Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Topografia Corneal y Aberrometria PDF
Topografia Corneal y Aberrometria PDF
1
Topografía de la ectasia corneal
Miguel J. Maldonado López, Juan C. Nieto Fernández
La principal importancia de la córnea reside, La gran cantidad de aplicaciones clínicas que pre-
desde el punto de vista refractivo, en que aporta más senta la topografía corneal, la han convertido en una
de las dos terceras partes de la potencia refractiva prueba de vital importancia dentro de la consulta oftal-
total del dioptrio ocular (1). Consecuentemente, mológica. Las principales aplicaciones y ventajas que
podemos imaginar el importante papel que desem- presenta frente a otros procedimientos de medida de la
peña la córnea en la correcta formación de la imagen superficie corneal las podríamos resumir en:
retiniana. A) Caracterización de una mayor superficie corneal
El estudio y caracterización mediante análisis que la que proporcionan los queratómetros, obteniendo
topográfico de la córnea se ha convertido últimamen- mayor información de la córnea medio-periférica y
te en una prueba imprescindible dentro de la batería periférica, permitiendo una mejor adaptación (especial-
de pruebas diagnósticas en la consulta oftalmológica. mente en los casos más complicados) de lentes de con-
Básicamente ello ha sido debido a los grandes avan- tacto (LC) y una mejor monitorización del paciente
ces y popularidad experimentada por la cirugía intervenido de cirugía que compromete la córnea.
refractiva corneal. El incremento del volumen de B) Obtención de índices cuantitativos acerca del
pacientes interesados en asumir la emetropia median- comportamiento de la córnea, permitiendo la identifi-
te cirugía refractiva corneal ha supuesto un aumento cación precoz de patrones ectásicos.
en la incidencia de diagnóstico de patrones topográ- C) Incorporación de softwares específicos de ayuda
ficos asimétricos, compatibles con formas incipientes en la adaptación de LC, permitiendo asesorar al contac-
de ectasia corneal (2). tólogo acerca de la lente más adecuada atendiendo a las
Por un lado, la necesidad de realizar una exhaustiva características de la superficie corneal, así como valorar
selección del óptimo paciente candidato a la cirugía el hipotético fluorograma de la lente selccionada.
refractiva (2), y por otro, la aparición de alteraciones D) Posibilidad de obtener valores queratométricos
localizadas en la superficie corneal secundarias a la más precisos incluso en córneas altamente distorsiona-
cirugía refractiva, especialmente la ectasia iatrogénica o das, por ejemplo tras queratoplastia (QP), donde sería
postquirúrgica, han originado la demanda de instru- imposible obtener una medida fiable con los querató-
mentos de alta precisión y fiabilidad en la caracteriza- metros clásicos, confiriendo una mayor precisión en la
ción de la potencia y forma de la córnea (3,4). selección de la lente intraocular (LIO) a implantar en
Ello ha condicionado la aparición de una gran can- pacientes pseudofáquicos.
tidad de topógrafos computerizados disponibles comer- Seguidamente trataremos de ilustrar las característi-
cialmente, permitiendo la minuciosa caracterización de cas fundamentales del patrón topográfico normal, así
la córnea mediante una gran variedad de formatos (3). como las principales variables que el oftalmólogo ha de
Dado que cada fabricante justifica la necesidad de tener en cuenta al observar un mapa topográfico. Asi-
modelizar la superficie corneal mediante el software mismo, realizaremos previamente un escueto esbozo
específico que incorpora su instrumento, la selección de los principales sistemas topográficos atendiendo al
de la mejor opción diagnóstica supone frecuentemente mecanismo de adquisición de la imagen que presentan
un gran dilema (3). para poder conocer las características y limitaciones de
Precisamente por este motivo es necesario que el cada uno de ellos.
clínico conozca las características técnicas del ins-
trumento con el que trabaja para poder optimizar su
rendimiento, así como diferenciar los patrones topo- TIPOS DE TOPÓGRAFOS COMPUTERIZADOS
gráficos normalizados de aquéllos que sugieran posi-
bles cambios estructurales de carácter patológico Cada uno de ellos intenta representar de la forma
(5,6). más precisa la morfología corneal, utilizando para ello
68 5. Topografía corneal y aberrometría
diferentes algoritmos y sistemas de adquisición/captura Esta importancia del estudio de la cara posterior
de imágenes. viene dada fundamentalmente por dos factores: 1) esta
La topografía corneal computerizada ha permitido superficie no está directamente afectada por la fotoa-
la evaluación del comportamiento de la córnea de un blación del láser excímer (LE) ni por la manipulación
modo cuantificable y reproducible (4). durante la creación del disco corneal en cirugía refrac-
Fundamentalmente existen dos tipos de sistemas de tiva y 2) el epitelio presenta una gran capacidad hiper-
adquisición de imágenes y un tercero que resulta de la plásica capaz de enmascarar cambios de carácter debi-
combinación de los anteriores: litante que ocurren precozmente en la córnea (16).
A) Sistemas de Reflexión. Utilizan la información que
se desprende al reflejar el patrón de los discos de Plácido
sobre la córnea. El análisis de los datos se basa en la crea- CONTROL CLÍNICO DE LA TOPOGRAFÍA CORNEAL:
ción de algoritmos axiales o sagitales, que consideran la PATRÓN TOPOGRÁFICO NORMAL
córnea como una superficie esférica (4). Las limitaciones
de este tipo de sistemas han sido ampliamente abordadas El conocimiento de los patrones topográficos nor-
(4,7-11), siendo las más importantes el error de desviación males resulta de gran ayuda para poder identificar de
de los rayos en el patrón de Plácido, la información obte- forma precoz aquéllos que salen fuera de la normali-
nida reflejada sólo en la película lagrimal, la alta sensibili- dad. Con tal propósito han sido descrito distintos patro-
dad al desenfoque y alineamiento y la falta de información nes topográficos que intentan caracterizar la córnea
de la cara posterior de la córnea. EyeSys (EyeSys Techno- normal (2,5,17-21).
logies, Inc.), Oculus (Oculus, Inc, Dutenhofen, Germany), Los patrones más genéricos que describen la super-
Humphrey Atlas (Carl Zeiss Meditec, Inc., Dublín), (TMS- ficie corneal fueron los descritos por Bogan y cols. (18).
1, TMS-2, Computed Anatomy Inc., NY) son algunos de Estos patrones se clasificaban en redondo, oval, pajari-
los modelos que utilizan el sistema de discos de Plácido. ta simétrica, pajarita asimétrica e irregular.
B) Sistemas de Proyección. Se fundamentan en el Posteriormente, Rabinowitz y cols. (5) realizaron una
paso de luz a través de la córnea en forma de hendidu- clasificación más exhaustiva de los patrones topográficos
ra (análogo a la hendidura del biomicroscopio) para normales, con el objeto de poder realizar un diagnóstico
obtener información de la córnea. Dado que la hendi- precoz más eficaz de los patrones anómalos de la córnea.
dura de luz atraviesa toda la superficie corneal, este sis- La diferencia fundamental respecto a la clasificación
tema permite obtener por diferencia, información tanto de Bogan y cols. radicaba en la indicación de la locali-
de la cara anterior como de la posterior de la córnea. zación del área de asimetría en los patrones oval y paja-
Orbscan I (Orbtek, Inc., Salt Lake City, UT) es un mode- rita asimétrica (superior o inferior) y en la diferencia-
lo que utiliza este tipo de adquisición. ción en el patrón de pajarita asimétrica de dos posibles
C) Sistemas Híbridos. Son los que utilizan la combi- subpatrones: A) cuando la asimetría era esencialmente
nación de ambos métodos anteriores para modelizar la vertical, patrón conocido como (AB/IS) y B) cuando la
córnea. Permiten optimizar las ventajas de cada uno de asimetría ocurría con una oblicuidad igual o superior a
los dos sistemas para obtener un perfil corneal mucho 30 grados de la vertical, el patrón se conocía con el
más preciso e intentar minimizar las limitaciones que nombre de (AB/SRAX) (5).
presenta cada sistema de adquisición por separado. Mientras que para un clínico experimentado es rela-
Orbscan II (Orbtek, Inc., Salt Lake City, UT) es un tivamente sencillo reconocer los patrones topográficos
claro ejemplo de este tipo de adquisición. Este sistema normales y diferenciarlos de los que presentan cierto
realiza cuarenta secciones de la córnea en dos barridos grado de anormalidad mediante los mapas codificados
de veinte secciones cada uno. Los perfiles de la cara mediante colores, resulta sumamente complicado para
anterior y posterior de la córnea son reconstruidos a clínicos poco experimentados diferenciar los patrones
partir de estas secciones utilizando un sistema de cap- topográficos anómalos, tales como queratocono (QC) u
tura de imágenes capaz de identificar varios miles de otras ectasias corneales incipientes, mediante la simple
puntos en los ejes x, y, z (4,12-14). visualización del mapa topográfico (19).
Dada la importancia que se ha atribuido última- Por ello, además de haber enumerado los patrones
mente a la evaluación de la cara posterior de la córnea considerados como normales en la descripción morfo-
(CPC) en el diagnóstico precoz de patologías de carác- lógica de la córnea y con el objeto de facilitar la iden-
ter ectásico (14,15), han emergido multitud de instru- tificación de los patrones topográficos anómalos, des-
mentos topográficos de diagnóstico capaces de aportar cribiremos a continuación el mejor modo de abordar la
información pormenorizada de la misma tales como el topografía para poder disponer de la mayor información
mencionado sistema Orbscan o sistemas basados en así como evitar en la medida de lo posible los posibles
imágenes rotatorias mediante cámara de Scheimpflug artefactos durante la adquisición de la medida que pue-
tales como Pentacam (Oculus Optikgeräte GMBH, dan falsear el patrón resultante, enmascarando cambios
Wetzlar, Germany) o Galilei (Ziemer Ophthalmic Sys- de carácter patológico o dudoso, especialmente en los
tems AG, Port, Switzerland). casos límite.
5. Topografía corneal y aberrometría 69
PATRÓN TOPOGRÁFICO NORMAL: LOS MAPAS Proporciona una representación menos suavizada
que el mapa axial, aportando información detallada
A la hora de interpretar un examen topográfico es de acerca de cambios locales de curvatura; es por ello que
vital importancia conocer las características del mapa mejora la información que aporta el mapa axial, espe-
en el que visualizamos el examen. De hecho, posibles cialmente en la localización de pequeños cambios en
interpretaciones erróneas de la topografía pueden la córnea (4).
deberse al desconocimiento del mapa utilizado, cir- Esta afirmación condiciona que el mapa tangencial
cunstancia que puede tener nefastas consecuencias por proporcione mayor información acerca de la morfolo-
ejemplo en la selección de un paciente como candida- gía del queratocono (4) y por tanto sea mucho más váli-
to a cirugía refractiva, cuando presenta una alteración do el algoritmo tangencial que el axial en la identifica-
moderada de la superficie corneal (2). ción clínica del patrón topográfico compatible con el
Seguidamente describiremos los mapas más emple- queratocono (4,23-28).
ados en la representación de los exámenes topográfi- Aporta una correcta posición del ápex corneal así
cos, analizando sus características, indicaciones y limi- como no modifica ni distorsiona el tamaño de la abla-
taciones clínicas. ción post quirúrgica.
Fig. 1: Aspecto del examen topográfico en formato caracterís- Fig. 2: En este caso, la selección de la autoescala permite
tico «Quad-Map», proporcionado por el sistema híbrido Orbs- identificar un patrón topográfico compatible con un caso muy
can-II. Los mapas superiores proporcionan los valores de ele- incipiente de degeneración marginal pelúcida (mapa inferior
vación de la cara anterior (izquierda) y posterior (derecha) res- izquierdo). Este diagnóstico se corrobora con la presencia de
pectivamente. El mapa inferior izquierdo aporta información una elevación de cara posterior excesiva.
acerca de la curvatura de la superficie corneal y el inferior
derecho proporciona valores de paquimetría. Nótese que la
selección inadecuada de la escala enmascara información forma directa los síntomas clínicos que presenta el
trascendente clínicamente. paciente con las posibles irregularidades o cambios
abruptos de curvatura en el área corneal pupilar, espe-
En este sentido, pensamos que la combinación de cialmente en pacientes jóvenes donde las alteraciones
los mapas de curvatura (especialmente el mapa tangen- de la función visual inducidas por el cristalino (total-
cial) con los mapas de elevación (anterior y posterior) y mente transparente) son mínimas.
paquimétrico, proporciona una herramienta clara en la
detección de la patología corneal ectásica incluso en PATRÓN TOPOGRÁFICO NORMAL: LAS ESCALAS
las formas más incipientes.
Ejemplo claro de este hecho es la figura 1, donde la Otro elemento imprescindible a considerar frente a
selección inapropiada de la escala permite obviar un la evaluación de un examen topográfico es la escala de
caso de Degeneración Marginal Pelúcida (DMP) muy medida. Esta variable tendrá una gran importancia ya
sutil. La figura 2 con una selección apropiada de la que, al igual que ocurría con los mapas, la clasificación
escala, junto con la presencia de una elevación anóma- de un patrón topográfico en normal o susceptible de
la de la cara posterior ponen de manifiesto la forma presentar algún tipo de alteración, dependerá en gran
subclínica de esta patología ectásica. medida de la escala seleccionada.
Este método de medida se basa en la asignación de
3. Mapas REFRACTIVOS mapas de color a diferentes valores de poder dióptrico cor-
neal. Esta representación mediante colores constituye el
Los mapas refractivos aportan información acerca método de preferencia en la representación de los mapas
de la potencia refractiva de la superficie ocular median- de curvatura, potencia, elevación y últimamente en los
te la aplicación de la Ley de Snell (2). mapas de representación del frente de onda (32-34).
En este caso, el valor dióptrico obtenido sí que es el En las escalas, los datos de los puntos analizados se
verdadero que presenta la córnea, a diferencia de lo codifican en colores cálidos para los radios menores
que ocurría en las aproximaciones paraxiales de la (mayor potencia) y los colores fríos para los radios mayo-
potencia obtenidas a partir de los mapas de curvatura. res (menor potencia). El espaciado dióptrico puede selec-
El área más importante de estudio de este mapa es cionarse según las necesidades del examinador, debien-
el área corneal central (especialmente el pupilar), ya do tener en cuenta que al cambiar la escala, la aparien-
que del Efecto Stiles-Crawford se desprende que el área cia de la topografía será consecuentemente distinta.
central es la que más peso específico aporta en la deter- Los principales tipos de escala, atendiendo a la
minación de la agudeza visual (AV). selección del espaciado dióptrico máximo y mínimo
Consecuentemente, este mapa resulta muy útil en la que presentan los topógrafos, podrían resumirse en:
evaluación de la calidad óptica del sistema visual (con-
cretamente de la córnea), especialmente en pacientes 1. Escala ABSOLUTA
intervenidos de cirugía refractiva corneal, pacientes
sometidos a ortoqueratología o en el seguimiento de En este tipo de representación, el topógrafo asigna a
ectasias corneales, ya que permite correlacionar de un valor máximo y a un valor mínimo de medida unos
5. Topografía corneal y aberrometría 71
Excentricidad Corneal (e) de la que presenta en la región apical (51). Es por ello
que antiguamente la modelización de la superficie cor-
Se trata de un nuevo descriptor cuantitativo de la neal anterior se realizaba mediante modelos esféricos,
superficie corneal anterior. Está íntimamente relaciona- caso únicamente asumible al trabajar en la región para-
do con Q, y de nuevo describe la diferencia de com- xial central (51).
portamiento entre el radio periférico respecto del apical El valor de la excentricidad resulta útil especialmen-
en una superficie curva. te en la adaptación de LC, ya que además de conocer el
Si consideramos un eje de referencia ortogonal, la comportamiento acerca de la curvatura central de la cór-
ecuación de una sección cónica de radio apical (ro) y nea, podemos conocer la mayor o menor tendencia al
excentricidad (e) donde el ápex coincide con el origen aplanamiento periférico. Imaginemos el caso de dos
de coordenadas adopta la siguiente expresión de segun- pacientes con análoga queratometría central a los que se
do orden (51): pretende adaptar LC. Atendiendo únicamente al valor
queratométrico, sería muy lícito pensar que el mismo
Y2 = 2 ro X – (1-e2) X2 (1)
radio de curva base optimizaría la adaptación en ambos
siendo X el eje óptico. casos. Sin embargo, si los pacientes presentan valores
Atendiendo a esta expresión matemática, el único muy dispares de e, pese a presentar queratometría cen-
punto donde coincidirá la curvatura de una esfera per- tral similar, es posible que la adaptación que en un caso
fecta y una superficie cónica será justo en el ápex queda paralela, en el otro quede abierta o cerrada.
(esquema 1), a medida que avanzamos hacia la perife- Estudios recientes demuestran que el valor medio de
ria de la superficie cónica, la curvatura se va separando e para la población adulta es de 0,55 (e = 0,55) (52).
74 5. Topografía corneal y aberrometría
Fig. 7: Aspecto del «Quad Map» tras la aplicación de cirugía Fig. 9: Aspecto topográfico de un paciente con astigmatismo
refractiva hipermetrópica. Se evidencia el aplanamiento directo o a favor de la regla, previo a la realización de cirugía
medioperiférico originado por la acción del láser excímer. refractiva corneal de carácter miópico.
Fig. 8: Descripción cuantitativa del mismo paciente tras la Fig. 10: Parámetros descriptivos del mismo paciente anterior.
intervención. Se aprecia un aumento de la prolaticidad corne- Se aprecia un valor prolato superior a lo que se considera la
al (valor más negativo de Q y más positivo de e) originado por media en pacientes adultos jóvenes.
la nueva configuración morfológica que adopta la córnea tras
la intervención.
(valor más positivo de e) debido al cambio abrupto en la
curvatura que experimenta la córnea. Las figuras 13 y 14
La expresión que relaciona e y Q es la siguiente: ponen de manifiesto el patrón topográfico característico
de un QC avanzado así como el valor de los parámetros
Q = –e2 (2)
descriptivos de este tipo de entidad avanzada, observan-
De la expresión anterior puede deducirse que en do un claro aumento neto de la prolaticidad corneal (Q
caso de considerar la excentricidad corneal, valores más negativo y e más positivo). Algo similar ocurre al
más positivos de e indicarán la presencia de una super- considerar córneas sometidas a ablaciones hipermetró-
ficie prolata (figs. 6 y 8), apareciendo valores negativos picas, donde al menos aparentemente el patrón topo-
de la misma en superficies corneales oblatas, caracte- gráfico recuerda al de una ectasia corneal (figs. 7 y 8).
rístico de córneas sometidas a cirugía refractiva de Pese a la similitud de información que aportan los
carácter miópico o a tratamientos ortoqueratológicos diferentes descriptores cuantitativos, algunos autores
acelerados, como ocurre en el paciente de las figuras 9 sugieren una mayor aplicación clínica del valor de Q y
y 10, donde se produjo una ablación miópica de 6 p (factor de forma o «shape factor») que el que se extrae
dioptrías que supuso una inversión en la asfericidad directamente de e (51).
corneal, que reflejan las figuras 11 y 12.
Si el valor de e es nulo, nos encontramos frente a Factor de Forma (p)
una superficie totalmente esférica (esquema 1).
Análogamente, si consideramos una córnea ectásica, Se trata de una medida de la asfericidad de la cór-
la excentricidad se vería aumentada en signo positivo nea que deriva del valor de la excentricidad (e) (52).
5. Topografía corneal y aberrometría 75
Fig. 11: Topografía del mismo paciente sometido a interven- Fig. 13: Patrón topográfico característico de queratocono
ción miópica de –6 D. Obsérvese el aplanamiento central avanzado. Se aprecia un aumento de la curvatura paracentral
coincidente con la zona de actuación de láser así como el inferior rodeado de áreas concéntricas de curvatura decre-
menisco periférico que delimita la interacción entre la zona ciente, una elevación anómala tanto de cara anterior como de
tratada y no tratada por el láser. la posterior, asociada a un notorio descenso paquimétrico en
la porción central de la córnea, coincidiendo con el área de
protusión del cono.
Existe una relación muy estrecha con e y con p, Queratometría Tórica Media (TKM)
siendo:
Este parámetro se deriva de los valores de elevación.
SF = e2 (5)
Concretamente compara la córnea analizada con los
SF = 1 – p (6) valores de elevación obtenidos mediante la superficie
tórica de mejor ajuste (52). Se obtienen dos valores del
La superficie curva descrita para cada valor de los meridiano más plano a nivel del ápex y se obtiene el
diferentes indicadores descriptivos aparece reflejada en valor promedio, conociéndose éste como el valor pro-
la tabla 1. medio de la curvatura apical (52).
La relación entre ellos aparece reflejada en la tabla 2. Cuanto mayor es el valor de TKM, mayor presencia
de excesiva toricidad existe en la superficie corneal,
siendo más probable la presencia de patología ectásica.
Medida de la Irregularidad Corneal (CIM) Igual que ocurría con el parámetro CIM, la distribu-
ción aproximada es en forma de una campana Gaus-
Se trata de un valor numérico que representa el siana, siendo el valor promedio de TKM para la pobla-
grado de irregularidad presente en la superficie corneal ción de 44,5 D, y presentando un 96% de la población
(52). Cuanto mayor es el valor de este parámetro, mayor valores comprendidos entre 41,25 y 47,25 D. La distri-
bución de este parámetro entre la población adulta
sería la siguiente (52):
Tabla1. Descripción de las diferentes superficies curvas • Normal: de 43,1 a 45,9 D.
mediante descriptores cuantitativos • Límite (borderline): de 41,8 a 43,0 y de 46,0 a
47,2 D.
Curva e2 SF p Q
• Patológico: de 36,0 a 41,7 y de 47,3 a 60,0 D
Hipérbola >1 >1 <0 <–1
Parábola 1 1 0 –1
Elipse Prolata 0<e2<1 0<SF<1 0<p<1 –1<Q<0 Índice de Regularidad de Superficie (SRI)
Esfera 0 0 1 0
Elipse Oblata <0 <0 >1 >0 Este parámetro cuantitativo fue descrito por Wilson
y Klice en 1991 (54,55). Intenta representar fluctuacio-
nes localizadas en la superficie corneal a lo largo de un
Tabla2. Relación matemática entre los diferentes meridiano dentro del área central de la córnea. Se
parámetros descriptivos de superficies curvas cuantifica de este modo la regularidad de la porción
central de la superficie corneal.
e2 SF p Q
En el estudio llevado a cabo por Wilson y Klice, obtu-
vieron una gran correlación estadísticamente significativa
e2 — SF 1–p –Q
SF e2 — 1–p –Q
del valor SRI con la mejor AV corregida (p<0,001), es
p 1 – e2 1 – SF — 1+Q decir, la AV corregida era susceptible de presentar mejo-
Q –e2 –SF p–1 — res valores frente a valores más bajos de SRI (55). Se con-
sidera una córnea dentro de la normalidad cuando SRI<1.
5. Topografía corneal y aberrometría 77
Predictor Corneal de AV (PCA) constituye una herramienta muy útil que permite al exa-
minador medir de forma cuantitativa y cualitativa la
El PCA fue descrito por Holladay en 1997 con el probabilidad de que una córnea presente un patrón
objetivo de encontrar un índice cuantitativo que infor- compatible con QC (52).
mase acerca de la calidad óptica de la superficie cor- La clasificación que este algoritmo de despistaje rea-
neal en los 3 mm centrales (54,56). liza sobre los exámenes realizados es la siguiente:
Se trata de uno de los 15 parámetros corneales que • Normal: La córnea presenta un perfil típicamente
aporta el sistema Holladay de Diagnóstico del topógra- asférico con valores de CIM, SF y TKM dentro de los
fo EyeSys (54). parámetros normales. En los mapas no se aprecian
patrones topográficos anormales como asimetrías infe-
riores o elevaciones anómalas.
Índices de Regularidad del Sistema Orbscan • Distorsión Corneal: También denominado pseu-
doqueratocono (PQC). Se trata de un moldeado corne-
Se trata de unos parámetros que cuantifican la irre- al o corneal warpage (CW) inducido por un porte exce-
gularidad óptica de la superficie corneal en la zona de sivo de LC, especialmente permeables a los gases RGP
3 y 5 mm centrales (11). con una adaptación subóptima. Este patrón topográfico
En el modelo Orbscan-II estos resultados aparecen suele cesar con relativa rapidez al interrumpir el porte
calculados por defecto de acuerdo a la combinación de las LC. Se caracteriza por presentar un valor de CIM
estadística de las DE de las curvaturas media y tórica fuera de los valores normales, siendo normalizados los
respectivamente (11). valores de SF y TKM.
Seguidamente, mostraremos los sistemas de scree- • QC Subclínico: También conocido como quera-
ning o despistaje de los casos más dudosos, donde los tocono frustre (QCF). El patrón topográfico suele pre-
mapas topográficos presentan cierto grado de alteración sentar una asimetría inferior, con un mayor encurva-
y los descriptores cuantitativos no aportan una informa- miento usualmente hacia el lado nasal, pero el valor de
ción definitiva acerca de la clasificación del mapa en curvatura suele ser inferior a 50 D en el ápex del cono.
normal o patológico. Biomicroscópicamente no se observan hallazgos com-
patibles con QC. Estos pacientes suelen presentar ante-
cedente familiar de ectasia corneal o presentan un esta-
SISTEMAS DE DESPISTAJE O SCREENING do refractivo poco estable, con incrementos progresivos
DE PATRONES TOPOGRÁFICOS ALTERADOS en el valor de la miopía y el astigmatismo. En este caso
los valores de CIM y TKM suelen estar fuera de los ran-
Con el propósito de poder realizar una mejor clasi- gos de normalidad, mientras que SF se encuentra nor-
ficación de los patrones topográficos atendiendo a la malizado o ligeramente fuera de la normalidad, como
presencia o no de posible patología (especialmente de ocurre en las figuras 15 y 16.
carácter ectásico) se han incorporado numerosos siste- • QC: Esta clasificación representa las córneas que
mas de diagnóstico o despistaje en los topógrafos cor- presentan clínicamente esta condición patológica. En
neales (6,14,54-58). este caso, la alteración del mapa topográfico es más
Se trata de algoritmos que incorporan muchos de los evidente, presentando signos biomicroscópicos tales
topógrafos computerizados que permiten, mediante la como anillo de Fleischer, estrías de Vogt, signo de Mun-
valoración conjunta de algunos de los parámetros des- son, y adelgazamiento estromal. En este caso, CIM,
criptivos de la superficie corneal enunciados anterior- TKM y SF se encuentran fuera de valores normales.
mente, realizar un diagnóstico precoz de la presencia La figura 17 revela el diagnóstico del Pathfinder
clínica o subclínica de patología corneal de carácter como sospechoso de QC, presentando un valor border-
ectásico. line del CIM, un valor claramente anómalo del SF, res-
A continuación mencionaremos algunos de los que tando normalizado únicamente el TKM.
más se han popularizado por estar presente en algunos
de los topógrafos computerizados más extendidos en la
actualidad. Criterio de Rabinowitz
Fig. 15: Este examen topográfico es reconocido como sospe- Fig. 17: En este caso el sistema de despistaje Pathfinder reco-
choso de queratocono subclínico. Presenta valores normaliza- noce el examen topográfico como sospechoso de queratoco-
dos de CIM y TKM, resultando el SF levemente fuera de los no, por presentar un SF excesivamente anómalo, unido a un
parámetros normalizados. valor border-line del CIM. El valor de TKM resulta normal.
Criterio de Klyce-Maeda
Este método deriva de los índices topográficos que Se conoce bajo el nombre de ectasia corneal a un
fueron originalmente creados para el análisis de la conjunto de alteraciones morfológicas y estructurales
superficie corneal con el topógrafo TMS (62). Uno de que tienen lugar en el complejo corneal y que resultan
las principales ventajas de este método es la indepen- en un deterioro progresivo de la calidad óptica de la
dencia del instrumental de medida que se utilice, misma, produciendo graves compromisos de AV en los
puesto que puede ser obtenido mediante índices que casos más severos.
son evaluados por diferentes modelos topográficos Toda ectasia corneal lleva asociada una alteración en
(62). el comportamiento biomecánico de la córnea, ya que el
Para la obtención del diagnóstico, este método de progresivo encurvamiento de la CPC provoca un adelga-
detección utiliza la combinación de cuatro índices o zamiento focal compensador del epitelio, que tiende a
valores topográficos: valor K (62,63), el cual se define igualar el perfil anterior de la córnea, enmascarando ini-
como un promedio del valor dióptrico paracentral, cialmente ectasias corneales hasta estados más avanzados.
valor I-S (62,63), entendido como la asimetría dióptrica Es por ello que el estudio de la CPC resulta muy
entre la zona superior e inferior de la córnea paracen- interesante en el diagnóstico precoz de las patologías
tral, toricidad corneal (cilindro) y SRAX (57,60,62), de carácter ectásico (14,15), resultando de vital impor-
siendo este último un valor de la toricidad no ortogonal tancia su estudio, especialmente ante el posible riesgo
de la córnea. de ectasia iatrogénica, al considerar la posibilidad de
El cálculo de este índice tiene lugar mediante la retratamiento refractivo en pacientes que no han alcan-
aplicación de la siguiente fórmula: zado la emetropía en la cirugía inicial (65-67).
Si la ectasia corneal acontece, existen diferentes
K value x I-S value x Cilindro (D) x SRAX x 100 opciones terapéuticas de tratamiento antes de que el
KISA% = (7)
300 posible avance de la patología pueda desembocar en
QP penetrante (QPP). Estas opciones terapéuticas inclu-
Los valores publicados como umbral para la clasifi- yen (68,69):
cación de un patrón como susceptible de presentar QC • Adaptación de LC hidrofílicas esféricas y/o tóricas
es KISA% > 100 (60,62). (opción únicamente viable en el caso de ectasias muy
Existen más tipos de algoritmos de despistaje de incipientes donde apenas existe deterioro de la calidad
patrones topográficos alterados, pero sin duda estos son óptica de la córnea).
los más utilizados por los topógrafos computerizados • Adaptación de LC permeables al gas (RGP) de
utilizados hasta la actualidad. diferentes geometrías: esféricas, asféricas, tóricas, o de
Numerosas innovaciones van siendo adicionadas a geometría inversa (opción más indicada en casos más
estos modelos utilizados hasta la actualidad, permitien- avanzados de ectasia corneal, donde la calidad óptica
do obtener métodos más sensibles de despistaje. Entre de la córnea está más gravemente comprometida por la
estas actualizaciones o innovaciones a los algoritmos presencia de fuerte astigmatismo irregular).
clásicos de despistaje se incluye el estudio del frente de • Adaptación de LC esclerales o semiesclerales,
onda (FO), denotando la calidad óptica de la córnea permitiendo al clínico adaptar LC con un comporta-
examinada (62,64). miento más estable en aquéllos casos de geometrías
Una vez alcanzado este punto, conociendo la forma corneales altamente modificadas por la presencia de
de optimizar el examen topográfico para obtener la ectasias avanzadas.
mayor información posible, abordaremos plenamente • Implante de anillos intraestromales, con el propó-
el caso de la córnea ectásica, analizando por un lado el sito de mejorar la regularidad de la superficie corneal
comportamiento topográfico de la ectasia corneal que mediante un procedimiento quirúrgico no sustractivo y
acontece sobre una córnea virgen o no manipulada por lo tanto no debilitante para la córnea patológica.
(ectasia natural) y por otro las características y compor- • Aplicación de técnicas de «cross-linking» del
tamiento de la ectasia corneal iatrogénica, es decir, colágeno como resultado de la exposición de la córnea
aquélla que aparece de forma secundaria a la aplica- a rayos UV con riboflavina.
ción de un procedimiento de carácter debilitante sobre • Realización de QP lamelar, en casos donde el
la córnea, como puede ser la aplicación de LE de modo compromiso es más superficial.
inapropiado sobre ella.
Paralelamente, intentaremos realizar un diagnóstico
diferencial sobre otras condiciones y/o artefactos de ECTASIA CORNEAL FISIOLÓGICA O NATURAL
diferente índole que pueden condicionar patrones topo-
gráficos compatibles con algunas formas de ectasia, Tal y como apuntamos con anterioridad, englobare-
pudiendo llevar al examinador a tomar decisiones inco- mos dentro de este grupo a los cambios de carácter
rrectas basadas en diagnósticos erróneos. ectásico acontecidos en aquellas córneas sobre las que
80 5. Topografía corneal y aberrometría
Fig. 18: Esta topografía muestra un queratocono incipiente- Fig. 19: Evolución del mismo paciente a queratocono mode-
moderado, siendo clínicamente detectable mediante topogra- rado. En este caso la topografía presenta un aumento del poder
fía corneal y presentando signos biomicroscópicos incipientes dióptrico central que sugiere una mayor protusión del vértice
como nervios corneales prominentes. En este caso la agudeza del cono. Asimismo la elevación de la cara anterior y posterior
visual no está gravemente comprometida, obteniendo un buen resultan anormalmente excesivas y la paquimetría corneal
resultado mediante compensación con lente oftálmica. comienza a descender en la región central.
no se ha producido ninguna alteración iatrogénica en cónica característica, y no invadiendo esta zona más de
su estructura biomecánica. dos cuadrantes (19). El aspecto típico del mapa topo-
Sin duda alguna, la patología de carácter ectásico gráfico obedecería a la presencia de una zona bien deli-
más conocida y estudiada es el QC, existiendo no obs- mitada con un valor dióptrico elevado (codificada
tante otras como la DMP o el Queratoglobo (QG) que mediante colores cálidos en la escala pertinente), rode-
también presentan un claro compromiso de la integri- ada de zonas progresivamente decrecientes en curvatu-
dad corneal. ra (codificada mediante colores más fríos en la escala
Seguidamente intentaremos realizar un repaso acerca topográfica) (19).
de las características de la córnea (especialmente desde La presencia de alteraciones ectásicas localizadas
el punto de vista topográfico) en este tipo de ectasias. en la porción central de la córnea es muy rara, estando
típicamente desplazado el vértice del cono hacia la
región medioperiférica inferior, bien en el cuadrante
Queratocono (QC) nasal o temporal. Las figuras 18, 19 y 20 presentan dife-
rentes grados de severidad en cuanto a QC, mostrando
El QC es un trastorno progresivo, de carácter no las características topográficas anteriormente indicadas.
inflamatorio y usualmente bilateral, caracterizado por A diferencia de lo que ocurre en los astigmatismos
un progresivo adelgazamiento corneal asociado a una topográficos a favor de la regla (meridiano vertical más
protusión de la región apical o central de la misma, que curvo), en los casos de QC la pajarita topográfica indi-
adopta típicamente la forma de cono. Su aparición es cadora de astigmatismo aparece claramente asimétrica,
típicamente durante la adolescencia, siendo los sínto- presentando el hemimeridiano inferior un mayor tama-
mas visuales más característicos el aumento progresivo ño y un mayor poder dióptrico comparado con el hemi-
de la miopía y la aparición de astigmatismo irregular meridiano superior, denotando un área de mayor debi-
que en los casos más avanzados es imposible compen- litamiento focal de la córnea en la zona inferior (19)
sar mediante lente oftálmica (1,11,19,70,71). (fig. 13). Asimismo, este meridiano vertical asimétrico
no se encuentra perfectamente vertical, sino que
comúnmente aparece una cierta angulación diagonal
Características Topográficas del Queratocono de alguno de los dos hemimeridianos, que proporciona
a la topografía un patrón característico (5,6,19). Este
Muchos han sido los estudios publicados con el pro- patrón topográfico suele ser similar en ambos ojos, pre-
pósito de obtener una caracterización del «fenotipo sentando uno de ellos un patrón más avanzado que el
topográfico» del QC mediante topografía corneal com- otro, con el consecuente mayor deterioro de la AV que
puterizada (5,19,59,72). La gran mayoría de los pacien- en el contralateral (19).
tes afectos de QC presentan un mapa topográfico carac- Pese a que el diagnóstico de este tipo de alteración
terizado por la presencia de un aumento focalizado de corneal se realiza en los casos menos severos principal-
la curvatura corneal en la zona periférica o medioperi- mente mediante topografía corneal y biomicoscopía, es
férica, coincidiendo con la presencia de la protusión fundamental tener en cuenta que la anamnesis resulta
5. Topografía corneal y aberrometría 81
refracción estable es más proclive a presentar forma Diferentes autores han demostrado la capacidad de
frustrada que progresiva de QC. Sin embargo, en un rehabilitar la AV de pacientes afectos de QCS mediante
paciente de 25 años, sería más complicado realizar una la adaptación de LC RGP mediante la técnica de tres
diferenciación entre ambos tipos y deberíamos valorar puntos de toque (83).
la evolución para poder juzgar.
Este tipo de ectasia, pese a considerarse una forma Forma Atípica de Queratocono: Queratocono
estable y no evolutiva, constituye una contraindicación Posterior (QCP)
absoluta a la técnica LASIK, ya que se considera que el
trastorno biomecánico que supone para la córnea la cre- Se trata de otra forma atípica de presentación de
ación del disco corneal y la posterior ablación mediante esta ectasia corneal. Consiste en una depresión central
láser excimer pueden ocasionar un avance de la patología o paracentral de la superficie corneal posterior, apare-
hacia la forma progresiva (11,79,80). Con ciertas reservas, ciendo íntegra pero levemente alterada la Membrana de
se está investigando la aplicación de PRK/LASEK en estos Descemet (87).
pacientes, ya que con estas técnicas quirúrgicas el com- Dependiendo del área de superficie posterior com-
promiso de la integridad estructural de la córnea es prometida, se puede diferenciar en QC posterior total,
mucho menor que con las técnicas lamelares (LASIK), cuando se encuentra alterada la totalidad de la superfi-
pese a que no eliminan el riesgo a poder padecer una cie corneal posterior o QC posterior circunscrito, cuan-
ectasia evolutiva tras la intervención (11,81,82). do únicamente una porción de la superficie posterior
presenta la alteración ectásica (87,88).
Se trata de una alteración no inflamatoria, poco fre-
Forma Atípica de Queratocono: Queratocono cuente y no progresiva, normalmente unilateral, que
Superior (QCS) suele detectarse durante una exploración oftalmológica
rutinaria debido a moderada ambliopía o a la presencia
Pese a que la forma más común de presentación del de reflejos retinoscópicos irregulares (87). También se
QC es mediante un aumento localizado de la curvatu- han descrito casos de presencia de esta alteración en
ra, y consecuente valor del poder dióptrico, en la zona familiares directos de pacientes afectos (89,90) y de
medioperiférica inferior de la córnea (en el cuadrante cuadros similares tras trauma (91,92).
nasal o temporal habitualmente), está descrita también Pese a que en este tipo de presentación es poco pro-
la presentación de esta ectasia en la zona superior de la bable que aparezcan alteraciones en la superficie ante-
córnea (72,83-86). rior de la córnea, Mannis y cols. (93) observaron cam-
Existen muy pocos casos descritos en la literatura de bios en la superficie anterior mediante el uso del topó-
esta forma de presentación, siendo su patrón topográfi- grafo computerizado TMS (TMS, Computed Anatomy
co característico similar a la forma inferior de aparición, Inc.) Por ello, la caracterización pormenorizada de la
pero en este caso la zona donde se produce un aumen- CPC, por ejemplo con el sistema Orbscan-II u otros
to focalizado de la curvatura rodeado de áreas decre- basados en imágenes de Scheimpflug, permitirá el diag-
cientes en potencia ocurre por encima del meridiano nóstico precoz de esta alteración ectásica (87).
horizontal (86).
Degeneración Marginal Pelúcida (DMP)
Se trata de otra de las ectasias que englobamos
como «naturales o fisiológicas», ya que acontecen sin
que exista una interacción externa sobre la biomecáni-
ca corneal que la motive.
Consiste en una alteración progresiva, no inflamato-
ria, de carácter ectásico que compromete la zona infe-
rior de la córnea en forma creciente, adoptando patro-
nes topográficos característicos comúnmnte denomina-
dos en forma de «croissant» o «mariposa» (94,95).
Este cuadro clínico se distingue de otras alteraciones
de carácter ectásico por su característica localización y
la ausencia de signos inflamatorios (94). El adelgaza-
miento habitualmente se extiende en la región corneal
Fig. 21: Se muestra el «Quad Map» característico de esta enti- inferior, desde la posición de las 4 a la de las 8 h, estan-
dad ectásica. Puede observarse la protusión corneal periférica do separado del limbo por una zona normal no adelga-
inferior asociada a un descenso paquimétrico levemente supe- zada de 1mm aproximadamente (94).
rior a esta área protuyente. La elevación anterior y posterior Las figuras 21, 22 y 23 describen las características
ponen de manifiesto la localización del área protuyente. cualitativas y cuantitativas más relevantes de este tipo
5. Topografía corneal y aberrometría 83
Fig. 22: El mapa axial del mismo paciente anterior muestra un Fig. 23: Los parámetros descriptivos muestran, igual que lo
perfil corneal mucho más suavizado, observándose el patrón que ocurría en el QC, un aumento de la prolaticidad corneal
topográfico característico de «croissant o mariposa». secundaria a la protusión característica.
Forma Atípica de DMP: DMP superior (DMPS) Se trata de una patología rara, de carácter ectásico y
bilateral, que se caracteriza por la presencia de una
Análogamente a lo ocurrido en el QC, también en protusión de la córnea en forma de globo acompañada
este patrón ectásico pueden aparecer formas menos por un adelgazamiento que se extiende radialmente de
típicas de presentación. limbo a limbo (19,102,103).
Concretamente, la descripción topográfica de este La topografía presenta una clara reducción en el
patrón superior de presentación de la DMP fue descrito grosor corneal en toda la extensión de la misma, mos-
inicialmente por Bower y cols. (99) en un paciente que trado en el mapa paquimétrico. El mapa de curvatura
presentaba DMP superior e inferior en un mismo ojo, presenta valores elevados de curvatura y consecuente-
aunque también se han descrito casos de presentación mente de potencia en toda la superficie de la córnea
con afección en diferentes cuadrantes de localización: (102,103), a diferencia de lo que ocurría en el patrón
nasal (100) y únicamente superior (101). topográfico del QC o la DMP, donde el área protuyen-
El patrón topográfico responde a la misma configu- te estaba más localizada.
ración que en el caso más clásico de presentación (infe- Muchos autores consideran el QG como un estadío
rior), pero en este caso el área de adelgazamiento y avanzado o terminal del QC (19,103, 104), ya que exis-
ectasia se experimentan por encima del meridiano hori- ten casos donde QC han evolucionado convirtiéndose
zontal (99,100). en QG con el paso del tiempo.
84 5. Topografía corneal y aberrometría
Formas Mixtas de Presentación: QC y DMP dianos de mayor curvatura suelen ser asimétricos en
tamaño y curvatura (5,6,19,22).
Estas alteraciones corneales no siempre cursan de Por el contrario, la DMP presenta una característico
forma aislada, sino que existen hallazgos que demues- patrón en forma de «mariposa” que compromete la cór-
tran que en ocasiones pueden coexistir varias entidades nea inferior entre las 4 y las 8 h, presentando un área de
diferentes en una misma córnea (94). córnea normal de 1 mm. aproximadamente que separa
La presencia combinada de DMP con QC en el esta zona del limbo corneal. El astigmatismo que asocia
mismo ojo o en el contralateral ya ha sido descrita con es netamente en contra de la regla, opuestamente al
anterioridad (94,105,106). El mapa topográfico en estos que aparece en el caso del QC (22,94-97).
casos no responde a un patrón característico como lo Por otro lado, la localización de la ectasia suele ser
hace con cada entidad considerada individualmente, más inferior en el caso de DMP que en el QC (22), sien-
sino que combina características de uno y otro. En los do la paquimetría central prácticamente normal en
casos de asociación de QC y DMP, suele coexistir un muchos casos de DMP (19).
fuerte astigmatismo en contra de la regla (característico Nótense las diferencias evidentes en la topografía
de la DMP) con la presencia de un adelgazamiento visualizando las figuras 19 y 21.
paracentral inferior (característico del QC). Otro factor que puede ayudar a clasificar entre estas
dos entidades es la edad de aparición, ya que en el QC
la aparición suele ser durante la adolescencia (primera
Formas Mixtas de Presentación: DMP y QG o tercera década de vida), y en la DMP la aparición
suele ocurrir en la edad adulta (cuarta o quinta década
También se ha descrito la presencia combinada de de vida) (94).
DMP y QG, pero en este caso cada ojo presentaba un
tipo de alteración ectásica, no coexistían ambas en el Diagnóstico Diferencial: QC vs QG
mismo ojo (96).
El QG es un trastorno corneal raro en el que la ente-
ra totalidad de la córnea aparece adelgazada en la
Formas Mixtas de Presentación: QC y QG extensión de limbo a limbo (19), contrariamente a lo
que ocurre en el QC, donde el adelgazamiento es cen-
En este caso, más que considerarse una presenta- tral o ligeramente paracentral inferior, acompañando al
ción conjunta, muchos autores teorizan acerca de la vértice del cono (19,107,108).
posible evolución del QC hacia QG en los casos más En el QG, la córnea aparece fuertemente adelgaza-
avanzados (19,103,104). da, pudiendo alcanzar valores hasta de un 20% del gro-
sor central previo al desarrollo de la patología ectási-
ca.19 Este hecho desaconseja la adaptación de LC RGP
DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL DE LAS ECTASIAS en este perfil de pacientes, ya que cualquier leve trau-
NATURALES matismo puede degenerar en una perforación (19,103).
He aquí otra diferencia respecto al QC, ya que éstos
Desde el punto de vista topográfico especialmente, últimos pacientes presentan córneas mucho menos pro-
resulta interesante que el examinador pueda identificar clives a padecer perforación. No obstante, en casos
y reconocer las características más importantes de los muy avanzados de QC se ha demostrado un comporta-
diferentes tipos de ectasias para poder clasificarlas y miento de la córnea similar al que presenta el QG, por
realizar un mejor manejo de las mismas, bien en cuan- lo que su diagnóstico diferencial en esos casos resulta-
to al tipo y estrategia de adaptación en el caso de LC o ría complicado (19,103,104).
bien en cuanto a la contraindicación para poder some- El QG es de carácter recesivo y está comúnmente liga-
terse a cirugía refractiva corneal (19). do a otras anomalías sistémicas tales como la esclera azul,
contrariamente a lo que ocurre en el caso del QC (19).
Finalmente, el mapa topográfico también presenta
Diagnóstico Diferencial: QC vs DMP importantes cambios, especialmente en las formas
menos terminales de QC. En el QC la localización de la
Topográficamente, el patrón característico del QC y curvatura máxima se halla circunscrita y desplazada
de la DMP presenta diferencias netas importantes. El inferiormente al centro geométrico de la córnea. Sin
QC suele presentar un aumento de curvatura localiza- embargo, en el QG la totalidad de la córnea aparece
do en la córnea inferior rodeado de áreas concéntricas con altos valores de curvatura.
de curvatura decreciente, asimismo el QC suele cursar En cuanto al espesor corneal, en el QC la paquimetría
en ocasiones con astigmatismos directos o a favor de la aparece reducida especialmente en la zona correspon-
regla, tendentes a la oblicuidad mayor de 20º respecto diente al vértice del cono, sin embargo, en el QG toda la
al meridiano vertical, y frecuentemente los hemimeri- superficie corneal aparece adelgazada (19,102,103).
5. Topografía corneal y aberrometría 85
Fig. 25: La topografía corneal muestra un astigmatismo a favor Fig. 26: Misma topografía que en el caso anterior, pero
de la regla bastante simétrico, siendo la córnea netamente pidiendo al paciente que mire levemente hacia arriba (supra-
prolata. En este caso puede apreciarse una EMA posterior de versión). El desplazamiento superior del lazo topográfico,
58,3 D, claramente excesiva, pero la EMA anterior es también combinado con los valores elevados de EMA posterior y el
elevada (45,9 D), lo que pondría de manifiesto que se trata de descenso paquimétrico superior, pueden llevar al pseudodiag-
una córnea globalmente curvada, por lo que la elevación nóstico de queratocono superior.
excesiva posterior no cobra tanta trascendencia.
Fig. 28: Aspecto que presenta el examen topográfico de un Fig. 30: Mapa diferencial en el que restamos al mapa que
paciente portador de lentes de contacto gas-permeables tras el representa el estado basal de la córnea (6 semanas de cese en
cese de 1 semana en el porte. Puede apreciarse que la porción el porte de las lentes de contacto gas-permeables), el mapa
central del mapa de curvatura presenta irregularidades, exis- que representa el estado moldeado de la córnea (1 semana sin
tiendo marcadas zonas de aplanamiento y encurvamiento porte de lentes). Nótese el aplanamiento experimentado por la
dentro del área pupilar. córnea en la porción central.
Fig. 31A: Aspecto de irregularidad que presentan los discos Fig. 32: Aspecto que presentan los discos de Plácido inme-
de Plácido al proyectarse sobre un film lagrimal donde se ha diatamente después de aplicar lágrima artificial sin conservan-
roto la capa lipídica. tes al paciente anterior.
Fig. 31B: Mismo paciente de la imagen anterior. La topografía Fig. 33: Misma topografía que la correspondiente a la Imagen
presenta claras irregularidades en el mapa de curvatura debi- 25 pero obtenida sin enfocar el instrumento en el momento de
do a la falta de homogeneidad de la película lagrimal. Este la adquisición.
paciente es el mismo de la imagen 25.
La figura 31-A muestra el aspecto de los discos de tía condiciona un patrón topográfico alterado compati-
Plácido al romperse la película lagrimal en un paciente ble con un aumento focal de curvatura en la porción
con BUT muy escaso. La figura 31-B muestra la topo- inferior (fig. 35).
grafía de ese mismo paciente. La figura 36 muestra la topografía de la misma
La figura 32 muestra el aspecto de los discos de Plá- paciente 1 semana después de aplicar lubricación
cido del mismo paciente segundos después de instilar intensa y la figura 37 revela el cambio experimentado
lágrima artificial sin conservantes. La topografía de este por la córnea al sufrir dicha alteración focal inferior.
momento se corresponde con la figura 25.
El desenfoque a la hora de realizar la medida tam-
bién es un elemento influyente en el examen topográfi- Frotamiento Ocular y Postura al Dormir
co final resultante, muestra de ello es la figura 33.
También es interesante conocer la secuencia idónea Mucha es la controversia generada en torno a esta
en una batería de pruebas, ya que unas pueden condi- variable de error. Algunos autores consideran que la
cionar otras. En las figuras 34-A, 34-B y 34-C se aprecia gran relación existente entre el frotamiento ocular conti-
epiteliopatía focal en la porción inferior de la córnea nuado y la presencia de QC se atribuye simplemente a
generada durante la realización del test de Schirmmer que últimamente se ha añadido esta pregunta a la anam-
en la batería de pruebas preoperatorias. Esta epiteliopa- nesis y antes sencillamente no se preguntaba (112).
88 5. Topografía corneal y aberrometría
Fig. 37: El mapa diferencial muestra claramente la diferencia Fig. 39: Aspecto de la topografía corneal tras 6 meses sin frotar
(encurvamiento) generado por la córnea por el efecto de la los ojos. Nótese el aplanamiento inferior coincidente con la zona
epiteliopatía focal inferior. de máxima presión durante el frotamiento ocular.
Fig. 38: Clara asimetría inferior presentada por un paciente Fig. 40: Aspecto del mapa diferencial tras 6 meses de cese en
que frota los ojos insistentemente de forma continuada. el frotamiento ocular. Se puede apreciar claramente el apla-
namiento en la porción central e inferior motivado por el cese
en el frotamiento ocular.
QC (116), presentando estos pacientes comúnmente el
síndrome del párpado laxo (floppy eyelid syndrome).
Suturas Corneales
FUTURAS DIRECCIONES
CONCLUSIONES
Resulta de gran importancia conocer que pueden nous suturing techniques in penetrating keratoplasty.
existir artefactos que distorsionen el examen obtenido y Cornea 2003; 22(1): 5-9.
que puedan conducir al examinador a mal interpretar 18. Bogan SJ, Waring GO, Ibrahim O, et al. Classification of
normal corneal topography based on computer-assisted
erróneamente topografías normales.
videokeratography. Arch Ophthalmol 1990; 108: 945-
949.
19. Rabinowitz YS. Keratoconus. Surv Ophthalmol 1998;
BIBLIOGRAFÍA 42: 297-319. (Major Review).
20. Alvi NP, McMahon TT, Devulapally J, et al. Characteris-
1. Hayes S, Boote C, Tuft SJ, Quantock AJ, Meek KM. A tics of normal corneal topography using the EyeSys cor-
study of corneal thickness, shape and collagen organi- neal analysis system. J Cataract Refract Surg 1997; 23:
sation in keratoconus using videokeratography and X- 849-855.
ray scattering techniques. Exp Eye Research 2007; 84: 21. Naufal SC, Hess JS, Friendlander MH, et al. Rasterstere-
423-434. ography-based classification of normal corneas. J Cata-
2. Varssano D, Kaiserman I, Hazarbassanov R. Topograp- ract Refract Surg 1997; 23: 222-230.
hic patterns in refractive surgery candidates. Cornea 22. Tang M, Shekhar R, Miranda D, Huang D. Characteris-
2004; 23: 602-607. tics of keratoconus and pellucid marginal degeneration
3. Rao SK, Padmanabhan P. Understanding corneal topo- in mean curvatura maps. Am J Ophthalmol 2005; 140:
graphy. Curr Opin Ophthalmol 2000; 11: 248-259. 993-1001.
4. Auffarth GU, Wang L, Völcker HE. Keratoconus evalua- 23. Bafna S, Kohnen T, Koch DD. Axial, instantaneous, and
tion using the Orbscan topography system. J Cataract refractive formulas in computerized videokeratography
Refract Surg 2000; 26: 222-228. of normal corneas. J Cataract Refract Surg 1998; 24:
5. Rabinowitz YS, Yang H, Akkina J, et al. Videokerato- 1184:1190.
graphy of normal human corneas. Br J Ophthalmol 24. Rabinowitz YS. Tangential vs sagital videokeratogrpahs
1996; 80: 610-616. in the early detection of keratoconus. Am J Ophthalmol
6. Abad JC, Rubinfeld RS, Del Valle M, Belin MW, Kurstin 1996; 122: 887-889.
JM. Vertical D. A novel topographic pattern in some 25. Szczotka LB, Thomas J. Comparison of axial and instan-
keratoconus suspect. Ophthalmology 2007. In Press. taneous videokeratographic data in keratoconus and uti-
7. O´Brart DPS, Saunders DC, Corbett MC, Rosen ES. The lity in contact lens curvature prediction. CLAO J 1998;
corneal topography of keratoconus. Eur J Implant Refract 24: 22-28.
Surg 1995; 7: 20-30. 26. Roberts C. Characterization of the inherent error in a
8. Hubbe RE, Foulks GN. The effect of poor fixation on spherically-based corneal topography system in map-
computer-assisted topographic corneal analysis. Opht- ping a radially aspheric surface. J Cataract Refract Surg
halmology 1994; 101: 1745-1748. 1994; 10: 103-111.
9. Klein SA. Corneal topography reconstruction algorithm 27. Roberts C. Analysis of the inherent error of the TMS-1
that avoids the skew ray ambiguity and the skew ray topographic modeling system in mapping a radially asp-
error. Optom Vis Sci 1997; 74: 945-962. heric surface. Cornea 1995; 14: 258-265.
10. Klein SA. Axial curvature and the skew ray error in cor- 28. Chan JS, Mandell RB, Burger DS, Fusaro RE. Accuracy of
neal topography. Optom Vis Sci 1997; 74: 931-944. videokeratography for instantaneous radius in keratoco-
11. Sonmez B, Doan MP, Hamilton DR. Identification of nus. Optom Vis Sci 1995; 72: 793-799.
scanning slit-beam topographic parameters important in 29. Fam H-B, Lim K-L. Corneal elevation indices in normal
distinguishing normal from keratoconic corneal morp- and keratoconic eyes. J Cataract Refract Surg 2006; 32:
hologic features. Am J Ophthalmol 2007; 143: 401-408. 1281-1287.
12. Auffarth GU, Tetz MR, Biazid Y, Völcker HE. Measuring 30. Tanabe T, Oshika T, Tomidokoro A, et al. Standarized
anterior chamber depth with the Orbscan topograpy sys- color-coded scales for anterior and posterior elevation
tem. J Cataract Refract Surg 1997; 23: 1351-1355. maps of scanning-slit corneal topogrpahy. Ophthalmo-
13. Yaylali V, Kaufman SC, Thompson HW. Corneal thick- logy 2002; 109: 1298-1302.
ness measurements with the Orbscan topography sys- 31. Tomidokoro A, Oshika T, Amano S, et al. Changes in
tem and ultrasonic pachymetry. J Cataract Refract Surg anterior and posterior corneal curvature in keratoconus.
1997; 23: 1345-1350. Ophthalmology 2000; 107: 1328-1332.
14. Rao SN, Raviv T, Majmudar PA, Epstein RJ. Role of Orbs- 32. Smolek MK, Klyce SD, Hovis JK. The universal standard
can II in screening keratoconus suspects before refracti- scale. Proposed improvements to the American National
ve corneal surgery. Ophthalmology 2002; 109: 1642- Standards Institute (ANSI) scale for corneal topography.
1646. Ophthalmology 2002; 109: 361-369.
15. Baek T, Lee K, Kagaya F, et al. Factors affecting the for- 33. Maguire LJ, Singer DE, Klyce SD. Graphic representation
ward shift of posterior corneal surface after laser in situ of computer-analyzed keratoscope potographs. Arch
keratomileusis. Ophthalmology 2001; 108: 317-320. Ophthalmol 1987; 105: 223-230.
16. Dillon EC, Eagle RC Jr, Laibson PR. Compensatory epit- 34. Wilson SE, Klyce SD, Husseini ZM. Standarized color-
helial hyperplasia in human corneal disease. Ophthal- coded maps for corneal topography. Ophthalmology
mic Surg 1992; 23(11): 729-732. 1993; 100: 1723-1727.
17. Sharma V, Sharma N, Vajpayee RB, Titiyal JS, Sinha R. 35. American National Standard Ophthalmics-Corneal Topo-
Study of corneal topographic patterns with single conti- graphy Systems-Standard Terminology. Requirements.
94 5. Topografía corneal y aberrometría
ANSI Z80. 23-1999. Optical Laboratories Association, 57. Rabinowitz YS. Videokeratographic indices to aid in
American National Standard Institute, Inc, 1999. screening for keratoconus. J Refract Surg 1995; 11: 371-
36. Lotmar W. Theoretical eye model with aspherics. J Opt 379.
Soc Am 1971; 61: 1522-1529. 58. Maeda N, Klyce SD, Smolek MK, Thompson HW. Auto-
37. Kiely PM, Smith G, Carney LG. The mean shape of the mated keratoconus screening with corneal topogrpahy
human cornea. Optica Acta 1982; 29: 1027-1040. analysis. Invest Ophthalmol Vis Sci 1994; 35: 2749-
38. Mandell RB. The enigma of corneal contour; Everett Kin- 2757.
sey Lecture. CLAO J 1992; 18: 267-273. 59. Rabinowitz YS, McDonell PJ. Computer-assisted corne-
39. Lindsay R, Smith G, Atchinson D. Descriptors of corne- al topography in keratoconus. Refract Corneal Surg
al shape. Optom Vis Sci 1998; 75: 156-158. 1989; 5: 400-408.
40. González-Méijome JM, Villa-Collar C, Montés-Micó R, 60. Rabinowitz YS, Rasheed K. KISA% index: a quantitative
Gomes A. Asphericity of the anterior human cornea videokeratography algorithm embodying minimal topo-
with different corneal diameters. J Cataract Refract Surg graphic criteria for diagnosis keratoconus. J Cataract
2007; 33: 465-473. Refract Surg 1999; 25: 1327-1335.
41. Davis WR, Raasch TW, Lynn Mitchell G, Mutti DO, Zad- 61. Rabinowitz YS. Corneal topography. Curr Opin Opht-
nik K. Corneal asphericity and apical curvature in chil- halmol 1995; 6(4): 57-62.
dren: A cross-sectional and longitudinal evaluation. 62. Twa MD, Parthasarathy S, Roberts C, Thomas M, Raasch
Invest Ophthalmol Vis Sci 2005; 46: 1899-1906. TW, Bullimore MA. Automated decision tree classifica-
42. Mandell R, St Helen R. Mathematical model of the cor- tion of corneal shape. Optom Vis Sci 1995; 82: 1038-
neal contour. Br J Physiol Opt 1971; 26: 183-197. 1046.
43. Clark B. Mean topography of the normal corneas. Aust J 63. Maeda N, Klyce SD, Smolek MK. Comparison of met-
Optom 1974; 57: 107-114. hods for detecting keratoconus using videokeratography.
44. Townsley M. New knowledge of the human cornea. Arch Ophthalmol 1995; 113: 870-874.
Contacto 1970; 14: 38-43. 64. Schwiegerling J, Greivenkamp JE. Keratoconus detection
45. Guillon M, Lyndon D, Wilson C. Corneal topography: a based on videokeratoscopic height data. Optom Vis Sci
clinical model. Ophthalmic Physiol Opt 1986; 6: 47-56. 1996; 73: 721-728.
46. Holmes-Higgin DK, Baker PC, Burris TE, Silvestrini TA. 65. Maldonado MJ. Undersurface ablation of the flap for
Characterization of the aspheric corneal surface with laser in situ keratomileusis retreatment. Ophthalmology
intrastromal corneal ring segments. J Refract Surg 1999; 2002; 109(8): 1453-1464.
15: 520-528. 66. Maldonado MJ, Nieto JC, Díez-Cuenca M, Pinero DP.
47. Eghbali F, Yeung KK, Maloney RK. Topographic determi- Repetability and reproducibility of posterior corneal
nation of corneal asphericity and its lack of effect on the curvatura measurements by combined scanning-slit and
refractive outcome of radial keratotomy. Am J Ophthal- Placido disk topography alter LASIK. Ophthalmology
mol 1995; 119: 275-280. 2006; 113(11): 1918-1926.
48. Yebra-Pimentel E, González-Méijome JM, Cerviño A, 67. Maldonado MJ, Nieto JC, Díez-Cuenca M, Pinero DP.
Giráldez MJ, González-Pérez J, Parafita MA. Corneal Posterior corneal curvature changes alter undersurface
asphericity in a young adult population. Clinical impli- ablation of the flap and in-the-bed LASIK retreatment.
cations. Arch Soc Esp Oftalmol 2004; 79: 385-392. Ophthalmology 2006; 113(7): 1125-1133.
49. Dubbelman M, Sicam VADP, Van der Heijde GL. The 68. Donnenfeld E, Wu H, McDonnell P, Rabinowitz Y. Kera-
shape of the anterior and posterior surface of the aging toconus and corneal ectasia after LASIK. J Cataract
human cornea. Vis Res 2006; 46: 993-1001. Refract Surg 2005; 31: 2035-2037 [letter].
50. González-Méijome JM, Jorge J, Queiros A, et al. A compa- 69. Colin J, Velou S. Current surgical options for keratoco-
rison of the ARK-700ª autokeratometer and Medmont E300 nus. J Cataract Refract Surg 2003; 29: 379-386.
corneal topographer when measuring peripheral corneal 70. Burns DM, Johnston FM, Frazer DG, Patterson C, Jack-
curvatura. Ophthalmic Physiol Opt 2004; 24: 391-398 son AJ. Keratoconus: an analysis of corneal asymmetry.
51. Gatinel D, Haouat M, Hoang-Xuan T. A review of mat- Br J Ophthalmol 2004; 88: 1252-1255.
hematical descriptors of corneal asphericity. J Fr Opht- 71. Krachmer JH, Eagle RC, Belin MW. Keratoconus and
halmol 2002; 25(1): 81-90. related non-inflammatory corneal thinning disorders.
52. Hansen DW. Evaluating the eye with corneal topo- Surv Ophthalmol 1984; 28: 293-322.
graphy. Contact Lens Spectrum 2003; 18(8): 27-32. 72. Wilson SE, Lin DTC, Klyce SD. The topography of kera-
53. Baker TY. Raytracing through non-spherical surfaces. toconus. Cornea 1991 ; 10 : 2-8.
Proceeds of the Royal Society 1944; 55: 361-364. 73. Maguire LJ, Meyer RF. Ectatic corneal degenerations, in
54. Shiotani Y, Maeda N, Inoue T, Watanabe H, Inoue Y, Kaufman H (ed): The Cornea. 1998; 485-510.
Shimomura Y, Tano Y. Comparison of topographic indi- 74. Rabinowitz YS, Garbus J, McDonell PJ. Computer-assis-
ces that correlate with visual acuity in videokerato- ted corneal topography in family members of keratoco-
graphy. Ophthalmology 2000; 107: 559-564. nus. Arch Ophthalmol 1990; 108: 365-371.
55. Wilson SE, Klyce SD. Quantitative descriptors of corne- 75. Rabinowitz YS, Nesburn AB, McDonell PJ. Videokerato-
al topography. A clinical study. Arch Ophthalmol 1991; graphy of the fellow eye in unilateral keratoconus.
109: 349-353. Ophthalmology 1993; 100: 181-186.
56. Holladay JT. Corneal topography using the Holladay 76. Levy D, Hutchings H, Rouland JF, et al. Videokerato-
Diagnostic Summary. J Cataract Refract Surg 1997; 23: graphic anomalies in familial keratoconus. Ophthalmo-
209-221. logy 2004; 111: 867-874.
5. Topografía corneal y aberrometría 95
77. Koller T, Peter-Iseli H, Donitzky C, Ing D, Papadopoulos 98. Kompella VB, Aasuri MK, Rao Gn. Management of
N, Seiler T. Topography-guided surface ablation for pellucid marginal corneal degeneration with rigid gas
Forme Frustre Keratoconus. Ophthalmology 2006; 113: permeable contact lens. CLAO J 2002; 28: 140-145.
2198-2202. 99. Bower KS, Dhaliwal DK, Barnshorst DA Jr, Warnicke J.
78. Amsler M. The «forme frustre» of keratoconus [in Ger- Pellucid marginal degeneration with superior corneal
man]. Wien Klin Wochenschr 1961; 8: 842-843. thinning. Cornea 1997; 16: 483-485.
79. Randleman JB, Rusell B, Ward MA, Thompson KP, Stul- 100. Rao SK, Fogla R, Padmanabhan P, et al. Corneal topo-
ting RD. Risk factors and prognosis for corneal ectasia graphy in atypical pellucid marginal degeneration. Cor-
after LASIK. Ophthalmology 2003; 110: 267-275. nea 1999; 18: 265-272.
80. Seiler T, Quurke AW. Iatrogenic keratectasia after LASIK 101. Taglia DP, Sugar J. Superior pellucid marginal corneal
in a case o forme frustre keratoconus. J Cataract Refract degeneration with hydrops [letter]. Arch Ophthalmol
Surg 1998; 24: 1007-1009. 1997; 115: 274-275.
81. Bilgihan K, Ozdek SC, Konuc O, Akata F, Hasanreiso- 102. Kodjikian L, Baillif S, Burillon C, Grange J-D, Garweg
glu B. Results of photorefractive keratectomy in kerato- JG. Keratoglobus surgery: penetrating keratoplasty
conus suspects at 4 years. J Refract Surg 2000; 16: 438- redux. [Letter to the Editor]. Acta Ophthalmol Scand
443. 2004; 625-627.
82. Malecaze F, Coullet J, Calvas P, Fournie P, Arne JL, Bro- 103. Baillif S, Garweg JG, Grange J-D, Burillon C, Kodjikian
daty C. Corneal ectasia after photorefractive keratec- L. Keratoglobus: review of the literature. J Fr Ophthalmol
tomy for low myopia. Ophthalmology 2006; 113: 438- 2005; 28(10): 1145-1149.
443. 104. Malbran E, Stefani C. Lamellar keratoplasty in corneal
83. Weed KH, McGhee CNJ, MacEwen CJ. Atypical unilate- ectasias. Ophthalmologica 1972; 164: 50-58.
ral superior keratoconus in young males. Contact Lens 105. Kayazawa F, Nishimura K, Kodama Y, et al. Keratoconus
Anterior Eye 2005; 28: 177-179. with pellucid marginal corneal degeneration. Arch
84. Holland DR, Maeda N, Hannush SB, et al. Unilateral Ophthalmol 1984; 102: 895-896.
keratoconus. Incidence and quantitative topographic 106. Varley GA, Macsai MS, Krachmer JH. The results of
analysis. Ophthalmology 1997; 104(9): 1409-1413. penetrating keratoplasty for pellucid marginal corne-
85. McMahon TT, Robin JB, Scarpulla KM, Putz JL. The al degeneration. Am J Ophthalmol 1990; 110: 149-
spectrum of topography found in keratoconus. CLAO 152.
1991; 17: 198-204. 107. Cavara V. Keratoglobus and keratoconus. Br J Ophthal-
86. Prisant O, Legeais, Renard G. Superior keratoconus. mol 1950; 34: 621.
Cornea 1997; 16: 693-694. 108. Krachmer JH, Feder RS, Belin MW. Keratoconus and
87. Charles N, Charles M, Croxatto O, Charles DE, Wert- related noninflamatory corneal thinning disorders. Surv
heimer D. Surface and Orbscan-II slit-scanning eleva- Ophthalmol 1984; 28: 293-322.
tion topography in circunscribed posterior keratoconus. 109. Collins MJ, Buehren T, Trevor T, Statham M, Hansen J.
J Cataract Refract Surg 2005; 31: 636-639. Factors influencing lid pressure on the cornea. Eye Con-
88. Butler TH. Keratoconus posticus. Trans Ophthalmol Soc tact Lens 2006; 32(4): 168-173.
UK 1930; 50: 551-556. 110. Lebow KA, Grohe RM. Differentiating contact lens indu-
89. Streeten BW, Karpik AG, Spitzer KH. Posterior keratoco- ced warpage from true keratoconus using corneal topo-
nus associated with systemic abnormalities. Arch Opht- graphy. CLAO J 1999; 25(2): 114-122.
halmol 1983; 101: 616-622. 111. Paiva CS, Harris LD, Plugfelder SC. Keratoconus-like
90. Haney WP, Falls HF. The occurrence of congenital kera- topographic changes in keratoconjuctivitis sicca. Cor-
toconus posticus circumscriptus in two siblings presen- nea 2003; 22(1): 22-24.
ting a previously unrecognized syndrome. Am J Opht- 112. Krachmer JH. Eye rubbing can cause keratoconus. [Edi-
halmol 1961; 521: 53-57. torial]. Cornea 2004; 6: 539-540.
91. Williams R. Acquired posterior keratoconus. Br J Opht- 113. Korb DK, Greiner JV, Leahy CD. Forceful eye rubbing as
halmol 1987; 71: 16-17. a causative factor in keratoconus. Ophthalmology 1995;
92. Bareja U, Vajpayee RB. Posterior keratoconus due to 102 (Suppl): 152.
iron nail injury- a case report. Indian J Ophthalmol 114. Bawazeer AM, Hodge WG, Lorimer B. Atopy and kera-
1991; 30: 319. toconus. A multivariate analysis. Br J Ophthalmol 2000;
93. Mannis MJ, Lightman J, Plotnik RD. Corneal topography 84: 834-836.
of posterior keratoconus. Cornea 1992; 11: 351-354. 115. Ioannidis AS, Speedwell L, Nischal KK. Unilateral kera-
94. Sridhar MS, Mahesh S, Bansal AK, Nutheti R, Rao GN. toconus in a child with chronic and persistent eye rub-
Pellucid marginal corneal degeneration. Ophthalmo- bing. Am J Ophthalmol 2005; 139: 356-357.
logy 2004; 111: 1102-1107. 116. Culbertson WW, Tseng SC. Corneal disorders in floppy
95. Krachmer JH. Pellucid marginal corneal degeneration. eyelid syndrome. Cornea 1994; 13(1): 33-42.
Arch Ophthalmol 1978; 96: 1217-1221. 117. Kamiya K, Miyata K, Tokunaga T, Kiuchi T, Hiraoka T,
96. Karabatsas CH, Cook SD. Topographic analysis in pellu- Oshika T. Structural analysis of the cornea using scan-
cid marginal corneal degeneration and keratoglobus. ning-slit corneal topography in eyes undergoing excimer
Eye 1996; 10: 451-455. laser refractive surgery. Cornea 2004; 23(1): 59-64.
97. Maguire LJ, Klyce SD, McDonald MB, Kaufman HE. 118. Muller LJ, Pels E, Vrensen GF. The specific architecture
Corneal topography of pellucid marginal corneal dege- of the anterior stroma accounts for maintenance of cor-
neration. Ophthalmology 1987; 94: 519-524. neal curvature. Br J Ophthalmol 2001; 85: 437-443.
96 5. Topografía corneal y aberrometría
119. Shimmura S, Yang HY, Bissen-Miyajima H, et al. Posterior keratomileusis. J Cataract Refract Surg 2004; 30:
corneal protrusion after PRK. Cornea 1997; 16: 686-688. 1057-1066.
120. Haw WW, Manche EE. Iatrogenic keratectasia after deep 127. O´Donell C, Welham L, Doyle S. Contact lens manage-
primary keratotomy during in situ keratomileusis. Am J ment of keratectasia after laser in situ keratomileusis for
Ophthalmol 2001; 132: 920-921. myopia. Eye Contact Lens 2004; 30: 144-146.
121. Randleman JB. Post-laser in-situ keratomileusis ectasia: 128. Alio J, Salem T, Artola A, Osman A. Intracorneal rings to
current understanding and future directions. Curr Opin correct corneal ectasia after laser in situ keratomileusis.
Ophthalmol 2006; 17: 406-412. J Cataract Refract Surg 2002; 28: 1568-1574.
122. Rad AS, Jabbarvand M, Safi N. Progressive keratectasia after 129. Pokroy R, Levinger S, Hirsh A. Single Intacs segment for
laser in situ keratomileusis. J Refract Surg 2004; 20: 718-722. postlaser in situ keratomileusis keratectasia. J Cataract
123. Pallikaris IG, Kymionis GD, Astyrakarkis NI. Corneal Refract Surg 2004; 30: 1685-1695.
ectasia induced by laser in situ keratomileusis. J Cataract 130. Wollensak G, Spoerl E, Seiler T. Riboflavin/ultraviolet-A-
Refract Surg 2001; 27: 1796-1802. induced collagen crosslinking for the treatment of kera-
124. Amoils SP, Deist MB, Gous P, Amoils PM. Iatrogenic toconus. Am J Ophthalmol 2003; 135: 620-627.
keratectasia after laser in situ keratomileusis for less than 131. Tanabe T, Tomidokoro A, Samejima T, Miyata K, Sato M,
-4 to -7 diopters of myopia. J Cataract Refract Surg 2000; Kaji Y, Oshika T. Corneal regular and irregular astigma-
26: 967-977. tism assesed by Fourier analysis of videokeratography
125. Klein SR, Epstein RJ, Randleman JB, Stulting RD. Corne- data in normal and pathologic eyes. Ophthalmology
al ectasia after laser in situ keratomileusis in patients 2004; 111: 752-757.
without apparent preoperative risk factors. Cornea 132. Oshika T, Tomidokoro A, Maruo K, et al. Quantitative
2006; 25: 388-403. evaluation of irregular astigmatism by Fourier series har-
126. Choi HJ, Kim MK, Lee JL. Optimization of contact monic analysis of videokeratography data. Invest Opht-
lens fitting in keratectasia patients after laser in situ halmol Vis Sci 1998; 39: 705-709.
Capítulo 5.2
Aberrometría de la ectasia corneal
Juan C. Nieto Fernández, Miguel J. Maldonado López
Factores ópticos
Factores neurales
Aberraciones
Sensibilidad de los Fotorreceptores
Constituyen una primera degradación de la imagen
que entra en el sistema ocular. Se definen básicamente La sensibilidad de los fotorreceptores está mediada
como la diferencia entre el FO teórico (esférico) inci- por la frecuencia espacial (FE) de la imagen. Ésta tiene
5. Topografía corneal y aberrometría 99
información que resulta de interés clínico, por ejemplo frente de onda resulta especialmente indicado en estos
en el diagnóstico precoz de la ectasia. casos, ya que constituye un elemento diagnóstico muy
Estudios revelan que la precisión de la descomposi- válido en la determinación del componente de astig-
ción de Zernike en la caracterización de superficies matismo irregular comprendido en la refracción del
depende de varios factores, especialmente del grado de paciente con QC (29).
irregularidad de la superficie considerada y del número Pese a que mayoritariamente el diagnóstico de la
de términos u órdenes de Zernike considerados para patología ectásica tal como el QC suele basarse en la
reconstruir la superficie (4,25,32-35). El uso de escasos alteración de la superficie corneal identificada median-
órdenes de Zernike en superficies con altos grados de te topografía de forma precoz o incipiente, pensamos
irregularidad (córneas ectásicas, especialmente en esta- que la caracterización del astigmatismo irregular
díos avanzados) pueden redundar en una caracteriza- mediante el estudio del frente de ondas puede ayudar a
ción más «suavizada» de la superficie corneal, existien- diagnosticar el QC, incluso en estadíos más precoces
do irregularidades que pueden pasar inadvertidas. De que con la topografía corneal simplemente. Ello es
este modo podría llegar a pasar desapercibido un debido a que aunque los índices topográficos permiten
patrón de ectasia corneal (QC, DMP, etc.) incipiente, etiquetar los QC incipientes como «queratoconos frus-
que con un mayor número de órdenes de Zernike sería trados o subclínicos» (QCF), no existe un umbral míni-
más fácilmente identificable. mo de definición de esta condición capaz de ayudar a
Pese a que ha sido dirigido mucho esfuerzo hacia la su diagnóstico (28).
determinación del frente de onda en ojos no patológi- Asimismo, la tecnología de frente de ondas (aberro-
cos (25,36,37) ha sido difícil estimar con exactitud metría) también resulta de especial ayuda en el diag-
cuántos órdenes de Zernike son necesarios para repre- nóstico de la ectasia iatrogénica, dado la alta y caracte-
sentar de forma precisa la forma del frente de onda cor- rística aparición progresiva de aberraciones de alto
neal para diferentes condiciones (25). orden. En este caso, donde la córnea está alterada por
la actuación del láser excímer sobre ella, la tecnología
de frente de ondas pude mostrarse como un coadyu-
Aberrometría Corneal: ¿Ventajas sobre la topografía? vante idóneo a la topografía corneal (29), existiendo
artículos que describen la superioridad de esta técnica
Es importante conocer que existe instrumental sobre la topografía corneal en el diagnóstico del QC
capaz de proporcionar el valor de aberración total pre- (27,28,30,31,42,43).
sente en el sistema óptico ocular así como también es
posible obtener la contribución aberrométrica única-
mente de la cara anterior de la córnea mediante el pro- EL PAPEL DE LA ABERROMETRÍA EN
cesado de la información obtenida por los mapas de EL QUERATOCONO: CARACTERÍSTICAS
elevación topográfica. Y DIAGNÓSTICO PRECOZ
El examen topográfico de la córnea permite al clíni-
co determinar el valor de astigmatismo irregular corres- La aplicación de la tecnología de frente de ondas al
pondiente a la córnea de forma cualitativa mediante la diagnóstico precoz de la patología ectásica, especial-
representación gráfica de mapas de curvatura/potencia mente el QC, constituye una de las grandes líneas de
codificados mediante escalas de colores y cuantitativa- investigación dentro del ámbito de la oftalmología y las
mente mediante el análisis de diferentes índices topo- ciencias de la visión.
gráficos que se correlacionan directamente con la AV Existen diversos artículos que tratan de describir el
(29,38,39). comportamiento genérico o estándar del frente de
Consecuentemente, en casos de ojos con patología ondas en superficies corneales afectas de patología
ectásica, afectos de QC, numerosos estudios han inten- ectásica de diferente severidad (20,27-29,44).
tado mostrar las características de anormalidad topo- Dado que la superficie corneal es la que más poder
gráfica utilizando diferentes tipos de instrumental dióptrico confiere al sistema óptico ocular, las AAO cor-
(29,40,41). neales serán más significativamente elevadas en los
Sin embargo, medir el astigmatismo irregular en tér- pacientes afectos de QC que en aquellos que presenten
minos de refracción del paciente parece ser más apro- córneas normalizadas (27). La medida de las AAO en la
piado para evaluar su calidad visual de pacientes con población afecta de QC constituye el primer paso hacia
patología ectásica que intentar conocer el astigmatismo la corrección de las mismas y hacia la mejora de la cali-
irregular corneal (29). Sin embargo, resulta enorme- dad visual de estos pacientes. Mas allá, el conocimiento
mente complejo determinar la cuantía de astigmatismo del comportamiento del frente de ondas en estos pacien-
irregular comprendido en la refracción del paciente con tes ayudará al diagnóstico precoz de la patología (27).
los procedimientos de diagnóstico convencionales tales Concretamente, el análisis del frente de ondas
como la refractometría o la simple medida de AV (29). mediante la descomposición en coeficientes de Zernike
Es por ello por lo que creemos que la tecnología de permiten al clínico (27):
106 5. Topografía corneal y aberrometría
EL PAPEL DE LA ABERROMETRÍA
EN LA DEGENERACIÓN MARGINAL PELÚCIDA.
MONITORIZACIÓN DEL PACIENTE
Características del Frente de Ondas en pacientes FUENTES DE ERROR EN LA MEDIDA DEL FRENTE
con DMP DE ONDAS
Respecto al comportamiento del frente de ondas al A lo largo de este capítulo hemos analizado los fac-
atravesar una córnea afecta de DMP, la literatura revela tores más contribuyentes a la degradación de la imagen
la semejanza con el aspecto que presenta al atravesar retiniana (especialmente los ópticos) y hemos llegado a
una córnea con QC (46). la conclusión de que el estudio del comportamiento del
En un estudio de seguimiento durante 11 años de un frente de ondas resulta muy interesante en la caracteri-
paciente afecto de DMP, Kamiya y cols. (46) estudian el zación de superficies con elevado grado de irregulari-
comportamiento del frente de ondas mediante el análi- dad, como ocurre en las córneas que presentan altera-
sis en coeficientes de Zernike de los datos de elevación ción ectásica.
corneal obtenidos mediante topografía. Analizando el Por ello, dado que el análisis y posterior interpreta-
valor de RMS de las aberraciones de 3.er y 4.º orden lle- ción de esta prueba pueden ayudar al especialista a
gan a la conclusión de que las características morfoló- tomar decisiones terapéuticas, es muy importante con-
gicas de la córnea afecta de DMP produce un aumento siderar los posibles errores o artefactos que pueden lle-
en el volumen neto de aberraciones comáticas (factor var al especialista a una mala interpretación del examen
de aumento de 1,67) en los 11 años de seguimiento del diagnóstico.
paciente. Por otro lado, afirman que el 4.º orden (espe- Las posibles fuentes de error más probables que
cialmente la aberración esférica) permanece práctica- pueden afectar al resultado de la prueba podrían resu-
mente estable durante el periodo de seguimiento mirse en:
(fig. 8). Estos autores correlacionan el aumento en las
aberraciones de carácter comático con la progresión de
la patología y el aumento de la asimetría topográfica, Mal Posicionamiento del Paciente
produciéndose un claro aumento del astigmatismo a
medida que la córnea protruye y correlacionándose La incorrecta disposición del paciente en el instru-
este hecho con lo acontecido en el frente de ondas. mental de medida puede condicionar problemas de
Este aumento en un factor de 1,67 en el incremento de enfoque que tengan como consecuencia una errónea
las aberraciones de carácter comático excede con creces o inexacta medida del frente de ondas. Por otro lado,
el incremento natural experimentado por el sistema óptico movimientos torsionales de la cabeza pueden acarre-
ocular con los cambios relacionados con la edad. Por ello ar medidas alteradas del frente de ondas que pueden
concluimos que el estudio del comportamiento del frente no coincidir con la posición que adopta el paciente en
de ondas es un método clínicamente muy válido para la durante la intervención, minimizando los beneficios
monitorización del paciente afecto y para el diagnóstico de una posible cirugía guiada por frente de ondas. Esta
precoz de pacientes que presentan patología ectásica, bien serie de problemas de posicionamiento tendrá espe-
de modo individual, o bien como coadyuvante de otras cial trascendencia en pacientes con córneas muy abe-
pruebas diagnósticas, como la topografía corneal. rradas (patología ectásica) y en pacientes límite,
Finalmente, es interesante conocer que la mayor donde la topografía parece mostrar un caso dudoso y
parte de las aberraciones en los ojos afectos de patolo- se pretende contrastar con el estudio del frente de
gía que compromete a la córnea (en el caso que nos ondas.
ocupa patología ectasiante) van a venir dadas por la
propia córnea. Esto resulta de interés ya que existen dis-
positivos en el mercado que son capaces de proporcio- Problemas de Sequedad Ocular y Falta de Parpadeo
nar el valor de las aberraciones de todo el sistema ópti-
co ocular (aberraciones totales) y teniendo en cuenta El estudio del frente de ondas proporciona un valor
que el cristalino de pacientes jóvenes tiende a compen- cualitativo y cuantitativo del estado de la calidad ópti-
sar parcialmente las aberraciones corneales (especial- ca del sistema visual y gran parte de la contribución de
mente la esférica positiva de la córnea), se deberá ana- la calidad óptica la proporciona la película lagrimal,
lizar la información para no enmascarar cambios que puesto que constituye la primera superficie óptica del
puedan tener significación clínica. sistema visual. Diferentes estudios han analizado el
El modo que consideramos más idóneo para el diag- comportamiento los cambios experimentados por el
nóstico precoz de la patología y su posterior evolución frente de ondas tras el parpadeo (47,48) y llegan a la
es comparar las aberraciones corneales con las totales, conclusión de que se obtienen cambios que pueden
ya que en ocasiones la compensación de unas con otras tener repercusión clínica.
pueden llegar a sorprendernos y a infraestimar el com- Por otro lado, problemas severos de ojo seco contri-
portamiento de algunas de ellas, haciendo especial hin- buirán a alterar la superficie corneal y por lo tanto pue-
capié en las de origen corneal ya que serán las que den conllevar a obtener medidas erróneas o artefacta-
mayor peso específico tendrán sobre el volumen total. das del frente de ondas (fig. 15).
5. Topografía corneal y aberrometría 109
12. Paganopoulou SI, Pallikaris IG. Wavefront customized 32. Klyce SD, Karon MD, Smolek MK. Advantages and disa-
ablations with the WASCA Asclepion workstation. J vantages of the Zernike expansion for representing wave
Refractive Surg 2001; 17: 608-612. aberration of the normal and aberrated eye. J Refract Surg
13. Mrochen M, Kaemmer M, Mierdel P, Krinke HE, Seiler T. 2004; 20: 537-541.
Principles of Tscherning aberrometry. J Refract Surg 33. Guirao A, Artal P. Corneal wave aberration from video-
2000; 16: 570-571. keratography: accuracy and limitations of the procedure.
14. Thibos LN, Hong X. Clinical applications of the Shack- J Opt Soc Am A Opt Image Sci Vis 2000; 17: 955-965.
Hartmann aberrometer. Optom Vis Sci 1999; 76: 817-825. 34. Iskander DR, Collins MJ, Davis B. Optimal modeling of
15. Moreno-Barriuso E, Marcos S, Navarro R, Burns SA. Com- corneal surfaces with Zernike polynomials. IEEE Trnas
paring laser ray tracing, the spatially resolved refractome- Biomed Eng 2001; 48: 87-95.
ter, and the Hartmann-Shack sensor to measure the ocular 35. Iskander DR, Morelande MR, Collins MJ, Davis B. Mode-
wave aberration. Optom Vis Sci 2001; 78: 152-156. ling of corneal surfaces with radial polynomials. IEEE
16. Munson K, Hong X, Thibos LN. Use of a Shack-Hart- Trans Biomed Eng 2002; 49: 320-328.
mann aberrometer to assess the optical outcome of cor- 36. Applegate RA, Ballentine C, Gross H, et al. Visual acuity
neal transplantation in a keratoconic eye. Optom Vis Sci as a function of Zernike mode and level of root mean
2001; 78: 866-871. square error. Optom Vis Sci 2003; 80: 97-105.
17. Barbero S, Marcos S, Jimenez-Alfaro I. Optical aberra- 37. Applegate RA, Sarver EJ, Khemsara V. Are all aberrations
tions of intraocular lenses measured in vivo and in vitro. equal? J Refract Surg 2002; 18: 556-562.
18. McLellan JS, Marcos S, Burns SA. Age-related changes in 38. Wilson SE, Klyce SD. Quantitative descriptors of corneal
monochromatic wave aberrations of the human eye. topography: a clinical study. Arch Ophthalmol 1991;
Invest Ophthalmol Vis Sci 2001; 42: 1390-1395. 109: 349-353.
19. He JC, Burns SA, Marcos S. Monochromatic aberrations in 39. Maeda N, Sato S, Watanabe H, et al. Prediction of letter
the accommodated human eye. Vision Res 2000; 40: 41-48. contrast sensitivity using videokeratogrpahic indices. Am
20. Barbero S, Marcos S, Merayo-Lloves J, Moreno-Barriuso J Ophthalmol 2000; 129: 759-763.
E. Validation of the estimation of corneal aberrations 40. Rabinowitz YS, McDonell PJ. Computer-assisted corneal
from videokeratography in keratoconus. J Refract Surg topography in keratoconus. Refract Corneal Surg 1989;
2002; 18: 263-270. 5: 400-408.
21. Coletta NJ, Marcos S, Wildsoet C, Troilo D. Double-pass 41. Maeda N, Klyce SD, Smolek MK, Thompson HW. Auto-
measurement of retinal image quality in the chicken eye. mated keratoconus screening with corneal topogrpahy
Optom Vis Sci 2003; 80: 50-57. analysis. Invest Ophthalmol Vis Sci 1994; 35: 2749-2757.
22. Smith WJ. Modern optical engineering, Ed.2 New York, 42. Langenbucher A, Gusek-Schneider GC, Kus MM, Seitz B.
Mc Graw-Hill, 1990. 57-86. Topographiegestützte berechnung der Keratoconus-
23. Marcos S, Díaz-Santana L, Llorente L, Dainty C. Ocular Dimensionen. Klin Monatsbl Augenheilkd 1999; 214:
aberrations with ray tracing and Shack-Hartmann wave- 372-377.
front sensors: does polarization play a role? J Opt Soc Am 43. Bühren J, Kühne C, Kohnen T. Wellenfrontanalyse zur
A Opt Image Sci Vis 2002; 19: 1063-1072. diagnose des subklinischen keratokonus. Ophthalmolo-
24. Llorente L, Díaz-Santana L, Lara-Saucedo D, Marcos S. ge 2006; 103: 783-790.
Aberrations of the human eye in visible and near infrared 44. Lagana MA, Cox IG, Potvin RJ. The effect of keratoconus
illumination. Optom Vis Sci 2003; 80: 26-35. on the wavefront aberration of the human eye. Invest
25. Smolek MK, Klyce SD. Goodness-of-prediction of Zerni- Ophthalmol Vis Sci 2000; 41 (4) [abstract 3610-B1708].
ke polynomial fitting to corneal surfaces. J Cataract 45. Wilson SE, Lin DTC, Klyce SD. Corneal topography of
Refract Surg 2005; 31: 2350-2355. keratoconus. Cornea 1991 ; 10: 2-8.
26. Liang J, Grimm B, Goelz S, Bille JF. Objective measure- 46. Kamiya K, Hirohara Y, Mihashi T, Hiraoka T, Kaji Y, Oshi-
ment of wave aberrations of the human eye with the use ka T. Progression of Pellucid Marginal Corneal Degene-
of a Hartmann-Shack wave-front sensor. J Opt Soc Am A ration and higher-order wavefront aberration of the cor-
1994; 11: 1949-1957. nea. Jpn J Ophthalmol 2003; 47: 523-525.
27. Gobbe M, Guillon M. Corneal wavefront aberration 47. Mihashi T, Hirohara Y, Koh S, Ninomiya S, Maeda N,
measurements to detect keratoconus patients. Cont Lens Fujikado T. Tear film break-up time evaluated by real-
Ant Eye 2005; 28: 57-66. time Hartmann-Shack wavefront sensing. Jpn J Ophthal-
28. Bühren J, Kühne C, Kohnen T. Defining subclinical kera- mol 2006; 50: 85-89.
toconus using corneal first-surface higher-order aberra- 48. Montés-Micó R, Alio JL, Muñoz G, Charman WN. Tem-
tions. Am J Ophthalmol 2007; 143: 381-389. poral changes in optical quality of air-tear film interface
29. Maeda N, Fujikado T, Kuroda T, Mihashi T, Hirohara Y, at anterior cornea after blink. Invest Ophthalmol Vis Sci
Nishida K, Watanabe H, Tano Y. Wavefront aberrations 2004; 45: 1752-1757.
measured with Hartmann-Shack sensor in patients with 49. Mihashi T, Horohara Y, Bessho K, Maeda N, Oshika T,
keratoconus. Ophthalmology 2002; 109: 1996-2003. Fujikado T. Intensity analysis of Hartmann-Shack images in
30. Schwiegerling J, Greivenkamp JE. Keratoconus detection cataractous, keratoconic, and normal eyes to investigate
based on videokeratoscopic height data. Optom Vis Sci light scattering. Jpn J Ophthalmol 2006; 50: 323-333.
1996; 73: 721-728. 50. Bühren J, Kohnen T. Factors affecting the change in lower-
31. Twa MD, Parthasarathy S, Roberts C, Mahmoud AM, Raasch order and higher-order aberrations after wavefront-guided
TW, Bullimore MA. Automated decision tree classification laser in situ keratomileusis for myopia with the Zyoptix 3.1
of corneal shape. Optom Vis Sci 2005; 82: 1038-1046. system. J Cataract Refract Surg 2006; 32: 1166-1174.