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Cuando llegamos a la vida adulta nos damos cuenta de los porqués de cada una de las cosas que

hizo nuestra mamá. Que ni se nos ocurra por ningún instante juzgarlas. Sé que hay personas que
no tienen mami, o que no tienen un bonito recuerdo de su madre biológica… Pero recuerden que
muchos que no tuvieron una madre biológica a su lado, tuvieron una MAMI… a todas esas MAMIS
deseo desearles lo mejor, por entregar cada minuto, por luchar, por esforzarse… por trabajar duro,
por desgastarse por nosotros… por sufrir y aun así seguir…
A ti mami, que has llorado por un hijo o una hija atrapados en cosas destructivas… a tí que buscas
para ellos una salida…
A ti mami, que has perdido un hijo o una hija en un acto horrible de violencia, o por una
enfermedad, o en tu mismo vientre…
A ti mami, que has visto como se agrietan tus manos, porque has luchado sola, y sabes muy bien el
significado de la palabra trabajo…
A ti mami, que vives porque tus hijos estén bien…
A ti mami, que por la ingratitud te has quedado solita, quiero decirte que no está sola… que aquí
tienes un hijo que hoy te escribe, que te escribe en nombre de tu hijo o hija que está en el cielo, o
en el hospital esperando una sentencia… aquí tienes un hijo, ya no llores por quien parece haberte
olvidado…
Amigos muchos que posiblemente no tienen a su mama… y hay mamas que no tienen a su hijo…
has sentir a esas mamas que no tienen hijo que tu estas aquí… mamas, hagan sentir a esos hijos
que no tienen mama que ustedes están aquí…
Un abrazo, un beso en la frente y una ovación PARA TODA AQUELLAS MUJERES QUE SE HAN
GRADUADO DE LA PROFESIÓN MÁS MARAVILLOSA DE ESTE MUNDO: EL SER MADRE…
Una mamá es aquel ser que con la caricia tierna de su mano cansada y aquel sana que sana colita
de rana...todo cambia de color y el dolor desaparece, la tristeza se disuelve, la nostalgia se
difumina y la alegría toma su lugar.
Sí, porque esa frase bendita tiene el poder más grande del mundo.
Es capaz de transformar la oscuridad en luz, la noche en día el llanto en risa y el hambre en siesta.
Esa mano ajada que a pesar de los años sigue tan tersa y cálida, posee el dulce encanto de hacer
desaparecer el miedo, de convertir agua y dos papas en la más exquisita sopa o un simple huevo
en auténtico caviar.
Tiene la magia de transformar harapos en trajes de novia, cortinas viejas en hermosas sobrecamas
y noches frías en gratificantes sueños.
Esa voz tierna permanente que agobia como chicharra, regaña sin condición, se complace en
torturar bañando y sonando narices frente a las visitas, observadora por el novio que la hija no le
conviene y por los tragos de anoche que en la casa brindaron o en el vecino, que no la dejaron
"pegar los ojos"; se convierte en acusadora conciencia que no da tregua en vacaciones y que no
baja el tono hasta recibir a su "Doctor" y sin rencor empieza a ensayar destemplados cánticos de
cuna para malcriar nietos y justificarlos.
Esa voz que reparte "Jesús, María y José" a toda hora y en todas las direcciones, no perdona un
pobre mi hijo, como estará, habrá comido, que estará haciendo….".
Esa voz que llora en cada bienvenida y que hace brotar lágrimas en los terminales de buses y en
aeropuertos en cada despedida, es la voz más dulce del universo.
Esa figurita menuda, cansada de cargar años, echar bendiciones, no escatima comida, cantaleta, ni
consejos, es capaz de enfrentar el mundo por su hijo, conmover jueces y derrumbar los más duros
fiscales con la potencia hídrica de sus lágrimas.
No le importa el frío si puede dar calor.
Llena su hambre viendo comer, descansa arrullando, hace suya la derrota, disfruta a escondidas y
sin alarde la victoria, pone el pecho sin importarle las balas y se asoma por entre las horas
esperando a quien no va a llegar con resignación, sin acusar al tiempo.
Es la madre... que no tiene envidia, no es jactanciosa, no se envanece, no hace nada indebido, no
busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor, no se goza de la injusticia, más se goza de la verdad,
todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta... es el amor que nunca deja de ser... es
el amor de madre, es decir... es el amor de Dios...

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