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LA FEDERACIÓN, SANTA CAUSA

Enciende la noche su cielo y el sol


galopa tras la tarde.
La luna comienza la pampa a mirar
como una tierna madre.
Los hombres descansan. El río se va
cantando por su cause.

Mi sangre y mi vida por mi Patria doy.


Soy argentino y siento
la gloria infinita de ser federal,
llanisto montonero.
Envuelto en su poncho mi jefe estará
soñando’ocar al cielo.

¡Viva la Santa Federación!


¡Que mueran los traidores!
Que nunca amancillen al blanco y azul
del cielo los colores.
Será tu custodia la flor federal,
blasón de un pueblo noble.

Ha muerto Facundo. Nublado quedó


el cielo de mi Patria.
La tarde se viste de rojo punzó.
¡Viva la Santa Causa!

¡Religión o muerte! La muerte triunfó.


Llevaremos venganza.
Rivera se anima, nos quiere invadir;
por el Brasil se asoma.
El oro de Francia lo apura a venir
y a su pueblo deshonra.
A Oribe lo vence, pero no podrá
con Juan Manuel de Rosas.

¡Viva la Santa Federación!


¡Que mueran los traidores!
Que nunca amancillen al blanco y azul
del cielo los colores.
Será tu custodia la flor federal,
blasón de un pueblo noble.

EXPEDICIÓN AL DESIERTO
Colorados del Monte
dos mil salieron;
la huella de la Pampa
fueron abriendo.

A la huella, a la huella de los desiertos,


ocupen el Camino de los Chilenos.

El Comandante Rosas
da el santo y seña:
- ¡Al Río Colorado,
frontera nueva!

A la huella, a la huella de los desiertos,


Pacheco va adelante, Camino de los Chilenos.

Aldáo por la derecha,


Quiroga al centro,
Rosas por Buenos Aires.
¡El sur es nuestro!

A la huella, a la huella de los amigos,


al indio no lo matan, son argentinos.

Tierra de las manzanas,


así le llaman.
Hasta el Neuquén llegaron,
casi no paran.

A la huella, a la huella de los desiertos.


¡Colorados del monte, que vivan, el Sur es nuestro!

Aclaración: El “Camino de los Chilenos” se halla emplazado sobre la actual Ruta Nacional Nº 22 que une las ciudades de Bahía
Blanca y Zapala.

GUERRA CON EL BRASIL

El Brasil quiere la guerra,


la guerra le vamo’a dar
por Don Juan Manuel de Rosas,
por Oribe el oriental.

Que suene la espuela,


que silbe el zorzal,
que baile el farrapo
si sabe bailar.
Que suene, que suene,
si van a sonar,
cuchillo afilado
para degollar.

En la frontera se baila
la milonga federal.
Mamelucos imperiales
no se atrevan a cruzar.

Que suene la espuela,


que silbe el zorzal,
que baile el farrapo
si sabe bailar.
Que suene, que suene,
si van a sonar,
cuchillo afilado
para degollar.

Orientales y argentinos
vamos a juntos a pelear;
cuando hay cuchillos en ella
es más lindo degollar.

Que suene la espuela,


que silbe el zorzal,
que baile el farrapo
si sabe bailar.
Que suene, que suene,
si van a sonar,
cuchillo afilado
para degollar.

La Federación se aguanta
y se aguanta el oriental.
Que la guerra se declare
quiere el Pueblo Federal.

Que suene la espuela,


que silbe el zorzal,
que baile el farrapo
si sabe bailar.
Que suene, que suene,
si van a sonar,
cuchillo afilado
para degollar.
LA SOBERANÍA - VUELTA DE OBLIGADO

Antes morir que ver arriar nuestra bandera,


antes morir que arriar el pabellón nacional.
“No han de pasar”, dijo Mansilla a sus patricios;
no han de pasar aguas arribas del Paraná.
Suena el clarín, flamea en alto la bandera,
suena el clarín ¡Oh juremos con gloria morir!
Ya están allí, demos el gusto a esos piratas;
ya están allí, de arriba no se la han de llevar.
No han de pasar, está de pie toda la Patria;
no han de pasar aguas arribas del Paraná.
Suena el clarín, flamea en alto la bandera.
¡Viva la Patria! ¡Oh juremos con gloria morir!

LA ANARQUÍA, UNITARIOS Y FEDERALES

¡Ay, pobre mi Patria,


vidalita,
pobre de mi tierra!
¿Cuánta sangre hermana,
vidalita,
llevará la guerra?

Las provincias sueñan,


vidalita,
una Patria Grande,
esperanza altiva,
vidalita,
de los federales.

¡Ay, pobre mi Patria,


vidalita,
pobre de mi Pueblo!
La traición acecha,
vidalita,
en los “lomos negros”.

Perros unitarios,
vidalita,
nada han respetado.
Penas y tormentos,
vidalita,
tan sólo han dejado.

Aclaración: Los “lomos negros” eran los federales doctrinarios que se oponían a los caudillos.
RESTAURADOR DE LAS LEYES

Quiero cantarle a esta tierra


y a su pueblo soberano,
a los bravos colorados
y a don Juan Manuel de Rosas.
Sé que es difícil la cosa,
pero me atrevo, paisano.

Yo soy nacido en Navarro,


yo soy nacido en Navarro,
Provincia de Buenos Aires,
y sin querer mal a nadie
a todos tiendo mi mano.
Vayan sabiendo paisanos:
Soy nacido en Buenos Aires.

Dicen que acá en Buenos Aires


las cosas van a cambiar
porque un gaucho federal
le ha puesto rienda al antojo;
dicen que no es nada flojo
y que bien sabe mandar.

El hombre que trae la menta,


el hombre que trae la menta
se llama Don Juan Manuel,
y aunque no quiera creer
seguro que habrá tormenta
y habrá gente que la sienta
cuando se largue a llover.

Dice el porteño ¿qué dice?


que el orden va a restaurar
y como buen federal
un gran destino lo alienta:
Si las provincias aceptan,
lograr la Unión Nacional.

Restaurador de las Leyes,


Restaurador de las Leyes
todos le han dado en llamar,
y hasta en la Banda Oriental
se conoce de su fama
y ya Oribe se proclama
por el Pacto Federal.
Yo vengo de la otra orilla
a cantarle a mis hermanos.
No queremos unitarios,
que a nuestro suelo lo arruinan
¡Viva la tierra Argentina,
viva la Banda Oriental!

CASEROS, LA VENGANZA DE ITUZAINGÓ

Qué triste mirada


que al cielo robara el color.
Qué triste los ojos del hombre,
los ojos del Restaurador.
Muy lejos ha quedado
la patria que un día soñó.
La gloria truncada esa tarde,
la tarde de la cruel traición.
Las tropas del imperio ofenden nuestra tierra
y atada a mi bandera va el carro vencedor.
Jamás sufrió mi patria tamaña desventurada,
jamás la azul y blanca sufrió tal deshonor.
Manuela, Manuela, la flor de la Restauración:
Qué pena se quema en tu alma,
que destroza tu corazón.
Qué llanto en los ojos del Pueblo esta tarde brilló,
qué rabia mordía los pechos
la tarde de la cruel traición.

EXILIO Y MUERTE

Nunca te olvidaron
ni olvidarán don Juan Manuel.
Tal vez nunca pensaste
que tu vida ilustre
dejara al fin
su huella así,
pero al partir
hacia el destierro
partió también
tu sueño aquel
de descansar
donde tu lar.
Pero no fue,
ay Juan Manuel,
real tu sueño aquel
y aquí en tu tierra descansar.
Fue tu destino así de cruel.
Un cóndor surca el mar y el aire hacia su nido;
la pampa se estremece; el sol revienta el brillo.
Pronto ha de volver
y de tus cenizas renacer.
Misterio final de tu destino
Juan Manuel.
Publicado por NacionalYPopular en 8:41
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