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Carol Lynne
Serie Ensillar y
Cabalgar
1. Gobernando el
pasado
Argumento
Cuando Ray Justice recibió una llamada de teléfono que le
informaba de la muerte de su padre, se quedó impactado. Por lo que
sabía, su padre había muerto veintidós años antes. Aumentando la
confusión, averiguó que había heredado una enorme hacienda ganadera
en Montana.
Ray se enfrenta cara a cara con un pasado que no sabía que tenía
y un hombre que no sabía que necesitaba.
Capítulo Uno
Ray Justice pasó la mirada del sobrecogedor montón de papeles
al sol situado fuera de la enorme ventana de la oficina. Hubo un tiempo
en el que tuvo la impresión de que, una vez consolidado en su puesto,
su trabajo se estabilizaría. No fue así, al menos no para los empleados
de Brockway, Lee y Thompson.
Aún así, una llamada telefónica era mejor que enfrentarse al resto
del papeleo pendiente.
—Sí, ese soy yo, pero como acabo de decirle, mi padre murió
cuando yo tenía tres años. —Casi le cuelga el teléfono al hombre. Ray
no había hablado de su homónimo desde que tenía siete años y había
hecho que su madre llorara.
*****
1
Jr: Es la abreviatura de Junior, se utiliza cuando el hijo lleva el mismo nombre que el
padre, como forma de distinguirlos.
2
Sr.: Es la abreviatura de senior, que suele llevarlo el padre cuando tiene el mismo
nombre que el hijo.
*****
le avergonzaba. Ganaba una cuantiosa suma, así que ¿por qué no había
pensado en compensarle a su madre todos los años de duro trabajo que
había llevado a cabo en su nombre?
*****
—Gracias.
Ray sonrió por primera vez en dos días. La voz de Alfred Deacon
sonó exactamente como una de esos vaqueros de las películas, grave y
áspera, como si Deacon hubiera fumado demasiados cigarrillos a lo
largo de su vida.
—¿Señor Deacon?
—Joder.
—¿Disculpe?
—No lo sabía.
—¿Has comido?
Ray negó.
—Yo la sujetaré.
—¿No lo sabes?
Ray negó.
Una vez que las manos de Ray estuvieron secas, extendió la mano
por su chaqueta.
—R.J. no hacía nada sin una buena razón y sabéis eso. Ahora
dejad de actuar como un montón de borricos y presentaos.
—Por supuesto.
3
Vaquero encargado de tirar el lazo a las reses, normalmente para sujetarlas mientras
les realizan cualquier cuidado veterinario, por ejemplo.
—Encantado de conocerte.
—Igualmente.
4
Vaquero a Caballo: En los ranchos o haciendas, los vaqueros que se encargan de
mover el ganado pueden ir a pie o a caballo, lo normal es que vayan a pie, por eso en
este caso se especifica que el vaquero dirige el ganado a caballo
Ray llenó su plato con una ensalada, algunas alubias verdes y las
porciones más pequeñas de pollo frito que pudo encontrar antes de
sentarse en una de las sillas vacías.
—Sí y no. Las visitas son mañana por la noche en Red Lodge, en
el bar favorito de R.J., pero el sepelio será aquí en el rancho, el lunes
por la mañana.
—¿Aquí?
—Pensaré en ello.
*****
—Realmente no. Dijo algo una vez cuando estaba borracho que,
de hecho, siempre hizo que me lo preguntase.
—Dijo que si tuviera que vivir su vida de nuevo otra vez, habría
hecho muchas cosas de forma diferente.
—Hace poco más de tres años, creo. —Deacon agarró una vieja
pelota de béisbol de la repisa.
—Quién sabe.
—Pareces cabreado.
—Mi casa es la que está al lado del granero. Cuando estés listo, te
presentaré a esos caballos de los que hablamos. Podrías también tomar
tu primera lección antes de que los nuevos huéspedes lleguen por la
mañana.
—¿Quién eres?
Capítulo Dos
Ray se sentó ante el gran escritorio antiguo que había pertenecido
a cuatro generaciones de hombres Justice. Sus manos temblaban
mientras sujetaba lo que sabía era la llave que desvelaría más pistas de
su pasado. Respirando profundamente, se agachó y encajó la llave en la
pequeña cerradura de latón.
*****
—Gracias.
—Todas iban dirigidas a mí, pero sólo unas pocas de ellas fueron,
alguna vez, enviadas por correo.
—No las conté, sesenta, setenta tal vez. Parece que escribió dos o
tres al año, generalmente una en mi cumpleaños, algunas veces una en
navidad y una cada año el diecisiete de junio. Debe haber sido la fecha
de cuando se fue. Incluso había un sobre para devolver al remitente.
Era una tarjeta de graduación del instituto.
—Ella me dijo que estaba muerto. Por supuesto que no le dije que
no quería tener nada que ver con él.
Ray se dejó caer al suelo y pasó las manos sobre las cartas.
—¿Por ejemplo?
—Eres...
—Es muy tarde para cabalgar. Estoy seguro que los caballos ya
han terminado de pastar. Si te sientes con ganas de comenzar
temprano por la mañana, podemos reunirnos en el establo a las cinco.
—Sí. El desayuno se sirve a las siete y hay tareas que deben estar
hechas para entonces. Los huéspedes deberían llegar justo después del
almuerzo y tenemos que dejar listas las cabañas de verano.
*****
—Lo siento, llego tarde —gritó Ray cuando estaba aún a unas
zancadas de distancia.
—No te preocupes por eso. —Deacon hizo un gesto hacia las botas
de cocodrilo de Ray—. ¿Son nuevas?
—Lo son. Admito que no tenía nada apropiado que ponerme, por
lo que tuve que ir de compras.
—Necesitas un par con las que puedas hacer eso. De otra forma,
si te caes de la silla y tu bota se queda atrapada en el estribo, el caballo
te arrastrará.
5 Cuerno: En las sillas de montar de los vaqueros, en la parte delantera se levanta una
especie de cuerno que suele utilizarse para atar las sogas con las que sujetan a las
reses.
—¿Parezco ya un vaquero?
Deacon negó.
*****
—Cuando cayó del caballo, su cabeza golpeó con una roca. Lyle
Jameson hizo lo que pudo para ocultar el daño, pero...
—Lo entiendo.
—¿Listo?
—Gracias.
6 Salas Velatorias: En los tanatorios, las salas o habitaciones velatorias son aquellas
compuestas por dos espacios, uno de ellos de tamaño pequeño en el que suele estar el
ataúd y separada por un cristal de la otra habitación en la que los vivos velan al
muerto.
pensó que Ray podría necesitar unos minutos a solas con su padre
primero.
—¿Estás bien?
—¿Y eso?
—Es lo que los amigos hacen los unos por los otros.
—¿Erais amantes?
—No lo sé. Tal vez es porque puedo ver cuánto le amabas. Nunca
me he preocupado por un amante así, mucho menos por un amigo.
Simplemente pensé que tal vez...
—¿Eres homosexual?
—Sí.
*****
Ray sabía que era más que eso. Su padre había construido una
vida de la que podía estar orgulloso. Había tenido a un fantástico grupo
de amigos que le apoyaban a cada paso. Ray nunca había conocido un
respaldo como los amigos de su padre parecían ofrecer. Se dirigió hacia
el bar y permaneció en pie, mirando a los ojos marrones de Deacon.
—Tengo cosas que hacer por la mañana. Si no ando por allí, haz
que uno de los chicos te ayude a ensillar a Dandy.
*****
—¡Joder!
Resopló. Iba más allá del sexo y lo sabía. Había algo en Ray que
despertaba todos los instintos protectores de Deacon. Quería sostener
al pequeño hombre y no dejarle ir nunca.
Capítulo Tres
Vestido con unos pantalones negros y camisa blanca, Ray pasó el
dedo por el adorno turquesa unido al sujeta corbatas7 que encontró en
el vestidor de su padre. Las puntas de plata y el trozo espigado de cuero
parecían viejos y gastados. Ray no tenía dudas de que había sido una
de las favoritas de su padre. Esperaba que no le importara que la
llevara puesta.
7 Sujeta Corbatas: las corbatas de los vaqueros en los Estados Unidos constan de dos
tiras delgadas de piel redondeadas y acabadas en remates de plata en las puntas y un
medallón que las une en la zona donde se realiza el nudo en las corbatas tradicionales
—Es difícil de decir, pero imagino que unos cincuenta jinetes, tal
vez otras seis o siete camionetas. Los remolques deberían estar
aparcando en cualquier momento.
Cody asintió.
—¿No lo sabías?
Ray negó.
—Sí.
Ray negó.
—Entiendo.
*****
hizo enfadar aún más. ¿Cómo se atrevía Ray Jr. a despreciar una
relación conmigo cuando él mismo era homosexual?
Deacon dejó caer la carta, indignado una vez más. Había estado
muy preocupado de seguir sus instintos con Ray por su relación con
RJ. Para averiguar que estaba ejecutando el plan de RJ sin siquiera
saberlo.
*****
—No lo comprendo.
—Mejorando —comentó.
Ray sonrió.
—Creo que son los pantalones. No son tan ajustados como los
vaqueros.
—Me gustan tus vaqueros, y si eso significa que tengo que subirte
a tu silla para que te los pongas, estoy dispuesto a ello.
—Sí, lámelo.
—¡Joder!
—Me corro.
—Tu turno.
—¿Te gustaría?
Ray le sonrió.
Deacon sabía por las largas tardes con RJ que la hacienda apenas
lograba mantenerse a salvo de los números rojos la mayoría de los
años. Se preguntó si Ray decidiría aceptar el gran pago en efectivo de
los promotores que sería la mejor decisión empresarial. Sus
pensamientos regresaron a la carta de RJ. No importaba lo que Ray
decidiera hacer con el rancho, Deacon sabía que no podía usar sus
sentimientos personales por Ray contra él. Tratar de influir en el nuevo
propietario de una forma u otra no iba a ocurrir.
*****
Deacon negó.
—No tienes que hacer eso. Puedo ir detrás. —A pesar de que Ray
sabía que los otros vaqueros pensaban que era un remilgado chico de
ciudad, él quería desesperadamente encajar en la hacienda.
Ray podía jurar que el huésped estaba sólo siendo amable, pero lo
aceptó con un gesto de asentimiento.
—Gracias.
—Sí.
—¿Eh?
Neil se río.
Neil negó.
Capítulo Cuatro
Deacon no vio a Ray de nuevo hasta que llegó a la cocina de
campamento para cenar esa noche. Hizo todo lo posible por relacionarse
con los huéspedes antes de llenar su plato y sentarse cerca de su nuevo
amante.
—Sí, jefe.
Martha rió.
Deacon guió a Ray fuera del porche y hacia el establo. Una vez
dentro, arrinconó a su amante en el cuarto de aparejo y presionó sus
cuerpos juntos.
—Igualmente.
*****
Ray negó.
—Soy homosexual.
—Estoy en ello.
*****
—Maldita sea.
—¿Qué?
12Los s'mores son unos dulces típicos de las noches de hogueras, están compuestos
de galletas graham, chocolate y marshmallow derretidas al fuego.
Cody asintió.
—Lo sé.
—De tu padre.
Cody asintió.
—¿Te diviertes?
Ray sonrió.
—Te chuparás los dedos. Los s'mores son el paraíso para todos
los vaqueros.
Ray había sido testigo de cómo Deacon trabajaba junto a los otros
empleados y parecía más tranquilo, más feliz. Quería ver ese lado de
Deacon todo el tiempo, no sólo cuando no estaba rodeado de
huéspedes.
*****
Para las once, Deacon había desplegado todas las sonrisas que
podía soportar por un día. Dio las buenas noches a los huéspedes e
inclinó su sombrero hacia Ray, esperando que su nuevo amante
comprendiera la señal.
—¿No crees que alguien habría pensado que es extraño que nos
fuéramos juntos?
—¿Sigues cabreado?
—Me gustas.
—Los hombres que pensé que eran mis amigos conspiraron a mis
espaldas. Me sacaron a rastras de la cama una noche y me ataron a un
árbol. Se turnaron para golpearme y para cuando terminaron, estaba
casi muerto. Si no hubiera sido por el dueño del rancho que salió a ver
qué era toda esa conmoción, no tengo dudas de que hubiera muerto esa
noche.
Deacon pudo ver las lágrimas en los profundos ojos verdes de Ray
reflejadas por la luz de la luna conforme su amante continuaba.
Ray negó.
—No si tengo que esconder lo que realmente soy cada vez que
recibamos otra furgoneta llena de huéspedes Mi padre os dio un lugar
seguro para vivir y trabajar. Había entendido que ser homosexual era
admisible en el J Bar, pero por lo poco que sé, sólo era aceptado de
puertas para dentro. No puedo vivir con eso. No lo haré.
tiempo, pero era la primera vez en su vida que había conocido a alguien
con quien podía verse a sí mismo sintiéndose completo.
—Unas donde pueda hacer eso si quiero. Me senté allí esta noche
y observé a otras parejas agarrarse de la mano y darse besos a
hurtadillas. Quiero eso. Mis sentimientos por ti no son menores porque
ambos seamos hombres y si la gente no puede comprender eso, no
estoy seguro de que deba darles la bienvenida a mi hogar y mis tierras.
—Sí, algo así. Pero en serio... piénsalo. ¿Cuántas veces has sido
capaz de ir de vacaciones con un amante y sentirte complemente libre
de poner tu brazo alrededor de él o besarle si el estado de humor es el
adecuado?
13 Field of Dreams es una película de 1989 interpretada por Kevin Costner en la que
da vida a un granjero que escucha voces y cree que le dicen que debe construir un
campo de béisbol en sus terrenos.
14 GLBT se refiere a Gay, Lesbian, Bisexual, Transgendered y en castellano quiere
—Siéntate.
Ray gimió mientras estiraba una de las manos para agarrar con el
puño el cabello de Deacon.
—Más.
—¿Qué pasa con Billings? Neil dijo que era donde iba también él.
—Un pensamiento se le pasó por la mente—. ¿Eran Neil y mi padre
amantes?
—¿Conseguiste material?
—¿Te caíste?
Capítulo Cinco
Ray pasó la mayor parte del tiempo de los tres días siguientes en
la oficina de su padre, buscando en internet. Miró en ese momento a la
parte baja del monitor y maldijo. Si iba a acudir a la reunión con el
abogado de su padre, necesitaba ponerse en marcha.
La culpa que sentía por desear que hubiera algo de dinero junto
con la propiedad de su padre había sido reemplazada lentamente con el
conocimiento de que podía hacer cosas maravillosas para el J Bar con
el dinero. No sólo en la hacienda en sí misma, sino con los vaqueros que
habían llegado a considerar la tierra como su hogar. Sólo la publicidad
de su nueva aventura iba a ser cara, pero Ray sabía que tenía que
añadir anuncios en algunas de las publicaciones que se proveían a la
comunidad GLBT.
—¡Guao!
—Las conozco y las odio. Una de las razones por las que estoy
interesado en hacer esto es que todo el mundo pueda relajarse y ser
quienes son, no sólo los huéspedes.
Ray negó.
—La experiencia no tiene nada que ver con eso. Imagino que la
verdadera pregunta es si te gustaría vivir en una atmósfera de completa
aceptación. Por lo que dices, no has tenido algo así hasta ahora.
—Lo prometo.
*****
15
Australian Shepher es una raza de perros, es un pastor ovejero australiano utilizado
en los ranchos del Oeste de Estados Unidos.
Griggs asintió.
*****
Ray Jr.,
Eso fue todo lo lejos que Ray se atrevió a leer. Metió la carta en el
sobre grande y lo arrojó al asiento trasero, fuera de la vista.
Taggert salió del bonito escaparate tan pronto como Ray apareció,
con dos tazas de humeante café en las manos. Ray se inclinó por
encima de la gaveta y abrió la puerta del pasajero.
*****
—Joder.
*****
—Sediento.
Por más que quería beberse el vaso entero, Ray siguió las órdenes
de Deacon.
Deacon sonrió.
—Café.
—Claro, pero sabes, golpear alces no es algo que ocurre todos los
días por aquí. Realmente no necesitas salir huyendo a Nueva York por
eso.
Ray apreció todo lo que su amante dijo, pero sus sentimientos por
Deacon eran reales, sobrevivirían el tiempo que le llevara aclarar su
cabeza y su corazón. Ray alargó la mano y acarició la mejilla de Deacon.
Aquí estaba un hombre que había conocido en menos de una semana,
sin embargo significaba para él más que cualquier otra persona en el
mundo.
Por mucho que quisiera decirle al hombre que amaba esas tres
pequeñas palabras, su conciencia no se lo permitió. Tal vez era hora de
averiguar lo que él era, no lo que su madre, o su padre, pensaban que
era.
Capítulo Seis
El jefe de Ray entró en su oficina y arrojó una carpeta sobre el
escritorio.
—Son reses
—¿Disculpa?
—No me has dado otra cosa que ganado y vacas desde que has
regresado de tus vacaciones.
—Lo que sea. Por qué no te tomas unos días libres y decides
dónde quieres estar. Esto no es el campo. No puedes hacer publicidad
local dirigida hacia la gente de Manhattan con ese estúpido anuncio con
el que me has venido.
—Joder.
*****
—¿Eh, jefe?
—¿Sí, Jimmy?
—Gracias.
Aún tenía, al menos, una hora de trabajo que hacer y sabía que
necesitaría cafeína para mantenerse despierto. Cómo se las había
arreglado para encariñarse tanto de Ray, todavía no lo comprendía,
pero la vida sin su amante estaba haciendo estragos en sus hábitos de
sueño.
Deacon sonrió.
—Pues díselo.
—¿A qué te refieres? —Deacon sabía que había hecho sentir a Ray
bienvenido en la hacienda.
—¿Y?
Martha sonrió.
*****
Ray terminó de cerrar la caja con cinta adhesiva y la apiló con las
otras. Había realizado un buen avance en los últimos días. Había
llegado a un arreglo con una de las organizaciones benéficas locales por
un servicio de recogida y sólo le quedaba la mitad del ático por
clasificar.
—Ya va —gritó.
—¿Materiales?
—¿Debo irme?
besos que habían compartido en su relación, Ray sabía que había algo
increíblemente diferente en éste. Sabía que no era el único que lo sintió.
El sordo gemido procedente de Deacon cuando las lenguas se
entrelazaron también fue diferente.
Ray abrió los ojos y alzó la mirada al atractivo hombre que había
echado de menos de forma irracional. No se dijeron palabras, pero Ray
sintió la conexión entre ellos aún más profunda.
Ray enrolló las piernas más alto alrededor del torso de su amante
mientras gemía con cada embestida. Las palabras que se había estado
muriendo por decir estaban en la punta de su lengua. Aún no.
Deacon agarró a Ray por los tobillos y separó más sus piernas
mientras continuaba entrando y saliendo del dispuesto agujero de Ray.
Deacon miró dentro de los ojos de Ray.
Ray sabía que no podía retenerlas mucho más. Situó los labios en
el oído de Deacon y susurró:
—Te amo.
—Y, ¿vas a contarme por qué has hecho todo el camino hasta
Nueva York?
Deacon pasó la punta de los dedos por el lateral del rostro de Ray.
—Bueno, pensamos que tal vez nos dejarás comprarte una parte
del negocio del rancho —informó Deacon.
—¿Yo qué?
—¿Te dará una razón para quedarte tras el largo viaje? —Ray se
mordió el labio inferior, esperando.
*****
—¿Ray Justice?
Ray asintió.
—Vinieron hace unas horas. Les dije a los repartidores que las
pusieran en el establo. Espero que eso esté bien.
Walter asintió.
Walter se rió, pero Ray detectó un titileo en los ojos azules del
hombre. Alzando la mirada al cielo, Walter protegió sus ojos.
—Suena bien.
Ray miró por encima del hombro mientras unos fuertes brazos se
envolvían alrededor de su cintura.
—Sí, fui yo el que les dirigió hacia aquí. —Deacon besó la nuca de
Ray—. El hijo de Walter está de muy buen ver.
—¿Sin tocar?
Epílogo
Había sido un largo y duro invierno y Ray no estaba seguro de si
sus huevos se descongelarían realmente alguna vez. Se puso su
sombrero de vaquero de paja, las gafas de sol y salió de la casa. Todavía
estaba alucinado de los cambios personales que había experimentado
en los siete meses previos. No sólo Deacon se había mudado con él
antes de que el invierno se asentara, sino que Ray había perdonado a
su padre y aprendido a montar un caballo sin que le doliera el culo de
tanto montar.
—Es mono.
Ray pasó de mirar hacia el guapo hombre comiéndose con los ojos
a Griggs a Deacon.
Fin
Staff
Traductora
Dg Kaleigh
Correctora
Pily1
Diseñadora
Leluli
Lectura Final
Laavic
Próximo Libro
Serie Ensillar y Cabalgar
2. Un verdadero vaquero
Ethan Griggs es muy feliz viviendo en el
Rancho Justice River. Pasa los días como
el jefe de los vaqueros, ocupándose de los
caballos a los que adora y a los
huéspedes que ha aprendido a soportar.
Carol Lynne
Carol Lynne es una escritora de libros románticos eróticos y
homoeróticos.