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La Costumbre Como Fuente Del Derecho
La Costumbre Como Fuente Del Derecho
Martín Calleja
I. Introducción
1
GENY, F., 1925, Método de interpretación y fuentes del derecho privado positivo, Madrid: Hijos
de Reus, Nº 91, p. 228.
2
LLAMBIAS, Jorge Joaquín, 1975, 6º ed., Tratado de derecho civil, Buenos Aires: Perrot, T.1, Nº
44, p. 50.
3
Para Gény la jurisprudencia y la doctrina, como fuentes formales, debían ser clasificadas según
su antigüedad. Así, a la vieja doctrina y jurisprudencia las denominó “tradición” y a la moderna
“autoridad”.
1
científicas o materiales, como contrapartida de las
formales, resultan de la libre actividad científica de los
jueces, los cuales, una vez agotadas las fuentes
formales, debe encontrar la regla adecuada al caso
traído a su conocimiento.
II. La costumbre
2
El carácter espontáneo que tipifica a la costumbre
como expresión del derecho, se contrapone a la forma
reflexiva y consciente que distingue a la ley 6. Así, se
advierte que la costumbre nace y actúa a la par de la
ley.
3
Pero el otro proceso paralelo surgido como
reacción lógica, que llamamos de “descodificación”,
apoyado en el rango superlativo que se le reconoce a
los principios generales del derecho, ha mantenido viva
a la costumbre como generadora o derogadora de
expresiones jurídicas8.
4
interpretar los términos y cláusulas de un contrato,
deberán entenderse en le sentido que les da el “uso y
práctica generalmente observados en el comercio en
casos de igual naturaleza y, especialmente la
costumbre del lugar donde debe ejecutarse el
contrato”. Todo ello, aunque el obligado pretenda que
ha entendido los términos contractuales de otro modo.
11
CNCom., Sala B, 1981/04/30, L.L. 1981-C, 269.
12
MOSSET ITURRASPE, Jorge, Meditaciones sobre la costumbre como fuente del Derecho,
1980, El Derecho, t. 85, pp. 871:876.
13
R. de RUGGIERO, Instituciones de Derecho Civil, trad. Española, T. I, párr. 13, p. 80, citado por
LLAMBIAS, J. J., ob. cit., T. 1, Nº 65, p. 68.
5
El elemento objetivo está conformado por las
características de la conducta que reclama ser
reconocida como costumbre. En efecto, esta conducta
debe ser uniforme, frecuente, constante, general y
duradera. En cuanto a la uniformidad, se entiende por
tal al comportamiento unívoco y homogéneo del cuerpo
social pertinente. Cuando aludimos a la necesidad de
que los actos sean frecuentes, se pretende verificar
que sean repetidos en un número significativo por los
componentes del grupo. Además, la repetición de actos
uniformes debe ser constante; esto es, no interrumpida
por otros actos que pongan en tela de juicio la
categoría de costumbre que se esgrime. La
generalidad de la conducta remite a que ésta sea
experimentada por toda la comunidad involucrada en
ella. La necesidad de que la conducta sea duradera o
que se extienda en el tiempo es lo que permite
comprobar todos los demás aspectos que se vinculan
con este elemento objetivo.
14
GONZALEZ LEBRERO, R. A., 2000 (4ª Ed.), Manual de Derecho de la Navegación, Buenos
Aires: Depalma, p. 20.
6
atribuyéndole a los primeros la posibilidad de
engendrar a la segunda. Lo cierto es que la legislación,
tanto civil como comercial, les concede idéntico
tratamiento entendiendo que expresan un mismo
concepto o idea. Reservada entonces la cuestión al
aspecto meramente académico, podemos decir con
Fontanarrosa “que los usos son prácticas observadas
por motivos de conveniencia, de orden técnico o
profesional, con una uniformidad, frecuencia,
generalidad y constancia suficientes como para poder
afirmar la existencia de una regla social de
comportamiento en un sentido determinado dentro del
curso normal de los negocios; pero falta a estos usos la
fuerza interna derivada de la convicción de quienes lo
practican, de estar cumpliendo verdaderas reglas
jurídicas”.15 En la inteligencia del concepto transcripto,
el uso, a diferencia de la costumbre, sólo consta del
elemento objetivo del ésta. Coincidentemente con la
opinión de este autor no existen usos imperativos.
15
FONTANARROSA, Rodolfo A., ob. cit., T.1, Nº 26, p. 56.
16
FONTANARROSA, Rodolfo A., ob. cit., T.1, Nº 26, p. 54.
7
legislada; o c) contrarias a la ley17. Explicaremos
brevemente cada una de estas especies de costumbres.
8
situaciones no previstas por norma escrita alguna. Se
presenta en situaciones de “lagunas legislativas”;
razón por la cual es considerada como fuente
originaria del derecho.
21
CFed, Córdoba, Sala B, 1997/10/28, LLC, 1998-261.
22
Ha sido obra de la jurisprudencia la aceptación de la costumbre “praeter legem”, particularmente
en el caso del nombre de las personas y de la mujer casada, con anterioridad a la ley especial luego
sancionada (Conf. Cám. Viv. 1ª, L.L., T. 11, p. 310).
23
MOSSET ITURRASPE, Jorge, Meditaciones ... (3ª parte), cit. p.898.
9
pueden crear derechos “.. en situaciones no regladas
por la ley”24.
10
IV. Valor probatorio de la costumbre
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