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LUIS LUNA

Para el artista Luis Luna la pintura es espontánea. Cuando se dispone a trabajar apenas
tiene una vaga idea de lo que quiere hacer. Muchas veces sabe la gama de colores que va
a emplear y casi siempre da rienda suelta a su imaginación cuando elige una frase dentro
de sus lecturas favoritas. Luna confiesa que esa frase que da inicio a alguna de sus obras
puede ser borrada una vez el cuadro vaya adquiriendo nuevas formas. Pero para él es un
punto de partida inevitable.
Es precisamente la caligrafía una de las principales características en su pintura. Siempre
ha admirado la fuerza que Goya le imprimió a sus grabados al agregarles un texto, y por
ello no duda en afirmar que la palabra y la pintura deben ir ligadas siempre. Su propósito
es darle igual jerarquía al texto y al color. Advierte que en su obra no sólo hay que mirar
el significado de lo que escribe sino el contexto pictórico en donde se hallen las palabras.
"En algunas pinturas las frases pueden representar unas líneas de división, una frontera.
Las frases van creando territorios. El espectador tiene que hacer un esfuerzo de
asociación ", asegura Luna.
Las referencias literarias que ha empleado en su obra son tan diversas que van desde
textos de Alvaro Mutis, pasando por Las crónicas de indias, hasta El libro de Apolonio del
siglo XIII. En su más reciente exposición, en la Galería Diners de Bogotá, sus pinturas
tenían citas de El Carnero, de poemas de Juan de Castellanos y de libros del médico
español Juan de Cárdenas, que vivió en México en el siglo XVII. Luna explica la elección de
sus textos: "Me encanta la literatura antigua, en especial la española, por la lógica que
maneja y porque hay ciertas cosas que uno no entiende a pesar de ser el idioma nuestro
".
Otro rasgo característico de su obra es la constante aparición del color amarillo. Según él,
es el que mejor le permite representar los paisajes desérticos que siempre tiene en
mente, "es el color con el que más cómodo me siento, el amarillo se puede volver arena
como también se puede volver oro. Tiene esa capacidad de transformarse. Me gusta su
flexibilidad y su capacidad de cambio ".
Su fascinación por el desierto y por los temas bíblicos se remonta a la exposición `Los
pinceles fugados', que realizó en Alemania hace 15 años. Desde entonces esa ha sido su
constante. No en vano decidió irse a vivir a Villa de Leiva para contemplar los paisajes
semidesérticos de la región. El rojo y el negro complementan perfectamente su propósito.
"Hay algo muy mío que se acerca a ese paisaje y a esos colores que salen casi sin
explicación cuando quiero expresarme. Yo no me he apropiado de los colores, los colores
se han apropiado de mi", confiesa el artista.
Su trabajo sobre vidrio también ha sido muy exaltado por la crítica. Luna dice al respecto:
"El vidrio para mí es como un equivalente gráfico de la pintura. Mis cuadros buscan la luz,
y el vidrio es pura luz, siempre la está transmitiendo. El vidrio le da otras dimensiones al
proceso creativo ".
Luego de su éxito en la Galería Diners la exposición, que abrirá sus puertas en el Centro
Venezolano de Cultura a partir de este 29 de septiembre, será una nueva oportunidad
para acercarse a uno de los artistas más destacados en los últimos años en Colombia.

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