Está en la página 1de 91

5308471482

HISTORIA
DEL
D ERECHO ROMANO

i lOAN MIQUEl

I 14-471-0~98-1
JOANMIQUEL

HISTORIA
DEL
DERECHO ROMANO
Reimpresión de la 2" Edición,
Octubre 1995

8IBlIOTEC~
DONATIVO 11= n~nr('.~f'\

PPU
Barcelona, 1995
.8JBLlOTECA
Dedicatoria: A los estudiantes de la Universidad de
La Laguna, y de la Universidad de Barcelona.

Primera edición, 1990


Reimpresión de la 2' Edición, Octubre 1995

Quedan rigurosamente prohibidas, sin la autorizaciÓn esaita de los titulares del Copyright. bajo las
sanciones establecidas en las leyes, la reproducción parcial o total de esta obra por cualquier medio o
procedimiento, comprendidos la reprografía y el ttatamiento informático, y la distribución de ejemplares
de ella mediante a1quiler o préSI8mO ptlblicos.

e loan Miquel

Producción: PPU, S.A.


Promociones y Publicaciones Universitarias. S.A.
Man¡ués de Campo Sasrado, 16.08015 Barcelona
Te!. (93) 442.03.91 Fax (93) 442.14.01

DismbuciÓD en exclusiva: Les Funxes Distribuidora, S.L.


f _ d' Aranda, 75-81. 08018 Barcelona
Te!. (93) 300.93.51 fax (93) 300.90.91

I.S.B.N.; 84-477-0498-X
D.L.: 1,944·1995

Imprime: PoblasrMic, S.L. Av. Eslació, sin. La Pobla de Segur (Ueida)


PRÓLOGO

La finalidad de los presentes


.
resúmenes ..es muy modesta:
~

servir como guión de las explicaciones de cátedra, necesaria-


mente limitadas por el tiempo. En efecto, el plan de estudios de
la licenciatura de Derecho reúne en un curso la enseñanza de la
Historia del Derecho romano y la de sus instituciones. Ahora
bien, como la asignatura «Derecho romano» tiene, entre noso-
tros, una función fundamentalmente propedeútica (servir de in-
troducción a los conceptos básicos del Derecho privado J, la
concentración en las instituciones hace que el tiempo dedicado a
la historia sea mlnimo. A esto hay que añadir que la explicación
se realiza en el primer mes de curso, momento especialmente de-
licado en que se está iniciando aún la necesaria compenetración
entre el profesor y unos alumnos que acaban de entrar en la
Universidad. Pero la enseñanza de la Historia del Derecho ro-
mano no sólo debe de suministrar el marco para la comprensión
de las instituciones, sino también llevar a la fundamental idea de
que el Derecho es producto histórico. De ah/la utilidad de su-
ministrar unos esquemas de trabajo, que ayuden al estudiante a
superar el montón de datos y que le indiquen el centro de grave-
dad de las cuestiones, objeto del examen.

9
íNDICE
HISTORIA DEL DERECHO ROMANO

P6g.

Prólogo... . ............... ....... ... .......... 9


Introducción .......... .. . .• ". . . . . • . . . . . . . . . . . • . 15

A) ÉPOCA DEL ESTADO-CIUDAD:


EL DERECHO ROMANO ARCAICO
(hasta el primer' tercio del siglo III a.J.)

TEMA 1. Los orígenes históricos


1. La prehistoria y protohistoria de Italia . . . . . . . . . . . 19
2. La Monarquía .............. ... . .......... 26
A) La tradición ..... . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 26
B) Crítica de la tradición .... ..... ... . . .... 27
3. La República . . .. . . .. .. . . . . .. .. .. .. .. . . . . . 30
A) La tradición ... .. .. . . . . .. .. . .. . .. .. .. . 30
B) Crítica de la tradición .. .. .. ............ 31

11
fNo¡CE mmCE

TEMA 2. La organización constitucional TEMA 5. El principado


1. Las magistraturas .. . . ... . . ............... . 33 1. Naturaleza del Principado .. . ... .... . . ..... . . 75
2. El Senado ...... . .. . ... . ... ...... . . .. .. . . 38 2. La sucesión en el Principado . .... ... ... . .. . . . 83
3. Asambleas populares .. . ... . .. . . . . . .. .. .. . . . 40 3. La nueva administración estatal .. . . . . . . . . ...• 92
4. Principado y Cristianismo .. . .. . ... ..... . .. . . 94
~A 3. Los ius civile del estado-ciudad
l0 La tradición de las XII Tablas y su crítica . . . • . .•. 47 TEMA 6. Jus civile - ius gentium - ius honorarium
2. Contenido de las XII Tablas ... .. . .. .... . . .. . 54 l. La contraposición ius civile - ius gentium . . .... . 97
A) Derecho Procesal ...... . . . ... ... .. .. .. . 54 2. La contraposición ius civile - ius honorarium .. .. . 99
B) Derecho Penal . . .. ... . . . .. .. . ....... . . 55 3. La pluralidad de estratos jurídicos . .. .. ...... . 102
C) Derecho de Familia y Herencia . .... . . . .. . 56 TEMA 7. Lajurisprudenciaromana
D) Derecho de Cosas .. .... .... ... .... .. .. . 57 1. Los comienms de la jurisprudencia romana . • . .. .. 105
E) Derecho de Obligaciones .. . .. . .... .. . . . . 58
2 . La jurisprudencia clásica ... . . . .... . . ... .. .. . 106
F) Derecho Funerario ................ .. .. . 59 A) Primeraetapac1ásica(dell30aI.al30a.J.) . . . 107
3. La evolución del Derecho después de las XII Ta-
B) Etapa clásica alta (hasta el 130 d.J.) ..... . . 109
blas .... . . .. .. . .... .. . . . . . . .... .... .... . 59 C) Etapa clásica tardía (hasta 230 d.J.) . .... .. . 111
TEMA 8. El Derecho imperial
l . Legislación popular y senatorial en el principado .. . 113
B) ÉPOCA DEL IMPERIO UNIVERSAL: 2. Las constituciones imperiales ... .. . . . . . . . . .. . 115
DERECHO PRECLÁSICO Y CLÁSICO 3. Derechos indígenas y Derecho imperial . . . . . . . . 116
(hasta el primer tercio del siglo III d.1.)

C) EL ESTADO ROMANO TARDÍO


TEMA 4. El apogeo y crisis de la constitución republica-
, Y EL DERECHO POSTCLÁSICO
na
(hasta el Segundo tercio del siglo VI d.1.)
l. La ascensión de Roma a potencia universal ... . .. . 67
2. La administración del Imperio ...... . . .. ... . .. . 69
A) Italia ... . . . . . .... . .. . . . .. . .. .. ...... . 69 TEMA 9. La organiZación constitucional
B) Provincias ......... .. .... . ... . " .. .. . 71 1. La crisis del siglo III ...... . .... .... .. .. ... . 119
3. La crisis de la constitución republicana .... ... . 72 2. La época de la monarquía absoluta ...... .. . . . . 121
3. Cristianismo y Bajo Imperio .... . . ..• ... ..... 123

12 13
íNDICE

TEMA 10. La evolución jurídica postclásica


~ La cOlTUpción de la literatura jurídica .. ... .... ~
c Y_.ElDerecho mmano vul&ar ... ', . .... .... d :-:-.~
3. Legislación imperial y colecciones de constitu-
ciones ................................'. . 130
4. Leyes de citas y codificaciones prejustinianeas .. 131
5. Las escuelas orientales de Derecho . . . . . . . . . . . . 134
INTRODUCCIÓN

~;~ --//
TEMA 11. La compilación justinianea
1. La obra jurídica de Justiniano .. .... . .. . , .. .. .
2. El proceso de la codificación . .... ..... .. .. ..
3. El Digesto . ...... ...... .. .. . ....... ..... . 141 Aunque los fenómenos se gestan nacen y desanollan con pode-
4. Novelas ................. ... ... ... ...... . 145 ! rosa lentitud siempre' hay acontecimientos más salientes, que, a mo~·
5. Apéndice: El Derecho Bizantino ......... .. . . . do de hitos, penniten la separación por épocas. La periodificación
146 /
resulta imprescindible aunque lleve inherente'una limitación funda-
¡ mental: la división en períodos produce la impresión de un corte
D) LA TRADICIÓN HISTÓRICA brusco, de que el cambio se produjo repentinamente, cuando en la
DEL DERECHO ROMANO realidad histórica el tránsito de una época a otra es fluido, sin solu-
ción de continuidad. Hecha esta advertencia podemos separar tres
períodos en la Historia del Derecho romano:
TEMA 12. Derecho romano y tradición romanística
1. Glosadores y comentaristas . .... . .. .. .. ..... . 153
\
2. La recepción ................ . .. ........ .. 156 A) Época del estado-ciudad: El Derecho romano arcaico (has-
3. LaJunspru
" dnClae
e ' legante ... .. .. .. ........ . 157 ta el primer tercio del sigloIlI aJ.).
4. La escuela histórica y la pandectística ..... . . . . . 159 B) Época del imperio universal : Derecho preclásico y clá-
5. La dirección neohumanística . . ... . .. .. , . .... . 161 sico (hasta el primer tercio del siglo III d.J.).
Lecturas recomendadas
C) El estado romano tardío y el Derecho postclásico (hasta el
A) Manuales de Historia de Roma ............. . 173 segundo tercio del siglo VI dJ.).
B) Manuales y Tratados de Historia del Derecho
Romano . .. , .. .... .......... ..... .. . ... . 175 La razón de haber elegido esas dos cesuras (265 a.J.: primer
tercio del siglo III a.J. y 235: primer tercio del siglo 1II d.J.)

14 15
INTRODUCCIÓN

puede encontrarse el principio de los temas 4 y 9, respectiva-


mente.
Dos grandes cuestiones presiden el estudio de cada una de
las épocas: la organización del Estado (ternas 2, 4, 5 Y 9) Y las
fuentes del Derecho (ternas 3, 6, 7, 8, 10 Y 11 del programa).
Simplificando mucho podríamos hacer gravitar estas cuestiones
en tomo a dos ideas fundamentales: 1) La organización del Esta-
do romano refleja una evolución en que Roma pasa de ser un Es- A) ÉPOCA DEL ESTADO-CJUDAD:
tado-ciudad a ser un Estado territorial. 2) El ordenamiento jurídi- EL DERECHO ROMANO ARCAICO
co romano está fonnado en una época ya avanzada por una plu-
(hasta el primer tercio del siglo JI) a.J.)
ralidad de estratos (ius civile. ius honorarium, Derecho
imperial), que han ido surgiendo sucesivamente, para superpo-
nerse unos a otros.

16
TEMA 1

LOS ORÍGENES HISTÓRICOS

l. Prehistoria y protohistoria de Italia

La investigación moderna sobre los orígenes de Roma Ileva-


cada vez más a erÍmarcar la cuestión, arrancando de los pueblos,
que habitan en la Italia prehistórica y protohistórica.
Este problema, a su vez, va íntimamente unido a los condi-
cionamientos geográficos. Así, resalta, ante todo, el impresio-
nante contraste entre la Italia continental y la Italia mediterránea:
Por una parte, el amplio arco de los Alpes viene como a injertar
a Italia en Europa; por otra, la Italia peninsular es como un in-
menso espigón en el centro del Mediterráneo, que parece predes-
tínado a servir de vigía o, al menos de necesaria escala entre va-
rios continentes ( Sicilia en su extremo meridional se acerca a
Tunez en unos ciento cuarenta kilómetros y las costas de Italia y
Albania sólo distan en su punto más cercano unos setenta kiló-
metros). Así, cuanto más se va hacia el Sur más se acentúa el
,(J 0:-1<"
-e.' "
t;-.' _.... ..\
,4~,,: ., :'. Si:\::~':\
1,:/ '~ ,i;l.\',-'ili ';\
¡~. fu.J.- "..:.'I, "rl.:.llo ::..¡
ÉPOCA DEL EsTADO-(:IUDAD:
LOS ORfoENES HISTÓRICOS
contraste entre la Italia continental y la Italia mediterránea. Esta
afmnación es válida incluso para el nombre. Italia. deriva de Ui- rra ondulada. donde se alternan · pequeños llanos y colinas, que
te/lus (novillo) y es. por tanto. reflejo de una cultura típicamente acentúan la variedad de clima, y paisaje. Tres grandes rios nave-
mediterránea. la del tomo. como expusiera brillantemente AIt- gables van a ser relevantes históricamente. El más .~audaloso de
heim. Además, el nombre de Italia se aplica, en un principio, ellos, el Po, recorre la Italia septentrional de Oeste a Este. hasta
únicamente al Bruttium (esto es, a la actual Regio Calabria y Ca- desembocar en el mar Adriático. Forma así una llanura de una
labria) es decir, al extremo más meridional de la punta de la !Jo- gran feracidad. pero facilmente expuesta a inundaciones. Los
tao Italici sólo son en un principio los habitantes de esa Región. otros dos rios son el Amo y el Tiber. Vierten sus aguas en el mar
Luego, el nombre hace fortuna, se extiende hacia el Norte y en el Tirreno y constituyen. sobre todo el Tiber, formidables vi as de
año 89 a.1. se ap,lica a todos 1<>shabitantes de la Península itálica, penetración.
que luchan contra Roma reivindicando la ciudadanía romana. Es lógico que los condicionamientos geográficos se mani-
Luego. a lo largo de toda la época romana se seguirá aplicando fiesten claramente en los comienws de la evolución y que, sólo,
el nombre de Italia a la Italia peninsular: Para los romanos la Ita- en una fase ulterior, logren ser vencidos por d temple y la tena-
lia que está al Norte de la llanura del PÓ era la Galia Cisalpina. cidad del hombre. Así. el contraste entre la Italia mediterránea y
Orografía e hidrografía juegan también aquí un papel impor- la Italia continental resplandece en ' la Prehistoria de Italia: La
tante. Al Norte la impresionante mole de los Alpes, no fué nunca Edad de Piedra es, por los vestigios que conocemos, típica y úni-
un obstáculo para las sucesivas invasiones. debido a sus numero:- camente mediterránea Y. lógicamente. donde esos vestigios son
sos pasos y a la orientación de sus valles. más claros es en el Sur de Italia y en las islas. La Edad del bron-
ce y la Edad del Hierro señalan ya la irrupción de pueblos proce-
La cadena de los Apeninos. la espina dorsal de la Italia medi- dentes de la Europa central y , lingüísticamente, la indoeuropei-
terránea, forma un arco. que se extiende desde el Norte de Géno- zación de Italia. La Edad del cobre (llamada también eneolítico o
va para llegar hasta el Sur frente a las costas de Sicilia (donde la calcolítico) es un período de transición.
cadena encuentra su prolongación natural). De este modo. Italia
queda dividida trasversalmente, siendo mucho más favorecida Ahora ya estamos en condiciones de planteamos las siguien-
por las condiciones climáticas la parte occidental, que la oriental. tes pregunta: ¿Qué datos nos puede suministrar la Arqueología
Es. además. mucho más accesible. Dada sÍ! forma de arco, los sobre la Edad de Bronce? ¿Cuáles eran los pueblos que habita-
Apeninos, en su parte media. se encuentran cerca de la oriental ban, a la sazón, en Italia? Aquí hay que distinguir: la Arqueolo:-
del mar Adriático y alejados de la costa occidental del mar Tirre- gía prehistórica, en realidad. dada la ausencia de testimonios es-
no, donde se encuentra la llanura del Lacio, la más amplia (en critos (como. por ejemplo, inscripciones), no puede decirnos casi
griego 7tA.á:tos o en latín [atus, quiere decir "amplio". Así Lacio, nada de "pueblos". La arqueología se ocupa de "culturas". no de
es la llanura amplia) . Por lo demás, la Italia mediternínea es IÍe- "pueblos". Referir las "culturas" a pueblos determinados' es otra
fase ulterior. donde intervienen tanto la antropología como la
20
21
,

i\POCA DEL ESTAOO-CIUDAU; LOS ORíGENES HISTÓRICOS

lingüística. El problema se complica notablemente ya que, como trata de hombres, que viven de la caza, de una agricultura rudi-
se suele subrayar hoy, raza y cultura no coinciden necesariamen- mentaria y, en menor medida, de la pesca. El rito funerario es el
te, ya que una cultura puede extenderse mucho más allá de los de la incineración. Las terramaras son una cúltura típica de la
estrechos límites de una raza determinada. Italia Septentrional (valle del Po), aunque tiene un cierto entron-
que con los palafito.s que se conocen en la Europa CentraL La
El descubrimiento, de que aleando el cobre y el estaño el
otra "cultura" es la apenínica, mucho más dispersa, ya que se ex-
metal resultante posee una consistencia extraordinaria supone un
tiende a lo largo de los Apeninos. Son pueblos pastores nóma-
hito en la prehistoria de la Humanidad. Es el inicio de la Edad
das, 'que practican como rito funerario la inhumación y en cuyas
del bronce. En consonancia con esta relevancia hacen su apari-
tumbas se han encOntrado abundantes objetos de bronce. En su
ción en esta época en Italia dos culturas muy importantes, que se
cerámica es úpica el ánfora bicónica.
suelen datar hacia la mitad del segundo milenio aJ .: a) La "cul-
tura terramara" y b) la "cultura apeninica". El nombre "terrama- El descubrimiento del hierro marca también un momento de-
ra" (de "terra mama", literalmente "tierra grasa", esto es, tierra cisivo. La era del Hierro se puede datar a principios del primer
rica en compuestos nitrogenados; en español "turbera") dice ¡>(}- milenio a.J., o, quizá, incluso, algo después ..En Italia alcanza un
ca, ya que sólo se refiere al hecho de que tradicionalmente los gran esplendor con la llamada cultura vilanoviana, así llamada
labriegos "italianos solían recoger tierra para utilizarla como abo- por encontrarse su foco de irradiación en Vilanova (uria aldea a
no. Más expresivo es el nombre de "palafitos con empalizada". ocho kilometros de Bolonia). Esta cultura se encuentra en estre-
Palafitos son construcciones sobre estacas, ubicadas al borde de cha relación con Hallstadt (Austria), otro de los grandes centros
los lagos. En el calcolítico hay ya en el Norte de Italia hábitats de la era del Hierro. Su rito funerario es, casi exclusivamente, el
de este tipo. Pero las "terramanas" se constrl¡yen no al borde de de la incineración. Las urnas de bronce y arcilla se presentan en
los lagos, sino en tierra fmne. Se asientan sobre ulla amplia pla- forma de cabaña. Y aquí se ha visto un sugestivo paralelismo en-
taforma (que llega, incluso, a tener una extensión de tres hectá- tre el hábitat en vida del difunto y su última morada, que quizá
reas) de tierra sobre estacas, plataforma, que se rodea de empali- refleja ya una creencia en la vida ultraterrena. Las urnas cinera-
zada y foso, que tienen por objeto servir de cont~nción a la vio' rias se entierran en los llamados "pozzi" (pozos) . Al Sur aparece
lencia de las aguas o a la de los enemigos. Dos líneas también como rito funerario la inhumación. En las tumbas se en-
perpendiculares, S<?bre las que luego se trazan otras paralelas, cuentran ya carros de dos ruedas, comparables a los de Grecia y
van a formar las "calles" de una. aldea de chozas. El hombre ya Tracia.
no vive en cúevas, ni siquiera en cabañas dispersas, sino en un
Hasta aquí los datos de la Arqueología. Ahora bien, ¿Cuál es
núcleo preurbano, que implica la necesidad de cooperación y
su interpretación? La investigación moderna se muestra de
una estructura social' de un cierto desarrollo. Entre sus vestigios
acuerdo en señalar, que se trata de dos fases de indoeuropeiza-
se han encontrado objetos de bronce y abundante cerámica. Se
ción de Italia. Estas dos fases lienen un al.cance muy diverso: la

22 23
~POCA DELESTAOO-CIUDAD: WS ORIGENES HISTóRICOS

primera se limita a la Italia septentrional. Así no llega ni a Etru- (al Norte de Nápoles) hacia el año 750. A partir de ahí van a
ria ni al Lacio. La segunda, en cambio, se extiende por toda Ita- fundar, en varias oleadas, una porción de colonias en la cos-
lia. La cultura vilanoviana se asentará en lugares, que luego se- ta meridional de Italia, que son una réplica exacta de las ciu-
rán las ciudades etruscas y, además llegará al Lacio. Por otra par- dades griegas.' Su' finalidad es eIlÚnentemente comercial, pa-
te, en los Apeninos hay una mayor movilidad espacial y cífica y no van a encontrar resistencia entre los pueblos indí-.
coexistencia de lo antiguo con lo nuevo. Nada extraño si se pien- genas. Como la civilización griega llevaba siglos de
sa que se trata de pastores nómadas. adelanto las consecuencias para Italia van a ser fecundas.
Las vicisitudes de esta colonización, tan fecunda, han sido
¿A qué pueblos corresponden estas culturas? Evidentemente,
narradas con detalle por los historiadores griegos.
hay un sustrato mediterráneo al que se van a superponer l{ls in-
vasores indoeuropeos. b) Un pueblo que había de tener gran influencia enel destino de
Roma es el misterioso pueblo etrusco, que arrancindo de la
A la diversidad geográfica de Italia corresponde su variedad
costa al Norte del Lacio llegó a Ocupar la región comprendida
étnica:"Italia es un inmenso mosaico de pueblos mediterráneos e
entre 108 rios Tiber Y Amo Yel mar Tirreno, dando así su nom-
indoeuropeos. Muchos de ellos han dado nombre a las actuales
bre a la Toscana (Tusci= etruscos). Su origen es un enigma, co-
regiones de Italia. Así, los ligures, pueblo mediterráneo, por tan-
mo lo es también su lenguaje, que se resiste a los repetidos in-
to,de lengua no indogermánica (aunque pronto recibirá influen-
tentos de descifrarlo. En cuanto a su origen no había acuerdo
cias indogermánicas) o los itálicos, de los que ya hemos hablado.
entre los autores antiguos: HerodolO se pronunciaba por su pro-
En la segunda oleada se distinguen claramente el grupo umbro-
cedencia del Asia Menor, en tanto que Dionisio de Halicarnaso
sabelio (del que conocemos su lengua por las llamadas Tabulae
los consideraba autóctonos. Aunque en la investigación moder-
iguvinae), del latino-falisco, de una importancia numérica mu-
na haya autores tan ilustres como Altheim o PallOlino, que se
cho menor. Revisten también relevancia los vénetos (llegados,
pronuncian por esta segunda opinión, la primera constituye la
quizá, por mar, procedentes de la Iliria). El elemento indoeuro-
tesis hoy dia donúnante por estar probablemente más fundadlL
peo va a jugar un papel decisivo en la historia de Italia. Una pe-
Muchos de los rasgos de los etruscos apuntan, en efecto, hacia
queña comunidad latina ,Roma, será la que, al fmal, logrará im-
Oriente: la posición destacada que la mujer ocupa en la familia
poner su poderío.
y en la sociedad; los rasgos de su arte y música; el papel de la
B) Tres acontecimientos señalan hacia la mitad del siglo VIII Religión, basada en libros esotéricos, así como la costumbre de
la entrada de Italia en la protohistoria: a) La colonización griega inspeccionar las entrañas de los animales. Una inscripción de la
b) La ascensión del poder etrusco y e) La fundación de Roma. isla de Lernnos en el Egeo, con su lenguaje indudablemente
emparentado con el etrusco, viene a confirmar el origen orien-
tal de los etruscos.
al La colonización griega cOIlÚenza con la fundación de Cumas

24 25
ÉPOCA DEL ESTADO-CIUDAD: LOS ORIGENES HISTÓRICOS

Sus tumbas, que son auténticas cámaras mortuorias y se Durante el reinado de los reyes latinos hubo por parte de éstos
elevan en forma-de túmulos, presentan un lujo extraordi- un esfuerzo de gobernar teniendo en cuenta el parecer del senado
nario. y con el asentimiento del pueblo. En cambio, los reyes etruscos
Los etnlscos alcanzaron un gran desarrollo artístico, cultural (los dos Tarquinas) se habrían caracterizado por su despotismo,
y económico. Este desarrollo económico deriva de la fertili- que finalmente hubo de conducir a un levantamiento del pueblo
dad de su suelo, de la abundante pesca en sus costas, del co- y a la exp~lsión de Tarquina el Soberbio.
mercio y de su riqueza en materias primas, singularmente el
hierro. Los inmensos depósitos de escorias de hierro, que
todavia hoy pueden verse en Populonia, dan testimonio de B) Crftica de la tradición
la actividad ininterrumpida de sus fundiciones. Con esta po-
tencia, tanto ~conómica como militar y con su ansia de po- Es seguro que hubo en Roma una monarquía. La existencia
der parecían ser los llamados a dominar Italia. En el siglo VI de determinadas supervivencias en la época .republicana (tales
su poderío alcanza su máximo esplendor, para _' luego, de- como el rex sacrorum, el interrex, la extraña y remota ceremonia
caer rapidamente. del regifugium; la fórmula quando rex comitiavil fas, así en una
inscripción de piedra perteneciente al siglo VI aparece la palabra
e) Roma comienza a existir en esa época como una pequeña recei = dativo arcaico de rex etc.), la tradición y los propios ha-
comunidad, que forma parte de una federación de treinta llazgos arqueológicos, prueban inequívocamente este hecho.
pueblos latinos (o, si se quiere tribus) y, desde luego, no tie-
ne en sus albores la importancia, que pretenden darle los es- En cuanto a la fundación de la ciudad hay que partir del dato
critores romanos. geográfico. Roma ocupaba, en efecto, una porción privilegiada a
orillas del Tíber, en un lugar donde éste es fácilmente vadeáble y
en una encrucijada de caminos que lo hacía paso obligado para
el comercio (los 25 kms., que separaban a Roma del mar la po-
2. La Monarquía n(an al abrigo de las incursiones de los piratas). Pues bien, los
descubrimientos arqueológicos, a más de poner de manifiesto
asentaplÍentos ininterrumpidos a partir del siglo X aJ., muestran
A) La tradición cambios cualitativos en los asentamientos: sobre todo hacia la
mitad del siglo VIII a.J. (es decir, coincidiendo con la fecha que
Según el relato tradicional desde la fundación de Roma hubo la tradición asigna a la fundación de Roma) los restos arqueoló-
siete reyes: Rómulo, Numa Pompilio, Tulo Hostilio, Anca Mar- gicos (viviendas y necrópolis) muestran una auténtica diferencia-
cia, Tarquina el Antiguo, Servio Tulio y Tarquina el Soberbio. ción social por clases de riqueza. Como dice Torelli: "No es difí-

26 27
ÉPOCA DEL ESTAOO-CIUDAD:
LOS ORloENES HISTÓRICOS
cil reconocer la aparición de una clase aristocrática y, por debajo
de ésta la formación de una estratificación social rudimentaria, que poseemos una abundante tradición, confirmada muchas ve-
producto de las vicisitudes de los períodos precedentes que ~an ces con restos arqueológicos para "la gran Roma de los Tarqui-
visto gestarse de manera compleja la apropiación de los Illedi~s nos" y la primera época de la Repúblic~!. ~ !'.artir_~~,~s.?QII~­
de producción (sobre los que hay que recoroar la profund.a deSI- bla~_ (mitad del,~s¡~!o.-:-v.:!] ) la tradición y' los monumentos ar-
gualdad productiva), una fuerte conflictividad entr~ las div~rsas -~ológicos se caracterizan ya por su escasez e ¡ncerteza.
comunidades y una necesidad de integrar en comuDldades smgu- También presentan muchos problemas los nombres de los re-
lares los grupos de procedencia diversa". De todas formas, más yes.Pero aquí hay que distinguir: nombres auténticos lo son los
que de "fundación de la ciudad" hoy se' suele hablar de "forma- de los dos Tarquinos y no sólo porque la tradición haya conser-
ción de la ciudad", pues ésta se realiza a través de un proceso de vado un recoeroo muy vivo de ellos, sino también por la exist-
integración de las diversas aldeas que se encuentran en las co- encia de material arqueológico que viene a confirmar la tradi-
linas. ción. De los demás nombres es difícil saber si son reales o legen-
En una segunda fase, la pavimentación del foro y del comi- darios. Rómulo pudiera ser como una mitificación de la persona
cio (que implica obras de desecación y canalización de una .~~a que fundó Roma. En cuanto a los demás nombres que aparecen
pantanosa por medio de la cloaca máxima, y que la t~d?IClOn en la tradición como de reyes latinos, se ha'supuesto que para es-
atribuye a Tarquino el Antiguo) supone un momento deCISIVo en clarecer el propio linaje, nada mejor que meterse en plena época
el proceso de formación del Estado-ciudad, pues, de esta zona monárquica .Y que, por tanto, estos nombres serían una pura in-
(en la que surgirán una porción de templos y edificios públicos) vención. Sin embargo, dado que estos nonibres no corresponden
irradiará toda la vida pública y cuidadana de Roma. a los nombres de linaje importantes de la épQca republicana, más
bien parece 10 contrario, es decir, que los i~~ntos de falsifica-
De esta manera los descubrimientos arqueológicos han modi- ción pueden haber tropezado con u!la tradiciÓn ya hecha y que
ficado la visión global de la Historia de la Roma arcaica. En pudiera bien contener nombres veroaderos.
efecto mientras antes se panía de un modelo de expansión lineal
(Ro~ se va engrandeciendo paulatinamente y pasando, .sin re- De los nombres de los reyes se deduce que, con una ex-
troceso de pequeño estado-ciudad a ser una gran potencIa), los cepción, no forman una dinastía, pues son nombres diferen-
restos arqueológicos muestran a las claras cómo Roma tras haber tes. Pero justamente el caso de los Tarquinos es presentado
alcanzado un gran esplendor en la última época de la monarquía por el. relato tradicional como una usurpación. Parece, por
y el primer medio siglo de la República, cae en un estancamiento tanto, claro que no estamos ante una monarquía hereditaria.
económico, social y cultural, que correspondería a grandes ras- Tampoco hay ninguna razón para pensar en una monarquía
gos con la segunda mitad del siglo V Y todo el siglo IV ~.J. El adoptiva. Lo que sí se podría invocar en favor de una monar-
cuadro de las fuentes refleja bien este dualismo. Así mIentras quía electiva es el apoyo de la tradición. Pero, ésta parece ser
un invento de los analistas.
28
29
ÉPOCA DEL ESTADO-CIUDAD: LOS ORIGENES HISTÓRICOS

Kunkel, después de rechazar las alternativas de monarquía XII Tablas, se confía el poder del estado a una comisión de diez
hereditaria, adoptiva y electiva llega a otra conclusión, utilizando personas con la misión de que redactaran las proyectadas leyes.
el método de las supervivencias y, concretamente, la fonna de Completada su .Iabor en dos años y tras un frustrado intento de
designación del rex sacrorum. En realidad, el rey era revelado volver al régimen del consulado (año 449 a.J.) asumen el poder
por los dioses que trasmitían su voluntad a través del pontifex tribunos milit81es dotados de potestad consular (¡ribuni milirum
rnaximus, quien los comunicaba al pueblo en el aclO formal de la consulari potesrare), cuyo número de tres pronto aumentó a
inauguratio. Eran los presagios (tales como observación del vue- seis. La refonna de las leyes Licil!ia~J>e5J¡as del año 367 aJ.,
lo de las aves, entrañas de los animales, auspicios) los que per- a más de significar prácticamente el fin de las luchas entre pa-
mitían al pontifex rnaximus (dentro de un ambiente saturado por tricios y piebeyos, trajo la vuelta al régimen consular, admi-
la superstición y las creencias mágicas) escudriñar la voluntad de tiéndose ya a esta magistratura suprema a los plebeyos.
los dioses.
En todos eslOs cambios constitucionales se mantuvo el prin-
En cuanto a las facultades del rey se comprende bien que en cipio de que sÍempre que pasara el estado por lIna situación de
una pequeña comunidad agraria no existiera todavía una división peligro podrlaser n(;mbrado un dictador con plenos poderes.
de funciones y que, por eso, el rey fuera tanto sumo sacerdote,
como juez supremo y, por supuesto, detentara el" más alto mando
;. militar. Su omnímodo poder constituía el imperium. B) Critica de la tradición
,i
Hay aquí dos opiniones frente a frente:

a) La teoría de Mommsen, apegada a la tradición, que ha teni-


3. La República do amplio eco.

b) Un punto de vista, quizá menos extendido, de que hubo un


eslabón mtennedio entre la monarquía y el consulado. Para
A) La tradición
unos (Ihne, Schewegler, Beloch) este eslabón lo sería la dic-
tadura; para otros (Hanell y sus seguidores) el paso intenne-
Tras la expulsión del último de los Tarquinos, ocuparon el
dio 10 habría constituido el praetor rnaximus, que ocasional-
poder dos magistrados anuales que erimer() fueron llamados
mente aparece en fuentes, al parecer, muy antiguas.
P!7JQ.le~ y, lue.!:<1, por la relación de colegialidad que les unía,
-é~n,su1es, GObernaron en Roma hasta el año 451 a.J. Mas, en
'ese año, al prepararse un cuerpo de Derecho, la Ley de las

30 31
.

TEMA 2

LA ORGANIZACIÓN CONSTITUCIONAL

1. Las magistraturas

A) lmperium y potestas son denominaciones que se refie-


ren al poder de los magistrados romanos; pero mientras potestas
es un ténnino amplio, que se puede aplicar a cualquier magistra-
do, sólo se puede hablar de imperium dictaroris, consulare,
praetorium, es decir, de aquellos magistrados, que como el dicta-
dor, cónsules o pretor (collega minor de los cónsules) se encuen-
tran en la cúspide de la organización constitucional.

Según cuenta la tradición a la caída de la monarquía el impe-


i\ rium del rex pasó a dos magistrados anuales: los cónsules. De es-
:1 te hecho dedujo Mornmsen la idea de un imperium de los magis-
I trados, de carácter monolítico, tan férreo y unitario, que en sí
mismo sería ilimitado, justamente por ser el sucesor directo del
poder absoluto del rey. Hay que distinguir, empero, entre el im-
perium militiae (en guerra) y el imperium domi (en paz). El im-

33
~POCA DEL ESTADO-CIUDAD:
LA ORGANIZACIÓN CONSTITUCIONAL
,1

perium militiae es el del general en el campo de batalla y va tan Todos los demás magistrados tienen un poder específico, no ge-
lejos que llega incluso, a ser un poder de vida y muerte sobre los neral, que se llama potestas.
soldados (ius vitae necisque). "En casa" (domO, es decir, en Ró- El imperium además del mando militar comprende:
ma, el imperium se veía limitado por la anualidad, la colegiali-
dad (que implica la posibilidad de la intercessio, es decir, el de-
recho de veto del otro cónsul) y por la provocatio ad populum 1. El derecho a recoger los auspicios; es decir, a hacer pre-
(posibilidad que tendría el condenado a muerte de apelar ante los sagios adivinando la voluntad de los dioses mediante la
comicios). Instituciones éstas consideradas por los romanos ca- observación del vuelo de las aves, observación de las en-
mogarantías de la libertad ciudadana. trañas de animales, etc.

La idea de que el imperium de los cónsules es ilimitado in- 2. Derecho de reunir al pueblo y al senado (ius agendi.cllm
trínsecamente viene a ser repetida hoy en día, una y otl"d vez, por populo et cum senatu).
casi todos los autores. No obstante, Kunkel ha sometido recien- 3. La iurisdictio o facultad de "decir derecho", en el sentido
temente a la opinión dominante a una acertada critica, resaltando que veremos más adelante (tema 6).
que ,la construcción de Mommsen ignora los factores políticos;"
sociales y económicos de la Roma arcaica, ya que contradice 4. La coercitio, poderes represivos.
abiertamente la estructura aristocrática (más bien diríamos oli- 5. lus edicendi, derecho a dar edictos.
gárquica) que hubo de tener el poder en la época arcaica. Parece,
en efecto, extraño que los romanos habiendo acabado con la da- B) Caracteristicas de las magistraturas romanas son la ele-
minación de los reyes, traspasaran, sin más, ese imperium, tan gibilidad, la anualidad (a excepción de la dictadul"d y la censura),
ilimitado a los cónsules. Para Kunkel el pretendido carácter uni- la colegialidad, por la cual los magistrados ocupan conjuntamen-
tario del imperium de los cónsules se explica bien, no desde una te el cargo (con igualdad de poderes y derecho de veto) y, por úl-
construcción juridica abstracta (el imperium unitario centro de timo, la gratuidad.
gravedad del Derecho constitucional republicano~, sino atendien- C) De acuerdo con Mommsen se suelen dividir las magis-
do a los factores económicos y sociales. En OIms palabras, la traturas en ordinarias y extraordinarias; las ordinarias a su vez en
reunión del poder militar, político y jurisdiccional no reposa en permanentes y no permanentes.
la idea unitaria del imperium, sino en la estructura de una modes-
ta comunidad agraria, que todavía no necesita de una especiali-
zación de funciones. a) Magistraturas ordinarias y permanentes, es decir, que fun-
cionan ininterrumpidamente, son:
El imperium o poder supremo de mando se reserva única-
mente a los magistrados mayores (cónsules, pretores y dictador). 1. El consulado.

34 35
~POCA DEL ESTADO-CIUDAD: LA ORGANlZACIÓN CONSTITUCIONAL
.'
2. La pretura: Las L~~s)d~i.!!!as S\I,1Ctiai!. (367 a.J.), crean su inrereessio las actuaciones de los más altos magistra-
alIado de los dos cónsules, como college minor, la fi- dos. Su función esencial consistía en. proteger al ciuda-
gura del pretor. Se trata, por tanto, de una colegialidad dano desvalido (ius auxiliO y tenía el derecho de convo-
impar. Aunque el pretor tenía imperium, es decir, un car a Ia plebe y al senado (ius agendi eum plebe el cum
poder general, que no era diverso al de los cónsules, senatu).
muy pronto recibe como misión específica la de admi-
b) Un magistrado ordinario pero no pennanente era ~ censor,
nistrar justicia (ius dicere) y, cuando ya la expansión de
nombrado cada cinco años pam que ejerciera su cargo durante
Roma ha hecho inevitable las relaciones con los extmn-
18 meses. El pueblo romano lejos de actuar como una masa
jeros, se crea, en el año 242 a.1., el llamado praetor pe-
amorfa, estaba agrupado en el censo, con fines militares y polí-
regrinus, para dirimir las controversias que susciten en-
ticos. La principal misión de los censores era la di visión de los
tre ciudadanos romanos y extranjeros, o las de los ex-
ciudadanos en clases atendiendo a .su riqueza (criterio timocrá-
tranjeros entre sí. Ambos pretores, el urbano y' el
tico). Además se ocuparon de la protección de las costumbres
ti; peregrino, conservan, pues, esferas de competencia,
,",~'
(cura morum) y después de la lex Ovinia tenían el derecho a
perfectamente delimitadas.
¡i] nombrar.senadores (Ieclio senatus). También en la administra-

~, 3. La cuestum: Los cuestos son los ayudantes de los cón- ción juga~ los censores un papel importante. Revestir la cen-
"~I sules. Primitivamente tenían la misión de investigar to- sum significaba en Roma la coronación de una brillante carrera
do lo ' criminal (quaesrores parricidiO y después tam- política (eursus honorum).
II
N' bién administrar el tesoro estatal (quaesrores aeraril).
Una magistnitura no ordinaria es la dictadura. Cuando el Es-
il 4. La edilidad: El nombre de aediles viene de su misión
e)
tado atravesaba por una situación de peligro, cualquier cón-
~i primitiva de cuidar los oficios religiosos en la plebe sul podía solicitar el nombramiento de un dictador, para que
~I
'! (aedes = templo). Sus funciones en tiempos históricos ejerciera sus funciones durante seis meses. Durante este
se resumen en las palabras cura urbis (policía de la ciu- tiempo concentraba en sí todos los poderes.
dad) cura annonae (cuidado del aprovh!ionamiento) y
d) El acceso a los cargos: Hacia principios del siglo IV aJ. hay
cura ludorum (organización de los juegos).
un recrudecimiento en las luchas entre los dos estamentos,
5. El tribuno de la plebe: Esta magistratura, que surgió re- patricios y plebeyos, como consecuencia de que la expan-
volucionariamente en las luchas entre patricios y plebe- sión romana va provocando una cierta movilidad social (la
yos, pronto se convirtió en una pieza esencial de la conquista de Veyes es del 396 a.J.). Los patricios se resisten
constitución romana. Aún desprovista de poder directa- como es natural a ceder en sus privilegios estamentales pero
mente imperativo, el tribuno de la plebe podía vetar con la amenaza, que se cierne sobre Roma (incendio de Roma

36 37
~POCA DEL ESTADO-CIUDAD: LA ORGANIZAOÓN CONSTITUCIONAL
•. res como palres, conscripli. Así, poco a poco, el senado se fue
por los galos en el 387 a.J.), obligará a la concordia para po-
der subsistir. Por' eso, las luchas estamentales tienden ya rá- convirtiendo en una asamblea de ex magistrados. que incluia
pidamente a su fin con la admisión de los plebeyos al consu- también a los plebeyos.
lado con las leyes Licinias Sextias del año 367 aJ. (un cón- El senado como factor estable de la constitución romana con-
sul será patricio el otro plebeyo y, como contrapeso, se trasta con los magistrados, que canlbian de año en año, y con las
reserva la pretura a un patricio también). Después de esta asambleas populares que sólo se reunen esporádicamente si-
conquista decisiva todo es mucho más fácil y los plebeyos guiendo la iniciativa de un magistrado con ius agendi. Las deci-
conseguirán también ser admitidos. a las demás magistratu- siones del senado (senatus consulta) se basan en su aucloriras
ras curules: en el 356 a la dictadura, en el 351 a la censura y (prestigio moral, influencia) y no son, ciertamente, leyes que va-
en el 337 a la pretura. Como consecuencia llegarían a tener yan dirigidas a los ciudadanos (como las que pueda elaborar ,un
un cierto peso en el senado ya que. en esa época este ha~ía !noderno Parl~ntQ, que tiene el poder legislativo),sino "indi-
pasado ya a ser una asamblea compuesta por ex-magts- caciones", que van dirigidas a los magistrados tras una consulta
trados. en asuntos de importancia. Hasta qué punto tenga que seguir es-
tas indicaciones el magistrado correspondiente es algo que se
discute vivamente. Lo que se admite unánimemente es que el se-
nado tuvo medios indirectos de presión para doblegar a su vo-
2. El senado luntad a los magistrados más reacios. Pero quizá con ello no
quede suficientemente claro el papel del senado. Efectivamente,
la grandiosa construcción de Mommsen, demasiado impregnada
La estructura estamental de la sociedad romana arcaica, con por el Derecho constitucional del siglo XIX, y, sobre todo, su vi-
el predominio de la oligarquía patricia, se refleja fielmente en la sión monolítica del imperium de los magistrados es lo que pro-
organización del senado. El propio nombre senaru.~ indica que en bablemente ha impedido la recta visión del problema. Lo que se
sus comienzos debió de tratarse de un consejo de ancianos (se- desprende de las fuentes es algo diverso: la constante interven-
nex = anciano). Pero mucho más reveladora es la denominación ción del senado en los asuntos decisivos para el estado romano.
palres, que se aplicaba a los senadores y que apunta claramente Los trabajos de Kunkel se encuentran en esta línea y vienen a
el hecho de que originariamente esta corporación hubo de estar acentuar el papel predominante del senado, al menos en esta pri-
constituida exclusivamente por patricios. Las luchas estamenta- mera épOCa de la república. Es un error, siempre según Kunkel,
les vinieron a cambiar esta estructura con la admisión de los ple- creer que el senado es un órgano meramente consultivo. Si, a lo-
beyos a las magistraturas curules: A los antiguos patres (patri- da costa, hubiéramos de compararlo con los poderes de un mo-
cios) vinieron a sumarse los conscripti ("añadidos", es decir, los derno estado más bien habría que decir que el senado es parte del
plebeyos) resultando así la forma usual de dirigirse a los senado- ~!t'N:~~

38
¡:
'.
~POCA DEL ESTADO·CIUDAD: LA ORGANIZACIÓN CONSTITUCIONAL

propio poder ejecutivo. El magistrado no es, en realidad, más heredero y la llamada lex curiata de imperio, que quizás era el
que el brazo ejecutor de las decisiones del senado, que es el au- acto por el que se investía de poder al soberano. Es de suponer
téntico cerebro. que se reuniera esta asamblea con ocasión de la inauguraciÓn
Por eso, la lista de competencias del senado es muy variada e del rey.
incluye temas de decisiva imponancia. Así corre a su ca:.go la ct.i: b) Comina Cenruriata. La tradición, recogida por Tito Livio y
rección de la política ex.terior, l!JlgmiJ1!stragQru!.~J¡¡§f.i!1!l.n~~,. Dionisio de Halicamaso, atribuye al rey Servio Tulio un
-·erciijaaa~~la..!C~ig~ii, YiíTfinal deJ~.~poca de la_:ep.~b.ljcaJ!a censo de· los ciudadanos romanos, que los agruparía en cin-
. éOñcesiÓn de mandos militares en las prov!ncias. Pero, justamen- co clases según su fonuna. El baremo sería el siguiente:
te será eñ·ese-~~~';to:-~ua~d~-;e-v~a im~teníe para controlar
el inmenso poder que se ha ido acumulando en .manos de genera- 1.' clase: ciudadanos con más de 100.000 sextercios.
les a consecuencia de las guerras exteriores, que, COmO conse- 2.' clase: ciudadanos con más de 75.000 sextercios.
cuencia de su duración y dificultad, exigen la concentración del 3.' clase: ciudadanos con más de 50.000. sextercios.
mando en un general. 4." clase: ciudadanos con más de 25.000 sextercios.
5.' clase: ciudadanos con más de 12.000 sextercios. (según
Livio. 1 1.5(0).

Cada una de estas clases tenía la obligación de aportar un número


3. Asambleas populares determinado de centurias (= unidades de combate de cien hom-
bres cada una). La aportación por clases sería la siguiente:

Al contrario que en Atenas, el pueblo romano no tenía dere- 1.' clase: 80 centurias (40 de iuniores + 40 de seniores).
cho a reunirse por propia iniciativa. Tan sólo los titulares del im- 2" clase: 20 centurias (10 de·iuniores + 10 de semores).
perium estaban facultados para convocar al pueblo y proponer 3.' clase: 20 centurias (10 de iuniores + 10 de seniores).
votaciones. El pueblo tampoco entraba como m~sa inarticulada, 4.' clase: 20 centurias (10 de iuniores + 10 de seniores).
sino que lo hacía de una fonoa ordenada. Según la fonna de 5.' clase: 30 centurias (15 de iuniores + 15 de seniores).
agruparse del pueblo, podemos distinguir: Total: 170 centurias.
Estos efectivos constituían la infantería: las tres primeras
a) Comilia curiala. Se runontan a los tiempos de la monarquía y clases constituían la infantería pesada (hóplit"dS) y las dos úl-
estaba compuesto por treinta curias agrupadas en tres ttibus. timas, escasamente armadas;lll infantería ligera.
Como competencias propias de estos comicios se citan el asen- Constituían la caballería 18 centurias (equites) y, finalmente
timiento a la adrogatio, es decir, a la adopción de un hijo como cinco centurias más estaban integradas del siguiente modo:

40 41
ID>ocA DEL ESTAOO-CIUDAD: LA ORGANIZACIÓN CONSTITUCIONAL

dos de obreros militares, otras dos de músicos y una última de las dos yugadas de tierra (que, según la tradición.
centuria de proletarii.Total193 centurias (170 + 18+ 5). asignó Rómulo a cada ciudadano) para la quinta clase y
siguiera una proporción creciente (más de dos, cuatro,
Las centurias tienen una doble función, militar y política,
ocho, doce y dieciseis yugadas, para las clases 5.", 4.",
pues, son a la vez que unidades de reclutamiento del ejérci-
3.", 2." y l." respectivamente. La existencia de muchos
to, unidades votantes. El predominio de la primera clase,
propietarios de más de 16 yugadas (= 4 hectáreas) ex-
junto con los equires es evidente: con sus 98 votos (80 + 18)
plicaría la enonne cantidad de centurias (SO), que debía
tienen ya asegurada la mayoría absoluta. Es más, eventual-
aportar al ejército la primera clase.
mente, los otrOS ciudadanos podían no llegar ni siguiera a
votar, pues la primera clase junto con los equires votaban en 2. También es segura la vinculación entre ordenamiento
primer lugar y la votación se interrumpía una vez alcanZada centuriado y la táctica hoplítica. En efecto, la infantería
la mayoría absoluta. La justificación del criterio timocrático pesada (hóplitas) comienza a jugar un papel muy im-
(predominio del criterio de la riqueza) se justifica por el portante en el progreso de la táctica militar y relega a un
equilibrio entre obligaciones militares y derechos cívicos: la segundo plano a la caballería. Lo que hay es que mien-
obligación de soportar el peso del ejército halla su contra- tras hace algunos años se tendía a atribuir la difusión
partida en la regulación del derecho de voto. No obstante, la del ejército hoplftico al siglo v, hoy se sabe con bastan-
división entre ¡uniores (ciudadanos hasta 46años. que pro- te certeza, que su introducción en Roma se debe a la úl-
piamente participan en la campaña) y seniores (ciudadanos tima época de la monarquía romana. Por otr~ pane, se
desde 47 años que se encargan meramente de la defensa te- suele admitir hoy una influencia del ordenamiento timo-
rritorial) supone un desequilibrio en favor de estos últimos crático griego de Salón a través de los etruscos. Desde
(que, siendo inferiores en número y esfuerzo bélico. tienen, un punto de vista estrictamente militar los datos de las
no obstante,los mismos derechos). fuentes son también bastante claros: el ¡lrmamento de
-'
,.-
las diversas c!ases va bajando de modo que sólo las tres
La critica moderna, hasta hace bien poco, no creía que esta
primeras clases constituyen los hóplitas, en tanto que
organización de .los comicios centuriados foera anterior al
las clases cuattay quinta están constituidas por la infan-
siglo v a.J. Hoy día. en cambio, se tiende a dar crédito, en lo
tería ligera. .
fundamental, a la reforma de Servio Tulio. Cabe destacar
aquí los siguientes puntos: 3. También es seguro que el reclutamiento de los 19.300
hombres (193 x 100) del ordenamiento centuriado pre-
1. Lo seguro es que la evaluación en sextercios no tiene
supone una base de población de más de 100.000 perso-
sentido en una época en que se estimaba la riqueza en
nas. Ahora bien, hoy día no se considera exagerada esta
tierra y cabezas de ganado. Quizá el baremo arrancara
cifra en base al crecimiento de Roma en la segunda

42 43
~POCA DEL ESTAOO-CIUDAD:
,. LA OROANlZACIÓN CONSTITUCIONAL

época de la monarquía (de hecho el censo del primer scita. Estos plebiscitos plebeyos fueron equiparados a las le-
año de la República arroja según Dionisio [Ant. 5,20], yes poi" la lex Hortensia (a. 286 aJ.).
una cifra de 130.000 ciudadanos).
e) Las contiones eran asambleas no formales, en las que no te-
4. Finalmente, la expansión económica y la diversificación nían lugar votaciones, sino que eran utilizadas para comuni-
social, propia de la última época de la monarquía roma- car algo al pueblo.
na hubieron de provocar con seguridad, fuertes tensio-
nes sociales, que habrían encontrado su cauce adecuado
en la n:forma timocrática del n:y Servio Tulio: lo deci-
sivo no es ya el criterio gentilicio (la importancia de los
linajes propia de los comitia curiata), sino la riqueza,
con independencia de los vínculos familiares. Las fun~
ciones más importantes de esta asamblea eran las si-
guientes: la elección de los magistrados mayores (es de-
cir, magistrados dotados de imperium), la votación de
las leyes, la decisión sobre la paz o la guerra y los casos
de provocatio ad populum (sobre cuyos límites no se ha
puesto de acuerdo la moderna investigación).
c) Mucho más n:cientes son los comitia tributa. Aquí el pueblo
ya no estaba dividido según un criterio timocrático, sino
más democráticamente según distritos geográficos, ¡jamados
tribus, cuyo número de 20 (4 urbanas y 16 rústicas), con el
tiempo, al compás de las nuevas conquistas sociales muy
pronto pasó a 35. Como funciones esenciales de los comitia
tributa citaremos la imposición de penas pecuniarias y la
elección de magistrados menores.
ti) Concilia plebis. En las luchas estamentales del siglo v juga-
ron las asambleas de la plebe un papel decisivo. Sus atribu-
ciones más importantes eran la elección de los magistrados
plebeyos (aediles y tribuní plebís) y la votación de los plebi-

44
45
"

TEMA 3

LOS IUS e/v/u DEL ESTADO-CIUDAD


\

l. La tradición de las XII Tablas y su crítica

A) La Ley de las XII Tablas es una ley dl:.lllCdiados..del.si-


glo v antes de Jesu~~_sto, que vino a con~i!llir el fundamento.del
IUS civile. lis, en gran parte, u'.!! .n;<:'Qpi!aciºI1AS",!!S9~.Y .c.ostum-
bfes a l¡-·sazón vigentes. Su importancia se refleja en la conside·
ríiCió~ comojons omnis publici privarique iuris, (Liv. 3,34,6) o
como corpus omnis.Romani iuris (Liv. 3, 34,7).

El relato· tradicionll!,. !CCogi¡lo p<>rJi.tº~iY:!.Q, J)j()llis~!)de


Halicamaso·yPomÍ!Qnio, explica la génesis de l.asX;1I Tablas Cl}-
mo uJi- momentodecisivo en las luchlls_~!1!r~pa..lJiciºsy.Jlle1>e­
Yos. EfeCtivamente,ia ¡;i~íiC e~¡ge una equiparación con el patrio
cládo, tanto en el aspe<;tQkrídi~Q COl!l~~.•Q9Iítico, social y
eCOñómi~o~ue ~ ley~_ sean pJ!estas al alcaoce de todqs, qu.!! se
recorte el'poder de los cónsules, que cese la prohibición de con·
traer matrimonio entre miembros de ambas cla~s y que se ponga

47
aPOCA DEL ESTADO-ClUDAD:
WS lUS elV/LE DEL ESTADO·CIUDAD

fin a la niste suerte de los deudores, es lo que constituye el con-


su mandato, están decididos a detentarlo de por vida y pronto
tenido de las pretensiones plebeyas. Estas reivindic.l!ti!nles..pi~­
inician una serie de arbitrariedades. Ese año destaca así por el
talizan el !!!!l.4~ en la propuesta c:!e.1 nibuno de la plebe ~­
despotismo más acabado. Hasta' que por fin un acontecimiento
lio Arsa de que se nombre-üñaromisión par-ª..W actaT UD C1Je1llO
acelera la caída: Apio Claudio. pontifex maximus y presidente
~1~y'~§, ~SPO~~~/la.9 a~s-ºi p.9..sjlÍ.fª-~os. Como es natural, ~I ~­
del colegio decenviral. enamorado de una hermosa joven plebe-
nado .s.e-<lP9ne_ILc;,~lUDOCión Y_~~ ,~e j)asa! ,¡¡ñQ,s hasta que se
ya, Virginia, la hace reivindicar como esclava. sirviéndose como
venza su resistencia. Pero una vez superada ésta, se envía a Ate-
instrumento de un cliente suyo. El padre de la muchacha sólo
nas y a otras ciudades griegas una embajada de tres personas con
puede salvarla de la deshonra hundiéndole un puñal en el pe-
el fin de que estudien las leyes allí vi~entes y sobre todo ~u téc-
cho. Todo el episodio concluye con una secesión de la plebe.
nica legislativa. F~~~..eLaño 451 , suspendidas las magis-
que provoca la caída de los decenviros, el suicidio de Apio
traturas ordinariaSpara evitar cualquier traba, sc:JIº'!I9!a una co-
Claudio y la vuelta al régimen consular. No obstante,. 1º~...!l.I!~­
lIli~ión_~ diez~~9!,1.as (decemviri legibus scribundis), ~l}1Jie­
v~s han redactado.A!>s tablas injustas, que. junta-
~_!!l!.Il~fi~!:'L~¡,pÍiier- SUf)I'effiO. y , a quienl:.S .~ encarga J.a
mente con las diez compuestas por la primera. comisión•.JiQ!I
re~cciQ~ 9,'!..asJ~~~. I,-!lJl!!lción.c.oncil\ru!ora-de-les dcccnvi-
promulgadas por los cónsules YalMÍQ~.!lora~ip. los restaura-
ros se cumple a satisfacciº!l_de..palFÍcios'-y,.ple.bey.us; .~obiernan
dores de la libertad. antes de partir para la guerra con ira los
"~~~~~i~~,':;' c;;~~ocando las asambleas popul3rés:' se
enemigos exteriores que amenazan Roma en esos momentos.
dejan guiar por los consejos del senado y saben resolver los con-
flictos de intereses de las dos clases, administrando justicia con B) Estudio crítico sobre el origen histórico. La cTÍtica mo-
imparcialidad. Además r~dactan die:ii .!a~I.!t~.lIe.l~ justa's, q~,~s,!>:, derna se ha propuesto separar el núcleo de verdad que la tradi-
m~l!..! l!l. a.grobación del!,~:~IQ. No obstante, al acabar el año ción contiene. de los retoques de épocas posteriores. A mi juicio.
de su mandato, esparcen el rumor de que faltan aún' dos, tablas hay un historiador antiguo a'quien corresponde la grave respon-
para completar su labor legislativa. De este modo, ~gíí¡~ 'qb~ ,~ " sabilidad de haber tejido leyenda en tomo a unos datos escuetos
nomb~una segunda comisión de decenviros, de la guc;,,rQID)a1l sobre las Doce Tablas. Ese historiador es Fabio Pictor que escri-
.¡aparté plelÍe):os:'Yaqufi~¡'~,~~s ~~~den 'de'' ~tro modo.
tres- be a fines del siglo m antes de Jesucristo. Creo que es posible
El mismo día de la toma del p~r Il:)s nue~~~ dp~,~nyi!:QUIl~ demostrar la falsificación de algunos puntos concretos.
~_s~Y-Q..lu!ll!d ~~izaL!Ü pl.!!:~lo. Cada uno de losdecenvi-
ros aparece precedido de doce lictores con la segur dentro de las
fasces. El pueblo aterrorizado comprende que, en vez de un Tar-
ti) Embajada a Atenas: Que este episodio es un invento de los
analistas es un hecho en que coinciden casi todos los autores
quinio, ahora van a gobernar diez tiranos, elegidos, para colmo
modernos. Que Atenas escapaba en pleno siglo V a.J. del
de maJes, democráticamente. Efectivamente, los decenviros,
horizonte de las experiencias constitucionales romanas es un
conjurados para no devolver el poder cuando termina el año de
hecho acertadamente destacado por Arangio-Ruiz. De modo
48
49
ePOCA DEL ESTADO-CIUDAD: LOS lUS CIVILE DEL ESTADO-CJUDAD

más contundente nota Latte que la historiografía griega, e) Apio Caudio: Un hecho muy conocido por la moderna his-
en plena época histórica, no sabe nada de esa embajada toriografía es la deformación muy frecuente de la más anti-
romana. gua historia de Roma por parte de una familia ilustre con el
fin de desprestigiar a otra rival. AlfOldi ha demostrado con-
Así pues, ese relato de la embajada ha surgido e'n una
vincentemente que en la conocida difamación de los Cau-
época posterior, probablemente la de Fabio Piclor. Es la
dios, Fabio Pictor juega un papel fundamental.
suya una época de diplomacia y de embajadas. La lucha
entre Roma y Cartago es una lucha a escala universal, y tI) En conexión con este hecho hay que valorar el dato sobre la
la diplomacia desempeña un papel fundamental a la hora panicipación de tres plebeyos en el segundo decenvirato.
de conseguir aliados. Así, una embajada al otro confín Más aún, es muy posible que toda la historia del segundo
del mundo es un hecho corriente en la época de Fabio decenvirato sea una pura invención de Fabío Pictor, destina-
Pictor. Él mismo es enviado después de la derrota de da a desprestigiar a los Claudios y a los plebeyos. Los fastos
Cannas a Delfos para consultar al orácu lo sobre lo que parecen confmnar esta suposición, pues 'los nomores de los
hay que hacer para derrotar a los canaginenses. Téngase nuevos decenviros son casi todos sospechosos.
en cuenta que Fabio Pictor escribe en griego y trata de
e) La fecha transmitida es probablemente fidedigna. El proble-
presentar a Roma ante el mundo antiguo desde una pers-
pectiva determinada. Que partiendo de una indudable in- ma se encuentra íntimamente relacionado con el de la auten-
fluencia griega en las Doce Tablas no quiera reconocer ticidad de los fastos, que en las panes que se refiere a los
que Roma nada debe a la Magna Grecia resulta del todo años anteriores al 300 antes de Jesucristo presentan numero-
evidente para su época. Así podemos admitir como plau- sas interpolaciones. No obstante, la crítica es hoy bastante
sible la invención de la embajada a Atenas. conservadora. Una buena muestra nos la ofrece el reciente
libro de Wemer, que sima la fecha de compQsición de las
b) Virginia: Entre la invención de una embajada a Atenas y la Doce Tablas en el año 443 antes de Jesucristo prescindiendo
del episodio de Viginia no parece haber relación posible. Y, por completo del segundo decenvirato legislativo. Ahora
sin embargo, en Fabio Pictor se adivina una conexión muy bien, además de los fastos hay algunas prescripciones con-
inmédiata. Cuando Fabio Pictor vuelve de Delfos, trae ya a cretas q!Je permiten ver cómo' la fecha que señala la tradi-
los ,romanos el remedio infalible para todos sus males. El ción a las XII Tablas es digna de crédito.
oráculo ha dicho: Lasciviam a vobis prohibetote.Ese "apar-
tad de vosotros la lujuria" es también la moraleja que se ex- 1. Una de eUas es la prescripción que permite vender al deu-
trae de la historieta de Virginia. No tiene nada de extraño, dor insolvente trans Tiberim. Como un ciudadano romano
pues, que Fabio Pictor inventara un modelo de castidad vir- no puede ser vendido como esclavo dentro de Roma, al
ginal: Virginia. ' decir que debe ser vendido trans Tiberin!, se está afirman-

50
51
~POCA DEL ESTADO-CIUDAD: WSIUSClVILEDELESTAOO-CIUDAD

do implícitamente que la margen derecha del Tíber no un invento de los analistas del siglo 1 a.J. (Licinio Macer)---,
es territorio romano. La nonna se refiere, por tanto, a las demás parecen responder a la realidad de los hechos. Na-
una época anterior a la conquista de la ciudad etrusca de da significa que en el ámbito socill1 y económico los plebe-
Veyes por parte de Roma. Es decir, que la nonna debe yos no pudieran llevar a buen término sus reivindicaciones.
de ser anterior al año 396, aJ., lo cual coincide con la En efecto, aunque en las XII Tablas subsista la prohibición
fecha transmitida. de matrimonios mixtos y se mantenga hasta la Lex Canuleia
(445 aJ.), y aparezca vender el deudor como esclavo (Tans
2. Otro indicio muy fuerte en favor de la antigüedad de la
Tiberim o, incluso, repartir sus miembros entre los acreedo-
Ley de las XII Tablas lo constituye la importancia con-
res insatisfechos (parres secanro), nada obsta a que los ple-
cedida a las artes de magia. Si en la Ley se castiga con
beyos pretendieran con sus reivindicaciones terminar con
la muerte el encantamiento enderezado a provocar la
esa situación. Recuérdese que las leyes de Solón, que mues-
muerte de una persona (malum carmen incanrare), ello
tran un proceso análogo al de las XII . Tablas, cristalizan
quiere decir que estamos en presencia de una mentali-
también en una prohibición de dar la propia persona en ga-
dad primitiva esencialmente supersticiosa. Dígase lo
rantía.
mismo respecto a delitos tales corno fruges excanrare o
el alienam segerem pellicere, que encajan además en Lo más claro resulta, desde luego, que los plebeyos preten-
una comunidad agraria del estilo de la Roma del siglo V díeran dar seguridad y fijeza al Derecho mediante una re-
y son, en cambio, más difícilmente concebibles en una dacción por escrito. El saber a qué atenerse constituye el
economía abierta al comercio exterior. fondo de la pretensión de la aequario leges omnibus. En este
sentido, las XII Tablas significan, en cierto modo, limitar el
3. En el mismo ambiente hay que situar las prescripciones
privilegio que tenían los pontífices al detentar el monopolio
funerarias. El abundante material arqueológico proce-
de la jurisprudencia.
dente de las tumbas etruscas justifica ampliamente la
preocupación de los legisladores de las XII Tablas por g) Otro problema grave lo constituye el de las influencias grie-
reprimir el lujo funerario excesivo. gas. A mi juicio, hay que separar tres órdenes de cuestiones:
1) la embajada a Atenas y otras ciudades griegas de cuya
/) En líneas generales son también dignos de crédito los fines
credibilidad ya hemos hablado; 2) una evolución paralela a
que la tradición asigna a la obra legislativa. Aunque Baviera
Roma, que tiene lugar en Grecia aproximadamente dos si-
y Arangio Ruiz hayan insistidó especialmente en la contrac-
glos antes, y 3) una influencia en estilicidio sufrida por Ro-
ción entre estos fines y el contenido de la Ley, es lo cierto,
ma de los pueblos vecinos y, singularmente, de las ciudades
que si se exceptúa la finalidad política, es decir, el intento de
dóricas de la Magna Grecia, que le permite alcanzar la ma-
limitar los poderes de los cónsules --que es probablemente
durez necesaria para las XII Tablas. Roma supo asimilar la

52 53
ru>ocA DEL ESTADO-CIUDAD: LOS /Us eN/LE DEL ESTADO-CIUDAD

superior cultura griega para producir una obra genuinamente mínimo perdía el pleito (ur qui minimum erra.lset litem perderet:
romana. Ese es el núcleo de verdad que tiene la noticia !!e Gayo, IV, I1). La Ley regulaba la citación, que tenfa un carácter
,
una embajada a algunas ciudades griegas. En cambio. tiene eminentemente privado, donde pervive también la alltoayuda; la
el inconveniente de ocultar que esta influencia es gradual. presencia indispensable de las partes en el proceso; la transac-
que ~l proceso de asimilación por parte de Roma es un pro- ción y la sentencia, que debe de darse antes de la puesta del sol.
ceso paulatino.

B) Derecho Penal

2. Contenido de las XII Tablas Todo el.Derecho penal de las XII Tablas presenta un carácter
marcadamente privado. El estado interviene, para restablecer el
orden jurídico violado, únicamente allí donde el delito atente di-
La ley de las XII Tablas no ha sido directamente transmitida rectamente contra él. Así en el caso de perduellio (alta traición),
sino que se nos ha conservado en fragmentos, contenidos en su de hostis concitacio (incitar al enemigo a que tomeannas contra
mayoría en citas de escritores latinos. El estilo es arcaico, lapida- Roma), in/requentia (substraerse del censo pará evitar prestar el
rio y de una impresionante plasticidad. Como la palingene~ia ~ servicio militar), etc.
los fragmentos se apoya en unos fundamentos totalmente hlpote-
Hay dos principios que se interfieren conStantemente en el De-
ticos, adoptaremos una sistemática moderna.
recito de las XII Tablas: el talión y la composición. El talión. que
supone un progreso frente a una venganza privada incontrolada, en
tanto afirma que la retorsión de la ofensa ha de ser proporcionada a
A) Derecho Procesal
esa ofensa, es anterior a la composición. La Ley prescribe el talión
El Derecho procesal basado en el sistema de las legis acrio- para el caso de lesiones graves, es decir, que dejan inútil un mient-
bro fundamental (membrun ruptum) siempre que el ofendido no
nes tiene un carácter formalista y arcaico. Las legis actiones con-
sisten en determinadas fórmulas procesales y actuaciones pres- quiera aceptar la composición. En cambio, hay composiciones fijas
critas a las partes para la !!efensa !!el propio derecho. Algunas de para las lesiones leves (os fractum) y para las iniuriae.
las acciones de ley existían antes de las XII Tablas; y otras, por La Ley distingue entre homicidio voluntario y malicioso y
el contrario, fueron establecidas por la propia ley. El arcaísmo !!e homicidio casual. En el primer caso, el asesino queda sometido a
ésta se refleja claramente en la supervivencia de la autol!efensa la venganza privada; en el segundo. hay que hacer un derrama-
(que ha venido a cristalizar en todo un ritual procesal). y el for- miento de sangre para aplacar a los dioses. Así, se sacrifica un
malismo en la máxima !!e que quien se equivocara en los más macho cabrío.

54 55
~POCA DEL ESTADO-CIUDAD:. ws /Us eN/LE DEL ESTADO·CIUDAD

Hay varias clases de hurto. Las principales son el manifesrum cio. Así se separan tres círculos de herederos: 1) heredes sui, es
y el nec manifestum. Se puede dar muerte al ladrón sorprendido decir, las personas que estaban bajo la po1Cstad del difunto en el DIO-
in flagranri si comete el hurto de noche, o de día si se defiende. mento de SIl muc:rtc; 2) proxlmus adgnarus, esto es, aquel que junta-
Pero entonces hay que dar grandes voces para que acudan los ve- men1C con el causante estuvo alguna vez sometido a la patria potes-
cinos y puedan comprobar lo que sucede (endoploratio) . En todo ras de un patufamiJias comlÚl, y 3) gentiles, que son los pertenC-
caso, se azota al ladrón y se le entrega a la víctima del huno. En cientes a un cúculo familiar más amplio. La sucesión ab intestato
el caso del fur nec manífestus es necesario fijar previamente la sólo rige subsidiariamente para el caso de que no haya ningún 1CSIa-
culpabili4ad de éste. mento, pues la Ley reconoce expresamente la posibilidad de dispo-
En consonancia con el carácter arcaico de la Ley, se concede
ner monis causa de los propios bienes.
una gran importancia a las artes de magia, bien sea como delito o Estas normas se aplican también a la daci6n de tutor, que es
prescribiéndolas a título de pena. nombrado por el difunto en su testamento o por la Ley, según el
orden sucesorio ya establecido (heredes suí, ddgnarus proximus
y gentiles).
C) Derecho de Familia y Herencia

La familia romana era agnaticia. Por tanto, lo decisivo no era D) Derecho de Cosas
el parentesco sanguíneo (cognarío), sino el hecho de estar some-
tidas varias personas a la patria poresros de un parerfamilias ce- La Ley separa la propiedad de la posesión, estableciendo el ob-
mún. Paterfamilias no significa, por tanto, "progeni.tor", sino jeto sobre el que respectivamente pueden recaer. La propiedad tiene
más bien cabeza, jefe de familia. Hay una norma que.se refiere al por objeto el heredium (constituido por la casa y el huerto) y los agi
modo de extinguirse la potestad sobre los filiifamilias: si un pa- divissi el adsignati (lerreno arrebatado al enemigo y distribuido en-
terfamilias vende tres veces sucesivamente a un hijo, éste queda tre los ciudadanos romanos). De acuerdo con el carácter rural de la
libre. de la potestad del padre. Para comprender esta norma, tan época de las xn Tablas, se regulaba, al parecer minuciosamen1C, el
extraña a primera vista, hay que situarse en el contexto de un derecho de vecindad. Así se establece el limes o espacio de cinco
Derecho primitivo, que utiliza siempre los mismos medios para pies, que debe de quedar libre entre dos fundos para permitir el pa-
lograr las finalidades económicosociales más diversas. Como so, y la aedo aquae pluviae arcendae.
apunta acertadamente Kunkel, esta norma debió de tener su ori-
Según su mayor o menor importancia econ6micosocial, se
gen en el deseó de impedir que se explotara excesivamente la ca-
agrupan las cosas en res mancipi (el fundo itálico, los esclavos,
pacidad de trabajo de los hijos de familia.
·)os animales de tiro Ycarga Ylas servidumbres rústicas, es decir,
Se regula la sucesión de ab íntestato por el principio agnati- cosas que tietten un significado primordial para la economía

56
~POCA DEL ESTAOO-{;IUDAD: LOS IUS eN/LE DEL ESTADO·CIUDAD

agraria) y res nec mancipi (todas las demás cosas). El régi- F) Derecho Funerario
men de transmisión de la propiedad se moma sobre esta dis-
tinción. Así, para transmitir la propiedad de las res mancipi, Algunas prescripciones de la Ley están destinadas a limitar
se requiere la forma solemne de la mancipario () de la in iure el lujo y la ostentación en los enterramientos: así la prohibición
cessio, mientras que para las res nec mancipi basta· la simple de plañideras, la de enterrar cadáveres con objetos de oro, la de
rraditio. Además existe la posibilidad de usucapir las res pulir la madera destinada a la pira, elc. Su finalidad social es evi-
mancipi, adquiridas sin cumplir las formalidades prescritas dente y contrasta con otras normas de policía administrativa en
por el ius civile y también las cosas, mancipi o nec mancipi, la misma materia: así la prohibición de inhumar o incinérar cadá-
adquiridas de un no propietario. El plazo es de dos años o veres dentro del recinto de la ciudad.
uno, según se trate, respectivamente, del fundo () de las demás
cosas. El juicio sobre las XII Tablas ha oscila~o a lo largo de los si-
glos entre dos polos opuestos: sé ha exaltado esta obra como una
aportación impresionante del genio jurídico de ROl1)a o se la ha
E) Derecho de Obligaciones ~nigrado por encamar un primitivismo feroz. Creo más acerta-
do el primer punto de vista. Considerada con perspectiva históri-
Débito y responsabilidad se encuentran íntimamente enlaza- ca, representa para su época un progreso indudable. No se ttata
dos en el Derecho moderno. En cambio, en el Derecho romano ya únicamente del avance inmenso que supuso fijar el Derecho
arcaico se encontraban separados y, por ello, era imprescindible vigente por escrito. Es la maestría, casi inconcebible en un pue-
un acto formal, generador de responsabilidad. A esta finalidad blo joven, de una técnica legislativa puesta al servicio de la reso-
servía el nexum, es decir, la autopignoración del deudor al acree- lución de un conflicto de intereses entre dos clases sociales.
dor, de modo que este adquiere un derecho de ejecución sobre el
cuerpo del deudor.: si el deudor no cumplía su obligación, el
acreedor lo podía vender rrans Tiberim (es decir, fuera del terri-
torio del estado romano), o en caso de que se tratar.!. de vanos 3. La evolución del Derecho después de las XII Tablas
acreedores, podían matar al deudor y repartirse su cue!pO (parres
secanto).
La inrerpretario de los pontífices (a la que, luego, había de
Al lado del nexum se regula la sponsio, promesa de carác- seguir la de los juristas) y las leyes votadas en las asambleas po-
ter formal que hace surgir una obligación. Para hacerla efecti- pulares fueron los cauces por los que discurrió la evolución del
va la Ley introdujo la legis acrio per iudicis arbirrive postula- ius civile después de las XII Tablas.
rionem.
A) El colegio de los pontífices, cO!pOración de tipo religio-

58 59
ÉPOCA DEL ESTADO-CIUDAD: LOS /Us eN/LE DEL ESTAlXJ-CIUDAD

so presidida por el pontifex rnaxímus, juega un papel fundamen- B) La concepción romana de la Ley difiere profundamente
tal en la vida jurídica de la Roma arcaica, donde las relaciones de la moderna. Lo cual no tiene nada de extraño habida cuenta
entre Religión y Derecho son muy estrechas, Su labor de ínter- que los presupuestos políticos y culturales son diversos. Hoy día,
pretatio del ius civile y, singulannente de las XII Tablas, fue de- arrancando del dogma de la división de poderes se atribuye al
cisiva en múltiples ocasiones. En efecto, verdad es que el texto poder legislativo la facultad de elaborar leyes y se llega práctica-
legal queda como petrificado, inmóvil, mientras ,la vida sigue mente al monopolio de la Ley en la creación del Derecho. Por
fluyendo, pero los pontifices con una interpretación adecuada de otra parte, la Ley trata de ser una regulación, lo más completa
las circunstancias y no exenta de audacia, aunque siempre for- posible, de todos los casos futuros y tiene, por tanto, carácter
malista, ,supieron amoldar la Ley de las XII Tablas a las necesi- abstracto.
dades de los nuevos tiempos, creando instituciones que se apo-
La idea romana es completamente diversa: "Roma que es el
yaban en la letra de la Ley, aún cuando el legislador ni remota-
pueblo del Derecho no es, en cambio, el pueblo de la Ley"
mente hubiera pensado en ellas. Así, de una extraña norma de las
(Schulz). En efecto, la Ley juega en Roma uñ'papel muy secun-
XII Tablas, que limitabll la facultad del padre de vender al hijo a
dario en la creación del Derecho. Las Leyes repuhlicanas suelen
tres veces (probablemente, como supone Kunkel, para impedir
tener una motivación muy concreta y, con frecuencia, tratan de
que se explotara excesivamente la capacidad de trabajo del hijo),
resolver un conflicto social determinado. Piénsese en la Ley de
19S pontífices inventaron una complicada combinación de actos
las XII Tablas, que aparece como un episodio de las luchas esta-
jurídicos, tendentes en su resultado final, a la emancipación del mentales.
hijo.
De todos modos, h,ay que señalar profundas diferencias entre
Los pontifices estaban encargados de la custodia de los for-
la Ley de las XII Tablas y las leyes republicanas posteriores. En ..¿ V/-",:,
mularios procesales y negociales, que eran secretos. En efecto,
primer lugar, la Ley de las XII Tablas es un!! Jer- data,_que pro-
dentro de una concepción mágica del lenguaje se comprende que
viene de los decenviros a quienes previamente se ha transferido
todo dependiera del empleo de la palabra exacta (tanto en las re-
el poder supremo y, con él la facultad de legislar. En cambio, las
laciones con los dioses como en las de los homb~s entre sí) para
leyes posteriores son leges .rO$at~, propuestas por un magistra-
que se produjera el efecto buscado. De ahí que al ser los pontífi-
do, dotado del i'¡;¡agendi, a ¡ji asamblea popular para su aproba-
ces los únicos que conocían las fórmulas para procesos y nego-
ción. En' segundo lugar, la Ley de las XII Tablas, aunque tiene
cios, los particulares tuvieron que recurrir necesariamente a
un carácter fragmentario y, a pesar de partir de la base de un De-
,ellos. Pero el monopolio de los pontifices tendió ya a su fin
recho consuetudinario, que, en su mayor pane, se presupone, pe-
cuando hacia el año 300 Gneo Flavio, libeno del pontifex rnaxi-
ro no se recoge en la Ley, es considerada por los romanos como
mus Apio Claudio, publicó las fórmulas mantenidas hasta enton-
"la fuente de todo el Derecho público y privado". En cambio,la
ces en secreto.
legislación republicana posterior es puramente coyuntural. Res-

60 61
aPOCA DELESTADO-CIUDAD: LOS rus CN/LE DEL ESTADO·CIUDAD

ponde, casi siempre, a la necesidad de resolver un problema muy vulgarmente, sino el capur traslaticium de impunirate. curiosa
concreto. Resulta también frecuente la repetición monótona de cláusula por la que se garantiza la impunidad al que viole una
leyes sobre un mismo tema, lo cual es un síntoma claro de su fal- Ley antigua para seguir la nueva y que revela, a las claras, el
ta de efcc;tividad. Finalmente, la Ley de las XII Tablas ofrece un conservadurismo romano con esa idea, tan extraña para nosotros
lenguaje claro, conciso, elegante (los antiguos elogian frecuente- de la pervivencia
, del Derecho.
mente la elegantia verborum y la brevizas), que contrasta con el
estilo farragoso y pedante minuciosidad de las leyes posteriores, Entre las leyes de la época arcaica destacan: la lex Poerelia
Papiria de nexis (326 aJ.), que vino a abolir la esclavitud por ¿PPlV
que torpemente tratan de prever -por supuesto, sin conseguir-
acudas. La la Hortensia (286 aJ.) que declara vinculantes los L l¡
lo- todOs los posibles casos de violación de la norma, incluidas
plebiscitos tanto para patricios como para plebeyos. Finalmente, LA,0} r~
las formas más sutiles (fraude a la Ley). Y es que. en realidad,
interpretación literal y posibilidad de fraude a la Ley son dos fe- la ¡ex Aquilia de damno imuria dato (286 a.J.) que regula los da-
nómenosque siempre han ido de la mano. ño~ sobre las cosas (en realidad, se trata de un plebiscito, citado
como la Ley en virtud de la equiparación de léyes y plebiscitos).
Las leyes se votan en los comicios centuriados a propuesta
de un magistrado que tenga el derecho a convocar la asamblea
para someterle propuestas de Ley (ius agendi cum populo); los
plebiscitos en los concilia plebis, a propuesta del tribuno que es
quien tiene el ius agendj cum plebe. Existe la posibilidad de vo-
tar a favor de la propuesta (la cual se llama rogarío), escribiendo
entonces en la tablilla del voto V.R. (urí rogas), la posibilidad de
votar en contra, escribiendo entonces en la tablilla A.P. (anríquo
jure probo), o finalmente la posibilidad de abstenerse escribien-
do N.L. (non liquet). No existe, en cambio, la posibilidad de pro-
poner enmiendas.
Realizada la votación se publica el texto legal en unas tablas
blanqueadas (tabulae dealbatae) para general conocimiento. La
Ley consta de praescríprío, rogarío y sancrío. La praescrjprío
contiene datos tales como el nombre del magistrado proponente,
día de la votación, etc. La rogarío el texto de la Ley, el cual, al
no haber enmiendas, necesariamente coincide con la propuesta y,
finalmente, la sanctio, no es la sanción, tal como se entendería

62 63
B) ÉPOCA DEL IMPERIO UNIVERSAL:
DERECHO PRECLÁSICO Y CLÁSICO
(hasta el primer tercio del siglo ID d.J.)
v

TEMA 4

EL APOGEO Y CRISIS
DE LA CONSTITUCIÓN REPUBLICANA

1. La ascensión de Roma a potencia universal

Con el sometimiento de Italia (265 aJ.) y el comienzo de las


guerras Púnicas (264 aJ.) que significaba la entrada de Roma en la
política mundial, comienza un nuevo periodo en la histoÍia del De-
recho romano. En este punto parece estar de acuerdo la historiogm-
ffa antigua Así el historiador griego Polibio, que escribe una histo-
ría romana en el siglo D aJ., después de resaltar que arranca para su
exposición de la Historia romana de la 129 Olimpiada (= años 264-
261 aJ.), es decir, de la fecha en que los romanos cruzaron, por vez
primem, el mar desde Italia, añade: ''El punto de partida tiene que ser
una fecha ga¡eraImen!e aocptada y rccooocida, a la vez que se des-
prenda con evidencia de los acontecimientos" (Hist.- 1, 5, 4.).
Pero la ascensión definitiva de Roma a potencia universal se
realizó tras el comienzo de la segunda guerra púnica (220 a.J .).

67
aPocA DEL IMPERIO UNIVERSAL:
EL APOGEO Y CRISIS
Roma llegó a dominar en poco más de medio siglo (220-168
2. La administración del Imperio
aJ.) casi todo el mundo antes conocido. Este fenómeno mvo por
fuerza que incitar al esmdio de las causas de la grandeza de RI}-
ma, tema que yababía despertado, allá por el siglo JI aJ., la aten-
La organización del Imperio romano se encuentra dominada
ción del histOriador griego Polibio. Para Polibio la causa decisiva
por la contraposición entre cívitas y regnum: La idea de cívitas o
fue el feliz equilibrio de tres poderes en la constitución romana:
estadl}-ciudad implica una comunidad política de ciudadanos,
el autocrático de los cónsules; el aristocrático del Senado; y el
instalados en un recinto amurallado para defenderlo de cualquier
democrático del pueblo. Un problema diverso es el de si los f(}-
agresión, a la vez que como ciudadanos participan, de una mane-'
manos concibieron desde un principio dominar el mundo. Vien-
ra u otra (y al menos en teoría) en los órganos de gobierno. El
do la consecuencia con que se van realizando sus conquistas, los
antiguos historiadores, e incluso alguno moderno, contestan afir- térruino estado-ciudad. quiere decir, por tanto, que no se trata de
una mera realidad urbana (ciudad), sino precisamente de la for-
mativamente esta cuestión. No obstante, hoy prevalece la idea
ma antigua de estado democrático. Por eso, para los romanos la
contraria: Roma no fue dueña y señora de mares y tierras por ha-
libertas sólo se realiza en el régimen de la civitas. El regnum, en
bérselo propuesto de antemano, sino que se vió impulsada a ex-
pansionarse por la presión de las circunstancias. cambio, es un estado territorial en que los súbditos obedecen a
un único soberano, que tiene un poder ilimitado. En tanto que
Las consecuencias económicas y sociales fueron impresionan- en Italia--encontraron los romanos un variado mosaico de esta-
tes. Las inmensas extensiones de terreno que habían caíd6 en manos dos-ciudad, cuya autonomía respetaron en mayor o menor
de Roma nmy pronto se convirtieron en extensos latifundios, donde medida, fuera de Italia lo decfsivo fue la idea de estado' terri-
trabÍljaban grandes masas de esclavos (que debían su origen al cauti- torial, IÜ Estapo romano se subrogó simplemente en la ante-
verio de guerra), en tanto que a Roma afluían riquezas de todo el or- rior posición del soberano y el antiguo Estado territorial se
be procedentes de los saqueos y de las indemnizacion~, que, como convirtió 'sin más en proviticia romana. Por eso al hablar de la
daños de guerra debían de pagar los pueblos vencidos. No sólo la organización del Imperio romano hay que distinguir entre Ita-
abundancia de materias primas Y la existencia de mercados a escala lia y las provincias, y luego en Italia, el ager romanus del te-
universal, sino el propio negocio del cobro de los impuestos (que se rritorio ocupado por los socíi.
arrendaba a sociedades privadas) detenninó que Roma se viera con
una riqueza y opulencia como no la había conocido hasta entonces.
la importancia que fue adquiriendo el comercio y la riqueza mobi- A) Italia
liaria detetmin6 la aparición de u,!a nueva ciase privilegiada, los
equites o caballeros, ciase que vino a simarse al lado de la nobleza a) Ager romanus. Las conquistas de Roma llevaron a veces a
de sangre, detentadora de la riqueza inmobiliaria. incmporar los estados vencidos al Imperio romano. Por otra
parte Roma fundó colonias de ciudadanos romanos (colo-
68
69
~p()CA DEL IMPERIO UNIVERSAL: EL APOGEO Y CRISIS

niae civium romanorum) que sirvieron para consolidar su B) Provincias


expansión. Así encontramos dentro del ager romanus:
La conquista y anexión de territorios fuera de Italia llevó a la
1. El estado ciudad soberano: Roma.
creación de provincias. La palabra provincia procede de pro vin-
2. Los municipia, es decir, comunidades que habían sido cere ("para v~ncer") y se refería en un principio al conjunto de
alguna vez estados independientes y luego fueron incor- facultades conferidas a un general para una campaña. Pero muy
porados al estado romano. A menudo se concedía a los pronto vino a aplicarse al territorio donde se debían de ejercer
pertenecientes a estaS comunidades el pleno der.echo de esas facultades.
ciudadanía, pero lo más corriente es que se eqUIpararan
Cuando Sicilia, ttas la primera guerra púnica (241 a.J.) cae en
a los ciildadanos romanos solamente en el derecho pri-
manos de los romanos, Roma viene a ocupar sencillamente 'la posi-
vado (cives sine suffragio) .
ción soberana de Cartago. Así se convirtió Sicilia en la primera pro-
3. Las coloniae civium romanorum. Eran asentamientos de vincia romana con un gobernador. Muy prontO Vinieron a añadirse
ciudadanos romanos colocados en puntos de importan- otras: Cerdeña (238 a.J.), C6rcega, España (197), Macedonia (148),
cia estratégica para la dominación romana. Sólo poseían África (146), Asia (133), etc.
una autonomía administrativa muy limitada.
En una primera época los romanos enviaron a provincias ma-
4. Fora et conciliabula civium romanoTUm. Eran lugares gistrados ordinarios (consules, praetores). Pero, debido a)a
de reunión de ciudadanos romanos. aversión de los romanos a multiplicar las magistramras mayores,
lo corriente fue añadir al año de cargó de cada magistrado, otro
b) Socii. Eran los aliados de Roma. El que se reconociera su
más, fuera de la urbe. Ahora bien, en virtud de esa pro"ogatio
soberanía dependía de que hubieran convenido con Roma
unfoedus aequuum o unfoedus iniquum (es decir, en pie imperii ya no era magistradO en sentido originario, sino que ac-
tuaba en la provincia como si fuera cónsul o como pretor (pro
de igualdad' o de desigualdad) . Entre los socii ~upa~~
los latini una posición especial. Unos eran latlm prlScl, consule, pro praetore) y así los gobernadores de provincia vinie-
es decir, ciudadanos de los estados látinos' pertenecientes ron a llamarse procónsules o propretores.
al mismo tronco étnico que los romanos y que habían El imperium de gobernador provincial comprendía funda-
combatido desde un principio aliado de Roma; otros eran mentalmente funciones de tipo militar y político. Además le in-
latini coloniarii, es decir, habitantes de las antiguas colo- cumbía la administración de justicia (iurisdictio) respecto a lós
nias latinas fundadas por Roma. A diferencia de las colo- ciudadanos romanos. Un cuestor le ayudaba en la administración
niae civium Romanorum estas colonias gozaban de am- de las finanzas de la provincia.
plia autonomía.
El principio de gratuidad, propio de las magistraturas roma-

70 71
~POCA DELIMPERIO UNNERSAL: EL APOGEO Y CRISIS

nas no se siguió ~ rajatabla en las provincias, sino que los gober- reelegir como tribuno encontró en una revuelta la muertÍ:. Así,
nadores mcibían dieta por cOnceptos diversos: salarium (dinero por primera vez en la historia de Rotna se violaba la sacrosancti.
para sal), cibarium (gastos de alimentación), etc. Ahor~ bien, lo tas de un tribuno en la plebe y también por primera vez promul-
peor fue la explotación sistemática de las provincias. No se trata- gaba el senado el senatusconsultwn ultimum, que concedía poderes
ba ya únicamente de que los gobernadores, por sistetna, se apro- extraon:linarios a los cónsules pata mantener el orden público (pro-
vecharan de su· cargo para enriquecerse, sino que las societates videant consules ne quid respublica detriment capiat),lo que equi-
publicanorum (sociedades de publicanos) que tenían a su cargo valía a la declaración de un estado de excepción. El jurista Mucio
el cobro de impuestos, hacían negocios fabulosos a costa de la Escévola se pronunció por su inconstitucionalidad.
población provincial. Todo ello hubo de conducir a una grave
El tribuno de la plebe Cayo Graco (123 a.J.) intentó conti-
crisis econó~ica de las provincias durante la época de la re-
nuar la reforma agraria e, incluso proyectó, con acertada visión
pública.
política, la concesión del derecho de ciudadanía a los aliados itá-
licos. Pero corrió la suerte de su hermano cuando quiso hacerse
reelegir como tribullo.
3. La crisis de la constitución republicana De este modo fra~asó la revolución de los Gracos y se
agudizó la contraposición entre optimates y populares. La de-
cadencia del ejército hacía prácticamente inevitable recurrir a
Las devastaciones de Italia en la guerra con Aníbal llevaron a los mercenllrios, lo cual sucede ya con Mario. Pronto estalló
una decadencia del campesinado itálico que constituía la espina también la guerra con los pueblos itálicos, que lograron impo-
dorsal &1 ejército romano. Por otra parte, los nobiles ocuparon ner .sus pretensiones siendo admitidos 6n la ciudadanía ro-
grandes extensiones de terreno del estado, dQnde surgieron lati- mana.
fundios explotados por ingentes masas de esclavos. Para reme-
A la crisis de la constitución romana republicana contribuyó
diar esta situación el tribuno de la plebe Tiberio Graco (133 a.J.)
la concesión de mandos extraordinarios, que eran imprescindi-
propuso un plebiscito que limitaba la posesión de ager pui?licus
bles para conducir las cruentas y largas guerras exteriores, lo
a un número determinado de hectáreas (unas 125). El resto sería
cual fue llevando a una concentración de poder personal en tna-
recuperado por el estado para ser repartido entre el proletariado
nos de caudillos militares de prestigio y provocó finalmente el
de Roma en lotes inalienables. Este plebiscito encontró, por su-
derrumbamiento total de la constitución republicana. Primero
puesto, una tenaz resistencia en el senado, que utilizó al tribuno
trató Sila de restaurar la oligarquía senatorial, pero su restaura-
colega de Tiberio como instrumento suyo, haciéndole que opu-
ción fue efímera. El primer triunvirato (Pompeyo, César y Cra-
siera el veto a éste. La revolución comenzó cuando Tiberio pasó
so) acabó con el triunfo de César que fue asesinado en el año 44
por encima del veto de su colega, pero cuando intentó hacerse

72 73
IíPOCA DEL IMPERIO UNIVERSAL:

por unos fanáticos republicanos; el segundo triunvirato (Lepido,


Antonio y Octavio) acabó con la victoria de Octavio sobre An~
nío en Actiwn en el año 31 a.C .. Octavio es el fundador del pnn-
cipado.

TEMAS

EL PRINCIPADO

l. Naturaleza del Principado

El tema del principado de Augusto ha dado lugar a una nutrida


bibliografía. y es que, como dice Arangio Ruiz parafraseando a
Bonfanle, "el problema jurídico se complica con el político y ambos
se encuentran dominados par el psicológico, que p1an1ea esa persa-
nalidad un tanto enigmática de Augusto, la cual, sin ser impetuosa y
genial corno la de asar, resultaba fría, reflexiva y naturalmente in-
clinada a las soluciones intermedias". Aunque Bonfanle y Arangio
no cilen textos en apoyo de esta opinión, no es dificil encontrarlos.
Así, por ejemplo, el emperador Juliano dice muy gráficamente de
Augusto que es un auténtico camaleón: cambia continuamente de
Color sin que se al!c!e su sustancia. Las observaciones sobre la psi-
cologfa de AugusID son importan1eS, pues Augusto supo imprimir a
su creación estatal el matiz cambiante de su personalidad. Ello ex-
plica que hayan fracasado los intentos de comprender el principado
con categorías jurídiCas.

74 75
~POCA DEL IMPERIO UNIVERSAL:
EL PRINCIPADO

No todas las épocas han tenido la perspectiva histórica nece-


tras qu~ monografías como las de Premerstein, Syme o Wicken
saria para captar tan cOmplejo fenómeno. Cuando el pasado siglo
dan qUIzá más relevancia al aspecto sociológico, otras, como las
Mommsen escribe su espléndida Historia de Roma, que luego
de Beranger y Grenade, se fijan preferentemente en la ideología
habría de merecer el premio Nobel de Literatura en 1902, allle-
del principado. Así, lentamente, los modernos estudios van li-
gar al principado tiene que detenerse, comprendiendo que está ya
brándose del riesgo que supone encerrar la problemática viva del
en el umbral de una ¡lUeva época. El ilustre historia40r alemán
principado en esquemas rígidos.
tendrá todavía que ocuparse del principado en su monumental
"ROmisches Staatsrecht" pero fracasará en su intento de defini- Lo que de verdad sorprende en el planteamiento tradicional
ción. En electo, su tesis de una diarquía, en que el princeps y el e?~rrado ~n el dilema monarquía o república, es la falta de pre~
Senado habrían compartido el poder, presenta el flan~ abierto a cIsIón termInolÓgica. Porque, no es que falten textos de historia-
la crítica y ha sido, por ello, rechazada casi unánimemente. A dores gri.ego~ donde se caracteriza el régimen de Augusto como
partir de Mommsen se ha tratado de encajar el principado en ca- jLOVapXla DI tampoco textos latinos (sobre todo los que recogen
tegorías jurídico-políticas demasiado rígidas, oscilando el péndu- la propaganda oficial) que afirmen ser el r6gimen de Augusto
lo entre la consideración como monarquía o como república. ~na ~erdadera res publica. Lo que resulta, en verdad, ingenuo es
Así, mientras Gardthausen piensa que el principado de Augusto ldenuficar sencillamente jLovapxta con "monarquía" y res pu-
era .una monarquía militar, supone Mayer que Augusto vino a blica con "república" en vez de estudiar el valor semántico de es-
restaurar la libera res republica. tos términos y encontrar su equivalencia funcional en un deter-
minado lenguaje moderno, siguiendo para ello los cauces de la
Hoy día, al ver ensanchado ante nuestros ojos el horizonte de
las experiencias políticas, comprendemos que el error de todas semántica es~ctural diacrónica. Ahora bien, puestos a simplifi-
car y a tradUCIr los dos vocablos clásicos, sería más exacto ha-
estas teorías fue no comprender que la naturaleza fluctuante del
blar de autocracia y democracia, respectivamente. Late, en efec-
principado de Augusto no se puede captar con unas rígidas cate-
to, en lo más hondo de toda cuestión, y sobre todo en las conlÍ-
gorías jurídico-políticas (por añadidura modernas), sino desde el
nuas referencias de la propaganda oficial al consensus
punto de Vista de una ideología política y de una.realidad socio-
lógica. La iÍli:ología política, no presenta un carácter definido, si-
universorum, la problemática de la legitimidad del nuevo orden.
no que más bien es el velo que tratá de enc1Jbrir la realidad. So-
ciológicamente, quizá pudiera decirse que el régimen de Augus- a) Una fuente de primera magnitud para conocer el principado
to se basaba en dos factores: uno material, el ejército; otro morru, de Augusto lo constitlIye su autobiografía (Res gestae divi
la convicción de todos de que no se podía salir del caos de la Augusti =relato de las hazañas de Augusto), que ha llegado
guerra civil más que concentrando los poderes en una sola mano. has~ n~sotros a ~avés de' dos inscripciones de Ankara y
Las modernas investigaciones discurren por estos cauces: mien- AnuoqQta respecUvamente. De hecho, al separar nellimente
el plano de la realidad sociológica del de la ideología políti-
76
77
~POCA DEL IMPERIO UNNERSAL:
EL PRINCIPADO
ca, comprenderemos el valor excepcional que revisten las
Res gestae para conocer las ideas de la época. ~e Augusto. Octavio libera a, la patria que estaba oprimida por la domi-
En efecto Augusto, consciente de su responsabIhdad ante la nación de la facción. En adelante, ya no habrá más faccio-
Historia, hace un magno intento de justificación cara a la nes; él, que, según proclama, se encuentra en el poder gra_
posteridad. cias al consentimiento de todos (cfr. cap. 34), no se apoyará
en un bando dctenninadu, sino en el consensus universo-
La áutobiografía de Augusto comienza con las palabras verda- rum, o más concretamente, en el consensus bonorum om-
denunente impresionantes: "A la edad de diecinueve años enro- nium, es decir, en los boni viri, en los boni cives.
lé, por decisión propia y con dinero privado, un ejército: co~ el
cual liberé a la patria que estaba oprimida por la dommacIón Este tópico de la concordia ordinum reviste una importancia
de la facción". decisiva para el nuevo orden, pues está detenninado a servir
de pantalla a la despolitización. Yaquí también pudo utili-
Augusto se nos presenta aquí como el general más joven de zar Augusto ideas provenientes de Cicerón. Es característico
la historia de Roma, lo cual hubo de contribuir no poco a un texto de De republica (11, 42, 69): "Pües así como al so-
crear ese carisma que él decía: tener. nar flautas o cítaras o en el propio canto y en los coros, hay
El ejército enrolado por su cuenta, con dinero privado, le que mantener un cierto concierto, cuya alteración o discre-'
plantea el problema de la legitimidad. Cicerón, ~losando las pancia no pueden tolerar los oídos finos, y este co cierto se
l1
palabras privato consilio dirá: "Pues no se ~a ~~ar de produce a través de los más diversos tonos al seguir el com,
otro modo", e, incluso, muy gráficamente senalará. sm que pás dentro de una hennosa re~ularidad, así el Estado, con tal
nosotros lo pensáramos, pidiéramos o esperáramos, .~ues ~a­ que se gobierne con prudencia y medida, une también armo-
recía ser irrealizable". Magdelain, siguiendo ideas cIceroma- niosamente las personas más diversas de la clase alta, de la
nas, distingue entre el princeps liberatis, qu~ actú~,privato baja y de la media. Lo que los músicos llaman annonía en el
consilio, cOnduciendo un movimiento de lib.eraclOn y va canto, eso es en la sociedad la conconlia, la mejor y más fIr-
contra la constitución para implantar un ~I\, nuevo, y el me garantía para la estabilidad de cualquier Estado, ya que
princeps rector que opera ya publico cons~lia dentro. del or- ninguno puede subsistir sin justicia". El director, que va
den establecido. Esa separación resulta qUIzá demaSIado ta- marcando el compás y a quien todos deben de seguir es, por
jante y unilateral, sin que termine, por otra parte, de resolver supuesto, el hombre de estado, el gobernante. Como el texto
el problema. se comenta por sí solo, baste altora señalar que el discrepan- \
te es el que altera esa armonía y que el vir bonus y el bonus
El tópico de la guerra de liberación aparece unas v.eces uni- civis es el que no va contra esa concordia ordinum.
do a la eliminación de las facciones, otras, en cambIO, en co-
nexión con la idea nacional. La idea de la guerra de liberación se encuentra también, a
raízde la batalla de Accio, en una moneda del año 28 que
78
79
llPOCA DEL IMPERIO UNIVERSAL: EL PRINCIPADO

proclama a Octavio como garantía de la libertad del pueblo presentará en definitiva, a sí mismo como el digno continua-
romano. Ovidio(Fasti, IV, 623 ss.) remachará l!l misma dor de una gloriosa tradición nacional, velando por los valo-
idea: luJe quoqUil, 11Í fallor, populo dignjssima noSfro atri(l res de la Romanidad, Multa exempla majorum exoleseentia
libertos coepit hobere SUD. En efecto, aunque la lucha contra iam ex no~tro saeculo reduxi et ipse multarum rerum exem-
Antonio es rel!imente una guerra civ~, Octavio tiene la habi- pla imitanda posteris a me tradidi, dice el propio Augusto
lidad de presentarla como una lucha que mantiene el pueblo en las Res gestae (cap. 10).
romano o, si se quien:, la civilización occidental, é'ontra la
barllari~y el despotismo de Oriente. Octavio evita que Ro- Serán las victorias militares las que traigan la paz: Parta
ma sea sojuzgada por una pote!1ciá extranjera. La idea na- vietorjjs pax (Res gestae, cap. 13). Vuelto a Roma aceptan!
cionalista aparece con claridad en el capítulo 23 de las Res Octavio, de entre los hombres propuestos por el Senado, la
gestae: "Toda Italia me juró fidelidad espon~eamente y ovación y las conmemoraciones anuales de la victoria, seña-
me eligió como caudillo para la guerra que gané Junto a Ac- lando determinados días festivos. La toma de Alejandría el 1
cio ll

de agosto del año 30 será la fecha de la ·Victoria, quod eo
die imperator Caesar divi f rem publieam tristissimo peri-
Syme, .después de mostrar su escepticismo ante una declara- culo liberavit, frase que reitera otra vez la idea de libera-
ción contenida en un documento oficial comenta: "No hay c~. /
que imaginar que todo el país, inflamado de patriotismo, se ·
levantara, como un solo hombre, clamando por una cruzada Después de la victoria, la paz, luego, a posteriori, las preo-
contra el enemigo extranjero. Aunque, por otra parte, el cupaciones por la legitimidad y, con ellas, la autolimitación
frente unido no se logró únicamente mediante la intimida- del poder ¡xisonal. Efectivamente, el 13 de enero del año 21
ción. No hay testimonio alguno de los hombres en quienes a.C., es decir, tres años después de la victoria sobre Anto-
se llevó a efecto la medida El juramento de alianza no fue nio, tiene lugar una meriJorable sesión en el senado. Octavio
declara, de pronto, quererse retirar a la vida privada y devol-
quizá un acto único, ~dado por decn:t~ del. caudillo ~sar
y ejecutado simultáneamente en tooa ItalIa, ~o más bIen la ver al pueblo y al senado los pÓderes extraordinarios una
culminación en el verano de una serie de agitaciones loca- vez cumplida su misión de salvar a la patria y de castigar a
les, que, aún lejos de no estar concertadas, presentaban una los asesinos de César. Sólo después de los insistentes ruegos
cierta apariencia de espontaneidad". del senado accede a continuar en el poder. Pero ahora quiere
gobernar constitucionalmente: Él había sido elegido como
Todo este movimiento nacionalista se combina con una ten- caudillo para la guerra que ganó en Accio; continuó gober-
dencia a exaltar el glorioso pasado de Roma, que, aparte de· nando en el consensus universorum y, ahora, transfien: la
la posibilidad de servir a intereses reaccionarios, reforzará . res publica al arllitrio del pueblo y del senado. El senado, en
las pretensiones de legitimidad del nuevo orden. Augusto se_ reconocimiento de sus méritos le concede, entre otros hono-

80 81
~POCA DEL IMPERIO UNIVERSAL: EL PRINCIPADO

res, el título de Augusto. "A pitrtir de ese momento", dice él, cho, en virtud de la cual todos los romanos quedan asimila-
"a todos superé en auetoritas y, sin embargo, no tuve más dos a los soldados. Luego, dux, 'es decir, caudillo, que nos
potestas, que los demás que desempeñaban las magistraturas trae. aún resonancias guerreras y ,pronto es sustituido por el
como colegas míos". El poder de Augusto no es, por tanto, eqmvalente de prineeps, más acorde con la paz, aunque los
según él, un poder meramente material, sino más bien de ti- ~egos sigan vertiéndolo por TJ'lfEIUJJV (equivalente a dux).
po espiritual, basado en su prestigio o, para decirlo más Fina1m:nte AuguslUS, apelativo que le concedió el senado y
exactamente, en su carisma (auetoritas). Esta idea es funda- que revIste matices religiosos, aún dentro de su vaguedad; y
mental en la concepción del principado de Augusto. No obs- pater parriae, que define ya el régimen de Augusto como
tante, Tácito, con referencia a Augusto, habla de potencia, patemalista.
no de auc/orilas.
b) Pasando ya del plano de la mera ideología al de las {calida-
des, veamos cómo los poderes de Augusto y sus títulos re- 2. La sucesión en el Principado
flejan su posición constitucional casi omnipotente.
Con el imperium proeonsulare y la tribunicia potestas tiene
prácticamente todos los resortes del poder en la mano. Pero El problema más difícil de resolver en el principado lo constitu-
también sus títulos reflejan con claridad su preeminencia y yó ~ sucesión: como el principado estaba basado en el poder caris-
el carisma, que él dice tener. En primer lugar, Caesar impe- rnábco de Augusto, que gobernaba, según se decía, por sus cualida-
rator. Cacsar, indica el hecho de la adopción de Octavio por des excepcionales; la regulación de la sucesión era ya de antemano
parte de C6sar; lmperator es qui imperat, el que manda un problemática La propaganda política presentaba a Augusto como a
ejm:ito, es decir, un general, pero no un general cualquiera un ser excepcional, ¿cómo encontrarle sucesor? Hubiera sido posi_
sino un general muy calificado. Como bien advierte GlIIllt- ble que el senado eligic:m como sucesor a la persona más digna del
hausen: "Con este título quiso C6sar (Augusto) marcar la di- cargo. Pero a ello se oponía el hecho de que el senado no tenía casi
ferencia entre los viejos y los nuevos tiempos; pues, la crea- ~ Otras dos posibilidades fueron con el transcurso del tiempo
ción de C6sar se basa fundamentalmente en que injertó en la JCaii~: a veces los diversos ejérci¡os hicieron valer sus pretensio-
constitución el concepto de un general permanente y un nes desIgnando un sucesor, otras fue el propio princeps el que nom-
ejm:ito estable, como hasta entonces no lo había conocido lir6 sucesor e, iIicluso, adoptaba, como corregente, al que a su muer-
la república". Recientemente Combés explica el significado te había de sucedcrle.
de imperator en los siguientes términos: 1) Octavio quiere
Por eso, hay un hecho evidente en que coinciden todos los
perpetuar así sus victorias y simbolizar su potencia. 2) No es
autores: el talón de Aquiles del principado lo constituye el pro-
un poder jurídicamente defmido, sino una potencia de he-

82 83
ÉPOCA DEL IMPERIO UNIVERSAL:
EL PRINCIPADO

blema sucesorio. Ni siquiera a la hora de dar rarones que expli-


ciones de vacancia entre los principados". La republica, al igual
quen esta dificultad de regular la sucesión hay un desacuerdo
que la monaIquía, se basa en la idea de continuidad jurídica de la
fundamental. Basta, para convencerse de ello, repasar la ya clási-
magistratura suprema y en ambas formas, al cesar la persona que
ca exposición del problema en Mommsen. Verdad es, que su ocupa el cargo supremo, es relevado inmediatamente_ En el prin_
teoría se resiente del defecto de querer amoldar la realiaad viva
cipado sucede, exactamente, lo contrario ''La inquietante descon-
del principado a unos esquemas formales, que, en definitiva, es- fianza, que dominaba la organización de Augusto y que encontró
tán condicionados históricamente. Cierto también, que le falta a su más grandiosa e irritante expresión en su sucesor y, perfeccio-
la ciencia política del siglo XIX la perspectiva histórica necesaria nador del sistema, no se apartó ya nunca del principado ... ". "Esta
para captar la dinámica de la creación estatal de Augusto y que desconfianza del soberano se dirigía contra todo y todos, pero
Mornmsen quedará irremisiblemente aprisionado por las ideas de
preferentemente, a más de su representante, contra el sucesor y
su época. Y, sin embargo, en las luminosas páginas que dedica al
el modo de protegerse fue eliminar el ordenamiento sucesorio. El
problema sllcesorio, resplandece la admirable intuición del histo-
principado renunció a una sucesión regulada..de antemano, por-
riador y del político. Mommsen, en realidad, no habla de suce-
que el princeps no se sentía bastante seguro para, viviendo aun,
sión. Él considera el principado como una magistratura extraor-
designar él mismo sucesor o permitir que otros lo designaran.
dinaria y vitalicia y estudia el problema bajo la rúbrica "Termi-
Ahora bien: "aunque, jurídicamente la cuestión de quién había
nación y nueva provisión del principado". El modo normal de
de suceder al princeps, sólo llegara a decidirse tras su muerte, no
que acabe el principado es la muerte del princeps (aunque, en
obstante, la decisión se podía introducir y preparar viviendo aun
teoría, no se excluya la remoción o la renuncia). Determinar la el princeps.
provisión del principado antes de que se produzca la vacante es
imposible jurídicamente, pues ni la sucesión hereditaria, ni la de- La valoración de esta exposición de Mornmsen tiene que ser
signación son compatibles con su naturaleza, que respeta, al me- altamente elogiosa. Cierto, que no sería difícil hoy hacer una crí-
nos en teoría, la voluntad del pueblo y del senado. Por una parte, tica centrándola en dos puntos: rigidez de un enfoque jurídico y
el Derecho constitucional no reconoce pretensiones sucesorias terminología viciosa. Tan influido está Mommsen por Derecho
de nadie. Por otra, no cabe que el princeps en vida suya designe constitucional del siglo XIX, que considera la propia monaIquía
sucesor: El poder supremo y el nombre de "Augustus" exclllyen romana como una magistratura. Así no puede sorprender que el
la aposición de términos, pues la' voluntad popular a este respec- principado entre dentro de la clasificación de las magistraturas
to sólo se puede manifestar con efecto inmediato. Al princeps le en ordinarias y extraordinarias. El principado es para Mornmsen
queda siempre la posibilidad de proponer un sucesor; y, aunque una magistratura extraordinaria y vitalicia. El problema de la su-
esta propuesta formalmente no tenga fuerza vinculante, de hecho cesión es: con el princeps muere el principado. La solución: con-
reviste a menudo una importancia decisiva. Es también muy su- vertir esta magistratura en ordinaria. La terminología es chocan-
gestivo el problema que Mommsen estudia en el epígrafe "situa- te: "situaciones de vacancia entre dos principados", "nueva pro;.. ...

84 ~~.~!'.~1;
~..<, , ,"',"'" (!"'I '"

\:,i:~I!! ''1
\'~~).I
ÉPOCA DEL IMPERIO UNNERSAL: EL PRJNCIPADO

visión del principado" o "república con vértice monárquico". Y, monarquía con arraigo (tal y como la conociera, ya plenamente
sin embargo, la experiencia humana del político y del historiador la Antigüedad) siguió repercutiendo, en una u otra forma, duran-
viene a infundir vida a unos fríos esquemas jurídicos, inadecua- te mucho tiempo, hasta fines de la Edad Antigua y aún después.
dos por añadidura. Salvando esta crítica, fácil hoy día, insisto, Así, casi cada cambio de gobernante se convertía en una crisis
desde la perspectiva que dan otras experiencias políticas, todo política interna. A pesar de estar dotado el principado de digni-
son aciertos: la exposición de los motivos, que impiden a priori dad sacra y de haber arraigado en la conciencia popular como di-
el reconocimiento de pretensiones sucesorias o la designación de men"sión fija y necesaria, con la muerte del César estallaba de
un sucesor por el princeps; la eficacia, en el plano de los hechos, nuevo la situación revolucionaria a la que el principado debió un
de la propuesta de un sucesor por el princeps; a pesar de no ser día su existencia y aparecía con claridad el hecho de que, dados
jurídicamente vinculante; la falta de continuidad en el principado sus comienzos político- constitucionales, era una dictadura a du-
inherente a su naturaleza; el juicio, totalmente negativo de la or- ras penas encubierta (dictadura en sentido moderno, no en el que
denación sucesoria, fruto de ser el principado una forma híbrida tenía c;n la Roma antigua). Llegaba a César etque resultaba ser
entre monarquía y república, que reúne lo peor de ambas formas; el más fuerte y si la decisión sobre este extremo no siempre se
la fina observación sobre el papel de la desconfianza en el siste- llevaba a efecto por el juicio de Dios de una guerra civil, era sólo
_-.roa, que lleva nada menos que a eliminar el propio orden suceso- porque, por regla general, los hombres sentían poca inclinación a
rio. Todo ello descrito con una plasticidad y vigor de estilo, que lanzarse a la lucha abierta por el poder y porque entre las funcio-
una traducción sólo muy imperfectamente puede reflejar. nes políticas más destacadas del César romano se encontraba el
Hoy día resulta desde luego preferible enfocar el probl~ma prejuzgar el interrogante abierto de quién sería, tras su muerte, el
desde la polaridad dialéctica entre la idea carismática y la Idea de más poder. Esio era, en el fondo,un asunto meramente prag-
mático y el Derecho constitucional, con lagunas en este punto,
dinástica o, si se quiere decirlo de otro modo, desde la anútesis
de por sí poca fuerza podía desplegarse a este respecto. El Sena-
personalización e institucionalización del poder.
do, como la corporación representativa del Estado romano, tam-
Un enfoque moderno y completamente original se debe a la poco era una auténtica instancia decisoria. Era un factor más, en-
pluma del prestigioso historiador alemán Alfred Heuss: tre otrOs, en el paraJelógramo de fuerzas, pero, en modo alguno,
"El imperio romano -primordialmente el principado- dife- el "soberano", que eligiera por decisión libre al princeps. Más
ría de una constitución monárquica en que le faltaba el requisito aún, pensado únicamente como órgano de asentimiento a las me-
fundamental de ésta, a saber: un orden sucesorio estructurado en didas preparadas por el César premuerto, su toma de posición era
la conciencia de la legitimidad. No conoció el principio "el rey más virtual que real y aún ésta, a tenor de su contenido intrínse-
ha muerto, viva el rey", tan familiar a nosotrOs, en Occidente, a co, poco más podía ser que una forma de aclamación -útil co-
partir de la Edad Media. La consecuencia de no proceder de una mo tapadera-modelada como prototipo el 13 de enero del año
27 a.C.".

86 87
ID>ocA DELIMPERlO UNIVERSAL: EL PRINCIPADO

Comparando las consideraciones de Mommsen con el te~to Agripa y luego, muerto éste, con Tiberio. También se sirvió de
de Heuss transcrito, se advierte la diferencia entre un enfoque Ju- la adopción. La adopción, que imita la naturaleza (imago naIU-
rídico y un enfoque sociológico, imprescindible, a mi juicio, pa- rae) es un instituto de Derecho privado, de importancia incom-
ra resolver la problemática. Heuss compara el principado con parablemente mayor en Roma que hoy día. A ella acuru; el Dere-
una monarquía para señalar agudamente la diferencia fllOdamen- cho público para resolver el problema sucesorio. Augusto adop-
tal: falta de un orden sucesorio estructurado en la conciencia de tará un sucesor, en el sentido más literal de la expresión. Así
legitimidad. También él, como Mommsen, señala la falta de con- serán primero sus nietos, hijos de su hija, los que por eljuego de
tinuidad del principado, pero profundiza más, al enlazar el pro- la adopción pasarán extrañamente a ser hijos suyos. No obstante,
blema sucesorio con el origen revoluciQnario del régimen de Au- por una vez el destino le será adverso y le obligará a cambiar
gusto. Tan importante es esta idea que en el fondo del problema continuamente de planes. Al fm, tiene que recurrir a Tiberio. Au-
no palpita la idea de "sucesión", sino la de una nueva toma del gusto adopta a..TI!!!IDo como sucesor, aunque originariamente
poder. Heuis a la hora de calificar es realista: dictadura a duras sólo había pensado en él como regente. ¿Predomina aquí la idea
penas encubierta. Como no puede ser más realista la conside~­ dinástica? Sólo en apariencia. Bien claramente hace constar Au-
ción: llegaba a César el que resultaba ser el más fuerte. El anáh- gusto que es la razón de Estado (rei publica e causa) la que le
sis sociológico le permite captar perfectamente el porqué no aca- hace adoptar a Tiberio como sucesor. Por su parte, Tiberio, lo
bab,a todo en una guerra civil; el papel del princeps en la desig- hemos visto en el relato de Tácito, no se presenta ante el senado
nación del sucesor; la escasa importancia del senado, revelada con pretensiones dinásticas. Como bien dice Parsi: "La herencia
ya, sin más, por la forma de aclamación. No puede faltar en tal no transmite, por tanto, el carisma del principado y la fidelidad
perspeciva la referencia al escaso valor del Derecho constitucio- que éste lleva consigo. Para este carisma, para esta fidelidad, se
nal. Creo que es imposible resumir con más acierto los términos organizan al advenimiento modos precisos de investidura: no
del problema de la sucesión en el principado. hay un traspaso ipso iure del difunto al heredero. La filiación, no
crea más que una vocación moral. Vocación moral tanto para los
A Augusto la naturaleza le dio únicamente una hija. Es posi- poderes constitucionales como para un carisma y una fidelidad,
ble que de haber tenido hijos varones el futuro d~ Roma hubiera que se convierten a su vez en constitucionales, cuando expira el
sido distinto, si bien conviene tener presente que a la idea dinás- gobierno del fundador. La filiación no crea más que una expecta-
tica se oponía: directamente, el principio carismátic(); indirecta- tiva. Teóricamente se respeta la libertad del pueblo Y del se-
mente, la aversión que los romanos tenían por la monarquía. Da- nado."
das las circunstancias, Se le ofrecían a Augusto dos soluciones
posibles para salvar la distancia entre el principio carismáti~o y Aunque en Tiberio confluyan la cualidad de' regente y de
la idea dinástica: una política matrimonial hábil Y la adopctón. pretendiente dinástico (si se me permite esta expresión) conviene
Recurrió a ambas. A su hija Julia la casó primero con su genenil separar ambos aspectos.

88
~POCA DEL IMPERIO UNIVERSAL:
EL PRINCIPADO

Señala Mornmsen, con acierto, cómo la falta, ~n el principa-


había captado el espartano Licurgo, el cual opinaba que a un rey no
do, de una designación de sucesor, jurídicamente vinculante, da se le elige... siqo que hay que aceptar a uno, sea como fuere, con tal
al nombramiento de corregente una importancia, que no puede
que haya nacido de la estirpe de Hércules; no obstanre, la gente de
tener en una monarquía con orden sucesorio prede.terminado: el
nuestro pueblo, a pesar de ser aún I)ÍStÍcos, veían que hay que bus-
expediente de la corregencia no sólo procura salvar la 'continui- car la virtud Yla sabiduría del rey y no la de la estirpe" ..
dad, llenando el vacío que queda entre dos príncipes, sino que,
prácticamente se crea con miras a la sucesión. Todo ello sin con- Personalización e institucionalización del poder se encontra-
tar el significado vital de la corregencia para la representación en ban así en la Roma de Augusto c;n dramática antfresis. No le iba
los últimos años de Augnsto. Con razón, apunta Mommsen el a ser fácil a Roma compaginar en el futuro la idea carismática, es
carácter de poder extraordinario, que reviste la corregencía, más decir, la idea de que debe gobernar un hombre por tener unas
acusado si cabe que el poder del propio princeps. cualidades excepcionales, con la idea dinástica, según la que go-
bierna un hombre, pura y simplemente, por estar dentro de una
Aurique, por definición, el corregente no pueda tener la preemi- familia. .
nencia del princeps, se va verificando paulatinainenre en vida de és-
re como una transmutación de carisma. O, para ser más exactos, el Las dinastías que gobiernan en Roma después de Augnsto
carisma de Augnsto se va institucionaIizando. La muerre del prin- (ver Tabla cronológica) corroboran ampliamente este aseno. Los
ceps transforma automáticamente al corregenre en regenre. No obs- Julio-Claudios (Tiberio, Calígula, Claudio y Nerón), que viven
tante, su situación lleva, como un marcado sello de inremidad. Co- el esplendor del Imperio entre asechanzas por la sucesión, en-
mo la base sOciológica del principado la constituyen las relaciones cuentran un final violento. Al suicidio de Nerón signe un año de
de fidelidad, lo primero será el juramento de fidelidad, que viene a anarquía a la que pone fin Vespasiano.
aseguIlll', sObre todo, el apoyo del ejéIcito. Luego, viene por parle
Los Flavios (Vespasiano, Tito y Domiciano) tiene un co-
del senado, la investidura del poder, concebido como un todo unita- mienzo y un final caracrerístico: Con Vespasiano aparece por
rio. En este ¡ter hacia el poder el pueblo desempeña el papel de
vez primera un general que es aclamado por las legiones provin-
campana. ciales. "Aquí se nos revela", dice Tácito, "el secreto del Imperio:
Era la falta de arraigo de la monarquía el obstáculo más fuer- ya se podía hacer un emperador fuera de Roma". El asesinato de
te para que el principio dinástico se impusiera definitivamente. Domiciano pone fin a su tiranía y, a la vez, a la dinastf~ de los
Roma no era un pueblo monárquico. Desde la expulsión de su Flavios. .
último rey "se había conservado en Roma siempre vivo el odio
Los Antoninos --mejor que de dinastía habría que hablar aquí
por el nombre real". El propio Cicerón, idealizando la antiquísi-
de emperadores adoptivos- (Nerva, Trajano, Adriano, Antonino
ma monarquía romana, ataca el principio dinástico y clama por Pio, Man:o Amelio, Commodo) ofrecen, con la única excepción de
el carismático: "En ese tiempo vió aquel pueblo joven lo que no
Conurodo, la solución más consecuenre al problema de la sucesión
90
91
~POCA DEL IMPERIO UNIVERSAL: EL PRINCIPADO

en el principado: el soberano en el trono adopta a su sucesor. Es no por ello era Augusto tribuno de la plebe; imperiwn proconsu-
la época mejor del principado: su ideal humanitario, inspirado /are y tribunitia potestas enm facultades constituidas a imitación de
por el estoicismo, se realiza en la paz del imperio y el propio Tá- las magistratunis republicanas COITeSpOndientes.
cito tiene que reconocer que principado y IibertLlS, que antes anda-
Además quedó muy pronto de ínanifiesto en la nueva orde-
ban disociados, ahora se funden. Marco Amelio, no obstante, al
n~ción del Estado un dualismo entre la antigua caja estatal Aera-
pensar que el princeps optimus, el mejor, puede también estar en la
num P~puli Romani y la fortuna privada del princeps, Fiscus
propia familia se equivoca: la elección de su hijo Cornmodo, como CaesaTls, así como entre las antiguas provincias republicanas
sucesor lleva al trono a un incapaz, que pronto se convierte en tira-
que ahora se llamaban senatoriales, y las provincias imperiales
no. Al fin es asesinado y vuelve un año de anarquía.
q~e .eran las de mayor importancia militar. Mientras que para ad-
Con Seillimio Severo, proclamado emperador por las legiones mInIstrar las provincias senatoriales se siguieron nombrando
del Danubio se instaura la dinastía de los Severos, que dará aún años I!roco~u/es y propraetores, actuaban como gobernadores, en las
de estabilidad al hnperio (193-235). El asesinato de Alejandro Seve- I~periales .los nuevos funcionarios que ora tenían rango senato-
ro abre ya medio siglo de anarquía. Es el fin del principado. nal (!.egotl Augusti propraetores), ora pertenecían al estamento
de los caballeros (prOCUTatores). Una posición especial ocupaba
Egipto administrada por un gobernador del estamento de los ca-
balleros (praefectus Alexandriae el Aegyptz).

Pero también en la propia ciudad Roma surgió una extensa


3. La nueva administración estatal burocracia. Los funcionarios de rango más elevado eran los
pr~efecti: praefeclUS praetorio (jefe de la guardia personal del
pnnceps),. praefeclUS vigilum (jefe de policía), praefectus vehi-
El contraste entre la constitución republicana y el princeps c.ulorum (jefe de corren y comunicaciones) y praefectus annonae
condujo a un dualismo en la administración estatal: por un lado, ~efe de abastecimiel)to). Dos cancillerías (ah epislUlis y a libe-
siguieron subsistiendo las instituciones de la República (magis- lIS), ~upadas por Hbertos del princeps, cuidaban la correspon-
traturas, senado y asambleas populares), pero por otro, el princeps den~~ de éste, y un contable (o rotionibus) era el encargado de
reunía un inmenso poder, que se concentraba en el imperiwn pro- adminIstrar las finanzas del princeps. Además hay que destacar
consuJare y en la tribunitia potestas. El imperiwn proconsuJore el relevante papel del consilium principis, órgano formado por
oinrgaba al prineqJS el poder sobre el ejército y las provincias; la los ~un~ionarios de rango más elevado a la vez que por destaca-
tribunitia potestas le investía de las facultades de tribuno de la ple- ~os Junstas y que asesoraba al princeps en sus funciones norma-
be, es decir, íus auxüü (derecho de amparo) con la correspondiente Uvas y jurisdiccional.
inlercessio (derecho de veto) y sacrosanctias (mviolabilidad). I\:ro

92 93
ru>ocA DEL IMPERIO UNIVERSAL: ELPRlNClPAOO

4. Principado YCristianismo mente en Oriente. Los problemas de estas comunidades no radi-


caban en el ámbito jurídico, sino en el social, ya que los senti-
mientos antisemitas no son tampoco extraños a la Antigüedad.
Jesús de Nazareth nace en la época de Augusto y muere, cru- Los Cristianos participan, en un primer momento, de esta situa-
cificado, en la época de Tiberio, siendo prefectus de Judea Pon- ción, ya que en el Imperio romano son considerados como una
cio Pilatos. Se trata, naturalmente, de hechos históricos. Así, un simple secta más del judaísmo.
célebre texto de Tácito (Annales XV,44) nos recuerda la muerte
B) Esta situación cambia radicalmente cuando se pone de
de Cristo en la cruz y una inscripción de Cesarea de Galilea, des-
manifiesto la vocación universal del Cristianismo. El paladín de
cubierta en 1961, pone de manifiesto que Poncio Pilatos no era
esta universalidad es San Pablo, llamado, por ello, el Apóstol de
un simple procurator (como hasta entonces se había creido), si-
los gentiles. En efecto, San Pablo proclama (ad Colos; m,U)
no praefectus. La condena a muerte de Jesús es una consecuen-
que Cristo lo es Todo y está en todos y que, por tanto, no hay
cia de su choque con los poderes fácticos locales. La excusa es
distinción entre gentiles o judíos, circuncisos y no circuncisos,
una tosca"tergiversación, que lleva a presentar a Jesús como
bárbaros o escitas, esclavos u hombres libres. La idea clave re-
enemigo del pueblo romano Y a exigir de Pilatos su condena a
sulta ser, a este respecto, la de que no hay distinción entre cim-
muerte. cuncisos y no circuncisos, pues la práctica del rito de la circunci-
Aquí corresponde únicamente tratar de las relaciones del sión es lo que determina la entrada en la comunidad judía y, por
Cristianismo con el Imperio romano Y ahora, concretamente, con tanto, la pertenencia a la re/igio licita. Así, desaparecida la dis-
el Principado. Así, dada la tolerancia en materia de religi~nes, el tinción entre judíos y no judíos, es verdad que todos serán cris-
problema que se plantea es el siguiente: ¿Cómo se exphcan las tianos, pero también lo es que van a perder la cobertura legal de
persecuciones a los cristianos? la religio licita. Verdad es también que los cristianos no serán,
sin más, perseguidos, pero quedan en una situación muy preca-
A) El Cristianismo nace en el seno del judaísmo. Ahora
ria, expuestos a cualquier coyuntura desfavorable.
bien el tratamiento de la religión judaica por parte del poder ro-
man~ es justamente una muestra de flexibilidad: la religión ju- Esta coyuntura desfavorable se va a dar en la época de Ne-
daica es una religio licita y, Cesar exceptúa a sus sinagogas' de. la rón, donde ya se distingue netamente entre judíos y cristianos.
~

prohibición de asociarse. Consecuentement~, pued~n ser ~:oplC:" En efecto, con ocasión del incendio, probablemente fortuito, que
tarias de bienes y están sujetas a la consIguIente mbutaclOn. En devasta Roma, el emperador Nerón, para alejar de sí cualquier
otras palabras, su situación es completamente legal. sombra de sospecha, carga la culpas a los cristianos. El Cristia-
nismo va a sufrir así su primera persecución.
Después de la Diáspora o dispersión de los judíos había comu..
nidades judías a lo largo y a lo ancho del Imperio, pero especial- C) Con todo la difusión del Cristianismo por todo el Impe-

94 95
&ocA DEL IMPERIO UNIVERSAL:

rio (primero, en Oriente y, luego, en Occidente, es realmente im-


presionante. Las causas son tanto intrínsecas como extrínsecas.
En primer lugar, la neta superioridad de! mensaje cristiano, que
toca el fondo mismo de la existencia humana, frente 'a la religión
romana polÍteista, basada en ritos puramente externos y en el
culto al emperador. En segundo lugar, la unidad del Imperio ro-
mano y de la propia cultura hel6nica facilita la comunicación y,
por tanto, ia difusión del mensaje de Cristo. En realidad, la pri-
mera via de"penetración del Cristianismo van a ser los l?uertos TEMA 6
mediteITáneos orientales y, frecuentemente, las propias comuni-
dades judías- de la Diáspora. El Cristianismo no es, por supuesto, IUS e/v/LE -IUS GENTIUM -IUS
tan sólo la religión de las clases bajas, sino que las conversiones HONORARIUM
se producen en el seno de los más diversos estratos sociales ur-
banos. En cambio, en el campo el Cristianismo no llega a pene-
trar. Los habitantes de las aldeas (pagi) serán, por ello, llamados
Upaganos". 1. La contraposición ius civile - ius gentium

D) A comienzos del siglo II el problema de la política a se-


guir con los cristianos preocupa ya a las autoridades romanas.
En la Antigüedad tuvo vigencia casi ilimitada el principio de
AsíWmo ellóvE!9 a la sazón gobernador de Bitinia, consulta al la personali"-ad del Derecho: Cada pueblo vivía según su propio
emperador Trajano, que le señala las líneas maestras de actua- Derecho. Así, el Derecho romano, de por sí, sólo regía para los
ción: No proceder de oficio, sino sólo a través de denuncia, sin ciudadanos romanos, y, por tánto, los extranjeros estaban siste-
hacer empero caso de las denuncias anónimas. Y, luego, dejar li- máticamente excluidos. Así pues, el ius civile, ius civitatis, era
bre al que acceda ofrecer sacrificios al emPerador. Es decir, lo Derecho civil en el sentido más estricto de la palabra, es decir,
que está en tela de juicio es la lealtad al emperador. Con todo, un aut,éntico Derecho nacional.
serán muchos los cristianos condenados a muerte por no permitir
su conciencia acceder a estas exigencias. La entrada de Roma en la política y comercio mundiales,
consecuencia de su expansión como potencia universal, trajo
consigo que las relaciones jurídicas entre romanos y extranjeros
fueran inevitables. Por ello, ya en el año 242 se crea en Rama,
junto al antiguo pretor (que, a partir de ahora, se llamará praetor
urbanus), un nuevo magistrado, el praetor peregrinus, encarga-

96
97
ÉPOCA DEL IMPERIO UNIVERSAL: fUS elV/U? • fUS GENTfUM • fUS

do de las controversias que se susciten bien entre romanOs y ex- misión de diclllr sentencia tras examinar la cuestión de hecho.
tranjeros, bien entre los extranjeros entre sí. Dos problemas se Por consiguiente, el proceso formulario estuvo destinado en un
plantearon a este respecto. Primero: ¿Qué Derecho debía de apli- principio a las relaciones con los extranjeros; en el 130 a.C. fue
car el pretor peregrino? Hoy hubieran resuelto este proble~ las permitido por la lex Aebutia, también para los romanos. Por fin,
reglas del Derecho internacional privado, es decir, normas de co- una lex Julia del año 17 a.e. derogó al antiguo procedimiento de
lisión que,\ c~ por caso, remiten al Derecho que correspO~de las legis actiones, y el proceso formulario fue establecido como
aplicar (así, por ejemplo, en el caso de un matrimonio de una es- obligatorio para los ciudadanos. Constituye el procedimiento tí-
pañola con un turco, celebrado en Bélgica, el problema que el pico del Derecho romano clásico.
Derecho internacional se plantea y resuelve es el de has\ll qué
punto' se aplica Derecho español, belga o turco, respectivamen-
te). Pero esta concepción moderna arranca de unos supuestos po-
líticos y jurídicos que nada tienen que ver con las concepciones 2. La contraposición iUIr civile - iUIr honorarium
romanas. Al contrario, los romanos lo que hicieron fue ir desa-
rrollando gradualmente, a medida que las necesidades lo iban
exigiendo, un nuevo Derecho, que también era Derecho romano Tus civile (Derecho civil) e ius gentium (Derecho de los ex-
y se apliCaba IlImbién a las relaciones con extrarnjeros (ius gen- tranjeros) son categorías que se refieren al ámbito de aplicación
tium).EI segundo problema era: ¿Cuál debía de ser el proceso del Derecho. A la!\, fuentes de producción del mismo se refieren
que se aplicara a estas controversias? Los romanos hubieran po- por el contrario, los conceptos ius civile (Derecho civil) -ius ho-
dido pensar en el procedimiento de las acciones de Ley. Pero es- norarium (Derecho de los magistrados). El Derecho creado por
ta posibilidad'quedaba, ya de antemano, excluida toda vez que éstos se colocarla frente al ius civile, constituido por las decisio-
este procedimiento pertenecía al ámbito del ius civile y, como nes de las asambleas populares. Podemos hablar de ius honora-
tal, quedaba automáticamente reservado exclusivamente a los rium (Derecho de los magistrados: puesto que las magistraturas
ciudadanos romanos. Y así hubo de desarrollarse dentro del ám- eran gratuitas, o sea, honores), o bien de ius praetorium, en es-
bito de la magistratura del pretor peregrino un nuevo procedi- tricto sentido. La finalidad del ius praetorium era la de ayudar,
miento mucho más elástico que el de las legis actfones y suscep- 'pom2~la!:.e, incluso,.<:'~!t:¡' ius civile (iuris civilis adiuvandi,
tible, por tanto, de amoldarse a las más diversas situaciones: el vei suplendi vel corrigendi gratia). Veámoslo en un ejemplo: el
proceso formulario. Ya no precisaban las partes repetir unas de- ius civile dividió las cosas en res mancipi y res nec mancipi. Pa-
terminadas fórmulas procesales preestablecidas, sino que mani- ra transmitir la propiedad de las res mancipi, las de mayor signi-
festaban libremente ante el pretor el contenido de sus pretensio- ficación económica y social, era indispensable la forma de la
nes. El pretor redactaba entonces una fórmula escrita adecuada al mancipatia o la in iure cessio. Por el contrario, bastaba para la
caso y al mismo tiempo nombraba un juez privado (iudex) con la transmisión de las res nec mancipi, la simple entrega (traditio).

98 99
aPOCA DEL IMPERIO UNIVERSAL: fUS eN/LE -fUS GENTfUM -fUS

Si una res mancipi era vendida y meramente entregada, sin reali- institutos jurídicos como la herencia, que podía ser civil (heredi-'
zar la mancipatio o la in iure eessio correspondiente, no se pro- tas) y pretoria (bonorum possessio).
ducía transmisión de la propiedad. Por ianto, el vendedor podía,
según el iusci1lile, ejercitar la acción reivindicatoria (rll.ivindica- El proceso formulario, nacido en la jurisdicción del pretor
tio), y recuperar la cosa de manos del comprador. Sin embargo, peregrinus presenta una característica bipartición, pues la prime-
esto no le pareció equitaIÍ vo al pretor y por ello, concedió al ra fase se desarrQlla ante el pretor (in iure: ius designa aquí el si-
comprador una excepción (exceptio reí venditae et tradirae), de tio donde se "dice Derecho"). Y la segunda ante un juez privado
modo que la pretensión del vendedor no prosperaba. Lo cual no (apud iudicem). El pretor se ocup'aba de la cuestión del Derecho;
significa en modo alguno que el pretor adjudicara la propiedad. el juez de la cuestión de hecho. A esta actividad de los magistra-
Al contrario, él tenía justamente que reconocer la propiedad del dos romanos, consistente en preparar un proceso la llamaban los
vendedor, de acuerdo con las normas del ius civik i, por ianto, romanos iurisdietio. Pero había también otros supuestos de pro-
concederle la acción correspondiente (aetio reivindicatoria). Co- tección jurídica pretoria que no se fundal>an en la iurisdietio del
pretor, sino en su imperium.
mo el pretor ~o puede crear instituciones de Derecha civil (así,
por ejemplo, dice los romanos praetor heredes ¡acere non po- La creación del Derecho Pretorio fue realizada por medio de
test), el remedio tiene que ser otro. Y así, el comprador es edictos. Consistían éstos en bandos, que o bien eran dictados pa-
mantenido en su adquisición, al concederle el pretor una ex- ra un asunto concreto (ediera repentina), o bien constituían el
cepción de la cosa vendida y entregada (exceptio rei venditae programa para todo el año que iba a permanecer el magistrado
et traditae). De este modo se respeta el Derecho civil, pero a en su cargo (edicta perpetua). No era necesario que cada magis-
la vez se tienen en cuenta las exigencias' de la equidad. Tr¡¡di- trado confeq:ionara un edicto totalmente nuevo y así es como se
ción y progreso resultan así armonizadas genialmente. Aquí, formó un núcleo de normas que, transmitidas de un edicto a otro,
tenderíamos a decir que el vendedor era propietario según el se mantuvieron como parte inalterable del mismo (edierum tras-
Derecho civil y el comprador según el Derecho pretorio. Pero laticium). Por fin, el emperador Adriano encargó al jurista Salvio
los romanos, como partían del principio de que el pretor no Juliano (l~O d:C.) la redacción definitiva del edicto pretorio
puede desconocer el Derecho civil sólo consideraron propie- (§dictum Peperuum). De esta manera, el edicto fue codificado
dad a la del Derecho civil (dominium ex iure Quiritium). Del y, por consiguiente, perdió su fuerza creadora de Derecho. Hoy
comprador habría de decir el pretor, simplemente, que tenía la solamen.te conocemos el edicto en laredacción de Juliano, y aún
cosa en "el propio patrimonio" (in bonis habere). De esta for- ésta, parcialmente, pues nos ha llegado a través de los fragmen-
ina, la contraposición ius civile - ius honorarium condujo a tos, recogidos en el Digesto de Justiniano, perteneciente a los co-
un peculiar dualismo de las instituciones: no solamente la mentarios al,edicto escritos por los juristas. Al romanista O. Le-
propiedad se escindió en civil (dominum ex iure Quiritium) y nel debemos una aguda investigación destinada a la reconstruc-
pretoria (in bonis habere), sino también otros fundamentales ción del edicto perpetuo.

100 101
¡j,POCA DEL IMPERIO UNIVERSAL: IUS C1VlLE - IUS GENI/UM - IUS

3. La pluralidad de estratos jurídicos agota su vigor y potencia creadora, será el Derecho imperial (ius
novum) el que pasará a dominar toda la evolución y su influencia
tenderá a incrementarse con el auge del absolutismo.
El ordenamiento jurídico romano consta de una pluralidad
de estratos que se han ido formando históricamente para aca-
a
bar superponiéndose unos otros. El hecho de la coexistencia
del viejo yel nuevo Derecho resulta indudablemente"extraño
para el observador moderno, acostumbrado a la derogación de
un Derecho anterior, que viene a ser sustituido por un Dere-
cho, con frecuencia radicalmente nuevo. No es esa la visión
romana, que tiene una acusada idea de la pervivencia del De-
recho y deja que las instituciones mueran por sí mismas con
el desuso.
El punto de partida de toda la evolución jurídiCa lo constitu-
yó el arcaico ius civile, rígido, formalista, que respondía a las
elementales necesidades de una pequeña comunidad agraria co-
mo era la Roma primitiva. Frente á él se sitúa, empero, el tUS ho-
norarium, que, cOmo creación de los magistrados jurisdicciona-
les (singularmente el pretor), es un Derecho mucho más flexible
y moderno, adaplildo ya a la vida económica y mercantil que se
había ido desarrollando con la expansión política de l\oma. Los
juristas se encuentran ante estos 'dos estratos (dti sistema sólo po-
dría hablarse con relación al ius civile, por su mayor homogenei-
dad) y deciden los casos que se les presentan, como hemos podi-
do ver en un caso concreto (transmisión de la propiedad de una
res mancipi por SImple traditio), sin confundir las dos esferas, es
decir, respetando el dualismo.
Con el principado se introduce un nuevo y decisivo factor de
poder, el princeps, que, a su modo, es decir, solapadamente, irá
creando el Derecho. Efectivamente, cuando el ius honorarium

102 103
TEMA 7

LA JURISPRUDENCIA ROMANA

1. Los comienzos de la jurisprudencia romana

Al principio Jos pontífices mantenían una posición de monopo-


lio, en la jurisprudencia, que venía dada por su saber secreto. De ahí
que emitieran dictámenes (respondere), redactaran formularios para
negocios concretos (cavere) e instruyeran a las partes en un proceso ¿ ._____-:-
con determinadas fónnulas orales (agere).
Cuando el año 304 a.C. Gneo Flavio, ellibeno del pontífice
máximo Apio Claudio, publicó los formularios negociales y pro-
cesales vino a tambalearse la privilegiada posición de los pontífi-
ces. El proceso de secularización de la jurisprudencia que co-
mienza a panir de ahí, culmina con Tiberio Coruncanio, primer
pontífice máximo plebeyo, que emite ya públicamente sus dictá-
menes (responsa). ./

Las funciones de respondere, caYere y agere pasaron así del


esotérico círculo de los pontífices al más amplio de los juristas,

105
ÉPOCA DEL IMPERIO UNIVERSAL: LA JURISPRUDENCIA ROMANA

si bien, de hecho, quedaron restringidas en un principio casi ex- dencia republicana, que destacan por su fuerza creadora, no
clusivamente al ámbito de la nobleza senatorial. cristalizan necesariamente en obras literarias. Wieacker, que
A los comienzos de la Jurisprudencia romana pertenece tam- apunta este hecho, añade: "Ahora bien, sería pura pedantería
bién Sexto-Elio Peto Cato (cónsul en el 198), que escri9ió el pri- exigir del uso lingüístico especializado, que en el futuro no se
mer comentario a la Ley de la~ xn Tablas. // llamara ya a los grandes juristas de la época imperial clásicos,
-t sino tan sólo autores de la literatura clásica, o, más brevemen-
te los escritores clásicos ... , pero, no obstante, estaría bien no
olvidar que la gran jurisprudencia romana comienza ya con la
2. La jurisprudencia clásica segunda guerra púnica ... " De modo que, sin perjuicio de reco-
nocer la legitimidad de hablar (como hace Kunkel) de juris-
prudencia clásica a partir del principado (no sólo porque en
El Derecho romano, es, ante todo, un Derecho de juristas. esta época las aportaciones de los juristas plasman ya regular-
Ahora bien, la aportación de los grandes juristas clásicos no radi- mente en libros de Derecho, sino tainbién porque los juristas
ca en que hayan elaborado conceptos jurídicos abstractos (como del principado hablan de los de la república como los veteres
por ejemplo, negocio jurídico y capacidad jurídica), o que hayan (los antiguos), resulta preferible destacar que las grandes
construido un completo y acabado sistema de conceptos jurídi- creaciones de la jurisprudencia clásica son una respuesta a la
cosJSu aportación estriba, ante todo, en el magistral tratamiento situación económico-social del Imperio universal, totalmente
dcl'caso concreto y en la seguridad con que resolvían los más diversa a la del estado-ciudad de la Roma arcaica. Por eso, es
complicados casos jurídicos. El Derecho romano es, por tanto, a mejor hablar de Derecho preclásico desde las. guerras púnicas
diferencia de los modernos ordenamientos jurídicos del Conti- y de Derecho clásico a panir del año 130 a.J., fecha de la Ley
nente europeo, un Derecho casuístico. Ello explica la aversión de Ebucia, que permite también a los ciudadanos romanos litigar
los juristas romanos frente a conceptos abstractos. "In iure civile entre ellos utilizando el procedimiento formulario.
omnis definitio pericuIosa est", escribió Javoleno y esta frase es Para la exposición de la época clásica seguiremos, por tanto,
tan cierta para los romanos que ni siquiera se encuentra una defi- la periodificación de Álvaro d'Ors, que ofrece, además, la venta-
nición de propiedad de las fuentes. ja de ser muy didáctica, debido a su esquematismo.
¿Qué es la jurisprudencia clásica? Se habla de jurispru-
dencia clásica, tanto para indicar que es la época en que el a) Primera etapa clásica (se la puede llamar también etapa he-
Derecho de juristas alcanza su mayor esplendor, como _para lenística o .etapa aristocrática de la jurisprudencia clásica).
subrayar la idea de canon, de modelo del pensamiento jurídi- Comprende desde el año 130 a.J:, fecha de la leX Aebutia,
co. Lo que hay es que las grandes creaciones de la jurispru- hasta el comienzo del principado de Augusto el 30 a.J.

106 107
m>ocA DEL IMPERIO UNIVERSAL: LA JURISPRUDENCIA ROMANA

Este período se caracteriza, en primer lugar, por el encuen- también uno de sus representantes más característicos, ya
tro de la jurisprudencia romana con la ciencia griega. Parece que, por una parte, procede de una familia patricia y, por
clara la influencia wra;\a de la lógica y lingüística estoicas, otra parte, adopta plenaroente los métodos de la ciencia grie-
y mucho más remoto el influjo de la retórica griega. De lO- ga. Cicqón (Brut. 152) le elogia su profundo conocimiento
dos modos, hay que advertir que no hay, en ningún caso, un de la lógica estoica, qúe enseña ádistribuir un todo en sus
calco de modelos griegos, sino que la asimilación de estas partes constitutivas, a explicar lo latente definiéndolo, a ex-
disciplinas fue tan fecunda y creadora que las aportaciones plicitar lo oscuro por medio de la interpretación, a ver pri-
de los juristas llevan el sello de lo genuinaroente romano. mero lo ambiguo para distinguir después, y, finalmente a te-
ner una regla que sirva para discernir lo verdadero de lo fal-
En segundo lugar, hay que destacar un hecho, justamente
so y a ver que consecuencias se desprenden de unas
puesto de relieve por Kunkel, que llama poderosaroente la
premisas dadas. Además, Servio es un profundo conocedor
atención: la mayoría de los juristas de este período Pertene-
de la lingüística estoica, que utiliza para resolver problemas
cen a la nobleza senatorial (las excepciones se encuentran al
jurídicos. Había comenzado el estudio de la retórica con Ci-
final del perlodoúnicamente). En efecto, los juristas forman
ccr6n, pero lo abandonó para dedicarse a la jurisprudencia.
un estamento que se caracteriza por su auctoritas, por su
De Servio hay que destacar, finalmente, su fecunda labor de
prestigio social que dimana de su linaje, de su talante moral
magisterio que se revela a través de sus múltiples discípulos.
y de su competencia como especialistas. Ejercitan su labor
gratuitamente, lo cual no quiere decir, sin más, desinteresa- Cayo Aquilio Galo ha pasado a la historia por ser el creador
damente, pues su prestigio les proporciona la popularidad de la fórmula del dolo, que, de una forma u otra, han acogi-
necesaria para una carrera política brillante. do los ordenamientos jurídicos modernos (Comp. arto 1269
Codo civ. español). .
Entre los grandes juristas de esta época destacan Q. Mucio
Escévola (cónsul el 95 a.J.), Servio Sulpicio Rufo (cónsul el b) En la etapa clásica alta, que va desde el principado de Au-
51 a.J.) y Cayo Aquilio Galo (pretor el 66 aJ.). gusto (30 a.J.) hasta la redacción del edicto peIpCtuo por
obra de Salvio Juliano en tiempos de Adriano (130 d.J.) al-
Q. Murcio Escévola, de noble linaje plebeyo, pertenece a
canzó la jurisprudencia romana su perfección más acabada.
una familia de juristas y acusa ya la influencia de la ftlosoffa
Los rasgos más salientes de este período derivan, por su-
griega, de modo que se nos presenta como el primero que
puesto, de la introducción del principado. Así, los dos mo-
ordenó el Derecho civil por categorías conceptuales.
mentos de apogeo, que presenta esta época al comienzo y al
A la generación inmediatamente pOsterior pertenecen dos final, coinciden con el mayor esplendor del principado (Au-
contemporáneOs y amigos de Cicerón: Servio y A. Galo. gusto, por una parte, y Trajano y Adriano por atta). Ade-
Servio, sin duda el jurista más genial de la época ,es quizá más, merced a una innovación de Augusto los juristas ya no

108 109
líPOCA DEL IMPERIO UNIVERSAL: LA JURISPRUDENCIA ROMANA

derivarán su aucroritas de su noble linaje, sino de la propia una brillante carrera ¡xjlítiéa, siendo además el redactor del
auctoritas del princeps. Efectivamente, concede a los juris- Edictwn PerpetuUm.
tas escogidos por él, el derecho de dar respuestas ex auctqri-
Las obras de los Juristas romanos pueden ser encuadradas
tate princípis y ello hubo de significar un monopolio en la
en distintos géneros literarios:
actividad de dictaminar públicamente, que quedó reservada
a los juristas del princeps (tesis de Kunkel frente a la opi- a') !ibri ad Sabinum. Después de que Masurio Sabino es-
nión dominante). En otras palabras, ello implicaba convertir cribiera su obra Libri ad Sabinum se hizo corriente
en vinculantes para los tribunales los dictámenes de los ju- arrancar de esta obra para tratar el ius civile.
ristas del princeps. Desde este momento, se estrechó mucho
b') Libri ad edictwn. Eran los comentarios al edicto del
más la unión entre juristas y el Emperador. Verdad es que,
pretor.
las relaciones de los juristas con el principado de Augusto
era diversas; mientras, por ejemplo Marco Antisteyo Labe6n c') Por la índole casuista del Derecho romano surgieron
representaba la oposición, C.Capitón fue un fiel seguidor del colecciones de casos prácticos que pueden ser califi-
nuevo régimeri. Según la tradición surgieron también en cados como literatura de problemas. A ellos pertene-
época de Augusto las famosas escuelas de Derecho de los cen los responsa (colección de dictámenes dados re-
Proculeyanos y de los Sabinianos. Su fundación se remonta, almente), quaestiones (dictámenes emitidos real-
por tanto, a la rivalidad entre Labeón y Capitón. Este anta- mente, unidos a casos prácticos imaginarios) y los
gonismo domina todo el período. Fueron Proculeyanos, La- digesta (colecciones casuísticas que seguían la orde-
beón, Nerva, Pr6culo, Neracio y Celso; Sabinianos, en cam- nación del edicto del pretor). Celso y Juliano escri-
bio: Casio, Sabino, Javoleno y Juliano. Entre estos juristas bieron extensos digesta.
destacan sin lugar a dudas, Publio Juvencio Celso y Publio
Menos' extendidos estaban en ¡¡quella época las mono-
Salvio Juliano, cuya actividad se desarrolla bajo Adriano.
grafías y las obras elementales (Institutiones, regulae,
Celso es un jurista de temperamento polémico, que le hace etc.).
llegar ocasionalmente a la agresividad. Su extraordinario
dominio del lenguaje se manifiesta en que con frecuencia c) En la etapa clásica empezó a decaer la potencia creadora de
condensa su pensamiento en aforismos y máximas de gran la jurisprudencia romana. Por otro lado, los juristas estaban
hondura que han pasado a la literatura jurídica moderna. No casi sin excepción al servicio del emperador. Al comienw
menos original y sí mucho más equilibrado es Juliano. Su de esta época encontramos a Pomponio y Gayo. Pomponio
fecunda capacidad creadora le hace aparecer a los ojos de fue un espíritu muy productivo que dejó tras de sí grandes
los romanistas modernos como el más grande jurista roma- obras de comentarios (ad Q. Mucium, ad Sabinun, ad edic-
no. A más de una extensa actividad literaria, Juliano, tuvo tum). De él procede también un corto compendio de la juris-

110 111
m>oc::A DEL IMPERIO UNIVERSAL:

prudencia romana, que ha llegado hasta nosotros a través de


los Digestos de Justiniano.
Importante para nueslrOs conocimientos de Derecho clásico
es Gayo: No porque fuera un gran jurista, sino porque sus
1nstituliones son la única obra clásica que ha llegado a noso-
iroS casi íntegramente. Cuando en 1816 Niebuhrdescubrió
en Verana un palimpsesto con las instituciones de Gayo, se TEMAS
ensancharon notablemente nuestros conocimientos del Dere-
cho clásico, ya que las obras clásil(llS
. sólo se han conserVado
, EL DERECHO IMPERIAL
por diversas colecciones postclásicos y sobre todo por el Di-
gesto de J ustiniano.
Responsa y Questiones escribió el famoso jurista Papiniano,
que encontró bajo Caracalla un vi()lento final. Poca fuerza l. Legislación popular y senatorial
creadora poseen Ulpiano y Paulo, PCro~ en cambio, rccogie- en el principado
ron en sus grandes comentarios (00 Sabinum y 00 edictum)
las aportaciones de la jurisprudencia clásica. Paulo y Ulpia-
no marcan el final de la época clásica. Como constitución e his.toria de las fuentes f~ una uni-
dad inescindible, aquí se refleja también el dualismo entIC cons-
titución republicana y princeps.
Así, en consonancia con el dogma de la restauración de la li-
bera res publica, las asambleas populares y plebeyas siguieron
detentando la facultad de votar las leyes y plebiscitos, respecti-
vamente. El propio Augusto estimuló la actividad legislativa de
los comicios e, incluso él mismo propuso numerosas leyes y
plebiscitos ora en virtud de su ius agendi cum populo, cuando
era cónsul, ora en virtud del ius agendi cum plebe, que dimanaba
de su tribunitia potestas. Ahora bien, a diferencia de lo que suce-
de con las leyes de la república, que son esporádicas y de carác-
ter coyuntural, la legislación de Augusto ofrece una impresio-

112 113
llPOCA DEL IMPERIO UNIVERSAL: EL DERECHO IMPERIAL

nante coherencia estructural en su intento de planificar diversos 2. Las constituciones imperiales


aspectos de la vida jurídica romana. En efecto, lo mismo se trata
de leyes que reprimen la violencia (leges Iuliae de vi publica et
privata), como de reformas del proceso (lex Julia iUdiciaria) o El princeps no pretendió asumir, en principio, para sí, ningu-
leyes que tratan de contener la decadencia demográfica a la vez na facultad legislativa, ya que esto era incompatible con el dog-
que a levantar' la hundida moral matrimonial (Lex Julia de adul- ma de la restauración de la libera res publica. No obstante, me-
-
teriis coercendjs. de mqritqndis ordjnibus, lex Papia Paea ruJIJ-
, ~ ..
tialis) o, finalmente, de restringir las manumisiones para impedir
diante discretas y heterogéneas atribuciones obtuvo una posición
potente en extremo. El carácter heterogéneo de estas atribucio-
que elementos de procedencia el[ótica lleguen a alcanZ<lf la ciu- nes, aclara la variedad de su creación jurídica, que cristaliza en:
dadanía romana (l!ges Fulja Caninia y Aelia Sentía). De todos
modos, hay que advertir que las leyes matrimoniales de Augusto
a) Edicta: En principio el prineeps tenía, al igual que los otros
no alcanzaron su objetivo y las frecuentes sátiras de los escrito-
magistrados, el ius edicendi., el derecho por tanto de emitir
res de la época muestran una notable divergencia enre vigencia y
edictos. Pero estos edictos no limitaban su vigencia a un
efectividad (es decir, entre el texto legislado y la realidad de la
año, sino que valían de por vida y no estaban coartados por
vida romana).
la colegialidad. La conocida Constitutio Antoniniana que
A pesar de ello, la decadencia de las asambleas del pueblo al extendió la ciudadanía romana a todos los habitantes del Im-
cambiar los presupuestos de la vida constitucional fue inevitable. perio, era un edicto.
Después de Augusto murieron las asambleas populares paulati-
b) Decreta. Eran las decisiones judiciales del princeps que tam-
namente: la última actividad cae aún en el siglo 1 d.C.
bién podía ser elegido Juez por los particulares. Mediante su
El senado experimentó así, una ampliación de su competen- auctoritas adquirieron pronto la fuerza del crear Derecho.
cia. Verdad es que los senados-consultos, de por sí, iban dirigi-
e) Rescripta: Son respuestas del prineeps a diversas cuestiones
dos a los magistrados pero la evolución llevó, entonces, a atri-
jurídicas. Se manifestaban de dos formas distintas: Si el so-
buir a los senado-consultos fuerza análoga a la de la Ley. En esta
licitante era una entidad o una personalidad importante en-
actividad el senado se vio cada vez más influido por el princeps.
tonce$. el princeps respondía con una carta (epistula). Si se
Como éste podía también proponer senado-consuItos con una
trataba, en cambio, de un particular, entonces se añadía a la
oratio, la acumulación de poder condicionó tanto al senado que
solicitud una anotación y la decisión era llevada a conoci-
éste siempre coincidía con la propuesta imperial. Así, en el siglo
miento público por una proclama.
n dJ., se empezó a citar la orario imperial, en vez de los senado-
consultos. d) Por los mandata impartía el princeps instrucciones a sus
funcionarios. Tenían al principio sólo carácter interno pero

114 IlS
~POCA DEL IMPERIO UNIVERSAL:

con el tiempo cobraron validez general. Edicta, decreta, res-


cripta y mandara, fueron reunidos bajo el común nombre de
constitutiones principis. En el siglo II la vigencia análoga a
la Ley de estas constituciones se fundamentaba en que el
princeps recibe el poder del pueblo (Gayo, 1, 5).

3. Derechos indígenas y Derecho imperial C) EL ESTADO ROMANO TARDÍO


Y EL DERECHO POSTCLÁSICO
(hasta el segundo tercio del siglo VI d. J.)
-
Hasta la Constitutio Antoniniana (212), rigió el principio de
la personalidad del derecho. Y después que todos los habitantes
del Imperio fueran ciudadanos romanos, el Derecho romano'hu-
biera debido alcanzar vigencia efectiva. 'Ahora bien, el ingente
material de los papiros, demuestra, sin embargo, lo contrario: El
Derecho romano no pudo impon'erse en todos los lados, ya que
los Derecho indígenas opusieron una tenaz resistencia. Los res-
criptos del emperador Diocleciano, son una elocuente prueba de
la lucha entre el derecho imperial romano y los derechos indíge-
nas, hecho que fue descrito por Ludwig Mitteis en su obra básica
"Derecho imperial y Derechos populares".

116
TEMA 9

LA ORGANIZACIÓN CONSTITUCIONAL

1. La crisis del siglo m

El principado de Augusto muestra, por un lado, la coexisten-


cia de la libera res publica y del princeps y, por otro, la de los
ciudadanos romanos dominadores y la de los súbditos. Esta dife-
rencia se borra al paso del tiempo más y más, hasta que el empe-
rador Antonino Caracalla extiende la ciudadanía romana a todos
los habitantes dellfl!perio. La posición privilegiada de los roma-
nos se vio así en ¡)eligro y el eleme\lto provincial empezó a pre-
dominar en los ejércitos, en la Administración y en la Sociedad.
La época de la dinastía de los Severos (193-235) fue decisiva pa-
ra acabar la equiparación entre la población del Imperio y los an-
tiguos romanos.
Tras la muerte del último de los Severos (235) comenzó una
anarquía que \levó al Imperio al borde del abismo. La crisis es

119
ELBSTADOROMANOTARDfo .. • LA ORGANIZACIÓN CONSTITUCIONAL

total y se extiende al ámbito político, económico, social y cultu- 2. La época de la monarquía absoluta
ral. Muy pronto la presión de los pueblos bárbaros que rodean el
imperio se va haciendo incontenible: en Oriente la frontera del
Éufrates se ve desbordada por los persas, y lo mismo sucede al El nuevo orden estatal em una monarquía absoluta. El empe-
Norte con los gennanos en las fronteras del Rhin y Danubio. En rador no em ya el primer ciudadano (princeps) sino un soberano
política interior el problema sucesorio se agudiza. Los distintos absoluto (dominus). De una continuación de la libera res publica
ejércitos que ahora juegan un papel decisivo luchan entre sí hasta no se puede hablar, por tanto, más.
el agotamiento para imponer sus pretensiones y cuando, al fin, El senado y las magistraturas, si bien siguen existiendo, no
llevan al poder a un emperador, éste no se mantiene tiempo sufi- jugaban en la vida política apenas papel alguno. La posición so-
ciente para estabilizar la situación, pues, por regla general, es berana del Emperador se refleja en los signos exteriores (diade-
asesinado. Así, en medio siglo (235-284) reinan en Roma 22 em- ma, vestidos de púrpura, etc.) de origen oriental y, más aún, en el
peradores (por citar tan sólo a los que alcanzan reconocimiento culto divino del emperador. Después de que COnstantino elevara
general) y en un mismo año (238) llegan a gobernar hasta seis el cristianismo religión oficial, se miró la autoridad absoluta del
emperadores distintos. La situación económica, que había man- emperador como emanada de Dios.
tenido, incluso, una cierta prosperidad con los Severos, se hace
catastrófica. A ello contribuyen muchos factores: las continuas La concepción estatal de Diocleciano era la de un estado
incursiones de los bárbaros con su ola de saqueos y devasta- coactivo. No sólo en el aspecto político sino también en el plano
ciones de campos, provocan una fuga masiva de colonos, re- económico y en el social se mostraba la inaguantable presión del
almente demoledora para una economía eminentemente agra- estado coactivo. El estado dirige, ahora, los procesos de la vida
ria (comercio e industria habían entrado ya en una vía muer- económica. Con su Edicto de precios, en el año 301, intentó Dio-
ta). La inflación galopante que alcanza cotas inimaginables cleciano hacer frente a las tendencias de la inflación. Pero tam-
(el precio de la ¡rrtaba de trigo pasa de valer 7 sextercios en el bién en el aspecto social se privaba al particular de la libertad y a
siglo 1 a 120.000 en el siglo m) tiene mútiples causas: la inse- los distintos estamentos profesionales les eran impuestas aplas-
guridad general que provoca la continua inestabilidad sería tantes cargas (munera) por el Estado. Se obligó, incluso, a los ni-
quizá la última causa, la más profunda. La crisis cala tan hon- ños, a seguir la profesión de su padre. Así se adscribió, por ejem-
do que afecta también a algunas clases pudientes. La burgue- plo, a los colonos (colom) a la tierra, para evitar que ésta quedara
sía de los municipios es la más afectada. La crisis política, so- yerma (glebae ad scripn); el pertenecer a la administración mu-
cial y económica llega ya tan hondo que sólo una reforma que nicipal (curiales) se hizo hereditario dentro de la familia. Recu-
lo abarcara todo podía detenerla. Tras unos intentos fallidos rrió, también, el estado a las familias más pudientes para que res-
(Aureliano, Tácito, Probo) se logró bajo Diocleciano (280- pondieran personalmente del cobro de los impuestos fijados de
303) establecer un orden duradero. antemano globalmente.

120 121
EL ESTADO ROMANO TAROtO ...
lA ORGANIZACIÓN CONS111'uCIONAL

La re~ganización del Imperio fue una magna obra de la JD(}- El imperio de Occidente, presa de las incursiones de los bátba-
narqufa absoluta. Así, la Administración central sufrió profundas ros, arrastrará una existencia miserable, hasta su caída definitiva
modificaciones. Los funcionarios más altos eran: el magister 01- el año 476 (fecha convencional para el fin de la Edad Antigua),
ficiorum o jefe imperial, el comes rerum priyatarum, jefe de la en tanto 'I.ue Oriente irá recuperándose para aguantar casi un mi-
administración del patrimonio imperial y el quaestor saeri pala- lenio más y caer definitivamente el año 1453 (caída de Constan-
tii, ministro de justicia, que juntos fonnaban el consistorium o tinopla, fm de la Edad Media).
Consejo privado del emperador.
Diocleciano, para resolver el problema dinástico, creó la te-
trarquía: dos Augustos y dos Césares deberían gobernar el Impe-
rio romano, que se dividió, entonces, en una mitad oriental y en 3. Cristianismo y Bajo Imperio
otra mitad occidental. Cada Augusto tenia que adoptar un César,
que luego sería su sucesor. Pero este sistema no se mantuvo y
Diocleciano mismo pudo ver cómo se vino abajo su creación. La La crisis del siglo In supone un recrudecimiento de las
administración territorial se subdividió en diócesis, éstas, a su persecuciones contra los cristianos. La razón es que el deseo
vez, en numerosas proyinciae. De abajo hasta la cúspide se en- de los emperadores de asegurarse la lealtad de los súbditos a
contraba una enonnc jerarquía de funcionarios. En la cima de es- toda costa, les lleva a exigir tajantemente de los cristianos sa-
ta Administración territorial se encontraban cuatro praefecti crificios a los dioses. Esas persecuciones son frecuentemente
praetorio, dos en cada una de las partes del Imperio occidental y tan efímeras como el reinado del emperador que las desata:
oriental. tal sucede con la de Decía el año 249 o con de de Valeriana
los años 257 y 258.
Aunque la tetrarquía de Diocleciano tiene un carácter me-
ramente funcional de división de competencias y respeta, por Con Aureliano y con Diocleciano lo que se pone de mani-
tanto, la unidad del Imperio, Oriente y Occidente tenderán a fiesto es que la ideología del emperador como dominus ac deus
separarse cada vez más. No sólo desde Constantino, que esta- es incompatible con el Cristianismo. Vcrdad es que Diocleciano
blece la capital en Bizancio (que, en adelante, se llamará desata una sistemática persecución contra los cristianos, pero esa
Constantinopla = ciudad de Constantino), sino que la estrate- penecución cesa muy pronto en Occidente, gracias al Cesar de
gia de la defensa y la situación económica (bastante mejor en Occidente Constancio (padre de Constantino). Es el punto de in-
flexión.
Oriente) irá llevando a la disgregación. El año 395 será ésta
un hecho consumado, cuando el emperador Teodosio el Gran- A partir de Constantino la situación cambia radicalmente.
de divida el imperio entre sus hijos Arcadio (a quien corres- Así en virtud de los acuerdos tomados por Constantino y Li-
ponde Oriente) y Honorio (a quien corresponde Occidente). cinio en Milán el Cristianismo es reconocido en pie de igual-

122 123
aL ESTADO ROMANO TARDfo ... LA OROANlZACIÓN CONSTmJCIONAL

dad con las demás religiones, restituyendo se a la Iglesia los de los donatistas por la opulencia de la Iglesia les llevará al ex-
bienes anterionnente confiscados. Por medio de·un mandatum tremos opuesto (es decir, a volver -a través la vida monástica-
conjunto de Constantino y Licinio ( que aunque d1rigida al a la "pureza" de las catacumbas en unas circunstancias históricas
gobernador de Bitinia tiene caracler general) se cursan ins- tota1memte nuevas); o la negación de la consustancialidad de
trucciones para. para que, a partir de este momento , se per- Dios y Cristo de los arrianos, detrás de la que se esconde el de-
mita a todos los que tomen la detenninación de seguir la reli- seo de rebajar la Iglesia de Cristo a una dimensión puramente
gión de los cristianos, que lo hagan libre y completamente sin temporal para someterla al poder del emperador (aunque esta
ser inquietados ni molestados". Es el llamado "Edicto de Mi- afirmación pueda parecer exagerada resulta ilustrativo el ejemplo
lán" o "Edicto de la tolerancia" (mal llamado "Edicto", ya que del hijo de Constantino, Constancia, tempranamente convenido
se trata de un mandatum, cuyO contenido es promulgado des- al arrianismo, que creía cerrilmente en su propia infalibilidad pa-
pués por Licinio en Oriente como edicto) ; ra resolver cuestiones teológicas) 2) En segundo lugar, aparece
ya claramente el problema de las relaciones deJa Iglesia cristia-
No obstante, Constantino rompe muy pronto la neutralidad
na con el Estado romano en un doble plano: primero en la inter-
de su pOlítica de .tolerancia, inclinándose claramente en favor de
vención de la Iglesia en cuestiones, que muchos ¡xÍdrían consi-
la Iglesiá, bien sea por la fuerza interior de su conver.¡ióil, ·0 , 10
derar como projnas únicamente del emperador (piénsese, por
que parece más probable, por la presión de las circunstancias. En
ejemplo, en la penitencia impuesta por San Ambrosio, obispo de
todo caso, Consíantino concede a la Iglesia tanto privilegios de
Milán, al emperador Teodosio por la matanza de Tesalónica); se-
tipo jurisdiccional, fiscal como ventajas de'tipo económicO, fruto
gundo, la ingerencia del emperador en cuestiones teológicas (co-
de una generosa liberalidad.
mo pueda ser d dogma de la Trinidad). Este problema va a que-
En la abierta pugna entre la Iglesia de Cristo y el paganismo , dar claramente planteado tanto por el Papa Gelasio a fines del si-
que se desarroJla a lo largo del siglo IV, la Iglesia trillnfa en toda glo V, como por Justiniano en pleno siglo VI.
línea. E~ efecto, en· Oriente Teodosio promulga el año 380 el
Edicto de Tesalónica, elevándo la Iglesia a Religión oficial del
hnperio e imPoniéndola a todos los súbditos, A partir de ese tOO-
·mento serán los paganos los que quedarán en Oriente fuera de
Ley y .serán sistemátic.amente atacados.
Pero la Iglesia triunfante va a tener otro tipo de problemas en
el siglo IV: 1) En primer lugar, las múltiples controversias teoló-
gicas, que tan exlraii.as resultan al espectador mOderno y donde
es fundamentál tl!mbién la relación con el poder. Así ¡¡i aversión

124 125
TEMA 10

LA EVOLUCIÓN JURÍDICA POSTCLÁSICA

1. La corrupción de la literatura jurídica

Dos problemas han despertado la atención de la investiga-


ción romanística más reciente: Primero: ¿Cuál fue la suerte de
los escritos de los juristas clásicos en la época postclásica? Se-
gundo: ¿Qué significado tiene el Derecho romano vulgar para la
evolución jurídica postclásica? Ambas preguntas tocan dos te-
mas distintos: Historia del texto e Historia del Derecho. Ambas
se separan tam~ién en el tiempo: La corrupción de la literatura
jurídica se llevó a cabo antes de Diocleciano, la aparición del
Derecho vulgar, después de este Emperador.
,Cona mUrpe d.!l!Jíllimo emperador de la dinastía gc los Se-
!9lli (235) teniúna el período clásico. Hasta la subida al trono
dC DiocleciaffiJ;Ta literatura clásica es sometida a una revisión
que. sin embargo, no trata de alterar los textos, sino explicar-

127
EL ESTADO ROMANO TARDío ... LA EVOLUCIÓN JURÍDICA POSTcLÁSICA

los y completarlos. Y así van apareciendo nuevas ediciones de Bajo Diocleciano se hicieron dos colecciones privadas de las
los escritos clásicos más o menos reelaborados, pero, también, constituciones imperiales. La primera el Codex Gregorianus,
obras elementales que, aunque cin:úlan bajo el nombre de los ju- contenía constituciones. desde Adriano hast~ Diocleciano; la se-
ristas clásicos, son, en realidad, tardías refundiciones de sus es- gunda Codex Hermogenianus sólo constituciones de Dioclecia-
critos. Las Pauli sententiae, las regulae Ulpiani y las res coti- no. Ambas colecciones han tenido una enorme influencia en la
dianae (más o menos «.Jurisprudencia de la vida cotidiana,,) o posterior evolución del Derecho.
aurea (<<Reglas de oro,.) de Gayo, pertenecen a este género.
Los títulos regulae, sententiae y aurea, revelan ya el carácter
elemental de estas obras, que gozan de gran predicamento en
una época incapaz de comprender las grandes obras de los ju- 4. Leyes de citas y codificaciones prejustinianeas
ristas clásicos. La época que gobierna Diocleciano puede ser
considerada una honrosa excepción, ya que los rescriptos de su
cancillería son una evidente prueba de un buen conocimiento Para salir al paso al caótico estado de las fuentes de derecho,
del Derecho clásico. Aún así, él no logró renovar la fuerza pro- se publicarOn en la época postclásica una serie de leyes que fija-
ductiva de la Jurisprudencia romana, pues la estniétura de un ban qué escritos de juristas clásicos podían ser aducidos en jui-
estado absolutista no ofrecía un marco apropiado para el desa- cio, ya que, a diferencia de hoy en día, la concepción de aquélla
rrollo de una jurisprudencia libre. Así, la vuelta al Derecho clá- establecía que, no sÓlo hechos, sino también el Derecho podía
sico sólo es pasajera. ser objeto de prueba. Dos de estas leyes de citas fileron publica-
Como las obras jurídicas eran, cada vez, menos accesi- das bajo Constantino; la primera derogaba las anotaciones críti-
bles, se redactaron en época dioclecianea y constantiniana, cas de Paulo y Ulpiniano a los escritos de Papiano. La segunda
colecciones de extractos de escritos clásicos que facilitaban proclamaba la autenticidad de las Pau/i sententiae que cierta-
su uso. Tal es el caso de los llamados Fragmenta Vaticana, mente no proceden de Paulo. La[Iey de citasl más famosa fue lá
una colección de extractos de juristas clásicos (Papiano, Pau- publicada por Teodosio 11 YValentiniano 1II.
lo, Ulpiano y constituciones Imperiales) contenida en un pa- Después de esta Ley (426 d.C.), sólo podían ser aducidos en
limpsesto vaticano. Motivos polémicos perseguía, en cambio, la juicio, los cinco juristas siguientes: Gayo, Papiniano, Ulpiano,
collatio legum Mosaicarum et Romanarum, una colección sur- Paulo y Modestino. Si resultaba de los textos citados una dispari-
gida por el año 320 que trataba de mostrar el paralelismo en- dad de opÍJúones entre los respectivos juristas clásicos, entonces
tre el Derecho mosaico y el romano: a los textos de la Biblia debía prevl!iecer la mayoría; en caso de empate decidía la opi-
se contraponen pasajes de Gayo, Papiniano, Ulpiano y Mo- nión de Papiniano. Esta Ley no era una gran novedad, sino que
destino y constituciones imperiales, para mostrar pretendidas correspondía a la situación de las fuentes de aquella época, pues • ~
....-.,..""',~ t.::..:.:..•.~
~ ;,:.( ~ ~ \~i:-J ... ,
128 '"'" ~'4:'- ', "!
t.¡J-. P. , ]., _ ,""1. () ... \,:~' " ~j~~ ~~ fr
¡
........ - :-:"', \ ~ .':"p~ . /;,.,,"
EL ESTADO ROMANOTARD10 ... LA EVOLUCIÓN roRlDICA POSTCLÁSlCA

las obras de estos cinco juristas tuvieron por distintas razones vigencia práctica del Derecho romano. Y este hecho fue s\lbraya-
una amplia difusión en la época post-clásica: Papiniano era, a do especialmente por la investigación española. A diferencia de
ojos de esta época, el más grande entre los juristas romanos: ella, la doctrina alemana enfoca todo desde el punto de vi~ta del
Gayo correspondía por la claridad y sencillez de su estilo a principio de la personalidad. Ambas tesis permiten explicar la
las exigencias de aquella época; Paulo o Ulpiano ofrecían un continuidad del Derecho, pero conducen a diferentes resultados.
resumen de las aportaciones de la jurisprudencia y. finalmen- La investigación española se inclina hacia la vigencia territorial
te, Modestino es un clásico tardío. cuya actividad cae ya en la del Derecho, la alemana a la personal.
época post-clásica.
Un cierto apoyo para la interpretación española lo constituye
Como esta ley no fue capaz de eliminar la caótica situación el llamado edictum thetlJerici. Éste no procede del rey ostrogo-
de las fuentes. Teodosio II tolDÓ la resolución de realizar una co- do Teodorico el Grande, como hasta hace poco tiempo se supo-
dificación de las constituciones imperiales (leges) y de los escri- nía, sino del tiempo del rey visigodo Teodorico n, como han de-
tos de los juristas (iura). Tras algunos intentos fallidos. surgió un mostrado las investigaciones de Rasi y Vismara y D'Ors: Como
voluminoso Código (codex Theodosianus) que comprendía las Teodorico II reinó desde el año 453 hasta el 466. o sea, en una
principales constituciones imperiales, desde Constantino. Fue época en que el imperio romano aún existía, el Edicto no fue pu-
publicada en el año 438, para la parte oriental del imperio, y en blicado por Teodorico n, sino quizá por el titular de la prefectura
el año 439 se extendió su vigencia a la parte occidental del impe- de las Galias, Magno de N arbona. Estas circunstanci~ aclaran el
rio. Está dividi<Jo en 16 libros, a su vez subdivididos en títulos hecho de que la investigación moderna haya aceptado unánime-
según un criteri~ sistemático. Estos títulos cOntienen las consti- mente la vigencia territorial.
tuciones imperiales en orden cronológico. Dado el carácter abso-
En cambio, hay una árdua discusión, en tomo al problema de
luto del Estado romano tardío, el Código de Teodosio muestra
si el Código euriciano tuvo vigencia territorial o no. Según la
una fuerte preponderancia del Derecho público sobre el Derecho
doctrina alemana, estaba destinado a los visigodos por juristas
privado.
romanos (prudentes) y publicado en el año 475. Por eso es una
Las posteriores constituciones imperiales fueron reunidas fuente de primera calidad para el Derecho vulgar y ha jugado un
tambi~n, en colecciones(novellae post-theodosianae). importante papel en la evolución del Derecho europeo.
El año 476 significa el fin del imperio romano del Occidente. Más'importante aún es la Lex romana Visigothorum (Brevia-
No obstante, no se extingue la vigencia práctica del Derecho ro- rio de Alarico), que surgió en las tierras plenamente romanizadas
mano. Para la perpetuación de la vigencia del Derecho romano, (Sur de Francia y de España). Ésta fue publicada por el rey Ala-
jugó un gran papel el hecho de que los reyes germánicos asumie- rico n, para la población romana. N o obstante, la tesis española,
ran la posición del soberano anterior. De ahí deriva, sin más, la ya citada (García Gallo, D'Ors), cree en la vigencia territorial. El

132 133
EL ESTADO ROMANO TARDfo ... LA EVOLUCIÓN JURÍDICA POSTCLÁSICA

Breviario fue escrito, probablemente, por una porción de juristas La influencia de estas escuelas en la evolución de la época
romanos (prudentes). El codex Theodosianus, una edición refun- postclásica , fue exagerada en los años veinte. Sin embargo,
dida de las instituciones de Gayo, un epítome de las sentencias hoy se acentúa principalmente la importancia que tuvieron
de Paulo, algunas constituciones de los códigos . Gregoriano y ambas escuelas de Derecho para el buen éxito de la codifica-
Hermogeniano y un breve responsum de Papiano, son las fuentes ción justinianea.
principales qlilizadas. A excepción de las Instituciones de Gayo,
hay una paráfrasis (interpreta/io), que sirve de aclaración a cada
una de las fúentes.
También en el siglo V y en las tierras que se extendían desde el
Ródano y Saona hasta. el Mar Mediterráneo, nació una pobre codifi-
cación, la llamada lex rommta burgondionum. Fue publicada por el
rey GundobadO, fallecido en el año 516. Por expresa prescripción,
ésta debía regir tanto para los burgundios, como para los romanos.
Las fuentes utilm.das son las mismas que para la lex romaIUJ Visi-
gothorum y fueron refundidas en un texto unitario.

5. Las escuelas orientales de Derecho

En contraste con estas pobres codificaciones de Occidente,


tomó el Derecho romano de Oriente un notable auge en el siglo
V. Las aspiraciones clasicistas de los profesores de DereCho en
las Escuelas de Berito y Constantinopla fuero!! decisivas para el
resUrgimiento de la Jurisprudencia romana. Estas escuelas se es-
forzaron por una comprensión dogmática del Derecho clásico,
generalizando y sistematizando. Eran facultades de Derecho ins-
titucionalizadas, con un plan de estudios fijo e impartíán el saber
de las constituciones imperiales y de la literatura clásica.

134 135
Tema 11

LA COMPILACiÓN JUSTINIANEA

1. La obra jurídjca de Justiniano

Justiniano I (527·565) parece romper las coordenadas espa-


ciales y temporales de una exposición de Derecho romano. Y,
sin embargo, no es así. En efecto, aunque Roma cae en poder.de
los bárbaros el año 476 d.J., el Derecho romano alcanza un nue-
vo esplendor en Oriente por obra del emperador Justiniano I
(527-565 dJ.), el cuál, compilando leges y iura, transmitirá los
valores del Derecho clásico a la posteridad. Ello justifica que
consideremos el fin de su reinado (segundo tercio del siglo VI
d.J.) como el cierre de la evolución jurídica romana.
La compilación justinianea, que representa el punto culmi-
nante en la evolución del Derecho romano, aparece en conexión
con la grandiosa obra de Justiniano 1 (527-565), que se propuso
restaurar la unidad del Imperio romano en el triple aspecto políti-
co, religioso y jurídico. La obra jurídica de Justiniano consta de

137
EL ESTADO ROMANOTARDlo ...
LA COMPILACIÓN roSTINIANEA

una compilación (Codex) de las constituciones imperiales Oe-


todo era conservadurismo en su actitud legislativa», dice Fuente-
ges) , de otra compilación (Digesta) con extractos de los juristas
seca, «en mOchas cosas decidió viejos problemas controvertidos
r •.clásicos (iura) y de una obra elemental (Institutiones).
,
!
-- en el pensamiento jurídico y se mostró decisionista en puntos
concretos».
La extraordinaria personalidad de Justiniano unida a su evi-
. dente acierto en la elección de sus colaboradores y el fecundo
¡ trabajo de las escuelas Orientales fueron los factores decisivos
\ para la transmisión de los valores del Derecho clásico a la poste-
J,,¡idad. El juicio de las diversas épocas sobre e1 Corpus iuris de 2. El proceso de la codificación
J ustiniano ha estado condicionado por su especial postura: mien-
tras las épocas que veían en el Corpus iurís, un libro autoritario
de donde debían extraer normas aplicables como Derecho vigen- De los detalles de la compilación estamos enterados por una
te, tendían a subrayar el acto legislativo de Justiniano, aquellas serie de constituciones de Justiniano, que establecen, en primer
otras que no veían en la compilación más que un espléndido roo- lugar, las directrices para los trabajos legislativos y luego publi-
numento histórico, se inclinaban a destacar preferentemente, en can las partes ya terminadas de la compilación. Las constitucio-
el Digesto, el mosaico que revelaba a los juristas clásicos y, a ve- nes se suelen citar según las :ealabras en Que' comienzíW.
ces, atacaba, incluso, con pasión humanística, al propio Empera-
dor. Hay que señalar que esta doble consideración del Derecho
a) Casi tras su subida al poder (528), Justiniano toma la resolu-
clásico, como materia histórica y como Deretho vigente, estuvo
ción de realizar una recopilación de las teges. Mediante la
también presente en el mismo Justiniano.
constitutio Raec qliae necessario nombra una comisión que
Algunos autores se han fijado en el primero de estos aspec- principalmente constaba de altos funcionarios, entre los que
tos, dándole demasiado relieve. Así, Levy afirma con evidente estaban Triboniano, como magister officiorum y además el
exageración que «la codificación más influyente en todos los profesor de Derecho, TeófJIo. En poco más de un año estaba
tiempos no ha tenido verdadera vigencia .en ninguna época» y terminada la obra, que designamos como el primer Codex.
Pringsheim .ha desarrollado esta idea hablando de una tendencia Fue puesta en vigor por la constitutio Summa rei publicae.
arcaizante de Justiniano. Pero la decisiva crítica de Riccobono ha De este Codex Justinianus sólo se nos ha conservadOüñ'
arrumbado estas teorías que pueden considerarse hoy día aban- fragmento en un papiro egipcio.
donadas. Con razón: aunque el Emperador manifieste su reve-
b) Con el propósito de resolver cuestiones aisladas, tras la pu-
remía antiquítatis al conservar las inscripciones en los fragmenC
blicación del primer Codex Justinianus se publicaron algu-
tos de los juristas clásicos, tampoco oculta que las modificacio- nas leyes que no han llegado hasta nosotros (Quinquagima
nes propter utilitatem rerum revistan gran trascendencia. «No decisiones). -----'----=--
138
139
EL ESTADO ROMANO TAROfo ... LA COMPILACIÓN JUSTINIANEA

e) Por la Constitutio Deo auctore (530) fue encargado Tri- 3. El Digesto


boniano de formar una nueva comisión, que tenía que
reunir el Derecho de los juristas (ius) en "\Ina grandiosa
recopilación. Esta conúsión, formada principalmente por El Digesto es, sin duda, la fuente más importante de la Histo-
juristas y abogados del praefectus praetorfo, estaba auto- ria del Derecho romano. No sólo es la fuente principal para el
rizada para acoplar los textos de los juristas clásicos a las Derecho justinianeo, sino que nuestro conocinúento del Derecho
nuevas exigencias introduciendo las alteraciones que fue- clásico se basa, casi exclusivamente, sobre él.
ran necesarias. Los comisionados trabajaron 'con tal entu- Aquí nos plantearemos tres problemas históricos:
siasmo que. terminaron su trabajo en el corto tiempo de
tres aftas. La obra fue publicada en el propio año 533 y re-
cibió fuerza legal. Se le dio el nombre de Digesta (Digeste = 1.0 El hecho de que una obra tan gigantesca como el Di-
ordenar sistem6.ticamente) y Pandectae (¡[av IléX9at = reu- gesto de Justiniano pudiera surgir en el corto lapso
nir todo). El Digesto está dividido en cincuenta libros, de tiempo de tres años, ha dado siempre pábulo a
subdivididos en títulos. Los títulos contienen extractos de nuevas hipótesis. Pero hasta hoy permanece incon-
escritos clásicos. movible la tesis de Bluhme, el cual piensa en una di-
visión del trabajo en la elaboración de Digesto. Bluh-
ti) También bajo la dirección de Triboniano escribieron los me observó una sucesión regular de las inscripciones
profesores de Derecho Teófilo y Doroteo un pequeño trata- de los fragmentos, partiendo de los títulos de verbo-
do para principiantes (lnstitutiones), a! cua! se le dio junta- rum significatione y de regulis iuris, en que el fenó-
mente con el Digesto fuerza lega!. Las Instituciones están meno se presenta con toda claridad. Y así, clasificó
divididas en cuatro libros y los libros en títulos. todos los fragmentos del Digesto en tres masas lla-
e) Para armonizar el viejo Codex y las guinquaginta tieci- madas s!!!!.inianea, edic.!.a!.x..Papinianea, por estar en-
gones con el Digesto, Triboniano, después de la publica- cabezadas, respectivamente, por los comentarios ad
ción del Digesto, recibió, junto con el profesor Doroteo Sabinun, ad Edictum y la literatura casuística de Pa-
de Berito y tres abogados, el encargo de elaborar nueva piniano. Esta clasificación coincide, en líneas genera-
edición del Codex. Este trabajo fue tan rápido que el Co- . les, con los siguientes tres hechos:
dex refundido (Coda repetitae praelectionis) pudo ser a) El plan de estudios. Así la primera masa coincide
. publicado ya a fmales del año 534. El Codex Justinianus con el primer curso donde se explicaban Institucio-
se divide en doce libros; los libros están divididos, a su n:s de Gayo y los comentarios sobre los libri sin-
vez, en títulos, que contienen las constituciones imperia- gulares del Edicto; la segunda con el segundo CUT-
les por orden cronológico.

140 141
EL ESTAOO ROMANO TARDlo ... LA COMPILACIÓN JUSTINIANEA

so en que se daban los comentarios sobre la pan pri- ciones justinianeas han sido ampliamente depurados por
ma y la iudieiis, que en el Edicto se encuentra a la ca- la romanística.
beza de la primera sección, y fin$ente la ten:era
masa comienza siempre con los responsa de Papinia- 3. 0 ¿Cómo ha llegado hasta nosotros el Digesto de Justinia-
no, el libro fundamental del tercer año, al que seguían no? En primer lugar, tenemos un manuscrito del siglo
VI que se encuentra en Florencia y que contiene el Diges-
las quaestiones de Paulo el1 el cuarto año.
to (Coda Florentinus olim Pisanus); pero .también hay
b) La contraposición histórica entre ius eivile y hano- manuscritos de los siglos XI, XII, XIII Y XIV (versión Vul-
rariwn, correspondiendo a la tercera masa, obras gata). Todos los manuscritos de la versión Vulgata repre-
de tipo práctico. . sentan una característica división en tres tomos: Digestwn
e) Los tres tipos de obras: 1) Obras sistemáticas. 2) vetus (hasta D. 24,2); lnfoniatwn (hasta D. 38 in fine); Di-
Comentarlos exegéticos, y 3) Monografías. gestwn novwn (hasta el final).

La impresionante tesis de Bluhme encontró una favorable ¿Qué relación existe entre el manuscrito de la Florentina y
acogida y hoy día, transcurrido casi siglo y medio, desde que se los de la versión Vulgata? En la época del Renacimiento
formuló, sigue en pie. Hoffmann intentó desmentirla, pero su existían dos opiniones contrapuestas: El romanista español
obra póstuma, aun conteniendo argumentos de una agudeza in- Antonio Agustín sostuvo que todas las Vulgatas proceden,
negable, sufrió la despiadada crítica de Mommsen y fue rechaza- directa o indirectamente, de la Florentina y logró, además,
da casi unánimemente. Los trabajos modernos, en este sentido, probar su tesis señalando una porción de errores en las
se dirigen casi exclusivamente a perfeccionar la tesis de Bluhme. Vulgatas que sólo se púeden explicar partiendo de las ca-
En cambio, la tesis formulada primero por Hoffman y luego por racterísticas de la Florentina (así el error que muestran las
Peters, de que una recopilación prejustinianea (predigesto) ha- Vulgatas más antiguas en el orden de los últimos fragmentos
bría servido de base al Digesto, no se ha podido imponer. del Digesto, que se explica admirablemente por una transpo-
sición del último Y penúltimo folio de la Florentina; en las
2.0 La romanística moderna se ha propuesto, en primer lu- Vulgatas más =ientes este error está corregido por simple
gar, el cometido de separar el Derecho clásico del justi- cotejo con la Florentina). En cambio, el francés Cuyacio
nianeo, y, luego esclarecer la evolución jurídica en la opinaba que en las Vulgatas, eventualmente, se podía en-
época postclásica. Para lograr ese objetivo, se hace, contrar un texto mejor que en la Florentina y que, por tanto,
hoy, una investigación de interpolaciones. La obra de en es1e segundo supuesto debería prevalecer la Vulgata.
Gradenwitz «Interpolaciones en las Pandectas» (1877)
fue la pionera en estas investigaciones. Los criterios ahí A Mommsen corresponde el mérito de haber aclarado la
desarrollados para los descubrimientos de las interpola- complicada genealogía de los códices del Digesto, me-

142 143
EL ESTADO ROMANO TARDío .... LA COMPILACIÓN JUSTINIANEA

jorando la tesis de Antonio Agustín: todos los códices den, directa o indirectamente, todas las Vulgatas.
de la versión Vulgata proceden efectivamente de la Flo- P = Codo: Parisinus de fines del siglo XI o principios
rentina, pero a través de un manuscrito desaparecido delxn.
(que se llama S = Codex Secundus), que contenía ya la V = Codo: Vaticanus de la misma fecha aproximada-
típica tripartición de las Vulgatas (Digestum vetus; ln- mente.
fortiatum; Digestum novus). Como este códice S se co- U = Codex Patavinus (se conserva en la Universidad de
rrigió después de copiarse de F, con 0lr<? códice antiguo Padua), de principios del siglo XII.
(X) en las Vulgatas podemos encontrar, eventualmente, L = Coda: Lipsiensis (se encuentra en la ciudad de
mejores variantes que en la Florentina. Leipzig), de la misma fecha aproximadamente.

En nuestra opinión, el códice X se cotejó también con al- Todos estos códices contienen el Digestum vetus y son
gunos manuscritos de las Vulgatas, de modo que se intro- las Vulgatas más antiguas. (La línea de puntos repre-
dujeron en estos manuscritos variantes textuales que no es- senta nuestra tesis del cotejo de las Vulgatas más anti-
tán ni en F ni en S (y que hay que tener en cuenta, pues, guas con el códice X).
eventualmente, pueden ser mejores que las de F YS).
Estas consideraciones sobre la tradición manuscrita son,
El esquema de la tradición del Digesto es, pues, en defi- por supuesto, fundamentales para una edición crítica del
nitiva, el siguiente: Digesto.

Así constituye el Codex Florentinus prácticamente la


siglo VI: F X base del texto del Digesto. Pero este principio no se de-
I~;¡ be exagerar. La mejor edición del Digesto se debe a
siglo XI (1) S ./ / / Mommsen, que se basó, casi exclusivamente, en el Co-
I~
siglos XI/XII: p '
V L U
! (Vulgatas que contienen
dex Florentinus.
el Digestwn ve/us)

Explicación de las siglas: 4. Novelas

F = Códice Florentino del Digesto (siglo VI).


X = Códice del siglo VI (?), que sirvió para corregir S. . .I)¿~~s.to, Institucione~ x's.~x, constituyen el llamado Corpus
e=Codo: Secundus (hoy desaparecido), del que proce- elvlllS, la verdadera obra legislativa de Justiniano. Pero con CS(l!.' W.¡,.•..
IUT/S

144
EL ESTADO ROMANOTARDlo•. . LA COMPU.ACIÓN JUSTINIANEA

no tenninan las reformas legislativas del emperador, pues, en el estas medidas no fueron respetadas y, así, a lo largo del siglo VI,
curso del tiempo se dieron numerosas leyes (nl!vellae =nl!Vae le- nació una extensa literatura jurúlica redactada en lengua griega.
ges), que modificaron la administración del Estado e Iglesia, pero Constaba preponderantemente de ttadocciones griegas de pasajes de
también el Derecho privado y, particu1armente, el Derecho de fami- Digesto y del Codex (tV&ICES) y de glosas al Digesto o al Codex.
lia y de sucesiones. A diferencia de la gran compilación fueron re- Entre las refundiciones griegas del Digesto, destacan las de Estéfa-
dactadas casi lDdas las novelas en lengua griega no, Te6filo, Doroteo, Cirilo y la de un anónimo y, entre las traduc-
ciones de Codex, la de Teleleo.
Las novelas no fueron recogidas en una colección oficial, si-
no que en el curso del tiempo surgieron varias 'colecciones priva- Al profesor de Derecho Te6filo le debemos una paráfrasis
das: La más antigua es el llamado Epitome Juliani, que contie~e griega a las instituciones de Justiniano que se ha conservado.
124 novelas, en latín todas ellas, por lo que se supone' que debía
ir destinada a la parte de Italia dominada por los bizantinos. La A fines del siglo IX tuvo lugar la obra codificadora de León
segunda lleva por nombre el Authenticum, por haberse creído, el Filósofo, que reúne Digesto, Instituciones y Codex en un texto
sin razón, en la época de Imerio, que era el texto original (la im- griego unitario. En vez de hacer una nueva traducción del Diges-
portancia de esta colección estriba en que fue el texto que se to, se utilizó la traducción del Anónimo, pero muy pronto se aña-
aplicó con la recepción del Derecho romano; en Cataluña se reci~ dieron al texto legal los escolios del siglo VI (1t<Xpu'YPu<pui). La
bieron 99 novelas de esta colección). Luego, una colección mu- ingente obra se dividió en sesenta tomos y fue llamada BUmAt-
Ká. En el curso del siglo XI experimentó la jurisprudencia un
cho más completa y perfecta (por contener 168 novelas, las lati-
gran auge. Surgieron nuevas anotaciones que luego también fue-
nas en latín y las griegas en griego). Y, finalmente una especie
de apéndice conocido como Edicta Justiniani, que contiene 13 ron incOlJlOradas como escolios a los manuscritos.
novelas de Justiniano. La historia ulterior de las fuentes del Derecho bizantino lleva
a un proceso de reducción, que tennina con Constantino Harme-
nopoulos (1345). Su extracto en seis libros (CE;ál3tl3A09 gozó
de una consideración tal que estuvo vigente en Grecia hasta épo-
5. Apéndice: el Derecho Bizantino ca muy reciente.

Justiniano estaba tan convencido de la perfección de su obra le-


gislativa, que prohibió totalmente los comentarios. Sólo estaban per_
mitidas traducciones literales al griego (KU'tU 1t6&x), breves guío-
Des (tV¡¡tlCES) y colecciones de pasajes paralelos (1t<xp<x'tt'tA.a). Pero

146 147
D) LA TRADICIÓN HISTÓRICA
DEL DERECHO ROMANO
"

TEMA 12

DERECHO ROMANO Y TRADICIÓN ROMANÍSTICA

La delimitación de este tema presenta algunas dificultades


por la pluralidad de significados que encierra la propia expresión
«Derecho romano». Por eso, el problema ha sido enfocado desde
diversos puntos de vista, en consonancia con el sentido dado a
estas palabras.
La moderna Ipmanística ha intentado precisar su ambiguo
sentido, ciñéndolo con un adjetivo a una época determinada. Así,
Derecho romano arcaico, postclásico y justinianeo, de una parte,
y de otra, Derecho romano medieval, común y de pandectas, son
denominaciones que se refieren a procesos históricos concretos.
~más. , hoy,es muy corriente la distinción, formulada COlltoda ,
claridacl por Jl..Jljo¡W¡. entre Derecbo romano Y,tradición roma-
-~, queJi~iiu separar rlosp.rQCC?~~ ~t~!Pri.é:,?~,II119> gueje
cierraron"la Compilación justinianea; otro, que, arrancando del
~._~ resurglf de- los estudios jurfdic~s en Bolonia~ ,ll':.!\a ,a
nuestros Ofas. De acuerdó con estas ónentaciones, partiremos del
_ _ o ' , ' .~".

esencw diJalismo entre realidad y pensamiento para intentar ha-

151
LA TRADICIÓN HISTÓRICA", DERECHO ROMANO Y TRADICIÓN ROMANfSTICA

cer girar la compl~ia problemática en tomo a estos polos, que concepción histórica del Derecho romano en el molde de la juris-
dominan la panorámica de las ciencias y permiten, por tanto, prudencia elegante. Y, en fin, ambas posturas fundamentales, la
acotar con precisión el objeto de nuestro estudio. dogmática y la histórica, aparecerán extrañamente vinculadas en
( A este respecto puede decirse que cada época ha tendido, en la'persona de SI>2mY: la obra más significativa del fundador de
mayor o menor medida, a encasillar la realidad jurídica romana la Escuela histórica será precisamente el "Sistema de Derecho
,
dentro de su mentalidad y espíritu. En mayor o menor medida, Romano actual». Pero esta convergencia de las dos direcciones
pues mientras unas épocas procuraban respetar al máximo el ob- había de ser efímera y su profundo antagonismo reaparecería
jeto de su conocimiento, era en otras la forma mentis de la época muy pronto para llegar hasta nuestros días.
la que aparecía en primer plano, Se comprende que desde esta Dadas estas premisas, se hace necesario estudiar el con-
segunda postura el Derecho romano, al acomodarse a la mentali- cepto de Derecho romano a lo largo de las distintas épocas de
dad de cada época, cobraba actualidad, pero precisamente en la la historia. Aunque ello equivalga a exponer el desarrollo de
medida en que dejaba de ser Derecho romano. Conviene no per- la cultura europea desde su nacimiento en Bolonia, procurare-
der de vista esta idea, que va a ser el centro de gravedad én el mos librarnos de tal tarea, ciñén!1onos lo más posible a nues-
atorment3do problema de la crisis del Derecho romano. En defi- tro tema y.,.a las épocas en que el Derecho romano desempeñó
nitiva, cada 6poca, al intentar aprisionar la realidad jurídica ro- el papel de protagonista en la evolución jurídica.
mana, cristalizada en el Corpus iuris, en la retícula de su menta-
lidad, se ha movido entre dos posi\!iones extremas, una dogmáti-
ca y otra histórica. Ahora bien, esta diversidad de enfoque no
sirve ú'ilicamente para caracterizar métodos distintos, sino que la • 1. Glosadores y comentaristas
actitud dogmática y la histórica responden a dos posturas funda-
mentales de la existencia humana. De este modo, encontrarnos,
de una parte, Dogmática e Historia concebidas como concep- El ono de la ciencia jurídica europea hacia el año 1100 en
tos polares; de otra. la mentalidad de cada 6poca que presenta Bolonia coincide con un potente auge económico de la Italia
una mayor afinidad hacia un polo u otro. Y así. mientras la septentrional, al que acompaña un vigoroso movimiento cultural
cosmovisión medieval, que parte de la autoridad del texto co- con un gran interés por el sajler antiguo. El acontecimiento cien-
mo verdad dada, va a dar como producto un concepto dogmá- tífico más señalado en el ca:hpo del Derecho es el descubrimien-
tico del Derecho romano en la Glosa. la época renacentista. to del manuscrito de la Florentina y la elaboración del texto de la
que 'se marca precisamente como tarea alcanzar la verdad por Vulgata, sobre el que van a trabajar los juristas medievales. Pero
todos los caminos y con todos los medios, conviniendo en sería del todo erróneo concebir el sensacional descubrimiepto del
problema lo que antes había sido dato. cristalizará en una manuscrito de la Florentina como una mera casualidad paleográ-

152 153
LA TRADICiÓN HISTóRICA ... DERECHO ROMANO YTRADICIÓN ROMANÍSTlCA

fica, cuando, en realidad, como dice Wieacker responde a la ne- Ahora bien, los autores han dejado quizá escapar aquí un argu-
cesidad sentida por la época de encontrar un texto autoritario que mento muy sugestivo que prueba palpablemente tan estrecha re-
le sirviera de guía. La ciencia jurídica europea que recorre, aún lación: Imcrio, el fundador de la escuela de los Glosadores, es-
vacilante, sus primeros pasos, consciente de su debilidad, viene a cribió unas sentencias teológicas sobre San Agustín. Se trata de
ponerse temerosa bajo la tutela del Corpus iuris justinianeo. Para un manuscrito· que se encuentra en la Biblioteca ambrosiana de
comprender este fenómeno hay que tratar de penetrar en el espí- Milán y sobre el que ha llamado la atención Grabmann sin en-
ritu medieval. Quizá sea su nota más saliente una profunda devo- contrar eco entre los juristas. De la autenticidad de la obra no
ción por lo metafísico y lo trascendental: la idea de que la vida puede caber la menor duda, pues, aparte el juicio de un conoce-
humana tiene un Sentido sobrenatural, estaba hondamente enrai- dor tan profundo de la materia, está el hecho de que la escritura
zada en el espíritu del Medioevo y vino a reunir, en cerrada uni- es de fines del siglo XI o principiós del xn, y en la primera pági-
dad, todas las manifestaciones intelectuales de la época. CojIlO a na y de la misma mano se lee: «lncipir liber senrenriarum. quas
los hombres del tiempo lo que fundámentalmente les interesa es Guarnerius Iuris peritissimus ex dicris Augusrini aliorumque
una comprensión de las verdades fundamentales, el problema de docrorum excerpsit». Sería deseable un detenido estudio de este
las relaciones entre Filosofía y Teología, o si se quiere, entre ra- manuscrito, pues puede arrojar mucha luz sobre el problema de
zón y autoridad, viene a ser el centro de toda la teoría medieval los orígenes de la ciencia jurídica en Europa y sobre la figura, un
de la ciencia. tanto enigmática, de Irnerio.
Su espléndido apogeo viene señalado por el equilibrio de es- Así llegamos, por fin, a plantear el problema del fundamento
te par de fuerzas y su decadencia por una exasperación el criterio de la gran autoridad que llegó a alcanzar el Corpus iuris de Justi-
de autoridad que va a producir la reacción contraria en el Rena- niano a partir del año 1100. La cuestión ha sido resuelta acena-
cimiento, que exaltará por encima de todo la razón individual y damente con una referencia a la idea del Imperio romano, que
la personalidad. comienza a aparecer en la segunda mitad del siglo XI y no res-
La escolástica, el producto más acabado y típico de la época ponde simplemente a una ideología política determinada, sino
medieval, se mueve dentro de estas preocupaciones, y en sus co- que es la propia expresión ahistórica y dogmática de la concien-
mienws presenta una influencia muy marcada de San Agustín. cia medieval del Derecho y del Estado (Wieacker).
También la ciencia jurídica empieza su existencia bajo el influjo Ll!-i2!"IDa literaria más característica de todo este movimiento
inmediato del símbolo agustiniano: inrellege ut credas et crede es I~ Ql<1sd. que revela, una vez más, el respeto por la autoridad
ur inrelIegas. Naturalmente se ha destacado frecuentemente, con del texto, ya que glosas son las anotaciones (al margen o entre lí-
acieno, la conexión inicial entre Teología y Jurisprudencia, que neas) a palabras concretaS del texto. Entre los glosadores más cé-
explica admirablemente la enorme carga de dogmática que pre- lebres hay que citar, además del fundador de la Escuela, Irnerio,
senta la ciencia del Derecho en su desenvolvimiento ulterior. a sus discípulos más inmediatos, Búlgaro, Martino, Hugo y Jaco-

154 155
LA TRADICIÓN mSTóRlCA ... DERECHO ROMANO Y TRADICIÓN ROMANíSTICA

bo, conocidos como «los cuatro doctores». Sobresale, además, Para explicar el fenómeno asombroso de este resurgir de un De-
Az6n, que gozó de gran autoridad y, finalmente, cierra ya todo recho extinguido casi en su totalidad desde hace siglos, se han
movimiento, Acursio, que reunió hacia mediados del siglo XIII propuesto diversas explicaciones, que, parcialmente, son ciertas:
toda la labor de sus predecesores (añadiendo él mismo nuevas el potente desarrollo económico, exigía un nuevo Derecho, que
glosas) en la llamada Glosa magna, colección de casi cien mil se vino a crear a partir de una reelaboración de las soluciones ca-
glosas que, a partir de esa época, suele acompañar a los manus- suísticas contenidas en las fuentes romanas; el creciente absolu-
critos del Digesto. tismo va a encontrar en las fuentes romanas un buen apoyo (re-
cuérdese la máxiina «princeps legibus solutus», interpretada a su
Una concepción más dogmática aún del Derecho romano se
modo por los juristas medievales); el continuo intercambio cultu-
encuentra en la Escuela de ·los postglosadores. Su forma literaria
ral con la pléyade de estudiantes de di versos países que estudian
predominante no es ya la glosa a palabras sueltas del texto del
en Bolonia; finalmente, el valor intrínseco del Derecho romano,
Corpus iuris, sino comentarios a partes completas del mismo (tí-
fundamental para la formación de juristas e,specializados.
tulos, por ejemplo). Por ello, se conoce también a esta Escuela
como comentaristas o también como «Consiliatores» por'la for- El estudio del tema «Recepción del rierecho romano en Espa-
ma de dictaminar (consi/ia =' dictámenes). Los comentaristas tu- ña» es una parte importante de la asignatura «Historia del Derecho
vieron una gran influencia en la práctica y su forma de interpre- español» y allí nos remitimos.
tar el Derecho romano (adaptándolo a las necesidades económi-
co-sociales del momento), repercutió en toda Europa. Sobresalen
en esta Escuela Bártolo de Sassoferrato y su discípulo Baldo de
Ubaldis. - . ...-

3. La jurisprudencia elegante

El Renacimiento vino a romper la cerrada unidad espiritual


2. La recepción de .la Edad Media al exaltar el valor de la razón individual.
«creó y elaboró -dice aceniu:Iamente Koschaker-.la moderna
idea de persomilidad que, al menos en lo que atañe a las cOsas
El Derecho romano, en la configuración que recibe de glosa- se
del espíritu, no somete a autoridades extrañas, sino que itana en
dores y postglosadores se difunde a partir de la Baja Edad Me- sí misma ia medida y el c3.non ejemp1ares, De este modo,logró esta-
dia, a través de toda Europa. A este proceso de penetración y asi- blecer el fundamento del moderno concepl<> de ciencia; de lI!1a cien-
milación del Derecho romano se le conoce como «Recepción». cia que no trabaja con venlades que le han sido impuestas,'sinO que

156 157
LA TRADICIÓN HISTóRICA•..
DERECHO ROMANO Y TRADICIÓN ROMAMSTICA

se afana por descubrir ella misma la verdad, disponiendo de to- pane, la jurisprudencia elegante hace crítica de interpolaciones
dos los medios a su alcance, y sin limitación alguna en lo que para obtener una perspectiva histórica, sobresaliendo aquí Anto-
respecta a la elección y al uso de éstos.» Por fuerza repercute es- nio Faber. También se aplica considerablemente el número de
ta posición en el enjuiciamiento del texto: Si la glosa partía del las fuentes empleadas. Los humanistas no sólo tienen en cuenta
texto como algo ~, interpretándolo teleológicamente para re- las fuentes griegas y las fuentes literarias, sino que su interes les
ducir sus antinomias, ahora el hombre renacentista se sitúa por lleva a hacer nuevos descubrimientos de manuscritos.
encima de él Y se atreve a criticar su autoridad. Por eso, el Cor-
pus iuris no es ya la ratio scripta .que tiene validez inde- Todo ello dentro de una reacción muy violenta contra el anti-
pendientemente del tiempo y espacio, y es, (XX" consiguiente, Ocre- guo m~s italicus. Pero el nuevo mos gallicus no llegó nunca a
cho vigente, sino que ahora se ha.convertido en mera expresión del triunfar plenamente y puede decirse que su concepto histórico
espíritu antiguo, obra de mosaico que debe ser estudiada en su limi- del Derecho romano quedó reducido a estrechos límites.
tación u:mporal sin que pueda aspirar a imponerse universalmente
(Koschaker). El Dem:ho romano aparece así en una perspectiva his-
tórica, y no ya, como en la Ed8d Media, polarizado en el acto legis-
lativo de Justiniano, pues el Dem:ho romano tiene ahora signiflCll- 4. La escuela histórica y la pandectística
ción por su valor intrínseco, es decir, imperio rationis, y no ratione
impero. Frente a un concepto dogmático del Derecho romano apare-
ce un concepto histórico. Y del mismo modo que la escuela de Bo- Podemos pasar por alto la época del Derecho natural, ya que
lonia había comenzado su labor tras el descubrimiento de la Floren- su producción descansa sólo de un modo muy indirecto en el De-
tina y la elabonción ~~~, arquetipo de todas las recho romano. En cambio, trataremos de bosquejar la actitud de
Vulgatas, ahora los hUIÍtan~ados por la pureza del texto la escuela histórica y de la pandectística. Aquí hay que sel>arar el
vuelven sus ojos al viejo man~scrito. programa que Savigny expone en su obra Ueber den Beruf unse-
rer Zeitfiir Gesetzgebung und Rechtswissenschaft, que da mucha
El primero que se ocupa de él es Angelo Polizano qu procede relevancia al aspecto histórico, de otras aportaciones del propio
del campo de la filología, pero luego cae en manos de juristas como Savigny y de sus discípulos, que corren por cauces dogmáticos.
Tocelli, a quien se debe la primera impresión completa de la Floren- Ya en el inicio de su obra, el fundador de la Escuela 'histórica
tina, y nuestro Antonio Agustín, cuyos estudios de crítica textual so- ataca a la época de la llustración, «que había perdido el sentido y
bre la Florentina son, aún hoy día, el punto de partida de cualquier la sensibili~ para comprender tanto la grandeza y particularis-
investigación seria. Del mismo modo, se trata de reconstruir las mo de otras épocas como la evolución natural de los pueblos y
obras de los juristas clásicos en su conexión original, y en esta labor Estados, es decir, todo lo que puede salvar y fecundar la Histo-
palingenésica destaca el gran humanista francés Cuyacio. Pm la otra ria». En sil lugar se había impuesto «una esperanza ilimitada de

158 159
DERECHO ROMANO Y TRADICIÓN ROMANlSTICA
LA TRADICIÓN mSTÓRICA ...

sigue influyendo en civilistas y romanistas mucho más de lo que


la época presente que se creía llamada nada menos que a una au-
creemos nosotros mismos. La pandectística llega a su cenit, pero
téntica sÚltesis de la perfección más absoluta». Frente a esta falta
a la vez a su agotamiento, con el BGB. En el molde de sus pará-
de sentido histórico, Savigny formulaba la siguiente pregunta:
grafos se vertió el trabajo de casi un siglo, y los años vinieron a
¿Es posible comprender el presente de una situación desFonecta-
dar la razón a la tendencia anticodificadora de Savigny, pues, en
do de su pasado, esto es, sin conocer ,su génesis? Aquí, Savigny
definitiva, también el BGB (= Código civil alemán) fue el resul-
recurre al concepto de evolución orgánica: El Derecho romano
tado de una evolución orgánica.
es el modelo de una evolución verdaderamente orgánica; es el
único Derecho de un pueblo grande y de larga existencia que ha
tenido una evolución ordenada, totalmente nacional, y que ha si-
do cultiviulo en todos los períodos de su historia con primoroso
\ S. La dirección neOhumanística
cariño.
Pero este programa histórico se estrelló muy pronto contra
las exigencias de la dogmática, pues el Derecho, al acercarse El nacimiento de la dirección neohumanística coincide con
más a la vida, se aleja de la realidad histórica. De este modo, los trabajos preparatorios del Código civil alemán, cuya promul-
Savigny vino a ser también el fundador de la dirección que gación iba a determinar lapénlida de vigencia del Derecho ro-
después se llamó jurisprudencia conceptual. En realidad, su mano, relegándolo al terreno de las ciencias históricas. Respon-
obra sobre la posesión estaba más cerca de la tend,.encia siste- de, pues, al deseo de asegurarse un campo científico inde-
mática de Donello, que de la tendencia histórica de Cuyacio, pendiente de la pandectística, ya que los componentes
y es curioso comprobar cómo incluso muchas de sus doctrinas dogmáticos de ésta estaban llamadOs a constituir ia dogmática de
se encuentran muy cerca del primero de estos autores. Por la nueva codificación (Koschaker). ~L~~e_d¡!;l!lID_pe!;p-etuAm~ .~
eso, no tiene nada .de extraño el rumbo, decididamente dog- Lenel, las «Interpola~onen in den .Pandekten»., de G~denwitz.,
mático, que toma la escuela de Savigny a partir de su discípu- y «Reichsrecht und Voi¡(.sre;;hí» de. Mitteis, .. son las tres obras
lo más inmediato, Puchta. Esta evoluci6n va a.llevar a una to- .CundamentaÍes..que ponen los cimientos de la nueva, dir:el;ción y
tal reelaboración del Derecho romano, que al pasar por el fil- abren fecundas perspectiVl!S a las investigaciopes históricas. En
tro de la mente germánica y del espíritu de la época, se efecto, 1<1 estudio del sistema de acciones del edicto, la crítica de
convierte en un Derecho abstracto. De este modo hay que re- interpolaciones, aplicada a los textos jurídicos, y el trabajo conti-
conocer que la pandectística fue una de las producciones jurí- nuo en el ingente material papirológico que suministraba ininte-
dicas más impresionante de todos los tiempos. Para Alemania rrumpidamente la seca tierra de Egipto, han seguido siendo hasta
supone el momento de mayor apogeo de su ciencia jurídica nuestros días los cauces por los que han discurrido los trabajos
que alcanzará de este modo resonancia universal. Hoy en día romanísticos, que han tomado así un rumbo decididamente hisIÓ-

161
160
LA TRADICIÓN HISTÓRICA ... DERECHO ROMANO Y TRADICIÓN ROMANíSTICA

rico. Estos intereses han llevado a un conocimiento muy profun- «Die Haftung des Verkl!ufers wegen Miíngels im Rechte», donde
do de la realidad jurídica romana: no sólo se ha ido reconstru- hace una investigación densa y profunda del problema, no sólo
yendo la línea de evolución que lleva del Derecho clásico al jus- en el Derecho romano, sino también en el Derecho alemán y en
tinianeo, sino que las investigaciones sobre los problemas de orí- los distintos sistemas jurídicos europeos. Este libro, verdadera-
genes han logrado rasgar profundamente una parte de las densas mente excepcional, no tuvo la difusión que hubiera correspondi-
nieblas que envolvían el más antiguo Derecho romano. Por otra do a su calidad intrínseca. A nuestro juicio, su mayor importan-
parte, la dirección neohumanística que había nacido en Alemania cia actual estriba en que permite entrever las enormes posibilida-
respondiendo a una situación histórica concreta,tendió a impo- des de una fenomenología de los problemas jurídicos.
nerse también en otros países ya adquirir universalidad. Con todo, estos intentos aislados no sólo no logran despertar
Pero este impresionante éxito ha tenido una contrapartida po- el interés general, sino que la ciencia del Derecho romano --que
co grata y ha venido a abrir un profundo abismo entre los civilis- va revistiendo un carácter esotérico cada :vez más acentuado-
tas, fieles continuadores de la jurisprudencia conceptual de la se ve en trance de tener que rendir cuentas a la sociedad y de jus-
pandectística, y de los romanistas, que, libres ya de preocupacio- tificar, incluso su existencia. Y así se llega a la llamada crisis del
nes dogmáticas, se lanzan ahora por la senda de la investigación Derecho romano, que no es más que el reflejo en nuestra disci-
histórica. Lo peor de todo es que los esfuerzos por tender un plina de toda la crisis de una época en que la cantidad y exube-
puente entre ambos se estrellaban contra una cerrada especializa- rancia de sus conocimientos científicos amenazan con aplastarla,
ción que imponía unos métodos de trabajo cada vez más refina- porque ha perdido la perspectiva de las diferencias de rango, en-
dos. Orientada la romanística hacia un estudio ftlológico de los tre los saberes de las ciencias.
textos, no lograba interesar a la dogmática del Derecho civil, que
La ciencia romanística adquiere clara conciencia de su crisis
miraba con suprema indiferencia sus producciones.
merced a los resonantes trabajos de Pablo Koschaker. Pero aquí
Por otra parte, la pandectística se había agotado. En realidad, no se habla simplemente de una crisis del método que supone un
trasplantada su savia a la moderna ciencia del Derecho civil, ni mero agotamiento de algunas direcciones, y lleva directamente a
la extraordinaria personalidad del ilustre profesor de Leipzig, .. .. un enderezamiento de rumbo. Se trata de algo mucho más grave:
Ludwi.g Mitteis, pudo dar nueva vida a su caduco tronco. Y así, la disciplina del Derecho romano ha perdido su prestigio secular,
aunque sus maravillosas lecciones de Derecho romano atrajeron dejando. de ser el centro de la ciencia del Derecho privado. Kos-
millares de oyentes durante años, poco antes de su muerte desa- chakcr hace responsable de ello alncohumanismo y, consecuen-
parecían del plan de estudio sin dejar huella. Por su parte, Rabel, temente, postula una vuelta a Savigny. Pero su postura acusa una
probablemente el jurista más genial que ha dado nue~tro siglo, se triste resignación: - El porvenir del estudio de este Derecho -
esforzaba por demostrar el interés Vital del Derecho romano para predice--:: se muestra en verdad nebuloso. p:s posible que subsis-
el estudio del Derecho actual con una maravillosa obra sobre ta el estudio histórico del mismo, y si sucede así, ello será por-

162 163
LA TRADICIÓN IDS'J'ÓRICA. .. DERECHO ROMANO Y TRADICIÓN ROMANfsTJCA

que la Jempestad no destruye la hierba" sino los árboles corpu- apareció un libro homenaje al ilustre romanista, con el título
lentos. Las disciplinas jurídicas tienen leyes propias, y una de 6s- «Europa e il Diritto romano». El centru de las discusiones ha si-
tas es la que tales disciplinas están orientadÍls en mayor o 'menor do la actualizaciÓn del Derecho romano.
grado hacia la,actualidad. La consideración o estudio puramente
histórico del Derecho romano, por imprescindible que sea y por Íntimamente enlazado con este problema se encuentra el
importanJe que se juzguen sus resultados, convierte a 6ste en una de las relaciones entre historia y dogmática. Rota la conexión
parte de la ciencia de la Antigüedad y le sitúa fuera del círculo entre Derecho romano y Derecho civil, se tenía que plantear
propio de las disciplinas jurídicas. ,ESJe cambio de situación ha por fuerza la cuestión del encuadramiento de nuestros estu-
costado mú-y caro al Derecho romano, pues 10 ha pagado nada dios en la teoría general de las ciencias. En verdad, el carácter
menos que éon la indÍferencfa sentida hacia 61 por los juristas. científico del Derecho romano se ve fuertemente acentuado
No obstante, ha expuesto un programa que se encuentra resumi- con la consideración histórica de la dirección neohumanística.
do en las siguientes palabras: «No'creo que el Derecho romano, Pero la cuestión resulta difícil porque, como Historia del De-
a pesar de las amenazas que se ciernen sobre su estudio, se halle recho, nuestra disciplina es un verdadero dios J ano. Parece
a punto de abdicar. Más bien, según creo, habrá mostrado que como si un mismo objeto viniera enfocado desde dos puntos
aún hoy exisJen medios de convertir tal estudio en un elemento de vista: de un lado, el histórico, que no tiene más pretensión '
vivo de la fOrmación del jurista, de mantener, por consiguiente, que el puro conocimiento; de otro, el jurídico, que se orienta
el Derecho romano en el cumplimiento de su función histórica, a también hacia metas prácticas.
saber, la de actuar como intermediario de los grandes sistemas De eSJe modo, al final de nuestras consideraciones reaparece
europeos del Derecho privado eXJendido por todo el orbe. Me- el dualismo inicial entre dogmática e historia, que se encuentra
diante el aprovechamiento de sus componentes de Derecho natu- también en el mismo centro de la cuestión del método. Si por un
ral, podía _conseguirse independizarlo en un cierto grado de su momento meditamos sobre la conocida sentencia de Martín Hei-
fundamento europeo, si es que éste no le es ya propicio. El Dere- degger de que el nivel de una ciencia se mide por la capacidad
cho privado, sieDdo, como es,}a parte más conservadora de un de soportar crisis de sus conceptos fundamentales, comprendere-
sistema jurídico, soporta la crisis con fumeza y es reducido o li- mos la espléndida vitalidad del Derecho romano, que ha atrave-
mitado a ciertas zonas por efecto de las transformaciones socia- sado por las convulsiones más violentas para resurgir cada vez
les, pero nunca totalmente eliminado». con más pujanza. He ahí la razón de que los romanistaS podamos
Koschaker mantiene inalterable, como se ve en estas pala- mirar con esperanza y optimismo el porvenir de nuestro Derecho
bras, su fe en el Derecho romano como elemento vivo en la for- romano. Seguirá siendo un modelo inigualable del pensar jurídi-
mación del jurista. A su obra ha seguido una inmensa literatura co, mientras exista una ciencia del Derecho.
que ha tratado de encontrar solución al mal dé la crisis. En 1954

164 165
LA TRADICIÓN HISTóRICA ... DERECHO ROMANO Y TRADICIÓN ROMANÍSncA

TABLA CRONOLÓGICA Bl úQcA DEL IMPERIO UNIVERSAL: DERECHO PRECLÁSICO Y cLÁSIco

AJ. a)Ap...., y a-Isb de lo Rep6bU",


ESTADO DERECHO

A) trocA DEL ISTADO CIUDAD: EL DERl!CBO ROMANO ARCAIOO 264·261


242
Primera gueua púnica f í.14 Creación del praetor paegrimu
241 SiciU. se convierte .en la primera
AJ. o) LaMoaan¡aIa provincia. romana..
/
753 Fecha tra<üoional de l. fundación
de Roma.
,
I
238-237

218
Ce:rdefta y Córcega. povinciu rD-
mlUJas.
La Cincia sobre prohibición de
753·510 Moowquí& romana; teyes lllinos y donaciones.
eIIUSCO•• 218-201 Segunda guura púnica
510 Expulsión del último Tarquina. 200 La Plaeloria (sobre eneaño a me-
nores de veinticinco años).
197 Lo. tenilOrio. de la España medi-
b) La Rep6bll.,. .......,. terránea se convierte en dos nuevu
509 Comienzo del n!gimen c:onsulll
(seaún 1Ia<tici6n).
169
provinciu romanas.
Lo; vocL (limilaci6n a11becho
de sucesión de la mujer).
451449 Deccmvinlu Iegialativo. 149 La Calpurnia de repetIUUJis (so-
449 Promulgación d. la Ley de lu xn bre OOncuslOD de los magistrados).
Tablas. 148 MICCdonia. provincia mmllll..
445 Lo; ClJIUlkia: COI' la prohibieión 146 DeslrUc<:ión de Canago y creación
de matrimonios entre patricios y de 181a nueva provincia romana en
plebeyos. África.
396 ConquÍIIa de l. ciudod eInlaca V&o 133 La totalidad de España. provincia SCMlM.fClm.Vd1U.! ullinuun: sUIpen- ~ . 1 '3
yel. JOmana. si6n de garUltías constitucionales. ".-, .
387 Los galos incendian y saquean Re>- Tib<rio Graoo es ele,ido tribuoo
ma. de la plebe: comienza la !evoI...
367 Fm de lu luchas entre palricio. y Ley.. Licinas Sextias. ción de los Gracos.
plebeyos; admisión de los plebe>- 130 ~ La Aebutia: EXlcnsión del procc-
yos al COJlIUIado; creaeión del ~dTm~r;u1ario.
p,aa« com colkga mÜItw de 101 111 LuAsrarÚJ
cónsules. 107-100 Mario: Conversión del ejército en ~
326 Lo; p~~üo.Popiria d. nuir. . un ejército de mercenarios. I
304 llIllberID Gneo F1avio publica loa' 91-98 Guerra lOCiaI: admisión de los
fotmullrios BO<IeIOs de los pootlfi- a1~ itilico! • la ciudadanía ro-
ces. maiÍa.
286 Lo; HOI"~nsit< l!quiparaci6n de le- 82-79 Dictadura de Sila.
y .. y p1ebiJ<:itos. 60 Prima TriunviriBlO: Pompeyo, C&-
Lo; Aq";/ia de dDmno. sary Craso.
28()'275 Guerra con'" Pino, rey del Epito.

166 167
LA TRADICIÓNHlSTÓRICA __ _ DERECHO ROMANO YTRADlCIÓ\'/ ROMANfsnCA

48-44 Réeimen cuasi-monárquico de Cé- La Rubria th Gallia Cisalpina.


/ 62 . S,C. Trebell"",upI (sobre fideico-
lar misOs). .
LexJuJianuuUcipqljs '\ 69 AfIo de lIDIIlIjuía.
43-32 Segundo Triunviriato: Antonio,
Octavio y Upido_
40 La DinasUa Flavia
LaFaJcidio .obre legado•. Jl."
31 ·Trimúo de Octavio sobre Anlonio
69-79 Vespasiano
/'
La tú Imperio VCSlJD.fÚ1rai. .
en ActilUll.
S.C. Pegosianum (sobre fidelconu-
lOS).
') ElI'>Iadpodo S.c. Mocedonimaun (sobn: ¡Rota-
mos a hijoo de familia).
27 Insuur~ del principado de Au- 79-81 TilO
gusro (~h) 81-96 Domiciano La Salpensana,lu Malacitana.
18 Reformas de Augusto en el Dere- ~-------------._ .•.
cho de la Familia: La JlIlia th ( ..tJ'1) 96-191 Emp~radorcs adoptivos

odolJeriis co<randis; la Julio th ( A4"\


96-98 Nerva
marilañdu ordillibll$, \ ~ '/
17 98-117 Trajano
ketonnas JunsdlC~cionales de Au-
gu.ro: ¡.ges Joa"" th iodie;"".". l HII) 117-138 Adrjano S.C. Tertolliatw (sobre dereclio de
]a madre a suceder a sus hijos).
pubúcorum. el P';VQtq'rwn
130 Salvio Juliano redacta definitiva-
7-4 Edictos de Cireneo
2 Política de Augusto sobre la Ro- mente el Ediclwn perpduun&. .A OA
138-161 Antonio Pio
mlllidad: Lex Fufia C~nia (sobre l PcM ~~) 161 . DivifrlJlres (M. Aurelio y L. Ve-
rcstncc16n de mmUUUIIOJleS. ,
JO).
169-177 Marco Aurelio
178 S.C. Orfuianum (Dereclios suceso-
OJ_ rios de lOs hijos en la herencia de
La A.a. Se1lJia (sobre reatricció~
de miñlliñiilOl1es)
í
í' )..f'l 177-180 Marco Aurelio y Commodo
la madre).

9 180-192 Commodo
úx~ PonQacq AMplia/U
{nuevas reformas del Derecho de 192-193 Año de Anarquía
familia}.
193-235 La Dlnasiia de los Severos

14-68 L. Di.asU. Julio-Claudia 193-198 Septimio Severo 0'<1#0 "'(Ved 'sobre enajenacion
del fundo dol pupilo).
l t '11
(,u-S) (~JÓ)
14-37 ¡iberio 212-217 Severo, Antonino (CaracaBa).
37-41 CoIlgula 212 Cons,i'u'ia A1IJoníniana (Cance-
41-54
46
Claudia / sión de la ciudadanía romana a 10-
dos los habitantes d!:llmperio).
S.MluscoruvllJJs Vella<anum (pro-
hibíClOJl dé m _ d e Iamujer)_ 217-218 Macrino
54~ NmIn (~5\ S.C. Neroniluuun (conversión de 218-222 Heliog6balo
legados) 222-235 Alejandro Severo

168 169
LA "nADICION IIISI'ÓRlCA. .. DERECHO ROMANO Y TRADICIÓN ROMANfSTJCA

C) ELESTADO aOMANOTAaDloYEL DEUCIIO J'OIn"ClÁSIco


Novelu justinianeas..
StJ1ICIÍD pragmalica pro pBitioM
Vj,ilij (introducción del Corp .. j...
,is en Italia).
565 Muerte de Justinimo.
284-3D.5

301
307·337 C-lIdiDoelOrIllde
313 EdiClO de Miün (reconociODdo el
CrioIianiImol.
321 Ley de oí... (suprirniaxIo la voIidoz
dO liS nocas de PIlIlo Ym¡¡- • Pa-
piniano).
326 Coostalllinopla, eopilal dellmperio
379·395 TeodoaioI
395 Di.iIi6n cIdinitiv. dellmperio

395__ An:odio

l~~J ~~"
395·423 Hanorio
TeocIooio n I .'

42S-4SS
Va1entinimom

426 Ley de oíw (Gayo, Papiniano,


Paulo, U1piIno y Modestino).
438 Coda Theodosiamu.

4SS-4S6 R6mulo AUJUStulo

456

506
527·565
529
530
533

534

170 171
LECTURAS RECOMENDADAS

La presente selección de lecturas se ha realizado de acuerdo


con un triple criterio: se trata de obras fundamentales, fácil-
mente comprensibles para el alumno y con neto predominio de
las que se pueden leer en el idioma español. Para referencias
bibliográficas y de fuentes más concretas baste citar aquí las
contenidas en:
Kunkel, Historia del Derecho romano, Ed. Ariel. Barcelona
1975, pág. 20, Arangio Ruiz, Guarino y Pugliese, 11 Diritto
romano, Jouvence, Roma, 1980. Resultan decisivas para la
investigación romanística las monumentales obras de De
Martina, Storia della costituzione romana, 5 vol. ( Ed. Jove-
ne 2. ed. 1972-1975) y Wieacker, Rtimische Rechtsgeschi-
chte, Ed. Beck., tomo 1 Munich 1988. Esta previsto que apa-
rezca el segundo tomo a más tardar en 1992.

A) Manuales de Historia de Roma:

A modo de orientación es conveniente que el estudiante re-


curra a un libro de Historia de Roma. A título de ejemplo citare-
mos las siguientes obras:

173
LECI'URAS RECOMENDADAS LECJURAS RECOMENDADAS

1. Pacchioni, Breve Historia del Imperio romano narrada por Muy interesante como ejemplo de aplicación a la historia
un jurista. Trad. esp. Editorial Revista de Derecho privado. de Roma del método del materialismo dialéctico.
Madrid 1943. Al lado de todas estas exposiciones hay que citar la clá-
Exposición brillante, amena y científica, especialmente sica exposición de Mommsen, Historia de Roma desde la
recomendable por la finalidad que persigue. Fundación a la República- (Tra<L es. Ed. Aguilar. Madrid
2. Rostovtzeff, Roma. De Jos orígenes a la última crisis. Too esp. 1955-56) (esta edición apareció justamente a un siglo de dis-
Ed. Eudeba. Buenos Aires 1968. tancia de la obra original).
Obra fundamental por hacer mucho hincapié en los as- Sigue siendo una obra fundamental en sus planteamien-
pectos económicos y sociales. Aunque muchas de sus con- tos, aunque su extensión no la hagan recomendable más que
cepciones hayan sido ha superadas, este autor sigue siendo como obra de consulta.
de obligada consulta para el moderno historiador de Roma-
3. Petit, Historia de la Antigüedad. Trad. esp. Ed. Labor. Bar- B) Manuales y Tratados de Historia del Derecho
celona 1967. Págs. 225 ss. Ro17UJno:
Recomendable tanto desde el punto de vista científico
como docente; aunque quizá sea excesivamente densa. La extensión de las diversas exposiciones está condicionada
4. Piganiol, Historia de Roma. Trad. esp. Ed. Eudeba. Buenos por el plan de estudios vigente en cada país. Así, las obras italia-
Aires 1961. nas están redactadas pensando en un plan de estudios, que dedica
Obra representativa de la moderna escuela francesa, im- a la "Historia del Derecho romano» todo un curso, en tanto que
portante por las fuentes y bibliografía, aunque desde este las alemanas responden a la división de la materia de un cuatri-
punto de vista sena interesante consultar la nueva edición en mestre. En general, las obras italianas resultarán, por ello, para el
el idioma original. estudiante más aptas para la consulta que para un estudio siste-
mático.
5. Horno. Nueva Historia de roma. Trad. esp. Ed. Ibérica. Bar-
celona, 1965.
Aunque se trata de un libro algo anticuado es, no obstan- a) Obras italianas:
te, recomendable por su amenidad y brillantez, que hacen su
lectura agradable. 1. Arangio-Ruiz, Historia del Derecho romano. Trad. esp. Ed.
6. Kovaliov, Historia de Roma- Trad. esp. Ed. AkaI. Madrid Reus. Madrid 1943. 2." ed. Madrid 1963.
1979. Es quizá la obra más representativa de la literatura italia-
na de su género: brillante, aguda y muy original, resulta,

174 175
LECIURAS RECOMENDADAS LECTURAS RECOMENDADAS

además, de una lectura muy agradable, pues Arangio-Ruiz, b) Obras alemanas:


como investigador auténtico, sabe transmitir su entusiasmo
al lector.
1. Kunkel, HistOria del Derecho romano. Trad. esp. Arie!. Bar-
2. Bonfante, Historia del Derecho romano. Trad. esp. Ed. Re- celona 1965,
vista de Derecho privado. Madrid 1944. Libro escrito por el mejor conocedor del Derecho público
Obra clásica de un investigador genial, que refleja tanto romano de nuestro siglo, que además poseía un talento pedagó-
el estado de la problemática en un momento determinado gico diffcilmcnte igualable. Por ello, creemos que es la exposi-
como sus propias concepciones, que tanta repercusión han ción más adecuada de la Historia del Derecho romano.
tenido en la romanística actual.
2. Kaser, Storia del Diritto romano. Trad. ital. Ed. Cisalpino
3. Burdese, Manual de Derecho público romano. Trad. esp. Ed. Goliárdica. Milán 1976.
Bosch. Barcelona. Libro que hace honor a su autor, una indiscutible primerísi-
Notable por su equilibrio y claridad. ma figura de la romanística mundial.
4. De Francisci, Síntesis histórica del Derecho romano. Ed. Revis-
ta de Derecho privado. Madrid 1954. e) Obras españolas
Aunque no tiene la fluidez de la obra de Arangio, en los
demás aspectos no le va a la zaga, pues, no en vano se debe
1. U. Álvarcz Suárez, Instituciones de Derecho romano I (In-
a la pluma de uno de los mejores conocedores de la Historia
troducción histórica, conceptos fundamentales, -hechos y ne-
del Derecho romano de nuestro siglo.
gociosjurídicos). UNED. Madrid 1973.
5. Talamanca. Lineamenti di storia del Diritto romano, Ed. Libro que se caractcrlza por su gran calidad Y rigor en la
Giuffre. Milán 1979. exposición.
Se trata de una obra escrita por una pléyade de excelen-
2. Arias Ramos, Compendio de Derecho público romano e
tes romanistas italianos del momento actual (Amelotti, Bo-
Historia de las fuentes. 14 ed. Valladolid 1979.
nini, Brutti, Capogrossi, Cassola, Cervenca, Labruna, Masi,
Contiene lo fundamental, expuesto con una gran clari-
Mazza, Santalucia, Talamanca). Aunque no todas las partes
dad. Ello la hace especialmente adecuada para el estudiante.
brillen a la misma altura se trata, indudablemente de una ex-
posición frente a la que las ya citadas quedan anticuadas. 3. Churruca- Mentxaca, Introducción histórica al Derecho ro-
mano, Universidad de Deusto, Bilbao 1987.
Excelente por su claridad, sencillez, y , sobre todo, por
su carácter científico. Al igual que el libro de Arias citado

176 177
LECTURAS RECOMENDADAS LECTURAS RECOMENDADAS

(y, a diferencia de los libros de Fuenteseca y TOlTent, que re- (obra escrita por uno de los mejores conocedores actuales de la
sultan demasiado extensos ) tiene la extensión adecuada pa- problemática de la Roma arcaica).
ra nuestro plan de estudios.
Scullard, A History of the Roman World (754-146 ~ .C.). 4. ed.
4. Fuenteseca, Historia del Derecho romano. Madrid 1987. Nueva York 1980. ed. Methuen & Co. Ltd. págs. 42 ss.

5. Rascón, Sinopsis de la Historia del Derecho romano, León Para los aspectos propiamente jurídicos vide:
1986
Torren!, Derecho público romano cit., págs. 49 ss.
Libro muy esquemático y claro.
Tondo, Profilo di Storia constituzionale romana. Ed. Giuffre.
6. Paricio, Historia y fuentes del Derecho romano, Editorial Milán 1981.
Centro de estudios Ramón Areces, Madrid 1988.
Para el estado actual de las investigaciones arqueológicas vi-
A pesar de no ser una obra extensa baee hincapié en el
de:
estado de la moderna investigación rolIllll\ística.
Circolo Toscano de Diritto romano e Storia del Diritto, Roma ar-
7. TorrenL Derecho público romano y sistema de fuentes. Pu-
caica e le recente scoperte archeoligche. Giornate di sutdio in
blicaciones de la Universidad. Oviedo , 19&2.
onore di U. Coli. Ed. Giuffre. Milán 1980. (con notables
aportacions de Torelli, Comell, Richard y Frezza).
C. Ampolo, La cittá antica, Ed. Laterza. Roma-Bari 1980. Se Ira-
Referencias a temas concretos: ta de un volumen conjunto. El trabajo que nos interesa es:
Ampolo, Bartolini, Bedini, Bergonzi, Cataldi, Cordano, Ses-
tieri, Roma diventa cittá, resumen de otro más amplio de los
Tema 1
mismos autores (monograffa considerada hoy día fundamen-
Pacchioni, Breve Historia ci!, págs. 259 ss, "Sobre la credibili- tal).
dad de la más antigua historia de Roma".
Arangio Ruiz, Historia cit., págs. 1 ss. . Tema 2
Estas excelentes exposiciones de la problemática, que resul-
ArangiQ Ruiz, Historia cit., págs. 38 ss.; 101 ss.
tan especialmente adecuadas para el estudiante, caen, no obstan-
Kunkel, Historia cit., págs. 16 ss.
te, por la fecha en que están escritas, en un cieno hipercriticis-
mo. Para conocer el estado actual de la investigación hoslÓrica: Para una exposición más histórica de los aspectos jurídicos,
vide:
Heurgon, Roma y el Mediterráneó occidental hasta las gue-
rras púnicas. Ed. Labor. Barcelon 1971, págs. 124 ss.; 277 ss. Talamanca, Lineamenti cit. págs. 50 ss. Y87 ss.

178 ....,' 179


LECTURAS RECOMENDADAS LECTURAS RECOMENDADAS

Una obra muy moderna de un excelente histoñador de Roma, es Nicolet, Roma y la conquista del mundo mediterráneo (264-27
la de: a.J.). Trad. esp. Ed. Labor. Barcelona 1982.

Nicolet, Roma y la conquista del mundo medit=áneo. Trad: esp. TemaS


Ed. Labor. Barcelona 1982, págs. 87 ss.; 248 ss. y 304 ss. Al es-
tudiante le resultarán seguramente muy útiles los cuadros sin6p- Arangio-Ruiz, Historia cit., 261 ss.
tieos de las págs. 268-69 (estructura Y funciones de las asam- Kunkel, Historia cit., págs. 55 ss.
bleas populares) y págs. 358-59 (magistraturas). Para más bibliografía:

Tema 3 Miquel, El problema de la sucesión de Augusto. l." ed. Publica-


ciones del Colegio de Abogados. Santa Cruz de Tenerife
Bonfante, Historia cit. n, págs. 89-119. Este capítulo sobre «La 1968. 2." Ed. Tauros. Madrid 1969.
autenticidad de las doce Tablas» contiene una reacción con-
tra la crítica radical de Pais y Lambert. Sigue valiendo la pe- Por la aplicación del método del materialismo dialéctico son
na leerlo a pesar de que ya no refleja el estado de la moderna muy interesantes las siguientes obras de la moderna historiogra-
investigación. fía sovi~tica:
Arangio-Ruiz, Historia cit., págs. 63 ss. Kovaliov, Historia cit., págs. 547 ss.
Kunkel, Lineament cit., págs. 118 ss. Utchenko, Cicerón y su tiempo. Ed. Akal. Madrid 1978 (este in-
Para más bibliografía, vestigador se caracteriza por sus fundamentales aportaciones
a la comprensión de la ideología del principado).
Miquel, voz «Ley de las doce Tablas» en Nueva Enciclopedia Jurí- Maschkin, El principado de Augusto. Ed. Akal. Madrid 1978.
dica. Ed. F. Seix, tomo XV (Barcelona 1974) págs. 172 ss.
Tondo, Profilo di Storia constituzionale romana. Ed. Giuffre. 1. En una línea muy diferente sigue siendo fundamental:
MillÍ\l 1981, págs. 25 ss. Syme, The Roman Revolution. Oarendon Press. Oxforo 1939
(desde entonces numerosas ediciones y traducciones).
Tema 4
Arangio-Ruiz, Historia, cit., págs. 134 ss.; 222 ss. Tema 6
Kunkel, Historia cit., 42 ss. Arangio-Ruiz, Historia cit., 183 ss.
Talamanca, Lineamenti cit., 276 ss. Kunkel, Historia cit., págs. 93 ss.
Sobre los aspectos puramente históricos, vide la excelente Talamanca, Lineamenti cit., 151 ss.
exposición de Fuenteseca, «La necesidad de retornar al Edicto pretorio» en

180 181
LECTURAS RECOMENDADAS LECTURAS RECOMENDADAS

Anuario de Historia del Derecho España 39 (1969), págs. romana» en Estudios juridicos en homenaje al profesor Santa
451 ss. (= Investigaciones de Derecho procesal romano, Pu- Cruz Teijeiro. Publicaciones de la Universidad. Valencia
blicaciones de la Universidad. Salamanca 1969). 1974.1, págs. 565 ss.
Sobre la influencia de la lingüística estoica y del presunto in-
Tema 7 flujo de la retórica en los juristas romanos,
Arangio-Ruiz. Historia cit., págs. 326 ss. Miquel, Aenigma. Publicaciones de la Universidad La Laguna
Kunkel, Historia cit., 105 ss. (fundamental). 1977.
U. Á1varez. La jurisprudencia romana en la hora presente. Ed.
Reus. Madrid 1966.
Fernández Barreiro, Presupuestos para una concepción jurispt;U- Tema 8
dencial del Derecho romano. Publicaciones de la Universi- Arangio-Ruiz. Historia cit.,285 ss.
dad Santiago de Compostela 1976, págs. 23-66. Kunkel, Historia cit., págs. 134 ss.
Latone, Iniciación a la lectura del Digesto. Ed. Dirosa. Barcelo- Talamanca, Lineamenti Cit., págs. 436 ss.; 444 ss.
na 1978.
X. d'Ors, Posiciones programáticas para el estudio del Derecho
romano. Publicaciones de la Universidad. Santiago de Com- Tema 9
postela 1979, págs. 29 ss. ' Arangio-Ruiz. Historia cit., 367 ss.
García Ganido, Derecho privado romano. Dykinson. Madrid Kunkel, Hisioria cit., págs. 142 ss.
1980. TI Casos ydecisionesjurisprudenciales, págs. 1-82. Talamanca, Lineamenti cit., págs. 603 ss.
Para los aspectos puramente históricoS; vide, además:
Sobre método de los juristas romanos específicamente:
Rostovtzeff, Historia social y económica de) Imperio romano.
Kaser, El método de los juristas romanos. Publicaciones de la Trad esp. Espasa-Calpe. Madrid. TI (1973), págs. 327 ss.
UniverSidad. Valladolid 1962. Remondon, La crisis del Imperio romano de Marco Aurelio a
Miquel. "Stoische Logik und romisehe Jurisprudenz» en Anastasio. Trad. esp. Ed labor. Barcelona 1968.
Zeitschrift der Savigny Stiftung für Rechtsgeschichte», 87 Vogt, L¡¡ decadencia de Roma. Metamorfosis de la cultura anti-
(1970), págs. 85 ss. Aunque la traducción española de este gua (200-500). Trad. esp. Ed. Guadarrama. Madrid 1968.
trabajo se del propio autor, está plagada de erratas en la
transcripción de los símbolos lógicos, de modo que resulta
Tema 10
imprescindible cotejar la versión española con el trabajo
original en alemán. Cfr. «Lógica estoica y jurisprudencia Arangio_Ruiz. Historia cit., págs. 426 ss.

182 183
LECi'URAS RECOMENDADAS - -. -...... . .• - , - . P --F--

Kunkel, Historia cit., 15t ss. Wieacker, Storia


Talamanca, Linearnenti cit., págs. 695 ss. Giuffre. 2 vols

Estas dos últir>


Tema 11 estudiante resultar...
¡
Arangio-Ruiz, Historia cit., 453 ss. dad, todo el tema 1. r
Kunkel, Historia cit., págs. 170.ss. ción a la Historia de. I
Talamanca, Lineamenti cit., págs. 715 ss. Más breve que l~
misma materia, es:
Esta última exposición resulta fundamental no sólo por su fe-
cha reciente, sino por haber sido escrita por uno de los mejores Molitor-Schlosser, Perf •.
vado. Trad. esp. Ed. r, "
conocedores actuales de la época justinianea (Bonini).

Terna 12
Fernández Barreiro, Presupuestos de una concepción jurispru-
dencial del Derecho romano. Publicaciones de la Univer-
sidad. Santiago de Compostela 1976. Cap. m, «El Dere-
cho romano en la tradición jurídica europea» (págs. 69-
105).
Miquel, «Derecho romano y tradición roman{stica», en Anales
1
de la Academia Matritense del Notariado (Madrid 1974),
págs. 129 ss.
Latorre, Valor actual del Derecho romano. Ed, Dirosa. Barcelona
1977.
Tomás y Valiente, Manual de Historia del Derecho español. Ed.
Tecnos. Madrid 1979, págs. 180 ss.; 298 ss.
Koschaker, Europa y el Derecho romano. Trad. esp. Ed. Revista
de Derecho Privado. Madrid 1955, págs. 10l ss.

·184 185

También podría gustarte