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MARCO TEÓRICO

La Orientación Vocacional se puede entender de distintas formas basándose en diferentes


perspectivas, de las cuales se pueden establecer definiciones de acuerdo a las diferentes
aportaciones que puedan brindarnos un sinnúmero de autores de la rama. Las principales son:

Según Virginia Galilea, es un proceso que tiene como objetivo despertar intereses vocacionales,
ajustar dichos intereses a la competencia laboral del sujeto y a las necesidades del mercado de
trabajo. El primer paso de la rehabilitación vocacional es la elección de un interés realista que
permita al sujeto alcanzar su meta laboral.

Según Donald Súper, la orientación vocacional pretende ayudar a que la persona elabore un
concepto adecuado de sí mismo, y de su papel en el trabajo. Afirma que para poder ayudar a una
persona en el momento de su elección vocacional, es necesario conocer su ciclo vital. Desde su
infancia cada sujeto comienza un período de autodiferenciación progresiva, de lo cual se originará
la formulación de su propio autoconcepto. En la adolescencia el autoconcepto se va concretando,
por eso el joven se va inclinando más hacia unas actividades que a otras; cuando llega el momento
de la elección, el joven escogerá aquella carrera u ocupación que le permita explotar sus
potencialidades y hacer realidad lo que piensa de sí mismo. A todo este proceso, Súper lo llama
Proceso del Desarrollo Vocacional o Desarrollo del Concepto de sí mismo.

Según Rafael Bisquerra, Para este autor, la orientación es un proceso de ayuda continuo a todas las
personas, en todos los aspectos, con la finalidad de potenciar el desarrollo humano a lo largo de
toda la vida. Para hacer esto posible es útil distinguir entre áreas, modelos y agentes. El análisis de
las áreas permite profundizar sobre el qué es la orientación. Se pueden distinguir cuatro grandes
áreas: orientación profesional, orientación en los procesos de enseñanza y aprendizaje, atención a
la diversidad, prevención y desarrollo humano. Bisquerra explica que la orientación surgió como
orientación profesional. Aportaciones posteriores, como la “educación para la carrera”, han
propuesto la integración curricular y el desarrollo de la carrera en las organizaciones a lo largo de
toda la vida. La orientación en los procesos de enseñanza aprendizaje se inició probablemente en la
segunda década del siglo XX. Esta área entronca con uno de los campos de interés de la psicología
cognitiva: las estrategias de aprendizaje.

Según Héctor Sánchez, en cuanto a la orientación vocacional, menciona que la vocación no aparece
como algo puntual y espontáneo, sino que se inicia en la infancia, va configurándose durante la
adolescencia para definirse en la adultez. No obstante, estas vocaciones tempranas pueden estar
enmascaradas de motivos inconscientes que no son sino compensaciones, mecanismos de defensa
ante conflictos de la primera infancia; por ello es necesaria una buena orientación para realizar una
elección conforme al "yo" real del sujeto.

Según Juan Álvarez, El desarrollo institucional y conceptual de la orientación nos ha conducido al


nuevo concepto de la orientación profesional, con sus principios y funciones. Este proceso de
desarrollo ha experimentado dos concepciones distintas. Por un lado, se ha considerado la
orientación profesional como una intervención que se reducía a aquellos momentos puntuales en
que el individuo debía hacer una elección vocacional. Se trataba de dar respuesta a una situación
problemática en un momento determinado. Por otro lado. a partir de 1950, aparece una nueva
concepción de la orientación profesional como proceso a lo largo de la vida de! Individuo,
introduciéndose el concepto de desarrollo de la carrera. Así pues se ha pasado de considerar la
orientación profesional como un hecho puntual, a representar todo un proceso de desarrollo de la
carrera que se extiende a lo largo de la vida del individuo.

Según el Congreso Iberoamericano del 2003, La orientación vocacional es el proceso que tiene como
objetivo despertar intereses profesionales, ajustar esos intereses a la competencia laboral del sujeto
y a absolutamente todas las necesidades del mercado de trabajo. La reconversión productiva que
se ha desarrollado con la llamada mundialización de la economía, los cambios en los sistemas
políticos, culturales y educativos, ha repercutido en los modelos orientadores. La llamada en otros
contextos “orientación de la carrera” u “Orientación Vocacional ocupacional Continua” nos habla
de una orientación que debe llevarse a cabo en las diferentes etapas evolutivas de las personas, en
las cuales deben realizar un proyecto educativo/laboral, personal, social. Asimismo debe estar
articulada tanto con los diferentes planes y programas en el sistema educativo formal, como con los
sistemas educativos no formales

Según Husen, se realizó un estudio con jóvenes suecos y se llegó a la conclusión de que “el origen
familiar y el estrato social en que se nace son las variables que mejor explican el éxito profesional
alcanzado”.

Según Frank Parsons (padre de la Orientación Vocacional), el mejor procedimiento para ayudar a las
personas sobre su futuro profesional consta de tres puntos vitales, los cuales son: Conocerte
profundamente a ti mismo, descubriendo cuáles son tus aptitudes, habilidades, intereses, recursos,
limitaciones y cualidades. Identificar con claridad tus objetivos, puesto que debes tener claro los
requisitos y las condiciones para el éxito, las ventajas y desventajas, las compensaciones,
oportunidades y perspectivas para las diferentes salidas profesionales. Por último, contrastar los
dos puntos anteriores, es decir, analizar cómo eres de compatible con los objetivos que te planteas
y qué posibilidades tienes de éxito.

Como una conclusión final a todos los aportes que brindan muchos de los autores a los que hemos
tomado en cuenta, puedo decir que estaría en absoluto acuerdo con la idea del señor padre de la
Orientación Vocacional Frank Parsons, puesto que esta está enfocada a esos tres puntos principales
que él plantea. Debemos conocernos a nosotros mismos para poder establecer todas las fortalezas
que tenemos tanto emocional como profesionalmente, es decir fortalezas en base a conocimientos.
Debemos también saber identificar nuestros objetivos para saber hacia dónde queremos llegar y
cómo es que lo vamos a hacer. Finalmente, debemos contrastar los dos puntos anteriores, es decir,
el conocimiento de ti mismo y la identificación de nuestros objetivos para saber hacia dónde llegar
y de qué manera hacerlo.

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