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AMPARO EN REVISIÓN 416/2007.

QUEJOSO: **********.

PONENTE: MINISTRO SERGIO SALVADOR AGUIRRE


ANGUIANO.
SECRETARIO: ÓSCAR ZAMUDIO PÉREZ.

México, Distrito Federal. Acuerdo de la Segunda Sala de la


Suprema Corte de Justicia de la Nación correspondiente al día
siete de noviembre de dos mil siete.

VO. BO.

COTEJADO
V I S T O S; Y
R E S U L T A N D O:

PRIMERO. Por escrito presentado el veintiuno de


septiembre de dos mil seis, ante la Oficina de Correspondencia
Común de los Juzgados de Distrito en Materia Administrativa en el
Estado de Jalisco, **********, por su propio derecho, solicitó el
amparo y la protección de la Justicia Federal en contra de las
autoridades y por los actos que a continuación se precisan:

“III. AUTORIDADES RESPONSABLES:- - - 1.- H.


Congreso de la Unión, por conducto de sus dos H.
Cámaras:- - - La H. Cámara de Diputados Federal,
con domicilio en Avenida Congreso de la Unión
S/N, Colonia del Parque, Delegación Venustiano
Carranza, C.P. 15969, en la Ciudad de México,
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Distrito Federal.- - - La H. Cámara de Senadores


Federal, con domicilio en Avenida Congreso de la
Unión S/N, Colonia del Parque, Delegación
Venustiano Carranza, C.P. 15969, en la Ciudad de
México, Distrito Federal.- - - 2.- C. Presidente de los
Estados Unidos Mexicanos, con domicilio en
Palacio Nacional, Colonia Centro, C.P. 06067, en la
Ciudad de México, Distrito Federal.- - - 3.- C.
Secretario de Gobernación, con domicilio en
Bucareli No. 99, Colonia Juárez, C.P. 06699, en la
Ciudad de México, Distrito Federal.- - - 4.- C.
Director del Diario Oficial de la Federación con
domicilio en Abraham González No. 60, Colonia,
Juárez, en la Ciudad de México, Distrito Federal.- - -
IV.- LEY O ACTO QUE DE CADA AUTORIDAD SE
RECLAMA:- - - 1.- Las dos Cámaras del H.
Congreso de la Unión,:- - - H. Cámara de Diputados
Federal.- - - Y H. Cámara de Senadores Federal.- - -
Se les reclama la discusión y aprobación de los
artículos 6, 7, 12 y 30 de la Ley de Caminos,
Puentes y Autotransporte Federal.- - - 2.- C.
Presidente de los Estados Unidos Mexicanos, se le
reclama la no vetación, expedición y orden de
publicación de los artículos 6, 7, 12 y 30 de la Ley
de Caminos, Puentes y Autotransporte Federal.- - -
3.- C. Secretario de Gobernación, se le reclama el
refrendo, expedición y orden de publicación de los
artículos 6, 7, 12 y 30 de la Ley de Caminos,
Puentes y Autotransporte Federal.- - - 4.- C.

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Director del Diario Oficial de la Federación, se le


reclama la publicación en el Diario Oficial de la
Federación de los artículos 6, 7, 12 y 30 de la Ley
de Caminos, Puentes y Autotransporte Federal.- - -
Asimismo, resulta ineludible transcribir los
artículos 6, 7, 12 y 30 de la Ley de Caminos,
Puentes y Autotransporte Federal, en virtud de que
constituyen las leyes reclamadas, y que son del
tenor literal siguiente:- - - ‘ARTÍCULO 6.’ (Se
transcribe).- - - ‘ARTÍCULO 7.’ (Se transcribe).- - -
‘ARTÍCULO 12.’ (Se transcribe). - - - ‘ARTÍCULO 30.’
(Se transcribe).- - - Cabe hacer mención que en el
presente Juicio de Amparo Indirecto, también son
actos reclamados las concesiones que se han
otorgado para efectos de la explotación de las
Carreteras Federales.”

SEGUNDO. La parte quejosa estimó violados en su perjuicio


los derechos fundamentales contenidos en los artículos 11 y 16,
de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos; por
otra parte, señaló los antecedentes del caso y expuso los
conceptos de violación que estimó pertinentes.

TERCERO. Previo requerimiento, por auto de veintiocho de


septiembre de dos mil seis el Juez Primero de Distrito en Materia
Administrativa en el Estado de Jalisco admitió la demanda, la que
registró con el número 909/2006; concluidos los trámites de ley
respectivos, el titular de dicho Juzgado celebró la audiencia
constitucional el día veintisiete de octubre de dos mil seis, en la

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que dictó la sentencia respectiva que terminó de engrosar el


treinta y uno siguiente, y cuyo punto resolutivo es el siguiente:

“ÚNICO.- La Justicia de la Unión no ampara ni


protege al quejoso **********, contra los artículos 6°,
7°, 12 y 30 de la Ley de Caminos, Puentes y
Autotransporte Federal, así como en lo que
respecta a las concesiones que otorga la Secretaría
de Comunicaciones y Transportes, a los
particulares o empresas para explotar las
carreteras federales, por las razones que informa el
considerando último de esta sentencia.”

La resolución de mérito establece, en la parte que interesa,


lo siguiente:

“V.- Los conceptos de violación son ineficaces.- - -


En ellos, se alega medularmente, que los artículos
6º, 7º, 12 y 30 de la Ley de Caminos, Puentes y
Autotransporte Federal, violan los numerales 11 y
16 de la Constitución Federal, ya que, facultan a la
Secretaría de Comunicaciones y Transportes para
que otorgue concesiones a los particulares, a fin
de que exploten las carreteras federales, mediante
los cobros de cuotas o tarifas a los automovilistas
que transitan libremente en ellas y exijan el
comprobante de pago respectivo, que constituye
un salvo-conducto o documento análogo, lo que
afirma el quejoso, restringe su libertad de tránsito,

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dado que esas carreteras, al ser medios de


comunicación considerados bienes del dominio
público de la Nación, lo único que se le puede
cobrar por el tránsito o uso de las mismas, son las
contribuciones por derechos previstos en los
artículos 31, fracción IV, constitucional y 2º,
fracción IV, del Código Fiscal de la Federación,
pues, los concesionarios no son propietarios de
esos bienes nacionales y no constituyen ninguna
de las causales que establece el antedicho numeral
11 constitucional, por las que se pueda limitar su
garantía de libre tránsito, no siendo óbice para
justificar las carreteras de cobro, que existan
carreteras libres de cuota, dado que la garantía de
libre tránsito, debe darse en ambos tramos
carreteros, por pertenecer al patrimonio de la
Nación; que el artículo 134 constitucional, no
permite al Gobierno Federal que terceros cobren
cuotas por transitar en las carreteras federales,
dado que el cobro de las mismas, no puede
avalarse mediante una concesión, al no prever la
posibilidad de que se aprovechen esas vías de
comunicación, que son del dominio público, toda
vez que lo único que permite, es que se
concesionen a los particulares, la prestación de
servicios de cualquier naturaleza y obra pública,
que es diferente a la explotación de un bien de la
Nación, aun cuando sea para recuperar el gasto
por la construcción y mantenimiento de las

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carreteras federales; finalmente, se agrega que el


artículo 134 constitucional, en relación con el
numeral 10 de la Ley de Vías Generales de
Comunicación, solamente estatuye la posibilidad
de que el Gobierno Federal concesione la
construcción o mantenimiento de las carreteras
federales, no así que el concesionario explote un
bien del dominio público.- - - Pues bien, para
justificar por qué los reseñados conceptos
violatorios se consideran ineficaces, conviene
analizar, en principio, el artículo 11 constitucional
que contiene la garantía denominada ‘libertad de
tránsito’, esto, para desentrañar su sentido y
alcance jurídico.- - - Dicha norma suprema, es del
tenor literal siguiente:- - - ‘Art. 11.’ (Se transcribe).- -
-Como se aprecia, el precepto supremo
reproducido, contempla la libertad de tránsito, que
supone la posibilidad de que los individuos se
trasladen por el territorio de la Nación Mexicana,
sin recurrir a documentación alguna, la cual, desde
luego, no es ilimitada, pues, su ejercicio puede ser
restringido por motivos de tipo judicial o
administrativo. De ahí, que sólo protege a los
individuos y, por ende, no toma en cuenta los
medios que éstos utilicen para desplazarse.- - - En
esas condiciones, la libertad de tránsito, involucra
la garantía de cuatro derechos, a saber:- - - a)
Libertad para entrar en la República.- - - b) Libertad
para salir de ella.- - - c) Libertad para viajar en su

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interior.- - - d) Libertad para cambiar de su


domicilio.- - - Estas tres últimas, sin que sea
necesario que se cuente con carta de seguridad,
pasaporte, salvoconducto u otros requisitos
semejantes.- - - Sin embargo, es conveniente
apuntar, que la norma constitucional en estudio,
contempla límites a la libertad de tránsito, desde el
momento en que puede restringirse, entre otras
causas, por virtud a una pena privativa de la
libertad, un arraigo civil o por situaciones previstas
en la Ley General de Población o en disposiciones
sanitarias.- - - La aludida libertad de tránsito,
también es conocida por la doctrina como libertad
de movimiento o locomoción, porque consiste en
la facultad que tiene todo individuo para
desplazarse por el territorio del país, y para entrar y
salir de éste, con los límites que establezcan las
autoridades judiciales o administrativas.- - - En
conclusión, la libertad de tránsito, se refiere al
derecho de que los individuos en el País, puedan
desplazarse libremente dentro de él, con
independencia de si al llevar a cabo esos actos de
tránsito, lo hacen aisladamente, con posesión o sin
la posesión de algún bien, o por medio de un
vehículo automotor, ya que no es necesario para
ello, que cuenten con autorizaciones específicas
por parte de las autoridades, que se traduzcan en
una negativa en ciertos casos para permitir dicho
desplazamiento o para introducirse en una

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jurisdicción específica, esto es, dicha garantía


tiene como fin primordial que no se prohíba a las
personas a una inmovilidad forzada o una
movilidad inducida.- - - Expuesto lo anterior, de
entrada, procede examinar el contenido de los
artículos 6º, 7º, 12 y 30 de la Ley de Caminos,
Puentes y Autotransporte Federal, por lo cual es
necesario reproducir en su integridad, su
contenido.- - - ‘ARTÍCULO 6o.’, ‘ARTÍCULO 7o.’,
‘ARTÍCULO 12.’, ‘ARTÍCULO 30.’ (Se transcriben).- - -
De una recta interpretación de los preceptos
jurídicos transcritos, haciendo uso de una
adecuada hermenéutica jurídica, permite establecer
que los mexicanos o las sociedades constituidas
en apego a las leyes mexicanas podrán construir,
operar, explotar, conservar y mantener los caminos
y puentes federales, siempre que cuenten con las
concesiones respectivas, expedidas por la
Secretaría de Comunicaciones y Transportes.- - -
Dichas concesiones se otorgarán, forzosamente,
mediante concurso público, en apego a las bases
establecidas en el artículo 7º de la ley en estudio.
La Secretaría de Comunicaciones y Transportes,
pronunciará el fallo definitivo debidamente fundado
y motivado, en el que dará a conocer a todos los
participantes, cuál fue la proposición vencedora, a
efecto de que manifiesten a (sic) lo que a su
derecho convenga; en el supuesto de que ninguna
de las proposiciones presentadas hubiese

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cumplido con las bases del concurso por caso


fortuito o fuerza mayor, se declara desierto el
mismo, y se expedirá una nueva convocatoria.- - -
Asimismo, la Secretaría de Comunicaciones y
Transportes, cuenta con facultades para establecer
las modalidades en la explotación de caminos y
puentes, por el tiempo que resulte estrictamente
necesario.- - - Sobre este tópico, es conveniente
puntualizar el comentario del teórico Miguel Acosta
Romero, en su obra ‘Compendio de Derecho
Administrativo’, publicado en Editorial Porrúa, que
versa sobre el sistema legal mexicano de las
concesiones, el cual dice:- - - (Se transcribe).- - -
Ahora bien, con el propósito de facilitar la solución
de este asunto, enseguida, se abordará
acuciosamente el marco constitucional y legal que
regula la institución legal de la ‘concesión’, para
así poder tener una amplia perspectiva jurídica
sobre la naturaleza de la concesión referente a la
explotación de las carreteras federales.- - - El
artículo 28, párrafo décimo, constitucional,
dispone:- - - ‘Art. 28.’ (Se transcribe).- - - A su vez, los
numerales 3º, fracción II, 6º, fracción II, 7º, fracción
XI, 8º, 16 y 28, fracción V, de la Ley General de
Bienes Nacionales, estatuyen:- - - ‘Art. 3º.’, ‘Art. 6º.’,
‘Art. 7º.’, ‘Art. 8º.’, ‘Art. 16.’ y ‘Art. 28.’ (Se transcriben).-
- - Por su parte, los dispositivos legales 8º, 12, 13,
20, 40, 49, penúltimo párrafo, 50, 57, 71, 80, 89, 110,
127 de la Ley de Vías Generales de Comunicación,

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señalan:- - - ‘Art. 8º.’, ‘Art. 1.2’, ‘Art. 13.’, ‘Art. 20.’, ‘Art.
40.’, ‘Art. 49.’, ‘Art. 50.’, ‘Art. 57.’, ‘Art. 71.’, ‘Art. 80.’,
‘Art. 89.’, ‘Art. 110.’, ‘Art. 127.’ (Se transcriben).- - -
Finalmente, los preceptos jurídicos 5º, 15, 22, 30 y
62 de la Ley de Caminos, Puentes y Autotransporte
Federal, dicen: ‘Art. 5º.’, ‘Art. 15.’, ‘Art. 22.’, ‘Art. 30.’ y
‘Art. 62.’ (Se transcriben).- - - Con base en el
panorama general normativo reproducido, en
armonía con la normatividad impugnada, en
resumen, pueden establecerse las siguientes
premisas.- - - 1.- El Ejecutivo Federal, por conducto
de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes,
en casos de interés general, podrá concesionar la
prestación de servicios públicos o la explotación,
uso y aprovechamiento de bienes de dominio de la
Federación, de acuerdo a las leyes en las que se
fijen las modalidades y condiciones que aseguren
la eficacia de la prestación de los servicios y la
utilización social de los bienes, a fin de evitar
fenómenos de concentración que contraríen el
interés público.- - - 2.- Los caminos, carreteras y
puentes que constituyen vías generales de
comunicación, se consideran bienes nacionales de
uso común y sujetos al régimen de dominio
público de la Federación, que pueden usarse por
todos los habitantes de la República, sin más
restricciones que las que (sic) previstas en las
leyes y reglamentos respectivos.- - - 3.-
Corresponde a la Secretaría de Comunicaciones y

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Transportes, construir y conservar directamente


los caminos y puentes, así como otorgar concesión
a los ciudadanos mexicanos, sociedades
debidamente constituidas en el País o en su
defecto, a los Estados o Municipios, a efecto de
que puedan construir, establecer y explotar esos
bienes de uso común (previo concurso público en
el que hayan sido ganadores), quien además es la
autoridad facultada para establecer las
modalidades en la explotación de caminos y
puentes, conforme a los reglamentos respectivos.-
- - 4.- A los individuos, empresas, Estados o
Municipios, a los que se le otorgue la concesión de
mérito, les corresponde erogar los gastos para
llevar a cabo la construcción o explotación de las
vías generales, a los cuales se les considera
propietario, mientras tenga vigencia el contrato
concesorio respectivo.- - - 5.- Es de utilidad pública
la construcción, conservación y mantenimiento de
los caminos y puentes.- - - 6.- En el título de
concesión, se fijarán las bases a las que debe
sujetarse el concesionario, entre las que destacan,
la fijación de las tarifas por parte de la Secretaría
de Comunicaciones y Transportes, que se cobrarán
a los usuarios de las vías generales
concesionadas, las cuales podrán modificarse por
dicha Secretaría, cuando el interés público lo exija,
así como el derecho de que el Gobierno Federal
perciba una participación en los ingresos que

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obtenga la empresa concesionada. El


concesionario está obligado a aplicar dichas tarifas
sin hacer variación alguna.- - - 7.- El concesionario
es responsable de las pérdidas o averías que
sufran los bienes o mercancías que transporten los
automotores que circulen por las carreteras
concesionadas, así como por los posibles daños
ocasionados, salvo los casos excepcionales
previstos en la Ley de Vías Generales de
Comunicación.- - - 8.- El concesionario está
obligado a proteger mediante un contrato de
seguro o constitución de un fondo de garantía
sujeto al cumplimiento de los requisitos previstos
por la Secretaría de Comunicaciones y
Transportes, a los viajeros y sus pertenencias de
los riesgos que puedan sufrir los usuarios de la
vías generales de comunicación (carreteras
federales), que deberá ser suficiente para cubrir
cualquier responsabilidad objetiva del propio
concesionario, que amparará los daños y
perjuicios causados al usuario o viajero en su
persona o equipaje y otros objetos de su propiedad
y posesión registrados desde que aborden hasta
que desciendan del vehículo, o bien, durante el
trayecto de la misma, así como la indemnización
por la pérdida de la vida de los usuarios o viajeros
o por concepto de lesiones, que comprende la
asistencia médica, la hospitalización y los aparatos
de prótesis y ortopedia, que no podrá exceder del

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monto correspondiente a la indemnización por


muerte.- - - 9.- La Secretaría de Comunicaciones y
Transportes vigilará que el concesionario cumpla
cabalmente con lo antes expuesto, dado que en
caso contrario, dicho concesionario se hará
acreedor a las sanciones establecidas en la ley de
la materia, aunado a que deberá garantizar con
bienes de su propiedad el cumplimiento a dichas
disposiciones.- - - De acuerdo con las acotaciones
anteriores, se puede concluir que los artículos 6º,
7º, 12 y 30 de la Ley de Caminos, Puentes y
Autotransporte Federal, no contravienen en
perjuicio del quejoso la garantía individual de
libertad de tránsito, consagrada en el artículo 11 de
la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos.- - - Esto es así, porque dicho quejoso
parte de una premisa equivocada, ya que la
concesión otorgada por la Secretaría de
Comunicaciones y Transportes, a un particular,
empresa, Estado o Ayuntamiento, para que explote
las carreteras federales, consideradas vías
generales de comunicación terrestre de uso común
y del dominio de la Nación, es un instrumento
jurídico que tiene su origen en el artículo 28,
párrafo décimo, constitucional, no así en el diverso
canon 134.- - - Al respecto, el indicado artículo 134
constitucional, prevé, en lo que al caso interesa,
que el Estado Mexicano tiene la capacidad de
realizar licitaciones públicas mediante

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convocatoria pública, por las cuales adjudique o


ceda a los particulares o empresas, la prestación
de servicios de cualquier índole o la contratación
de obra necesaria.- - - En atención a ese
mandamiento constitucional, el artículo 10 de la
Ley de Vías Generales de Comunicación,
contempla que el Gobierno Federal tiene facultad
para construir vías generales de comunicación
(carreteras), por sí mismo o en cooperación con las
autoridades locales, que podrá encomendar a los
ciudadanos mexicanos o a sociedades legalmente
constituidas en el País, conforme a los anteriores
requisitos que contempla la citada norma
suprema.- - - En tanto, el artículo 28, párrafo
décimo, de la Carta Magna, estatuye básicamente,
que el Estado Mexicano, en casos de interés
general, puede concesionar la explotación, uso y
aprovechamiento de los bienes del dominio de la
Federación, con apego a las modalidades y
condiciones establecidas en las leyes que
aseguren la utilización social de los bienes.- - -
Sobre ese tenor, es inconcuso que tratándose de
las concesiones que otorgue la Secretaría de
Comunicaciones y Transportes, a los particulares,
empresas, Estados o Ayuntamientos, para que
exploten los caminos federales, reguladas por los
artículos reclamados, así como por los diversos
numerales 16 y 28 de la Ley General de Bienes
Nacionales; 8º, 12, 13, 40, 49, 50, 57, 71, 80, 89, 110

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y 127 de la Ley de Vías Generales de Comunicación


y 5º, 6º, 22, 30 y 62 de la Ley de Caminos, Puentes y
Autotransporte Federal, no derivan o tienen
sustento en la sede constitucional a que alude el
quejoso, si se parte de la premisa que el artículo
134 de la Ley Fundamental Suprema, se refiere a
las concesiones que puede otorgar el Estado, a los
particulares o empresas, para que lleven a cabo la
prestación de cualquier servicio público o bien,
para que construyan la obra necesaria en beneficio
de la colectividad; situación fáctica distinta a la
prevista en el precepto 28, párrafo décimo,
constitucional, que contempla la posibilidad de que
el Estado otorgue concesiones para explotar los
bienes del dominio de la Federación, entre los que
se encuentran, indudablemente, las carreteras, que
son consideradas vías generales de comunicación
y de uso común, tal como lo disponen los artículos
3º, fracción II, 6º, 7º y 8º de la Ley General de
Bienes Nacionales; 5º y 22 de la Ley de Caminos,
Puentes y Autotransporte Federal.- - - Así las
cosas, es claro que la Secretaría de
Comunicaciones y Transportes atendiendo a la
génesis del mencionado numeral 28, párrafo
décimo, de la Constitución General de la República,
sí está facultada para transmitir a terceros, la
explotación de las vías generales de comunicación
terrestre pertenecientes al régimen de dominio
público de la Federación, a fin de que éstos, las

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exploten con su propio peculio, con la finalidad de


que los usuarios cuenten con condiciones de
seguridad, calidad y eficiencia en el trayecto del
viaje en las carreteras concesionadas.- - - Con lo
hasta aquí expuesto, es válido concluir que en
demérito a lo que arguye el quejoso, los artículos
que combate, no son inconstitucionales por el
hecho de que facultan a la Secretaría de
Comunicaciones y Transportes a otorgar
concesiones a particulares o entes públicos, a fin
de que se exploten las carreteras federales, puesto
que como ya se indicó, el Constituyente
Permanente en el artículo 28, párrafo décimo,
constitucional, contempla la concesión como un
instrumento legal, por el cual, la Federación, en
beneficio o utilidad de la colectividad, puede
transmitir el dominio de los bienes de la Nación,
que es el objetivo primordial que persigue la
construcción, mantenimiento y operación de los
caminos concesionados.- - - Sentada esta premisa,
procede establecer con toda precisión y claridad,
por qué la clase de concesiones impugnadas, no
viola en perjuicio del quejoso, la garantía de
libertad de tránsito, inmersa en el artículo 11
constitucional.- - - Al respecto, aunque es cierto
que con motivo de la concesión que otorga la
Secretaría de Comunicaciones y Transportes,
respecto a la explotación de las carreteras
federales consideradas bienes del dominio público

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de la Nación, el particular, la empresa, la Entidad


Federativa o el Municipio concesionario, cobra una
cuota a los individuos que utilicen o usen el tramo
carretero concesionado, que se fija,
unilateralmente, por esa Secretaría de Estado y que
debe estar pactada en el acto concesorio, la cual,
incluso, puede ser modificada por ese ente público,
so pena que en caso de que el concesionario no
las aplique, podrá ser sancionado en los términos
de ley, tal como lo disponen los artículos 20, 49, 50
y 57 de la Ley de Vías Generales de Comunicación;
5º, fracción VIII, 15, fracción IV, de la Ley de
Caminos, Puentes y Autotransporte Federal.
Empero también es cierto y jurídicamente
relevante, que la cuota de cobro que se realiza a
los individuos, como al aquí quejoso, a efecto de
que tengan la posibilidad de transitar o hacer uso
de las carreteras concesionadas creadas para tal
efecto, en modo alguno infringe la referida garantía
de libertad de tránsito, en tanto que encuentra su
razón de ser y se justifica en el hecho de que tal
situación, jamás menoscaba, restringe, impide o
establece dificultades insuperables al gobernado
para desplazarse libremente en el territorio
nacional, a través de esas vías generales de
comunicación terrestre, toda vez que sólo se trata
de un acto mediante el que, el concesionario, dada
la infraestructura carretera, que es necesario
destacar, cuenta con altas especificaciones para la

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seguridad de los usuarios, de sus acompañantes y


de la mercancía registrada que transporta, cobra
una cuota de recuperación para que se haga uso
de la misma, con el consecuente beneficio de
contar con un seguro que los protegerá contra
cualquier riesgo o daño que llegasen a tener, que
también abarca a sus pertenencias, equipaje o
mercancías que transporte, que sean de su
posesión y propiedad, desde que aborden hasta
que desciendan del vehículo y los que ocurran
durante el trayecto del automotor en la carretera
concesionada, así como el derecho de que se les
pague una indemnización en caso de muerte o en
caso de existir lesiones, dado que el concesionario
por imperativo de la ley, está obligado a
proporcionar asistencia médica, hospitalización,
etcétera; de todo lo cual, la Secretaría de
Comunicaciones y Transportes, vigilará, resolverá
y ordenará que se cumplimente cabalmente, en
observancia a lo dispuesto por los artículos 80 y
127 de la Ley de Caminos, Puentes y
Autotransporte Federal.- - - Esta conclusión
significa, que con el comprobante en cuestión, el
automovilista acredita que realizó el pago de la
cuota fijada para transitar por las carreteras
concesionadas y, por ende, que detenta el derecho
a gozar de los beneficios de seguridad y protección
de mérito, respecto a los riegos o accidentes que
llegase a tener al ascender o descender del

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vehículo o bien durante el transcurso del viaje.- - -


De esta manera, el recibo del pago de la cuota que
se expide al momento de ingresar a una carretera
concesionada, que también sirve como
comprobante para que los automovilistas tengan
derecho a gozar de los beneficios antes referidos,
no se trata y menos aun se equipara o equivale al
salvo-conducto, a que alude el artículo 11 de la
Constitución Federal, como erróneamente lo
pretende ver el quejoso, en atención a que no
constituye ningún documento expedido por la
autoridad competente, que el gobernado deba
llevar para poder transitar por una determinada
zona, pues, tal documental, salvo-conducto, a
guisa de ejemplo, se utiliza en el caso hipotético de
que el Presidente Constitucional de los Estados
Unidos Mexicanos, de acuerdo al artículo 29
constitucional, decretara la suspensión de
garantías y restringiera la libertad de tránsito en
cierta parte del territorio nacional, por virtud al
establecimiento del ‘toque de queda’, que es
precisamente, el que prohíbe transitar en la
población respectiva, salir de ella o entrar a la
misma, supuesto en el cual se requiere,
indefectiblemente, la expedición del salvo-
conducto para que el gobernado pueda transitar en
ese lugar determinado, dada la necesidad
imperiosa de que se haga una excepción con esa
persona, lo cual obviamente no sucede en el caso

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particular.- - - En esas condiciones, es evidente que


el cobro de la cuota de las carreteras
concesionadas, no tiene como finalidad restringir,
menoscabar o impedir al gobernado como al aquí
quejoso, la libertad de tránsito para desplazarse de
manera libre por el territorio nacional a través de
esas vías generales de comunicación terrestre,
cuya construcción, operación, explotación,
conservación y mantenimiento, corresponde llevar
a cabo única y exclusivamente a los
concesionarios, debido a que ellos, según se
destacó con antelación, son los que financian y
ejecutan el proyecto carretero, que es de utilidad
pública y de interés social, en virtud de que tiende
al desarrollo de la infraestructura carretera que
requiere el País, en observancia a lo que dispone el
artículo 22 de la Ley de Caminos, Puentes y
Autotransporte Federal, desde el momento en que
mediante la concesión que nos ocupa, el Estado
pretende establecer una adecuada promoción en la
competencia de la construcción de esas vías
generales de comunicación terrestre, a fin de lograr
una mayor transparencia en el otorgamiento de las
concesiones de los bienes del dominio de la
Nación, cuya finalidad es asegurar las mejores
condiciones en el procedimiento licitatorio público
respectivo, para así promover un desarrollo
eficiente en la construcción de una red de
carreteras con altas capacidades para accesos a

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corredores industriales y de abasto, así como en la


implementación de un buen servicio de
mantenimiento a la infraestructura carretera y una
mayor competitividad entre los concesionarios,
esto desde luego, en beneficio de la comunidad,
que tendrá derecho a hacer uso de carreteras
(autopistas) seguras y confiables, en las cuales, el
viaje del automovilista se encuentra protegido por
un seguro por las posibles lesiones o muerte que
llegasen a tener los usuarios y sus acompañantes,
así como contra los daños que llegasen a tener las
mercancías que transporten y los bienes de su
posesión o propiedad.- - - Es conveniente destacar,
que el hacer uso o no de esas vías generales de
comunicación terrestre, queda al arbitrio de los
automovilistas, pues son éstos, los que,
finalmente, deciden si quieren pagar o no, la cuota
que cobra el concesionario, fijada por la Secretaría
de Comunicaciones y Transportes para poder
transitar en una carretera con altas
especificaciones de seguridad, con el consecuente
beneficio de contar con el referido seguro, a
diferencia de lo que sucede en los caminos
federales libres de peaje, que también pueden
comunicar a cualquier individuo con su automóvil,
a cualquier parte de la República Mexicana, que no
cuentan con las medidas de seguridad y protección
y del seguro que se otorga a los usuarios de una
carretera federal concesionada.- - - De lo antes

21
AMPARO EN REVISIÓN 416/2007.

señalado, no cabe duda que los artículos


reclamados que prevén la posibilidad de que la
Federación a través de la Secretaría de
Comunicaciones y Transportes, concesione la
explotación de las carreteras a terceros, con apego
a lo dispuesto por el artículo 28, penúltimo párrafo,
constitucional y estos últimos, cobren una cuota a
los individuos que hagan uso de ellas, no coarta la
libertad de tránsito del quejoso, toda vez que no le
restringe, menoscaba, le impide o le establece
dificultades insuperables para poder circular
libremente dentro del territorio nacional, como lo
exige el artículo 11 de la Constitución Federal,
habida cuenta que no le prohíben que pueda hacer
uso de los caminos federales libres de cuota, a
través de los cuales también puede trasladarse a
cualquier otro lugar del País, en caso de que no
quiera circular por aquellas vías generales de
comunicación terrestre.- - - Lo contrario sería, que
sólo en el País existieran carreteras concesionadas
y no libres de peaje, caso en el cual, sí se podría
hablar de una transgresión a la libertad de tránsito,
al tener que pagar el gobernado, forzosamente, la
cuota cobrada por el concesionario, previamente
fijada por la Secretaría de Comunicaciones y
Transportes, a fin de que se le sea dable transitar
en la República Mexicana.- - - En congruencia con
lo antes relatado, resulta objetivamente incorrecto,
que la Federación, sólo esté facultada para cobrar

22
AMPARO EN REVISIÓN 416/2007.

a los usuarios de las carreteras federales


concesionadas, el pago de un derecho previsto en
el artículo 2º, fracción IV, del Código Fiscal de la
Federación y no el cobro de una cuota.- - - Lo
anterior encuentra explicación, en virtud de que el
promovente del amparo pierde de vista, que en el
caso particular, se está ante vías generales de
comunicación terrestre de exclusiva jurisdicción
federal, que son susceptibles de concesionarse en
términos del antepenúltimo párrafo del artículo 28
de la Ley Suprema, a favor de los particulares,
empresas, Estados o Municipios, a quienes les
corresponde efectuar la operación, explotación,
mantenimiento y prestación del servicio de las
mismas, situación que los convierte en
propietarios de esas vías generales de
comunicación, durante el tiempo pactado en el acto
concesorio, tal como lo estatuyen los antedichos
artículos 13 y 89 de la Ley de Vías Generales de
Comunicación.- - - De modo que, cuando se otorga
una concesión para explotar esos bienes
nacionales, el Estado temporalmente deja de
ejercer directamente el dominio sobre los mismos,
lo que se traduce en que el pago de la cuota para el
uso de las carreteras federales concesionadas, no
se percibe por la Federación en sus funciones de
derecho público, sino por los concesionarios que
están a cargo de la explotación de esos bienes
sujetos al régimen de dominio público.- - - Por tal

23
AMPARO EN REVISIÓN 416/2007.

razón, es que en la Ley Federal de Derechos, no se


encuentra previsto el pago (sic) un derecho por el
uso y aprovechamiento de las referidas vías
generales de comunicación terrestre, dado que
conforme a la interpretación armónica de los
artículos 28, penúltimo párrafo y 73, fracción XVII,
constitucionales, el Congreso de la Unión, está
facultado para dictar leyes sobre vías generales de
comunicación, que competen a la Federación, cuya
transmisión a terceros puede concretarse a través
del instrumento jurídico que la propia Ley
Fundamental prevé, como lo es, la concesión para
su explotación a particulares, empresas, Estados o
Ayuntamientos.- - - De lo que se sigue, que
atendiendo a la exégesis del artículo 2º, fracción IV,
del Código Federal Tributario, el pago de las cuotas
por el uso de las carreteras federales
concesionadas, no puede considerarse como una
contribución, específicamente, un derecho, al no
estar sujetas esas vías generales de comunicación
terrestre, al dominio publico de la Nación, dado que
se insiste, el Estado no es el que cobra el pago de
la referida cuota, sino los particulares, empresas,
Estados o Ayuntamientos que tienen la concesión,
a quienes les corresponde erogar de su propio
peculio, los gastos de explotación, operación,
mantenimiento y prestación del servicio de las
mismas, que pasan a ser de su propiedad, mientras
tenga vigencia la concesión respectiva.- - - En ese

24
AMPARO EN REVISIÓN 416/2007.

contexto, al no ser la Federación la que


directamente se hace cargo de las carreteras
concesionadas y obtiene la totalidad de las
utilidades generadas, es claro que el cobro de la
cuota por el uso de esas vías generales de
comunicación terrestre, no puede considerarse
como una contribución, al no actuar el Estado en
sus funciones de derecho público, requisito
esencial para que sea dable el establecimiento de
un derecho por el uso o aprovechamiento de los
bienes nacionales.- - - Para reafirmar lo dicho, el
artículo 2º, fracción IV, del Código Fiscal de la
Federación, estatuye:- - - ‘IV.’ (Se transcribe).- - - En
tales circunstancias, es válido concluir que los
artículos 6º, 7º, 12 y 30 de la Ley de Caminos,
Puentes y Autotransporte Federal, no son
violatorios de la garantía de libertad de tránsito
prevista en el numeral 11 constitucional, lo que a
su vez deriva en la constitucionalidad de las
concesiones otorgadas por la Secretaría de
Comunicaciones y Transportes, a los particulares,
empresas, Estados o Ayuntamientos para que
exploten las carreteras federales, consideradas de
uso común y del dominio público de la Nación, que
se sustentan, precisamente, en dichas normas
legales reclamadas.- - - Consiguientemente, los
artículos reclamados, tampoco violan la garantía de
legalidad prevista en el numeral 16 la Carta Magna,
de que también se duele el ahora quejoso, dado

25
AMPARO EN REVISIÓN 416/2007.

(sic) la hace depender de la inconstitucionalidad


que le atribuye a aquella norma suprema.- - - En las
apuntadas condiciones, al no apreciarse a la luz de
los conceptos de violación antes examinados, la
inconstitucionalidad de los preceptos combatidos
y de las concesiones otorgadas por la Secretaría
de Comunicaciones y Transportes, a los
particulares o empresas para que exploten las vías
generales de comunicación terrestre, sin que se
advierta queja que suplir en términos de las
fracciones I y VI del artículo 76 bis de la Ley de
Amparo, procede negar al quejoso el amparo y
protección de la Justicia Federal impetrada.- - -
Como consecuencia de la constitucionalidad de los
artículos 6º, 7º, 12 y 30 de la Ley de Caminos,
Puentes y Autotransporte Federal, que conduce a
la negativa del amparo respecto a esas normas
legales, y de las concesiones otorgadas por la
Secretaría de Comunicaciones y Transportes,
también debe hacerse extensiva tal negativa a su
acto concreto de aplicación, que consiste en el
comprobante de pago de la cuota de ocho de
septiembre de dos mil seis, atinente al uso de la
carretera que transitaba al momento del cobro
aludido, dado que el quejoso no lo impugnó por
vicios propios, sino que lo hizo depender de la
inconstitucionalidad que le atribuye a las referidas
normas legales.- - - Resulta aplicable, la
jurisprudencia sostenida por la Segunda Sala de la

26
AMPARO EN REVISIÓN 416/2007.

Suprema Corte de Justicia de la Nación, visible en


la foja 175, Tomo 205-216 Tercera Parte, Séptima
Época, del Semanario Judicial de la Federación,
que establece:- - - ‘LEYES O REGLAMENTOS.
AMPARO PROMOVIDO CON MOTIVO DE SU
APLICACIÓN.’ (Se transcribe).”

CUARTO. Inconforme con dicha sentencia, la parte quejosa


interpuso recurso de revisión mediante escrito presentado el
veintidós de noviembre de dos mil seis ante la Oficina de
Correspondencia Común de los Juzgados de Distrito en Materia
Administrativa en el Estado de Jalisco, escrito que fue recibido en
el Juzgado Primero de Distrito en la materia y entidad citadas el
veintitrés siguiente; posteriormente, mediante oficio número 947
de veintinueve de enero de dos mil siete, el titular de dicho
Juzgado lo remitió, junto con los autos del juicio de amparo
909/2006 y sus anexos, al Tribunal Colegiado en Materia
Administrativa del Tercer Circuito en turno.

QUINTO. El Presidente del Segundo Tribunal Colegiado en


Materia Administrativa del Tercer Circuito, al que por turno le
correspondió conocer del recurso, lo admitió el treinta de enero de
dos mil siete, ordenando su registro con el número 44/2007;
posteriormente, el veinticuatro de mayo de dos mil siete, el órgano
colegiado de referencia dictó resolución en el sentido de que la
Suprema Corte de Justicia de la Nación es la competente para
conocer del citado recurso, por lo que ordenó su remisión a este
Alto Tribunal.

27
AMPARO EN REVISIÓN 416/2007.

SEXTO. Recibidos los autos en esta Suprema Corte de


Justicia de la Nación, su Presidente, por acuerdo de cinco de
junio de dos mil siete, ordenó formar y registrar el toca relativo al
amparo en revisión con el número 416/2007; asimismo, consideró
procedente que este Alto Tribunal se avocara al conocimiento del
recurso de mérito, ordenando se diera vista con el escrito de
expresión de agravios al Procurador General de la República,
para que dentro del plazo de diez días formulara pedimento si lo
estimaba conveniente y que pasaran los autos para su estudio al
Ministro Sergio Salvador Aguirre Anguiano, para la elaboración del
proyecto de resolución respectivo.

El Agente del Ministerio Público Federal no formuló


pedimento alguno.

Previo dictamen del Ministro Ponente y la emisión de los


acuerdos presidenciales correspondientes, el asunto quedó
radicado en esta Segunda Sala.

C O N S I D E R A N D O:

PRIMERO. Esta Segunda Sala de la Suprema Corte de


Justicia de la Nación es competente para conocer y resolver el
presente recurso de revisión, de conformidad con lo dispuesto en
los artículos 107, fracción VIII, inciso a), de la Constitución Política
de los Estados Unidos Mexicanos, 84, fracción I, inciso a), de la
Ley de Amparo y 21, fracción II, inciso a), de la Ley Orgánica del
Poder Judicial de la Federación, y conforme a lo previsto en el
artículo 37 del Reglamento Interior de la Suprema Corte de

28
AMPARO EN REVISIÓN 416/2007.

Justicia de la Nación y en los puntos Segundo y Cuarto del


Acuerdo General Plenario 5/2001, en virtud de que se interpuso
en contra de una sentencia dictada por un Juez de Distrito en la
audiencia constitucional de un juicio de amparo en el que se
cuestionó la constitucionalidad de los artículos 6o., 7o., 12 y 30 de
la Ley de Caminos, Puentes y Autotransporte Federal, y si bien
subsiste el problema de constitucionalidad planteado respecto de
esas disposiciones, no es necesaria la intervención del Tribunal
Pleno, en razón de que su resolución no reviste un interés
excepcional.

SEGUNDO. Es innecesario pronunciarse respecto de la


oportunidad en la presentación del recurso de revisión, en virtud
de que el Segundo Tribunal Colegiado en Materia Administrativa
del Tercer Circuito se ocupó de esa cuestión, estimando que dicho
medio de impugnación se interpuso dentro del término de diez
días hábiles a que se refiere el artículo 86 de la Ley de Amparo.
De igual manera, se pronunció sobre las causales de
improcedencia hechas valer por las partes, de las cuales se
ocupó el Juez de Distrito.

TERCERO. La parte quejosa ahora recurrente hizo valer


como agravios, lo que a continuación se sintetiza:

a) La sentencia recurrida es contraria a lo dispuesto en el


artículo 77, fracción II, de la Ley de Amparo, en razón de que el
Juez de Distrito no resolvió conforme a derecho al declarar
infundado equivocadamente el primer concepto de violación de la
demanda de garantías, en el que se planteó la

29
AMPARO EN REVISIÓN 416/2007.

inconstitucionalidad de los artículos 6o., 7o., 12 y 30 de la Ley de


Caminos, Puentes y Autotransporte Federal, así como el
otorgamiento de concesiones para que particulares exploten las
carreteras federales, ello porque se permite el cobro de cuotas
cuando lo que debe pagar el particular son derechos en términos
del artículo 2o., fracción IV, del Código Fiscal de la Federación, al
ser aquéllas bienes del dominio público; sin embargo, el A quo
afirmó que en el momento en que el Gobierno Federal concesionó
la explotación de las carreteras federales y ya no las administra,
los concesionarios son los propietarios en términos del artículo 28
de la Constitución Federal; además de que no se restringe la
garantía de libertad de tránsito porque está al arbitrio de los
particulares transitar o no por las carreteras de cuota.

Lo anterior es así, porque contrariamente a lo expuesto por


el Juez de Distrito, las carreteras federales concesionadas para
su explotación no pierden su calidad de bienes del dominio
público, al tenor de lo dispuesto por los artículos 5o. de la Ley de
Caminos, Puentes y Autotransporte Federal, 3o. de la Ley de Vías
Generales de Comunicación, 3o., fracción II y 7o., fracción XI, de
la Ley General de Bienes Nacionales y Décimo Segundo del
Decreto que reestructura la organización y funcionamiento del
Organismo Público Descentralizado Caminos y Puentes
Federales de Ingresos y Servicios Conexos, pues a los
concesionarios simplemente se les permite, por interés social, que
las usen, aprovechen y/o exploten.

Expuso que resulta infundado lo manifestado por el Juez de


Distrito en el sentido de que supuestamente no se restringe la

30
AMPARO EN REVISIÓN 416/2007.

garantía de libertad de tránsito por el solo hecho de que está al


arbitrio de los particulares transitar o no por las carreteras de
cuota, pues contrario a ello, el quejoso tiene derecho de transitar
por todas las vías de comunicación del dominio público, ya sean
de cuota o libres de peaje, sin que pueda justificarse el
tratamiento inconstitucional de las primeras por el solo hecho de
que existan las libres.
Agrega que el Juez de Distrito pasó por alto que el
peticionario de garantías no se quejó de que se le cobrara por
transitar en las carretas de cuota, sino que su reclamo deriva de
la incertidumbre jurídica que le ocasiona el cobro de dichas
cuotas, cuando legalmente por hacer uso de bienes del dominio
público debe cobrarse un derecho, establecido por la autoridad
legislativa, a diferencia de las cuotas que dependen del libre
arbitrio de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes.

b) La sentencia recurrida es contraria al principio de


exhaustividad contenido en el artículo 77 de la Ley de Amparo,
pues el Juez de Distrito omitió realizar el análisis del segundo
concepto de violación de la demanda de garantías, en el que la
parte quejosa argumentó que los numerales 6o., 7o., 12 y 30 de
la Ley de Caminos, Puentes y Autotransporte Federal y, en
consecuencia, las concesiones para que particulares exploten las
carreteras federales, resultan inconstitucionales al disponer la
posibilidad de que el Gobierno Federal en forma unilateral, a
través de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (lo cual
fue aceptado por el Juez de Distrito), fije el monto de las cuotas a
cobrar, omitiendo señalar el procedimiento para su cálculo, lo que
genera un estado de incertidumbre para el gobernado al no saber

31
AMPARO EN REVISIÓN 416/2007.

éste a qué atenerse en relación con el cobro de las señaladas


cuotas, debido al exceso en que puede incurrir la autoridad.

c) La sentencia recurrida es contraria a lo dispuesto por el


artículo 77 de la Ley de Amparo, en razón de que el Juez de
Distrito interpretó equivocadamente el primer concepto de
violación e introdujo cuestiones extralitigiosas, con lo que se
violentan los principios de congruencia externa y exhaustividad.
Lo anterior es así porque, contrariamente a lo expresado por el
juzgador de amparo, en la demanda de garantías el quejoso no
se basó en lo establecido en el numeral 134 de la Constitución
Federal para considerar inconstitucionales los artículos 6o., 7o.,
12 y 30 de la Ley de Caminos, Puentes y Autotransporte Federal,
así como el otorgamiento de concesiones para la explotación de
carreteras federales al amparo de dichos numerales, sino que
dicha inconstitucionalidad deriva de que en las carreteras
concesionadas se cobra una cuota en lugar de un derecho, al ser
bienes del dominio público.

CUARTO. Antes de realizar el estudio de los agravios


propuestos, resulta importante transcribir las disposiciones
reclamadas, las cuales son del tenor siguiente:

“Artículo 6o. Se requiere de concesión para


construir, operar, explotar, conservar y mantener
los caminos y puentes federales. --- Las
concesiones se otorgarán a mexicanos o
sociedades constituidas conforme a las leyes
mexicanas, en los términos que establezcan esta

32
AMPARO EN REVISIÓN 416/2007.

Ley y los reglamentos respectivos. --- Las


concesiones se otorgarán hasta por un plazo de 30
años, y podrán ser prorrogadas hasta por un plazo
equivalente al señalado originalmente, siempre que
el concesionario hubiere cumplido con las
condiciones impuestas y lo solicite durante la
última quinta parte de su vigencia y a más tardar
un año antes de su conclusión. --- La Secretaría
contestará en definitiva las solicitudes de prórroga
a que se refiere el párrafo anterior, dentro de un
plazo de 60 días naturales contado a partir de la
fecha de presentación de la misma debidamente
requisitada y establecerá las nuevas condiciones
de la concesión, para lo cual deberá tomar en
cuenta la inversión, los costos futuros de
ampliación y mejoramiento y las demás
proyecciones financieras y operativas que
considere la rentabilidad de la concesión.”

“Artículo 7o. Las concesiones a que se refiere este


capítulo se otorgarán mediante concurso público,
conforme a lo siguiente: --- I. La Secretaría, por sí o
a petición del interesado, expedirá convocatoria
pública para que, en un plazo razonable, se
presenten proposiciones en sobre cerrado, que
será abierto en día prefijado y en presencia de los
interesados. --- Cuando exista petición del
interesado, la Secretaría, en un plazo razonable,
expedirá la convocatoria o señalará al interesado

33
AMPARO EN REVISIÓN 416/2007.

las razones de la improcedencia en un plazo no


mayor de 90 días; --- II. La convocatoria se
publicará simultáneamente en el Diario Oficial de la
Federación, en un periódico de amplia circulación
nacional y en otro de la entidad o entidades
federativas en donde se lleve a cabo la obra; --- III.
Las bases del concurso incluirán como mínimo las
características técnicas de la construcción de la vía
o el proyecto técnico, el plazo de la concesión, los
requisitos de calidad de la construcción y
operación; los criterios para su otorgamiento serán
principalmente los precios y tarifas para el usuario,
el proyecto técnico en su caso, así como las
contraprestaciones ofrecidas por el otorgamiento
de la concesión. --- IV. Podrán participar uno o
varios interesados que demuestren su solvencia
económica, así como su capacidad técnica,
administrativa y financiera, y cumplan con los
requisitos que establezcan las bases que expida la
Secretaría; --- V. A partir del acto de apertura de
propuestas y durante el plazo en que las mismas
se estudien y homologuen, se informará a todos
los interesados de aquéllas que se desechen, y las
causas principales que motivaren tal
determinación; --- VI. La Secretaría, con base en el
análisis comparativo de las proposiciones
admitidas, emitirá el fallo debidamente fundado y
motivado, el cual será dado a conocer a todos los
participantes. La proposición ganadora estará a

34
AMPARO EN REVISIÓN 416/2007.

disposición de los participantes durante 10 días


hábiles a partir de que se haya dado a conocer el
fallo, para que manifiesten lo que a su derecho
convenga; y --- VII. No se otorgará la concesión
cuando ninguna de las proposiciones presentadas
cumplan con las bases del concurso o por caso
fortuito o fuerza mayor. En este caso, se declarará
desierto el concurso y se procederá a expedir una
nueva convocatoria.”

“Artículo 12. La Secretaría estará facultada para


establecer modalidades en la explotación de
caminos y puentes y en la prestación de los
servicios de autotransporte y sus servicios
auxiliares, sólo por el tiempo que resulte
estrictamente necesario, de conformidad con los
reglamentos respectivos.”

“Artículo 30. La Secretaría podrá otorgar


concesiones para construir, mantener, conservar y
explotar caminos y puentes a los particulares,
estados o municipios, conforme al procedimiento
establecido en la presente Ley; así como para
mantener, conservar y explorar (sic) caminos
federales construidos o adquiridos por cualquier
título por el Gobierno Federal. En este último caso,
las concesiones no podrán ser por plazos mayores
a 20 años. La Secretaría garantizará, cuando haya
vías alternas, la operación de una libre de peaje.

35
AMPARO EN REVISIÓN 416/2007.

Excepcionalmente la Secretaría podrá otorgar


concesión a los gobiernos de los estados o a
entidades paraestatales sin sujetarse al
procedimiento de concurso a que se refiere esta
Ley. Cuando la construcción u operación de la vía
la contrate con terceros deberá obtener
previamente la aprobación de la Secretaría y
aplicar el procedimiento de concurso previsto en el
artículo 7 de esta Ley.

La construcción, mantenimiento, conservación y


explotación de los caminos y puentes estarán
sujetos a lo dispuesto en esta Ley y sus
reglamentos, y a las condiciones impuestas en la
concesión respectiva.”

Los numerales transcritos establecen los requisitos para la


obtención de concesiones para la construcción, operación,
explotación, conservación y mantenimiento de los caminos y
puentes federales; el procedimiento para la obtención de esas
concesiones; y las facultades de la Secretaría de Comunicaciones
y Transportes para establecer modalidades en la explotación de
caminos y puentes, así como para el otorgamiento de
concesiones para construir, mantener, conservar y explotar
caminos y puentes a los particulares, Estados o Municipios,
conforme al procedimiento establecido en la Ley; y para
mantener, conservar y explotar caminos federales construidos o
adquiridos por cualquier título por el Gobierno Federal.

36
AMPARO EN REVISIÓN 416/2007.

Ahora bien, en el agravio señalado en el inciso a), el quejoso


recurrente se duele, en esencia, de que contrariamente a lo
señalado por el Juez de Distrito las carreteras federales no
pierden su calidad de bienes del dominio público por el hecho de
haberse concesionado su explotación a particulares y que, por lo
mismo, por su uso deben cubrirse derechos y no cuotas, lo que
atenta contra la garantía de libre tránsito, pues se le obliga a
pagar cuotas por transitar en las carreteras federales. Tales
argumentaciones resultan inoperantes, pues con los mismos no
se controvierten la totalidad de consideraciones expuestas por el
Juez de Distrito para sostener la constitucionalidad de los
artículos 6o., 7o., 12 y 30 de la Ley de Caminos, Puentes y
Autotransporte Federal.

En efecto, como se aprecia de la resolución recurrida, el


Juez de Distrito A quo, para negar el amparo solicitado, expresó
las siguientes consideraciones:

1. Los artículos 6o., 7o., 12 y 30 de la Ley de Caminos,


Puentes y Autotransporte Federal, no contravienen la garantía de
libertad de tránsito prevista en el numeral 11 de la Constitución
Federal, pues a diferencia de lo sostenido por el quejoso, las
concesiones otorgadas por la Secretaría de Comunicaciones y
Transportes para la explotación de carreteras federales,
consideradas vías generales de comunicación terrestre de uso
común y del dominio de la Nación, son un instrumento jurídico
que tiene su origen en el artículo 28, párrafo décimo, de la propia
Constitución y no así en el diverso 134. Lo anterior es así, porque

37
AMPARO EN REVISIÓN 416/2007.

este último precepto autoriza al Estado Mexicano a realizar


licitaciones públicas para la adquisición, arrendamiento y
enajenación de todo tipo de bienes, prestación de servicios y la
contratación de obras, razón por la que el diverso articulo 10 de la
Ley de Vías Generales de Comunicación, en congruencia con
dicho mandato, contempla que el Gobierno Federal tiene la
facultad para construir, entre otras vías, carreteras, por sí mismo o
en cooperación con las autoridades locales, lo cual podrá
encomendar a particulares.

2. Destacó igualmente que el artículo 28, párrafo décimo, de


la Constitución Federal prevé que el Estado Mexicano, en casos
de interés general, puede concesionar la explotación, uso y
aprovechamiento de los bienes del dominio de la Federación, con
apego a las modalidades y condiciones establecidas en las leyes
ordinarias que aseguren la utilización social de los bienes, por lo
que sobre esa base, las concesiones que otorga la Secretaría de
Comunicaciones y Transportes a los particulares, empresas,
Estados o Municipios, para que exploten los caminos federales,
con base en la legislación reclamada y los otros ordenamientos
citados (Ley General de Bienes Nacionales y Ley de Vías
Generales de Comunicación), no derivan o tienen sustento en el
numeral 134 constitucional, si se parte de la premisa de que este
último se refiere a las concesiones que puede otorgar el Estado a
los particulares o empresas para que lleven a cabo la prestación
de cualquier servicio público, o bien, para que construyan la obra
necesaria en beneficio de la colectividad, supuesto distinto al que
se prevé en el artículo 28 constitucional, que contempla la
posibilidad de que el Estado otorgue concesiones para explotar

38
AMPARO EN REVISIÓN 416/2007.

los bienes del dominio de la Federación, entre los que se


encuentran las carreteras, que son consideradas vías generales
de comunicación y de uso común, de donde es claro que la
Secretaría de Estado, en atención a lo dispuesto en dicho
precepto, sí está facultada para transmitir a terceros la
explotación de las vías generales de comunicación terrestre
pertenecientes al régimen de dominio público de la Federación.

3. Consideró que la anterior clase de concesiones no


atentan contra la garantía de libertad de tránsito, pues si bien sus
titulares cobran una cuota por la utilización del tramo carretero
concesionado, fijada en forma unilateral por la Secretaría de
Comunicaciones y Transportes y establecida en el título de
concesión, también lo es que el pago de aquélla no implica
menoscabo, restricción, impedimento o establecimiento de
dificultades insuperables al gobernado para desplazarse
libremente en el territorio nacional, máxime que se trata de vías
de comunicación que cuentan con altas especificaciones para la
seguridad de los usuarios, tan es así que se encuentran
protegidos por un seguro que da derecho, en caso de siniestro, a
la obtención de una indemnización; además de que el recibo del
pago de la cuota no se equipara o equivale al salvoconducto a
que alude el artículo 11 de la Constitución Federal, como
erróneamente lo pretende el quejoso y que el cobro de la cuota
obedece a que son los concesionarios los que financian y
ejecutan el proyecto carretero, es decir, lo construyen, operan y lo
conservan, lo que explica que sean ellos los que lo exploten y,
consecuentemente, cobren dicha cuota.

39
AMPARO EN REVISIÓN 416/2007.

4. Agregó que las concesiones señaladas tienden al


desarrollo de la infraestructura carretera que requiere el país, en
observancia a lo dispuesto en el artículo 22 de la Ley de Caminos,
Puentes y Autotransporte Federal, desde el momento en que el
Estado pretende establecer una adecuada promoción en la
competencia para la construcción de esas vías generales de
comunicación terrestre.

5. Estableció que en congruencia con lo anterior, resulta


incorrecto estimar que la Federación sólo está facultada para
cobrar a los usuarios de las carreteras federales concesionadas el
pago de un derecho, en términos de la fracción IV del artículo 2o.
del Código Fiscal de la Federación, pues a diferencia de lo
expuesto por el peticionario de garantías, se está ante vías
generales de comunicación terrestre de jurisdicción federal
exclusiva, que son susceptibles de concesionarse a favor de
particulares con base en el artículo 28 constitucional, situación
que convierte a los concesionarios en propietarios de esas vías
durante el tiempo pactado en la concesión, tal y como lo
establecen los artículos 13 y 89 de la Ley de Vías Generales de
Comunicación, pues la concesión de bienes nacionales implica
que el Estado deje temporalmente de ejercer directamente el
dominio sobre esos bienes, lo que provoca que el pago de la
cuota no lo perciba la Federación en sus funciones de derecho
público, sino los concesionarios que las explotan.

6. Expuso que por lo anterior, en la Ley Federal de Derechos


no se prevé el pago de un derecho por el uso y aprovechamiento
de esas vías de comunicación, pues de acuerdo con una

40
AMPARO EN REVISIÓN 416/2007.

interpretación armónica de los artículos 28, penúltimo párrafo y


73, fracción XVII, de la Constitución Federal, el Congreso de la
Unión está facultado para dictar leyes sobre vías generales de
comunicación cuya transmisión a terceros puede realizarse a
través de la figura de la concesión para su explotación, de lo que
se sigue, en atención a la exégesis del artículo 2o., fracción IV,
del Código Fiscal de la Federación, que las cuotas en cuestión no
pueden considerarse una contribución, concretamente un
derecho, al no ser la Federación la que directamente se hace
cargo de las carreteras concesionadas y obtiene la totalidad de
las utilidades generadas, pues el Estado no actúa en sus
funciones de derecho público, requisito esencial para que sea
dable el establecimiento de un derecho por el uso o
aprovechamiento de los bienes nacionales.

7. Finalmente, consideró que al no ser los preceptos


reclamados violatorios de la garantía de libertad de tránsito
prevista en el artículo 11 de la Constitución Federal, y, por tanto,
no serlo tampoco las concesiones otorgadas por la Secretaría de
Comunicaciones y Transportes a los particulares para la
explotación de carreteras federales, consideradas de uso común y
del dominio público de la Nación, los mencionados preceptos
combatidos tampoco resultaban violatorios de la garantía de
legalidad prevista en el diverso numeral 16 constitucional, en
razón de que la inconstitucionalidad pretendida la hizo depender
de la transgresión de los mismos al señalado numeral 11 de la
Norma Suprema.

41
AMPARO EN REVISIÓN 416/2007.

De acuerdo con lo anterior, se advierte claramente que los


argumentos que se plantean como agravio no están orientados a
desvirtuar las consideraciones descritas, pues si bien el quejoso
recurrente aduce que es ilegal la consideración del Juez de
Distrito en el sentido de que las carreteras federales, durante la
duración de la concesión, pasan a ser propiedad de los
concesionarios, insistiendo en que esas vías de comunicación son
bienes de dominio público y, por ello, por su uso deben cubrirse
derechos y no cuotas, también lo es que no controvierte las
demás consideraciones expuestas por el A quo, principalmente
las consistentes en que la facultad del Estado para concesionar la
construcción y explotación de carreteras federales tiene su apoyo
en el artículo 28 constitucional, que establece que el Estado
Mexicano, por razones de interés general, puede concesionar la
explotación, uso y aprovechamiento de los bienes del dominio de
la Federación, como lo son este tipo de vías generales de
comunicación terrestre; que la Secretaría de Comunicaciones y
Transportes, con base en dicho numeral, sí puede concesionar la
construcción, operación, explotación, conservación y
mantenimiento de carreteras federales, por lo que si los
concesionarios son los que financian y ejecutan un proyecto
carretero como consecuencia de la concesión que se les otorga,
ello explica que sean ellos los que cobren las cuotas de que se
trata, lo que también sirve de sustento para estimar que por el uso
de esas vías no procede el cobro de derechos, en términos del
artículo 2o. del Código Fiscal de la Federación y que el pago de
las cuotas por utilizar carreteras federales no infringe la libertad
de tránsito porque no menoscaba, restringe, impide o establece

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AMPARO EN REVISIÓN 416/2007.

dificultades insuperables para que los gobernados se desplacen


libremente en el territorio.

Lo descrito evidencia, como se expuso, la inoperancia del


agravio que se examina, ya que aun cuando se aduce la
ilegalidad de dos de las consideraciones formuladas por el A quo,
no se combaten los demás razonamientos que sustentan la
constitucionalidad de los actos reclamados.

Sirven de apoyo a lo anterior los siguientes criterios, cuyo


rubro, texto y datos de localización, se transcriben a continuación:

“AGRAVIOS INOPERANTES. LO SON AQUÉLLOS


QUE NO COMBATEN LAS CONSIDERACIONES DE
LA SENTENCIA RECURRIDA Y NO SE DA NINGUNO
DE LOS SUPUESTOS DE SUPLENCIA DE LA
DEFICIENCIA DE LOS MISMOS. Si en la sentencia
recurrida el Juez de Distrito expone diversas
consideraciones para sobreseer en el juicio y negar
el amparo solicitado respecto de los actos
reclamados de las distintas autoridades señaladas
como responsables en la demanda de garantías, y
en el recurso interpuesto lejos de combatir la
totalidad de esas consideraciones el recurrente se
concreta a esgrimir una serie de razonamientos,
sin impugnar directamente los argumentos
expuestos por el juzgador para apoyar su fallo, sus
agravios resultan inoperantes; siempre y cuando
no se dé ninguno de los supuestos de suplencia de

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AMPARO EN REVISIÓN 416/2007.

la deficiencia de los mismos, que prevé el artículo


76 bis de la Ley de Amparo, pues de lo contrario,
habría que suplir esa deficiencia, pasando por alto
la inoperancia referida.” (Octava Época. Tercera
Sala. Semanario Judicial de la Federación. Tomo IV,
Primera Parte, julio a diciembre de 1989. Tesis: 3a./J.
30 13/89. Página 277).

“AGRAVIOS INSUFICIENTES. Si en el amparo en


revisión no se expone argumentación alguna
dirigida a impugnar la legalidad de la sentencia del
Juez Federal, mediante la demostración de
violaciones legales específicas en que incurra la
sentencia recurrida, debe considerarse que los
agravios alegados en el recurso de revisión no
reúnen los requisitos que la técnica jurídico-
procesal señala para el efecto y, en consecuencia,
procede desechar los agravios por
manifiestamente inoperantes y confirmar el fallo
que revisa.” (Séptima Época. Pleno. Semanario
Judicial de la Federación. Tomo 127-132, Primera
Parte. Página 66.)

No es óbice para concluir lo anterior, el argumento expuesto


como agravio y que se sintetizó en el inciso c) del considerando
anterior, en el sentido de que el quejoso recurrente no se basó en
lo establecido en el numeral 134 de la Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos para considerar inconstitucionales los
artículos reclamados, pues si bien es verdad que de los

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AMPARO EN REVISIÓN 416/2007.

conceptos de violación expuestos en su demanda de garantías no


se desprende esa aseveración, también lo es que dicho
argumento es insuficiente para revocar la resolución recurrida, al
no atacar, como se dijo, la totalidad de las consideraciones
expuestas por el Juez de Distrito, las cuales no pueden ser
desvirtuadas con una simple afirmación en el sentido de que
dicha resolución se encuentra indebidamente fundada.

En este sentido es importante precisar que si bien esta


Suprema Corte de Justicia de la Nación ha establecido en
jurisprudencia que los agravios que se hagan valer dentro de los
recursos que prevé la Ley de Amparo, no necesitan cumplir con
formalidades rígidas y solemnes, porque los diversos preceptos
de esa ley no exigen requisitos para su formulación y porque el
escrito que los contenga debe examinarse en su conjunto, por lo
que es suficiente que en alguna parte del escrito se exprese con
claridad la causa de pedir; también lo es que en atención a dicha
causa de pedir el recurrente debe señalar cuál es la lesión o
agravio que le provocan los actos reclamados, así como los
motivos que generan la afectación que se aduce, lo que en el
caso, no fue expresado por el quejoso recurrente.

Sobre el particular resulta aplicable, en lo conducente, la


jurisprudencia del Tribunal Pleno que a continuación se transcribe:

“AGRAVIOS EN RECURSOS INTERPUESTOS


DENTRO DEL JUICIO DE AMPARO. PARA QUE SE
ESTUDIEN BASTA CON EXPRESAR EN EL
ESCRITO RELATIVO, RESPECTO DE LAS

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AMPARO EN REVISIÓN 416/2007.

CONSIDERACIONES QUE SE CONTROVIERTEN DE


LA RESOLUCIÓN IMPUGNADA, LA CAUSA DE
PEDIR. Tomando en cuenta lo dispuesto en la tesis
jurisprudencial 2a./J. 63/98, visible en el Semanario
Judicial de la Federación y su Gaceta, Tomo VIII,
septiembre de 1998, página 323, cuyo rubro es
‘CONCEPTOS DE VIOLACIÓN. PARA QUE SE
ESTUDIEN, BASTA CON EXPRESAR CLARAMENTE
EN LA DEMANDA DE GARANTÍAS LA CAUSA DE
PEDIR.’, esta Suprema Corte de Justicia arriba a la
conclusión de que los agravios que se hagan valer
dentro de los recursos que prevé la Ley de Amparo
no necesitan cumplir con formalidades rígidas y
solemnes, ya que, por una parte, los diversos
preceptos de este ordenamiento que regulan los
referidos medios de defensa no exigen requisitos
para su formulación y, por otra, el escrito a través
del cual se hagan valer éstos debe examinarse en
su conjunto, por lo que será suficiente que en
alguna parte de éste se exprese con claridad la
causa de pedir, señalándose cuál es la lesión o
agravio que las respectivas consideraciones le
provocan, así como los motivos que generan esta
afectación, para que el órgano revisor deba
analizarlos; debiendo precisarse que esta
conclusión únicamente exime al recurrente de
seguir determinado formalismo al plantear los
agravios correspondientes, mas no de controvertir
el cúmulo de consideraciones que por su

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AMPARO EN REVISIÓN 416/2007.

estructura lógica sustentan la resolución recurrida,


o, en su caso, las circunstancias de hecho que
afectan la validez de esta última.” (Novena Época.
Pleno. Semanario Judicial de la Federación y su
Gaceta. Tomo XII, Agosto de 2000. Tesis P./J. 69/2000.
Página 5).

Asimismo, sirven de apoyo las jurisprudencias de la Primera


Sala de esta Suprema Corte de Justicia de la Nación, cuyo criterio
comparte esta Segunda Sala, las cuales se reproducen a
continuación:

“LEYES. LA EXPRESIÓN DE LA CAUSA DE PEDIR


NO BASTA PARA DESVIRTUAR LA PRESUNCIÓN
DE SU CONSTITUCIONALIDAD. La Suprema Corte
de Justicia de la Nación ha establecido que para el
estudio de los conceptos de violación o de los
agravios, según se trate, basta con expresar la
causa de pedir; sin embargo, ello no significa que
los quejosos o recurrentes puedan limitarse a
realizar afirmaciones sin sustento, pues a ellos
corresponde exponer las razones por las cuales
estiman inconstitucionales los actos reclamados.
Por tanto, en virtud de que toda ley goza de la
presunción de constitucionalidad que es preciso
desvirtuar, en razón de la legitimidad de los
órganos que la emiten, corresponde a quienes la
impugnan, la carga de la prueba, pues sólo así es

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AMPARO EN REVISIÓN 416/2007.

posible analizar si la ley reclamada contraviene o


no la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos.” (Novena Época. Primera Sala.
Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta.
Tomo XXII, Septiembre de 2005. Tesis 1a./J. 121/2005.
Página 143).

“CONCEPTOS DE VIOLACIÓN O AGRAVIOS. AUN


CUANDO PARA LA PROCEDENCIA DE SU
ESTUDIO BASTA CON EXPRESAR LA CAUSA DE
PEDIR, ELLO NO IMPLICA QUE LOS QUEJOSOS O
RECURRENTES SE LIMITEN A REALIZAR MERAS
AFIRMACIONES SIN FUNDAMENTO. El hecho de
que el Tribunal Pleno de la Suprema Corte de
Justicia de la Nación haya establecido en su
jurisprudencia que para que proceda el estudio de
los conceptos de violación o de los agravios, basta
con que en ellos se exprese la causa de pedir,
obedece a la necesidad de precisar que aquéllos
no necesariamente deben plantearse a manera de
silogismo jurídico, o bien, bajo cierta redacción
sacramental, pero ello de manera alguna implica
que los quejosos o recurrentes se limiten a realizar
meras afirmaciones sin sustento o fundamento,
pues es obvio que a ellos corresponde (salvo en
los supuestos legales de suplencia de la queja)
exponer razonadamente el porqué estiman
inconstitucionales o ilegales los actos que
reclaman o recurren. Lo anterior se corrobora con

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AMPARO EN REVISIÓN 416/2007.

el criterio sustentado por este Alto Tribunal en el


sentido de que resultan inoperantes aquellos
argumentos que no atacan los fundamentos del
acto o resolución que con ellos pretende
combatirse". (Novena Época. Primera Sala.
Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta.
Tomo XVI, Diciembre de 2002. Tesis 1a./J. 81/2002.
Página 61).

Por último, el agravio sintetizado en el inciso b) del


considerando anterior, en el que señala que la sentencia recurrida
es contraria al principio de exhaustividad previsto en el artículo 77
de la Ley de Amparo, porque el Juez de Distrito omitió realizar el
análisis del segundo concepto de violación en el que alegó la
violación a la garantía de legalidad y seguridad jurídica prevista
en el artículo 16 de la Norma Fundamental, en razón de que los
preceptos reclamados disponen la posibilidad de que el Gobierno
Federal de manera unilateral, a través de la Secretaría de
Comunicaciones y Transportes, fije el monto de las cuotas a
cobrar por el uso de las carreteras federales de cuota, sin que
señalen el procedimiento para su cálculo, resulta infundado, pues
como se desprende de las consideraciones del Juez de Distrito
sintetizadas líneas atrás, específicamente la señalada con el
número 7, se consideró que los preceptos combatidos no violaban
la garantía de mérito, en razón de que la inconstitucionalidad
señalada por el quejoso la hizo depender de la que le atribuyó a
dichos preceptos por violación a la libertad de tránsito contenida
en el artículo 11 de la Constitución.

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AMPARO EN REVISIÓN 416/2007.

Como se aprecia de lo anterior, contrariamente a lo expuesto


por el quejoso hoy recurrente, el Juez de Distrito sí realizó
pronunciamiento en relación con el segundo concepto de
violación expuesto por el peticionario de garantías, razón por la
que en ese aspecto, como se adelantó, el agravio que se contesta
resulta infundado.
En consecuencia, al no existir motivo alguno para suplir la
queja deficiente y ante lo inoperante e infundado de los agravios
aducidos, lo procedente es confirmar la sentencia recurrida y
negar el amparo solicitado.

Por lo expuesto y fundado, se resuelve:

PRIMERO. En la materia de la revisión, competencia de esta


Segunda Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, se
confirma la sentencia recurrida.

SEGUNDO. La Justicia de la Unión no ampara ni protege a


**********, en contra de los actos y autoridades precisados en el
resultando primero de esta resolución.

Notifíquese; con testimonio de esta resolución, vuelvan los


autos a su lugar de origen y en su oportunidad archívese el toca
como asunto concluido.

Así lo resolvió la Segunda Sala de la Suprema Corte de


Justicia de la Nación, por unanimidad de cuatro votos de los
señores Ministros Mariano Azuela Güitrón, Sergio Salvador
Aguirre Anguiano, José Fernando Franco González Salas y la

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AMPARO EN REVISIÓN 416/2007.

señora Ministra Presidenta Margarita Beatriz Luna Ramos. El


Ministro Genaro David Góngora Pimentel, estuvo ausente por
licencia concedida por el Pleno de este Alto Tribunal. Fue ponente
el señor Ministro Sergio Salvador Aguirre Anguiano.

Firman la señora Ministra Presidenta y el señor Ministro


ponente, con el Secretario de Acuerdos de la Segunda Sala que
autoriza y da fe.

PRESIDENTA

__________________________________________
MINISTRA MARGARITA BEATRIZ LUNA RAMOS

PONENTE

_____________________________________________
MINISTRO SERGIO SALVADOR AGUIRRE ANGUIANO

EL SECRETARIO DE ACUERDOS

___________________________________
LIC. MARIO EDUARDO PLATA ÁLVAREZ.

Esta hoja corresponde al Amparo en Revisión 416/2007, promovido por


**********, que se falló por unanimidad de cuatro votos, en el sentido de:
PRIMERO. En la materia de la revisión, competencia de esta Segunda Sala de

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AMPARO EN REVISIÓN 416/2007.

la Suprema Corte de Justicia de la Nación, se confirma la sentencia


recurrida.- SEGUNDO. La Justicia de la Unión no ampara ni protege a
RICARDO NÚÑEZ GARCÍA, en contra de los actos y autoridades precisados
en el resultando primero de esta resolución. CONSTE.

OZP’alm.

En términos de lo determinado por el Pleno de la


Suprema Corte de Justicia de la Nación en su sesión del
veinticuatro de abril de dos mil siete, y conforme a lo previsto
en el artículo 3, fracción II, de la Ley Federal de Transparencia
y Acceso a la Información Pública Gubernamental, en esta
versión pública se suprime la información considerada
legalmente como reservada o confidencial que encuadra en
esos supuestos normativos.

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