Está en la página 1de 14

La narrativa y el mundo real: un argumento en

favor de la continuidad

David Carr

(,• Qué relación hay entre una narración y los los resultados para la teoría de la historia es el
hechos que describe? Esta es una de las preguntas escepticismo ante las explicaciones históricas na-
que han debatido muchos de los participantes en rrativas.
la intensa discusión interdisciplinaria sobre la Yo quiero polemizar contra esta coalición, no
narrativa en años recientes. tanto a favor de la perspectiva del sentido común
El debate tiene que ver con la veracidad, en el sino de la verdad más profunda e interesante que
sentido más amplio del término, de las explica- hay detrás de eso. La narrativa no es sólo una foro
ciones narrativas. Las historias narrativas tradi· ma posiblemente exitosa de describir hechos; su
cionales pretenden contarnos lo que realmente estructura se inserta en los hechos mismos. Lejos
sucedió. Las narraciones ficticias retratan hechos de ser una distorsión formal de los hechos que
que desde luego por definición jamás ocurrieron, relata, una explicación narrativa es prolongación
pero de los cuales se dice a menudo que son más de sus rasgos fundamentales. Mientras otros dis-
reales que la vida;es decir, cuentan cómo podrían cuten a favor de la discontinuidad radical entre
haber sucedido ciertos hechos si en realidad se narrativa y realidad, yo no sólo sostendré que
hubieran dado. Algunas historias pueden ser ine- hay continuidad sino una comunidad formal.
xactas y algunas invraisemblable, pero en princi- Revisemos brevemente la idea de la disconti-
pio nada impide que tales narraciones logren su nuidad antes de discutirla.
propósito. De hecho, tomamos ciertos casos
ejemplares que han triunfado de manera brillante.
Pero contra esta perspectiva del sentido co- 1
mún, ha surgido una fuerte coalición de filósofos,
teóricos literarios e historiadores que la declaran En la teoría de la historia podríamos esperar una
errónea e ingenua. Los hechos reales simplemente visión semejante de aquellos, desde los historia-
no se agrupan de una manera narrativa, y si se les dores positivistas hasta los historiadores de Anna·
trata como si así fuera estamos falseando la vida. les, que creen que la historia narrativa siempre ha
Esto no sólo se debe a falta de pruebas o de vero- contenido elementos de ficción que ahora hay
similitud, sino a que cualquier explicación narra· que exorcizar en aras de una historia científica
tiva, en virtud de su misma forma, nos presentará nueva. La ironía es que el escepticismo ante la
una imagen distorsionada de los hechos que cuen- historia narrativa surgió entre aquellos que le dan
ta. Uno de los resultados para la teoría literaria el tipo de atención que se reserva a un objeto de
es la idea de la ficción narrativa que enfatiza su admiración y afecto. Pensemos en la obra de
autonomía y separación del mundo real. Uno de LouisMink. Aunque él habla de la narrativa como

15
un "modo de comprensión" y un "instrumento Mink y White llegan a este escepticismo en par-
cognitivo", y al principio parece defender la his- te porque los dos creen en la relación íntima en-
toria narrativa de reduccionistas como Hempel, al tre las narraciones históricas y las narraciones
final llega a una conclusión similar, sobre todo literarias; y si observamos algunos de los estudios
que la historia tradicional no puede realizar sus más influyentes sobre la narración literaria de
pretensiones epistemológicas en virtud de su mis- años recientes, hallamos una idea similar de la re-
ma forma.La estructura narrativa, en particular el lación entre la narración y lo real. La comparten
terminado y la configuración que le dan a la se· lo mismo los estructuralistas que los no estructu-
cuencia de hechos, el principio, el medio y el ralistas. Frank Kermode, en su estudio influyente
final, es una estructura que se deriva del acto de El sentido de un final, así lo expresa: "Al tratar
contar un relato, no de los mismos hechos. Al fi- de 'dar sentido' al mundo, persiste... en nosútros
nal el término "historia narrativa" es un oximo- la necesidad... de experimentar esa concordancia
ron: "Como histórico pretende representar, a entre principio, medio y final que es la esencia
través de su forma, parte de la verdadera comple- de nuestras ficciones explicativas... " 5 Pero esas
jidad del pasado, pero como narración es un pro- ficciones "degeneran", dice, en "mitos" cada vez
ducto de construcción imaginativa, que no puede que creemos en ellas o adscribimos a lo real sus
defender su pretensión de verdad por medio de propiedades narrativas, es decir, "cada vez que
ningún procedimiento aceptado de discusión o no se los considera conscientemente como inven-
autentificación". 1 "Las historias se viven, no se ciones".6 En su reciente presentación útil de las
cuentan", dice. "La vida no tiene principios, me- teorías estructuralistas de la narración, Seymour
dios y finales... Las cualidades narrativas se Chatman, al hablar también de la estructura prin-
transfieren del arte a la vida".2 cipio-medio-final, insiste en que ésta se aplica "a
Si Mink arriba de manera reservada a conclu· la narrativa, a relatos de hechos narrados, más que
siones tan escépticas, Hayden White las acoge a. .. las acciones mismas, simplemente porque
francamente. Al igual que Mink, White plantea la tales términos carecen de significado en el mundo
pregunta de la capacidad de una narración para real".? En esto hace eco de su mentor Roland
representar. Al indagar "el valor de la narrativi- Barthes. En su introducción famosa al análisis
dad en la representación de la realidad", él parece estructural de la narrativa, Barthes dice que "el
concluir claramente que en este sentido su valor arte no conoce estática". En otras palabras, en
es nulo. "¿Qué deseo satisface, qué deseo grati- un relato todo tiene su lugar dentro de una es-
fica, pregunta White, la fantasía de que los tructura al mismo tiempo que lo ajeno se ha eli-
hechos reales estén representados de manera ade- minado; y que en esto difiere de la "vida", en la
cuada cuando se les puede mostrar para exponer que todo son "mensajes revueltos" (communica-
la coherencia formal de una historia?" 3 "¿El tions brouillées). 8 Así, al igual que Mink, Barthes
mundo se presenta a sí mismo para ser percibido plantea la vieja pregunta sobre la relación entre
en la forma de historias bien armadas...? ¿O en "arte" y "vida", y llega a la misma conclusión:
cambio se presenta más a la manera en que sugie- uno, por constitución, es incapaz de representar
ren los anales y las crónicas, ya sea como una me- a la otra.
ra secuencia sin principio ni final o como secuen- Paul Ricoeur reúne la teoría de la historia y la
cias de principios que sólo terminan y que nunca de la literatura en su reciente Time and Narrative
concluyen?". Para White la respuesta es clara: para formar una explicación compleja de la na-
"La idea de que las secuencias de hechos reales rrativa que es supuestamente neutral en cuanto a
poseen los atributos formales de los relatos que la distinción entre historia y ficción. ParaRicoeur,
contamos sobre hechos imaginarios sólo puede como para White, el problema de la representa-
tener su origen en deseos, anhelos, esperanzas". ción es de importancia central: el concepto clave
Son precisamente los anales y las crónicas los en su revisión es el de mimesis, derivado de la
que nos ofrecen "los tipos de paradigmas que la Poética de Aristóteles.
misma realidad ofrece para que se la perciba".4 Al conservar más que rechazar este concepto,

16
la teoría de Ricoeur al principio parece adversa Este breve recuento de las ideas importantes y
al énfasis que hemos visto en otros sobre la dis- recientes sobre la narración no sólo muestra que
continuidad entre la narración y el "mundo real". la estructura narrativa está considerada estricta-
Pero al elaborar toda su teoría de la relación mi- mente como un rasgo de los textos literarios e
mética Ricoeur se descubre más cerca de Mink, históricos, sino también que a esa estructura se
White y los estructuralistas de lo que parece al le considera como si perteneciera únicamente a
principio. No llega a decir con ellos que el mundo esos textos. Las distintas aproximaciones al pro-
real es sólo secuencial, y en lugar de eso sostiene blema de la representación coloca a los relatos o
que el mundo real posee una "estructura prena- a las historias en un plano radicalmente distinto
rrativa" de elementos que se prestan a una confi· al que profesa mostrar el mundo real. La idea de
guración narrativa. 9 Ricoeur es bastante benigna e indulgente. El cree
Pero esta prefiguración no es una estructura que las narraciones literarias e históricas agrandan
narrativa en sí misma, y no nos salva de lo que la realidad, expandiendo nuestra noción de noso-
Ricoeur parece considerar como una especie de tros mismos y de lo que es posible. Sus mimesis
desarreglo constitucional unido a la experiencia no imitan la realidad sino que la crean. Hayden
del tiempo, que en sí misma es "confusa", sin White, por otra parte, parece sostener una idea
forma y muda a más no poder. lo A partir de un más oscura, más cauta -una visión que él com-
estudio de las Confesiones de San Agustín, con- parte con Barthes y los posestructuralistas como
cluye que la experiencia del tiempo se caracteriza Foucault y Deleuze. La narración no sólo consti-
esencialmente por la "discordancia". La literatu- tuye un escape, una consolación, o una desviación
ra, en la narrativa, le da un orden a esta "aporia" de la realidad; en el peor de los casos es un narcó-
por medio de la invención de una trama. La na- tico: una distorsión impuesta desde fuera como
rrativa es un "sistema de lo heterogéneo" en el un instrumento de poder y manipulación. En
cual los elementos dispares del mundo humano cualquier caso, la narración es un artefacto cul-
-"agentes, objetivos, medios, interacciones, cir- tural,literario, encontrado con lo real. 17
cunstancias, resultados inesperados, etc. "_11 se Ha habido algunos disidentes, como el crítico
reúnen y armonizan. Como la metáfora, a la cual literario Barbara Hardy, el historiador Peter
Ricoeur le dedicó un estudio importante, la na- Munz y el filósofo Frederick Olafson. 1B Alasdair
rración es una "innovación semántica" en la que MacItyre presenta una idea muy distinta en After
algo nuevo se incorpora al mundo por medio del Virtue, y más tarde diré algunas cosas más sobre
lenguajeP En lugar de describir al mundo, ésta él. Sin embargo, queda claro que lo que yo llamé
lo redescribe. La metáfora, dice, es la capacidad la teoría discontinua la sostienen algunos de los
de "ver".13 La narración nos abre al "ámbito del más importantes escritores que han dicho algo
'como si' ".14 sobre la narración en la historia y en la literatura.
De modo que al final para Ricoeur la estructu- Ahora me gustaría mostrar por qué pienso que
ra narrativa está tan separada del "mundo real" esta idea está equivocada.
como para los otros autores que hemos citado.
Ricoeur hace eco a Mink, White, et al cuando di-
ce: "Las ideas de principio, medio y final no es- II
tán tomadas de la experiencia: no son rasgos de
la acción real sino efectos del orden poético".15 Mi primera crítica es que descansa en un error
Si el papel de la narración consiste en introducir muy serio. ¿Qué es lo que una narración, en la
algo nuevo al mundo, y lo que introduce es la idea de discontinuidad, distorsiona supuestamen-
síntesis de lo heterogéneo, entonces le añade a los te? Uno de los términos que se usan es "la reali~,
hechos del mundo una forma que de otra manera dad". ¿Y qué hay qué entender pouealid<ld? A,
no tienen. Un relato redescribe el mundo; lo des- veces parece que el mundo "real" debe se~:el
cribe como si fuera lo que, presumiblemente, no mundo físico, que se supone que debe ser casual
es. 16 yaZ¡iroso, o que, alterna y contradictodall1ente"

17
debe estar ordenado rigurosamente sobre líneas marse como una configuración que hay que
casuales; pero en cualquier caso se supone que experimentar. Marleau·Ponty concluye en que las
sea indiferente por completo a las preocupaciones sensaciones, lejos de ser unidades básicas de ex-
humanas. Las cosas suceden nada más en una se- periencia, son productos de análisis muy abs-
cuencia sin sentido, como el reloj que menciona· tractos. Sobre la base del análisis de Husserl del
ba Frank Kermode. Cuando nos preguntan qué tiempo-experiencia, habría que decir lo mismo
dice el reloj "estamos de acuerdo en que dice tic- de la idea de una secuencia "sencilla" o "pura"
tac. Mediante esta ficción lo humanizamos... de eventos aislados. Esto es lo que resulta ser una
Desde luego, somos nosotros quienes proveemos ficción, en este caso una ficción teórica: acaso
la diferencia ficticia entre los dos sonidos: tic es podamos concebirla, pero para nuestra experien·
nuestra palabra para un comienzo físico, tae nues- cia no es real. Tal y como los hallamos, aún del
tra palabra para el final". 19 modo más pasivo de nuestra parte, los eventos
Este ejemplo ingenioso sólo confundió el asun- están cargados del significado que ellos derivan
to, ya que la realidad no es primariamente física de nuestras retenciones y protensiones.
sino una realidad humana, incluyendo la activi- Si esto es cierto en cuanto a nuestra experien-
dad misma de la "humanización" de los eventos cia más pasiva, más cierto es en cuanto a nuestras
físicos, que aparece en los relatos o en las his- vidas activas, en las cuales consultamos de manera
torias y en contra de la cual debe medirse la na- bastante explícita las experiencias pasadas, preve-
rrativa si vamos a juzgar la validez de la idea de mos el futuro y contemplamos al presente como
discontinuidad. ¿Podemos decir de la realidad un tránsito entre ambos. Lo que sea que hallemos
humana que se trata sólo de una secuencia, de dentro de nuestra experiencia funciona como un
una cosa tras otra, como White parece sugerir? instrumento o como un obstáculo a nuestros pla-
Aquí nos vendría bien recordar lo que algunos fi- nes, .anhelos y esperanzas. Sea lo que sea la "vi-
lósofos han mostrado sobre nuestra experiencia da", difícilmente es una secuencia sin estructura
del paso del tiempo. Según Husserl hasta la expe- de eventos aislados.
riencia más pasiva incluye no sólo la retención Podría objetarse que la estructura no es nece-
del pasado inmediato sino también la anticipación sariamente una estructura narrativa. ¿Pero no
tácita, o lo que él llama protención, del futuro. hay un parentesco entre la estructura de medios·
Lo que él sostiene no es sólo que nosotros conta- y-fines de la acción y la estructura de principio-
mos con la capacidad psicológica para proyectar medio-fin de la narrativa? En la acción siempre
y recordar. Su idea es el concepto según el cual estamos' a la mitad de algo, atrapados en el sus-
nosotros no podemos ni siquiera experimentar penso de la contingencia que supuestamente halla
nada como suceso, como presente, si no es sólo su solución en la terminación de nuestro proyec-
sobre el fondo de aquello ala que sucede y lo que to. Ciertamente, una narración eslabona muchas
nosotros anticipamos que sucederá a e.so. 20 Nues- acciones para formar una trama. Sin embargo, al
tra misma capacidad para experimentar, para ser todo resultante se le sigue designando a menudo .-
concientes de lo que es -"la realidad tal y como como unaac:ciónen mayor escala: la madurez, el
se presenta a la experiencia", en las palabras de curso de un romance o la solución de un asesina.
Hyden White- abarca al futuro y al pasado. too La estructura de la acción, en'corta y grande
El análisis de Husserl de la experiencia del escala. es común al arte ya-la vida.
tiempo es en este sentido la contraparte de la crÍ- ¿Qué es lo 'que imaginan quienes proponen es-
tica que. hace'-Marleau-Ponty a la idea de la sen- ta visión discontinua cuando dicen que 'la vida
sación -en -el empiricismo clásico y su idea de no tiene comienzos, partes medias y finales? No
que el esquema'del fondo figurado es básica en es sólo que olviden la muerte y el'nacimiento,
la liercepciónespacia1;21 El se apoya en los psicó- como señala MacIntyre.22 Olvidan otras formas
logos·de la Gestalt, quienes a su vez estaban en de cierre y estructura, menos definitivas pero
deuda con Husserl. Lasunidades de sensación su- aun así importantes, que pueden.hallarseen ese
puestamente puntuales-y diferenciadas deben to- mismo camino de un lado a otro. ¿Sostienen que
el momento en el cual, digamos, se inaugura una tos y las acciones en las que puedan estar involu-
acción no es un comienzo real simplemente por· crados los personajes, y sólo una pequeña minoría
que va precedido por otros momentos, y que una llega a estar en el relato. En la vida, por el contra·
vez que se termina una acción el tiempo (o la vi· rio, todo queda adentro; toda la estática ahí está.
da) sigue y suceden otras cosas? Acaso hacen El primer punto lleva al segundo. La selección
contrastar esto con lo absoluto del comienzo y es posible porque el narrador conoce la trama de
final de una novela, que empieza en la página una manera en la que no la conocen -o no po-
uno y termina en la última con el "fin". Pero se· drían conocerla- el público y los personajes.
guramente lo que aquí es relevante es la inte· Este conocimiento suministra el principio para
rrelación de los eventos retratados, no el relato excluir lo extraño. La voz narrativa, como dice
como una secuencia de oraciones o expresiones. Hayden White,23 es la voz de la autoridad, en
Lo que digo es que la estructura medios-y.fines especial en relación con el lector o escucha. Este
de la acción despliega algunos de los rasgos de la último está en una posición de servidumbre vo·
estructura principió-medio-fin que la idea de la luntaria al atender lo que le será revelado y en
discontinuidad dice que está ausente de la vida qué momento. Igualmente importante, la voz
real. narrativa es una voz irónica, cuando menos po·
De este modo los eventos de la vida son cual- tencialmente, porque así como el narrador cono·
quier cosa menos una sola secuencia; constitu- ce las consecuencias reales así conoce también
yen, en cambio, una estructura compleja de las consecuencias supuestas de los actos de los
configuraciones temporales que se entrelazan y personajes. Esta ironía queda así corporeizada
reciben su definición y su significado a partir de primeramente en la relación entre el narrador y
la acción misma. Ciertamente, la estructura de la el personaje; pero está también relacionada con
acción no es pareja. Las cosas no siempre salen el público, ya que sus expectativas, al igual que
como se planearon, pero esto sólo le añade a la las de los personajes, pueden quedar rudamente
vida un elemento de la misma contingencia y sus- insatisfechas.
penso que hallamos en los relatos. Esto no justifi- La actitud irónica del narrador puede verse co-
ca en forma alguna que la acción ordinaria sea mo una función -y éste es el tercer punto- de
un caos de asuntos inconexos. su posición temporal en relación con los eventos
Sin embargo, puede haber una manera distinta del relato. Convencionalmente, esta es la posición
de plantear la idea de la discontinuidad que no ex post, la ventaja de la perspectiva que comparo
involucre el sostenimiento implausible que los ten el historiador y -usualmente- el narrador
eventos humanos no tienen una estructura tem- de relatos inventados. Como señala Danto, esta
poral. Un relato no es sólo una secuencia de posición permite descripciones de eventos deri·
eventos organizados temporalmente -aun en vados de su relación con los eventos anteriores y
aquél cuya estructura sea la del principio, medio por lo mismo cancelados a menudo para los par·
y final. A nuestro concepto del relato pertenece ticipantes de los mismos eventos. 24 Esta posición
no sólo una progresión de eventos sino también posterior a los eventos del relato también puede
un narrador y un público al que se le cuenta la vérsele, en la versión favorita de Mink, como una
historia. Tal vez se piense que esto imparte a los posición externa o superior a los eventos que los
eventos narrados en el relato una especie de or- abarca de una mirada y ve sus interrelaciones. 2s
ganización que en principio se le niega a los even- Esta libertad aparente de los límites del tiempo,
tos de la acción ordinaria. o cuando menos del seguimiento de eventos, al·
Tres rasgos de la narrativa parecerían justificar gunas veces se expresa a sí misma en la disparidad
este acerto. Primero, un buen relato, para usar la entre el orden de los eventos y el orden de la na-
imagen de Barthes, elimina todo el ruido exterior rración. Flashbacks y flashforwards exhiben en
o estática. Es decir, el narrador advierte a su términos precisos la autoridad de la voz narrativa
público sólo lo que es necesario para "avanzar la sobre los personajes y el público.
trama". Se hace una selección de todos los even· En resumen, el concepto de relato, como de·

19
20
cían Scholes y Kellogg, supone no sólo una se- mente y esperamos que los estímulos lleguen a
cuencia de eventos que se desarrollan sino la nosotros. Tomamos una configuración que se ex-
existencia de tres puntos de vista distinguibles tiende hacia el futuro que da a cada una de las
sobre esos eventos: los del narrador, el público notas sonoras su sentido. De esta manera, el pre-
y los personajes. 26 De cierto, éstos parecerían sente y el pasado figuran en nuestra experiencia
coincidir: un relato puede contarse desde el como una potencia de lo que será.
punto de vista de un personaje, o con la voz de La naturaleza teológica de la acción, por su-
un personaje. En este caso el público sabe lo mis- puesto, le facilita el mismo carácter orientado
mO que el personaje y todos los puntos de vista hacia el futuro. No sólo nuestros actos y movi-
parecen idénticos; pero hasta una narración en mientos, presentes y pasados, derivan su sentido
primera persona suele narrarse después del hecho, del fin proyectado al que sirven; lo que nos rodea
y el proceso de selección depende de la diferencia funciona como la esfera de operaciones y los ob-
en el punto de vista entre el participante y narra- jetos que hallamos figuran en nuestra expe-
dor. En cualquier caso, la posibilidad misma de riencia como apoyo -o como lastre- a nuestros
disparidad entre los tres puntos de vista es sufi· propósitos. De hecho, podría decirse que el cen-
ciente para establecer este punto: que los even- tro de nuestra atención en nuestras vidas activas
tos, las experiencias y las acciones del relato pue- no está en el presente sino en el futuro -como
den tener un sentido, y por tanto un principio dice Heidegger, no está en las herramientas sino
de organización, el cual está fuera del alcance de en el trabajo que hay que realizar. 27 Alfred
los personajes en el relato. Schultz señaló que la acción posee, hablando en
Como participantes y agentes en nuestras pro- términos temporales, el carácter cuasiretroSpecti-
pias vidas, según esta idea, estamos obligados a vo que corresponde al tiempo futuro perfecto:
nadar con los eventos y tomar las cosas como los elementos y las fases de una acción, aunque
vengan. El presente nos constriñe y nos niega el se desarrollan sobre el tiempo, están vistos desde
autoritario punto de vista retrospectivo del narra- la perspectiva de su realización. 28
dor. Por lo tanto, la diferencia real entre el "ar- Si esto es cierto cuando estamos absorbidos
te" y la ''vida'' no es la organización vs. caos, por la acción, es mucho más cierto cuando ahí
sino más bien la ausencia en la vida de ese punto hay un distanciamiento reflexivo o deliberado
de vista que transforma a los eventos en un rela- -no tan sólo en la formulación de proyectos y
to al contarlos. Narrar no es sólo una actividad planes sino también en la revisión y evaluación
verbal y no es sólo una relación de hechos sino constantes que hacen falta conforme avanzamos
una relación informada por una especie de cono- y nos vemos obligados a lidiar con circunstancias
cimiento superior. cambiantes. La esencia de la actividad deliberativa
Sin duda, hay una gran verdad en este análisis, es anticipar el futuro y exponer toda la acción
y como un argumento a favor de la idea de dis- como una secuencia unificada de pasos y etapas,
continuidad es ciertamente superior al acerto de de medios y fines interrelacionados. En todo es-
que los eventos humanos forman una secuencia to difícilmente puede decirse que nuestra preo-
sin sentido. Sin embargo este argumento, al igual cupación se limita al presente. Ciertamente, no
que su predecesor, pasa por alto algunos rasgos se elimina el ruido o la estática,sino que se le
importantes de la "vida real". reconoce como estática y se la relega.
La clave de este olvido es una idea errónea de Aquí la respuesta obvia es, claro, que el futu-
nuestro "confinamiento en el presente". El pre- ro que está involucrado en todos estos casos es
sente es precisamente un punto de vista o un sólo el futuro previsto o proyectado, y que el
punto de ventaja que se abre o conduce hacia el agente sólo posee a su disposición una cuasi-pers-
futuro y el pasado. Para mí este es el sentido del pectiva, una retrospección simulada. Lo que es
análisis de Husserl. Incluso en la experienciarela- esencial para la posición del narrador es la venta-
tivamente pasiva de escuchar una melodía, para ja de una perspectiva real, una libertad real de la
usar el ejemplo de él, no nos sentamos simple- limitación del presente, lo cual asegura al ocupar

21
una posición posterior, por encima o exterior a miento, un comentario, u otro acompañamiento
los eventos narrados. El narrador está situado en incidental. La segunda es que algunas veces asu-
esa posición envidiable más allá de todas las cir- mimos, en cierto sentido, el punto de vista del
cunstancias no previstas que intervienen, más allá público al que se narra la historia, incluso al con-
de todas las consecuencias no deliberadas de siderar nuestra propia acción, así como los otros
nuestra acción que plagan nuestros días y nues- dos puntos de vista antes mencionados -los del
tros planes. agente o personaje y del narrador.
Claro que esto es cierto; el agente no ocupa Louis Mink operaba así por tanto sobre una
un futuro real con respecto a la acción actual. distinción falsa por completo cuando dijo que
Lo que sostengo es simplemente que la acción los relatos no se viven sino que se cuentan. Se les
parece involucrar, de hecho de una manera bas- cuenta al vivirlos y se les vive al contarlos. Las
tanteesencial, la adopción de un anticipado pun- acciones y los sufrimientos de la vida pueden
to de vista futuro-retrospectivo en el presente. verse como un proceso de narrarnos historias a
Sabemos que estamos en el presente y que puede nosotros mismos, escuchar esas historias, actuar-
suceder lo no previsto; pero la esencia misma de Ias, o vivirlas. Pienso aquí en vivir la vida propia
la acción es la de esforzarse por superar esa limita- únicamente, muy lejos de la dimensión social
ción al prever lo más posible. No son sólo los no- cooperativa y antagónica de nuestra acción que
velistas y los historiadores quienes ven los está trenzada de manera mucho más obvia con la
eventos en términos de su relación con aconteci- narrativa. Algunas veces tenemos que cambiar el
mientos recientes, para usar la formulación del relato para acomodar los eventos; algunas veces
punto de vista narrativo que hace Danto; todos cambiamos los eventos, al actuar, para acomodar
nosotros lo hacemos todo el tiempo, en la vida el relato. No es el caso, como Mink parece suge·
diaria. La acción es así una especie de oscilación rir, que primero vivimos y actuamos y después,
entre dos puntos de vista sobre los acontecimien- sentados por decirlo así alrededor del fuego,
tos que vivimos y las cosas que hacemos. No sólo contamos lo que hicimos, creando por tanto algo
no nos sentamos nada más y dejamos que nos su- completamente nuevo gracias a una nueva pers-
cedan cosas; la mayoría de las veces, o al menos pectiva. La visión retrospectiva del narrador, con
en gran medida, nuestra negociación con el futu- su capacidad para ver el todo en su completa iro-
ro es exitosa. Después de todo, podemos actuar. nía, no está en una oposición irreconciliable con
Lo que sostengo, entonces, es que constante· la visión del agente sino que es una extensión y
mente estarnos luchando, con más o menos éxi- un refinamiento -de un punto de vista inherente
to, por ocupar la posición del narrador con en la acción misma. Mink y los otros están en lo
respecto a nuestras propias vidas. A menos que cierto, claro, cuando creen que la narración
se ,piense esto como sólo una metáfora exagerada, constituye algo, que crea sentido en lugar de só-
,hay que considerar lo importante que es, en el lo reflejar o imitar algo que existe de manera in-
proceso reflexivo y de deliberación, la actividad dependiente de eso. La narración, a pesar de
de contar literalmente, para otros y para noso- estar entrelazada con la acción, hace esto en el
tros, lo que hacemos. A la pregunta, "¿Qué estás curso de la vida misma -no sólo después del he-
haciendo?", quizá se espera que salgamos con un cho, en las manos de los autores, en las páginas
relato, completo con\su principio, medio y final, de los libros.
un relato, o un recuento que sea descripción y En este sentido, la actividad narrativa a la que
justificació'ILabmismo tiempo. me refiero es práctica antes de su conversión cog·
El hecbrique a menudo necesitemos narrar tal nitiva o estética en la historia o en la ficción.
cuento incluso para nosotros mismos para aclarar También podemos llamarla ética o moral en el
en lo que andamos saca a la luz dos cosas impor· sentido amplio que usa Alasdair Mac1ntyres que
tantes. La primera es que tal actividad narrativa, se deriva finalmente de Ari~t<>t;eles.Esto significa
aun al margen::de su papel social, es una parte que la ,narración en nUestr9 ~Jltido es constituti-
'Constitutiva de la acción, y no sólo un embelleci· va no sólo @; la acción y:de la experiencia sillo
también del yo que actúa y experimenta. Más do anterior, es relevante para la "realidad huma-
que una substancia persistente provisional que na" específicamente en sus formas sociales?
subyace y respalda los efectos cambiantes del Yo creo que sí, y en este apartado haré una
tiempo, como una cosa en relación con sus pro- breve exposición de cómo sí lo es. Hay un sentido
piedades, yo soy el tema de una historia de vida obvio, claro, en el cual nuestra concepción de la
que se cuenta y recuenta constantemente en el narrativa es social desde un principio. La función
proceso de vivirse. Yo soy también el narrador de narrar t ya sea metafórica o literal, es una acti-
principal de este relato y pertenezco también al vidad social y aunque hablemos del yo como de
público que se le cuenta. El problema ético-prác- un público para su propia narración, el relato
tico de la autoidentidad y de la autocoherencia de la vida y la actividad propias se cuenta a los
puede verse como el problema de unificar estos otros como a uno mismo. En nuestra posición el
tres papeles. MacIntyre quizá está en lo cierto al yo es en sí mismo un interjuego de papeles, pero
atacar· el ideal de la autoautoría o autenticidad el individuo está constituido claramente en una
como un ídolo del individualismo moderno y la transacción interpersonal así como en una re·
autoconcentración. 29 Pero el problema de la co- flexión interpersonal. Sin embargo, una cosa es
herencia no siempre puede arreglarse, como él hablar de la construcción social del yo, y otra in-
parece creerlo, con la seguridad de un relato ex- quirir sobre la configuración de las entidades
puesto por adelantado por la sociedad y sus pa- sociales como tales.
peles. Mi identidad como yo puede depender de Considerar esta cuestión no supone necesaria-
la historia que yo elija yde si puedo darle la cohe- mente asumir la actitud del científico social o
rencia de su narrador, si no de su autor. La idea del historiador al observar algo desde afuera.
de la vida como una secuencia sin sentido, que También participamos en grupos, y nuestra me-
antes denunciamos como una descripción inexac- jor comprensión de las naturalezas de esos grupos
ta, puede tener significado si se la ve como podría venir de una reflexión sobre lo que sigo
la posibilidad constante de fragmentación t des- nifica participar. Lo que me sorprende de la vida
integración y disolución que acosa y amenaza al social es el margen hasta el cual un individuo par-
yo. ticipa en experiencias y se compromete en actos
cuyo sujeto adecuado no es el individuo sino el
grupo. Habitar un territorio, organizarlo política
y económicamente para su cultivo y civilización)
111 experimentar una amenaza natural o humana y
enfrentarla -éstas son las experiencias y los ac-
¿Y todo esto qué tiene que ver con la historia? tos que de común no se puedén atribuir adecua-
Hemos hecho algunas objeciones a la teoría de la damente nada más a mí, o a mí, a tí y ajos otros
discontinuidad porque interpreta mal la "reali- individualmente. Más bien nos pertenecen: no es
dad humana", pero nuestra idea de este último mi experiencia sino la nuestra, no soy yo el que
término parece hecha, como lo muestra la con- actúa sino nosotros los que actuamos en concier-
clusión del aparatado anterior, para la experien- to. Decir que nosotros hicimos una casa no equi·
cia, la acción y la existencia individuales. De vale a decir que yo hice una casa, y que tú hiciste
hecho, que recurramos a ciertos temas fenomeno- una casa, y que él hizo una casa y así. Ciertamen-
lógicos podría sugerir que lo que dijimos está te, no todos los usos lingüísticos del nosotros lle-
unido metodológicamente al punto de vista de la van esta idea de acción concertada, de división
primera persona. La historia t en cambio, trata de del trabajo, de tareas repartidas y de un fin com-
manera fundamental con unidades sociales, y partido. En algunos casos el nosotros es sólo
con individuos sólo cuando sus vidas y actos son abreviación de una reunión de actos.individuales.
importantes para la sociedad a la que pertenecen. Pero la vida social involucra .ciertos casos muy
¿La concepción narrativa de la experiencia, la importantes en los cuales los individuos t por me·
acción y la existencia, desarrollada en el aparta- dio de la participación t atribuyen sus:experiencias

23
y sus actos a un sujeto mayor o a un agente del ganización narrativa-temporal de las experiencias
que son parte. y de los actos sino también del yo que experi-
Si esto es así, podría no ser necesario eliminar menta y actúa. Como unidad de muchas expe-
el acceso a través de la primera persona, sino ex- riencias y actos, el yo se constituye en el sujeto
plorar su forma plural más que la singular para de una historia de vida. También pasa lo mismo
desplazarnos del individuo a lo social. Si hacemos con la constitución de ciertos tipos de grupos
este desplazamiento, hallamos muchos paralelos que viven ciertas experiencias y acciones comu-
con nuestro análisis de la experiencia y los actos nes para adquirir una existencia estable sobre el
del individuo. Nosotros tenemos una experiencia tiempo. No todos los grupos son de este tipo: las
en común cuando nosotros atrapamos una se- reuniones de individuos forman grupos simple-
cuencia de hechos como una configuración tem- mente al compartir rasgos objetivos como la lo-
poral de tal manera que su fase presente derive calización, la raza, el sexo, o la clase económica.
su significado de su relación con un futuro y un Pero los grupos de tipo muy especial e importan-
pasado comunes. Comprometerse en una acción cia social e histórica llegan a constituirse cuando
común es como constituir una sucesión de fases los individuos se consideran entre sí de tal mane-
articuladas como pasos y etapas, subproyectos, ra que usan el nosotros para describir lo que a
medios y fines. El tiempo social humano, al igual ellos les sucede, lo que ellos hacen, y lo que ellos
que el tiempo individual humano, está construido son. Este es, claro, el tipo de grupo para el cual
sobre secuencias configuradas que integran los está reservada la palabra "eomunidad". En algu-
hechos y los proyectos de nuestra acción y expe- nos de los casos más interesantes, los rasgos sólo
riencia comunes. objetivos como el sexo, la raza o la clase se con-
Como antes, yo pienso que puede decirse que vierten en la base para la transformación de un
la estructura del tiempo social es una estructura cierto tipo de grupo en otro: los individuos reco-
narrativa, no tan sólo porque posea el mismo nocen que es como raza, sexo o clase que están
tipo de acabado y de configuración que encontra- optimidos o en desventaja. Lo que se comprende
mos en el nivel del individuo, sino también por- como una experiencia común puede enfrentarse
que esta misma estructura vuelve a ser posible por la acción común.
por una especie de reflexividad que es compa- En este sentido, una comunidad existe en vir-
rable con la de la voz narrativa. La secuencia tud de un relato articulado y aceptado, que con-
temporal debe traerse al alcance prospectivo-re- cierna típicamente a los orígenes y destino del
trospectivo que le da su configuración y presta a -grupo, y que interprete lo que sucede ahora a la
sus fases su sentido de presentar un hecho expe- luz de estos dos polos temporales. Tampoco es
rimentado en común o de lograr un objetivo co- irrelevante el prospecto de la muerte en estos ca-
mún. En el caso de los grupos, sin embargo, la sos, ya que el grupo no debe tratar únicamente
división del trabajo, necesaria para realizar pro- con las posibles amenazas de destrucción externas
yectos comunes, puede ser característica de la sino también con su propia tendencia centrífuga
estructura narrativa misma. Es decir, el interjue- a fragmentarse. Una vez más podemos decir que
go de papeles -narrador, público, y personaje- la función narrativa es práctica antes de ser cog-
aquí podría dividirse entre los participantes del nitiva o estética; suministra la acción concertada
grupo. Ciertos individuos pueden hablar por el posible y también trabaja por la autopreservación
grupo, o a nombre del grupo, y articular por los del sujeto que actúa. De hecho, debemos ir más
otros lo que "nosotros" estamos esperando o es- allá y decir que ésta es constitutiva literalmente
tamos haciendo. El "relato" resultante por su- del grupo. Como antes, una narración no es una
puesto que debe creerlo o aceptarlo el público al descripción o un recuento de algo que ya existe
que se le cuenta, si es que sus miembros habrán de manera independiente de ella y al que senci-
de actuar o vivir como "personajes" el relato que llamente le ayuda. La narración, más aún, como
les cuenten. unidad del relato, el narrador, el público y el
En el último apartado no sólo hablé de la or- protagonista, es lo que constituye la comunidad,

24
sus actividades y su coherencia en primer lu- idea de la subjetividad social no se le toma en se-
gar. rio, en especial por la manera de pensar anglosa-
En este ensayo empecé con una discusión so- jona, pero una de estas razones es sin duda la ma-
bre la acción, la experiencia y la identidad del in- nera en que se ha presentado esta idea, o la mane·
dividuo, y de ahí pasé a la comunidad, tratando ra en que se piensa que se presentó, por algu.
a ésta como análoga al individuo. Como la metá- nos de sus defensores. La tan conocida caricatu-
fora del que narra la historia y del que la escucha, ra de la filosofía de la historia de Hegel tiene el
tal como ya se señaló, es más adecuada al grupo espíritu del mundo persiguiendo de manera sen·
que al individuo, podría decirse que nuestro oro cilla su propia carrera explotando con astucia a
den podría invertirse. Podíamos haber presen· los individuos para fines que ellos mismos desco-
tado al yo individual como una especie de nocen y que usualmente son lo opuesto a lo que
comunidad de narradores, escuchas y personajes, ellos mismos buscan. Más recientemente, Sartre
fundidos en su comprensión y ejecución de un mira la trascendencia de la "serialidad" de la exis-
relato común. Esto me parece interesante, pero tencia individual en el "grupo-en-formación",
podría resultar poco conducente; aquí lo que para el cual el estallido de la Bastilla sirve de pa-
importa es un tipo especial de relato: el autobio- radigma. 31 Confrontado con estos casos, los in-
gráfico en el cual lo que se produce es la unidad . dividualistas anglosajones dan el grito de alarma,
y la coherencia de un sujeto que es idéntico al en tanto que los individuos son crédulos lerdos
narrador y al que escucha la historia. La unidad y manipulados o los que barre una multitud sin
y la coherencia del propio yo, con toda su corte ley que oblitera su individualidad por completo.
de problemas, es un asunto que está más cerca de Vistas con una combinación de disgusto y escep-
todos nosotros. Por esta razón funciona como ticismo, a estas nociones se les niega su impor.
el mejor punto de partida para una comparación tancia o su utilidad para comprender la sociedad
diseñada para iluminar la existencia social. y la historia.
Algunos se sentirán incómodos con este rena- Pero lo que yo estoy diciendo es en realidad
cimiento de la noción del sujeto colectivo. Al muy distinto a cualquiera de estas nociones, las
mismo tiempo que la idea de que la comunidad cuales estoy de acuerdo en rechazar como para-
es una persona writ large cuenta con fuertes digmas. Al abandonar y subvertir la subjetividad
precedentes históricos, notablemente en Platón del individuo, estos puntos de vista no nos lle·
y Hegel, hoy en día se le ve con mucha reserva. van del Yo al nosotros sino a un Yo en mayor es-
Todo mundo reconoce que en el habla cotidiana cala. Lo que tengo en mente no embona con la
a menudo atribuimos a los grupos, cualidades y caricatura sino con la idea genuina que está detrás
actos personales, pero pocos estarían dispuestos de la noción de Geist de Hegel, que él describe, al
a darle a esto algo más que el status de una f~on introducirla por primera vez en la Fenomenolo-
de parlero Hasta aquellos que están a favor del gía, como "un yo que es Nosotros, un Nosotros
holismo sobre el individualismo en debates sobre que es Yo".32 Al describir la comunidad del re-
la metodología de las ciencias sociales por lo ge- conocimiento mutuo, Hegel insiste tanto en la
neral le dan amplio espacio a cualquier noción pluralidad como en la subjetividad y agencia de
de subjetividad social. 30 Son los individualistas la unidad social, y la comunidad no se opone a
quienes insisten en el sujeto deliberado, racional los individuos que la forman sino que existe pre-
y consciente como la clave para lo que sucede en cisamente en virtud de su reconocimiento con·
la sociedad, pero se reservan este concepto de sciente de unos y otros yen consecuencia de ella.
una manera estricta para la persona individual; Hegel también tiene una idea sana de la fragilidad
los holistas enfatizan el grado en el cual la con- y el riesgo de este tipo de comunidad: nace
ducta del individuo está metida en contextos no como una resolución del conflicto entre sus
intencionales de un tipo estructural y casual. miembros que piensan de manera independiente,
Sin duda alguna hay todo tipo de razones nu- y éste nunca supera en realidad la amenaza inter·
merosas e interesantes para explicar por qué a la na a su cohesión que le significa su sentido de in-

25
dependencia. La Fenomenología es el recuento narración de ese relato, recuérdese que dije exac-
del drama resultante en muchas de sus variaciones tamente lo mismo sobre el Yo. Si la narrativa
posibles sociales e históricas. Este recuento tiene que constituye al Yo individual es cuando menos
una estructura narrativa: una comunidad existe parcialmente social en origen, entonces el Yo de-
no sólo como un desarrollo, sino a través de la be su existencia narrativa al Nosotros, en la mis·
comprensión reflexiva de ese desarrollo, cuando ma medida que el Nosotros al Yo. Ni el Nosotros
sus miembros asumen el nosotros común del re- ni el Yo son realidades físicas; pero no son fic-
conocimiento mutuo. ciones tampoco. En sus propios y peculiares sen-
En cuanto a todas las objeciones que puedan tidos, son tan reales como cualquier cosa que co-
hacérsele a la idea del sujeto plural, el hecho es nozcamos.
que en los casos como los que he descrito nos
decimos nosotros unos a otros, y nos referimos
con eso a algo real. Más aún, mucho de nuestras IV
vidas y mucho de lo que hacemos está afirmado
en su realidad para nosotros. Al acentuar nuestro Volviendo a los textos narrativos como artefac-
uso del lenguaje y nuestra idea de participación tos literarios, ya sean ficticios o históricos, he
espero dejar en claro que no estoy avanzando tratado de demostrar mi acerto en cuanto que
una reivindicación ontológica directa sobre la tales narraciones deben considerarse no como
existencia real de tales entidades sociales, sino una desviación de la estructura de eventos que
un recuento reflexivo que se basa en los indivi· ellos narran, ni mucho menos como una distor-
duos que las componen y las constituyen. Más sión o una transformación radical de ellos, sino
todavía, el término "comunidad" como lo estoy como una extensión de sus rasgos primarios. El
usando tiene una aplicación variable, de las na- proceso narrativo práctico de primer orden que
ciones estado de la historia moderna a los grupos constituye a una persona o a una comunidad
económicos, lingüísticos y étnicos que a menudo puede convertirse en una narración de segundo
están en conflicto con ellos. Yana sostengo, co- orden cuyo sujeto es el mismo pero cuyo interés
mo Hegel pudo esperar o pensar, que tales comu- se encuentra de manera fundamental en lo cogni.
nidades embonen unas con otras en cierto orden tivo o en lo estético. Este cambio en el interés
jerárquico. El conflicto puede ser inevitable, qui- también puede acarrear un cambio en el conteni-
zá no haya nosotros sin ellos. En cuanto a los do -por ejemplo, un historiador puede contar la
individuos, obviamente que muchos de sus con- historia de una comunidad que sea muy diferen-
flictos personales pueden surgir de lealtades en te a la historia de la comunidad que cuenta ella
conflicto con las distintas comunidades a las que misma (a través de sus dirigentes, periodistas y
ellos puedan pertenecer. otros). La forma, sin embargo, no cambia.
Para resumir: una comunidad existe en donde De tal manera que no estoy afirmando que las
existe el recuento narrativo de un nosotros que narrativas de segundo orden, en particular en la
persiste en sus experiencias y acciones. Tal re- historia, reflejen simplemente o reproduzcan las
cuento existe cuando llega a articularse o a for- narraciones de primer orden que constituyen su
mularse -acaso por uno solo de los miembros del tema. Ellas no sólo pueden cambiar y mejorar en
grupo o por unos cuantos- por referencia al nos- el relato; también pueden afectar la realidad que
otros y otros lo acepten o lo suscriban. describen -y aquí estoy de acuerdo con Ri-
Puede pensarse que al decir esto he trillado coeur- al crecer la visión de sus posibilidades.
tanto la idea de un sujeto plural que pierde inte- Mientras las historias hacen esto por las comu-
rés. Ahora parece existir sólo como una pro- nidades, las ficciones lo pueden hacer por los
yección en las mentes de los individuos, quienes individuos. Pero no estoy de acuerdo en que la
después de todo son las entidades reales en mi forma narrativa sea lo que se produce en estos
recuento. Si dije que el nosotros se constituye géneros literarios para imponerse en una realidad
como el sujeto de un relato en y a través de la no narrativa; es en la percepción de nueV'os con·

26
tenidos, de nuevas maneras de narrar y vivir his- Traducción: Antonio Saborit,
torias, y de nuevos tipos de historias que la tomado de History and Theory. Studies
in the Philosophy of History.
historia y la ficción pueden ser veraces y creativas
en el mejor de los sentidos. 33

Notas
1 Louis O. Mink, "Narrative Form as a Cognitive Ins- ddletown, 1977); Frederick Olafson, The Dialectic of
trument" en The Writing of History, editado por R.H. Action (Chicago, 1979). Algunos teóricos alemanes han
Canary y H. Kozicki (Madison, 1978),145. enfatizado la continuidad de la experil;mcia y la narrativa.
2 Mink, "History and Fiction as Modes of Compre- Ver Wilhelm Schapp, In Geschichten Verstrickt (Weisba-
hension", New Literary History 1 (1970), p. 557. den, 2a ed., 1979); Hermann Lübbe, Bewusstsein in Ges-
3 Hayden White, "The Value of Narrativity in the chichten (Friburgo, 1972); Karlheinz Stierle, "Erfahrung
Representation of Reality", en On Narrative, editado un narrative Form" en Theorie und Erzá'hlung in der
por W.J.T. Mitchell (Chicago, 1981), p. 4. Geschichte, editado por J. Kocka y T. Nipperdey (Mu-
4 Ibid., 23. nich, 1979), p. 85 Y ss.
5 Frank Kermode, El sentido de un final. Estudios 19 Kermode, p. 52.
sobre la teoría de la ficción, España, Editorial Gedisa, 20 Edmund Husserl, The Phenomenology of Internal
1983,p.43. Time-Consciousness, trad. de J. S. Churchill (Blooming-
6 Ibid., p. 46. ton, 1964), p. 40 Y ss.
7 Seymour Chatman, Story and Discourse: Narrative 21 Maurice Marleau-Ponty, The Phenomenology qf
Structure in Fiction and Film (Ithaca, 1978), p. 47. Perception, trad. de C. Smith (Nueva York, 1962), p. 3'y
8 Roland Barthes, "1ntroduction a l'analyse structu- ss.
rale des récits", Communication 8 (1966), p. 7. 22 Alasdair Maclntyre, After Virtue (Notre Dame,
9 Paul Ricoeur, Temps et récit (París, 1983),1,113. 1981),p.197.
10 Ibid., p. 14. 23 Hayden White, "The Structure of Historical Narra-
11 Ibid., p. 102. tive", Clio 1 (1972), p. 12 Y ss.
12 Ibid., 24 Arthur Danto, Analytical Philosophy of History
12 Ibid., p. 11. (Cambridge, 1965), p. 12 Y ss.
13 Ibid., p. 13. Ver La Métaphore vive de Ricoeur 25 Mink, "History and Fiction as Modes of Compre-
(París, 1975), 305. hension", p. 557 Y ss.
14 Temps et récit, p. 101. 26 Robert Scholes y Robert Kellogg, The Nature of
15 Ibid., p. 67. Narrative (Nueva York, 1966), p. 240 Y ss.
16 Para un recuento más detalladamente crítico del 27 Martin Heidegger, Being and Time, trad. de J.
libro de Ricoeur véase mi reseña-ensayo en History and Marcquarrie y E. Robinson (Nueva York, 1962), p. 99.
Theory 23 (1984), pp. 357·370. 28 Alfred Schutz, The Phenomenology of the Social
17 En un artículo reciente, "The Question of Narrati- World, trad. de G. Walsh y F. Lehnert (Evanston, 1967),
ve in Contemporary Historical Theory", History and p.61.
Theory 23 (1984), 1-33 pp., el mismo White hace un re- 29 Maclntyre, p. 191.
cuento mucho más amplio de estos mismos de$ll{!'ollos 30 Ver Ernst Gellner, "Explanation in History", en
que yo he tratado aquí. En cuanto a la presentación he- Modes of Individualism and Colectivism, editado por J.
cha por White, que es aparte un modelo de a~ademicis­ O'Neill (Londres, 1973), p. 251; Y Anthony Quinton,
mo y síntesis, yo tengo tres observaciones: al parecer la "Social Objects" en Proceedings of the Aristotelian
modestia le impidió al autor documentar su propio e im- Society 76 (1975-76),p.17.
portante papel en los desarrollos que describe; por lo ge- 31 Jean-Paul Sartre, Critique de la raison dialectique
neral aprueba las corrientes que yo critico; y no tiene, (París, 1960), 1, p. 391 Y ss.
creo yo, bien expuesta la postura de Ricoeur, tal vez por- 32 G.W.F. Hegel, Phenomenology of Spirit, trad. de
que no consiguiera Temps et récit. A. V. Miller (Oxford, 1977), p. 110.
18 Barbara Hardy, "Towards a Poetics of Fiction: An 33 Los temas de este ensayo están desarrollados con
Approach Through Narrative" en Novel (1968), p. 5 Y más amplitud en mi libro Time, Narrative, and History,
SS.; Y Tellers and Listeners: The Narrative Imagination que en 1986 saldrá publicado por la Indiana University
(Londres, 1975); Peter Munz, The Shapes of Time (Mi- Press.
28

También podría gustarte