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UNIDAD NO 3:

EVENTOS ESCATOLÓGICOS
Sesión No. 9
El remanente y su misión

EL MENSAJE DE LOS TRES ÁNGELES (Apocalipsis 14:6-12)

“Vi volar por en medio del cielo a otro ángel, que tenía el evangelio eterno para predicarlo a los
moradores de la tierra, a toda nación, tribu, lengua y pueblo, diciendo a gran voz: Temed a Dios
y dadle gloria, porque la hora de su juicio ha llegado; y adorad a aquel que hizo el cielo y la
tierra, el mar y las fuentes de las aguas. Otro ángel le siguió diciendo: Ha caído, ha caído
Babilonia, la gran ciudad, porque ha hecho beber a todas las naciones del vino del furor de su
fornicación. Y el tercer ángel los siguió diciendo a gran voz: si alguno adora a la bestia y a su
imagen, y recibe la marca en su frente o en su mano, él también beberá del vino de la ira de
Dios, que ha sido vaciado puro en el cáliz de su ira; y será atormentado con fuego y azufre
delante de los santos ángeles y del Cordero; y el humo de su tormento sube por los siglos de
los siglos. Y no tienen reposo de día ni de noche los que adoran a la bestia y a su imagen, ni
nadie que reciba la marca de su nombre. Aquí está la paciencia de los santos, los que guardan
los mandamientos de Dios y la fe de Jesús”.

Después de haber contemplado el triunfo de los redimidos sobre el monte de Sión, Juan
contempla a tres ángeles dando un ultimátum de advertencia al mundo, que tiene que ver con
el evangelio eterno, su contenido, el anuncio de la caída de Babilonia y las consecuencias de
adorar a Babilonia.

El mensaje del primer ángel. Juan ve “volar por en medio del cielo a otro ángel”, que
simbólicamente representa a los fieles de Dios en la tarea de proclamar el evangelio; privilegio
que Dios le ha concedido a la iglesia para hacerla participe de la gran obra de redención.

Este evangelio es denominado “el evangelio eterno”, por su inalterabilidad, pues es el mismo
evangelio que ofrece la salvación por la fe y la gracia en los méritos del Cordero de Dios. El
contenido de este primer mensaje angélico tiene dos elementos. Uno de advertencia y el otro
de consecuencia:

La advertencia es “Temed a Dios porque la hora de su juicio ha llegado”. El temor referido


aquí no está relacionado con miedo, sino con reverencia y fidelidad, muy parecidos a la
experiencia del pueblo de Israel cuando a fin de año debía comparecer ante el gran día del
juicio en el santuario terrenal.1 La diferencia está en que este juicio hace alusión a lo que
sucedería al final de los 2,300 años en el santuario del cielo, cuando Cristo como nuestro Sumo
sacerdote entraría en el lugar santísimo para cumplir con la obra de purificación predicha por
Daniel el profeta.2

La consecuencia es “adorad a aquel que hizo el cielo y la tierra…”, en otras palabras adorad
únicamente al Creador en contraposición a la bestia y a su imagen. Esto significa que si yo
temo a Dios seré reverente y fiel a su voluntad. Además debemos destacar que cuando Juan
nos pide que adoremos al que “hizó”, nos está llevando a los orígenes, y por ende al
monumento o señal recordativa de la creación que es el sábado,3 el cual la bestia cambió por
una marca de su propia distinción.

Como vemos la evangelización y el mensaje de los tres ángeles tiene que darse en el contexto
del juicio investigador. Reverencia a Dios y fidelidad a sus mandamientos son parte de la
actitud de adoración al Dios que hizo todas las cosas y en un acto de su gracia ofrece
salvación y vida eterna.

Mensaje del segundo ángel. “Ha caído…Babilonia”. Esto como consecuencia de sus propios
errores. Babilonia significa confusión y aquí se refiere a la confusión institucionalizada y
camuflada a través de la unión de iglesia y estado, y además estructurada para engañar. Tan
extraordinaria es la institucionalidad de Babilonia que “Ha hecho beber a todas las naciones
del vino del furor de su fornicación”.

Esta figura de dar de beber a todas las naciones está tomada del Antiguo testamento,4 donde a
Jeremías se le ordena que “tome la copa de la ira de Dios y de a beber a las naciones”. Esto es
lo mismo que Babilonia ha hecho con todas las naciones. Por engaño ha embriagado al mundo
con las doctrinas falsas que promueve, produciendo entre estos y Dios un estado de
“fornicación” e infidelidad en relación con el pacto que Dios estableció con su pueblo en el
principio.

El mensaje del tercer ángel: Es la última advertencia de Dios al mundo y tiene que ver con
dos aspectos: decidir adorar a la bestia y recibir su marca; y beber el vino de la ira divina. Aquí
está el punto central del conflicto como lo declaró una escritora inspirada: “El sábado será la
gran piedra de toque de la lealtad; pues es el punto especialmente controvertido. Cuando esta
piedra de toque les sea aplicada finalmente a los hombres, entonces se trazará la línea de
demarcación, entre los que sirven a Dios y los que no le sirven”.5

1 Levítico 16 “El día de la expiación” o día del juicio prefiguraba el juicio investigador que se iniciaría en el santuario
celestial al final de los 2,300 años de Daniel 8:14 o sea en 1844.
2 Daniel 8:14; 7:13,14
3 Génesis 2:1-3; Éxodo 20:11; 31:13-17
4 Jeremías 25:15-19
5 White Elena G. El Conflicto de los Siglos pp.661-664
Este es el punto de quiebre porque decidirá finalmente de qué lado del conflicto te encuentras.
Los que decidan adorar a la bestia “serán atormentados con fuego y azufre…y el humo de
su tormento sube por los siglos de los siglos”, esta última frase no está indicando que los
seguidores de la bestia estarán ardiendo eternamente, ya que lo que se quiere indicar aquí es
que el fuego y el azufre harán una consumación total tal como lo menciona Malaquías cuando
declara que el fuego “no les dejará ni raíz ni rama”.6

Pero hay un grupo que no sufre ninguno de los castigos que la ira de Dios envía, estos son los
que tienen “la paciencia de los santos, los que guardan los mandamientos y tienen la fe
de Jesús”. Aquí se destacan las características del remanente de Dios tal como lo vimos
anteriormente.7 Estos son los que pacientemente esperaron al Señor, los que a pesar de ser
minoría se mantuvieron departe de la verdad, porque los sostuvo la fe de Jesús.

6 Malaquías 4:1; Isaías 34:10-15


7 Compárese con Apocalipsis 12:17
LA DOBLE COSECHA DEL MUNDO: (Apocalipsis 14:13-20)

“Oí una voz que desde el cielo me decía: Escribe: Bienaventurados de aquí en adelante los
muertos que mueren en el Señor. Sí dice el Espíritu descansarán de sus trabajos, porque sus
obras con ellos siguen. Mire y he aquí una nube blanca; y sobre la nube uno semejante al Hijo
del hombre, que tenía en la cabeza una corona de oro, y en la mano una hoz aguda. Y del
templo salió otro ángel clamando a gran voz al que estaba sentado sobre la nube: Mete tu hoz
y siega; porque la hora de segar ha llegado, pues la mies de la tierra está madura. Y el que
estaba sentado sobre la nube metió su hoz en la tierra y la tierra fue segada. Salió otro ángel
del templo…teniendo también una hoz aguda. Y salió del altar otro ángel, que tenía poder
sobre el fuego, y llamo a gran voz al que tenía la hoz aguda, diciendo: Mete tu hoz aguda, y
vendimia los racimos de la tierra, porque sus uvas están maduras. Y el ángel arrojó su hoz en
la tierra, y vendimió la viña de la tierra, y echó las uvas en el gran lagar de la ira de Dios: Y fue
pisado el lagar fuera de la ciudad, y del lugar salió sangre hasta los frenos de los caballos, por
mil seiscientos estadios”
De las siete bienaventuranzas que existen en el Apocalipsis, una está dedicada a los fieles que
mueren en el Señor, que permanecieron fieles a la misión, que no claudicaron ni siquiera ante
la muerte. Esta bienaventuranza que en griego significa “dichoso”, “feliz”, es un estado de
intimidad que le permite a los fieles participar con Cristo en la gran obra de redención.

A continuación Juan contempla y describe una metáfora de la siega, para que los miembros del
remanente vean lo que ocurrirá a los dos grupos que actúan en el mundo.

El Hijo del hombre aparece sentado en una nube blanca, tenía una “corona de oro”, como
símbolo de su poder y su victoria, y “una hoz aguda en su mano”, como símbolo de su
derecho a realizar el juicio. Juicio que se realiza en dos actos: uno de siega y el otro de
vendimia. Luego dos ángeles salen sucesivamente del templo con órdenes específicas. Aquí la
palabra templo se refiere al lugar santísimo. El primero tiene un mensaje y anuncia: La hora de
segar ha llegado, y el Hijo del hombre realiza la siega del trigo personalmente. Esta siega de la
mies madura representa la reunión de los fieles para salvación.8

Luego sale del templo otro ángel, que viene con una hoz aguda para ayudar al Hijo del hombre
en este caso en la vendimia. Este ángel sale del altar, expresión que indica el lugar santo
donde se estuvo ofreciendo el incienso y le dice que vendimie la tierra porque las uvas ya están
maduras. Aquí las uvas representan a los infieles porque cuando son vendimiadas se
depositan en “el lagar de la ira de Dios”, donde según Joel serán destruidos los enemigos de
Dios,9 “fuera de la ciudad” esto es fuera de la Nueva Jerusalén, “hasta los frenos de los
caballos por mil seiscientos estadios”, indicando la magnitud del castigo que Dios en su
paciencia estuvo reteniendo por mucho tiempo.10

8 Mateo 13:30,41-43
9 Joel 3:12,13
10 Apocalipsis 6:9,10; Isaías 34:1-8

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