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La variación: Presentación del libro “Modelos sociolingüísticos” de W.

Labov y
capítulo 6 del libro “Introducción a las teorías lingüísticas del siglo XX” de José
María Gil, titulado La ‘sociolingüística’ de William Labov: es estudio de la variación
en el sistema - Lingüística III – Sebastián Saavedra

1 - Para comprender los estudios sobre la “variación” de Labov es necesario entender y conocer con
precisión cuál es su objeto de estudio. A diferencia de de Saussure o Chomsky, el objeto de estudio
de Labov es “"el habla real", esto es, el lenguaje mismo tal como es usado por los hablantes “(Gil,
pág. 134, 2001). El habla, el uso individual de una lengua, no era objeto de estudio por varias
razones, entre ellas, por la dificultad que se imponía al momento de querer estudiar el uso especifico
de una lengua por parte de un hablante. No se negaba la existencia de las variaciones lingüísticas, ni
la existencia de un habla individual, sino que se entendía que, ante la posibilidad de estudiar el
habla, nos encontraríamos con “problemas infranqueables”.

Labov entendía, nos dice José María Gil, al igual que Bloomfield, que los cambios lingüísticos no
eran caóticos, sino que se presentaban de manera regular y sistemática y, en consecuencia, eran
previsibles. Los cambios parten de la convivencia en un mismo espacio y tiempo de diferentes
maneras de decir lo mismo y de cómo, según razones o causas que pueden rastrearse, una manera
de decir se impone y otra manera entra en desuso. La variación consiste, entonces “en la existencia
de formas [de expresión] alternativas con (aparentemente) un mismo significado”( Gil, pág.136,
2001 ).

La cuestión será, una vez entendido esto, dónde observar las variaciones, es decir, qué debemos
analizar para acceder al objeto de estudio y qué factores intervienen para que unas expresiones
perduren en el tiempo y otras caigan en desuso o desaparezcan. En este sentido, son bastantes claras
las variaciones que se asocian con la zona geográfica del hablante, esas variaciones, conocidas
como dialectos, son una consecuencia más que una causa, pero como dice Gil, refiriéndose a lo
dicho por Hockett, “el punto de partida más firme para la dialectología es el idiolecto, la totalidad
de hábitos lingüísticos de una persona en un momento dado. Un dialecto es un conjunto de
idiolectos más o menos similares”.

El idiolecto es, por lo tanto, la manifestación individual de la lengua que deberá estudiar el
investigador para comprender las variaciones y el cambio lingüístico.

2 – Para poder estudiar el idiolecto, el habla real e individual de un hablante en un espacio y tiempo
determinado, el investigador debe poder acceder lo más fielmente posible a las diferentes
manifestaciones del habla. Los métodos de estudio, claro está, no obvian ni desmerecen la
importancia del análisis formal de la gramática, pero atendiendo a lo expuesto por José María Gil y
José Miguel Marinas en la presentación al libro “Modelos sociolingüísticos” de Labov, podemos
sintetizar algunos métodos, axiomas y dificultades metodológicas trabajadas y analizadas por
Labov, por ejemplo, en lo que atañe al método propiamente dicho: la realización de cuestionarios y
entrevistas; lecturas de textos y lecturas especiales que contengan un aspecto que se quiera
observar; instancias e intercambios que induzcan a la utilización de un estilo espontáneo o cuidado;
las intuiciones de los propios hablantes.

En lo que atañe a los axiomas y dificultades metodológicas a las que se refiere Gil podemos
destacar: axioma de la alternancia estilística, “esto significa que un mismo hablante cambia su
manera de hablar cuando cambia el contexto” (Gil, Pág. 140, 2001); axioma de la atención, esto es
que “un mismo hablante presta más atención a su propio discurso en un estilo formal [...] que en
un estilo informal” (Gil, pág.141, 2001); axioma de lo vernáculo, entendiendo lo vernáculo como el
estilo en que el hablante presta menos atención a su discurso y que, por lo tanto, proporcionará
“datos sobre el habla real y por ello los datos más sistemáticos para el estudio de la estructura
lingüística” (Gil, pág. 141, 2001).

3 – Otra dificultad metodológica, que se desprende de los axiomas, es la paradoja del observador.
Siendo el objetivo de la sociolingüística conocer cómo hablan naturalmente (lo vernáculo) los
individuos de una comunidad cuando no están siendo observados, el investigador deberá crear
situaciones o instancias en las que los hablantes se olviden, aunque sea por momentos, de que están
siendo observados o realizar, por ejemplo, escribe Gil,“observaciones no sistemáticas en lugares
públicos” o estudios “de los intercambios de habla en los medios de comunicación”.

Sin embargo, los estudios de habla en los medios de comunicación nos enfrentan a otro problema
como lo es el cuidado del descuido porque “algunos hablantes de los medios prestan atención a su
discurso para ser (y por lo tanto parecer) informales”(Gil, pág. 141, 2001).

4 – Gracias a sus estudios Labov concluye que una variación lingüística se trata de la variación
expresiva, o maneras decir lo mismo de manera diferente, que se encuentran asociadas a factores
externos a la lengua misma, es decir a factores sociales, ubicando en un primer plano los factores de
nivel socioeconómico y estilo contextual, en los que se ponen en juego las formas estigmatizadas
del habla y las formas prestigiosas y, en un segundo plano, cuestiones como, la edad, el sexo o el
grupo étnico.

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