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Centro de Investigación Económica y Social P. José Luis Alemán, SJ.

Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra.

Nota de Debate1 No.4

¿HACE FALTA EXAGERAR CUANDO SE HABLA DE


DESIGUALDAD EN LA REPÚBLICA DOMINICANA?

Rosa Cañete Alonso2

Santo Domingo,
21 de junio 2019

1
La serie “Notas de Debate” es una publicación electrónica que recoge ensayos breves del equipo de
investigadores de planta y asociados del Centro de Estudios P. Alemán. Los análisis y conclusiones presentados
en “Notas de Debate” son responsabilidad de cada autor.
2
Economista con Maestría en Desarrollo. Comenzó su trabajo en República Dominicana con organizaciones
populares que trabajaban el impacto de las políticas fiscales en la población más desfavorecida. Fue
subcoordinadora de la Oficina de Desarrollo Humano del PNUD en República Dominicana e investigadora de
varios de sus Informes de Desarrollo Humano. Especializada en incidencia política y el análisis y diseño de
políticas públicas para enfrentar la desigualdad y la pobreza. Ha desarrollado y dirigido investigaciones sobre
poder, democracia, desigualdad, género, fiscalidad, políticas sociales y desarrollo territorial especialmente en
América Latina y el Caribe. Es profesora universitaria y Responsable Regional de Desigualdad, Fiscalidad y
Captura del Estado para Oxfam, autora de los informes Privilegios que Niegan Derechos y Democracias
Capturadas e investigadora asociada del Centro de Estudios Padre Alemán de la PUCMM.

1
Recientemente se ha dado un debate sobre las mediciones de pobreza y desigualdad en el país.
Desde el gobierno se presentan los logros que arrojan las cifras oficiales y se habla de que
quienes abordan el tema, sobredimensionan el problema de la desigualdad y además lo vinculan
al modelo económico dominicano sin ser suficientemente rigurosos.
Santos es un chicharronero que trabaja 14 horas al día. Muchos días, al final de su jornada, no
ha conseguido ni el dinero que invirtió. Él no entiende de cifras oficiales, de porcentajes o de
Ginis pero algo tiene claro “pienso que esa gente (los gobiernos) tienen que pensar mejor y
saber lo que van a hacer para que todos estemos iguales. Eso no se ve bien, una gente comiendo
y otra no”.
Altagracia, no entiende que es “sobredimensionar”, solo sabe que trabaja 24 horas al día en la
casa de la “señora” consiguiendo un fin de semana libre al mes y unos pesitos para ir corriendo
a llevarlos a Azua a su madre para ayudar con la alimentación de sus muchachos.
Pero si es de números que hablamos, tampoco hace falta sobredimensionar la desigualdad. Los
avances que muestran las cifras oficiales son decepcionantes.

Según el propio Sistema de Indicadores Sociales de la República Dominicana (SISDOM) del


Ministerio de Economía, Planificación y Desarrollo (MEPYD), en 2016 mientras los 2 millones
de personas más pobres del país accedían a menos de 5 de cada 100 pesos producidos, los 2
millones con mayores ingresos del país se quedaban con 53 de cada 100 pesos. Como se ve en
el gráfico, el 20% más rico de la población concentra más ingreso que el 80% restante.

Distribución porcentual del ingreso familiar mensual


oficial por deciles, año 2016
40 36.9

30

20 16.4
11.5
7.2 9.0
10 4.8 5.9
2.8 3.8
1.6
0
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
Fuente: SISDOM

Esta distribución casi no ha cambiado desde el 2000. El 20% más pobre pasó de tener el 3.7%
del ingreso nacional a un 4.5% y el 20% más rico pasó de controlar el 58.4% al 53.3%. Es
decir, hubo una leve mejora, pero muy leve y más aún cuando durante estos años el país ha
liderado las tasas de crecimiento en la región.
Los datos son aún más desoladores cuando se es consciente de que estos números no son
capaces de capturar el ingreso de los más ricos del país y -por lo tanto- subestiman el nivel de
desigualdad. Como el economista Thomas Piketty ha planteado, los instrumentos de medición
de la desigualdad que utilizan los Estados están fallando en capturar la desigualdad extrema.
Las mediciones oficiales de desigualdad se basan en los datos de la Encuesta Nacional de
Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH). Los grupos de muy altos ingresos, incluyendo a

2
los multimillonarios, están subrepresentados o no son registrados en las encuestas de hogares
ya que son en realidad una parte muy pequeña de la población total.
Para facilitar la comprensión de este fenómeno podemos poner un ejemplo: cuando se hace una
encuesta de hogares nadie va con su formulario a entrevistar a un miembro de connotadas
familias como por ejemplo Vicini, Corripio, Ramos, Bonetti o a cualquiera de los hogares de
los súper ricos del país. Es decir, estos son tan pocos en número que no son representativos por
lo que no se les visita en la encuesta; pero su riqueza junta puede llegar a ser mayor que la de
la mitad de la población, como ocurre a nivel mundial.
La propia Cepal ha intentado desarrollar otras mediciones con base en datos tributarios para
poder superar esta limitación de las encuestas de hogares. Lamentablemente, en el país no se
tiene acceso a los datos tributarios que permitirían tener información de la concentración real
de la riqueza y por lo tanto poder diseñar también políticas que ayuden a reducirla.
Oxfam, desarrolló la Calculadora de la Desigualdad para estimar y visibilizar el nivel extremo
de concentración que se daba en los multimillonarios de cada país latinoamericano. La mayor
parte de la información que utiliza proviene de datos de ingreso de cada persona provistos por
CEPAL. Para poder capturar el ingreso de los más ricos se utilizaron los datos financieros del
Informe Global de Ultra Riqueza 2014 realizado por UBS y Wealth X. Este informe considera
como multimillonarios a las personas con activos netos iguales o mayores a 30 millones de
dólares, con esta información se estimó el ingreso promedio de los multimillonarios de cada
país

Según este informe, en 2014 existían 265 multimillonarios en República Dominicana. Los
ingresos generados por su riqueza eran tan extremamente altos en comparación con el resto de
la población que, una persona dominicana del 20% más pobre del país tendría que trabajar 214
años para poder ganar lo que gana en un mes uno de los 265 multimillonarios dominicanos.
Para hacernos una idea, la riqueza acumulada de estas 265 personas equivale a: 13 veces la
inversión pública anual en educación, 17 veces la inversión pública en salud o al 49% del PIB.

Lamentablemente, ante estas cifras no es necesario sobredimensionar la extrema desigualdad


que existe en el país, esa que viven cada día Santos y Altagracia.

3
Sí, la desigualdad está vinculada al modelo económico y a la falta de políticas públicas
eficaces para enfrentarla.
Mientras que en desigualdad la República Dominicana tiene un problema similar al resto de
los países de América Latina y el Caribe, en crecimiento económico podemos afirmar que
destacamos positivamente con respecto a toda la región.
Cada año lideramos la lista de países de la región que más crecen y esto evidentemente tiene
un efecto en la pobreza. La pregunta es si lo hemos aprovechado suficientemente, es decir, si
la acción del Estado ha facilitado que ese crecimiento económico se haya convertido en
bienestar colectivo. Para esto es esencial impulsar políticas que ayuden a distribuir y
redistribuir la riqueza, el ingreso y las capacidades.
El Índice de Desarrollo Humano desarrollado por el PNUD a nivel mundial recoge datos sobre
el ingreso, la salud y la educación y nos permite evaluar el comportamiento de República
Dominicana con respecto al resto del mundo. Desde 1990 a 20173 el país no ha hecho más que
ganar posiciones con respecto a otros países en el aumento de su ingreso per cápita, 19
posiciones para ser exacta. Por el contrario, si vemos los resultados en salud y educación, el
país no solo no ha mejorado, sino que ha perdido 7 posiciones, es decir sus avances son menores
que en el resto del mundo por lo que retrocede posiciones.

Brecha de oportunidades perdidas para mejorar las salud y educación en la


República Dominicana 88
87 87 87 87 87
86
Posicion mundial en 139 paises

83 83 83 86
82 82 82 82 85
81 81
80 80
80 79 79
78 78 78 78
80 77 77
Desaprovechamiento
78 77 de oportunidades
76 76 tiende a crecer
75 73 73
74 71
70
72 72 72
71 71 71 68
Ingreso RD 70 70 70 70 70 70
69
Salud y Educac RD 64
66
2006

2015
1990
1991
1992
1993
1994
1995
1996
1997
1998
1999
2000
2001
2002
2003
2004
2005

2007
2008
2009
2010
2011
2012
2013
2014

2016
2017

Fuente: Ceara Hatton en base a Oficina del Informe Mundial de Desarrollo Humano disponible en
http://hdr.undp.org.

3
Ceara Hatton, M. (2019). "El fracaso de un modelo: crecimiento sin bienestar en perspectiva del desarrollo
humano (1990-2017)" Centro de Investigación Económica y Social José Luis Alemán. Pontificia Universidad
Católica Madre y Maestra. Nota de Debate No.1

4
Comparado con 139 países en el mundo la República Dominicana es el décimo país que más
oportunidades ha perdido para aprovechar su crecimiento económico y convertirlo en mejoras
en educación y salud de la población. La brecha de desaprovechamiento ha ido agrandándose
en el tiempo. El modelo de crecimiento definitivamente muestra fallas para redistribuir y crear
capacidades para todas y todos.
Los datos sobre pobreza monetaria que publica MEPYD muestran una reducción continua
desde la crisis 2003-2004. Pese a las estupendas cifras de crecimiento económico, solo en 2015,
doce años después de la crisis, se consiguió igualar el nivel de pobreza que se tenía en 2000.
El MEPYD ha venido estudiando los efectos que han tenido el crecimiento económico y la
distribución en la pobreza desde el año 2012. Los resultados son contundentes, el 74% de la
disminución de la pobreza monetaria en el país ha sido producto del crecimiento económico y
sólo el 26% se puede explicar por la distribución4. Es decir, la pobreza se ha reducido
principalmente por las escasas gotas que derrama el crecimiento económico en los grupos más
pobres de la población y muy poco por las políticas redistributivas oficiales.

% DE LA POBLACIÓN EN SITUACIÓN DE POBREZA GENERAL:


República Dominicana, 2000-2017 Según CEPAL y MEPYD
60

50

40
28.2
30

20 25.5

8.5
10
3.8
0
2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013 2014 2015 2016 2017
% Pobreza general MEPYD % Pobreza general CEPAL
% Pobreza extrema MEPYD % Pobreza extrema CEPAL
Fuente: Cepalstat y Meepyd, "Boletín de estadísticas Oficiales de Pobreza monetaria, Julio
2018"

Esto evidencia el vínculo del modelo económico con los niveles de desigualdad y pobreza y la
insuficiencia de las políticas impulsadas por los diferentes gobiernos para redistribuir mejor y
así reducir de forma más efectiva la pobreza.

4
Cálculo propio con base en Comité Técnico Interinstitucional de Pobreza 2018, “Boletín de Estadísticas Oficiales
de Pobreza Monetaria”.

5
Análisis de las políticas esenciales para enfrentar la desigualdad
Las fórmulas para enfrentar la desigualdad económica no son ningún misterio. Existen dos
maneras de hacer que el sistema económico funcione para las grandes mayorías. Por un lado,
interviniendo en la forma en que se producen el ingreso, la riqueza y las capacidades; o bien,
una vez producidas, aplicar políticas que garanticen un reparto más justo de ellas: la llamada
redistribución.

La principal política de distribución es la política de empleo. Para redistribuir la más efectiva


es la política fiscal; tanto por el lado impositivo, recaudando de los más tienen, como del lado
del gasto público, invirtiendo en servicios públicos que aseguren igualdad de oportunidades
como son las políticas de educación, salud, protección social o vivienda.

A continuación, se analizan brevemente los efectos de las políticas desarrolladas y su capacidad


para reducir la desigualdad y la pobreza en el país.

Política de Empleo
El modelo económico dominicano tiene dificultades para generar empleo. Los sectores que
más aportan al crecimiento son aquellos que menos empleo generan como el sector de
telecomunicaciones, el de finanzas, el de seguros o el de manufacturas que ha ido reduciendo
su aporte al empleo total desde el 2000 al 2016.
La mayor parte del empleo se genera en el sector informal el cual tiene muy poco valor
agregado al crecimiento económico. El 62% del empleo adicional creado de 2000 a 2016 se
creó en ramas que tienen una informalidad promedio de 79% con un aporte al aumento del PIB
del 29%5.
El aporte al empleo total del turismo se ha estancado y las manufacturas no ha hecho más de
disminuir desde el 2000. Estos dos sectores han sido clave y han recibido de manera
determinante el impulso desde los gobiernos y, pese a que ya llevan años dando señales de la
necesidad de reconversión, se siguen impulsando con las mismas estrategias desde el Estado.
Los salarios son muy bajos y han sido la variable de ajuste a las crisis macroeconómicas e
incluso a una mal llamada competitividad. Tras la crisis del 2004, el país tardó 9 años en
recuperar la capacidad de compra del salario mínimo real a niveles del 2000. Desde 2013 se ha
ido incrementando el salario mínimo real, lo cual es positivo, pero muy insuficiente aún, ya
que:

 Según CEPAL basado en cifras oficiales, en 2017 el 16% de las personas ocupadas en
el país está en situación de pobreza y el 5.7% de pobreza extrema6. Es decir, tener un
empleo no necesariamente te saca de pobre.

5
Ceara Hatton, M., 2018 “La paradoja del crecimiento económico: el empleo y la informalidad en la República
Dominicana (1960-2016)” en “La informalidad en la República Dominicana” PCMM 2018
6
CepalStat

6
 El 72% de las personas que cotizan a la seguridad social tiene un salario mensual
inferior a 20,000 pesos y el 53% menos a 15,000 pesos7. Es importante tomar en cuenta
que quienes cotizan a la seguridad social son empleados/as formales y por lo tanto
tienen ingresos superiores a los informales que son en realidad la mayoría de la
población trabajadora en el país.
Las diferencias de género son muy importantes, según los datos de la Encuesta Nacional de
Fuerza de Trabajo (ENFT) 2016:

 La participación de las mujeres en el mercado laboral remunerado es de solo un 47%


mientras que en los hombres llega a un 69%.
 La tasa de desocupación es un 20% en las mujeres y un 8% en los hombres
 El 75% de la población joven, entre 15 y 34 años, que se encontraba sin estudio y sin
trabajo, eran mujeres.
 El salario promedio de las mujeres es un 18% menor que el de los hombres8.
Estas brechas de género ameritan de políticas públicas específicas para reducirlas. Estas
políticas deben tomar en cuenta la necesidad del reparto de las tareas de cuidado no remunerado
que significan un importante techo de cristal a la hora de incorporarse al trabajo remunerado
en igualdad de condiciones.

Las mujeres dominicanas, en promedio, están dedicando 31.2 horas a la semana a trabajo no
remunerado; en cambio los hombres solo trabajan 9.6 horas en labores no remuneradas. La
diferencia de 21.6 horas es una evidencia de las grandes desigualdades de género, en desventaja
para las mujeres, en el desempeño de tareas que se realizan sin paga y sin reconocimiento social
y limitando su independencia económica9.

Se hace necesario revisar el modelo económico e impulsar sectores que sean capaces de generar
más empleo, de mayor calidad y con mayor competitividad evitando la dependencia de
incentivos tributarios. Se hace necesario impulsar políticas de empleo y política social que
consigan enfrentar las extremas desigualdades de género.

Política tributaria

La República Dominicana recauda poco, según la Organización para la Cooperación y el


Desarrollo Económicos (OCDE), en 2016, era el tercer país que menos recaudaba con respecto
a su PIB en América Latina y el Caribe. Esto limita la capacidad del Estado para el desarrollo
de políticas públicas suficientes para los retos que enfrenta su población.
El pacto fiscal que ordena desarrollar la Ley de la Estrategia Nacional de Desarrollo para
enfrentar este reto se debió convocar en 2015 pero, el retraso de los acuerdos en el pacto

7
TSS 2018 “Boletín estadístico TSS 2018”
https://www.tss.gob.do/transparencia/assets/boletin_estadistico1a12_2018.pdf
8
ENFT 2016
9
ONE y MM 2018, Trabajo no remunerado en República Dominicana: un análisis a partir de los datos del
Módulo de Uso del Tiempo de la ENHOGAR 2016

7
eléctrico y los escándalos de corrupción en el país han minado la confianza necesaria para
poder desarrollar el pacto y este nunca ha sido convocado.
Los esfuerzos mostrados por la Dirección general de Impuestos Internos (DGII) en la lucha
contra la evasión fiscal son justos y necesarios, pero no suficientes.
Es necesario revisar la legislación para buscar nuevas fuentes de ingresos que provengan de
aquellos que pueden aportar más, es decir hagan de la política tributaria una política
redistributiva.
Los impuestos que impulsan la redistribución de los ingresos, como son el impuesto sobre la
renta, la riqueza o el patrimonio solo explican un 34.6% de la recaudación10. Se depende en un
58% de impuestos al consumo, los cuales no discriminan por el ingreso del consumidor y por
lo tanto significan una carga muy pesada para los estratos más pobres y limitan la capacidad
del sistema tributario de reducir la desigualdad.
Mientras tanto, no se exploran las vías para conseguir tasar de forma más efectiva los ingresos
de las personas más ricas de la sociedad. Según CEPAL, gracias a los agujeros que deja el
sistema, el 10% más rico de la población solo paga una tasa efectiva sobre su renta de un 2.5%11
cuando cualquier maestra se le retiene, antes de cobrar, un 15%, un 20% o un 25%
(dependiendo de su ingreso).Tampoco se habla de la posibilidad de crear impuestos a las
grandes riquezas, los cuales tienen una importante capacidad de recaudación afectando a muy
pocas personas.
Otro asunto a evaluar son las exenciones que reciben las empresas en el país. República
Dominicana está avanzando de manera firme en realizar análisis de costo beneficio de los
incentivos a empresas, para evaluar el impacto real que tienen en la sociedad.
El monto de impuestos exonerado a grandes empresas es alto y es importante saber si en
contrapartida dejan los beneficios suficientes.
Con el dinero que se exonera a las empresas del pago solo del impuesto sobre la renta12 cada
año en la República Dominicana se podrían construir 120.000 viviendas sociales13.
Según un estudio encargado por el Ministerio de Hacienda al Banco Mundial14, el país deja de
recaudar un 1% del PIB por las exenciones en el impuesto sobre la renta a empresas. Las
empresas ubicadas en zonas económicas especiales (ZEE), más conocidas como Zonas
Francas, son unas de las principales receptoras de los incentivos tributarios.
“Las empresas de las ZEE crearon 14,000 puestos dentro de estas zonas, en
comparación con los 4,500 que se generaron fuera, una relación de 3 a 1 en 2015. Sin

10
DGII 2018 “Sistema Tributario de la República Dominicana”
11
CEPAL 2017 p.47. “Panorama Fiscal para América Latina y el Caribe 2017”
https://repositorio.cepal.org/bitstream/handle/11362/41044/10/S1700069_es.pdf
12
Reciben exoneraciones en muchos otros impuestos.
13
Oxfam, informe Democracias capturadas (2018).
14
Banco Mundial 2018 http://documentos.bancomundial.org/curated/es/481411518538354879/pdf/ACS22697-
WP-SPANISH-P160296-PUBLIC.pdf
http://www.hacienda.gob.do/wp-content/uploads/2018/10/Incentivos_Tributarios.pdf

8
embargo, cada empleo creado dentro de las ZEE cuesta cinco veces más, en términos
de ingresos que se dejan de percibir, que cada empleo creado en virtud del régimen
impositivo estándar, lo que despierta serias dudas sobre la eficacia en función de los
costos de los gastos fiscales de las ZEE.”
Este estudio muestra también que el dinero que el Estado deja de percibir en impuestos por
cada empleo creado es 10 veces superior al ingreso que recibe cada trabajador contratado.
“Cada empleo creado trae consigo un costo fiscal enorme que solo contribuye a socavar la
capacidad del Gobierno para financiar servicios sociales e inversiones extremadamente
necesarios”.
Los estudios sobre los incentivos tributarios al sector turismo también arrojan resultados
decepcionantes “con una pérdida de ingresos acumulada de más de 20 mil millones de pesos,
los incentivos tributarios para la industria turística no generaron un impacto económico
positivo sino una pérdida significativa de eficiencia. Invertir en infraestructura pública sería
un instrumento fiscal más rentable para que el gobierno apoye el turismo y el crecimiento
económico en general”15..

Con estos resultados, lo normal sería que el Gobierno revisara esas exenciones, ya que parece
que están dejando mayor costo que beneficios al país, pero lamentablemente, muchos de estos
incentivos se acuerdan fuera del debate público, facilitando negociaciones y presiones entre
élites económicas y políticas que pueden no tomar en cuenta el interés colectivo.

Si mejorara la recaudación de los impuestos a la renta la riqueza y el patrimonio se tendrían


más recursos aportados por las más altas rentas para invertir en políticas públicas necesarias e
incluso, tal vez se podrían bajar las tasas de los impuestos al consumo o proteger algunos
productos de la canasta básica que actualmente pagan ITBIS, lo cual tendría un impacto directo
en la mejora de los hogares más pobres.

Mucho aún por hacer para que la política tributaria sea un instrumento que ayude a reducir la
pobreza y la desigualdad.

Inversión pública para los sectores sociales, ni suficiente ni eficiente


El conjunto de la política fiscal es relevante para efectos de impacto en pobreza y desigualdad.
Ante la regresividad de los sistemas impositivos, es el gasto público el que puede compensar
el aumento de pobreza monetaria que generan los impuestos al consumo.

Cuando hablamos de gasto público, hablamos de políticas públicas y de Derechos Humanos.


La educación, la salud y la protección social o la vivienda son fundamentales para reducir la
desigualdad y la pobreza. Un análisis reciente de 13 países en desarrollo (9 de ellos
latinoamericanos) mostraba que el gasto en educación y salud era responsable del 69% de la
reducción total de la desigualdad16.

15
https://www.un.org/esa/ffd/wp-content/uploads/2018/02/tax-incentives_eng.pdf
16
N. Lustig. (2015). The Redistributive Impact of Government Spending on Education and Health, Evidence
from 13 Developing Countries in the Commitment to Equity Project, op cit

9
Los sistemas públicos son esenciales para asegurar iguales oportunidades a toda la población,
pero más aún a las mujeres que son las que suelen cargar con el trabajo de cuidado cuando los
sistemas públicos no funcionan.

Los aumentos en la inversión en educación de los últimos años o el programa de estancias


infantiles o la tanda extendida en las escuelas son iniciativas que se deben valorar y mejorar.
Ambas aportarán en el tiempo a mejoras en los resultados educativos, la reducción de la
pobreza y la desigualdad, así como a la reducción de la desigualdad de género y el reparto de
las tareas de cuidado.

Pese a esto, el reto es mayúsculo en cantidad y en calidad cuando hablamos de derechos socio
económicos, y sobre todo totalmente lejos de lo esperado dado el crecimiento económico del
país.

República Dominicana, pese al demandado aumento de la inversión en educación al 4% del


PIB, todavía destina la mitad de lo se destina en promedio en América Latina y el Caribe a
inversión social.

Mientras el promedio de América Latina y el Caribe es alrededor de 16% del PIB, en República
Dominicana, el país que más crece de la región, es de un 8% del PIB, la mitad.

Mucho camino por recorrer en este sentido y por supuesto vinculado a también a imperiosa
necesidad de reducir enfrentar la corrupción y recuperar la confianza para poder impulsar el
debate alrededor de una mayor recaudación.

La baja y mala inversión tienen consecuencias nefastas en la calidad de vida de las personas:
 República Dominicana ocupa el último lugar en todas las mediciones de aprendizaje de
sus estudiantes tanto en la región Latinoamericana (Llece 2013) como a nivel mundial
(Pisa 2015). El 71% de los estudiantes en 2015 obtuvieron un bajo rendimiento en
Ciencias, Matemáticas y Lectura, se quemaron. Gran parte de nuestros estudiantes en
6to de primaria no son capaces de entender lo que leen. Según los resultados de las
pruebas PISA. El nivel socioeconómico de la familia determina los resultados en
aprendizaje, es decir la acción estatal no consigue garantizar la igualdad de
oportunidades17.
 Según los datos publicados en el Mapa Interactivo de Desarrollo Humano las tasas de
mortalidad infantil y materna a nivel nacional no solo no se han reducido, sino que han
aumentado en promedio nacional. La mortalidad infantil, niños que no sobreviven al
primer año de vida por 1,000 nacidos pasa de 15.3 en 2010 a ser 15.7 e 201618.
 Según SISDOM, en el país que más crece de América Latina solo el 81% de los hogares
tiene acceso a agua potable o dentro de su vivienda o en su patio. En 2010 este indicador
era de 78.3% de los hogares, es decir casi está estancado.
Estas deficiencias tienen que ver con los sistemas de gestión, la calidad de los y las
profesionales a cargo, pero también el malgasto de los recursos públicos que no se invierten en

17
OCDE 2016 “PiSA 2015 resultados clave” https://www.oecd.org/pisa/pisa-2015-results-in-focus-ESP.pdf
18
PNUD 2019 “Mapa Interactivo de desarrollo Humano”
http://www.do.undp.org/content/dominican_republic/es/home/ourwork/humandevelopment/successstories
/mapa-interactivo-de-desarrollo-humano-de-rd/

10
la garantía de derechos sino con objetivos políticos y en otros casos buscando el beneficio
individual.

Diferentes estimaciones se han hecho sobre este problema. A nivel internacional, el Fondo
Monetario Internacional (FMI) estimaba para el año 2016 que la corrupción tenía un costo a
escala mundial que oscilaba entre 1.5 y 2 billones de dólares, y equivalía al 2% del PIB.

Desde Oxfam se publicó el año pasado una estimación 2.5% del PIB anual, alrededor de 90,000
millones de pesos de malgasto de recursos públicos en el país en corrupción, botellas,
instituciones que sobran, subsidios ineficientes o uso clientelar y político de los recursos que
deberían estar ahí para garantizar derechos que le están siendo negados a la ciudadanía.

Le demos una cifra u otra es imposible negar que es uno de los principales obstáculos para la
lucha contra la pobreza y la desigualdad es el mal uso de los recursos públicos con fines
políticos y en corrupción.

En resumen
En definitiva, pese a ciertas mejoras en los últimos años, el bienestar de la población en
República Dominicana no se corresponde a su crecimiento económico, la extrema desigualdad
que se vive en el país no hace necesario sobredimensionarla. Esta desigualdad es el resultado
de un modelo económico que no distribuye y unas políticas públicas ineficaces en el mejor de
los casos. En otros casos su diseño e implementación están hechos para garantizar privilegios
a algunos mientras la mayoría de la población queda excluida de los frutos del desarrollo.
Es urgente poner al Estado en su conjunto a trabajar por el bien común y no al servicio de élites
económicas y políticas.

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