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su marido o pareja, sus hijos, su trabajo, la madurez que quedó en un plano arquitectónico cuidadosamente elabo-

tanto le ha costado conseguir, incluso sus amistades y lo rado. Hace poco me di cuenta de que este anhelo incum-
que lee. Sigue identificada con el sistema de valores de su plido de mi infancia ha contaminado mi relación con mi
padre o bien, inconscientemente, intenta cambiarlos para esposo y saboteado mi poder personal. En varias ocasiones
que estén de acuerdo con los que ella respeta. Esta conti- he intentado persuadir a mi marido de que me ayude a
nua corriente subterránea de vínculos consume sus comprar una cabaña en el campo donde poder retirarme
energías, y la sume en una pasividad infantil cuyo único fin a escribir. A pesar de que yo sola podría pagarla, persis-
es esperar la aprobación de su padre. tentemente he intentado involucrarle a él en mi fantasía
Si un padre no satisfizo los anhelos de su hija durante la para que la hiciese realidad. De forma inconsciente,
infancia -como aprobar lo que elegía hacer, reconocer quería que mi marido me regalase la casa de muñecas que
sus aptitudes mentales, respaldar sus sueños, darle seguri- mi padre nunca construyó; y su negación a hacerlo no sólo
dad económica, protección, o permiso para alejarse de incrementó la profunda decepción que sentía respecto de
él-, cuando sea adulta proyectará estos deseos incumpli- mi padre, sino que además se convirtió en una fuerte dis-
dos sobre otras personas, como sus amantes, amigos, jefes, cusión entre mi marido y yo. La cabaña como casa de
etc. Constantemente busca otro «papá» que le proporcio- muñecas se convirtió en el símbolo no sólo de mis sueños
ne lo que su padre no fue capaz, y se niega a aceptar que infantiles incumplidos, sino también de la protección que
jamás obtendrá lo que anhelaba cuando era pequeña. Por de niña anhelaba obtener de mi madre, y que mi padre no
ejemplo, a pesar de que mi padre fomentó y estimuló mis me pudo proporcionar.
aptitudes mentales, no hizo lo mismo con el lado menos El hecho de que una hija del padre se niegue a renunciar
práctico de mi naturaleza, es decir, con mis sueños y fan- a sus anhelos, una vez que es consciente de ellos, se debe
tasías. Durante toda mi infancia y mis primeros años de en parte a que se considera con derecho a verlos cumpli-
adulta seguí dándole oportunidades para que lo hiciera, dos, una consecuencia directa de la relación que mantiene
negándome con obstinación a aceptar sus limitaciones en con su padre. Como ya hemos visto, el padre trata a su hija
ese área. Sin embargo, su incapacidad para apoyar mis preferida como un ser especial y le da a entender, de una
sueños no ~uprimió mis anhelos sino que los intensificó, forma u otra, que hará cualquier cosa por ella (siempre y
puesto que nadie podía quitarme de la cabeza la idea de cuando ella mantenga su lealtad hacia él). Como ha creci-
que un hombre podría hacer realidad mis sueños. do creyendo que realmente es especial, se siente con dere-
Uno de esos sueños siguió vigente en mi vida adulta. cho a obtener lo que desea. Y no aceptará un no por res-
Cuando era pequeña, mi padre me prometió que me cons- puesta.
truiría una casa de muñecas. Año tras año hablábamos del La mayoría de las hijas del padre han aprendido que pue-
tema, y él dibujaba plano tras plano; adopté su punto de den conseguir lo que quieren de forma extrovertida y agre-
vista arquitectónico de la casa de muñecas y soñaba cómo siva, pero en general no consiguen lo que anhelan, porque
sería, qué tipo de cortinas pondría en las ventanas, los tés sus deseos más sutiles no se perciben con tanta claridad, y
que haría con mis muñecas, lo bien que nos lo pasaríamos. cargan con las heridas de su niñez y la separación de sus
Era la fantasía perfecta para una hija del padre. Papá le cons- madres. Estas hijas anhelan que se reconozca ese aspecto
truye una casa en miniatura sólo para ella, lejos de Mamá, más suave, espiritual y femenino de su psique: la necesidad
para que no tenga que compartirle con nadie. de recibir cuidados maternales y consuelo, de prestar aten-
Mi padre nunca me construyó la casa de muñecas; todo ción a sus propias naturalezas instintivas, de crear sus pro-

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su marido o pareja, sus hijos, su trabajo, la madurez que quedó en un plano arquitectónico cuidadosamente elabo-
tanto le ha costado conseguir, incluso sus amistades y lo rado. Hace poco me di cuenta de que este anhelo incum-
que lee. Sigue identificada con el sistema de valores de su plido de mi infancia ha contaminado mi relación con mi
padre o bien, inconscientemente, intenta cambiarlos para esposo y saboteado mi poder personal. En varias ocasiones
que estén de acuerdo con los que ella respeta. Esta conti- he intentado persuadir a mi marido de que me ayude a
nua corriente subterránea de vínculos consume sus comprar una cabaña en el campo donde poder retirarme
energías, y la sume en una pasividad infantil cuyo único fin a escribir. A pesar de que yo sola podría pagarla, persis-
es esperar la aprobación de su padre. tentemente he intentado involucrarle a él en mi fantasía
Si un padre no satisfizo los anhelos de su hija durante la para que la hiciese realidad. De forma inconsciente,
infancia -como aprobar lo que elegía hacer, reconocer quería que mi marido me regalase la casa de muñecas que
sus aptitudes mentales, respaldar sus sueños, darle seguri- mi padre nunca construyó; y su negación a hacerlo no sólo
dad económica, protección, o permiso para alejarse de incrementó la profunda decepción que sentía respecto de
él-, cuando sea adulta proyectará estos deseos incumpli- mi padre, sino que además se convirtió en una fuerte dis-
dos sobre otras personas, como sus amantes, amigos, jefes, cusión entre mi marido y yo. La cabaña como casa de
etc. Constantemente busca otro «papá» que le proporcio- muñecas se convirtió en el símbolo no sólo de mis sueños
ne lo que su padre no fue capaz, y se niega a aceptar que infantiles incumplidos, sino también de la protección que
jamás obtendrá lo que anhelaba cuando era pequeña. Por de niña anhelaba obtener de mi madre, y que mi padre no
ejemplo, a pesar de que mi padre fomentó y estimuló mis me pudo proporcionar.
aptitudes mentales, no hizo lo mismo con el lado menos El hecho de que una hija del padre se niegue a renunciar
práctico de mi naturaleza, es decir, con mis sueños y fan- a sus anhelos, una vez que es consciente de ellos, se debe
tasías. Durante toda mi infancia y mis primeros años de en parte a que se considera con derecho a verlos cumpli-
adulta seguí dándole oportunidades para que lo hiciera, dos, una consecuencia directa de la relación que mantiene
negándome con obstinación a aceptar sus limitaciones en con su padre. Como ya hemos visto, el padre trata a su hija
ese área. Sin embargo, su incapacidad para apoyar mis preferida como un ser especial y le da a entender, de una
sueños no ~uprimió mis anhelos sino que los intensificó, forma u otra, que hará cualquier cosa por ella (siempre y
puesto que nadie podía quitarme de la cabeza la idea de cuando ella mantenga su lealtad hacia él). Como ha creci-
que un hombre podría hacer realidad mis sueños. do creyendo que realmente es especial, se siente con dere-
Uno de esos sueños siguió vigente en mi vida adulta. cho a obtener lo que desea. Y no aceptará un no por res-
Cuando era pequeña, mi padre me prometió que me cons- puesta.
truiría una casa de muñecas. Año tras año hablábamos del La mayoría de las hijas del padre han aprendido que pue-
tema, y él dibujaba plano tras plano; adopté su punto de den conseguir lo que quieren de forma extrovertida y agre-
vista arquitectónico de la casa de muñecas y soñaba cómo siva, pero en general no consiguen lo que anhelan, porque
sería, qué tipo de cortinas pondría en las ventanas, los tés sus deseos más sutiles no se perciben con tanta claridad, y
que haría con mis muñecas, lo bien que nos lo pasaríamos. cargan con las heridas de su niñez y la separación de sus
Era la fantasía perfecta para una hija del padre. Papá le cons- madres. Estas hijas anhelan que se reconozca ese aspecto
truye una casa en miniatura sólo para ella, lejos de Mamá, más suave, espiritual y femenino de su psique: la necesidad
para que no tenga que compartirle con nadie. de recibir cuidados maternales y consuelo, de prestar aten-
Mi padre nunca me construyó la casa de muñecas; todo ción a sus propias naturalezas instintivas, de crear sus pro-

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