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El acompañamiento terapéutico surgió en Argentina en los años 1970 de la mano del Dr. Eduardo Kalina, inicialmente como una práctica ligada a la psiquiatría para tratar pacientes psicóticos y con adicciones. A fines de los 1980, comenzó a consolidarse su uso en la educación especial e inclusión de pacientes oncológicos y geriátricos. A mediados de los 1990, el acompañamiento terapéutico empezó a institucionalizarse dentro de equipos en hospitales, aunque los acompañantes ter
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El surgimiento del acompañamiento terapéutico en Argentina 2016.docx
El acompañamiento terapéutico surgió en Argentina en los años 1970 de la mano del Dr. Eduardo Kalina, inicialmente como una práctica ligada a la psiquiatría para tratar pacientes psicóticos y con adicciones. A fines de los 1980, comenzó a consolidarse su uso en la educación especial e inclusión de pacientes oncológicos y geriátricos. A mediados de los 1990, el acompañamiento terapéutico empezó a institucionalizarse dentro de equipos en hospitales, aunque los acompañantes ter
El acompañamiento terapéutico surgió en Argentina en los años 1970 de la mano del Dr. Eduardo Kalina, inicialmente como una práctica ligada a la psiquiatría para tratar pacientes psicóticos y con adicciones. A fines de los 1980, comenzó a consolidarse su uso en la educación especial e inclusión de pacientes oncológicos y geriátricos. A mediados de los 1990, el acompañamiento terapéutico empezó a institucionalizarse dentro de equipos en hospitales, aunque los acompañantes ter
terapéutico en Argentina. November 10, 2016 | Florencia L. Casabella
El AT surge a comienzos de los años ‘70 de la mano del Dr.
Eduardo Kalina. El acompañamiento terapéutico aparece como una práctica ligada a la psiquiatría y al tratamiento fundamentalmente de pacientes psicóticos y pacientes en tratamiento por adicciones bajo el nombre de amigo calificado.
El pronto pasaje de esta denominación a la de
acompañamiento terapéutico estuvo ligado a centrar el rol en el aspecto terapéutico por sobre la amistad, según palabras de Kalina. Dentro de las primeras definiciones que comienzan a atribuírsele al acompañamiento terapéutico una de ellas es:
“Recurso en pacientes severamente perturbados para tratar de
encarar su enfermedad en el quehacer cotidiano mediante el trabajo interdisciplinario en red.” (Dr. Julio Moizeszowicz)
Por otra parte, en la década de los ‘60 se había
iniciado una división dentro de la Psiquiatría en dos grupos claramente diferenciados: por un lado, los psiquiatras manicomiales, integrado por los defensores del sistema de hospicios y directivos de los manicomios de todo el país y los psiquiatras reformistas, integrado por quienes se oponían al sistema manicomial y pretendían modificar sus estructuras. El acompañamiento terapéutico empieza a insertarse en la línea de trabajo de los psiquiatras reformistas como una alternativa frente a las internaciones psiquiátricas: el AT empieza a aparecer como un dispositivo que puede intervenir en la cotidianeidad de los pacientes favoreciendo así a la permanencia de estos últimos en el hogar y evitando el dispositivo de internación en el manicomio.
Los primeros psiquiatras que comienzan a trabajar
con el acompañamiento terapéutico son los psiquiatras pertenecientes al grupo de reformistas.
A fines de la década de los ‘80 comienza a
consolidarse su actuación en el campo de la Educación Especial, incluyendo entre las tareas del acompañante terapéutico la integración escolar; el tratamiento de pacientes oncológicos, el ámbito de la geriatría.
Por último, comienza a incluirse la cobertura del
acompañamiento terapéutico por las obras sociales, lo cual también supone un giro en su consolidación puesto que no sólo comienza a ser un recurso más usado sino que además de cobertura obligatoria en ciertos casos, entre ellos, la discapacidad.
A mediados de la década de los ‘90 el
acompañamiento terapéutico comienza a institucionalizarse. Esto debe entenderse en una doble vertiente: en principio, el AT comienza a tomar parte entre los profesionales de las diferentes instituciones y comienzan a funcionar al interior de las instituciones los llamados equipos de acompañamiento terapéutico. Los equipos de acompañamiento terapéutico tal y como funcionan en la actualidad suelen estar integrados por algunos pocos que coordinan el equipo y que por lo tanto se encargan de tender el lazo entre los profesionales y los acompañantes y los acompañantes terapéuticos.
Por ejemplo, en el equipo del Hospital Borda en el
cual yo trabajo éste último está inserto en un servicio, que es el servicio de Resocialización. Este es un servicio de pacientes ambulatorios, con lo cual los acompañamientos terapéuticos se solicitan desde otros servicios que son los servicios de internación. Por lo general, los jefes de servicios de internación se contactan con las coordinadoras del equipo que, según la solicitud de cada caso, disponen de qué acompañante terapéutico del equipo realizará el AT. Los equipos funcionan con reuniones semanales o mensuales, según la disponibilidad, reuniones en las que suelen realizarse supervisiones de casos o presentaciones de trabajos.
Por otra parte, comienzan a aparecer artículos y
bibliografía acerca del acompañamiento terapéutico que intentan ir realizando una formalización del rol a la vez que intentan una inscripción académica del mismo.
Por otra parte, comienza a ganar espacio en
numerosas instituciones del ámbito privado aunque se dificulta su inserción en el ámbito público precisamente porque aún el acompañante terapéutico no cuenta con un marco legal para el ejercicio profesional del rol. En el ámbito público está repleto de acompañantes terapéuticos que trabajan ad honorem para adquirir experiencia y conocimiento en la práctica clínica siendo numerosos los casos en que es por el equipo de acompañantes terapéuticos que funciona un servicio de salud, pese a lo cual de estos últimos ninguno es rentado ni obtiene ningún tipo de reconocimiento o certificación por parte de los jefes de servicio o directores de hospitales.
A su vez, en algunos casos en los que sí se solicitan
acompañantes terapéuticos se pide como requisito que éste último esté recibido de psicólogo, con lo cual no sólo hace a una dificultad en la definición del rol sino que además por lo general suele ser un modo que encuentra la psiquiatría para poner un intermediario entre el paciente y los profesionales: psicólogos recientemente recibidos trabajando de acompañantes terapéuticos y haciendo un trabajo que probablemente no es ni el del psicólogo, ni el del acompañante.
En “Breve discurso a los psiquiatras”, conferencia de
1967, Lacan dice algo que parece anticipado respecto de lo que hoy en día permite pensar el acompañamiento terapéutico. Dice precisamente que en lo que respecta al corazón del campo de la psiquiatría, es el loco y que es por estar en su presencia que aquel que se encuentra en esa posición del psiquiatra está concernido por el loco. El psiquiatra se protege de este concernimiento poniendo una barrera entre el loco y él (por ejemplo, acompañantes terapéuticos). Es precisamente porque esa locura le concierne en tanto y en cuanto lo interpela, lo interroga respecto de su disciplina que el psiquiatra ha de poner un intermediario, una barrera entre el loco y él que le permita una cierta distancia.
Muy bien, en algunas ocasiones, esa barrera, ese
intermediario es el acompañante terapéutico. Y así es como uno encuentra en los hospitales públicos, particularmente en los hospitales psiquiátricos, por ejemplo, en el Borda son jefes de servicios o psiquiatras que piden acompañantes terapéuticos para hacer trámites a los pacientes: por ejemplo, ir a cobrarles la pensión o la jubilación. Uno ahí no entiende muy bien por qué se acuña a ese acto como de acompañamiento cuando más bien se trata de un trámite o de una cadetería que realiza alguna persona por otra.
O en algunas ocasiones solicitan acompañamientos
terapéuticos para ir a comprarle la ropa con el paciente, o acompañarlo a que se compre la ropa donde en realidad acompañarlo es una excusa… “Ya que vas a comprarle la ropa que vaya con vos”. Pero no hay nada que defina la importancia de que ese tipo vaya a hacer eso, es un trámite.
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