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DOCENTE
KENITH CASTRO
Expediente D-8112
IV. PARTES
V.
PROBLEMA JURÍDICO
Le corresponde a la Corte determinar si resultan contrarias al principio de igualdad,
consagrado en los artículos 5, 13 y 42 de la Constitución, las normas del código civil que
reconocen a favor de los cónyuges sobrevivientes la posibilidad de reclamar la “porción
conyugal”, facultad que no se reconoce a los compañeros o compañeras permanentes.
Para responder el anterior problema jurídico, la Sala debe analizar, primero, la naturaleza
jurídica de la “porción conyugal”, segundo, si esa naturaleza permite su reconocimiento a los
compañeros y compañeras y tercero, si las parejas del mismo sexo pueden tener derecho a
ella, en los términos en que lo plantea la demanda.
VI.
INTERVENCIONES
VII.
CONSIDERACIONES DE LA SALA
Competencia
Conforme al artículo 241 ordinal 5º de la Constitución, la Corte es competente para conocer
de la constitucionalidad de las disposiciones demandadas, ya que hacen parte de un
decreto-ley y fue demandada por un ciudadano en ejercicio de la acción pública de
inconstitucionalidad.
VIII.
DECISIÓN
En mérito de lo expuesto, la Corte Constitucional, administrando justicia, en nombre del
pueblo y por mandato de la Constitución, resuelve:
Primero. - Declarar EXEQUIBLES los artículos 1016-5, 1045, 1054, 1226, 1230, 1231,
1232, 1234, 1235, 1236, 1237, 1238, 1243, 1248, 1249, 1251 y 1278 del Código Civil,
siempre y cuando se entienda que, a la porción conyugal en ellos regulada, también tienen
derecho el compañero o compañera permanente y la pareja del mismo sexo.
Segundo. - EXHORTAR al Congreso para que legisle de manera sistemática y ordenada
sobre las materias relacionadas con las uniones maritales de hecho y las parejas del mismo
sexo.
IX.
SALVAMENTO DE VOTO
X.
ANÁLISIS FINAL
Dado a que el tiempo transcurre sin detenerse debemos objetar en la norma que esta necesita
un cambio, ya que la sociedad ha estado avanzando desde que evocaron los anteriores
artículos en la sentencia C-174 de 1996 hasta el presente y que se debe tener en cuenta las
nuevas formas en que se crea una familia ya que estas se conforman de manera diferente. Y
de ello surgen varias preguntas: ¿Cuál es la diferencia esencial entre el matrimonio y la
unión marital de hecho, si las dos dan origen a una familia, si ambas suponen la
cohabitación entre el hombre y la mujer, e incluso, si las dos dan origen hoy en día a la
conformación de un régimen de bienes comunes entre la pareja?
La corte constitucional en este fallo no fue ajeno a la realidad que tenemos hoy en día con la
presencia de nuevas formas de conformar una familia.
Cumpliendo con sus precedentes (Sentencia C-075 de 2007), la Sala analizó la naturaleza
jurídica de la porción conyugal consagrada en el artículo 1230 del Código Civil. Desde un
punto de vista pragmático, explicó que para la actualidad el fin de esa norma es “garantizar
que el cónyuge pueda optar por gozar de parte del patrimonio de la persona con la que
convivió con vocación de permanencia, a quien apoyó y a quien cuidó, si el patrimonio con
que cuenta, después de disuelta la sociedad conyugal resulta menor al que le correspondería
por porción conyugal, como una forma de compensar y equilibrar las cargas propias de la
decisión de compartir una vida en común”. Partiendo de aquel propósito, se concluyó que no
existía una razón efectiva para sostener que ese auxilio patrimonial no pudiera ser igualmente
reconocido al compañero o compañera permanente supérstite, quien sin haber realizado las
solemnidades que se requieren, pero con convicción y libertad de unirse a otra persona,
“también compartió un proyecto de vida, fue solidario y ofreció sus cuidados y apoyos”, tal
como lo hace el cónyuge.
En este sentido, la Sala advirtió que, para tener el derecho a la denominada porción conyugal,
se debe demostrar por los medios probatorios idóneos la condición de compañero o
compañera supérstite, es decir, los dos años de convivencia que exige la Ley 50 de 1994,
modificada por la Ley 979 de 2005. Por otro lado, la Corte consideró que el legislador, en un
Estado Social de Derecho, es para que hubiese regulado desde el poder legislativo todos los
efectos civiles derivados de las uniones de hecho y los derechos para las parejas del mismo
sexo, teniendo como fundamento la democracia.
la Corte consideró que el legislador, en un Estado Social de Derecho, es para que ya hubiese
reglado todos los civiles derivados de las uniones de hecho y los derechos para las parejas del
mismo sexo, teniendo como fundamento la democracia. Esta falta de regulación ha traído una
serie de comportamientos discriminatorios entre las parejas de uniones maritales de hecho y
también las parejas del mismo sexo que la Corte Constitucional ha venido reconociendo y
protegiendo sus derechos fundamentales.
La estructuración de la norma en si no es el gran problema a tratar, ya que, esta debe ser
interpretada segundo lo reglamentado en nuestra constitución política y también darles una
aplicación a las interpretaciones de la corte constitucional invocando a que este derecho de la
porción conyugal debe darse a el compañero permanente y a las parejas del mismo sexo, pero
siempre y cuando estas tengan un fin común, con vocación de permanencia, a convivir y
ayudarse mutuamente y que cumpla con los requisitos exigidos por la ley. El problema va en
la falta de la legislación por parte del ente encargado constitucionalmente, que no a reglado
ampliamente estos nuevos fenómenos sociales que devenido en nuestro núcleo fundamental
como lo es la sociedad. Siendo esto así es menester del órgano legislativo buscar la más
pronta reglamentación exhaustiva para salvaguardar derechos fundamentales y que no se
tergiverse o se malinterprete el querer de la norm.a