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César Rengifo

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TEATRO

Dirección de Cultura y Extensión


de la Universidad de Los Andes

Asociación "Amigos de César Rengifo"


César Rengifo
c33:2
TEATRO

TOMO II

UNIVERSIDAD NACIONAL
EXPERIMBTAL DE LAS ARTES

_t_
UNEARTE
BIBLIOTECA

Dirección de Cultura y Extensión


de la Universidad de Los Andes

Asociación "Amigos de César Rengifo"


LO QUE DEJÓ
LA TEMPESTAD
(Un epílogo dramático
de la Guerra Federal)
(Un prólogo y tres actos)
PERSONAJES:
TERESA: (Viuda. Aparenta treinta y ocho años).
BEGOÑA: (Amiga de Teresa. Cuarenta años)
ROSALIA: (Amiga de las anteriores. Edad indefinida)
BRUSCA: (Vieja ex-guerrillera federal. Sesenta años)
EL PERRO: (Un ex-guerrillero que canta por los caminos)
UN VIEJO
COMANDANTE FEDERAL: (Aparenta sesenta años)

ALTO OFICIAL
FEDERAL: (Lleva un quepis amarillo)
ALTO OFICIAL
OLIGARCA: (Lleva un quepis azul)
FUNCIONARIO
INGLES: (Viste a usanza de la época)
Aura Rivas (Brusca) en "Lo que dejó la tempestad". La Compañía Nacional de Teatro. DESCONOCIDO
Dirección: José Ignacio Cabrujas. Escenografia: Jacobo Borges (1985). OLEGARIO
FRANCISCO (Jóvenes vagabundos. Ex-guerrilleros)
VICENTE
COMISARIO
SOLDADO I
SOLDADO II
OTRO OFICIAL FEDERAL
ZAMORA

EPOCA: 1865
PROLOGO ACTO PRIMERO
CUADRO I
Una leve campana suena a lo lejos. Al fondo, en torno a una tumba reciente,
con una cruz amarilla, se encuentran de pie, Teresa, Rosalía, Begoña, El Perra. ESCENARIO: Pueblo de Ospino
A pocos metros un muchacho de diez años con un farol encendido mira l a El escenario para los actos 1 y II mostrará: a la derecha del espectador un co-
escna.Sobrl,izdugrs-aletc. bertizo de paredes derruidas haciendo un triángulo con base hacia el prosce-
nio. En la pared izquierda, a la altura de un metro, hay una tronera donde
BEGOÑA: (Hacia la tumba) debió existir una ventana. En la pared derecha cortando con la prevista hay
iYa eres Brusca Martínez en la tierra una tronera oblícua que hace de puerta. Las paredes con su encalado en su
mayor parte caído, muestran huellas de humo, balas y metralla. El sitio es al-
que retiene tu paz y tu violencia!
bergue de Brusca y los jóvenes.
TERESA: iNunca sabré que fue de Guadalupe Al centro, al fondo, la vivienda de Teresa, significada por una pequeña puerta,
el hijo cuya ausencia me ensombrece! cerca de la puerta un mecedor. A la izquierda la esquina de una calle, el frente
da al proscenio y su lateral se pierde hacia el foro, cortándose con un árbol
PERRO: iNi yo de ese disparo que me lleva seco inclinado. En el frente hay un portón y una pequeña ventana. Las pare-
sobre la incertidumbre y el espanto! des, ventana, portón, etc., muestran las huellas de la guerra civil que sobre el
pueblo pasó como una tempestad.
ROSALIA: iAhora el pueblo tendrá que hacer de nuevo
duros caminos para su esperanza! (Al iniciarse la acción una luz difusa de atardecer ilu-
(Lejos se oye la voz de Brusca gritando). mina la escena. Teresa, vistiendo un humilde traje
negro y su cabeza cubierta con un paño también ne-
BRUSCA: (Lejana como un eco) gro, golpea con ambos puños el portón completamen-
i Vuelve Zamora! i Ezequiel Zamora! te cerrado. Desde el fondo llega con premura Begoña,
también vestida de negro. Se acerca a Teresa y la toca
BEGOÑA: (A la cruz). por un hombro).
iPero tu amarga voz sigue clamando
BEGOÑA: (Reclamando con bondadosa energía).
por calles y trincheras y caminos!
¡Teresa! ¿Por qué te viniste sola y sin avisar?
TERESA: (A Begoña). (Teresa no le hace caso y sigue golpeando el portón).
iYo la escucho, Begoña, yo la escucho!
i Y ha de escucharse mientras lleve el pobre i En esa casa no hay nadie!
una llaga de angustia en el costado!
TERESA: i01 que había regresado! iAnoche pasó por
BRUSCA: (Gritando lejos). la calle de abajo como una sombra! iUnos
¡Vuelve Zamora! iEzequiel Zamora! arrieros lo vieron!

(Todos vuelven el rostro hacia la voz como si desde BEGOÑA: ¿A quién le escuchaste eso, mujer?
ella llegara una grave anunciación).
TERESA: iAl Sacristán!
(Obscuro).

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BEGOÑA: i A ése! han visto. . .Y yo lo creo. . .Y a su casa debe
volver. . .Pero, ¿y mi hijo? Si la historia que
TERESA: Sí. Hace poco en la calle se lo decía a unos me refirieron es cierta, debe estar vivo en
muchachos, y yo que estaba detrás del postigo algún sitio.
de la casa lo oí.
(Vuelve a tocar con fuerza).
BEGOÑA: Malhaya sea quien te ha contado esas historias.

TERESA: No ha sido uno, sino muchos los que me la


BEGOÑA: (Tratando de detenerla).
han contado. . .Cuando esa bala que nadie
Ese vive inventando.
sabe quién la disparó derribó al jefe de la
(Pausa). Revolución, los dos altos oficiales que estaban
Te vas a romper las manos inútilmente, la casa solos con él, llamaron a unos soldados para
está vacía y en ruinas. Los cinco años que que lo enterraran, fueron escogidos mi hijo y
duró la guerra permaneció cerrada y así ha se- el alpargatero. . .Les hicieron jurar que a na-
guido.. . die dirían el sitio de la tumba, luego les paga-
ron y los licenciaron. . .Nadie los volvió a ver.
TERESA: Lo único que sé es que debo ver a ese hombre. Después de dos años dicen que apareció el al-
pargatero. . .Pero, ¿y mi hijo? ¿Qué ha sido
(Tratando de escudriñar por las rendijas del portón y de mi hijo?
por los intersticios de la ventana).
BEGOÑA: Ya vendrá, ten paciencia; aún están regresan-
BEGOÑA: Si es que está vivo.
do a sus hogares muchos de los que se daban
por perdidos. . .Fueron cinco años de matan-
TERESA: iSí lo está! A ,cuantos soldados o guerrilleros
zas, de incendios, de hambre. . .Todos fuimos
que han pasado por aquí, después que toda
aventados por muchos sitios. Como en esas
esa matazón se acabó, les he preguntado por
grandes crecidas, ahora es cuando comienzan
él y muchos lo han visto.
a recogerse las aguas...
BEGOÑA: ¿Quién te asegura que es verdad? Cuando se TERESA: Es que hay otra historia.. .
regresa con vida de algo tan espantoso se
hablan muchas cosas, y para evitar molestias BEGOÑA: No creas ninguna y aguarda.. .
se asegura que todo el mundo está vivo.. .
TERESA: El zambo Lucrecio, el domingo, cuando esta-
TERESA: ¡Déjame con mi esperanza, Begoña, no me la ba borracho, dijo que a mi hijo Guadalupe lo
quites. . .! Ese es el único hombre que puede habían fusilado. . .Que el alpargatero lo sabía.
decir lo que fue de mi hijo. . .De aquí, desde
este pueblo salieron juntos tras de Zamora BEGOÑA: No se fusilan hombres así nomás. .
aquella mañana del 1858, juntos guerrearon y
juntos desaparecieron el mismo día que mata- TERESA: En guerras como esa, sí; lo hemos visto hasta
ron a Zamora. El alpargatero vive, lo sé. . .Lo la saciedad. . .

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(Se oyen gritos lejos, llega apresurada Rosalía, BEGOÑA: Creyeron en la Federación..
también vestida de luto). (Se oyen gritos de mujer cerca).

ROSALIA: ¡ Gracias a Dios que las encuentro! i Esa mujer


BRUSCA: (A gritos):
me persigue! iYa en este pueblo nadie pelea! iNo quedan
sino beatas y maricones!
TERESA: ¿Quién?
BEGOÑA: Ah, pero allí viene, mejor nos vamos ...
ROSALIA: ¿Quién va a ser? La loca, Brusca.. .
ROSALIA: ¡ Corramos!
BRUSCA: (Lejos).
(Cuando van a caminar llega Brusca la Rompe Fuegos,
¡Salgan para afuera... No se escondan nalgas al verlas se les cruza y comienza a moverse para no
sucias... Vengan a pelear... ! dejarlas seguir).

BEGOÑA: Debemos irnos... (Habla a Teresa). BEGOÑA: iDéjanos pasar, Brusca! i Somos tus amigas!
(Suave)
TERESA: No, este portón debe abrirse.
(A Rosalía): ¿Por dónde anda?
Te queremos y nos quieres.. .

ROSALIA: Subía por la calle cuando me vio. . .Comenzó BRUSCA: i Ja, ja, ja...Miren quienes están aquí ...! i Las
a gritarme y a decir improperios. Tuve que dos señoritas y la viuda... !
correr, vengo sin aliento ... (Burlona).
i Las dos señoritas. . .!
BEGOÑA: Antes escandalizaba solamente de noche.. .
La pobre.. . (Se encara con Begoña y Rosalía)
¿Por qué no han tenido hijos? ¿Le han tenido
ROSALIA: Con ella suelta por el pueblo, nadie puede miedo a parir o le han tenido miedo a los
vivir tranquilo ni de día ni de noche, por eso hombres? i Los hombres son sabrosos y para
no salgo. . . Aún no puedo respirar bien. Es parir nacieron las mujeres!
como si aún sufrieramos la guerra.. . (A Begoña):
iJa, ja, ja, ya se están poniendo como flores
TERESA: Si me hubiera ocurrido lo que a ella, también de onoto. . .! iVayan por ahí y súbanse las
andaría así. . .Ver muertos a sus cuatro hijos y faldas en vez de andar reza que te reza todo el
a su marido en una sola trinchera es como día! iHace falta que las mujeres paran hom-
para enloquecer a cualquiera.. . bres, muchos hombres!
ROSALIA: Quién los mandó a irse a todos a la guerra.. . (Intima):
Ella de cantinera y los tres de guerrilleros.. . iChiss. . .! i El ejército de Zamora necesita
iMuy bueno! guerreros valientes. . .! iEn esas batallas con-

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tra los oligarcas han muerto muchos, muchí- (Las mira muy bien).
simos. . .! Sólo quedamos en las filas federales Fondo, túnicas, refajos, pantaletas y entre las
mis hijos y yo. . . pantaletas papeles escritos para los oligarcas.
(Cambia la voz).
ROSALIA: (Con rabia).
Deja que tus hijos descansen en paz. .. Los Los federales tienen tantos hombres, tantos
fusiles. . .Se mueven así y asao y Zamora pien-
tres murieron.. .
sa atacar por Acarigua. . . ¡Miren a las tres be-
BRUSCA:
llezas!
¡Puta embustera! Allá abajo están y me cui-
dan y me miman como a una gran dama.. . (A Teresa): Tú te pareces a Teresa.
(Despreciativa):
ROSALIA: ¡No son tus hijos! ¡Sino haraganes huérfanos ¡Viuda lloricona! ¿Qué edad tienes? ¿Veinte?
que roban y te dan de lo que roban! Entonces puedes tener hijos. . .Yo te buscaré
a un hombre completo... ¡Conozco un raso
BRUSCA: (Rife fuerte). que ni pintado... ! En un dos por tres estarás
iSon tres machos y tú sólo necesitas uno para así...
gozar. Hablaré con José, es el mayor y aprieta (Hace gestos de mujer embarazada).
duro. . .!
TERESA: (A Brusca):
ROSALIA: ¡Calla esa boca. . .! Déjanos pasar. . .Estamos apuradas.. .

BEGOÑA: ¡Déjala, Rosalía! ¡La vas a enfurecer! ROSALIA: Deja en paz al pueblo, deja en paz a todo el
mundo y vete a otro lugar.. .
ROSALIA: ¡Estoy llena de rabia... No hace sino asustar-
nos a todos. . .! BRUSCA: Si me dan bastimento las dejo pasar. . .Soy
cantinera, debo repartirle comida y agua a la
TERESA: Quizás hablándole entre en razón... tropa.. .
(A Brusca, suave). (Usando las manos como cornetas):
Déjanos pasar. iTararí. . .Tarariii. . . Ya toca el rancho.. .
Sólo hay tasajo y aguardiente... !
BRUSCA: ¿Pasar, a dónde? Ah, ya sé quienes son uste-
des. . .Quieren llevarles informes a los oligar- ROSALIA: (Enérgica y resuelta):
cas. . . ¡Tres puticas espías! ¡Apártate ya! Hay un señor que espera a Te-
(Se rasca la cabeza). resa...
¡Aquí como que va a haber fusilamiento! TERESA: (Inquieta):
(Acercándose a las mujeres e intentando alzarles las ¿Que un señor me espera? ¿Quién es? ¿Será el
faldas). alpargatero? ¿Por qué no me lo dijiste antes... ?
¿Qué llevan bajo las faldas?
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"Lo que dejó la tempestad". La Compañía Nacional de Teatro. Escenas con los dos
elencos utilizados para este montaje.

ROSALIA: No tuve tiempo. . .Por eso venía a buscarlas.. .


No sé quién es. . .Nunca lo he visto.. .

TERESA: (A Begoña:)
i Es el alpargatero! ¡Seguro que es él! Quizo
ir a mi casa antes de venir a la suya. . .! ¡Sabré
de mi hijo... !
(Decidida):

¡Debo ir allá!
(Burla a Brusca y corre, Rosalía la sigue asustada.
Brusca agarra por la falda a Begoña y le impide que
siga tras las otras).

BRUSCA: Tú no te me irás con los cuentos al enemigo.


(Begoña se le suelta, pero Brusca la acorrala contra la
pared sin tocarla y le impide seguir a Rosalía y Teresa).

Aura Rivas (Brusca) y Francis Rueda (Begoña).


BEGOÑA: Brusca, déjame ir, yo soy Begoña. ¡Begoña!
¡Begoña! ¿No me reconoces? J ugamos peque-
ñas. . .

BRUSCA: (Mirándola fijamente):

¡¿Begoña?! ¡¿Begoña?!
(Mirando a su alrededor).

Este pueblo no era así...feo... Tuvo sus casas


blancas, sin manchas de pólvora y sangre.. .
Begoña. . «Begoña. . .

(Obscuridad sobre Begoña. Cenital sobre Brusca).

BRUSCA: Begoña, Begoña, ven para que conozcas a mi


novio. . . Ganó cinco cintas en la feria. . . Es
tan fuerte como un potro. . . Begoña. . . Este
es mi cuarto hijo, fresco como el pan. . . Se
llama José.. .

(Luz de nuevo sobre las mujeres).

América Alonso (Brusca) y Tania Sarabia (Begoña).

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BRUSCA: J a, ja. . .No puedes irte. . .0yes esos tiros, esas BEGOÑA: Ilumina tu cerebro... Eres Brusca Martínez.. .
cornetas y esos gritos. . . ¡Están peleando en Todas esas cosas pasaron...Ya no hay guerra...
Santa Inés! ¡Batalla igual no se ha visto!.. . Zamora murió en San Carlos.. .
Los oligarcas comerán tierra y gusanos y para
el pobre será una nueva vida. . .! BRUSCA: (Violenta):
¿Quién murió? ¿Zamora?
BEGOÑA: (Persuasiva): (Estupor. Pausa).
Todo pasó Brusca. . .La Guerra Federal ha ter- ¡Ja, ja, ja, eso quisieran los oligarcas para gozar
minado, las cosas están tranquilas . . y poner un baile. . .! Yo acabo de verlo en la
trinchera ordenando con voz de bronce:
BRUSCA: ¿Tranquilas? ¡Hay miles de tumbas c'on huesos ¡Fuego cerrado, fuego cerrado!
y hormigas! Y en las trincheras hombres
muertos.. . BEGOÑA: Una bala lo derribó para siempre.. .
(Se le acerca evocativa):
BRUSCA: ¡Puta embustera! ¡No hay tirador que lo
Yo los vi. . .Eran mis cuatro hombres. . .Jacin- acierte! ¿Oyes?
to tenía el chopo apretado contra el pecho y
(Sacude por los hombros a Begoña).
sonreía. . .Carmelo estiraba los brazos hacia
adelante y su penacho amarillo estaba tinto de
BEGOÑA: El hijo de Teresa y el alpargatero lo enterra-
sangre. . .Juancito cayó boca abajo abrazando
ron.. .
la tierra. . . ¡Cómo quería la tierra! ... Boni-
facio en las empalizadas trataba de buscarse
BRUSCA: ¡ ¡No!! ¡ ¡Nadie lo ha enterrado!! ¡ ¡Ya corro
las piernas que la metralla le había llevado.. . a buscarlo para que lo veas!! ¡ ¡Ya voy a bus-
Yo los vi. . .Y arriba volaban los zamuros. . .
carlo a la sabana!!
Ja, ja, ja.. .
(Corre hacia la oscuridad llamando a gritos):
(Corta la voz):
i Zamora! i Zamora!
¡Quién dijo que eran los míos.. .
(Obscuro) .
(Con ira):

¡Quién lo dijo! iNinguno,de ellos era nada


mío!

BEGOÑA: (Temerosa): ¡Cálmate Brusca...! CUADRO II


(Luz difusa en la casa de Teresa. Sentado en un mece-
BRUSCA: ¡No soy Brusca! ¡Soy la Rompe Fuegos y dor de cuero está un hombre. Porta una guitarra pe-
con el grado de Comandante de las guerrillas queña, un bastón y un rosario. Lleva anteojos oscu-
del centro! ros. Entran Teresa y Rosalía).

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TERESA: (Mirando con recelo y atención). (Se palpa la herida del rostro).
iNo es el alpargatero... ! iQuedé vivo y lleno dé odio contra Zamora!
(Al hombre): ¿Me buscabas?
TERESA: (Turbada):
PERRO: ¿Es usted Teresa Casique? (Se da vuelta). ¿Y para qué me busca?

TERESA: Sí, y usted, ¿para qué me quiere? ¿Quién es? PERRO: Ahora lo sabrá: La Guerra Federal después de
la Batalla de Santa Inés estaba ganada. . . Y
PERRO: No me conoce. . .Mi nombre no le diría -nada todos lo sabían. Al fin los pobres irían a levan-
tampoco. . .Vengo de muy lejos. . .Pero si algo tar cabezas. No habría más hambre ni injusti-
le recuerda eso, puedo informarle que me cias. Sólo faltaba tomar San Carlos, luego Va-
decían el Perro.. . lencia y después Caracas. . . iPero la cosa se
torció! ... iAh, esa es otra historia! Por mi
TERESA: ¿Aquí en el pueblo? parte, después de escaparme del montón de
los fusilados me refugié en una montaña. Una
PERRO: iNo! Entre los Federales... Peleé junto a ellos. noche, no sé cómo, llegó hasta mi escondite
un hombre.. .
TERESA: (Haciendo memoria): ¿El Perro?
(Mueve la cabeza). (Obscuridad. Segundos después cenital sobre El Perro
quien se mueve hacia el fondo, de pronto cerca de él,
ROSALIA: iAh! Yo sí recuerdo.. . aparece un hombre que lleva sombrero de anchas alas
(Al hombre): y se cubre con una capa. Su aspecto es marcial y
habla con arrogancia).
He oído que ustedes eran doce que acompaña-
ban al indio Espinoza. DESCONOCIDO: i Por fin encuentro tu guarida, Perro!
(A Teresa):
Les decían las fieras.. . PERRO: (Moviéndose agil y esgrimiento su bastón).
iUn momento! ¿Quién es usted?
(Recordando):
El Tigre. . . la mapanare. . . el chacal. . . la DESCONOCIDO: (Convincente):
pantera. . . Se portaron tan mal e hicieron tan- i Un enemigo de Zamora y un amigo tuyo!
tas insubordinaciones, que Zamora los fusiló.
PERRO: (Desconfiado): iYo no tengo amigo!
PERRO: iSí! i Los fusiló, pero menos a uno. . .!
D ESCONOCIDO: (Amistosamente):
TERESA: ¿A usted? iDéjate de tonterías y vamos al grano! iTú
creías en Zamora como en un gran jefe! iComo
PERRO: Sí, a mí, al Perro... las balas sólo me rasguña- el caudillo que quitaría la plata a los ricos
ron... para dársela a los patas en el suelo! iPero te

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fusiló junto con tus amigos! ¡Lo de que uste- PERRO: (Con rabia y odio):
des eran unos saqueadores y asesinos insubor- ¡No soy un cobarde! ¡Quien diga eso lo dirá
dinados fue un pretexto. . . Sólo deseaba man- una sola vez!
dar él, y les tenía miedo... Eso es ... !

PERRO: ¡Zamora no le tiene miedo a nadie! DESCONOCIDO: (Nuevamente burlón):


¡Zamora lo dice. . .!
DESCONOCIDO: ¡A ustedes sí! ¡Por eso los envió donde los
zamuros! Pero, vamos, muchos saben que estás PERRO: ¿Cómo lo sabe usted?
vivo y esperan que te vengues! ¡Tu fama de
perro bravo se irá al suelo si nada haces. . .! DESCONOCIDO: Se lo he oído. Y no una sino muchas veces.. .
¡Cuídese del Perro, le decimos, y él se ríe!
(Ríe con sorna mientras se mueve en torno al Perro.
Este sigue sus gestos como una fiera en acecho). PERRO: Entonces, ¿usted es de los de él?
¡Ja, ja, Zamora se comió a las doce fieras y ni
se atragantó. . . Y ahora el perro ni ladra! DESCONOCIDO: Sí, pero no me fusilará como a tí y a los otros.

PERRO: (Con furia sorda, sombría): PERRO: Terminemos... ¿Por qué vino hasta aquí?
¿Quién dice eso? ¿Qué desea de mí?

DESCONOCIDO: (Burlón):
DESCONOCIDO: Eso es razonable. . . ¿Cuánto quieres...por ...
¡En la tropa federal! ¡En tu pueblo! Hasta bueno, por enviar a Zamora al mismo lugar
lo cantan en corridos y coplas, hace poco oí donde él envió a tus amigos?
una. . .

(De lejos llega la canción. Ambos quedan quietos). PERRO: ¡Nada! ¡No mato hombres por dinero!

UNA VOZ: (Canta acompañada de cuatro y maracas). DESCONOCIDO: ¡Zamora tiene razón! ¡Sabe lo que dice cuan-
do afirma que eres cobarde!
iA las fieras de Espinoza
Zamora las fusiló!
PERRO: (Con ira): ¿Dónde está Zamora?
i Y el Perro temblor y aullidos
en el monte se escondió!
DESCONOCIDO: Sitia a San Carlos, luego irá a Valencia y Ca-
racas.
PERRO: ¡Nadie ha peleado en esta guerra como yo!
¡Ni la cuenta llevo de los muertos que tengo!
¿Acaso he temblado alguna vez? PERRO: i Váyase! iVáyase! i Y diga a los suyos que el
Perro está vivo, y que ladra y muerde!
DESCONOCIDO: ¡Pero después que resucitaste aquella mañana
tienes miedo!
DESCONOCIDO: ¡Ahora sí hablas comoel hombre que eres!
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PERRO: Asegúrele a quienes lo han enviado, que Zamo- (Pausa).
ra no irá a Valencia, ni a Caracas. . . Quedará El diablo ha debido estar detrás de mí, dicen
en San Carlos. . . i Se lo jura el Perro, que que acompañaba siempre a las doce fieras...
nunca juró en vano! Por eso quizás sentí un escalofrío cuando
apreté el gatillo. . .Aquello me produjo espan-
DESCONOCIDO: (Con sonrisa irónica): to. iEntonces hui! i Hui tanto que ni yo mis-
iSé que eres hombre de palabra! mo me encontraba! Fui a las iglesias de todos
(Obscuro. Desaparece el Desconocido, luz sobre las
los pueblos! i Recé! ... iHice promesas! .. .
mujeres y el Perro). La guerra concluyó. . .Muerto Zamora, los
ricos se entendieron. Un viejo soldado federal
TERESA: (Aterrada): me explicó luego. . .Con el pueblo triunfante
Entonces, ¿usted... usted ... fue quien ultimó todo habría cambiado. . .Y óigame bien, yo
a Zamora? era el asesino de Zamora. . .Pcro mi chopo no
PERRO: iSí! i Yo y el Diablo! disparó. . .La Federación fracasó y yo era el
asesino. . .La miseria quedó sobre el pueblo y
(Mira por todas partes con inquietud).
yo era el culpable. . .La injusticia siguió por el
i El diablo que me ronda por todas partes! campo y yo la había ayudado. .. ¿Cuántos
(Se santigua). hombres han muerto sobre esta tierra con la
bala que mató a Zamora? Por eso rezo, y por
RO SALIA: (Santiguándose también). eso canto canciones tristes sobre esa guerra
iAve María Santísima! que el pueblo perdió.. .

PERRO: Fui a San Carlos. . .Allí se peleaba. . .Dos ofi- TERESA: Aún no comprendo, ¿por qué me busca a mí?
ciales estaban en un solar. . .Desde una mata
los vi. . . Luego llegó Zamora de blusa azul y PERRO: Usted tiene un hijo. . .Guadalupe, fue soldado
quepis amarillo. . .Le hicieron señas hacia la federal de los buenos.. .
mata donde yo estaba. . .Lo miré bien apun-
tándolo; luego apreté el gatillo del chopo.. . TERESA: (Ansiosa): iSí! ¡Guadalupe es mi hijo. . .!

TERESA: i Qué horror! PERRO: Cuando cayó Zamora, lo buscaron a él y a


otro soldado para que enterraran el cadáver en
PERRO: Y fue entonces cuando intervino el Diablo. un sitio secreto. Hecha la operación, nadie los
iSí, el diablo, pues mi chopo no disparó! Sin vio más. .. Supe que Guadalupe es de este
embargo, vi como Zamora caía de espaldas, pueblo. . . Y he venido para que me diga algo ...
muerto, muerto. . . ¡Muerto para siempre! Y Algo que sólo él puede decirme. . .
es eso precisamente lo misterioso.
(Inquietud). TERESA: ¿Qué? ¿Qué es eso que sólo mi hijo puede
Les juro que la bala estaba intacta en el chopo decirle?
... completamente intacta.

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PERRO: Si el balazo que derribó a Zamora fue por de- ROSALIA: (A Teresa):
lante de su cabeza o por detrás. . . Sólo los Vivos deben estar, pero escondidos, saben mu-
dos jefes que estaban con él y quienes lo ente- chos secretos.. .
rraron, vieron el cadáver ...
TERESA: Pero, ¿por qué Guadalupe no me dice a mí, su
TERESA: Entonces, ¿usted nunca ha visto a Guadalupe madre, dónde está?
después de aquello?
ROSALIA: No habrá tenido oportunidad de hacerlo...
PERRO: No. . . Sólo por casualidad supe quiénes fue- O estará aguardando que pase más tiempo y
ron los que hicieron de sepultureros. todo se olvide.
(Entra Begoña agitada).
TERESA: (Con desconsuelo):
Creí que usted me traería buenas noticias.. . BEGOÑA: Por fin pude liberarme de la Rompe Fuegos...
(Afligida): (A Teresa).
Tampoco yo lo he visto desde el día en que se Teresa, una buena noticia... Al caserío de La
incorporó a las tropas federales. . . Todo el Corteza, han llegado unos soldados que estu-
tiempo que llevamos de paz ando buscándolo. vieron en la tropa de Guadalupe, dicen que a
la hacienda de El Palotal regresó enfermo el
PERRO: Pero, ¿está vivo? viejo comandante que los mandaba y que él
debe saber del alpargatero y de tu hijo...
TERESA: i Eso quisiera saber. . .!
TERESA: ¿Es cierto eso?
PERRO: iSi no está él, buscaré al otro, también es de
este pueblo! BEGOÑA: iCierto! Yo vi uno de los recién llegados.. .

ROSALIA: ¡Tampoco ha vuelto! TERESA: Entonces, vamos allá... Ahora mismo...

PERRO: ¿Tampoco? iAh! Llevo leguas y leguas anda- BEGOÑA: iQueda lejos... !
das. . .Toda la ruina de Venezuela la traigo en
el alma. .. Y aquí, en Ospino, esperaba liberar- TERESA: No importa.. .
me de mi angustia...Y ahora tendré que seguir (Afuera a lo hijos, se oye una canción acompañada
buscando. . . iVolver a peregrinar! Tocaré de de guitarra pequeña).
nuevo y cantaré por los caminos hasta encon-
VOZ: (Cantando):
trarlos. . .Debo liberarme de mi angustia.
i En San Carlos de Cojedes
(Sale). cayó mi Ezequiel Zamora
y el pueblo por quien luchó
TERESA: También yo seguiré buscando. . .0jalá estén en la sabana lo llora!
vivos.. . i En la sabana lo llora!

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VICENTE: Arepas viejas, pescado seco y un pedazo de
(Pausa).
queso que debe tener la edad de la vieja Brus-
BEGOÑA: ¿Quién cantará? ca...

TERESA: Un hombre...Estuvo aquí...También desea OLEGARIO: Ella no ha venido hoy por aquí ni una sola
saber de Guadalupe. . .Le diremos la llegada vez ... Y ya es bastante de noche.. .
de ese Comandante para que nos acompañe...
Vamos... VICENTE: (Mientras pone en el suelo lo que ha traído).
Cuando bajaba la última calle del pueblo oí
sus gritos. La pobre está más loca que nunca...
(Pausa. Sale. La siguen Begoña y Rosalía. El escenario
se oscurece lentamente mientras continúa oyéndose Unos muchachos y varios perros la perseguían.
afuera la canción).
OLEGARIO: Es que hay luna...
VOZ: Hay quienes ven en las noches (Soplando el anafre).
que lo llevan a enterrar
Bueno, con eso que trajiste nos llenamos las
cuatro sombras y una hamaca
barrigas, a menos que Francisco haya conse-
muy cerca de un platanal,
do algo más...
muy cerca de un platanal...
(Toma de lo que ha traído Vicente y comienza a
Ay Ezequiel, tu caballo comer).
va solo por los esteros Ya voy a empezar, desde esta mañana no me
y sola va por el viento echo nada en el buche.. .
la voz de tus guerrilleros.. .
La voz de tus guerrilleros.. . Yo tuve suerte; le limpié el solar al dueño del
VICENTE:
(Oscuro). ventorrillo que queda en el Camino Real y su
mujer me dio una buena sopa de arroz y hasta
café con leche. . .La leche ha debido ser de
chiva. . .Después me envolvió esas cosas. .
ACTO SEGUNDO Pero de ofrecer trabajo fijo, nadie habla..

La misma noche. Luz en el cobertizo que es albergue de Brusca y los jóvenes. OLEGARIO: Yo en cambio caminé como un condenado sin
Hay unas esteras, un improvisado fogón, algunos haces de paja, unas cobijas conseguir nada. . .No sé si es que tengo mala
viejas, un taburete.y algunos trgstos de cocina muy viejos y ahumados. Sobre facha o qué. . .Pero apenas soltaba una pala-
un anafre hay una olla de barro donde se cuece algo. bra cuando me decían que no. . .Nadie quiere
(En escena, Olegario se ocupa de cortar con un cuchi- sembrar, nadie quiere dar trabajo, nadie tiene
llo grande unos palos y luego los mete bajo el anafre. un centavo. . . i Una verdadera ruina es lo que
Llega Vicente con un porsiacaso donde trae algunos hay!
comestibles).
VICENTE: Y así es por todas partes en el país. Con cuan-
OLEGARIO: ¿Conseguiste algo para los dientes? ta gente he hablado, no hacen sino quejarse,

191
parece que por donde quiera sólo hay pajona-
les secos, lutos y hambre. . .Es lo que quedó
después de echar plomo cinco años con sus ~Pe 1019P~ PR Ele~
días y sus noches.. .
O QUE DEJO
Cuando andaba por ahí husmeando como un
OLEGARIO:
pordiosero, se me ocurrió pensar que si me
hubiera agarrado una bala en esa guerra habría
LA TEMPESTA"k
sido mejor. . .Pues ahora, ¿no soy peor que un
perro?. . .Cuando uno se muere pequeño sufre
menos. . .Yo tenía trece años entonces.. .

VICENTE: Hay que esperar, puede que suceda algo y las


cosas mejoren. . .Aún no está arreglado todo.

OLEGARIO: Si no hubieran matado a Zamora, quizás otro


gallo cantaría.. .

VICENTE: Es lo que me digo; cuando menos tendríamos


tierra y comida.. .

OLEGARIO: Por conseguir eso me fui tras su gente con mis


hermanos y el viejo. . .Sólo yo quedé vivo
para echar el cuento.. .

VICENTE: Por mi parte no podía ni con un machete,


pero también me le uní con otros muchachos
del caserío. . .No sabía nada de nada, pero
luego comprendí porqué todos los campesinos
peleaban...Y entonces sí eché plomo sabroso.

OLEGARIO: Todo en vano. . . Cuando pienso en esa canti-


dad de muertos me da escalofrío.. .

VICENTE: A mí me mandaban los jefes a llevar paja seca


en los grupos que iban a quemarlos. . .Eso era
Afiche del montaje realizado por el Grupo "La Mama" de Colombia (1973-74).
preferible a que se los comieran los zamuros...

(Entra Francisco. Trae un bojote grande en el hombro).


193
192
VICENTE: Buena carga. . . ¿Es comida? FRANCISCO: (Deteniéndolo).
¿Estás loco? Nadie debe saber que los tene-
FRANCISCO: (Poniendo el bojote en el suelo con cierto cuidado). mos. . .Hay que esconderlos hasta que decida-
Pareces zoquete, el día que consiga un bojote mos la cosa.. .
de comida de este tamaño pongo una pulpería
y adiós hambre y padecimientos. . .Ya van a VICENTE: (Alegre).
ver lo que es.. . ¿Entonces hay posibilidades de guerrear otra
vez contra los oligarcas? ¿Te viste con el indio
(Desamarra el bojote y de un poco de paja saca tres
fusiles algo oxidados y los muestra a Olegario y Vicen- Macanilla?
te con cierto orgullo).
FRANCISCO: Sí. . .Está dispuesto a echarse al monte y vol-
Aquí ya tenemos tres. ver a gritar las consignas federales...Y pronto.

OLEGARIO: (Con suma curiosidad e incorporándose). OLEGARIO: ¿Nos iremos con él?
¡Cónfiro! ¿Están buenos?
FRANCISCO: Claro, ¿qué otra cosa nos queda?. .Hay que
FRANCISCO: Un poco oxidados únicamente.. . buscar algún camino para no morirnos de
hambre. . .Y quién quita que aparezca otro
OLEGARIO: ¿Cómo los conseguiste? jefe como el muerto.
(Carga los otros fusiles con las balas. Vicente sirve el
FRANCISCO: ¡Con Facundo, el herrero! Fue, federal de los
que peleaban a pecho desnudo. . ¡Ahora no café en pocillos y da a Olegario y a Francisco. A lo
lejos se oyen los gritos de Brasca).
piensa sino en volver a empezar!
BRUSCA: (A lo lejos).
VICENTE: (A Olegario).
iJa, ja, ja! i Vengan para que vean cómo es que
¿Te fijas? ¡Son muchos los que desean eso!
pelean los federales, pedazos de maricas...!
¡Vamos corneta! ¡Zafarrancho de combate y
FRANCISCO: ¡Me dijo que puede fabricar lanzas!
adentro!
OLEGARIO: ¡Es un palo de hombre ese herrero! (Cantando):

VICENTE: ¿Hay balas? Cuando la perica quiere


que el perico vaya a misa
FRANCISCO: Sí. se levanta bien temprano
y le plancha la camisa.
(Saca un pequeño bolso de lona con balas).
Un poco, por ahora. Ay, mi perica
alza la pata
VICENTE: (Tomando un Máuser y cargándolo). para ponerte
Ya voy a estar probando uno.. . las alpargatas...

195
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VICENTE: Esta noche no dormimos. . .Cuando llegue, VICENTE: Habrá que llevarse un pico y una pala.. .
seguro que le coge por cantar como la vez pa-
sada. . . FRANCISCO: Los pediremos pi estados al sacristán, es amigo
mío.. .
OLEGARIO: i Pobre vieja! A estas horas quizás ni ha comi-
do.. . (Al fondo, cerca del árbol se oye de nuevo la voz de
Brusca).
VICENTE: Le he guardado arepas y café, algo es algo,
aunque creo que ya no tiene estómago.. . BRUSCA: (Con palabras violentas).
iQué hombres van a ser ustedes, deberían
usar fustanes y pantaletas. . .! Hombre con
FRANCISCO: (Envolviendo de nuevo los chopos en la paja y la cobi- cuatro riñones es Zamora.. .
ja).
Vamos a guardar esto, hay que conseguir man- VOZ DE HOMBRE II: iAhora vas a saber lengua sucia lo que es estar
teca para engrasarlos bien y tenerlos listos. metiéndote con la autoridad! Diez días de
calabozo te vamos a echar para que te limpies
VICENTE: (Preparando debajo de los haces de paja un escondite esa boca. iAnda, camina para la Jefatura, vie-
para las armas). ja cochina!
Con estos tres chopos solamente no vamos a (Los muchachos se alarman).
hacer nada.. .
OLEGARIO: Parece que se ha metido con gente del gobier-
FRANCISCO: Mañana tempranito traeré otros, me los ofre- no.
ció la negra Rosa, la que vive por la quebrada
de arriba. . .Los enterró cuando supo que los FRANCISCO: (A Vicente).
peces gordos se habían entendido a espaldas iCubre bien las armas!
de los patas en el suelo.
(Vicente amontona leña sobre las cobijas debajo de
OLEGARIO: Y debe tener muchos, pues por esos lados se las cuales se encuentran las armas).
peleó bastante...
BRUSCA: ¡ Ja, ja, ja! iNo me hagan reir! iQué autori-
FRANCISCO: Con los que ya tenemos, los otros fusiles que dad van a ser ustedes! i Un par de zánganos sí
nos dé Rosa y las lanzas que haga el herrero, son! iYo los conozco bien! ¡Oligarcas hijos
hay para armar unas cuantas guerrillas. . .Des- de perra!
pués el gobierno mismo será quien nos pro-
porcionará más armas... VOZ DE HOMBRE I: ¡Camina vieja loca! iEn la Jefatura hay agua
(A Vicente). bastante para bañarte! iEs lo que necesitas,
agua fría y palos!
Si quieres me acompañan mañana, pues tal
vez hay que abrir un hueco grande donde la
BRUSCA: iNo me toques Serafín con moquillo! , ¡No
negra.. . me toques porque te capo! iSué rtlei -irjo"
/ %)' <-
/ tse
i ..9 197 ,
la grandísima Sayona! i Suéltame porque si no flojas! iY que capturarme a mí! iYo soy
te voy a arañar en el cielo de la boca! iAy! Brusca, la Rompe Fuegos! iEl clarín de la
iAy! tropa federal y aquí tienen a mis hijos, for-
mando la mejor guerrilla del llano! iHáganlos
(Se oye corno si golpearan a Brusca).
comer tierra! i Ja, ja, ja!
OLEGARIO: iParece que golpean a la vieja!
FRANCISCO: (Desde el boquete):
(Se asoma por el boquete de la izquierda). ¡Pártanle el alma a esos atropella mujeres!
iAh! iSon el Comisario y su compinche! (Brusca va a ir a la pelea pero Vicente quien llega jun-
iAhora van a saber lo que es bueno! to a ella la detiene).
(Toma un leño y sale rápido por el boquete de la de-
recha que hace de puerta).
BRUSCA: iYa corren! i Ja, ja, ja! iNo son ningunos
pene pen. . .!
VICENTE: (A Olegario). (Vicente toma con suavidad a Brusca y la hace cami-
i Voy contigo! nar hacia la derecha. Olegario los alcanza. Oscuro
sobre ellos).
(Busca con qué amarrarse y torna otro leño).
i Hace tiempo que tengo ganas de arrancarle la FRANCISCO: (Volviendo cerca del fogón).
cabeza a ese guapetón! iNo hace sino provo- i Esos no volverán a poner sus pies por aquí!
car a la pobre loca! (Por la tronera de la derecha llegan. Vicente, Bruscay
Olegario. Brusca camina con dificultad y se soba una
(Sale detrás de Olegario. Francisco trata de que las
cadera. Olegario trae el machete del Comisario).
armas estén bien escondidas y luego se asoma a la tro-
nera de la izquierda).
OLEGARIO: iLas autoridades tocaron retirada! iEl Comi-
sario dejó esto!
OLEGARIO: (Afuera y acercándose al árbol y el muro detrás del
cual están Brusca, el Comisario y el policía). (Muestra la peinilla).
iDejen a la vieja, pedazos de sinvergüenzas! iGuapo el hombre, ni se volteó para saber
quiénes le pegaban!
COMISARIO: i La autoridad se respeta!
FRANCISCO: (A Olegario y señalando la peinilla).
VICENTE: iQué autoridad de mierda! iDale duro Olega- iNo dije que el gobierno nos proporcionaría
rio que ese es de los que les gusta golpear a los más armas! No voy a devolverla, la escondere-
presos! mos con los chopos.. .
(Quita la peinilla a Olegario y la esconde bajo la cobi-
(Se oye ruido de pelea. Brusca aparece retrocediendo.
ja. Brusca ve la operación).
Queda en el centro escénico).
BRUSCA: Hay que llevarle a Zamora el parte de esta
BRUSCA: iPor las nalgas para que se le pongan flojas es
batalla. . .E1 enemigo en fuga y su armamento
que debes darle! i Ja, ja, ja! ¡Oligarcas nalgas
en poder de nuestras guerrillas. . . iAy!

198 199
(Sobándose la cadera).

Creo que me rompieron un hueso. . .Pero ila VICENTE: (A Brusca).


victoria nos alumbrará! Déjame abrirte el vestido por detrás para darte
la soba. . . aún hay algo en la botella.
(Alucinada parece mirar, silenciosa, la batalla. A lo
lejos se oye una canción semejante a un Himno. Entre (Brusca se queda quieta. Vicente le desabotona algo el
tanto los muchachos se mueven en silencio. Canta). vestido por detrás y comienza a sobarla con el menjur-
je de la botellita).
iCampesinos! Corramos, volemos
a la Patria sacar de la tumba OLEGARIO: (A Francisco).
y que el fiero oligarca sucumba ¿Y si cojemos el monte, qué hacemos con
bajo el peso de amargo penar.. . ella?

VICENTE: (Extinguida la canción y sentando a Brusca con cuida- VICENTE: iYo opino llevarla!
do en el taburete).
Así le hacía a mi mamá cuando tenía dolores FRANCISCO: Yo también, en el pueblo nadie la cuidaría. Y
por tanto trabajar en el conuco... más con lo que pasó ahora con el Comisario y
(Calienta junto al anafre la botellita).
ese policía. . .La vieja se moriría de hambre ...

OLEGARIO: (A Brusca). OLEGARIO: (Haciendo que Brusca coma).


Esos no volverán a pegarte nunca en su vida. No hay que dejarla sola..
Anda, come algo.. .
VICENTE (A Brusca).
(Ofrece a Brusca una arepa y café).
Oye, vieja, ¿te irías con nosotros bien lejos de
BRUSCA: (Enérgica y rechazando lo que se le ofrece). aquí?
Cuando hay guerra no se puede pensar en
BRUSCA: (Colérica).
comer. . .A ustedes no les gusta sino hartar-
se. • . ¿Quién ha dicho que se pelea bien con la ¿Irme de aquí? ¿Quién quiere irse? iAhora es
barriga llena y eructando? ¿Ustedes son mis cuando comienza la gran batalla y el que se
hijos o los señoritos esos que se las echan de vaya no es sino un desertor!
federales?
(Se pone de pie con violencia).

OLEGARIO: iHay que comer, vieja, para tener fuerzas! ¿Tengo yo hijos desertores? Oiganme bien, al
de ustedes que deserte lo hago fusilar. . .Y su
BRUSCA: Lo que deben hacer es curarme para regresar a padre me dará la razón, porque él tampoco
la trinchera, el ataque grande va a comenzar quiere hijos correlones. . .
ahora mismo. . . ¿No oyen los clarines tocando
a formación de combate? VICENTE: (Tratando de sentarla de nuevo).
Quédate tranquila, vieja. . .Siéntate.
200
BRUSCA: (Más colérica aún). los oficiales técnicos con que cuenta Zamora.
¡Yo sé quienes desean desertar! A Zamora se Los campesinos son buenos para guerrillas y
lo he dicho.. . escaramuzas, pero no para enfrentarse a cuer-
pos organizados de tropas bien armadas. . .!
(Oscuro sobre los jóvenes. Cenital sobre Brusca).

OFICIAL I: i Eso es una gran verdad!


BRUSCA: Son los camelones de siempre, los que se fin-
gen liberales para aprovecharse de la sangre (Brusca se acerca a ellos moviendo una vieja cantim-
del pobre y luego traicionarlo. . .Yo sé lo que plora de estaño. El oficial I la advierte. Pide a su acom-
preparan. . .Y Zamora lo sabrá. . .Compren- pañante que guarde silencio).
den que si esta batalla de Santa Inés se gana,
¡Chiss! ¡Chisss!
los ricos están perdidos. Vendrá el gobierno
del pueblo y los que ahora están arriba ten-
BRUSCA: ¡Aquí está la cantinera con agua y ron! ¡El
drán que bajar los lomos.
agua da sapos en la barriga mientras que el ron
(Oscurecimiento lento. Se oye un redoble de tambor
infunde bríos! ¿Qué prefieren los oficiales. . ?
mientras se ilumina un rincón del campamento fede- ¡Ah, son ustedes los señores ricos que nos
ral. Dos oficiales junto a una fogata semi apagada con- acompañan! ... ¡Bravo! ¿Qué toman?
versan con cierto sigilo).
OFICIAL I: ¡Agua!
OFICIAL I: Eso debemos tenerlo claro, si Zamora vence
con su plebe de campesinos a ese gran ejército OFICIAL II: ¡Yo lo mismo!
gubernamental que nos sigue podrá hacer lo
que quiera. . .Aplastará a la oligarquía, tomará BRUSCA: iHumm! ¡Militar que no beba ron, fume ta-
el gobierno. . .Pero también a nosotros nos baco y le gusten las faldas y d joropo, está
tendrá en sus manos.. . mal. . .! ¡Tendrán que acostumbrarse!
(Tras de ellos, silenciosa, aparece Brusca. Se detiene (Les sirve).
y escucha).
¡Lo que viene mañana es gordo. . .! ¿Cuántos
OFICIAL I: Y en vez de utilizarlo a él, él nos habrá utiliza- hombres del gobierno nos siguen?
do a nosotros para elevar a su populacho.. .
i ¿Y entonces?! OFICIAL I: ¡Muchos miles!

OFICIAL II: i Eso hace suponer que será más peligroso BRUSCA: ¡Ay mi madre! ¿Y creen que ganaremos?
para nosotros ganar la batalla que perderla!
OFICIAL II: ¡No hay que confiarse! ¡Traen muchos caño-
OFICIAL I: ¡Por supuesto! ¡Zamora no admitirá térmi- nes y jefes duchos que han estudiado en el
nos medios! exterior. . .!

OFICIAL II: ¡Quizás no se gane! ¡Machetes y chopos vie- BRUSCA: ¡La Virgen del Carmen nos ampare!
jos no hacen milagros. Además somos pocos
OFICIAL I: ¡Yo en el pellejo de Zamora, no daba batalla general Zamora, les formaría consejo revolu-
en este lugar, puede ser un sacrificio inútil! cionario y los fusilaría. . .No se puede triunfar
con enemigos ocultos en nuestras propias filas.
OFICIAL II: (A Brusca directamente).
i Es bueno que eso se sepa entre las guerrillas ZAMORA: (Sonriendo).
y los rasos, pues los únicos contentos si pelea- Por algo te llaman la Rompe Fuego...
mos serán los zamuros. . .! Por mi parte ten- (Señalando el mapa que tiene sobre la mesa).
dré mis caballos listos.. .
La oligarquía está perdida... Su único y gran
iMe está dando miedo ir. . .! ¿Hay peligro en- ejército ha caído en la trampa que le he pues-
BRUSCA:
tonces de que esos oligarcas nos.. . to. Mañana, después de la batalla no habrá
sobre esta tierra sino un sólo y gran ejército,
(Hace gestos de que le cortan el cuello). el de los campesinos. . . Luego nos uniremos
con la gente humilde y pobre de las ciudades
OFICIAL I: ¡Es posible! ¡Por lo menos a los que agarren! y comenzará el gobierno del pueblo. . . . ¡Los
que sueñan con traiciones quedarán burlados!
BRUSCA: ¡El gran poder de Dios me salve! ¡Yo no
quiero transformarme en cadáver todavía...! BRUSCA: Eso lo piensa usted con su cabeza. . . pero esa
i Lo mejor es avisar eso! cabeza pueden hacerla caer.. .

OFICIAL I: iDebes hacerlo rápido! i Para dar batallas ya ZAMORA: ¡No se atreverán! ¡Además ese gran fuego
habrá tiempo! i Corre a la tropa! que se ha encendido no podrán apagarlo tan
fácilmente. . .!
BRUSCA: ¡Eso haré!
BRUSCA: Es cierto, pero muchos sabemos que no hay
(Se va. Oscuro. Segundos después una luz difusa gris más caudillo que piense en el pueblo como
violeta se enciende en un ángulo del Cuartel General piensa usted. No hay quien tenga su capacidad
de Zamora. Este se halla de pie sobre unos escalones, militar. .. No hay quien odie la oligarquía y
hace silueta contra el fondo. Brusca sale de la oscuri- ansíe la justicia con tanta fuerza como usted...
dad y avanza hacia él, deteniéndose al pie de los esca- No hay sino los campesinos y usted y esa es la
lones). desgracia.

BRUSCA: Estos ricos con trajes de mendigos que nos ZAMORA: ¿Por qué?
acompañan se entenderán con los jefes enemi-
gos y con todos los potentados que están por
BRUSCA: Porque este fuego de justicia que marcha por
detrás. Mis guerrilleros han sorprendido con-
versaciones. Yo misma los he oído esparcien- campos y caminos pueden detenerlo con una
do rumores de que esa gran fuerza que nos si- bala... con una sola bala...
gue nos derrotará. . .Algunos hasta preparan
caballos y mulas para desertar.. .Yo en su lugar, VOZ DE ZAMORA: No la dispararán.. .
VOZ DE BRUSCA: Quién sabe... No se confíe... la culebra sabe (La luz comienza a extinguirse mientras Vicente tam-
usar su oculto veneno... bién se acuesta en el suelo).

(Oscuro. La luz se enciende lentamente en la escena


Fin del Segundo Acto
anterior)

BRUSCA: (Hacia los jóvenes).


La oligarquía es una serpiente enroscada en ACTO TERCERO
torno del pueblo... Y Zamora lo sabe ... Y le
aplastará la cabeza...Todos lo ayudaremos a
hacer eso. ¿Quién es el que no va a ayudar? A la derecha el mismo cobertizo que sirve de albergue a los jóvenes y Brusca.
¿Hay algún cobarde aquí que quiera irse para Al fondo la vivienda del viejo comandante significada por una ventana de rejas
y junto a ella colgada una espada. Hay un taburete de cuero en el cual está
no pelear?
sentado, grave, pensativo, el viejo comandante.
(Los mira uno a uno)
A la derecha, diagonal, una pared en ruinas con un boquete que permite ver a
El que tenga la barriga floja de miedo que lo alguien que se asome por detrás. Tras la pared un árbol seco.
diga...
(Al iniciarse la acción hay luz nocturna. Al fondo, el
FRANCISCO: Nadie piensa en irse, vieja. viejo comandante medita. Llegan Teresa, Begoña,
Rosalía y el Perro. Teresa se adelanta unos pasos
mientras los otros se detienen y miran al Comandante
BRUSCA: iAsí me gusta!
con admiración y respeto).

OLEGARIO: (Suavemente)
COMANDANTE: (Quien hasta ese momento ha estado abstraído en sus
Ahora vamos a dormir todos para estar maña- pensamientos).
na bien dispuestos.. . ¿Qué buscan? ¿Por qué han entrado hasta
aquí? i Ya ni perros que vigilen quedan en
BRUSCA: Eso es. . .Y en lo que suene la diana todo el
esta casa!
mundo con sus armas para las trincheras... Ja,
ja, ja... el enemigo no sabe lo que le espera.. .
TERESA: i Deseamos que nos dé un informe!
(Vicente la toma con cuidado y la lleva hasta un haz
de paja haciendo que se acueste, Olegario y Francisco COMANDANTE: (Turbado y con desconfianza).
también se acuestan). ¿Informar yo? ¿Acerca de qué?
Zamora ha dicho que esta será la batalla defi- TERESA: i De esa guerra donde estuvo!
nitiva, la definitiva.. .
(Alzando la cabeza) COMANDANTE: (Con ira y mirando a cada uno de los que han llegado).
Chisss. Están tocando silencio en el campa- iNo quiero que se hable de ella! iNadie en
mento. Hay que cerrar los ojos... Ah, pero no esta casa debe mencionarme esa guerra! i Lo
los dos, sino uno solo... Uno solo... he prohibido!
TERESA: (Suplicante).
BEGOÑA: (Señalando a Teresa).
Ella sólo desea saber.. . ¡Escúcheme! ¡Déjeme explicarle. . .!

COMANDANTE: (Interrumpiéndola). COMANDANTE: ¡No quiero! ¡Unicamente deseo cerrar los


¡Nada sabrá de mí! ¡Yo sólo he venido a ojos y borrarme la memoria!
morir bajo estos viejos aleros! ¡Oiganlo bien!
¡A morir! BEGOÑA: ¡Es un ruego!
(Se incorpora con dificultad).
COMANDANTE: ¡No! ¡Y deben irse! ¡He venido hasta aquí a
¡Aun cuando respiro soy un ser muerto! ¡Por esconderme de mí mismo y ustedes han llega-
eso crucé de noche el pueblo, para que nadie do a herirme y mortificarme!
me viera! ¡Háganse el cargo que no estoy aquí!
PERRO: (Avanzando hacia el Comandante).
¡Que no me han visto! ¡Además, estoy seguro
de que no soy el que ustedes buscan! ¡También yo ando huyendo de mí mismo y
tras la sombras de dos hombres!
BEGOÑA: ¡Dos de sus viejos soldados lo reconocieron
COMANDANTE: (Retrocediendo impresionado).
cuando dobló la última calle!
¡No será detrás de mí!
COMANDANTE: (Con ira contenida).
PERRO: ¡No! ¡He hablado de dos hombres!
iNunca mandé soldados sino campesinos.. .
Esta chaqueta. . .!
TERESA: (Insinuante y con dolor).
¡Comandante! ¿Nunca oyó hablar de mí?
ROSALIA: (Interrumpiéndolo). ¿De Teresa, la viuda? ¡Nací y me crié en este
¡Yo sé que usted es Cisneros! ¡Aún recuerdo pueblo... ! ¡Tenía un hijo que debió ser todo
cuando se marchó del pueblo a unirse con la mi apoyo...!
gente de Zamora! Iban muchos; tocaban tam-
bores y cantaban. Usted marchaba al frente COMANDANTE: ¡No siga! ¡Nada quiero oir de madres y de
con una gran bandera; en todos los sombreros hijos! ¡Sé que bajo el río de sangre vertida
brillaban al sol las flores de cañafístola, amari- hay otro río de soledades y de lágrimas!
llas como si fueran de oro... Lloré de alegría
mientras pensaba que muchos no volverían a
ver nunca aquellas calles que cruzaban con BEGOÑA: iY no sólo de lágrimas y soledades de madre!
tanto entusiasmo... (Grave): ¡Así fue! Yo me he quedado y me quedaré soltera. .
Un hombre me quiso y yo lo quise. . .Se fue
también queriendo tomar entre sus manos
COMANDANTE: ¡Cállese! ¿Por qué recordar a esos que no callosas la justicia. . .No sé en qué matorral
regresaron? Hoy sólo llegan a las orillas de Os- quedó tendido. Un día me trajeron únicamen-
pino largas hileras de cruces... ¡Yo las he te su franela tinta en sangre.. .
recorrido!

209
(Doliente).
iAhora me llaman la niña Begoña!
(Alto y con ira).

u
iPero yo no quiero ese nombre! iDeseaba
TEATRUL MUNICIPAL PLOIE$TI
estar algún día en la cama con Joaquín y dar-
le hijos que se le parecieran! i Pero he de dor-
mir sola siempre y mirando cómo las casas del
pueblo se deshacen en ruinas y a mí me van
brotando arrugas y achaques!

COMANDANTE: (Violento): iNo hable más!

PR1mIIRÁ EUROPEANA
BEGOÑA: (Con rencor).
iTengo muchas cosas por dentro y a alguien

CE i LASAT FORTUNA
tenía que decírselas!

ROSALIA: (Desde el fondo y temerosa).


¿Por qué no nos vamos? Será mejor ...
de CÉSAR RENGIFO
Ui. ALLi.XANDRIJ GEORGESCI1
TERESA: (Porfiada).
iNo! i Yo quiero saber la verdad! ¡Obtener la ,• t.+ .‘1719
respuesta que me alivie! i Y este hombre debe
Teresa-Olga Durnitreseu, Sks , ,GJ Eugenio, Laza, Rosalia-Mamela Marineneu
decírmela!
Codrat. Brusca -Silvia Nástase, FI Perro- Nieolae Praida, %Moral federal-Andrei
Bursael, (Biterul federal-Enlarde Popovici. Ofilerul tiligarh-atetan Pisosehi,
BEGOÑA: (Contagiada por la ira de Teresa). litetnumetitui-Fabian Gavrilutin, Olegarin-Noria Georgeseu, 1-rancho-Marius
i Es cierto! Fenezco, t Frente-Corneliu Ciupereeseu. f.enthartil-G-1, Marees Araron.
Sultlatul 1-1Viireee Hendriah, Soldan:dB-D.11~a eirlig, Alt oftier federal Victor
(Al comandante): flueureseu, tatuora-Dutnitro Palade.
i Los jefes, los que ordenaban! i Los que con-
dujeron tantos hombres a las batallas y lleva-
ban las listas de los muertos deben dar cuenta! Rapin ottistild Scenogrotia
HARItit ELIAD vrrromo HOL1TER
COMANDANTE: (Furioso a Begoña).
¿Qué quiere decir?
,r"1,415 / ,1,C5 02 Al.V"ZZ:0 5;*:(0413 1; u01-41 Toa:. Rc x :thi;e1
BEGOÑA: iAunque le duela, le repito que alguien debe
responder por los grandes males que nos han
ocurrido! "Lo que dejó la tempestad". Rumania (1978).

211
210
COMANDANTE: ¡Fui tras de una idea! ¡Cuando mis hombres OFICIAL FEDERAL: ¡Espero que no haya llegado hasta usted!
avanzaban hacia la victoria o la muerte, creía
que de nuestros sufrimientos brotaría la paz y COMANDANTE: ¡Por el momento sólo pido explicaciones!
la justicia para todos. . .! ¡Nunca me consideré
jefe sino una rama del pueblo agitándose den- OFICIAL FEDERAL: ¿Cree usted que la chusma puede mandar,
tro de su propia tempestad! administrar, dirigir, en fin, a un país en ruinas?

BEGOÑA: (Enérgica). COMANDANTE: ¿Y pueden hacerlo quienes lo llevaron a esa


¿Y qué nos dejó esa tempestad? ruina?

TERESA: ¡Eso debe preguntarse a gritos! OFICIAL FEDERAL: ¡No es esa la cuestión! ¡Cinco años de guerra
como nunca se había visto han devastado a
COMANDANTE: (A Teresa y caminando luego hacia el foro).
Venezuela! ¡Era necesario detenerla, poner
¡Así lo pregunté yo a quienes nos burlaron, a calma, sosiego. . .! ¡Y usted que es inteligente
quienes supieron aprovecharse de los huesos y debe comprenderlo bien. Se precisaba además
la sangre de miles y miles de hambrientos! evitar a toda costa que la porción más inculta
(Obscuro sobre el grupo formado por Teresa, Begoña, y menos capaz se impusiera como gobierno!
Rosalía y el Perro. Cenital solo sobre el comandante ¡Nos hemos entendido en aras de la concordia,
que camina hacia el fondo. Una luz blanca, dura, ilu- del bienestar común y para cerrarle el paso a
mina de pronto a un alto oficial federal que cubre su los desmanes de la chusma!
cabeza con un quepis amarillo. El comandante se de-
tiene, lo mira de arriba a abajo y cruza los brazos
COMANDANTE: ¿Por qué luchó entonces junto a esas chusmas
sobre el pecho).
haciendo creer que estaba del todo con ella?
OFICIAL OLIGARCA: ¡Su actitud es extraña, Comandante Cisneros!
OFICIAL FEDERAL: ¡Por la armonía! ¡Era necesario debilitar a la
COMANDANTE: ¡Le repito que no entiendo! ¡Oiga! ¡A pesar oligarquía rancia...! Y los golpes que le dio la
de las montañas de cadáveres! ¡A pesar de chusma la han debilitado, ahora tendrá que
toda la sangre derramada! ¡A pesar de la compartir, con quienes somos... digámoslo de
muerte de Zamora, a pesar de la incapacidad una vez ...hombres más liberales, su poder...
de muchos jefes que tomaron los mandos des- ¿No es un progreso?
pués, los campesinos en armas sabíamos que
el triunfo estaba en nuestras manos! ¿Por qué COMANDANTE: ¿Y la justicia? ¿Y el pan? ¿Y la tierra? ¡Fue
entonces ustedes, sus más altos generales, se por todo eso que se alzaron banderas y se de-
han entendido con los oligarcas? rramó el incendio! ¡Por alcanzar esos deseos
se han soportado llagas y espantos!
OFICIAL FEDERAL: ¡Razones políticas, Comandante!
OFICIAL FEDERAL: ¡Cálmese y entienda! ¡Sería la ruina para el
COMANDANTE: ¡Por eso en nuestras fuerzas cunde el desalien- país quitar la tierra a sus dueños legales!
to!

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(Extiende la mano. Se ilumina cerca del Oficial Fede- INGLES: i iYes!!
ral un círculo de luz. A él llega el Oficial Oligarca. Se
cubre la cabeza con un quepis azul).
COMANDANTE: i i Eso huele a traición!!
OFICIAL OLIGARCA: ¡La tierra es nuestro poder y el convenio no (Mirando por todas partes).
tocarla! iHabrá que encender los fuegos nuevamente!
i Volverá a rugir el huracán de los pobres!
OFICIAL FEDERAL ¡Pierda cuidado! iSomos hombres de honor!
(A las tres figuras iluminadas).
OFICIAL OLIGARCA: ¡Eso somos! ¿Entonces? ¿Por qué luchó i iSe los juro!!
usted contra mí? (Comienza a retroceder hacia la oscuridad).

OFICIAL FEDERAL: ¡Equivocaciones! iMe arrastró el ímpetu de OFICIAL OLIGARCA: (Al Oficial Federal).
Zamora! ¿Existe ese peligro?
COMANDANTE: (A ambos). OFICIAL FEDERAL: ¡No! iSu clarín! iSu potro! iSu centella!
¿Qué será del país tostado por la muerte? ¡Zamora, en fin ha sido muerto! ¡Yo lo vi!
OFICIAL FEDERAL Le daremos un orden civilizado. (El extranjero y el Oficial Oligarca ríen recio. Oscuro.
Segundos después luz sobre el grupo formado por
OFICIAL OLIGARCA: i Y volverán a florecer las haciendas! Begoña, Teresa, Rosalía y el Perro. El Comandante
llega junto a ellos).
OFICIAL FEDERAL: i Y con el orden prosperarán los negocios!
COMANDANTE: (Hacia el grupo).
COMANDANTE: i No entiendo! i Los muertos! i Las cruces! ¡Sabían lo que hacían y el momento cuando
¡Mi conciencia! lo hacían! ¡Ya no se podían levantar nunca
más los millares de muertos! ¡Zamora no se
OFICIAL FEDERAL: ¡Comandante Cisneros, oiga un consejo, no se pondría de pie jamás! ¡Tendrán que pasar
llega lejos poniéndose frente a uno la concien- cien años para recuperar la sangre y la violen-
cia! i El país requiere nuestros sacrificios para cia que se han ido por el caño de la muerte y
hallar la tranquilidad. . .! la traición!

COMANDANTE: i La tranquilidad sola no se levantará! BEGOÑA: ¿Quién verá eso? ¡Ni siquiera tengo un hijo,
ni un nieto.. .!
OFICIAL OLIGARCA: Cuando los extranjeros recobren la confianza
nos ayudarán. i Que lo atestigüe el distinguido COMANDANTE: iNadie tiene hijos!
súbdito de su Majestad Británica!
(Con ira).
(Se ilumina al fondo el extranjero. Viste a la usanza iNadie tiene hijos en esta tierra! ¡Sólo hav
inglesa de la época). ruinas y cruces!

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TERESA: ¿Mi hijo está bajo una cruz? ¡Dígamelo! ROSALIA: (A Teresa).
¡Debemos irnos!
ROSALIA: (Corno un quejido).
¡Es preferible que no le diga nada! TERESA: ¡No! ¡El debe saber algo! ¡Mi corazón me lo
dice!
COMANDANTE: (Mirándola como por primera vez y regresando de
algo muy lejano). PERRO: Si usted quería a Zamora debía indagar sobre
¡Ah! ¿Quién era su hijo? su muerte. . . ¿Qué supo?

TERESA: ¡Guadalupe! De niño sonreía cuando se le ha- COMANDANTE: ¡Nada! ¡Me envolvieron en mentiras!
blaba y le gustaba cantar.
PERRO: (Amargo).
COMANDANTE: ¿Guadalupe? ¡Son muchos hombres...! ¡No ¡Yo sólo deseo saber el sitio de la herida; aquí
recuerdo! ¡Cayeron tantos! tengo una bala que no disparó!
(Se palpa el bolsillo).
TERESA: ¡ El no cayó! ¡ Lo buscaron para que enterrara
a Zamora! ¡Eso me han dicho! TERESA: ¿Quién vio a mi hijo después de hacer eso?

COMANDANTE: (Impresionado). COMANDANTE: (Violento).


¡Ah! ¡Entonces él fue uno de los que abrió la ¡Yo no lo vi! ¡Ah! ¡Sí! ¡Mi corneta decía
fosa. . .! ¡Oí hablar de eso! ¡Dos hombres que cuando regresaron de hacer aquello los
con una pala y un pico bajo la tarde turbia...! encerraron en un rancho, incomunicados!
Una vez ellos anduvieron en mi tropa.. .
TERESA: ¡Siga! ¡Siga!
TERESA: ¿Sabe usted qué se hizo Guadalupe luego de
cavar aquella tumba? COMANDANTE: A medianoche sólo una mujer pudo darles
agua a través de un hueco.
BEGOÑA: ¡Haga el favor y dígalo!
TERESA: ¿Y esa mujer vive? ¿Está en algún sitio? ¿Ha-
COMANDANTE: (Sombrío). bló con ellos?
¡Aquel aciago día no peleaba yo en San Car-
los, me habían mandado a retaguardia a bus- COMANDANTE: ¡ ¡No sé!! ¡ ¡Le digo que no sé!! ¡Desapareció
car caballería! ¡No supe cuando llamaron a al enterarse de la muerte de Zamora! ¡Ah!
esos hombres ni los vi después. . .! ¡Esa bala oscura! ¿Quién la disparó?

TERESA: ¿Qué oyó decir? ¡Quiero una pista! ¡Démela! PERRO: (Impresionado).
¡Usted es mi esperanza! ¡Fue el diablo! ¡Le digo que fue el diablo!

COMANDANTE: (Sonriendo amargamente). TERESA: (Al Comandante).


¡Soy otra cruz y estoy enterrado! ¡Hable de esa mujer!

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COMANDANTE: ¡No la conocía! Solía dar agua a la tropa en la (Oscuridad total).
línea de combate y la llamaban la Rompe
Fuego.. . (Instantes después, luz en el cobertizo ruinoso. Brusca
y los jóvenes duermen, a lo lejos canta un gallo. Brusca
TERESA: i iBrusca!! i i Era Brusca!! se despierta e incorpora con sumo cuidado, constata
que los jóvenes están dormidos y luego se mueve y
(Agarrando al Comandante por los hombros) registra bajo la paja, saca un fusil, lo mira, sonríe
i ¡Vive en este pueblo!! ¡Los conocía, por eso pícaramente y lo vuelve a su sitio. Después se hace la
dormida. Vuelven a cantar gallos a lo lejos. Vicente se
les llevó agua!
despierta, ve a Brusca y procede a llamar a Olegario).

COMANDANTE: (Desprendiéndose de Teresa). VICENTE: (Tocando a Olegario y en voz baja).


¡ Quería morir sin recuerdos, pero ahora volve- ¡Ya es la hora, levántate!
rán las imágenes! ¡Cornetas! ¡Descargas!
¡Gritos en los hospitales de sangre! ¡Muertos (Le muestra a Brusca y hace señas de que guarde silen-
podridos y zamuros. . .! cio).

(Se deja caer en el taburete).


OLEGARIO: (Incorporándose).
PERRO: (Acercándose al Comandante).
¡Será bueno calentar café!
¡Y yo quiero morir sin esa incertidumbre!
VICENTE: ¡No podemos retardarnos, hay que salir del
(A las mujeres). pueblo antes de que aclare!
¡Hay que hallar a esa guerrillera! ¡Hallarla ya, (Despierta a Rafael)
rápido!
¡Rafael, alza arriba, nos vamos!
TERESA: (Jubilosa al Perro). (Rafael se incorpora. Vicente toma una cobija y la en-
vuelve).
¡Fue amiga mía! ¡Conoció chiquito a Guada-
lupe! ¡Le hablaré! ¡Le rogaré! ¡Esto para traer bien envueltos los fusiles!

BEGOÑA: (Con desaliento).


¡Será en vano, tiene el cerebro trastornado!
(Olegario recoge otra y hace lo mismo. Rafael toma
un porsiacaso y se lo tercia. Vicente vuelve a ver a
PERRO: iNo importa! i Vamos donde ella!
Brusca. Sin hacer ruido los tres salen por la izquierda.
Brusca muy lentamente se va incorporando, sonríe
TERESA: ¡Sí! ¡Vamos! ¡Dios me ayudará a iluminar su pícaramente y luego se asoma con cuidado por el bo-
razón! quete que hace de puerta. Después vuelve a acostarse.
(Sale). La luz decae hasta una semipenumbra. Se ilumina un
círculo en el fondo. Llegan un Comisario y un solda-
(El Comandante queda solo como abrumado; en la do. El Comisario carga un machete envainado y el sol-
oscuridad del fondo se oyen risas, furioso se pone de dado un fusil).
pie, saca una pistola y dispara hacia el fondo).

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COMISARIO: (A su acompañante). (Rápida saca un fusil. El Comisario al ver el fusil en
las manos de Brasca se alarma y huye. Esta monta el
¿Estás seguro de que es aquí donde lo metió?
arma y va a la tronera).
(Brusca oye, se medio incorpora, pero rápidamente se iJa! iJa! iJa! ¡Miren cómo corren a escon-
acuesta, fingiéndose dormida).
derse detrás de los árboles! Pero desde aquí
los cazaré como conejos.
SOLDADO: ¡Vi cuando traía el bulto; y que me caiga
muerto si no eran machetes! (Apunta y dispara).

COMISARIO: ¡Habrá que hacer un registro y detenerlos jun- COMISARIO: (En semipenumbra y hacia el árbol junto al cual apa-
recen el soldado y otros hombres también armados de
to con la vieja! ¡Acerquémonos!
fusil).
(Se acercan a las ruinas. Asomándose por el boquete ¡Hay que tener cuidado, la vieja tiene un fusil,
miran hacia dentro. Brusca parece que está dormida). disparen sobre seguro!
(Se esconde tras el árbol y la pared ruinosa. Desde allí,
SOLDADO: i La vieja está sola! sin dejarse ver, dispara. Brusca se medio esconde cerca
de la tronera, monta el fusil y vuelve a disparar).
COMISARIO: Es bueno buscar más gente por si acaso. Ve a
la jefatura y te traes al sargento ...Escóndanse BRUSCA: ¡Déjense ver, ratas podridas, para enviarlos al •
tras el árbol y la pared . . . Yo haré que la vieja mismo Mandinga! iJa! Ja! iJa! ¡Aquí está
salga para detenerla... Después registramos... Brusca la Rompe Fuegos!
(Brusca ha abierto los ojos pero disimula. El soldado se (Mirando hacia la estancia).
va. El comisario asoma la cabeza a través del boquete. ¡Vamos a pelear muchachos, que nuestra gue-
Brusca lo mira, se incorpora y da un grito). rrilla es invencible!
(Monta de nuevo el arma).
BRUSCA: ¡Ah! ¡Los oligarcas! ¡Hay que despertarse!
iAryiba las cabezas y cantemos!
(Busca a los muchachos con la vista. El Comisario se
esconde rápido). (Canta):

¡Ah! Ellos se fueron a buscar municiones, ¡Contra los oligarcas


pero yo pelearé sola... Ya verán... que son ladrones
vamos los federales
(El Comisario vuelve a asomar la cabeza). con dos cañones!
(Gritando hacia afuera).
COMISARIO: (A Brusca).
¡Vieja loca! ¡Ya vas a estar amarrada y llevan- ¡Hay que incendiar la sabana y que la caballe-
do agua! ría los alcance por detrás! ¡Plomo y candela
con ellos!
BRUSCA: ¡Oligarcas, culos sucios! ¡Ahora van a saber (Dispara de nuevo. Luego retrocede. Baja el fusil y ríe).
quién es la Rompe Fuegos!
i ja, ja!

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(Se oyen tiros afuera contra las ruinas). Una bala la hiere lanzándola hacia atrás con violencia.
Se tambalea y va cayendo lentamente. Afuera hay
iYa los voy a ver corriendo por esas sabanas y más tiros y gritos. Vicente aparece cerca del árbol,
buscando para disfrazarse pantaletas y fusta- con el fusil montado).
nes de mujer! iJa, ja, ja! iA los oligarcas no
les entra plomo sino en las nalgas!
VICENTE: (Gritando).
(Vuelve a acercarse a la tronera con precaución y aco-
moda el fusil. Por la entrada del cobertizo llegan los
iYa huyen! iTira hacia el camino!
muchachos apresurados e inquietos. Se detienen al ver (Junto a él llega Olegario. Ambos desaparecen tras el
a Brusca). árbol y la pared. Entretanto Brusca reacciona y trata
de incorporarse. Se oye lejos una música coral con-
OLEGARIO: i Lo que pensé al oir los tiros! fusa de un canto federal).
(Se asoma con cuidado por la tronera, Brusca lo ve y
sonríe pero sigue apuntando). (Como un rumor).

iSon pocos los que disparan para acá! iEstán " i iAvivan las candelas
detrás de los árboles, podemos sorprenderlos el viento barinés!
entrándoles por un lado. . .! ¡Vamos! ¡Avivan las candelas
el viento barinés!
(Vicente y Francisco entre tanto han sacado los otros
iY el sol de la victoria
tres fusiles y la peinilla. Dan un fusil a Olegario. Este
alumbra en Santa Inés!
lo agarra y los tres salen rápido por donde habían en-
trado. Brusca los ve irse con la cara iluminada de
¡Oligarcas temblad!
gozo). iViva la libertad!
¡Oligarcas temblad!
BRUSCA: (Gritando hacia ellos). iViva la libertad!".
¡Ahí van mis hijos! ¡La flor de las guerrillas (Llega por la entrada Francisco. Mira a Brusca herida
de Ospino! i Esos son los que pelean cantando y corre a auxiliarla. Esta apenas lo mira y le sonríe.
y con los pechos desnudos! ¡Adelante mucha- Rafael corre hacia la tronera).
chos que el enemigo huye!
(A lo lejos óyense disparos entre gritos del Comisario FRANCISCO: (Gritando hacia afuera).
y el soldado. Hay una luz difusa sobre el árbol y la iOlegario! ¡Vicente!
pared en ruinas, detrás de los cuales están escondidos (Vuelve'clonde Brusca y la semi incorpora).
los atacantes. Brusca se asoma por la tronera gritando).
iBrusca! iBrusca! ¡No es nada! ¡Ya te cura-
BRUSCA: iQue suenen los tambores remos!
y los clarines! (Busca un trapo para hacer una venda).
iQue ya los oligarcas
huelen a orines! BRUSCA: i Hay que seguir peleando!
(Lejos óyense los gritos de Olegario y Vicente entre
FRANCISCO: ¡Seguiremos, vieja!
ruidos y disparos. Brusca trata de disparar de nuevo.

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OFICIAL FEDERAL: ¡Pero una providentia lo detuvo; y ahora su
(Llegan Olegario y Vicente. Se acercan solícitos a
caballo es una sombra y su rudo clarín cobre
Brusca).
aterido; y su cuerpo una brasa ya apagada!

BRUSCA: ¡La batalla es infernal! ¡Cuántos muertos!


OFICIAL OLIGARCA: ¡Nunca más volverá a encender el alba con la
¡Pero venceremos! centella gris de su mirada!
(Inquietándose de pronto).
¿Quién me dijo que mataron a Zamora? OFICIAL FEDERAL: ¿Todo está quieto ya?
¿Quién me lo dijo?
(A los muchachos con un resto de energía).
OFICIAL OLIGARCA: ¡Sí!
iVayan al combate para que lo miren y oigan (Lejos se oye la voz de Brusca gritando).
su voz! ¿Ninguno ha visto su penacho amari-
llo y su potro? ¡Ah, todo huele a pólvora y VOZ DE BRUSCA: ¡Vuelve Zamora! ¡Ezequiel Zamora!
candela!
(Turbada por un pensamiento obsesionante). OFICIAL FEDERAL: (Inquieto y molesto).
¿Quién grita?
¡Nadie lo ha enterrado! i ¡Nadie!!
(Ronca). OFICIAL OLIGARCA: i Los pobres ...quizás quieren de nuevo volver
¡No hay ningún cadáver, él sólo descansa un a recobrar su llamarada...!
momento! ¡Mírenlo! ¡Mírenlo! ¡Mírenlo!
OFICIAL FEDERAL: ¡No hay que dejarlos! ¡No! ¡No hay que de-
(Muere. Los muchachos se santiguan).
jarlos!
(Luz sobre las ruinas de la izquierda. Bajo ellas sobre
LOS TRES A CORO: i ¡No!!
unas piedras yace el cadáver de Ezequiel Zamora. Lle-
gan el Oficial Federal, el Oficial Oligarca y el Extran- (Oscuro. Desaparecen los oficiales y el extranjero.
jero). Luz penumbrosa nuevamente sobre el mismo escena-
rio. Por el boquete aparece la cabeza de Brusca, mira
(Señalando el cadáver y con odio). hacia dentro. Un rayo de claridad cae sobre el rostro
OFICIAL FEDERAL
¡Es Zamora muerto, lo conozco! de Zamora. Los tres jóvenes llegan cerca de ella).

(Grave y resentido).
BRUSCA: ¡Sabía que estaba aquí!
OFICIAL OLIGARCA:
¡Una vez ardió como una llama! iY a todos
OLEGARIO: ¡Nunca pensé verlo muerto!
los de arriba nos quemaba!

¡Pretendía la tierra para darla a quienes con BRUSCA: ¿Muerto?


OFICIAL FEDERAL:
violencia la buscaban! (Da vuelta y entra a las ruinas seguida por los jóvenes).
Han dicho que una bala lo derribó para des-
OFICIAL OLIGARCA: iY quiso arrebatarnos con la tierra, títulos, concertarnos, para que nos declaráramos en
honores, posiciones!
225
derrota... Chiss ...Chiss ...Hay que dejar que
crean eso; deben ignorar que él sólo descansa
en estas piedras...

OLEGARIO: iHay sangre bajo sus cabellos!

BRUSCA: ¡El cielo que está rojo lo ilumina!

VICENTE: ¡Quizás hay una herida!

BRUSCA: ¡El es fuego y tormenta! ¿Qué bala puede


herirlo?

RAFAEL: i El cuerpo es ya de piedra!

BRUSCA: ¡Yo les digo que sólo está.dormido! ¡Lo digo


y lo diré porque es lo cierto! ¿Lo oyen? ¡Bas-
tará que lo pongan en su potro y resuene un
clarín alto y violento para que toda su pasión
despierte y sobre la llanura vuelva cl fuego!
i Hay que cargarlo! ¡Arriba! ¡Vamos!
(Los muchachos tornan a Zamora en peSo y lo cargan
sobre sus hombros).

BRUSCA: ¡Mucho les pesará, porque es un árbol con pá-


jaros, raíces, tempestades...! ¡Yo los ayudaré
con mi esqueleto! iA la sabana! ¡Vamos!
¡Donde miles de brazos nos esperan!
(Gritando hacia afuera mientras los jóvenes caminan
con Zamora en peso).

¡Oigan! ¡Oigan todos! ¡Alcen en alto las ban-


deras! ¡Que redoble un tambor y traigan por
la brida un potro de pólvora y tormenta, por-
que Ezequiel Zamora ya despierta...!

(Grita afuera).
iY que venga el coro de los vientos! ¡Y el de
la madrugada enrojecida! ¡Porque ya mi Eze-
"Lo que dejó la tempestad". La Compañia Nacional de Teatro (1985)

227
quiel va con el pueblo y hay una tempestad
por los caminos!

(Salen fuera de escena. Lejos óyese en crescendo el


rumor de la canción coral):

" iAvivan las candelas


el viento barinés!
¡Avivan las candelas
el viento barinés!"

(Toda la luz va declinando. En el fondo se ilumina el


grupo del prólogo en torno a la tumba de Brusca con
su cruz amarilla. Todos se santiguan en silencio. Lejos,
como un eco, óyese la voz de Brusca).

VOZ DE BRUSCA: (Lejos).


¡Zamora! iEzequiel Zamora! ¡Ya en mis ma-
nos está tu llamarada!

(Todos los del grupo vuelven los rostros hacia la voz


mientras cae el telón).

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