reglamentados y, hasta cierto sobre hasta qué punto los particularis-
punto, con tendencias uniformadoras. La mos en la indumentaria son profunda-
propagación de la utilización de piel de mente significativos.
armiño como componente de lujo entre
las clases privilegiadas de toda Europa Historias de sastres versus historia
–cuando al principio solo se empleaba de la cultura
en regiones más nórdicas- es un ejem-
plo de cómo algunas tendencias de ori- El quinto bloque de problemas a
gen regional se pueden llegar a impo- los que un estudio de la indumentaria
ner entre las clases altas más allá de tiene que hacer frente está relacionado
las fronteras territoriales. Por lo tanto, con las obras de divulgación. La histo-
este mosaico cultural tan fragmentado, ria del vestido originalmente ha tenido
con ritmos diferentes que suponen una interés para los sectores que se dedican
“desincronitzación” de los cambios, hace o que están más directamente relaciona-
que sea muy difícil generalizar las ten- dos con la historia de la confección. Así,
dencias incluso hablando de las clases encontramos que, tradicionalmente, la
altas. Es más, todo este juego complejo historia del vestido se explica ligada a la
de fuertes regionalismos, por un lado, y historia de los sastres, de las modistas y,
de corrientes de influencias interregio- más recientemente, de los diseñadores10.

9 Si bien el estudio comparativo de los parecidos y similitudes entre la indumentaria de los dirigentes de
estos dos países, y de otros países europeos, con épocas de mayor proximidad y otras de más distancia-
miento, podría constituir una tesis por sí sola, entendemos que entre las clases sociales superiores ha
habido más fluidez en cuanto a la evolución de la moda en el tiempo y a las relaciones de influencia e
intercambio de tendencias indumentarias.
10 Cada vez más, y desde los años sesenta del siglo XX, proliferan los libros donde la indumentaria más

contemporánea se explica a través de sus creadores: los diseñadores; y la perspectiva imperante es, a
menudo, la de la moda como producto del genio de estos artistas. Tanto es así que incluso se crean mu-
seos entorno a diseñadores de moda, como es el caso del Musée Christian Dior en Granville (Normandía)
o el de Salvatore Ferragamo en Florencia, por poner dos ejemplos.

DIDÁCTICA DE LAS CIENCIAS EXPERIMENTALES Y SOCIALES. N.º 24. 2010, 63-72 69


La historia de la indumentaria es una ideológico, político... Incluso una obra
historia de los zapateros, los tejedores compendio de la cultura europea como
y tejedoras, los sastres, los fabricantes es The Culture of the Europeans. From
de sombreros, los peluqueros, los perfu- 1800 to the present (SASSOON, 2006)
meros y los fabricantes de guantes, etc. obvia cualquier referencia a la indumen-
Parece lógico, pues, que la bibliografía taria como elemento relevante de la cul-
se haya nutrido desde siempre de esta tura de Occidente. De todo ello se deri-
corriente ligada a los “oficios” del vestido. va, pues, que la indumentaria está poco
Ejemplos paradigmáticos de esta reali- integrada en la historia de la cultura.
dad se encuentran en libros de divulga- Una posible explicación de este hecho,
ción como Historic Costumbres and How como ya hemos hecho mención anterior-
to Make Them, de Mary Fernald y Eileen mente, radica en que la indumentaria,
Shenton (1937) o Historical Fashion in entendida como parte ligada a la moda
Detail, de Avril Hart y Susan North y debido a la creciente identificación de
(1998), que basan su estudio del vestido la primera con la segunda, es concebi-
histórico en los patronazgos. da como una forma de la cultura de la
En cuanto a las obras de divulgación banalidad, de lo superficial, y, por tanto,
realizadas desde la óptica de la historia hay un cierto temor o reticencia a ana-
del arte, nos encontramos con el proble- lizarla desde una perspectiva histórica
ma que suelen estar hechas por histo- académica y seria. La banalización de la
riadores del arte que, la mayoría de las indumentaria, su tratamiento como algo
veces, desconocen la complejidad de las superficial e, incluso, frívolo, ligado al
piezas a la hora de explicarlas y, como consumismo y una consecuente condena
consecuencia, provocan confusión en la moral, ha impedido que la indumentaria
comprensión del lector. Tampoco es fácil sea analizada en su vertiente de signifi-
entender con el análisis único de las pin- cante social.
turas, esculturas y grabados, los colores El ostracismo al que ha sido sometida
y texturas de las telas que conforman la indumentaria no ha tenido en cuenta
la indumentaria, que dependen mucho el hecho de que desde el análisis de la
de la habilidad del artista. Además, las sociedad se puede explicar la evolución
obras artísticas difícilmente muestran de la indumentaria, y viceversa, y que
todos los elementos que componen una un análisis exhaustivo de la indumenta-
indumentaria y, a menudo, los estudios ria puede decir mucho de la sociedad que
basados en ellas olvidan profundizar en la empleó o que la está utilizando. Esta
las piezas más escondidas del vestido, relevancia del aspecto social e, incluso,
pero no por ello de menor importancia. socializador del vestido, tan largamente
Lo que parece evidente es que existe olvidado en estudios sobre el tema, ha
un cierto déficit de estudios de indumen- sido siempre contemplada en estudios
taria analizada estrictamente en su con- sobre el vestido realizados por la disci-
texto histórico: sociológico, económico, plina de la antropología cultural11. Así,
11 La indumentaria y la moda son socializadoras en tanto que ponen de manifiesto la pertenencia o no del
individuo que la lleva a una determinada sociedad, clase social o contexto social.

70 DIDÁCTICA DE LAS CIENCIAS EXPERIMENTALES Y SOCIALES. N.º 24. 2010, 63-72


pues, ¿sería posible realizar un estu- recta podría transformar o tergiversar,
dio de la indumentaria desde enfoques aún sin pretenderlo y de la manera más
sociológicos? inocente –aunque también deliberada-
mente, si hay intención-, la información
de la fuente primaria. En el estudio de
El problema de basarse en fuentes la indumentaria, nos encontramos, de
adulteradas hecho, con algunos casos donde se han
reconstruido hipotéticas formas indu-
Por último, la sexta problemática de mentarias del pasado a través de fuen-
la indumentaria está relacionada con tes directas manipuladas tales como
las fuentes. No nos referimos a fuen- imágenes, relatos mitológicos, litera-
tes primarias como tejidos o prendas rios, etc. y los resultados han sido poco
de vestido, que, como se ha indicado, fiables. Un ejemplo muy interesante e,
representan un problema per se debido incluso, impactante –por las revelacio-
a su fragilidad y la consecuente falta de nes producidas en los últimos años–12
ejemplares en un estado más o menos puede ser el de la indumentaria creten-
óptimo para ser estudiados, sino a otras se de época minoica. Arthur Evans, que
fuentes de las que se han servido los empezó a excavar el palacio de Cnosos
historiadores. Precisamente, y debido a en 1899, inició la reconstrucción del
la fragilidad del material, muy a menu- palacio a partir de los años veinte del
do ha tenido que recurrir a fuentes indi- siglo XX y lo hizo con cemento armado.
rectas, con la problemática que la utili- Con la reconstrucción arquitectónica se
zación de fuentes indirectas puede com- puso en marcha una reconstrucción y
portar, nos referimos, especialmente, a restauración de los frescos, los mura-
la falta de exactitud. En términos pla- les en relieve y las estatuillas que se
tónicos, a modo de metáfora, podríamos habían encontrado. Esta tarea estaba
considerar las fuentes indirectas como en manos del pintor y artista francés
un sucedáneo o una copia corrompida Emile Gilliéron y de su hijo. Evans y
de las primarias, de tal manera que la Gilliéron, pues, restauraron las esta-
copia ha perdido cualidades respecto al tuillas13, los frescos y los estucos que
original y, en el caso de la historia, puede se habían encontrado de manera frag-
ser el resultado de una mala interpre- mentaria haciendo ensamblajes de
tación o una interpretación errónea del diferentes partes que, a menudo, no
original, de la fuente primaria. En con- correspondían a un mismo todo, y aña-
secuencia, la fuente secundaria o indi- diendo elementos ornamentales que en

12 Revelaciones que consideran copias o réplicas, y en algunos casos invenciones, la mayoría de estatuillas
minoicas que forman parte de las colecciones de muchos de los grandes museos del mundo, especial-
mente los norteamericanos.
13 Gilliéron llegó incluso a fundar un negocio basado en la creación de estatuillas a modo de “souvenir”

turístico que vendía a los primeros turistas o visitantes de las ruinas y que estaban hechas, en algunos
casos, según encargo del comprador.

DIDÁCTICA DE LAS CIENCIAS EXPERIMENTALES Y SOCIALES. N.º 24. 2010, 63-72 71


las pinturas o estatuillas originales no Bibliografía
aparecían14. El resultado fue una serie
de ejemplos iconográficos que, a pesar COSGRAVE, B. (2006) Historia de la
de la voluntad de aproximarse a los ori- moda. Desde Egipto hasta nuestros
ginales, eran un producto manipulado días, Editorial Gustavo Gili, Col·lecció
y, como tal, podía alejarse de la realidad GGmoda, Barcelona, p. 159.
o del momento histórico que los había ECO, U. (2004) Historia de la belleza.
creado. De hecho, estos mitos iconográ- Barcelona: Lumen, p. 148.
ficos como la famosa “Parisienne” o el FERNALD, M.; SHENTON, E. (1937)
“Príncipe de los lirios”, también llama- Costume Design and Making. A
do “Sacerdote-Rey”, por citar algunos Practical Handbook. London: Adam
de los ejemplos más conocidos, han sido & Charles Black.
referentes a la hora de estudiar la indu- HART, A.; NORTH, S. (1998) Histori-
mentaria cretense de época minoica. cal Fashion in Detail. The 17th and
Ahora bien, esas imágenes fueron crea- 18th Centuries. London: V&A Publi-
das a partir de diferentes fragmentos cations.
y con añadidos del restaurador, y todo
HUME, D. (2008) Ensayos morales y
ello ha creado conjuntos indumentarios
literarios, 1745. Madrid: Tecnos.
que los historiadores han considerado
y han estudiado como tales, sin tomar LLONCH, N. (2010) Espais de presenta-
en cuenta que estos conjuntos o com- ció de la indumentària com a recurs
binaciones quizás nunca existieron. Es didàctic: problemàtica i estat de la
este, pues, un ejemplo de cómo incluso qüestió. TDX: http://www.tesisenxar-
las fuentes primarias pueden ser mani- xa.net
puladas con la consecuente falsación de LLONCH, N. (2010) Espais de presenta-
los estudios que se basen en estas fuen- ció de la indumentària com a recurs
tes. Por lo tanto, esto nos hace pregun- didàctic: problemàtica i estat de la
tarnos, ¿de qué fuentes nos podemos qüestió. TESEO: http://www.educa-
realmente fiar? Este, sin embargo, no cion.es/tese
es un problema de la indumentaria ni SASSOON, D. (2006) The Culture of the
de la didáctica, ¡es el problema general Europeans. From 1800 to the present.
y apasionante de la Historia! Barcelona: Crítica.

14 Esta afirmación no pone en duda la calidad de las reconstrucciones y el hecho más que probable de que
en el momento de llevarse a cabo se basasen en otros ejemplos hallados. Tampoco pone en duda la buena
fe o la supuesta buena intención en una pretensión de fidelidad de las reconstrucciones. Ahora bien, sí
se puede decir que, en el afán de hacer atractivo al público el yacimiento, Evans i Gilliéron se excedieron
en sus actuaciones y añadieron detalles allá donde no se podía asegurar que hubiesen estado y crearon
mitos iconográficos que tal vez jamás habían existido de tal manera.

72 DIDÁCTICA DE LAS CIENCIAS EXPERIMENTALES Y SOCIALES. N.º 24. 2010, 63-72

También podría gustarte