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UNA LECCIÓN HISTÓRICA

LA CAPTURA DE ABIMAEL GUZMÁN

EL AÑO NUEVO DE 1992


Tuvo un sabor muy amargo para los peruanos. Los
terroristas de Sendero Luminoso habían
incrementado sus actividades criminales en la capital
del país con una intensidad y ferocidad
indescriptibles. Hasta ese momento, los principales
escenarios de la acción armada se encontraban en
el interior del territorio nacional, en particular en los
Andes. Pero luego los terroristas dieron un giro.
Perpetraban cotidianamente asesinatos selectivos,
volaban instalaciones públicas y privadas y hacían
estallar los letales “coches – bomba” en diversos
puntos de Lima. la violencia tocaba a la puerta de
los limeños e ingresaba a sus viviendas sin permiso.
Abimael Guzmán Reynoso
La intensificación del terrorismo respondía a una estrategia de inspiración
maoísta elaborada por el cabecilla Abimael Guzmán Reinoso, quien dirigía los
ataques clandestinamente desde más de una década atrás. Para la conquista
del poder, según sus manuscritos, se debían cumplir tres etapas la defensiva
estratégica, el equilibrio estratégico y la ofensiva estratégica. Para Guzmán,
las condiciones estaban dadas para pasar a la segunda fase, que implicaba
que el centro o el eje de la guerra se trasladara del campo a la ciudad. La
decisión la adoptó después del Primer Congreso de sendero Luminoso, que se
produjo entre 1988 y 1989, en una residencia de la segunda cuadra de la
avenida Buenavista, en Monterrico, a unos cuantos metros del Cuartel General
del Ejército, conocido como “El Pentagonito” (por ironía del destino, el 31 de
Enero de 1991 en esta vivienda se descubrieron evidencias efectivas de la
existencia de Guzmán y su cúpula, que luego conducirían a su captura).
El propio Guzmán describió cuál era su idea: aumentar la violencia en la capital
para provocar una reacción más violenta e las fuerzas del orden: “Pensamos
que al potenciarse la guerra popular tiene que dar necesariamente una
elevación de la guerra contrasubversiva y va a tener como centro el genocidio y
esto nos va a llevar en perspectiva al equilibrio estratégico”, declaró en la
llamada “Entrevista del Siglo”, publicado por el pasquín terrorista El Diario, el
24 de Julio de 1988.

Abimael Guzmán esperaba que, frente al terror senderista, el Estado


respondiera de la misma forma. Y precisamente esa fue la línea que eligieron
el ex presidente Alberto Fujimori y su asesor Vladimiro Montesinos, quienes
con la cúpula del Ejército optaron por la fórmula del crimen selectivo que
perpetraría el destacamento Colina, compuesto por oficiales y agentes del
Servicio de Inteligencia del Ejército (SIE).
Pero en la Dirección contra el Terrorismo (Dincote), de la Policía Nacional, se
apostaba más bien por las operaciones de inteligencia antes que por la
eliminación selectiva de sospechosos senderistas. Fue así como se creó el
Grupo Especial de Inteligencia (Gein) el 5 de marzo de 1990, al mando del
entonces mayor PNP Benedicto Jiménez Bacca.

El Gein cambiaría el curso del conflicto iniciado el 17 de mayo de 1980 en


Chuschi, Ayacucho, pues aplicó una metodología elemental pero diferente al
estilo de combatir al terrorismo que pocos éxitos había logrado en más de diez
años. El Gein se propuso estudiar hondamente a la organización, comprender
la lógica de su funcionamiento y las técnicas de evasión de sus cabecillas,
pero sobre todo se infiltró en aquel submundo para identificar la ruta que los
conduciría hasta la cúspide desde donde el titiritero de la muerte, Abimael
Guzmán, dirigía la salvaje maquinaria de matar. Con el general PNP Antonio
Ketin Vidal al frente de la Dirección contra el Terrorismo, los operativos del
Gein se multiplicaron y comenzaron a cosechar información clave.

Todo empezó con una carta que una madre desesperada dirigió a la policía
porque su hijo había caído en los tentáculos de Sendero. La misiva llegó a
manos de Benedicto Jiménez y terminaría por conducir a los agentes del Gein
al inmueble de los Sauces, en Surquillo, donde se ocultaban Abimael Guzmán
y parte de la cúpula terrorista, entre ellos Elena Iparraguirre Revoredo, Laura
Zambrano Padilla y María Pantoja Sánchez.

Como habían previsto los conductores de la Dincote y el Gein, la detención de


Abimael Guzmán y de la cúpula senderista produjo el derrumbe de la
organización criminal y la desactivación de sus planes de tomar el poder por la
fuerza.

12/Setiembre/2017.

Reproducido:

Por________________________
Guillermo Vicente Peña

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