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EN LA PRODUCCIÓN
Agricultura urbana
Al igual que el agua, depende de nosotros hacer un uso racional de la energía. Por ejemplo,
apagar la luz en las habitaciones que no están siendo utilizadas, reemplazar las bombillas por
unas de bajo consumo, que por cierto también nos permite ahorrar dinero a largo plazo.
El reciclaje es una de las maneras más fáciles de combatir el calentamiento global, sobre todo
por los vertidos de plásticos que llegan a los océanos destruyendo la vida marina. En cifras,
cada año mueren 1.000.000 criaturas marinas por la contaminación del plástico en el mar. Por
ello, generar conciencia sobre la importancia de la clasificación de los residuos es muy
importante.
Una ciudad que está dando el ejemplo también es Sucre (Bolivia), donde un par de
asociaciones de mujeres gestionan un sistema puerta a puerta de clasificación y recolección de
desechos que funciona 6 días a la semana.
Crearán marcos propicios para los sistemas de producción racionales desde el punto
de vista económico, social y ecológico que incorporen la utilización eficiente de los recursos, la
diversificación, la adaptación al cambio climático y la mitigación de sus efectos, los servicios
eco sistémicos y la accesibilidad;
Crearán capacidad para acceder a datos y utilizarlos con el fin de respaldar las
decisiones en materia de políticas y planificación.
EN LA INDUSTRIA
Empaques sustentables
Para reducir el impacto al medio ambiente, otra de las iniciativas se puede implementar en el
empaque, recurriendo a materiales más amigables con el medio ambiente.
Para las empresas que dentro de su logística utilizan algún sistema de transportación, una
iniciativa puede ir encaminada a optimizar su eficiencia ¿cómo?, buscando alternativas para
reducir las emisiones de GEI.
EN LA PESCA
Tanto la pesca como los pescadores han sido catalogados como unos de los mayores
depredadores del medio ambiente; sin embargo, gracias a las campañas ecológicas que se
están generando en el mundo el panorama ha cambiado un poco. En el comité de pesca son
conscientes de ello y por eso practican esta actividad no solo para disfrutar de la naturaleza
sino para protegerla.
Comenzó con 25 personas encargadas del grupo base, quienes definieron el nombre del grupo,
su logo y slogan. Actualmente más de 80 empleados lo integran y las inscripciones se realizan
a través de internet en el siguiente enlace http://bit.ly/1mHtKiT.
Según Andrés Elías Salas Zapata, coordinador del comité, “las actividades de pesca deportiva
posibilitan brindar a cada integrante un bienestar físico, mental y social; es decir, creemos que
estas actividades mejoran la calidad de vida de las personas, en la medida en que les permiten
liberar cargas e interactuar con otros integrantes de la comunidad universitaria sin importar si
es docente, trabajador o empleado administrativo”.
Las actividades del grupo están centradas en la promoción y práctica de la pesca deportiva y
de la cultura ecológica entre los empleados de la Institución. Si bien esta iniciativa no hace
parte de la oferta institucional, sí es un posibilidad para hacer amigos y compartir una afición
personal.
“Buscamos mejorar la referencia de las personas de las distintas áreas sobre los diferentes
servicios que ofrece la Institución a partir del trabajo que desempeña cada uno. Por ejemplo
nos podemos conocer entre nosotros y entablar relaciones de tipo profesional en la
Universidad”, afirmó Andrés Salas.
El proceso de ingreso consta de una inscripción previa por parte del empleado, luego la
persona debe aceptar un reglamento de salida donde se establecen los principios básicos y
fines del grupo, que se reflejan en el slogan “disfrutando y conservando el medio ambiente”
La mayor relevancia para el medio ambiente la tienen las actividades de captura, de cuya
adecuación a la situación de los recursos naturales y a las condiciones del ecosistema donde
se realizan depende la conservación de la posibilidad de uso de los recursos. Las pequeñas
empresas pesqueras artesanales, tradicionales y sedentarias se han adaptado, con una
experiencia de siglos, a la idea de no explotar excesivamente los recursos pesqueros.
Con cada intento de incrementar la producción puede ponerse en peligro este equilibrio
alcanzado.
Entre las medidas más importantes de la gestión de la pesca cuentan épocas de veda, zonas
de protección, anchos mínimos de malla y tamaños de anzuelo, limitación del número de artes
de pesca, botes o barcos así como de sus tiempos de trabajo y la fijación directa de categorías
de tamaños de los organismos a capturar y de las cuotas de captura.
Características:
EFECTOS AMBIENTALES
En otras palabras se necesita un enfoque eco sistémico para lograr rentabilidad económica en
el sector pesquero latinoamericano.
EN EL TURISMO
Usualmente, el concepto de área silvestre nos hace pensar en el medio natural, en el que
incluiríamos zonas vírgenes, áreas con transformaciones humanas mínimas y sectores
productivamente marginales, tales como selvas, praderas, humedales, entre otros. No
obstante, muchas de estas áreas aparentemente vírgenes son sólo fragmentos de lo que en
otro momento fueron e, incluso, no quedan excluidas de procesos globales, como la
contaminación y el cambio climático. Es decir, actualmente casi no existen ambientes
totalmente intocados; y esto nos permite cuestionar el carácter natural o virgen de las áreas
silvestres.
Las áreas silvestres son uno de los principales objetos de las políticas de conservación de la
naturaleza. Ahora bien, en el contexto de las necesidades sociales y las actividades humanas
actuales, las propuestas de conservación de dichas áreas deberían centrarse en las formas de
relación entre la sociedad y la naturaleza más que en proteger algún componente específico
del medio natural (una especie en peligro, por ejemplo). Esto es: la conservación de las áreas
silvestres no debe implementarse recurriendo a acciones aisladas y externas a los procesos
sociales.
La conclusión parece inevitable. Sin embargo, las políticas de conservación no siempre se han
manejado con ese criterio. A lo largo de la historia, las posturas han sido diferentes.
Habitualmente se priorizan, por lo menos, cinco motivos ecológicos para la creación de áreas
protegidas:
Las reservas de biosfera constituyen una alternativa viable para integrar la conservación de la
naturaleza con el desarrollo socioeconómico. Son áreas de ecosistemas terrestres y costeros
reconocidas a nivel internacional por el Programa sobre el Hombre y la Biosfera (MAB) de la
Unesco, del que la República Argentina forma parte. Todas estas áreas integran una red
mundial de 368 reservas repartidas en 91 países. Los distintos países presentan propuestas
para su designación. Dichas propuestas deben satisfacer varias condiciones antes de poder
incorporarse a esa red.
Cada reserva de biosfera tiene tres funciones básicas que se complementan y refuerzan entre
sí:
Cada reserva de biosfera permanece bajo la jurisdicción del país en donde está ubicada.
Algunos países han creado legislación específica para este tema. No obstante, debido a que
sus objetivos son compatibles, diversas reservas incluyen otras áreas protegidas que ya
disponen de protección legal (como parques nacionales o reservas naturales) o bien son
incluidas en otros sitios con algún tipo de reconocimiento internacional, como los sitios que son
designados Patrimonio Mundial de la Humanidad (Unesco) o las áreas incluidas en la Lista de
Humedales de Importancia Internacional (Ramsar).
La configuración espacial de cada reserva de biosfera varía según situaciones locales. Sin
embargo, en términos generales, consiste en una zona núcleo, una zona buffer o de
amortiguación y una zona de transición.
Respecto de la propiedad de la tierra, se dan distintas situaciones. Las zonas núcleo de las
reservas de biosfera son, generalmente, tierras públicas, pero también pueden ser privadas o
pertenecer a organizaciones no gubernamentales. Las zonas de amortiguación pueden ser de
titularidad pública o de propiedad privada, al igual que las zonas de transición (aunque suelen
ser administradas por agentes privados).
La creación de una reserva de biosfera supone un gran desafío: lograr mecanismos apropiados
para conciliar intereses conflictivos, planificar y coordinar todas las actividades que han de
desarrollarse en ella. Esta dimensión social de las reservas es lo que las diferencia de otras
áreas protegidas, ya que su gestión se entiende como un pacto entre la población local y la
sociedad en su conjunto. Este reto requiere del interés y la imaginación de los actores
involucrados y permite a la población local estar mejor preparada para responder a las
presiones políticas, económicas y sociales externas que podrían afectar el patrimonio natural y
cultural.
Para desplazarse hasta el espacio natural elegido, lo idóneo sería utilizar el transporte público.
Si no queda más remedio que usar el vehículo privado, al menos compartirlo con otros usuarios
y conducir de forma eficiente. Ya en plena naturaleza, lo más ecológico y sano es ir a pie o en
bicicleta y evitar vehículos todo terreno, motos o quads que, además de erosionar el suelo,
emiten un molesto ruido que afecta al entorno.
Si se va a pasar todo el día, una cesta de mimbre o una mochila son perfectos compañeros. La
comida se puede llevar en tarteras o envases específicos reutilizables (nunca de usar y tirar ni
con un empaquetado excesivo) y la bebida en termos o bidones de aluminio. Las botellas o
las bolsas de plástico tienen un gran impacto ambiental si se abandonan en la naturaleza y, por
ello, hay que evitarlos. Aunque el vidrio se puede reciclar, en la naturaleza no es la mejor
opción porque puede ser un elemento cortante y provocar un incendio.
La basura producida durante la jornada se debe tratar de forma adecuada. Algunos espacios
naturales cuentan con contenedores, pero si no hay o se duda sobre su posterior reciclaje, los
residuos generados se deben conservar hasta poder reciclarlos de forma conveniente. Algunos,
como las pilas, pueden ser muy tóxicos para el medio ambiente. Por ello, también hay que
guardarlos para su posterior tratamiento.
El agua es un recurso cada vez más escaso, y en la naturaleza lo es aún más. No dejar grifos
abiertos de fuentes, usar solo lo necesario y evitar que jabones o champús acaben en ríos,
lagos o mares y los contaminen son algunas medidas indispensables. De la misma manera,
los consejos para ahorrar energía deben también aplicarse.
6. No provocar fuegos
Grandes desastres como los incendios forestales se pueden generar por una colilla mal
apagada o una barbacoa. Si es posible, se recomienda no fumar o, al menos, preocuparse de
que colillas y cenizas no lleguen al entorno; también hacer fuegos solo en espacios habilitados
para ello y hacer caso a las indicaciones. En épocas de riesgo de incendio se prohíbe hacer
fuego incluso en estos lugares.
Los ecosistemas y las especies que habitan en ellos viven en un delicado equilibrio que puede
romperse por cualquier pequeña alteración, sobre todo en el caso de las especies
amenazadas. Es aconsejable, por tanto, no tocar los nidos de las aves, no ofrecer comida que
pueda sentar mal a los animales, no gritar ni introducir elementos de contaminación acústica
como música o vehículos ruidosos, no llevarse nada "como recuerdo", etc. En resumen, dejar
todo como estaba.
8. No introducir especies invasoras
El contrabando de especies (en especial en España, por donde se estima que circula el 30% de
todo el mercado mundial), además de ser un delito, pone en riesgo a muchos seres vivos en
situación delicada. Así ocurre cuando se adquiere una especie exótica, ya sea viva o como
souvenir con partes de la misma, como corales o colgantes de marfil.
Si se observa alguna actividad que ponga en peligro la naturaleza, como vertidos ilegales, uso
de cebos con veneno, contrabando de especies, incendios forestales, etc., se debe denunciar.
Marcar el teléfono de Emergencias, el 112, o el del Servicio de Protección de la Naturaleza
(Seprona), el 062, son dos buenas maneras de hacerlo.
El turismo ecológico ofrece una estancia agradable y en armonía con el entorno. Las
posibilidades son diversas, desde el senderismo hasta el "birdwatching" u observación de las
aves en su hábitat natural. La oferta de hoteles ecológicos todavía es pequeña en España, pero
se pueden encontrar algunos con encanto.