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METODOS PARA DETERMINAR LA TEXTURA DEL SUELO

La textura de un suelo es la proporción de cada elemento en el suelo, representada por el


porcentaje de arena, limo y arcilla.
Un suelo presenta una buena textura cuando la proporción de los elementos que lo
constituyen le brindan a la planta un soporte que permita el buen desarrollo radicular y un
adecuado nivel de nutrientes.
La textura del suelo depende de la roca madre y los procesos de evolución del suelo. Para
determinar el tipo granulométrico de los suelos podemos utilizar los diagramas
triangulares; la textura de laboratorio con el método de bouyoucos y de la pipeta así como
la textura de Ambos métodos se basan el la ley de Stokes.
Mientras que en el método de Bouyoucos las muestras de suelo no se someten a un
retratamiento para eliminar la materia orgánica y las sales solubles, el método de la pipeta
requiere la eliminación total de estos componentes.

Textura en campo
Para la determinación de la textura en el campo se utiliza el método de la Textura a Mano.
La muestra se humedece y amasa entre los dedos asta formar una pasta homogénea.
Posteriormente se toma entre el dedo índice y pulgar y se presiona sobre este ultimo
tratando de que se forme una cinta, en la cual se observara la presencia de brillo, si la
cinta el lisa o escamosa, si el tacto es áspero.
Si la muestra es arenosa: el tacto es áspero y abrasivo, no tiene brillo ni cohesión, no se
forma cinta.
Si la muestra es limosa: tiene tacto suave, se forma una cinta escamosa y no presenta ni
pegajosidad ni plasticidad.
Si la muestra es arcilloso: la cinta que se forma tiene cohesión, es brillante, y es plástica o
pegajosa según el contenido de humedad.
Una vez terminado el porcentaje de cada componente se entra al triangulo textural y se se
determina la clase a la cual pertenece el suelo.Para medir la textura de un suelo existen
varios métodos. La gran mayoría de ellos consisten en pruebas físicas «caseras» de
cohesión entre partículas para hacernos una idea aproximada sin cuantificar qué
porcentaje de cada fase (arena, limo y arcilla) tiene la muestra.
En cualquier método de medición de textura del suelo se hace un tamizado previo con luz
de 2 mm. Se considera que partículas de más de 2 mm son los elementos gruesos de un
suelo y no se consideran en la textura.
Partiendo de una muestra de suelo con un previo tamizado con luz de 2 mm, se humedece
con unas gotas de agua hasta formar una pasta con cierta plasticidad.
A continuación, en una superficie lisa o una mano con la otra, intenta hacer un cilindro o
«churro» muy fino de unos 3 mm de diámetro:
Si no puedes conformar dicho cilindro y la muestra se deshace, claramente estamos ante
un suelo arenoso.
Si consigues hacer el cilindro, intenta hacer un anillo. Si lo consigues y el tacto es suave y
fino, estamos ante un suelo arcilloso.
Si haces el cilindro pero al hacer el anillo, este se rompe, estamos ante un suelo franco-
arcilloso.
Si haces el cilindro y el anillo, pero este último tiene una textura no muy suave, entonces
el suelo será franco.
Como se puede ver, esta es una forma rápida con una clasificación máxima de 4 clases
texturales. Si queremos hacer una medición más precisa tendremos que recurrir a
instrumental de laboratorio, no muy complejo, pero no es algo que se pueda hacer en
campo.
La medición de las clases texturales se mide con método de Bouyoucos, basado en la ley
de Stokes que podréis encontrar navegando por la web sin dificultad.
Una vez calculados los porcentajes de cada una de las tres fases de partículas, el método
más extendido es de la clasificación del triángulo textural, del departamento de
agricultura de los EEUU (USDA).
Es un triángulo equilátero en el que se representan en cada uno de los lados, el porcentaje
de cada una de las fases (arena, limo, arcilla) con una escala de 10 en 10.
Se trazan 3 líneas perpendiculares a los 3 lados del triángulo y donde confluyan en un
punto podremos establecer el tipo de suelo que tenemos en función de los porcentajes
obtenidos.

METODOS PARA MEDIR EL CAUDAL

Métodos volumétricos
La forma más sencilla de calcular los caudales pequeños es la medición directa del tiempo
que se tarda en llenar un recipiente de volumen conocido. La corriente se desvía hacia un
canal o cañería que descarga en un recipiente adecuado y el tiempo que demora su
llenado se mide por medio de un cronómetro. Para los caudales de más de 4 l/s, es
adecuado un recipiente de 10 litros de capacidad que se llenará en 2½ segundos. Para
caudales mayores, un recipiente de 200 litros puede servir para corrientes de hasta 50 1/s.
El tiempo que se tarda en llenarlo se medirá con precisión, especialmente cuando sea de
sólo unos pocos segundos. La variación entre diversas mediciones efectuadas
sucesivamente dará una indicación de la precisión de los resultados.
Si la corriente se puede desviar hacia una cañería de manera que descargue sometida a
presión, el caudal se puede calcular a partir de mediciones del chorro. Si la cañería se
puede colocar de manera que la descarga se efectúe verticalmente hacia arriba, la altura
que alcanza el chorro por encima del extremo de la tubería se puede medir y el caudal se
calcula a partir de una fórmula adecuada tal como se indica en la Figura 19. Es asimismo
posible efectuar estimaciones del caudal a partir de mediciones de la trayectoria desde
tuberías horizontales o en pendiente y desde tuberías parcialmente llenas, pero los
resultados son en este caso menos confiables (Scott y Houston 1959).

Método velocidad/superficie
Este método depende de la medición de la velocidad media de la corriente y del área de la
sección transversal del canal, calculándose a partir de la fórmula:
O(m³/s) = A(m2) x V(m/s)
La unidad métrica es m³/s. Como m³/s es una unidad grande, las corrientes menores se
miden en litros por segundo (1/s).
Una forma sencilla de calcular la velocidad consiste en medir el tiempo que tarda un
objeto flotante en recorrer, corriente abajo, una distancia conocida. La velocidad no es
FIGURA 19 - Cálculo de la comente en cañerías a partir de la altura de un chorro vertical
(Bos 1976)
a) Napa de agua baja (altura de descarga baja)

Q=
5,47D1,25 H1,35 (1)
Q en metros cúbicos por segundo; D y H en metros.
Si H < 0,4 D utilícese la ecuación (1)
Si H > 1,4 D utilícese la ecuación (2)
Si 0,4D < H < 1,4D calcúlense ambas ecuaciones y tómese la media

b) Chorro
Q = 3,15D1,99 H0,53 (2)

Otro método consiste en vertir en la corriente una cantidad de colorante muy intenso y
medir el tiempo en que recorre aguas abajo una distancia conocida. El colorante debe
añadirse rápidamente con un corte neto, para que se desplace aguas abajo como una
nube colorante. Se mide el tiempo que tarda el primer colorante y el último en llegar al
punto de medición aguas abajo, y se utiliza la media de los dos tiempos para calcular la
velocidad media.
Un molinete mide la velocidad en un único punto y para calcular la corriente total hacen
falta varias mediciones. El procedimiento consiste en medir y en trazar sobre papel
cuadriculado la sección transversal de la corriente e imaginar que se divide en franjas de
igual ancho. La velocidad media correspondiente a cada franja se calcula a partir de la
media de la velocidad medida a 0,2 y 0,8 de la profundidad en esa franja. Esta velocidad
multiplicada por la superficie de la franja da el caudal de la franja y el caudal total es la
suma de las franjas. Aguas poco profundas se efectúa una única lectura a 0,6 de la
profundidad en lugar de la media de las lecturas a 0,2 y 0,8.

Formulas empíricas para calcular la velocidad


La velocidad del agua que se desliza en una corriente o en un canal abierto está
determinada por varios factores.
· El gradiente o la pendiente. Si todos los demás factores son iguales, la velocidad de la
corriente aumenta cuando la pendiente es más pronunciada.
· La rugosidad. El contacto entre el agua y los márgenes de la corriente causa una
resistencia (fricción) que depende de la suavidad o rugosidad del canal. En las corrientes
naturales la cantidad de vegetación influye en la rugosidad al igual que cualquier
irregularidad que cause turbulencias.
· Forma. Los canales pueden tener idénticas áreas de sección transversal, pendientes y
rugosidad, pero puede haber diferencias de velocidad de la corriente en función de su
forma. La razón es que el agua que está cerca de los lados y del fondo de una corriente se
desliza más lentamente a causa de la fricción; un canal con una menor superficie de
contacto con el agua tendrá menor resistencia fricción y, por lo tanto, una mayor
velocidad. El parámetro utilizado para medir el efecto de la forma del canal se
denomina radio hidráulico del canal. Se define como la superficie de la sección transversal
dividida por el perímetro mojado, o sea la longitud del lecho y los lados del canal que
están en contacto con el agua. El radio hidráulico tiene, por consiguiente, una cierta
longitud y se puede representar por las letras M o R. A veces se denomina también radio
medio hidráulico o profundidad media hidráulica. La Figura 24 muestra cómo los canales
pueden tener la misma superficie de sección transversal pero un radio hidráulico
diferente. Si todos los demás factores son constantes, cuanto menor es el valor de R
menor será la velocidad.
Todas estas variables que influyen en la velocidad de la corriente se han reunido en una
ecuación empírica conocida como la fórmula de Manning, tal como sigue:

donde:
V es la velocidad media de la corriente en metros por segundo
R es el radio hidráulico en metros (la letra M se utiliza también para designar al radio
hidráulico, con el significado de profundidad hidráulica media)
S es la pendiente media del canal en metros por metro (también se utiliza la letra i para
designar a la pendiente)
n es un coeficiente, conocido como n de Manning o coeficiente de rugosidad de
Manning.

Vertederos de pared aguda


Los dos tipos más comunes son el vertedero triangular (con escotadura en V) y el
vertedero rectangular como se muestra en la Figura 28. Debe haber una poza de
amortiguación o un canal de acceso aguas arriba para calmar cualquier turbulencia y
lograr que el agua se acerque al vertedero lenta y suavemente. Para tener mediciones
precisas el ancho del canal de acceso debe equivaler a ocho veces al ancho del vertedero y
debe extenderse aguas arriba 15 veces la profundidad de la corriente sobre el vertedero.
El vertedero debe tener el extremo agudo del lado aguas arriba para que la corriente fluya
libremente tal como se muestra en la Figura 29. A esto se denomina contracción
final, necesaria para aplicar la calibración normalizada.
Para determinar la profundidad de la corriente a través del vertedero, se instala un
medidor en la poza de amortiguación en un lugar en el que se pueda leer fácilmente. El
cero del medidor fija el nivel en el punto más bajo de la escotadura. El medidor debe
instalarse bastante detrás de la escotadura para que no se vea afectado por la curva de
descenso del agua a medida que el agua se acerca a la misma.

CORRIENTE LIBRE CORRIENTE SUMERGIDA

Los vertederos con escotadura en V son portátiles y sencillos de instalar de manera


temporal o permanente. La forma en V significa que son más sensibles a un caudal
reducido, pero su ancho aumenta para ajustarse a caudales mayores. El ángulo de la
escotadura es casi siempre de 90°, pero se dispone de diagramas de calibración para otros
ángulos, 60°, 30° y 15°, cuando es necesario aumentar la sensibilidad. Para caudales
mayores el vertedero rectangular es más adecuado porque el ancho se puede elegir para
que pase el caudal previsto a una profundidad adecuada. En el Cuadro 5 se indican los
caudales por metro de longitud de la cresta, por lo que se puede aplicar a los vertederos
rectangulares de cualquier tamaño.

Vertederos de pared ancha


En las corrientes o ríos con gradientes suaves, puede resultar difícil instalar vertederos con
pared aguda que requieren un rebose libre de aguas abajo. La otra posibilidad está
constituida por los vertederos que pueden funcionar parcialmente sumergidos. Se trata de
un vertedero casi normalizado en el sentido de que se dispone de tablas de aforo (USDA
1979), pero el aforo está influido por la velocidad de llegada y la calibración debe
verificarse por medio de mediciones efectuadas con un molinete. Otro ejemplo, que
podría igualmente denominarse aforador o vertedero, se indica en la Fotografía 26 y
requiere igualmente la calibración con un molinete.

El canal de aforo Parshall


Llamado así por el nombre del ingeniero de regadío estadounidense que lo concibió, se
describe técnicamente como un canal venturi o de onda estacionaria o de un aforador de
profundidad crítica. Sus principales ventajas son que sólo existe una pequeña pérdida de
carga a través del aforador, que deja pasar fácilmente sedimentos o desechos, que no
necesita condiciones especiales de acceso o una poza de amortiguación y que tampoco
necesita correcciones para una sumersión de hasta el 70%. En consecuencia, es adecuado
para la medición del caudal en los canales de riego o en las corrientes naturales con una
pendiente suave. El aforador está constituido por una sección de convergencia con un piso
nivelado, una garganta con un piso en pendiente hacia aguas abajo y una sección de
divergencia con un piso en pendiente hacia aguas arriba. Gracias a ello el caudal avanza a
una velocidad crítica a través de la garganta y con una onda estacionaria en la sección de
divergencia.

Con un flujo libre el nivel del agua en la salida no es lo bastante elevado como para afectar
el caudal a través de la garganta y, en consecuencia, el caudal es proporcional al nivel
medido en el punto especificado en la sección de convergencia. La relación del nivel del
agua aguas abajo con el nivel aguas arriba Ha se conoce como el grado de sumersión; una
ventaja del canal de aforo Parshall es que no requiere corrección alguna hasta un 70% de
sumersión. Si es probable que se produzca un grado de sumersión mayor, Ha y Hb deben
registrarse.

Aforadores en H
El Servicio de Conservación de Suelos del Departamento de Agricultura de los Estados
Unidos diseñó un grupo de aforadores especiales denominados aforadores H para medir
los caudales con exactitud y continuidad a partir de parcelas de escorrentía o de pequeñas
cuencas experimentales. Los requisitos del diseño eran que el aforador debería medir
caudales escasos con exactitud, pero tener también una buena capacidad para caudales
elevados, y que no necesitara una poza de amortiguación. Otro requisito consistía en que
pudiera dar paso a una escorrentía que contuviera una fuerte carga de sedimentos. La
solución práctica que se encontró en los Estados Unidos como para la construcción de
canales de aforo Parshall fue dar las especificaciones originales en pies y utilizar las
conversiones métricas para el caudal (Bos 1976).
Existen tres tipos de aforadores en H. El más pequeño (HS) puede registrar caudales de
hasta 22 l/s, el tipo normal (H) puede medir caudales de hasta 2,36 m³/s y el mayor (HL)
caudales de hasta 3,32 m³/s. Cada tipo se puede construir en diversas dimensiones que se
determinan por la profundidad máxima del caudal (D); las dimensiones de fabricación se
dan como proporciones de D, pero las proporciones de los lados del aforador, son
diferentes para cada uno de los tres tipos HS, H y HL.
El tipo HS se puede construir en cuatro dimensiones, de 0,4 a 1,0 pie, el tipo H en ocho
dimensiones de 0,5 a 4,5 pies y el tipo HL en dos dimensiones, de 3,5 y 4,0 pies. Existen,
por tanto, 14 posibles especificaciones de fabricación y 14 tablas de calibración diferentes.
A título de ejemplo, en la Figura 34 se dan las dimensiones del tipo H y en el Cuadro 8 la
calibración del tipo H de la dimensión de 1,5 pies (0,457 m).

Limnígrafos
Algunas veces una sola medición de la profundidad máxima del caudal basta para calcular
el caudal máximo, como se describió en la sección relativa al método velocidad/superficie.
Si hace falta un hidrograma, es decir, una gráfica del caudal en función del tiempo, es
necesario un registro constante de los cambios del nivel del agua. Durante décadas el
método común era un flotador cuyo ascenso y descenso en una poza de amortiguación
registraba en un diagrama movido por un aparato de relojería. Esos registradores eran
flexibles en el sentido de que se podía utilizar un engranaje que permitía abarcar
variaciones de nivel grandes o pequeñas y la relación tiempo-velocidad de los diagramas
podía también variar por medio del engranaje en el aparato de relojería. La desventaja era
la sensibilidad a errores accidentales y a un mal funcionamiento; para indicar, por
ejemplo, algunos de ellos, la cañería de la poza de amortiguación se bloqueaba, los
insectos anidaban en la caja del registrador, la humedad o la aridez provocaban el
desborde o la sequedad de la tinta del registrador, el diagrama podía estirarse o
contraerse, el reloj se para, el observador no puede llegar al lugar para cambiar el
diagrama, y muchos otros problemas. Las inspecciones diarias no son siempre posibles en
lugares remotos o de difícil acceso. Además de las dificultades de obtener datos correctos,
el análisis y la computación de los diagramas son laboriosos.
INTRODUCCION

Este trabajo es realizado con el fin de aprender acerca cada una de los componente
de textura del suelo, determina como se encuentra constituido mediante el
triángulo textual la estructura del suelo donde nos encontramos en fin de identifica
uno de los métodos por la cual podremos saber del suelo, también se investiga
acerca de cómo medir el caudal del suelo y cuál es la fórmula a utilizar para
desarrollar este tema en el ámbito que nos rodea.
OBJETIVOS

General

Aprender acerca de la importancia de la textura del suelo y como se mide el caudal


del agua.

Específicos

 Determinar los principales aspectos de la textura del suelo en donde nos


encontramos.

 Comprender como se establece la fórmula para saber cómo se mide el


caudal del agua.

 Analizar los diferentes aspectos por la cual se le da importancia a la textura


del suelo.
CONCLUSION

La textura del suelo en el campo ya sea por la formación de diferentes formas con
el suelo humedecido o por el tacto. La clase textural afecta a la capacidad de
retención de agua: un suelo arcilloso puede almacenar alrededor de 200 mm de
agua disponible por metro (profundidad del suelo), un franco-arenoso puede
contener cerca de 160 mm por metro, y un suelo arenoso puede almacenar
alrededor de 60 mm por metro.

El suelo está compuesto por tres partículas minerales de distintos tamaños: arena,
limo y arcilla. A su vez, la arena se compone de partículas minerales gruesas, el limo
de partículas minerales finas y la arcilla, de partículas minerales muy finas. La
combinación de estas partículas en distintas proporciones, vitales para el normal
desarrollo de las plantas, se denomina textura.
METODO DE TRIANGULO TEXTUAL DEL SUELO
MEDICION DE CAUDALES

PRESENTADO POR

CRISTIAN CAMILO MEDINA VARELA

10º 2

PRESENTADO A

PEDRO VILLADIEGO

AREA: ACUICOLA

INSTITUCIÓN EDUCATIVA TÉCNICA ACUICOLA


SAGRADO CORAZON DE JESUS
ZAMBRANO BOLÍVAR
2019

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