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HISTORIA DE LA LITERATURA GUATEMALTECA

La literatura guatemalteca comienza mucho antes de Colón


pisar América. La civilización Maya ya se encontraba
establecida por más de un milenio antes de aquel
acontecimiento.

Aquella cultura llegó a desarrollar la escritura, consciente o


inconscientemente reservando su lugar en la universalidad
del pensamiento humano. El aporte de las narraciones
Maya no ha influenciado tanto a la nación que conocemos
hoy en día como el simple hecho de su descendencia. A la cual generalizamos llamándole la cultura
quiché, que aun es una parte integral de Guatemala.

Encontramos dos caminos en esta rama de la literatura de Guatemala. En uno


de ellos tenemos las obras existentes que narran de la cultura quiché.

Estas obras, incluyendo el Popol-Vuh y el Rabinal Achí, han sido redactadas


desde el inicio de la influencia europea en el Nuevo Mundo hasta nuestros días.
El otro camino, aun en su infancia, es las traducciones de escrituras originales
en los templos y estelas. A donde nos llevará esta ruta, y a que profundidad,
sólo el tiempo nos dirá.

Los españoles trajeron con ellos sus ilusiones de riquezas y evangelización. De


acuerdo a la práctica utilizada en el resto de las Américas, encontramos las
crónicas y los catecismos de esa época. Son pocas, muy pocas, las obras de
aquella Guatemala que han logrado sobrevivir hasta nuestros días. Fue muy
común la redacción en latín durante aquel período.

Actualmente, la literatura guatemalteca se difunde, sobre todo, a través de los libros. Pero ello no
significa que esto siempre fuera así. A lo largo de nuestra corta historia de literatura eminentemente
guatemalteca, ésta se ha difundido por diferentes medios. Como parte de la reflexión, cabe imaginarse
que no toda las obras, ya sean de excelente, mediana o nula calidad, fueron publicadas, y que el
criterio de difundirse debió de adjudicarse a una persona o un grupo de ellas, que tenían el poder de
decidir dentro de estos medios de difusión.

Prehistoria literaria
Aunque el tema es motivo de una reflexión mucho mayor, y con tal
de no extenderse mucho en el tema, habría que referir que en
tiempos prehispánicos, la literatura debe entenderse desde un
punto de vista no occidental. Si se piensa en que las obras se
difunden por medio de un texto escrito con caracteres latinos,
entonces sería impensable sugerir una literatura precolombina.
Pero, si se piensa en un modo de escritura maya y sucesores, pues
habría que tomar en cuenta que existen documentos tangibles de
“historias”, que nos refieren que hubo algo de literatura. Sin
embargo, el modo de transmisión debió de ser no a través de un
libro. Los murales, las inscripciones en monolitos y escalinatas, los
códices, por mencionar los supuestos mayas; y luego la tradición oral que se recoge en el Pop Wuj, o
la preservación del Rabinal Achi’ a través de representaciones clandestinas, entre otros, forman parte
de una transmisión literaria ajena a un libro.
Época colonial
Se debe recordar, para avanzar en la historia, que la
imprenta vino sino hasta el siglo XVIII a Guatemala, y que
ésta sirvió para difundir comunicados oficiales de la Corona,
o catecismos de la Iglesia Católica. Es decir, el modo de
difusión continuaba con los grupos hegemónicos.
No por nada, hasta antes de la Independencia, el modo de
transmisión de literatura fue muy restringido, a manos,
usualmente de sacerdotes. Es por ello, que uno de los
primeros documentos literarios publicados en el país fue “La
tentantiva del León y el éxito de su empresa” de fray Matías de Córdova, quien realizó una fábula en
donde el felino protagonista simbolizaba a las clases insurrectas que deseaban emancipación de la
Corona, y es por ello que el fraile, desde una intención más didáctica que literaria, hace circular su
fábula para hacer entender que un león (insurrectos) no podrán sublevarse ante el hombre (grupos
hegemónicos).

Surgen los semanarios


Sin embargo, previo a la Independencia, los grupos de poder se
hallan divididos entre los peninsulares, que gozaban de las más altas
posiciones, y los criollos, que comandaban desde posiciones de
mediana decisión. Sin embargo, en poder económico se igualaban.
Es por ello, que previo a la Independencia, varios sem anarios
surgen para impulsar ideas emancipadoras.
Se saben de dos de los semanarios más famosos previo a la
Independencia: “El editor constitucional”, de Pedro Molina, que
proponía una emancipación rápida y liberal a favor de los criollos,
basándose en los derechos establecidos en la Constitución de Cádiz
(de ahí su nombre), y “El amigo de la patria”, que proponía una
liberación de España, pero en forma paulatina, sin cambiar las estructuras de poder y a favor de los
peninsulares, dirigido por José Cecilio del Valle.
Antes y después de la Independencia, los semanarios también eran la forma de difundir masivamente
la literatura. En éstos y otros periódicos, sobresalían nombres como el de Simón Bergaño y Villegas y
Rafael García Goyena. De hecho, el primero en mención se “ganó” un exilio forzado a Cuba, debido a
sus poemas con alusiones independistas. Tras la independencia, la literatura era vista como una forma
de transmitir ideas políticas; surgen, además, los folletines, que son novelas por entregas que salían
periódicamente en los semanarios. Hoy día, se puede aún encontrar publicaciones de las novelas de
Antonio José de Irisarri, a quien se le reconocen dos novelas por entregas: “El cristiano errante” y “La
historia del perínclito Epaminondas del Cauca”.

Época conservadora
Como se recordará, los primeros pasos de nuest ras naciones
centroamericanas fueron, sobre todo, liberales. Sin embargo, el paso
a las ideas conservadoras volvieron; en Guatemala, de la mano del
presidente Rafael Carrera.
Con ello, hubo un cambio sustancial en la literatura guatemalteca, ya
que se dieron juntos la influencia del romanticismo europeo y el
retorno a las viejas estructuras de poder de la Colonia. Como uno de
los principios del romanticismo se basaba en la búsqueda del pasado,
a los conservadores les vino como anillo al dedo esta idea, ya que
aprovecharon que los literatos buscaran en las raíces de lo colonial la
identidad.
El caso más significativo fue el de José Milla, quien además fungió como funcionario durante el
gobierno de Rafael Carrera. En torno a la figura de este escritor, se dio una serie de escritores. Ante
el analfabetismo reinante en el país, la lectura se daba a un nivel muy bajo, y siempre desde los
periódicos. El folletín novelero era la mejor estrategia para difundir las novelas, y el mismo Milla se
hizo el más leído por sus cuadros de costumbres, que eran, además, artículos periodísticos.
Sin embargo, el modo de difundir realmente la literatura fue a través de las famosas tertulias literarias,
que eran “coordinadas” por José Milla. Desde ahí, se decidía qué se publicaba y qué no. De la tertulia,
a los periódicos.

Época liberal
Como indicio fundamental de los liberales, fue un apoyo más
consciente a la educación; el periodismo creció más que con los
conservadores, y por ello la producción literaria también fue en
aumento.
Surgen más periódicos de tendencia liberal, que daban más cabida
a los jóvenes escritores que empezaban a aborrecer el romanticismo
y que estaban dispuestos a renovar la literatura. Un joven, llamado
Enrique Gómez Carrillo, se hizo famoso porque su primer texto
publicado fue una crítica en contra de José Milla, lo que le valió
muchos abucheos de la clase acomodada, pero también un futuro
brillante en la literatura.
A partir de esa fecha, era usual que los periódicos fueran el modo de transmitir la literatura. Después
vendrían editoriales interesadas en publicar, pero siempre con muchas limitaciones.
Así se entra en el siglo XX. Tener el control de las secciones culturales de los periódicos, significaba
decidir qué se publicaba y qué no. A principios de la centuria, eran Rafael Arévalo Martínez, Flavio
Herrera, Máximo Soto Hall, por mencionar a algunos, quiénes lograban impulsar a los nuevos
escritores editando poemas y cuentos dentro de las páginas literarias.
A medida que fueron pasando los años, los nombres de César Brañas y David Vela, en el desaparecido
El Imparcial, y Alfonso Enrique Barrientos, en La Hora, fueron referidos como los impulsadores de las
letras guatemaltecas.

Revolución
Sin embargo, en el intermedio del siglo, como se sabe, la
Revolución de Octubre y sus gobiernos, intentaron cambiar el
panorama de todo cuanto existía en Guatemala, entre ello la
literatura.
El gobierno de Juan José Arévalo creó la Editorial José de Pineda
Ibarra y la del Ministerio de Educación Pública, las cuales
buscaban impulsar las letras nacionales.
Sin embargo, este período de auténtica democracia duró muy
poco para las urgentes necesidades nacionales, y el panorama
para la literatura continuó casi igual en todo el siglo.
Alrededor de los años de la Revolución, también surgieron grupos de escritores inquietos que, ante el
cierre de espacios en los periódicos por parte de las generaciones anteriores, crearon revistas, como
la Revista Guatemala (dirigida por Luis Cardoza y Aragón) o la Revista Acento, en donde participó, por
ejemplo, Augusto Monterroso y Otto-Raúl González. Sin embargo, estos escritores inquietos, con la
Contrarrevolución, debieron exiliarse, y la literatura guatemalteca se empezó a publicar en libros, sólo
que en otros países, como en Argentina (Miguel Ángel Asturias) o México.
Plaquettes
Ya pasado la mitad del siglo XX, dos grupos, Nuevo Signo (1968) y Rin 78 (1978), debido a las
dificultades de publicar sus textos literarios, se formaron con la idea de realizar ediciones.
Sin embargo, ante la falta de experiencia y la ausencia de un mercado dispuesto a comprar literatura,
estas ediciones no se lograban difundir mucho; lo que sí se asegura, es que fue un gran esfuerzo de
parte de estos poetas y narradores en publicar sus obras.
El término plaquette fue el utilizado para estas publicaciones. El plaquette se refiere a libros que en las
editoriales se encuentran en “placas” para la imprenta, sólo esperando una orden para la impresión.
Ante la falta de editoriales fuertes que encontraran rentable el publicar la nueva literatura nacional, los
escritores de la época realizaban publicaciones de poco tiraje, a fin de transmitir la literatura, a las
cuales le llamaban plaquettes, como referencia que no eran ediciones definitivas, sino que esperaban
una más formal.
Otro cambio sustancia de esta época, es que los poetas empezaron a animarse a leer en público sus
poemas. Era usual en la época que existieran declamadores de calidad, especializados en entretener
al público en las reuniones de confianza con sus interpretaciones. Pero este don de declamar,
dependía de que las personas que lo poseían gustaran de declamar poemas nacionales, y, mucho
más, de poetas recientes, lo cual era muy difícil que ocurriera. De esa cuenta, la poesía dejó de ser
“declamada” por especialistas, y a fin de transmitirla, los poetas empezaron simplemente a leerla, sin
ánimos de declamarla.

Las editoriales
Los grupos inquietos de la segunda mitad del siglo XX, fueron los que recibieron la apertura
democrática de la década de los ochenta. Con la nueva Constitución y los gobiernos civiles, surge
también el Ministerio de Cultura y Deportes, junto con la Editorial Cultura, la cual fue creada y dirigida
por los poetas y narradores que anteriormente publicaban en plaquettes.
Asimismo, otras editoriales privadas se crearon y se fortalecieron otras ya existentes, pero, desde
entonces, las publicaciones en libros han sido el modo usual de transmitir la literatura. Los periódicos
y revistas dejaron de ser el espacio favorito para ello.
Cientos de libros, que guardaban su turno en su forma de plaquette, encontraron por fin luz editorial
en la década de los noventa.
Pese a esta apertura editorial, el país había carecido de la falta de producción de libros por tanto
tiempo, que eran muchos los escritores que reclamaban, con justicia, una oportunidad para publicar.
Así, libros que tenían 20 años de creación, eran publicados.
Entra, pues, un nuevo conflicto, ya que fue tanto la espera, que apenas había presupuesto para
publicar lo pendiente por años, que los escritores jóvenes no encontraban mucha cabida.
A mediados de los noventa, un grupo de escritores jóvenes crean la Editorial X, que dio cabida a sus
libros, que no eran aceptados en las otras casas de publicación. Este suceso formó una nueva
generación de literatos, los que hoy día son los más pujantes en la creación, en contraste de la
generación anterior, de quienes es más frecuente las reediciones.

En la Internet
Aunque la producción editorial ha sido mucho mayor en los últimos años, aún la demanda de espacio
de parte de los escritores, es mayor a la que los libros puedan ofrecer.
Con las nuevas opciones en Internet, como la de adquirir un dominio a un precio no tan elevado, o
recursos gratuitos como los blogs, los escritores noveles han aprovechado estas herramientas a fin de
que publiquen ellos mismos sus textos.
Actualmente, en Guatemala existen una gran serie de blogs de escritores jóvenes que han encontrado
un modo más fácil, accesible y barato de publicar sus creaciones, en vez de esperar varios años a que
una editorial publique los textos, o de pagar costosas ediciones.
Un ejemplo interesante es la página de Internet Libros Mínimos (http://www.librosminimos.org/), la cual
consiste en publicar en la red cuentos y poemas.
Uno de los escritores de ese proyecto, Juan Pablo Dardón, escribió un texto reconociendo que su libro
publicado por una editorial, a pesar de ser barato y de estar en una conocida librería, su venta avanza
muy lento. En cambio, el libro publicado en Internet, en apenas unos cuantos días de haberlo hecho,
ya tenía varias personas que habían accedido a él.
En conclusión, habría que aceptar que el libro sigue siendo el modo hegemónico de transmisión de la
literatura actual. Un escritor guatemalteco no puede reconocerse como tal si no ha publicado al menos
un libro. Sin embargo, actualmente se sigue dando una evolución en cuanto a los espacios de
publicación, y, ante las limitaciones que tienen los libros impresos y las facilidades de Internet, es
posible que haya un cambio de visión en este tema.
Por el momento, sigamos celebrando que hay libros, que sólo el año pasado se hayan publicado más
de 1,500 títulos y que las proyecciones van en aumento. El próximo Día del Libro, el 23 de abril, no
celebremos únicamente este modo de transmisión de la literatura, sino el arte, la literatura y la lectura
en sí misma, que es lo más valioso para una persona, aunque lo haya leído en un periódico, una
revista, un libro o en Internet.

LITERATURA DE GUATEMALA WIKI

Se denomina 'literatura de Guatemala' a la escrita por autores guatemaltecos, ya sea en cualquiera de


los 23 idiomas que conforman el canon lingüístico del país, o en español. Aunque con toda probabilidad
existió una literatura guatemalteca anterior a la llegada de los conquistadores españoles, todos los
textos que se conservan son posteriores, y están además transliterados a caracteres latinos.

La obra más significativa de la literatura guatemalteca en idioma quiché, y una de las más importantes
de la literatura hispanoamericana precolombina. Se trata de un compendio de historias y leyendas
mayas, destinado a conservar la memoria de las tradiciones de la raza. La primera versión conocida
de este texto data del siglo XVI, y está escrita en idioma quiché transcrito en caracteres latinos. Fue
traducida al español por el dominico Fray Francisco Ximénez a comienzos del siglo XVIII.

Las leyendas incluidas en el Popol Vuh pueden dividirse en cuatro partes:

Creación del mundo y de los primeros seres humanos


Historias de Hunahpú e Ixbalanqué
Creación de los "hombres de maíz"
Listado de generaciones posteriores
La importancia del Popol Vuh radica en su carácter de compendio histórico-religioso, aunque con
preponderancia del segundo elemento sobre el primero. Por esta conjunción de lo mítico y lo religioso,
ha sido denominado la Biblia maya, y es un documento fundamental para conocer la cultura de la
América precolombina.

El Rabinal Achí
Artículo principal: Rabinal Achí
El Rabinal Achí, en el original Xajooj Tun o "Baile del Tun", es una obra dramática, consistente en
bailes y textos, que se conserva y se representa tal y como se debió representar originalmente. Se
supone que data del siglo XV, y en él se narran los orígenes míticos y dinásticos del pueblo Kek'chi',
y sus relaciones con los pueblos vecinos. La historia cuenta cómo el príncipe de los Kek'chi' lucha
contra las tribus vecinas y, aunque inicialmente las derrota, posteriormente es capturado y llevado ante
el rey Job’Toj, quien le concede volver a su pueblo para despedirse y bailar con la princesa por última
vez.
El Rabinal Achí se representa durante la fiesta de Rabinal, el 25 de enero, día de San Pablo. Fue
declarado Obra Maestra de la tradición Oral e Intangible de la Humanidad por la Unesco en 2005.

La literatura guatemalteca tras la colonización española-Época colonial: siglos XVI-XIX

Los primeros escritores naturales de Guatemala que emplearon el idioma español en sus creaciones
datan del siglo XVII. Entre ellos cabe mencionar a sor Juana de Maldonado (1598-1666), a quien se
considera la primera poetisa y dramaturga colonial de Centroamérica, o el historiador Francisco
Antonio de Fuentes y Guzmán.

El jesuita Rafael Landívar (1731-1793) es considerado como el primer gran poeta de Guatemala.
Obligado a exiliarse por la orden del expulsión dictada por Carlos III, viajó a México primero, y a Italia
después, donde falleció. Escribió originalmente en latín su Rusticatio mexicana, de gran éxito, así
como sus poesías de elogio al obispo Figueredo y Victoria.

En el campo de la poesía es de suma importancia el cultivo de formas poéticas tradicionales escritas


para ser cantadas. Entre estas destaca especialmente el villancico destinado a los oficios de vísperas
de las principales fiestas del año litúrgico. Esta era la única ocasión litúrgica en la que era permitido
cantar en idiomas vernáculos, mientras todas las demás celebraciones eran exclusivamente en latín.
En Guatemala como en todo el imperio español se compusieron sainetes, jácaras, tonadas, cantatas
y villancicos sobre letras en castellano. Entre los autores de estos poemas, que fueron puestas en
música por ellos mismos, sobresalen Manuel José de Quirós (ca. 1765-1790), Pedro Nolasco Estrada
Aristondo, Pedro Antonio Rojas y Rafael Antonio Castellanos (ca. 1725-1791). Este último es uno de
los más importantes en el mundo hispano y en la música de Guatemala.

Durante el siglo XVIII la literatura guatemalteca recibió la influencia del Neoclasicismo francés, como
demuestran las obras didácticas y filosóficas de autores como Rafael García Goyena o Fray Matías
de Córdoba.

La literatura guatemalteca tras la independencia: siglo XIX

Guatemala logró la independencia de España en el año 1821, en su deseo por establecer relaciones
políticas y comerciales con otros países además de la metrópoli. La literatura durante esta época está
muy marcada por las luchas políticas, por lo que predominan el ensayo y el discurso como géneros
literarios. Además, esta época ve el nacimiento del periodismo en Guatemala, con figuras como
Antonio José de Irisarri.

Durante el siglo XIX comienza a desarrollarse la literatura guatemalteca independiente de la española,


aunque siguieron recibiéndose importantes influencias europeas. Entre los escritores de esta época
cabe mencionar a María Josefa García Granados y José Batres Montúfar (conocido simplemente como
"Pepe Batres"), quienes escribieron conjuntamente el "Sermón para José María Castilla", una obra que
resultó escandalosa para la época. El segundo es además autor del poema "Yo pienso en ti", uno de
los más conocidos de la literatura guatemalteca.

En la segunda mitad del siglo XIX triunfa el género novelesco, merced en especial a José Milla y
Vidaurre, considerado como el "padre de la novela guatemalteca", que firmó algunas de sus obras con
el seudónimo de "Salomé Jil", anagrama de su nombre. Entre sus obras destacan La hija del
Adelantado (1866), Los Nazarenos (1867), El visitador (1867) y El libro sin nombre.

El modernismo hispanoamericano, heredero del simbolismo y del parnasianismo franceses e


impulsado por el nicaragüense Rubén Darío, también tuvo sus representantes en Guatemala. En el
campo de la poesía, cabe mencionar a Domingo Estrada, Máximo Soto Hall o María Cruz. Enrique
Gómez Carrillo, escritor polifacético, representa el modernismo en la prosa.

Siglo XX
En el siglo XX, la literatura de Guatemala alcanza un nivel comparable al de las demás literaturas de
Hispanoamérica, gracias a la aparición de varias generaciones de escritores, y en especial a cuatro
escritores fundamentales: el novelista Miguel Ángel Asturias (Premio Nobel de Literatura en 1967),
autor de novelas como El Señor Presidente u Hombres de Maíz; el poeta Luis Cardoza y Aragón; el
cuentista y novelista Augusto Monterroso (Premio Príncipe de Asturias de las Letras en 2000) y el
dramaturgo Carlos Solórzano. En general, la literatura guatemalteca del siglo XX tiene una fuerte
influencia de la vida política, como prueba el hecho de que sus principales autores debieran exiliarse
durante las sucesivas dictaduras y guerras civiles que sufrió Guatemala.

Suele dividirse la literatura guatemalteca del siglo XX por generaciones o décadas. Las más
importantes son:

La generación de 1910 o "del Cometa"


La generación de 1920
La generación de 1930 o "Grupo Tepeus"
La generación de 1940 o "Grupo Acento"
El Grupo Saker-ti (1944-1954)
La "Generación comprometida" (después de 1954)

Noticias 3 jun 2014


INFORME, LA LITERATURA GUATEMALTECA: 2013
Categoría: Generales

Documento Original: INFORME DE LITERATURA GUATEMALTECA 2013

INSTITUTO DE LITERATURA GUATEMALTECA -


PRESENTACIÓN

El Instituto de Literatura Guatemalteca –institución privada de carácter cultural- presenta este informe
acerca de la literatura guatemalteca, el cual se refiere a los libros y autores publicados durante 2013.
El informe se dirige a quienes se interesan por la producción literaria del país: investigadores,
profesores, estudiantes, editores, lectores y a los propios escritores, ofreciéndoles una visión general
de lo publicado y de la dinámica literaria nacional durante el año.

En general, durante el período abarcado se observa en el país una animada actividad literaria:
escritores de distintas edades, hombres y mujeres, gracias a los servicios editoriales del medio,
ofrecieron a los lectores una cantidad significativa de libros, en los distintos géneros literarios. Los
temas y la formas son variados, dependiendo de los autores, su época, edad, sexo, ideología estética,
lugar de residencia, etc., factores que van determinando las necesidades e intereses de los literatos.

La información ofrecida proviene de varias fuentes, pero especialmente de los principales diarios del
medio, vertida en las secciones culturales de los mismos; en ocasiones, los propios autores ofrecen
los datos acerca de su obra. El Instituto mantiene un archivo de recortes de lo publicado en los diarios
y revistas consultadas.

Para ofrecer la información se sigue un orden basado en el concepto de géneros literarios: poesía,
cuento, novela, teatro, literatura para niños, ensayos o estudios y otras formas literarias. En cada
género los datos se ordenan así: nombre del autor, título del libro y nombre de la editorial. Al final de
cada apartado se formulan observaciones y comentarios considerados de utilidad para el lector.

Además de los autores y libros publicados, se ofrece información acerca de los ganadores de los
principales certámenes literarios del país, así como de los reconocimientos literarios otorgados durante
el período a los escritores guatemaltecos. Se incluye, también, información referida a los escritores
fallecidos en el transcurso del año.

Al final aparece un resumen que incluye la cantidad de libros publicados en cada género y el porcentaje
que, en relación con la totalidad, corresponde a cada uno.

Enán Moreno
Director Instituto de Literatura Guatemalteca
Soluna09@gmail.com. Tels. 51759818-58657559
Ciudad de Guatemala, abril de 2014.

I.POESÍA

Durante 2013, en el género de poesía, fueron publicados los libros que se enumeran seguidamente.

1. Carolina Alvarado: Exilio de sirenas.


2. Casta Liliana Castañeda: Sendas de poesía.
3. Rodrigo García: Paisaje de quimeras. Letra Negra.
4. Fernando Gudiel: Lágrimas de pájaro cautivo. Letra Negra.
5. Evelyn Xiomara Orellana: Bailarinas jubiladas por el mar. Letra negra.
6. Carlos López: Cortezas de la otra orilla. Editorial Cultura.
7. Julio Serrano: Central América. Magna Terra.
8. Eduardo Villalobos: Los demás. Cultura.
9. Víctor Muñoz: Los poemas de la caja de repetición. Edición de Autor.
10.Ligia García y García: En lo próspero y en lo adverso.
11.Carmen Matute: Memoria intemporal del fuego. Cultura.
12. Mariano Cantoral: Corasón no lleva zeta. Edición del Autor.
13. Isabel de los Ángeles Ruano: Muros perdidos. Catafixia.
14. Wingston González: San Juan la Esperanza. LASE-Proyecto Literal.
15. Allan Mills: Síncopes. LASE-Proyecto Literal.
16. Rossana Estrada Búcaro: La isla de mis pupilas. CLECC-USAC.
17. Clara Fernández: Manual de sombras. Letra Negra.
18. Gerardo Guinea: País con lunita. Germinal (Costa Rica).
19. Otto-Raúl González: Antología de poesía latinoamericana de protesta. Universitaria.
20. Roberto Cifuentes: Versos de la calle. Ediciones El Rosario.
21. Ezequiel Pérez: A puerta cerrada.
22. Rony Chalí y otros: Poesía de las vértebras. Ed. Club de Lectores de Poesía.
23. Sergio Domingo Vásquez: Poemas cotidianos.
24. Ligia García y García: El fruto de los labios.
25. Alex Rodríguez: No es rencor, es desencanto. Ediciones Bizarras.

OBSERVACIONES

En el género de poesía se publicaron veinticinco libros, correspondientes a 24 poetas, de los cuales


dieciséis son hombres y ocho mujeres. Entre los autores destacan los nombres de Isabel de los
Ángeles Ruano, Gerardo Guinea, Carlos López y Carmen Matute. A los tres primeros se les ha
otorgado el Premio Nacional de Literatura. De los Ángeles Ruano es una poeta que, desde hace
algunos años, vive ya extraviada en su propio mundo, deambulando en las calles del centro citadino.
Guinea y López mantienen su producción poética y de ellos se esperan otros libros. El libro publicado
por Carmen Matute -una de las voces femeninas más importantes de la poesía guatemalteca actual-
reúne todo su trabajo poético, lo cual favorece su permanencia y conocimiento, pues alguno de sus
libros no se encuentran ya en librerías.

Víctor Muñoz, de gran trayectoria en el terreno del cuento y la novela, quien este año obtuvo el Premio
Nacional de Literatura en reconocimiento a su obra narrativa, publicó un breve trabajo poético, que se
suma a otro anterior, mostrando así otra faceta suya.

Luego de los anteriores, surgen los nombres de: Allan Mills, Eduardo Villalobos, Julio Serrano y
Wingston González. Son jóvenes poetas que vienen trabajando la poesía con responsabilidad y
compromiso, y sus frutos ya son consistentes. Se trata de una poesía que refleja la sensibilidad, la
percepción y las ideas de una generación que construye su estética particular frente a la poesía
tradicional guatemalteca. Rossana Estrada Búcaro es una poeta que, con el libro publicado ahora,
enriquece su producción poética; ella, a la par del cultivo de la poesía también se dedica a la docencia
y al trabajo de investigación y promoción cultural.

Los otros poetas que publicaron durante el año son autores iniciales que, con su trabajo y dedicación,
podrán ocupar, posteriormente, un lugar en la poesía del país.

CUENTO.

En el género de cuento, las publicaciones del año son las siguientes:

1.Arnoldo Gálvez Suárez: La palabra cementerio. Santillana.


2.Lorena Flores Moscoso: Eva y el tiempo. Cultura.

3.Maurice Echeverría: Por lo menos. Prisa.


4.Byron Quiñónez: El ángel de la muerte. Cultura.

5.Ana María Jurado: Bandada de pájaros. F&G Editores.


6.Miguel Ángel Asturias: Leyendas de Guatemala. F&G Editores.
7.Estuardo Prado: Siendo puta –drogadicto, alcohólico- me fue mejor, y de paso
escritor de mierda. Editorial X.
8.Francisco Méndez: Triple play. Germinal (Costa Rica).
“ : Crónicas suburbanas. Germinal (Costa Rica).
9. Olga Esperanza Ramírez: Cómo guardar tu corazón. Ed. de Autor.
10. Lester Oliveros Ramírez: Venados & Jaguares. EX.
11. Vicente Antonio Vásquez: La última frontera. El Arco.
12. Varios autores: Meter un ¡goool! Microrrelatos de fútbol. Letra Negra.

OBSERVACIONES
En el género de cuento trece libros fueron publicados por doce autores (once individuales y un
colectivo). De estos autores –salvo el colectivo- ocho son hombres y tres mujeres; lo cual –teniendo
en cuenta registros de años anteriores- es un indicador de que, en el medio nacional, el cuento es más
cultivado por los hombres que por las mujeres.

La temática se observa variada; interesa a los autores el lenguaje, el tiempo, las figuras ancestrales,
la realidad urbana, los personajes oscuros o apocalípticos, los seres de la naturaleza, los enfoques
provocativos o retadores, lo didáctico y, aun, el futbol.
Apartando la figura de Miguel Ángel Asturias (1899-1974), sobresalen los nombres de una generación
actual de escritores que ya destacan en el ámbito nacional y centroamericano; en este caso, se ve a
Francisco Méndez, Maurice Echeverría, Byron Quiñonez y Estuardo Prado. A ellos se agrega Arnoldo
Gálvez Suárez, joven autor que, en el libro publicado, da muestras de su calidad narrativa.

A los anteriores se suman las narradoras Lorena Flores Moscoso -quien, con base en lo ya publicado,
es una autora notable- y Ana María Jurado, quien surgió de uno de los talleres de narrativa realizados
en el medio. Olga Esperanza Ramírez radica y escribe en uno de los departamentos del país.

El libro de Lester Oliveros Ramírez es un libro inicial: un nuevo autor de quien se espera siga
trabajando en este género.

III. NOVELA
Los narradores y las novelas publicados durante 2013 se enumeran seguidamente.

1. Javier Mosquera Saravia: Figuraciones. F&G Editores.


2.Robert Hinshan: Los coyotes tienen suerte.
3.Elisa Hall de Asturias: Semilla de mostaza. Magna Terra.
4.Roxana Ávila: Profecías del año cero. Letra Negra.
5.Luis de Lión: El tiempo principia en Xibalbá. Del Pensativo.
6.Diego Ugarte: Yo artista. F&G Editores.
7.Gilda Vargas: Pedro Ardimales.
8.Pablo Andrés Wünderlich. El Príncipe de la malicia.
9. Silverio Molina: Los mares del silencio. Amazon.
10. Rafael Romero: Chichicaste. Alas de barrilete.

11. Carlos Pontaza Izeppi: Tierra mojada. Ed. de Autor.


12. Miguel Ángel Asturias: Hombres de maíz. F&G Editores.
“ : Mulata de tal. F&G Editores.
“ : Viernes de dolores. F&G Editores.
“ : Maladrón. F&G Editores.
13.Mario Roberto Morales: Jinetes en el cielo. Vaso Roto.
14. Braulio Salazar: Comandante sombra. Letra Negra.
15. María Odette Canivell Arzú: Julia. F&G Editores.
16. César Brañas: Antología de novelas. Volumen I. Editorial Universitaria.
17. Marco Antonio Flores: Los compañeros. Piedra Santa.
18. Gerardo Guinea Diez: El árbol de Adán. Magna Terra.
19. Víctor Muñoz: La noche del 9 de febrero. Punto de lectura.
20. Carlos Luna: Sal.
21. Francisco Alejandro Méndez: Completamente inmaculada. Germinal (Costa Rica).
22. Rodrigo Rey Rosa: Imitación de Guatemala. Alfaguara.
23. Arturo Vásquez-Vásquez: Los marginados. ABC ediciones.

OBSERVACIONES

En este género fueron publicados 27 libros, correspondientes a 23 autores, de los cuales 19 son
hombres y cuatro mujeres.

Entre los autores se observan los nombres de Miguel Ángel Asturias (1899-1974), Elisa Hall de
Asturias (1900-1982), Luis de Lión y César Brañas. Los libros que de ellos se publicaron son
reediciones o ediciones póstumas, lo cual indica la importancia o interés por el escritor y su obra,
manteniéndolos, así, vigentes para quienes ya los conocen y poniéndolos a disposición de nuevos
lectores. En el caso de Asturias, los libros reeditados se suman a la colección iniciada por F&G
Editores, con la novela El Señor Presidente. A estos autores se agrega Marco Antonio Flores (1937-
1913), fallecido este año, con la reedición de su ya paradigmática novela Los compañeros.

Luego de los anteriores aparecen los nombres de Mario Roberto Morales y Rodrigo Rey Rosa,
narradores que actualmente son de los más experimentados y conocidos tanto dentro como fuera del
país. La novela publicada por Morales fue finalista del Premio Herralde, en España; en ella se abordan
las interioridades del proceso de la firma de los Acuerdos de Paz; se trata de una segunda edición,
indicadora de la aceptación que ha tenido entre los lectores. El libro de Rey Rosa constituye una
reunión de sus novelas que se ocupan de temas directamente relacionados con Guatemala: Que me
maten si.., El cojo bueno, Caballeriza y Piedras encantadas.

Víctor Muñoz y Gerardo Guinea Diez son escritores de prestigio. Muñoz cultiva el cuento y la novela;
en la que ahora publica se narra la angustia de un padre que busca a su hijo desaparecido por la
violencia política. Guinea Diez, muy buen poeta, cultiva también la novela; ambos han obtenido el
Premio Nacional de Literatura.

Javier Mosquera Saravia es un narrador que ha publicado libros de cuentos de gran calidad. En esta
novela, el autor se ocupa de un personaje cuyos actos están guiados por el egoísmo y la búsqueda
del placer.

Francisco Alejandro Méndez es ya un narrador conocido y apreciado por la crítica, cuya presencia se
consolida con esta tercera edición de su novela más divulgada.

María Odette Canivell Arzú es académica y narradora; la novela publicada ahora enfoca la realidad
social femenina.

A otras novelas publicadas anteriormente, Carlos Pontaza Izeppi suma la actual, situando la historia
en escenarios del interior del país. La novela Sal, de Carlos Luna, es un texto experimental que
fusiona, para desarrollar lo contado, dibujos, historias breves y poemas.

Como narrador inicial figura, con dos libros, Arturo Vásquez-Vásquez -autor radicado en U.S.A.- quien
narra sus vivencias rurales y urbanas de niñez y adolescencia.

Diego Ugarte es un joven narrador que obtuvo el Premio BAM de Letras, en el certamen patrocinado
por el Banco Agrícola Mercantil. Con la calidad que ya muestra, de él se esperan otras publicaciones.

Los otros autores empiezan su carrera literaria o trabajan para acrecentar su producción narrativa.

IV. TEATRO
Alfredo Saavedra: El condenado.

OBSERVACIONES

El libro publicado contiene una farsa en tres actos y un epílogo. Se trata de la historia de dos
condenados a muerte y las situaciones que surgen en torno a su ejecución. Como se observa, la
producción en este género es muy pobre, igual que los años anteriores.
V. LITERATURA PARA NIÑOS
Los libros publicados en este género son:

David Unger: La casita. CIDCLI (México).


Silvia Mansilla Manrique: Bruyyi. El origen y la guerrade los colores. Letra Negra.
Gloria Hernández: Leyendas de la luna. Editorial Norma.
Luz Pilar Natareno: Regalo infantil (cuentos y poemas) 2ª. Ed.
Mario Chavarría: Devoradores de mazapán.
Bárbara de Koose: Cristina y los zapatos mágicos. Fundación G&T.

OBSERVACIONES

Seis libros fueron publicados en este género; los autores son dos hombres y cuatro mujeres, destacan
los nombres de David Unger y Gloria Hernández. Unger es autor de cuentos y novelas radicado en
U.S.A. desde muy pequeño, pero ya conocido y valorado en el país. Esta es su primera publicación
en este género. Gloria Hernández es reconocida en el medio como una importante escritora para
niños.

Luz Pilar Natareno ha venido escribiendo para niños e investigando en este campo, y también tiene
narrativa para adultos; el libro publicado contiene cuentos y poemas, es una 2ª. Edición. Mansilla
Manrique ,Chavarría y Koose son autores iniciales en este género.

VI. ENSAYOS O ESTUDIOS

Jorge Carro: Cuaderno sin fronteras. F&G Editores.


Javier Payeras: Fondo para disco de John Zorn. Germinal (Costa Rica).
Erick Gálvez: La culpa es del guionista.
Luz Méndez de la Vega: Saint-Exupéry: secretos de amor y de guerra en El Principito. Edit.
Universitaria.
Rony E. Garrido: Viaje al fondo de Eva. Cultura.
Nancy Maldonado de Masaya: Premio Nacional de Literatura Miguel Ángel Asturias. Semblanza de
los galardonados. 1988-2012. Usac/Ineslin.

OBSERVACIONES

En estos géneros fueron publicados seis libros, que corresponden a igual número de autores: cuatro
hombres y dos mujeres. Entre los ensayos destaca el trabajo de Jorge Carro, el cual contiene
reflexiones de interés humano. Payeras y Gálvez ofrecen otros aspectos de su producción literaria.
En cuanto a los estudios o investigaciones, el de Luz Méndez (fallecida en 2012) ofrece datos y
enfoques que ayudan a comprender mejor El principito. Y de uno de los libros de poesía de Luz
Méndez: Eva sin Dios, se ocupa en su ensayo Rony E. Garrido. Nancy Maldonado de Masaya aporta,
con este trabajo suyo, valiosa información acerca de los veinticinco escritores que han recibido el
Premio Nacional de Literatura.

VII. CRÓNICAS

Enrique Gómez Carrillo: La Rusia actual. Edit. Cultura/AEGC.

OBSERVACIONES
Un solo libro fue publicado en el género de crónica, pero adquiere una especial importancia: se trata
de la primera edición guatemalteca de esta importante obra del cronista Enrique Gómez Carrillo, gran
figura del Modernismo.

VIII. LEYENDAS

Raúl Alvarado Pinelo: Historias y leyendas del milenario Petén.

OBSERVACIONES

Un solo libro se publicó en este género. El autor recoge historias y leyendas propias de ese singular
departamento del país. En el aspecto lingüístico, destaca el léxico regional, lo cual constituye un
rescate del mismo.

IX. MEMORIAS, BIOGRAFÍAS, TESTIMONIOS

Memorias de Jesús Hurtado. Cefol/Usac.


Marta González: Guatemala: El martirio de una reina y la guerra de la vergüenza. (Biografía de
Rogelia Cruz).
Yolanda Colom: Mujeres en la alborada. Ediciones del Pensativo.

OBSERVACIONES

De los tres libros publicados, el primero contiene las memorias de uno de los famosos marimbistas
guatemaltecos; el segundo, la biografía de la malograda estudiante universitaria y reina de belleza
Rogelia Cruz; el tercero, reeditado ahora, recoge la experiencia testimonial de Yolanda Colom, en tanto
participante activa en el ámbito de la izquierda guatemalteca.

X. OTRAS PUBLICACIONES

Marco Barbi: Surfeando las olas de la vida.


Carlos Sabino: Morir temprano.
Miguel Ángel Sandoval: El sueño de la paz. F&G Editores
Julio Santizo Coronado: Cartas a un hijo ausente. Ediciones del Jazmín.
Javier Payeras: Raxtas. Catafixia/Proyecto Literal. (2ª edición)
: Imágenes para un View Master. Prisa.
El futuro empezó ayer. UNESCO/Catafixia. (Antología de verso, prosa, ensayo y periodismo -abarca
los últimos 15 años-, realizada por Carmen Alvarado y Luis Salinas).
Nedda G. de Anhalt: Al día siguiente.
Juan Pablo Dardón: Fe de rata. Santillana. (Textos de blog).
Francisco Pérez de Antón: Los equívocos de Blas Bielsa. Prisa Ediciones. (Enfoque lúdico de las
palabras y el lenguaje).
Bárbara de Koose: Fábulas modernas de Guatemala. Fundación G&T Continental.
Francel Verónica Ochaeta: El cuarto oscuro. El portal de Garandel.
Frovemabeg Ochaeta: Un viaje espiritual.
Blanca Estela de Ochaeta: Poemas y cuentos maravillosos.
Jorge Antonio Ortega: La reina de los calzones rotos. Palo de hormigo.
… Mesa para dos (pero donde caben dos caben tres) Así empezaron mis versos. Palo de hormigo.
Fernando Burgos: Poemas.

OBSERVACIONES

En este apartado se consignan 17 libros de los que no se obtuvo mayor información o que su forma
literaria no corresponde con uno de los géneros tradicionales. Destacan los autores: Francisco Pérez
de Antón, Javier Payeras y Juan Pablo Dardón.

PREMIOS Y RECONOCIMIENTOS

 PREMIO CENTROAMERICANO DE NOVELA MARIO MONTEFORTE TOLEDO: 2012


Ganador: CARLOS CORTÉS. Novela: EL CORAZÓN DE LA NOCHE.

 CERTAMEN DE CUENTO MARIO MONTEFORTE TOLEDO: 2013


Ganador: HANSEL LEONEL ESPINOZA VILLATORO. Guatemalteco.
Obra: COPENHAGUE.

 CERTAMEN NACIONAL DE NOVELA BAM LETRAS: 2013


(Patrocinado por el Banco Agrícola Mercantil)
Ganador: DIEGO STUARDO UGARTE. Novela: YO ARTISTA.

 JUEGOS FLORALES HISPANOAMERICANOS DE QUETZALTENANGO: 2013


RAMA DE POESÍA: LUCINDA RIVAS LÓPEZ
Poemario: Mar de sueños emigrantes.

Los tres escritores son guatemaltecos.

PREMIO NACIONAL DE LITERATURA MIGUEL ANGEL ASTURIAS: 2013


VÍCTOR MUÑOZ.

CUENTISTA Y NOVELISTA. EL PREMIO SE LE CONCEDIÓ POR EL CONJUNTO DE SU OBRA.

XXII. ACTIVIDADES LITERARIAS


Como parte del quehacer literario guatemalteco, hubo varias presentaciones de libros, en las sedes
de las varias instituciones culturales, generalmente organizadas por las editoriales.

Se realizó el XXII CONGRESO INTERNACIONAL DE LITERATURA CENTROAMERICANA –CILCA-


, en la ciudad de Quetzaltenango, dedicado al poeta Humberto Ak´abal. Este congreso tuvo el apoyo
del Ministerio de Cultura y de la Municipalidad de Quetzaltenango.

XIII RESUMEN DE LAS PUBLICACIONES LITERARIAS EN GUATEMALA: 2013

_________________________________________________________

GÉNERO CANTIDAD %

_________________________________________________________

1.Poesía 25 25 %

2. Cuento 13 13 %

3. Novela 27 27 %

4. Teatro 1 1 %

5. Literatura para niños 6 6 %

6. Ensayos/Estudios 6 6 %

7. Crónicas 1 1 %

Leyendas 1 1 %
9. Memorias, Biografías, Testimonios 3 3 %

10.Otras publicaciones 17 17 %

__________________________________________________________

TOTALES 100 100 %


EVOLUCIÓN DE LA LITERATURA EN GUATEMALA EN EL SIGLO 20

Evolución de la Literatura en Guatemala en el siglo XX se refiere a la evolución de la literatura en


Guatemala en el siglo XX, es decir entre los años 1901 y 2000. Esta actividad es la que más
representantes ha tenido en el mundo cultural guatemalteco, ya que siempre hubo poetas, novelistas,
cuentistas, dramaturgos y ensayistas, aunque algunas de las obras escritas en la época de los
dictadores sólo se publicaron años después (Diccionario Histórico Biográfico, 2004).

Al inicio del siglo XX el movimiento literario conocido como modernismo, tuvo dignos representantes
entre los escritores guatemaltecos. El más destacado de ellos fue Rafael Arévalo Martínez. Otros
notables literatos que descollaron en el decurso del siglo fueron Máximo Soto Hall, Enrique Gómez
Carrillo, Félix Calderón Ávila, Alberto Velásquez, Luis Cardoza y Aragón, Angelina Acuña, Francisco
Méndez, Cesar Brañas y otros que, como los citados, nacieron a finales del siglo XIX y a principios del
XX (Diccionario Histórico Biográfico, 2004).

En las ramas de cuento, novela y aun de poesía, hubo escritores que siguieron la corriente criollista.
Algunos de ellos también escribieron novela indigenista. Por ejemplo, Flavio Herrera, Carlos Wyld
Ospina, Mario Monteforte Toledo, Miguel Ángel Asturias, Carlos Samayoa Chinchilla y otros más.
Miguel Ángel Asturias es el escritor guatemalteco más conocido, pues fue galardonado, en 1967, con
el Premio Nobel de Literatura (Diccionario Histórico Biográfico, 2004).

La Revolución de Octubre y los gobiernos que surgieron de ella marcaron un cambio no sólo en lo
político sino en todos los campos de la actividad cultural. Otros escritores se que dieron a conocer
entonces fueron Ricardo Estrada, Augusto Monterroso, Virgilio Rodríguez Macal, Humberto Alvarado,
Otto Raúl González, Enrique Juárez Toledo, Raúl Leiva, entre otros. En años más recientes han
surgido muchos escritores, algunos de los cuales siguen en plena actividad productiva: Marco Antonio
Flores, Mario Roberto Morales, Marco Augusto Quiroa, Mario Alberto Carrera, Luz Méndez de la Vega,
Margarita Carrera, Ana María Rodas, Rafael Sosa y otros más (Diccionario Histórico Biográfico, 2004).

El teatro es una de las actividades literarias que tomó más impulso después de 1944. Los dramaturgos
más conocidos, entre los que surgieron en este siglo, son Manuel Galich, Manuel José Arce, Hugo
Carrillo y Miguel Ángel Asturias. En 1978 se finalizó la construcción del Centro Cultural Miguel Ángel
Asturias, el cual incluye el Gran Teatro Nacional y un Teatro de Cámara (Diccionario Histórico
Biográfico, 2004).

LA LITERATURA GUATEMALTECA

La literatura guatemalteca comienza mucho antes de Colón pisar América. La civilización Maya ya se
encontraba establecida por más de un milenio antes de aquel acontecimiento. Aquella cultura llegó a
desarrollar la escritura, consciente o inconscientemente reservando su lugar en la universalidad del
pensamiento humano. El aporte de las narraciones Maya no ha influenciado tanto a la nación que
conocemos hoy en día como el simple hecho de su descendencia. A la cual generalizamos llamándole
la cultura quiché, que aún es una parte integral de Guatemala.

Encontramos dos caminos en esta rama de la literatura de Guatemala. En uno de ellos tenemos las
obras existentes que narran de la cultura quiché. Estas obras, incluyendo el Popol-Vuh y el Rabinal
Achí, han sido redactadas desde el inicio de la influencia europea en el Nuevo Mundo hasta nuestros
días. El otro camino, aun en su infancia, es las traducciones de escrituras originales en los templos y
estelas. A donde nos llevará esta ruta, y a que profundidad, sólo el tiempo nos dirá.

Los españoles trajeron con ellos sus ilusiones de riquezas y evangelización. De acuerdo a la práctica
utilizada en el resto de las Américas, encontramos las crónicas y los catecismos de esa época. Son
pocas, muy pocas, las obras de aquella Guatemala que han logrado sobrevivir hasta nuestros días.
Fue muy común la redacción en latín durante aquel período.

A principios del siglo XIX, según Europa se anticipaba al Romanticismo, la literatura guatemalteca
comienza a reflejar ciertas características propias. Surgieron las fábulas con moralejas, no muy ocultas
en ciertos casos, de críticas al sistema, al gobierno, y la sociedad por igual. Con el tiempo las obras
han incrementado a abarcar todos los géneros, y las críticas han permanecido hasta el presente.

Otras ramas o tópicos que se destacan en la literatura guatemalteca incluyen: La literatura infantil,
redacciones en cuentos y poesías que han logrado alcanzar el entendimiento de la niñez. La
pedagogía en términos más convencionales es también representada. Y como es de esperar, el
chapinismo, o guatemaltenismo incluyendo la influencia maya-quiché, abarca un buen número de
composiciones.

Lista de Escritores Guatemaltecos

José Batres Montúfar


Nació el 18 de marzo de 1809 en la ciudad de San Salvador, en El Salvador (en aquella época, una
provincia de Guatemala). Fue escritor, político y militar.
Se inició en literatura, matemática, música y francés gracias a su padre, que fue su mentor. Desde
niño fue muy aficionado a la lectura, y llegó a dominar el idioma inglés, francés y latín.
Ingresó a la Escuela de Cadetes en 1825, obteniendo el grado de Subteniente de Artillería, y en 1938
fue ascendido a Capitán Comandante.
En 1835 se graduó de Ingeniero Topógrafo.
Como poeta destacó enormemente, al punto de ser considerado el mejor representante del
Romanticismo en la literatura guatemalteca.
Entre sus obras se pueden mencionar: “Tradiciones de Guatemala”, “Tres cuentos alegres y picantes
escritos en verso”; y su excelente poesía “Yo Pienso en ti”, “San Juan”, “María”, “Al Volcán de Agua”,
entre otros.
Falleció el 9 de julio de 1844 en la ciudad de Guatemala.

José Milla y Vidaurre


Renombrado escritor guatemalteco, nació en 1822.
Realizó sus primeros estudios en el Colegio Seminario y luego inició estudios universitarios en
derecho, pero no los concluyó por dedicarse a la literatura.
Apoyó primero la ideología liberal, pero inició su carrera como burócrata, con el gobierno conservador
de Rafael Carrera. Allí desempeñó cargos importantes como: Secretario de la Hermandad de Caridad
del Hospital General de Guatemala, Oficial de la Secretaría de Relaciones Exteriores y Subsecretario
General del Gobierno.
Fue redactor del periódico “La Gaceta Oficial”. También publicó el periódico “La Semana”, en donde
aparecieron por primera vez sus “Cuadros de Costumbres”, así como sus novelas “La Hija del
Adelantado”, “Los Nazarenos”, “El Visitador”, “El Libro sin Nombre” y otras obras líricas.
En 1871 José Milla salió de Guatemala y Estados Unidos y varios países europeos. Fue redactor de
planta de El Correo de Ultramar en París y durante su estancia escribió “Un Viaje al Otro Mundo
Pasando por Otras Partes”, y creó al famoso personaje “Juan Chapín”.
Fue miembro de la Real Academia Española.
Falleció por una afección cardiaca el 30 de septiembre de 1882. Su funeral estuvo enmarcado por
muchos reconocimientos a su gran trabajo.

Enrique Gómez Carrillo


Nació en la ciudad de Guatemala el 27 de febrero de 1873, hijo del historiador Agustín Gómez Carrillo
y Josefina Tible Machado. Se le conoce como el “Príncipe de los Cronistas”, escritor polifacético,
crítico, cuentista y novelista.
Colaboró en El Correo de la Tarde, dirigido por el poeta nicaragüense Rubén Darío. Hasta la fecha ha
sido el más prolífico de todos los escritores guatemaltecos, con más de 80 libros escritos a lo largo de
su vida.
En 1891, Manuel Lisandro Barillas le otorgó una pensión para estudiar en España. En 1892, se publicó
en Madrid su primer libro Esquisses.
En 1895, la Real Academia de la Lengua Española lo eligió Académico Correspondiente Extranjero
por Guatemala.
En 1898, Manuel Estrada Cabrera le concedió la plaza de Cónsul en París, y posteriormente, en
Hamburgo. Años después, el presidente de Argentina, Hipólito Irigoyen lo nombró Cónsul de Argentina
en París.
Colaboró en importantes diarios y revistas de España, Francia e Hispanoamérica. En 1916, fue director
del diario El Liberal, Madrid.
Vivió por muchos años en París, donde murió el 29 de noviembre de 1927. Sus restos se encuentran
en París, Francia.
En 1966, el Alcalde de la Ciudad de Guatemala, Ramiro Ponce Monroy, cambió el nombre del Parque
Concordia por el de Parque Enrique Gómez Carrillo, donde se colocó su busto, en bronce, obra del
escultor guatemalteco Rodolfo Galeotti Torres.

Luis Enrique Sam Colop


Nació en Cantel, Quetzaltenango en 1955. Lingüista, abogado, poeta, escritor, columnista de Prensa
Libre, promotor de la lengua en K’iche’ y activista social.
Sam Colop se graduó en Derecho en la Universidad Rafael Landívar y obtuvo su doctorado en SUNY,
Buffalo en 1994 con una tesis sobre la poesía maya.
Enseñó el idioma K’iche’ en la Universidad de San Carlos de Guatemala.
Sus obras publicadas incluyen dos colecciones de poemas: Versos sin refugio y la Copa de la
Raíz, así como diversos ensayos y artículos.
En el 2009 publicó una de las traducciones más certeras del Popol Vuh en la lengua materna. Por ello,
recibió una beca Guggenheim en relación con este trabajo.
Murió el 15 de julio de 2011.

Flavio Herrera
Poeta y escritor guatemalteco. Nació en la ciudad de Guatemala el 18 de febrero de 1895. Estudió en
el Colegio de Infantes y en el Instituto Central para Varones.
Con 13 años escribía artículos para la Revista Juan Chapín. En 1918, se graduó de abogado y Notario
en la Universidad Manuel Estrada Cabrera obteniendo de su tesis el premio Gálvez de ese año.
En Europa realizó estudios en la Universidad de Roma y en la Universidad Central de Madrid.
Durante el gobierno de Juan José Arévalo, fue Embajador de Guatemala ante Brasil y Argentina.
Fue catedrático de Literatura en la Facultad de Derecho y Humanidades en la Universidad de San
Carlos de Guatemala, en donde se le otorgo el premio Emeritisumum.
Sus novelas más conocidas son: Caos, El Tigre y La Tempestad, conocidas en conjunto como La
Trilogía del Trópico.
Falleció el 31 de enero de 1968.

José Luis Villatoro


Poeta. Nació en el departamento de San Marcos en 1932. Falleció en 1998.
Se dio a conocer hacia 1966 con su recio poema Pedro a secas, el cual fue traducido a varios idiomas.
Colaboró con diversas revistas nacionales y extranjeras.
Ganó los Juegos Florales Centroamericanos de Quetzaltenango y el Certamen 15 de Septiembre.
Miembro fundador del Grupo de escritores Nuevo Signo, junto con Luis Alfredo Arango, Julio Fausto
Aguilera, Delia Quiñónez de Tock, Antonio Brañas, Roberto Obregón y Francisco Morales Santos.
Entre sus poemarios se destacan: Pedro a secas, Cantar ahora, Toda la voz, La canción registrada,
El mero son, Poesía escogida, entre otros.

Manuel José Leonardo Arce Leal


Nació en la ciudad de Guatemala en 1935.
Poeta y dramaturgo, considerado uno de los escritores nacionales más relevantes de la segunda mitad
del siglo XX. Fue galardonado con importantes premios centroamericanos y su obra ha sido traducida
a varios idiomas.
En la década del 80 tuvo que abandonar Guatemala ante las constantes amenazas por parte del
régimen de Romeo Lucas Garcia.
Estando en Francia ocurrieron las peores masacres en su patria bajo los gobiernos de Lucas García y
Efraín Ríos Montt. Como protesta por las mismas escribió varios poemas en contra del gobierno
guatemalteco, los cuales fueron censurados.
De su obra poética se destacan: En el nombre del Padre en 1955, De la posible aurora en 1957,Cantos
en vida en 1960, Eternauta en 1962, Los episodios del vagón de carga en 1971 y Palabras alusivas al
acto y otros poemas con el tema del amor en 1978.
Falleció de cáncer pulmonar en el exilio en Francia, el 22 de septiembre de 1985.

Álvaro Rogelio Gómez Estrada


Poeta y escritor. Nació el 22 de julio de 1944 en Santa Cruz del Quiché. Su vasta producción literaria
(novela, cuento, leyenda y poesía), ha merecido premios en certámenes nacionales y extranjeros.
En la Colección Joyas de la literatura quichelense, ha publicado las obras: Huellas de animal grande,
Grano vivo, La mano de la sombra, Caminos cercenados, Leyendas y cuentos de Quiché, Los golpes
de la ternura, Cuesta arriba, Después del silencio, Hormiga, El único burro sabio, Cuentos de tiempo
duro, La visión del búho, Alas de gorrión, Fidelia Santos, Los sonidos del caracol y El vuelo de la
siguamonta.
La Alianza Francesa de Quetzaltenango, le confirió los títulos honoríficos de Poeta de la
Libertad yGran Maestro de la Poesía.

Gustavo Adolfo Wyld Ferraté


Gustavo Adolfo Wyld Ferraté nació en 1942 en Guatemala. Licenciado en Letras. Actualmente, es
director del Departamento de Literatura de la Universidad del Valle de Guatemala. Ha ejercido como
docente universitario durante 27 años.
Fue secretario de la Academia Guatemalteca de la Lengua de 1982 a 1984. Actualmente, es miembro
de número de dicha academia.
Ha publicado poesía, ensayos, cuentos y novela. Entre sus obras publicadas, destacan:
 La poesía de Hugo Cerezo Dardón (1979)
 Los cuentos de Ricardo Estrada (1981)
 Equinoccio (1988)
 Las puertas y otros cuentos (1992)
 El Palacio de Minos (1994)
 La conspiración de los espejos (1995)
 Poemas del desterrado (2001)

Margarita Carrera
Nació en 1929, ensayista y poeta. Ha publicado trece libros de ensayo y nueve de poesía.
Es académica de la Academia Guatemalteca de la Lengua, correspondiente a la Real Academia
Española, y es Premio Nacional de Literatura Miguel Angel Asturias 1996.
Su obra Ensayos contra reloj obtuvo el premio Quetzal de Oro, APG, en 1981; Antropos (1985) fue
finalista en el XI Premio Anagrama de Ensayo de 1982 en Barcelona España.
Su poemario Mujer y soledades obtuvo el Primer Premio de Poesía en los Juegos Florales
Centroamericanos y de Panamá en 1982; y su poemario Signo XX obtuvo el Primer Premio de Poesía
en los Juegos Florales Hispanoamericanos en 1986, ambas actividades realizadas en la ciudad de
Quetzaltenango.

Hugo Estrada
Nació en Guatemala en 1936 fue escritor y sacerdote.
Egresado del Instituto Teológico Salesiano. Obtuvo el título de Licenciado en Letras en la Universidad
de San Carlos de Guatemala.
Poeta, narrador, ensayista y autor didáctico. Miembro del grupo RIN 78.
Ha editado varias obras de distinto género: Veneno tropical (cuentos), Asimetría del alma (poesía), La
poesía de Arévalo Martínez (crítica literaria), Ya somos una gran ciudad (poesía), Por el ojo de la
cerradura (narrativa) y más de 25 libros de temas relacionados con la religión católica.

Ricardo Estrada
Nació en la ciudad de Guatemala en 1917 y falleció en 1976.
Cuentista, autor teatral, crítico literario, catedrático e investigador.
Publicó dos libros de cuentos: Unos cuentos y cabeza que no siento (1965) y Otras cosas y santos
mártires (1977).
En literatura para niños publicó: Ratón Pérez (teatro, 1955); Tío conejo y tío coyote (cuentos, 1951);
Poesía y teatro para niños (1960).
Como crítico literario sus mejores estudios se centran en la obra de Miguel Angel Asturias: Estilo y
magia del Popol Vuh en Hombres de maíz de Miguel Angel Asturias (1961); y en la obra novelística de
Flavio Herrera: Flavio Herrera; su novela (1958

Oscar Arturo Palencia


Nació en la Ciudad de Guatemala en 1932. Escritor. Fue miembro del grupo Saker-Ti; dirigió el
semanario 7 días de la Universidad de San Carlos de Guatemala.
Falleció en 1981. Entre sus libros más destacados se encuentran: Reunión (1961), Surco Iluminado
(1964), Con los brazos abiertos (1967), Rebelión de la palabra (1972), Recuento de poesía (1977).

Cesar Brañas
Nació en la Antigua Guatemala en 1899. Novelista, poeta, periodista y crítico literario.
Fue uno de los más destacados críticos de la literatura guatemalteca, particularmente la del siglo XX.
Su labor periodística en el diario El Imparcial fue de gran importancia para la literatura de su país.
Es autor de los libros de poesía: Viento negro (1938), Figuras en la arena (1941), El lecho de Procusto,
Sonetos baladíes (1943), Zarzamoras (1957), Jardín murado (1957), El carro de fuego (1959),
Palabras iluminadas (1961), El niño ciego (1962), La sed innumerable (1964) y Cancionerillo de octubre
(1966); y de las novelas: Alba emérita (1920), Sor Candelaria (1924), La divina patoja (1926), La tapia
florida (1927) y Paulita (1939).
César Brañas legó su biblioteca a la Universidad de San Carlos de Guatemala. Falleció en febrero de
1976 y fue sepultado en la Antigua Guatemala, su tierra natal.

Miguel Ángel Asturias Rosales


1899. Nació en la Ciudad de Guatemala. Hijo de Ernesto Asturias y María Rosales.
1912. Estudió bachillerato en el Instituto Nacional Central para Varones.
1922. Se graduó de Derecho, con la tesis El problema social del indio; escribió con otros estudiantes
la letra de La Chalana y fue uno de los fundadores de la Universidad Popular (UP).
1923. Su tesis recibió el premio Gálvez.
1925. Aprendió sobre la cultura maya en La Sorbonne, París. Viajó por Italia como miembro del
Congreso della Stampa Latina.
1926. Tradujo del francés al español el Popol Vuh, junto al escritor mexicano José María González de
Mendoza.
1930. Publicó Leyendas de Guatemala.
1946. Publicó El señor presidente.
Fungió como embajador de Guatemala en México, Argentina y Francia.
1949. Permaneció cuatro meses en Guatemala documentándose para su trilogía Novelas bananeras.
1955. Por su participación en la política, se fue exiliado hacia Argentina.
1957. Publicó La audiencia de los confines y Weekend en Guatemala.
1967. Ganó el Premio Nobel de Literatura. Inauguró en Francia una exposición de arte maya, que
recorrió varios países.
1971. Fue homenajeado en España, donde bautizaron una calle con su nombre.
1972. Publicó Viernes de dolores, en la cual él es uno de los personajes.
1974. El 9 de junio murió en Madrid. Sus restos descansan en París.

Matilde Montoya de Arce


Dirigió la Revista Infantil Alegría en su segunda época, es decir, de 1955 hasta que dejó de publicarse
en 1968 por falta de apoyo estatal cuando ya alcanzaba la edición número 60.
Se distinguió como una de las grandes actrices del teatro guatemalteco en la segunda mitad del siglo
XX y como académica estudiosa del teatro indígena colonial realizó un Estudio sobre el baile de la
conquista (Editorial Universitaria, 1970).
Asimismo, la Editorial Cultura del Ministerio de Cultura y Deportes de Guatemala publicó un libro en
su homenaje titulado Como si fuera un milagro (2007), que recoge varios de los poemas que
aparecieron en diversos números de la Revista Infantil Alegría. Actualmente reside en México.
Rafael Landívar
Nació en 1731 en la Ciudad de Santiago de los Caballeros de Guatemala, hoy Antigua Guatemala.
Se graduó de doctor en filosofía en la Universidad Real y Pontificia de San Carlos en 1747, a los 16
años.
En 1749 se trasladó a México, donde ingresó a la orden religiosa de la Compañía de Jesús,
ordenándose de sacerdote en 1755. A su regresó a Guatemala trabajó como Rector del colegio San
Borja.
En 1767 con todos sus compañeros de orden, tuvo que salir al destierro impuesto por el Rey Carlos
III. Salió hacia México primero, y después hacia Europa donde se radicó finalmente en Bolonia, Italia.
En su estadía en Italia escribió su celebrado libro Rusticatio Mexicana, por los campos de México.
Landívar vivió en Bolonia hasta su muerte, ocurrida el 27 de septiembre de 1793.
Fue sepultado en la iglesia de Santa María delle Muratelle en Bolonia. En 1950 sus restos fueron
trasladados a su tierra natal, Antigua Guatemala.

Oscar de León Palacios


Editor y escritor (1909-1966). Conocido como “El maestro de la montaña”. Fue uno de los primeros
guatemaltecos que editó libros en Cuba.
Más de 15 escuelas en el país llevan su nombre. Uno de sus principales aportes fue el impulso que le
dio a la educación rural a través de la Escuela Pedro Molina.
Creó un programa gracias al cual los maestros empíricos recibieron el título de maestro de educación
rural.
Fundó la editorial Oscar de León Palacios en 1955. Al principio se creó como una editorial escolar,
después, sus hijos la convirtieron en literaria.
En el gobierno del presidente Carlos Castillo Armas le fue conferida una medalla como Maestro
distinguido.

Rafael Arévalo Martínez


Nació en Quetzaltenango en 1884. Poeta, narrador, dramaturgo, cronista y ensayista, uno de los más
destacados representantes de la Generación de 1910.
En 1913 fundó y dirigió la Revista Juan Chapín, portavoz de esa generación.
Durante 18 años, de 1927 a 1945, fue director de la Biblioteca Nacional de Guatemala.
Viajó a España y otros países de Europa, fue periodista, profesor de lengua castellana y miembro
correspondiente de la Academia Española de la Lengua.
Recibió múltiples premios y condecoraciones, como la Orden Rubén Darío en Nicaragua y la Orden
del Quetzal en Guatemala.
Se inició como poeta modernista, siendo uno de los más altos exponentes del movimiento, con los
libros Maya (1911) y Los atormentados (1914).
En una segunda etapa, cambió su poesía hacia un lenguaje más sencillo: Las Rosas de Eganddi(1921)
y Por un caminito así (1947).
En cuanto a la narrativa, su obra más famosa es El hombre que parecía un caballo (1914). Arévalo
escribió diez novelas en las que predominan los elementos fantásticos, entre ellas sobresalen Las
noches en el palacio de la nunciatura (1927) y Viaje a Ipanda (1939). Falleció en 1975.

Romelia Alarcón Folgar


Poetisa de original expresión en la lírica femenina guatemalteca.
Nació en el año 1900 en Cobán, Guatemala. Su obra fue conocida en varios países de América, como
Argentina, donde fue publicado su libro Día vegetal.
Su obra está compuesta de los siguientes títulos: Clima verde, Vigilia blanca, Pasos sobre la yerba,
Día vegetal, Poemas de la vida simple, Claridad, Plataforma de cristal, Casa de pájaros, Viento de
colores, Cauce, Llamaradas, Tránsito terrestre, Tiempo inmóvil, Más allá de la voz.
En prosa publicó: El gusano de luz, Cuentos de abuelita, Sin brújula, El vendedor de trinos.
Falleció en 1970.
Adrián Ramírez Flores
Adrián Ramírez Flores (1920-1977) fue un hábil maestro que recorrió devotamente las raíces capilares
de la percepción y expresión infantil.
Debido a ello, logró escribir maravillosos libros dedicados a la niñez, entre ellos:
El venado, 1961
Tres temas en la poesía infantil, 1965
Literatura para niño, 1968
Cuentos para la niñez, 1973
Han de estar y estarán, 1970

Virgilio Rodríguez Macal


1916. Nació el 28 de junio en la ciudad de Guatemala.
1927 a 1928. Vivió en Honduras.
1928 a 1930. Estudió en Nueva York.
1930. Viajó a España, donde cursó la secundaria.
1942. Obtuvo el premio Farrar & Reinhart de una editorial de Nueva York de ese mismo nombre, por
su libro La mansión del pájaro serpiente.
1950. Se le otorgó el Primer Premio en Prosa, en la rama de novela, en los Juegos Florales de
Quetzaltenango.
1951. Ingresó a la Sociedad de Geografía e Historia, presentando el trabajo Ensayos de Interpretación
sobre el Popol Vuh y los orígenes de la civilización maya.
1955. Fue director del Diario de Centroamérica.
1956. Fue nombrado Agregado Cultural y de Prensa en la Embajada de Guatemala en Argentina.
1959. Fue secretario de la Embajada de Guatemala en Madrid.

Humberto Ak’abal
1952. Nació en Totonicapán (Momostenango), Guatemala, donde todavía vive y trabaja.
1990. Se publicó su primera colección de poesía El animalero.
1993. Se publicó su libro Guardián de la Caída de Agua, el cual fue nombrado Libro del Año y se le entregó el
galardón El Quetzal de Oro APG 1993, otorgado por la Asociación de Periodistas de Guatemala.
1995. Ak’abal viajó a México, donde publicó su libro Hojas del árbol pasajero.
Ese mismo año, recibió el mérito de Emeritissimum por la Facultad de Humanidades de la Universidad de San
Carlos de Guatemala.
1996. Su poemario Tejedor de palabras, fue editado por la UNESCO.
1997. Recibió el Premio Internacional de Poesía Blaise Cendrars de Neuchatel, Suiza.
2001. Se publicó su primer libro de cuentos Grito en la sombra.
2003. Le fue conferido el Premio Nacional de Literatura Miguel Ángel Asturias, el cual no aceptó por diferentes
razones.
En la actualidad es uno de los poetas guatemaltecos más conocidos en Europa, Asia y Sudamérica. Sus obras
ya han sido traducidas al vietnamita, francés, japonés, inglés, alemán, suizo e italiano.
Entre sus poemarios se encuentran: El animalero, Guardián de la caída de agua, Hojas del árbol pajarero, Lluvia
de luna en la cipresalada, entre otros.

Francisco Morales Santos


1940. Nació el 4 de octubre en Ciudad Vieja, departamento de Sacatepéquez, Guatemala.
1961. Emigró a la ciudad capital en donde publicó su primer libro, Agua en el silencio.
1968. Reunió a un grupo de escritores, todos provenientes del interior del país, formando el grupo
Nuevo Signo.
Este grupo fue integrado por: Luis Alfredo Arango, Delia Quiñónez, Antonio Brañas, José Luis Villatoro,
Julio Fausto Aguilera, Roberto Obregón y el mismo Francisco Morales Santos.
1978. Obtuvo el Primer Premio en los Juegos Florales Centroamericanos de Quetzaltenango y Premio
Único en el Festival Nacional de Arte de la Universidad de San Carlos de Guatemala.
1988. Recibió el Premio Nacional de Literatura Miguel Ángel Asturias.
2009. El 1 de octubre, La Universidad de San Carlos de Guatemala lo honró con el títuloEmeritissimum.
2010. Actualmente es el jefe de la editorial Cultura del Ministerio de Cultura y Deportes.
Entre algunas obras se encuentran:
Poesía: Agua en el silencio (1961), Nimayá (1968), Ceremonial contra el olvido (1995).
Antologías: Los nombres que nos nombran: panorama de la poesía guatemalteca, de 1782 a 1982
(1983), Vida y milagros de Miguel Ángel Asturias (1999).
Estudios: El hermano Pedro Betancur: primer santo de América Central (1980), Los barriletes gigantes
de Santiago Sacatepéquez (1970).
Literatura infantil: Tío Conejo y Tío Coyote (1984), Poemas escogidos para niños (1987), Ajonjolí
(1997).

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En el libro Literatura guatemalteca del autor David Vela, se define el término literatura de la siguiente
manera: “… conjunto de obras que expresan la verdad y la belleza por medio de la palabra y que, (…)
constituyen una de las más altas y amplias manifestaciones de la cultura” (1985:1). También se
considera literatura a un acto
característico de la comunicación humana que lograría definirse como: arte de escribir, escritura,
alfabeto, gramática o conjunto de obras literarias. Al respecto Rafael Lapesa en su libro introducción
a los estudios literarios escribe: “… es la creación artística expresada en palabras, aun cuando no se
haya escrito, sino propagado de boca a boca. Literatura significa además <<conjunto de obras literarias
de un país, época o genero>> (…)” (1968:9) significa en pocas palabras, que al conjunto de obras
literarias de un país se le
llama literatura nacional y se identifica con el adjetivo gentilicio del lugar, así se habla de: literatura
guatemalteca, griega, catalana, etcétera; de una época (literatura medieval, contemporánea, etcétera);
o de un estilo o movimiento (literatura romántica, surrealista, creacionista, etcétera).Sin embargo, no
todos los textos escritos pueden clasificarse dentro de laliteratura; sólo lo serán aquellos que estén
hechos con arte, y para que esto se logre según el Diccionario enciclopédico Jackson, toda obra debe
componerse de tres
elementos indispensables: el creador, la obra y el contemplador. “El creador está dotado de potencia,
pero, además, de la voluntad de crear la obra de arte, en la cual prolonga su espíritu. La obra es el
vínculo que ata al creador con el mundo externo. El contemplador está dotado de una potencia de arte
que le permite apreciar, juzgar, criticar, pero sobre todo, sentir la emoción del arte” (1979:133). Una
vez complementados estos tres
elementos se pueden decir, según la fuente cintada, que se ha generado el fenómeno llamado arte.
“Estudio semiótico de la novela testimonial Mujeres en la alborada, de la guatemalteca Yolanda
Colom”.

Enan Moreno
Desde el principio la literatura guatemalteca, siguiendo los modelos traídos por los españoles, cultivó
la poesía, la narrativa y el teatro.

En la época colonial surgieron los primeros poetas, destacando Simón Bergaño y Villegas y Rafael
García Goyena, cultivadores de la fábula en verso, y también sor Juana de Maldonado En este periodo
se ubica uno de los grandes poetas del país: Rafael Landívar, autor de "Rusticatio mexicana", escrita
en latín y conocida por toda Europa, en ella se describe el paisaje y las costumbres de Guatemala y el
sur de México. Aquí también aparece la figura de Bernal Díaz del Castillo, autor de la crónica "Historia
verdadera de la conquista de la Nueva España", que narra la conquista de México; se considera esta
crónica como una de las primeras novelas del país.

Más adelante, en el contexto del Romanticismo, el poeta José Batres Montufar cultiva una obra poética
en la que sobresale el poema "Yo pienso en ti", que reúne la mayoría de las características románticas;
Batres Montufar también escribió "Tradiciones de Guatemala", relatos en verso donde critica a la
sociedad. También, en este periodo, Pepita García Granados, una de las primeras escritoras del
país, escribe poemas satíricos de dura crítica social; ella está considerada ya como una feminista. Al
Romanticismo también pertenece José Milla y Vidaurre, llamado el creador de la novela guatemalteca;
él cultivó los cuadros de costumbres, en los que describe al chapín, pero su obra más importante es
la novela histórica, al estilo de Walter Scott; sus obras "La hija del adelantado", "Los nazarenos" y "El
visitador".

En el contexto del Realismo y Naturalismo destacan narradores como Enrique Martínez Sobral, con
su novela "Alcohol".
Superados ya el Romanticismo y el Naturalismo, surgen en la poesía varios seguidores del
Modernismo, influidos por la presencia de Rubén Darío en Guatemala; uno de estos poetas es Rafael
Arévalo Martínez, quien además de escribir poesía escribió también narrativa, alcanzando fama
hispanoamericana con su texto "El hombre que parecía un caballo", visto ahora como antecedente de
"La metamorfosis" de Kafka.

Virgilio Rodríguez Macal escribe novelas ambientadas en la selva guatemalteca y con fuerte presencia
del mundo indígena, destacan "La mansión del pájaro serpiente" y "Guayacán". Francisco Méndez es
otro poeta y narrador que escribe siguiendo nuevas tendencias, su libro más conocido es "Cuentos
de Joyabaj".

Luego de ellos la poesía y la narrativa guatemalteca se ponen en sintonía con las nuevas corrientes
cultivadas en Latinoamérica; destacan entonces el gran Miguel Ángel Asturias, autor de las novelas
"El señor presidente", "Hombres de maíz" y otras. Asturias obtuvo el Premio Nobel en 1967 y su fama
se extendió por el mundo. Luis Cardoza y Aragón es otro de los grandes escritores guatemaltecos,
autor de poesía y ensayos apreciados en toda Latinoamérica, y especialmente en México donde radicó
hasta su muerte; obras suyas de poesía son "La quinta estación" y "Dibujos de ciego"; entre sus obras
en prosa están "Guatemala, las líneas de su mano" y "El río, novelas de caballería". Otro gran escritor
es Augusto Monterroso, cultivador de fábulas y cuentos breves, entre ellos, el famoso "El dinosaurio",
Monterroso obtuvo importantes premios literarios.

Mañana le completaré la nota. Saludos.

Siguiendo ya los modelos de la nueva narrativa latinoamericana (Cortázar, Vargas Llosa, etc) surgen
en Guatemala narradores como Marco Antonio Flores, autor de "Los compañeros", novela con el tema
de la guerrilla, y otras novelas importantes; Flores también cultivó la poesía; Mario Roberto Morales es
autor de las novelas "Señores bajo los árboles", "El esplendor de la esfinge" y recientemente "Jinetes
en cielo", novela finalista en el Premio Herralde, de España; otro novelista destacado es Rodrigo Rey
Rosa, autor de "La orilla africana", "El cojo bueno", "Caballeriza", "Los sordos" y otras novelas. Dante
Liano ha escrito novelas como "El hombre de Montserrat", "El misterio de San Andrés" y "El hijo de
casa". Víctor Muñoz retrata en sus cuentos y novelas la clase media guatemalteca; "Sara sonríe de
último", es una de sus novelas. Todos estos narradores han obtenido el Premio Nacional de Literatura
"Miguel Ángel Asturias". Franz Galich y Francisco Alejandro Méndez también son
narradores. Novelistas más recientes son Eduardo Halfon ("La pirueta", "El boxeador polaco" y
"Clases de dibujo") y David Unger: "Para mí eres divina", "Vivir en el maldito trópico".

En cuanto a la poesía se puede mencionar a Carlos Illescas, Otto-Raúl González, Luz Méndez de la
Vega, Margarita Carrera de 1950 en adelante, están los poetas: Luis Alfredo Arango, Francisco
Morales Santos, Julio Fausto Aguilera, Roberto Obregón, Antonio Brañas y Delia Quiñonez, reunidos
en el grupo Nuevo Signo. Otros poetas son Enrique Noriega y Gerardo Guinea. Mujeres escritoras de
poesía son Ana María Rodas, Carmen Matute, Aída Toledo, Carolina Escobar Sarti.

Actualmente, se observa a una serie de jóvenes narradores y poetas que, en algunos casos empiezan
a destacar. Cada año, en Guatemala se publica un promedio de 100 libros de literatura, entre poesía,
cuento, novela y otros.

Esta nota, escrita sobre la marcha, es únicamente para su información.

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