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Mis queridos alumnos y alumnas:

Si algo va a entrar en juego en lo que falta de este último año como alumnos de Secundaria, es
el pensar muy en serio la forma cómo van a enfrentar la vida más allá del Colegio. Para hacerlo
con éxito necesitan de un Valor que se llama RESPONSABILIDAD.
La palabra RESPONSABILIDAD procede de la voz latina “respondere” (responder). Está
relacionada con términos como: corresponder, correspondencia, corresponsable.
Ser responsable significa, pues:
1. Responder al valor de la vida a la que hemos sido llamados; y
2. Responder de las consecuencias de las respuestas que demos en esa vida.
Ser responsables es lo que hace posible nuestro auténtico desarrollo personal. El que quiera ser
responsable tiene que tomar distancia frente a lo que le viene impuesto del exterior: modas,
prejuicios, opinión pública sin fundamentos o deformada…y esforzarse por descubrir los distintos
principios que rigen la vida, ordenándolos según el rango verdadero que ostentan; es decir,
poniendo primero lo primero.
Es de esta manera que uno gana independencia frente a las coacciones externas, al tiempo que
se vincula, de forma lúcida y libre, a los valores que van a dirigir su proyecto de vida. Esa
vinculación constituye un modo de “ob-ligación” (decisión de obligarse), que no anula la libertad
de la persona, sino por el contrario, la hace verdaderamente posible.
El ser humano empieza a ser libre cuando no se somete a ningún tipo de manipulación: la
externa, por la influencia social; y la interna, fruto de los deseos latentes interiores. Puede
entonces elegir en cada momento de su vida, no por las apetencias inmediatas sino por las
exigencias de la meta que él o ella ha decidido en “un día claro”, y que debe orientarle en el
camino.
La responsabilidad presenta siempre una condición relacional y en ella entran en juego valores
que deben ser asumidos de forma positiva ante nosotros mismos, los demás y ante Dios.
Si nos entregamos a realidades superficiales que nos disipan y dispersan, nunca podremos
ejercer una responsabilidad, y nos alejaremos poco a poco de la perspectiva que nos libera del
apego a las satisfacciones inmediatas, impidiéndonos elegir lo que ahora, en el umbral de esta
nueva etapa que se inicia, hemos decidido en el corazón con ilusión y transparencia.
Finalmente, quiero puntualizar que ser responsable es tomar la rienda de nuestras vidas en
nuestras manos, y responder a la puesta en marcha de la misma, de su sentido, con sus logros
y sus fallos.
¡Que nunca pierdan este valor llamado responsabilidad!” ¡Que no se despeguen ni desvinculen
de él! Podría resultar suicida.
En conclusión: ¡Ojo ante las luces que nos deslumbran de este nuevo milenio, al que Uds. ya
pertenecen. Debemos responder a cada estímulo de forma adecuada a nuestro ser humano,
creado por Dios, distinto de los animales, “programados” por la especie para la supervivencia.
Dejaremos de ser responsables si actuamos irreflexivamente, precipitadamente, a impulsos de
las ganancias inmediatas.
Ser responsables será ser hombres y mujeres de vida interior, lo que equivale a decir juiciosos,
reflexivos, ponderados, no precipitados ni en el pensar ni en el actuar.
¡Aprovechen al máximo lo que queda de su último año escolar; que sea un año lleno de sentido
y un punto de referencia para su futuro! ¡Que les deje un “buen sabor”, y las ganas de realizar
de verdad sus mejores sueños y la riqueza de tanta vida compartida!

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