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JOSÉ MARIA ARGUEDAS Y LOS PROBLEMAS SOCIALES

José María Arguedas fue un hombre que con sus escrituras (obras)
produjo algo más que del hecho de leer y comprender ha tenido el gran
poder de influir en mi personalidad, fortaleciendo mis valores que las
tenía abandonados, como también reprimiendo mis sentimientos.

Es hora de esclarecer las raíces de estos cambios, aunque algunos


piensen que nada de ello es cierto, diré que los años no pasan en vano,
al contrario, la lectura de estas obras me hace ver con mayor claridad
nuestra realidad en la que a diario nos movemos con las ansias de
esperar que el siguiente año será diferente.

Empezaré mencionando a “Ríos profundos” que al principio me fue


dificultoso entenderlo, pero el sentimiento patriota del protagonista, la
llena de vida más lo que existe en su interior me conmueve.

Tiene hondas raíces autobiográficas. Ernesto, su protagonista y


narrador en primera persona, es hijo de blancos, pero sus primeros
años transcurren en una comunidad india, cuyo mundo primitivo, puro,
sumergido en la naturaleza y entretejido de magia, será
constantemente el refugio de sus recuerdos y nostalgias.

El título de la obra alude a la profundidad de los ríos andinos, que nacen


en la cima de la Cordillera de los Andes, pero a la vez se refiere a las
sólidas y ancestrales raíces de la cultura andina, la que, según
Arguedas, es la verdadera identidad nacional del Perú.

Esta novela marcó el comienzo de la corriente neoindigenista, pues


presentaba por primera vez una lectura del problema del indio desde
una perspectiva más cercana.

Arguedas nos presenta el cuadro social y las complejas relaciones que


se dan entre los estratos sociales de la región andina, donde se
evidencia la opresión del indígena por parte del terrateniente, en
concertación con las autoridades de la comarca, cuadro en el que el
Estado, aparte de tener una presencia débil, está allí para convalidar
las acciones de los poderosos contra los oprimidos, Arguedas lo hace
con un conocimiento directo del asunto, es decir, a partir de sus propias
vivencias en las comunidades y haciendas. No olvidemos que él es hijo
de un abogado cusqueño, perteneciente al estrato social blanco, pero
que, por haber sido dejado por su padre en el fundo de su madrastra,
se ve confinado a vivir entre los siervos indígenas, al punto que muy
pronto se arraiga gozoso entre ellos, por la bondad y el afecto que le
brindan como si fuese otro maqt’illo más. Esta experiencia temprana le
lleva a concluir más tarde, a través de sus libros más cimeros, que el
campesino indígena es socialmente más creativo que el terrateniente,
más sabio en su relación con la naturaleza, más sagaz ante las
contingencias de la vida y más apto para resolver por sí solo los
problemas seculares nacidos de la colonialidad y del régimen de
servidumbre.

En esta obra Arguedas nos refleja la depresión de las etnias andinas


debido a la exclusión y a sus características no aprobables por parte
de otras culturas supuestamente “superiores”, resaltando el abuso, la
corrupción, el aprovechamiento y los maltratos innumerables a las
cuales están expuestos los pobladores del lugar.

La presencia de Ernesto un niño con sentimientos encontrados hacia


su humilde pueblo andino, quien a pesar de su edad trata de buscar la
igualdad destacando su gran identidad tratando de resaltar las
costumbres y tradiciones en cada rincón de los pueblos por los cuales
tuvo la oportunidad de observar y vivirlas durante los diferentes viajes
que realizó junto a su padre.
Posteriormente tenemos la obra que mereció el Premio Nacional de
Fomento a la Cultura Ricardo Palma en 1962 que viene a ser
el “Sexto” esta obra trata de un libro testimonio, que denuncia el
horror carcelario, las experiencias de un estudiante universitario
llamado Gabriel (Arguedas, recluido en el penal “El Sexto” por las
protestas de los estudiantes universitarios, noviembre de
1937- octubre de 1938). En este lugar conocerá las injustitas y demás
aberraciones que se cometen dentro de una prisión.

Al llegar al penal El sexto, es enviado al pabellón donde se encuentran


los políticos ahí conoce a los líderes de los apristas (Luis) y los
comunistas (Pedro), (Camác es un comunista con quién tiene que
compartir la celda), luego de una conversación con los líderes de
ambas agrupaciones llega a la conclusión que ninguno de los partidos
es compatible con sus ideas.

Puñalada es un asesino; jefe de unas de las bandas que existen dentro


de la prisión; este controla el negocio de prostituir a un joven llamado
clavel, la venta de drogas y otros objetos dentro de la prisión. Este y los
otros jefes de la prisión, “Rosita” y “Maraví”, desean controlar por
completo el penal motivo por el cual existe una cierta tensión entre
ellos. Gabriel descubre, sorprendido, que en el Sexto es posible hablar
sin tapujos de la situación política, expresar ideas que afuera eran
impronunciables: Pero la libertad de palabra es la única ventaja que el
mundo de adentro tiene sobre el mundo de afuera. En todo lo demás el
claustro carcelario es una pesadilla. Hay presos de tres categorías y
cada una de ellas ocupa una de las tres plantas en que se escalonan
las celdas: abajo, los vagos, asesinos y delincuentes avezados; en
medio, los ladrones y forajidos principiantes y arriba, en el último círculo
infernal, los políticos.
Arguedas describe en "El Sexto" lo peor que la sociedad haya parido,
pero a la vez resalta la esperanza de quienes luchaban por cambiarla,
sufriendo no solo la privación de la libertad sino torturas y sufrimientos.
Al margen de las menudas disputas doctrinarias que se dan entre los
presos políticos, existe ideales comunes que en determinados
momentos hermana a todos ellos: la lucha contra una dictadura
totalitaria y el deseo por implantar en el país la justicia social.
Otra de las obras de Arguedas es “Yawar Fiesta” que significa Fiesta
de Sangre, novela ambientada en el pueblo de Puquio (sierra sur del
Perú), relata la realización de una corrida de toros al estilo andino
(turupukllay) en el marco de una celebración denominada yawar
punchay, en ella se aprecia una de las costumbres más tradicionales
de las comunidades indígenas del Perú: la “corrida india”, que se
celebra todos los años el 28 de julio, aniversario de la fundación de
la Independencia del Perú. La corrida india es un evento espectacular
donde un toro debe enfrentarse, en un pampón, a unos cien o
doscientos indios a manera de toreros o capeadores espontáneos, y
del cual son parte otros elementos como la música de los wakawak`ras,
(trompetas de cuerno de toro), cánticos populares (huaynos), el
consumo de aguardiente, el uso de dinamita para matar al toro, e
incluso la muerte de muchos indios, despanzurrados por el toro.
Esta tradición se ve amenazada por una orden proveniente de la
capital, que la prohíbe pues la considera una práctica “bárbara”. Ante
la negativa de los indios para acatar la orden, las autoridades buscarán
la manera de permitir las corridas, pero “decentemente”: contratan un
torero profesional que lidiará a la manera “española”. Con ello quitan la
esencia misma de la fiesta, pero esta finalmente se realiza, imponiendo
los indios su tradición ante los ojos de los principales del pueblo.
El tema principal es la realización de la corrida de toros al estilo andino.
Temas secundarios son: la invasión de los blancos o mistis a Puquio,
los abusos y violencias de los gamonales sobre los indios, la
construcción de la carretera de Puquio a Nazca, la migración de miles
de indios a Lima.
Para concluir estas obras de José María Arguedas manifiestan un valor
social, porque muestra la heterogeneidad de razas existentes en la
educación de la escuela religiosa, refiriéndose tanto de estudiantes
provenientes de su casa como de los que permanecían en el internado.
Asimismo, narra la disconformidad y la lucha de la clase media
conformado por las comerciantes (chicheras) ante el
desabastecimiento fortuito de la sal contra las autoridades
gubernamentales y empresarios que acaparaban con fines de elevar
precios.
Asimismo, es necesario recordar que José María Arguedas fue uno de
los escritores andinos más importantes de América, que nos dejó como
legado: la reivindicación de la cultura andina o quechua, y que como
buen mestizo que era, se pueda dar la articulación entre esos dos
mundos que había en su país (el hispano en unión al criollo contra el
de origen indígena).
El insurgente.

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