Está en la página 1de 5

La arqueología del paisaje o arqueología espacial es un paradigma arqueológico (esto es,

un conjunto de conceptos teóricos, metodologías y procedimientos analíticos) que se centra


en analizar, a través de la cultura material, la dimensión espacial de los grupos humanos. Esto
es, en explorar cómo los seres humanos se han ido relacionando con el espacio geográfico a
lo largo del tiempo, apropiándose de él, transformándolo con su trabajo y dotándolo de
diferentes significados culturales.
La Arqueología del paisaje engloba un conjunto variado de aproximaciones al registro
arqueológico, que tienen en común el priorizar la dimensión espacial de la acción humana. El
paisaje puede cubrir tres roles en este tipo de trabajos:

 Ser un contexto que permite dotar de más y mejor sentido a los restos materiales (por
ejemplo, a través de los análisis de patrones de asentamiento).
 Ser un objetivo del trabajo: reconstruir la apariencia y las formas del paisaje en un
momento del pasado (por ejemplo, a través del análisis paleoambiental).
 Ser el objeto esencial del trabajo: considerar que el paisaje actual es en sí mismo una
parte del registro arqueológico, la forma más visible de objeto que han producido los
grupos humanos del pasado (y los presentes).

Índice

 1Origen
 2Notas sobre metodologías, técnicas y procedimientos de uso frecuente
 3Tendencias y direcciones
 4Véase también
 5Referencias
 6Bibliografía

Origen[editar]
El origen último de la mayor parte de las propuestas y conceptos que han dado lugar a las
diferentes formas de Arqueología del Paisaje está en la geografía.1 A finales del siglo XIX,
geógrafos como Ratzel, Hettner,, Slütter o Vidal de la Blache reivindicaron, aunque desde
postulados diferentes y hasta opuestos, el papel central de la interacción entre los grupos
humanos y sus entornos, dando origen a las primeras escuelas de la Geografía Regional.
Dos desarrollos asentados sobre algunas de estas ideas van a tener, a partir de mediados del
siglo XX, incidencia directa en el campo de la antropología primero, y de la arqueología
después. Por un lado, la incorporación de las propuestas de Vidal de la Blache al armazón
teórico de la escuela francesa de Annales. Por otro lado, el desarrollo de la llamada Geografía
Cultural, siendo especialmente destacable la figura de Carl O. Sauer (Escuela de Berkeley) en
Estados Unidos.
La primera de esas trayectorias se va a desarrollar principalmente en el ámbito de la Europa
mediterránea, especialmente en Francia. Se trata de una arqueología de los paisajes
orientada sobre todo al reconocimiento de las formas de los espacios agrarios antiguos y a la
reconstrucción de los procesos sociales que propiciaron su formación. Esta tradición
arqueológica se basa en el reconocimiento y documentación detalladas de las formas
actualmente visibles en el paisaje, dando un amplio peso al uso de fuentes de información
como la fotografía aérea (cuyo desarrollo en arqueología se vincula en gran medida con este
tipo de aproximaciones). Complementando a menudo esta información con el recurso a
fuentes documentales (como catastros históricos), se han desarrollado multitud de trabajos
que han permitido reconstruir las formas de los espacios agrarios pasados (sobre todo de
épocas históricas, como la romana o la medieval, para las que existe documentación escrita
relevante), y los procesos productivos y sociales que dieron lugar a ellos.
Por su parte, sobre los planteamientos de la segunda de las trayectorias, la de la Geografía
Cultural, se van a desarrollar las primeras propuestas relativas a la relevancia de la dimensión
espacial para la comprensión del registro arqueológico dentro de ámbitos principalmente
anglosajones. A partir de mediados de los años 60 del siglo XX, con el desarrollo de la New
Archaeology, es cuando realmente empezarán a difundirse con amplitud y éxito las primeras
escuelas de la arqueología espacial, muy relacionadas con corrientes como la ecología
cultural.
La arqueología procesual de los años 70 puso un gran peso en el desarrollo metodológico. La
adopción de metodologías (como el análisis locacional o el site catchment analysis) y técnicas
tomadas más o menos directamente de la geografía supuso un notable cambio en la
investigación arqueológica.2 Conceptos como espacio, entorno o medio ambiente se
convierten en centrales en arqueología desde este momento, y el uso de técnicas analíticas
hoy bien extendidas y conocidas (isócronas, polígonos de Thiessen, análisis del vecino más
próximo...) es una característica aportación de este momento. Todos estos desarrollos, auto-
definidos como Arqueología Espacial, se orientan al análisis de las relaciones entre los grupos
humanos y sus entornos en clave ampliamente adaptativa y económica.
A partir de los 80, y en relación con el desarrollo del conjunto de aproximaciones conocidas
como post-procesuales, el concepto de espacio, tal y como venía siendo empleado, es
criticado por su carácter determinista, moderno y racional, no necesariamente aplicable a
formaciones sociales diferentes del occidente contemporáneo. En su lugar, autores
procedentes esencialmente del ámbito británico recuperan el concepto de paisaje, definido no
como un entorno exterior y ajeno a los grupos humanos, sino como una construcción social y
cultural, como algo que es construido, manejado, apropiado y ordenado material y
conceptualmente.3 En línea con las tendencias que surgieron también en otras disciplinas
sociales y humanas, como la geografía, y que pretendían una superación del paradigma
neopositivista, sobre las ideas de adaptación o explotación del espacio se incorporan ahora
otras como las de percepción o experiencia.

Notas sobre metodologías, técnicas y procedimientos


de uso frecuente[editar]
Esta metodología es propia y original en el planteamiento teórico, siendo en los
procedimientos analíticos de carácter multidisciplinar, con recurso a rutinas y procesos
diversos, muchos de ellos compartidos también por otras formas de arqueología: Etnografía,
Geografía Humana y Locacional, Sistemas de Información Geográfica (GIS), Teledetección,
Geoarqueología, Geomorfología, Ecología, Arqueología Espacial, Geoestadística y Estadística
Multivariante e Inferencial.
En un inicio resultó muy exitosa y empleada en Arqueología del Paisaje la diferenciación
operativa del espacio en tres niveles propuesta por David Clarke4 correspondientes no tanto a
tres escalas geográficas como a tres ámbitos de análisis de diferentes dimensiones de la
acción social:

 Microespacial: Arqueología Intra site.


 Mesoespacial: Estrategias de Emplazamiento y relaciones socioeconómicas con el medio
circundante inmediato.
 Macroespacial: Arqueología del Territorio.
Algunos procedimientos y técnicas de trabajo hoy típicos de muchas formas de arqueología
tienen su origen en las primeras generaciones de la Arqueología Espacial:
 Análisis paleoambiental, orientado a la reconstrucción del medioambiente antiguo.
 Procedimientos complejos de prospección del territorio, como la prospección por
muestreo, orientada a la identificación de sitios arqueológicos.
 Elaboración de mapas distribucionales y cuantitativos.

Tendencias y direcciones[editar]
Dentro de la actual Arqueología del Paisaje tiene cabida una cierta variedad de
aproximaciones, que ponen el énfasis en conceptos relativamente dispares, pero que tienen
en común el situar en el espacio geográfico el contexto de trabajo más adecuado para una
comprensión más global y completa del registro arqueológico. Como Arqueología del Paisaje
se definen trabajos que van desde el análisis de patrones de asentamiento hasta
aproximaciones estrictamente fenomenológicas, pasando por las diferentes formas de la
ecología cultural, el análisis regional, los estudios paleoambientales o la arqueología agraria.
Pese a que parece existir un cierto consenso en considerar que la forma más característica de
Arqueología del Paisaje es aquella derivada de las propuestas post-procesuales y centrada en
torno al análisis de las dimensiones simbólicas del espacio,5 lo cierto es que existe una amplia
variedad de perspectivas relativas al paisaje en arqueología.
En los últimos años, las trayectorias de desarrollo más destacables que se perciben son tres.
Por un lado, el importante desarrollo de las llamadas tecnologías geoespaciales (sistemas de
información geográfica, teledetección, etc) ha venido a revolucionar todos los ámbitos de
investigación en los que el espacio geográfico es un elemento clave. La arqueología no ha
quedado al margen, y cada vez resulta más frecuente encontrar ejemplos y desarrollos nuevos
relacionados con la aplicación de técnicas y herramientas procedentes de este ámbito.6 Sus
aplicaciones son muy variadas, y aunque muchas de ellas tienen más que ver con el ámbito
de la gestión patrimonial (detección de elementos arqueológicos, documentación detallada,
diagnosis de estados de conservación, análisis y predicción de impactos...), no está siendo
menor su importancia en los procesos de análisis e investigación. De hecho, algunos autores
comienzan a hablar del desarrollo de una arqueología digital del paisaje.7
En segundo lugar, los desarrollos relacionados con el análisis y la reconstrucción
paleoambiental han supuesto recientemente otro importante salto cualitativo. Esto es así no
sólo por el desarrollo de nuevas técnicas analíticas, sino principalmente por el planteamiento
de perspectivas novedosas relacionadas con el estudio de la interacción entre grupos
humanos y ambiente, como son todo el conjunto de problemáticas vinculadas a los conceptos
de huella ecológica y de cambio global.8 La Arqueología del Paisaje ha venido aportando un
conocimiento importante para valorar, en perspectivas de larga duración, el alcance de
problemas plenamente actuales como el del cambio climático o la preservación de la
biodiversidad.
Finalmente, y en relación con lo anterior, el paisaje, a través de la categoría de los Paisajes
Culturales,9 se ha convertido en un referente para la gestión y ordenación de los usos del
territorio, como queda claramente de manifiesto en el hecho de que haya comenzado a ser
una figura reconocida normativamente o incluso jurídicamente (por ejemplo, en la Convención
Europea del Paisaje). El paisaje, como concepto integrador, precisa para su caracterización
del concurso de diferentes disciplinas (la geografía, la sociología, la antropología, la historia, la
historia de la arte, el ambientalismo). La arqueología ha venido a jugar en este punto el papel
fundamental de reconocer su sentido histórico, su cualidad de producto social largamente
producido y recreado.

Véase también[editar]
 Análisis del paisaje
 Análisis Geoestadístico, una forma de análisis estadístico que emplea como una de las
variables la localización de los sitios en el espacio.

Referencias[editar]
1. ↑ Orejas Saco del Valle, A. 1991. «Arqueología del Paisaje: historia, problemas y
perspectivas.» en Archivo Español de Arqueología, 64 (163-164): 191-230.
2. ↑ Un trabajo clave es el de Hodder, I. y Orton, C. 1981. Spatial Analysis in Archaeology.
Cambridge: Cambridge University Press.
3. ↑ Uno de los mejores ejemplos es Barrett, J. C. 1994. Fragments from Antiquity: An
archaeology of social life in Britain, 2900-1200 BC. Oxford: Blackwell. Más extremo en sus
propuestas es Tilley, C. 1997. A Phenomenology of Landscape. Oxford: Berg.
4. ↑ Clarke, David L. 1968. Analytical Archaeology. Londres: Methuen.
5. ↑ García Sanjuán, L. 2005. Introducción al reconocimiento y análisis arqueológico del
territorio. Barcelona: Ariel
6. ↑ Por ejemplo, Grau Mira, I. (ed.). 2006. La aplicación de los SIG en la arqueología del
paisaje. Alicante: Universidad de Alicante.
7. ↑ Llobera, M. 2010. Archaeological Visualization: Towards an Archaeological Information
Science (AISc). Journal of Archaeological Method and Theory.
8. ↑ Por ejemplo, Fagan, B. 2007. El largo verano. de la era glacial a nuestros días Barcelona:
Gedisa.
9. ↑ Fairclough, G. y Rippon, S. (eds). 2002. Europe's cultural landscape: archaeologists and the
management of change. Bruselas: EAC Secretariat.

Bibliografía[editar]
1. Ashmore, W. y Knapp, A.B. (eds.). 1999. Archaeologies of Landscape. Contemporary
Perspectives. Cornwall: Blackwell.
2. Astorn, M. y Rowley, T. 1974. Landscape Archaeology. Londres: David & Charles.
3. Barrett, J. C. 1994. Fragments from Antiquity: An archaeology of social life in Britain,
2900-1200 BC. Oxford: Blackwell.
4. Cambi, F. y Terrenato, N. 1994. Introduzione all’archeologia dei paesaggi. Roma:
Caracci.
5. Chouquer, G., Favory, F. y Poupet, P. 1991. Les paysages de l'antiquité: Terres et
cadastres de l'Occident romain : IVe s. avant J.-C./IIIe s. après J.-C. Paris: Errance.
6. Criado Boado, F. 1999. Del terreno al espacio: planteamientos y perspectivas para la
arqueología del paisaje. Col. CAPA, 6. Santiago: Laboratorio de Arqueoloxía e Formas
Culturais.
7. David, B. y Thomas, J. (eds.). 2008. Handbook of landscape archaeology. Walnut
Creek: Left Coast Press.
8. Fairclough, G. y Rippon, S. (eds). 2002. Europe's cultural landscape: archaeologists
and the management of change. Bruselas: EAC Secretariat.
9. García Sanjuán, L. 2005. Introducción al reconocimiento y análisis arqueológico del
territorio. Barcelona: Ariel.
10. Grau Mira, I. (ed.). 2006. La aplicación de los SIG en la arqueología del
paisaje. Alicante: Universidad de Alicante.
11. Johnson, M. 2007. Ideas of Landscape. Oxford: Blackwell.
12. Kirchner, H. (ed.) 2010. Por una arqueología agraria: perspectivas de investigación
sobre espacios de cultivo en las sociedades medievales hispánicas. Oxford:
Archaeopress.
13. Layton, R. y Ucko, P. (eds). 1998. The Archaeology and Anthropology of Landscape:
Shaping Your Landscape. Londres: Routledge.
14. Marcos Sáiz, F.J. 2006: La Sierra de Atapuerca y el Valle del Arlanzón. Patrones de
Asentamiento prehistóricos. Ed. Dossoles. Burgos. ISBN 978-84-96606-28-9.
15. Marcos Sáiz, F.J. 2008. Nuevos avances con SIG y Análisis Geoespacial en la
Prehistoria Reciente de la Sierra de Atapuerca, Burgos: Densidad del poblamiento y
Megalitismo. Férvedes, 5: 217-226. Museo de Prehistoria de Vilalba.
Lugo. ISSN 1134-6787.
16. Marcos Sáiz, F.J. y Díez Fernández-Lomana, J.C. 2008. Propuesta y síntesis
metodológica de Arqueología del Paisaje: un diseño para la Prehistoria Reciente de la
Meseta Norte. Zephyrus (revista de Prehistoria y Arqueología), LXI, Nº 1: 131-154.
Publicaciones de la Universidad de Salamanca. ISSN 0514-7336.
17. Muir, R. 1999. Approaches to Landscape. Londres: Macmillan Press.
18. Orejas Saco del Valle, A. 1991. Arqueología del Paisaje: historia, problemas y
perspectivas. Archivo Español de Arqueología, 64 (163-164): 191-230.
19. Tilley, C. 1997. A Phenomenology of Landscape. Oxford: Berg.
20. VV.AA. 1998. Arqueología del Paisaje. Arqueología Espacial, 19-20. Teruel: Col. Univ.
de Teruel, Seminario de Arqueología y Etnología Turolense.

También podría gustarte