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2- Modelo de contrato de corretaje

Entre los suscritos a saber: ... .. y .,.......... ..., personas mayores y vecinos de .............. .
identificados como aparece al pie de nuestras correspondientes firmas, quienes para los efectos
del presente documento se designarán como EL PROPONENTE y CORREDOR respectivamente,
hemos convenido en celebrar un contrato de corretaje(19) que se regirá por las siguientes
cláusulas especiales:
PRIMERA: EL PROPONENTE consigna (o entrega) a EL CORREDOR el siguiente bien (mueble o
inmueble), con el objeto de promover su venta y obtener las mejores ofertas posibles dentro del
mercado.
SEGUNDA: Las características del inmueble objeto del presente contrato son las siguientes:
................ (especificarlo, determinarlo e identificarlo).
TERCERA: En desarrollo del presente contrato, EL CORREDOR podrá:
Ofrecer el bien en venta por cualquier medio publicitario, incluso prensa, radio, televisión, revistas o
boletines especializados o por cualquier otro que EL CORREDOR considere adecuado, corriendo
por cuenta de EL PROPONENTE estos gastos en caso de no celebrarse la venta o la promesa de
compraventa por intermedio de EL CORREDOR.
Exhibir el bien a los posibles compradores haciéndoles conocer las condiciones de negociación.
Ejecutar todas las demás actividades que considere necesarias para realizar y cumplir con su labor
de intermediación.
CUARTA: EL CORREDOR se obliga a:
Poner al servicio de EL PROPONENTE los medios de los cuales dispone para ejecutar el objeto
del presente contrato.
Comunicar a EL PROPONENTE las circunstancias conocidas por él, que en alguna forma puedan
influir en la celebración del negocio.
QUINTA: Constituyen obligaciones de EL PROPONENTE:
Pagar a EL CORREDOR la comisión estipulada en el presente contrato.
Abstenerse de realizar gestiones encaminadas a la celebración de los contratos de compraventa o
promesa de compraventa sin intermediación de EL CORREDOR.
Pagar a EL CORREDOR los gastos de publicidad en caso de no realizarse la venta o la promesa
de compraventa por intermedio de EL CORREDOR.
Suministrar a EL CORREDOR toda la información que le solicite de una manera clara y veraz.
SEXTA: La remuneración por las gestiones realizadas será del .... ... .. por ciento (....%) sobre el
valor total de la venta del bien. EL CORREDOR tendrá derecho al pago pleno de la remuneración
aquí establecida, en el momento en que se firme el contrato de compraventa o el documento que
haga sus veces.
SÉPTIMA: Son causales de terminación del presente contrato las siguientes: Por. el cumplimiento
de su objeto con la realización del negocio encomendado.
Por renuncia de EL CORREDOR, la cual será notificada por escrito a EL PROPONENTE con .........
días de anticipación.
Por decisión de EL PROPONENTE, la cual se comunicará igualmente por escrito y con ............
días comunes de anticipación.
Por destrucción o pérdida total del bien.
OCTAVA: El contrato que por este documento se celebra tiene el carácter de exclusivo.
Se suscribe el presente contrato por las partes intervinientes, en dos ejemplares, uno para cada
parte, en la ciudad de ............. a los ..............días del mes de .................. del año ........
EL PROPONENTE EL CORREDOR
.................. ........................

(19) Bajo el nombre de corredor o mediador, como se le conoce en otras legislaciones se comprende la persona que se
interpone profesionalmente entre la oferta y la demanda para facilitar o promover la conclusión de los contratos.
La función del mediador o corredor es conocida ya en el derecho antiguo, y sus primeras huellas pueden descubrirse en el
Código de Hamurabi, si bien no hay fundamentos para afirmar que entonces haya tenido carácter mercantil. Pero como
actividad especifica del comercio se organiza tan sólo en el derecho mercantil mediterráneo de la edad media, aunque con
caracteres distintos de los actuales. En la organización del comercio moderno, el corredor aparece como un colaborador del
comerciante, cuya actividad se dirige a buscar interesados en contratar. No siempre el que desea vender sabe o quiere o
puede encontrar compradores, y no siempre el que desea comprar se encuentra en condiciones de dirigirse a los que
ofrecen lo que él necesita. hay personas que por su conocimiento de los mercados se encargan de efectuar las
negociaciones preliminares que necesariamente preceden a todo contrato de alguna importancia; y cuando han aproximado
las voluntades de los contratantes, allanando las dificultades y procurando el acuerdo de que los interesados concluyen
directa y personalmente el negocio. De tal modo ahorran tiempo y esfuerzo con su labor de intermediación, por lo cual
tienen derecho a cobrar retribución. Los corredores no concluyen los contratos que interesan a sus clientes, sino que se
limitan a promoverlos o facilitarlos; pero su actividad intermediadora constituye el contenido de una prestación que el
corredor debe a su comitente en virtud de una relación o de un contrato de mediación o corretaje, distinto y autónomo
respecto del contrato de cuya promoción se ha encargado."
El corredor no representa a las partes que han de celebrar el negocio jurídico a cuya conclusión coopera con su
intermediación, sino que simplemente aproxima a los interesados y les facilita el camino para su entendimiento. Tampoco
celebra él dicho negocio jurídico, el que queda perfeccionado con la intervención directa de las partes contratantes. Por
consiguiente, el corredor no es un mandatario.
Tampoco es un comisionista. Éste actúa en nombre propio pero por cuenta ajena, y celebra personalmente el negocio
jurídico asumiendo la investidura de un mandatario sin representación. El corredor no es mandatario.
No debe confundirse la actuación del corredor con la del nuncius.
Su actividad no se limita simplemente a trasmitir un mensaje o ser portador material de una declaración de voluntad, sino
que debe agregar su propia iniciativa personal para aportar elementos de conocimiento útiles a las partes aportantes,
aconsejadas y sugerir soluciones para allanar dificultades.
El corredor no es un gestor de negocios, pues no concluye personalmente el negocio que interesa a las partes, aunque de
él hubiese partido la iniciativa de proponerlo.
No es tampoco un locador de servicios, porque no presta su trabajo sino el resultado de su trabajo, el opus inmateriale
consistente en promover y facilitar la conclusión directa y personal de un contrato entre las partes interesadas.
El corredor se compromete ante las partes a obtener la concertación de un contrato que a ella interesa, percibiendo una
retribución calculada sobre el resultado final de su actuación, es decir, condicionada a que dicho contrato se concluya.
Sin entrar en detalles que correspondan a un estudio del contrato, baste señalar aquí que el corretaje es un contrato
consensual, bilateral, no formal y oneroso.
Dentro de la temática del corretaje habrá de observarse igualmente que la comisión es la contraprestación del servicio de
intermediación que presta el corredor. De allí se desprende un principio importante, según el cual el corredor no tiene
derecho a la comisión si la operación se realiza sin su intervención.
Pero ese principio no puede aplicarse sin un análisis detenido de las circunstancias de cada caso, porque bien puede
acontecer que la intervención no sea directa sino indirecta y si ella tiene la calidad de necesaria y determinante del negocio,
general el derecho a la comisión. Tal sucede en el caso en que por el fenómeno de la novación un nuevo contrato sustituye
el contrato en que intervino directamente el corredor. De donde, la extinción por novación que hagan los contratantes cuyo
vínculo surgió en virtud de la mediación eficaz del corredor, no enerva el derecho de éste para percibir la comisión
convenida. A igual conclusión se Llega en el caso de una cesión de derechos, realizada por uno de los contratantes
intermediados por el corredor, y que en últimas Lleva a la celebración del negocio perseguido, entre el otro contratante
intermediado que autorizó expresa o tácitamente la cesión y el cesionario del contrato inicial, que tiene precisamente la
calidad de causahabiente a título singular de los derechos en el contrato o negocio proyectado.

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