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Uno de los propósitos de los bancos de semillas, es servir como suministro de semillas de
emergencia cuando los agricultores experimentan escasez de semillas, debido a malas
cosechas o destrucción de las mismas como resultado de inundaciones, sequías, plagas y
enfermedades. Así también en la promoción y sustento del cultivo de variedades de
cosechas. Al proporcionar tanto semillas locales como variedades mejoradas, los bancos
de semillas pueden, por lo tanto, contribuir al mantenimiento de una mayor diversidad
genética en los sembradíos de los agricultores (Lewis and Mulvany, 1997; Shrestha et al.
2012).
BANCO - BÓVEDA GLOBAL DE SEMILLAS DE SVALBARD (2008)
Este banco de semillas se encuentra ubicado en el permafrost, en una isla remota frente a
las costas de Noruega y se ha convertido en el almacén de semillas de mayor diversidad
en el mundo. Las semillas se almacenan en tres cámaras subterráneas y existen muestras
duplicadas de semillas resguardadas en bancos de genes de todo el mundo, que por lo
tanto representan un seguro contra la pérdida de semillas. Este tipo de conservación se
llama “ex situ”, que literalmente significa “conservación fuera del predio”. Esto se opone
a las estrategias de conservación “in situ” donde la conservación se lleva a cabo en su
ambiente natural. La conservación ex situ es una medida adicional útil, pero no es, en sí
misma, una estrategia ideal. Esto se debe a que las instalaciones muy avanzadas solo
almacenan una proporción de diversidad relativamente pequeña, incluso para grandes
cultivos. Y más importante aún, la conservación ex situ no permite que los cultivos
continúen evolucionando en sistemas agrícolas, lo cual es esencial para sustentar la agro-
biodiversidad a largo plazo. Para asegurar la conservación eficiente y a largo plazo de la
diversidad genética, existe un consenso generalizado en que una aplicación integrada de
estrategias de conservación ex situ e in situ debería promoverse.