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Conceptos fundamentales

Y A C-B


Vínculos virtuales Francisco A. Ortega Martínez
Colección CES Universidad Nacional de Colombia
Yobenj Aucardo Chicangana Bayona
Fabián Sanabria, Ed.

F A. O M


de la cultura política de
Universidad Nacional de Colombia
Sede Medellín
La escultura sagrada del Chocó en el Sandra Milena Ramírez
contexto de la memoria de la estética Universidad Nacional de Colombia
de África y su diáspora: ritual y arte
Colección CES
(Premio Fundación Alejandro
la Independencia Grupo de Investigación Prácticas
Culturales, Imaginarios y Representaciones
Se conforma en 2003, ante la necesidad de

E
Ángel Escobar 2011, categoría
ste libro es quizá el producto más patente, incluso el más crear y fortalecer comunidades académicas en
Ciencias Sociales)
la universidad y el país que aborden la
Martha Luz Machado Caicedo anhelado, aunque no el único, de varios años de trabajo

E
problemática histórica desde la perspectiva y
colectivo en torno a un mismo compromiso: la exploración los métodos de la historiografía cultural. En
Pedagogía, saber y ciencias conceptual de los fundamentos de la cultura política que se instala primer lugar, la que examina los procesos de
Colección CES subordinación y resistencia a la luz de
en el antiguo territorio de la Nueva Granada durante la primera
Javier Sáenz Obregón, Ed. micro-agencias que se apropian y transforman
mitad del siglo XIX. El libro parte del carácter problemático y

Conceptos fundamentales de la cultura


política de la Independencia
el entorno social. En segundo lugar, la que
Trauma, cultura e historia: azaroso que supuso lo que hoy conocemos como independencia, examina las prácticas, creencias y conductas a
la luz de las representaciones, imaginarios y
reflexiones interdisciplinarias de reconocer el carácter no necesario ni unívoco del orden político
códigos que las sustentan. En tercer lugar, la
para el nuevo milenio fruto de los procesos vividos entre 1808 y 1830. Al intentar hacer que examina la producción, circulación y
Lecturas CES cualquier aproximación investigativa a un momento concebido consumo de bienes simbólicos a la luz de las
Francisco Ortega, Ed. como fundacional de la nación, se corre el riesgo de hacerse una mediaciones culturales que producen en cada
una de sus instancias. Igualmente, el grupo
Acciones afirmativas y ciudadanía
imagen acabada y limpia de aquello que precisamente estaba en comparte una preocupación fundamental por
diferenciada étnico-racial negra, pugna y en discusión. Ésta es quizá una de las primeras precauciones el papel de la historia en la administración y
afrocolombiana, palenquera que este libro observa: intentar escapar al mito de los orígenes de F A. O M configuración de la memoria social –tanto en
su quehacer disciplinario como en sus
y raizal. Entre Bicentenarios la nación y de la nacionalidad colombiana. No para identificar su Y A C-B manifestaciones institucionales– y de sus
de las Independencias y ausencia o fragilidad sino para dar cuenta de las formas específicas E potencialidades para proyectarse creativa y
Constitución de 1991 en las que se instituyó el orden político republicano. críticamente en el presente nacional.
Investigaciones CES
Claudia Mosquera S M R Centro de Estudios Sociales (CES)
Desde 1985 el Centro de Estudios Sociales
Rosero-Labbé & A E (CES) de la Universidad Nacional de
Ruby Esther León Díaz, Eds.
Colombia se dedica a impulsar el desarrollo de
perspectivas inter y transdisciplinarias de
Cambio empresarial y tecnologías reflexión e investigación en ciencias sociales.
de información en Colombia. Las actividades de docencia, extensión e
Nuevas formas de investigación que se desarrollan en el CES
organización y trabajo. responden al reto de enfrentar la diversidad
Investigaciones CES social de la nación desde diferentes ópticas que
Anita Weiss, Enrique Seco & permitan afianzar el vínculo entre la academia
y las entidades tomadoras de decisiones.
Julia Ríos Lecturas Como resultado del trabajo de sus integrantes,
CES el CES cuenta con una extensa producción
bibliográfica reconocida nacional e
Lecturas CES internacionalmente. Dos de sus publicaciones
han sido reconocidas con el premio Fundación
Alejandro Ángel Escobar.
Conceptos fundamentales
de la cultura política de la Independencia
Colección Lecturas CES

Conceptos fundamentales
de la cultura política de la Independencia

Francisco A. Ortega Martínez


Yobenj Aucardo Chicangana-Bayona
editores

Sandra Milena Ramírez


Asistente editorial

University of Helsinki
The Research Project Europe
1815-1914
Renzo Ramírez Bacca Imágenes interiores
Catalogación en la publicación Universidad Nacional de Colombia Facultad de Ciencias Humanas y © Colección Museo de la Independencia-
Conceptos fundamentales de la cultura política de la Independencia / eds. Francisco A. Ortega Económicas Casa del Florero y Casa Museo Quinta de
Martínez, Yobenj Aucardo Chicangana-Bayona ; asistente ed. Sandra Milena Ramírez. – Sede Medellín Bolívar, Ministerio de Cultura, Bogotá
Bogotá : Universidad Nacional de Colombia. Facultad de Ciencias Humanas, Centro de Decano Daniel Castro
Estudios Sociales (CES) ; Universidad Nacional de Colombia (Medellín). Facultad de Ciencias
Humanas y Económicas ; University of Helsinki, 2012 Director
554 pp. – Lecturas CES University of Helsinki
The Research Project Europe 1815-1914 © Museo Nacional de Colombia/Juan
Incluye referencias bibliográficas
Bo Stråth y Martti Koskenniemi Camilo Segura
ISBN : 978-958-761-131-1 Directores María Victoria de Angulo de Robayo
Directora
1. Cultura política – Historia – Colombia 2. Soberanía 3. Ciudadanía 4. Colombia – Historia
constitucional – Siglo XIX 5. Colombia – Historia – Guerra de Independencia, 1810-1819 I.
Ortega Martínez, Francisco Alberto, 1967 – II. Chicangana-Bayona, Yobenj Aucardo, 1973 – Centro de Estudios Sociales (CES) © Biblioteca Nacional de México
III. Serie
Yuri Jack Gómez © Biblioteca Nacional, Bogotá
CDD-21 306.2 / 2012 Director © Colección Banco de la República,
Bogotá
Conceptos fundamentales de la cultura política de la Independencia Juliana González Villamizar
© Universidad Nacional de Colombia, Coordinadora editorial CES
Facultad de Ciencias Humanas, Centro de Estudios Sociales (CES).
© Universidad Nacional de Colombia, Ana María Noguera
Facultad de Ciencias Humanas y Económicas, Sede Medellín.
Ona Vileikis Pinilla
© University of Helsinki
Corrección de estilo e índice analítico
© Francisco A. Ortega Martínez, Yobenj Aucardo Chicangana-Bayona
© Varios autores
Oficina de Comunicaciones
ISBN: 978-958-761-131-1 Facultad de Ciencias Humanas y
Primera edición: Bogotá, Colombia. Mayo de 2012. Económicas
Universidad Nacional de Colombia
Sede Medellín
Universidad Nacional de Colombia Sergio Bolaños Cuéllar Realización gráfica
Moisés Wassermann Lerner Facultad de Ciencias Humanas
Rector Sede Bogotá Imagen de portada
Decano La India de la Libertad. Anónimo.
Alfonso Correa © Colección Museo de la Independencia-
Vicerrector Académico Jorge Rojas Otálora Casa del Florero, Ministerio de Cultura
Vicedecano Académico Bogotá
Julio Esteban Colmenares Montañez
Vicerrector Sede Bogotá Aura Nidia Herrera
Vicedecana de Investigación
Contenido

Introducción. Conceptos fundamentales de la cultura política de


la Independencia
Francisco A. Ortega Martínez ....................................................................... 11

I. Inicios, transformaciones y repúblicas

Joaquín de Finestrad y el problema de los “orígenes ideológicos”


de la Revolución
Elías J. Palti .................................................................................................... 31

Entre ‘constitución’ y ‘colonia’, el estatuto ambiguo de las Indias


en la monarquía hispánica
Francisco A. Ortega Martínez......................................................................... 61

II. Conceptos fundamentales de la cultura política

Atributos del bien común en la construcción de la ciudadanía


neogranadina
Diana Monroy-García .................................................................................. 95
Patria y Monarquía en el Papel Periódico de la Ciudad de Santafé de IV. Contornos del presente: conceptos, imágenes,
Bogotá, 1791-1797 memorias
Carlos Villamizar Duarte ........................................................................... 123
Conceptos, cultura y lenguajes políticos en las pinturas sobre la
La voz del Soberano. Representación en el Nuevo Reino de Granada, Independencia, siglo XIX
1785-1811 Yobenj Aucardo Chicangana-Bayona ....................................................... 383
Alexander Chaparro Silva ........................................................................... 161
Cultura política y conmemoración en Colombia: primer siglo de
La soberanía como principio y práctica del nuevo orden político vida republicana
en la Nueva Granada, 1781-1814 Amada Carolina Pérez Benavides y Soraya Maite Yie Garzón ............ 417
Zulma Rocío Romero Leal .......................................................................... 195
Epílogo para invitar a la discusión
Óscar Almario García ................................................................................ 449
III. Recortes de lo político

El pueblo en la república de los ilustrados Autores ......................................................................................................... 459


Gilberto Loaiza Cano ................................................................................. 221
Fuentes y bibliografía ............................................................................... 469
Hacia una historia conceptual de la tiranía y la dictadura en las
revoluciones americanas de 1810 Índice onomástico ....................................................................................... 517
María Victoria Crespo ................................................................................. 259
Índice temático..............................................................................................523
La libertad de la República y los esclavos de Quito: sobre el concepto
de libertad en los “valles jesuitas”, 1780-1820
María Eugenia Chaves ............................................................................... 289

El soldado y el ciudadano en la guerra en la Nueva Granada.


Ejército, milicia y libertad: una tensión inaugural
Clément Thibaud ........................................................................................ 317

Monstruosidad y no-ciudadanía: la metáfora de la exclusión en la


Nueva Granada, 1780-1814
Nicolás Alejandro González Quintero ..................................................... 353
Introducción. Conceptos fundamentales de
la cultura política de la Independencia
Francisco A. Ortega Martínez*

Reside en la naturaleza misma de las cosas humanas que


cada acto que una vez hizo su aparición y se ha registrado en
la historia de la humanidad permanece con la humanidad
como una potencialidad mucho tiempo después de que su
realidad se ha convertido en una cosa del pasado1.
Hannah Arendt

Del principio de incertidumbre


Este libro es quizá el producto más patente, incluso el más anhelado,
aunque no el único, de varios años de trabajo colectivo en torno a un
mismo compromiso: la exploración conceptual de los fundamentos de la
cultura política que se instala en el antiguo territorio de la Nueva Granada
durante la primera mitad del siglo XIX. Un núcleo importante de los
textos aquí recogidos fue elaborado por un grupo de investigadores que
trabajó conmigo durante cerca de cuatro años (2007-2011), y elaboró
buena parte de sus capítulos entre animadas reuniones quincenales e
interminables búsquedas en los archivos y las bibliotecas de Colombia.

* Profesor Asociado, Universidad Nacional de Colombia. Investigador postdoctoral,


Universidad de Helsinki, Finlandia. Ph.D., Universidad de Chicago.
1
  «It is in the very nature of things human that every act that has once made its appearance
and has been recorded in the history of mankind stays with mankind as a potentiality
long after its actuality has become a thing of the past» (Baehr, 2000, p. 370).

11
Fue un recorrido que encontró en octubre del 2006 un primer apoyo ventajas de mirar más allá del recorte en torno al ciudadano. Se había vuelto
en la Vicerrectoría de la Universidad Nacional de Colombia2. Un par de evidente que el ciudadano, además de ser agente y sujeto de los lenguajes e
años después, metodológicamente más enrutados, la División de Inves- instituciones nacientes, es igualmente un ideal por construir, un horizonte
tigación de la sede Bogotá de la misma universidad patrocinó el proyecto hacia el cual la nueva sociedad organiza y dirige sus recursos y energías,
“Comunidades y subjetividades políticas: 200 años de ciudadanía”, y lo cual nos obligó a explorar constelaciones conceptuales más amplias y
permitió avanzar decididamente en la consolidación y desarrollo de un complejas. Las dinámicas del Programa Nacional de Investigación, “Las
modelo analítico más definido3. culturas políticas de la Independencia, sus memorias y sus legados: 200
Hasta ese momento nos habíamos concentrado en el ciudadano como años de ciudadanías”, formulado de manera conjunta por investigadores
la figura privilegiada de la nueva cultura política. Esta figura genera el de las sedes Medellín y Bogotá de la Universidad Nacional, y aún en curso,
nuevo lazo social al constituir y actualizar la abstracción —ficción, dirá nos permitió expandir fronteras e involucrar nuevos miembros de trabajo4.
Rosanvallon— fundamental sobre la que descansa el orden republicano: Llegamos de ese modo a definir un repertorio de tensiones concep-
el Pueblo. En efecto, el ciudadano podría ser considerado el resorte fun- tuales —más que conceptos en seco— que consideramos importantes
damental de la nueva política en tanto se despliega en dos direcciones para entender las transformaciones de la cultura política del período y
simultáneas: como sumatoria que constituye el Pueblo soberano; y como que, de una u otra manera, mantienen su carácter problemático en el
actualización a través de sus formas de participación y contradicción en presente. No pretendíamos hacer un inventario exhaustivo. Al contra-
lo social. rio, estamos muy conscientes de las ausencias notables —conceptos tan
Se empezaron de esa forma trabajos muy concretos sobre los atributos pertinentes como nación, autoridad, opinión pública5—. Valga la pena
del ciudadano, que buscaron iluminar los modos en que, de manera azarosa aclarar que no ha sido nuestra intención en ningún momento elaborar
y conflictiva, se definieron la igualdad, la diferencia, el bien común y la un diccionario de términos sociopolíticos, empresa que por otra parte ya
autonomía. Sin embargo, durante esta última fase se hicieron evidentes las
4
  “Culturas políticas de la Independencia, sus memorias, sus legados: 200 años
de ciudadanías”. Programa Nacional de Investigación de la Universidad Nacional
2
  “Pasado, presente y futuro de una memoria histórica: 200 años de vida republicana en dirigido por Óscar Almario (Código Quipú 206010013416). Fecha estimada de
Colombia” (Código Quipú 6142), con cierre en abril de 2009. Dirigido por Francisco cierre: septiembre de 2011. Desde septiembre del 2009 Francisco A. Ortega Martínez
A. Ortega Martínez y coordinado por Sandra Milena Ramírez. Me animo a señalar ha participado como investigador en el programa The Research Project Europe 1815-
un comienzo, arbitrario como tantos otros, que sin embargo trazó una ruta hace poco 1914. Between Restoration and Revolution, National Constitutions and Global Law: an
más de ocho años, cuando en el marco de un grupo de estudio sobre teoría poscolonial Alternative View on the European Century 1815-1914 (EReRe), apoyado por el Consejo
(que posteriormente se convirtió en el grupo de investigación “Prácticas culturales, de Investigación Europeo (o European Research Council) con sede en la Universidad de
imaginarios y representaciones”) propuse examinar las transformaciones políticas del Helsinki, Finlandia, y coordinado por los profesores Bo Stråth y Martti Koskenniemi.
período de la Independencia con las herramientas de la historia subalterna. Ese primer Aprovechamos para reconocer el interés y el apoyo prestado por el Programa de
ejercicio generó grandes expectativas, pero demostró igualmente sus insuficiencias. El Investigación a esta publicación.
giro conceptual se dio poco después. 5
  Decidimos no incluir el concepto de opinión pública, pues el tema será tratado
3
  Proyecto “Comunidades y subjetividades políticas: 200 años de ciudadanía”, dirigido en extenso en un libro que se halla en preparación. El libro es editado por Francisco
por Francisco A. Ortega Martínez y coordinado por Sandra Milena Ramírez. El proyecto A. Ortega Martínez y Alexander Chaparro Silva, y tiene el título de Disfraz y pluma
fue financiado por la DIB (Convocatoria 2008, Código del proyecto 201010012775). de todos. Opinión pública y cultura política, siglos XVIII y XIX. (Bogotá, Universidad
El proyecto cerró en mayo de 2011. Nacional, primer semestre de 2012).

12 Introducción Introducción 13
cuenta con un volumen editado por Javier Fernández Sebastián (2009), consecuencias de sus acciones; una atención especial al lenguaje del
y con investigadores dispersos en ambas orillas del Atlántico6. Más bien, período, con sus usos particulares, contenidos semánticos y simbólicos,
nuestro propósito ha sido el de tomar un rango selecto de conceptos y contextos comunicativos; una mayor y más matizada apreciación de
fundamentales —particularmente ricos y complejos— en el momento las rupturas y continuidades entre la cultura política de la Colonia y las
de la transición de la monarquía a las repúblicas, para desarrollar estudios nuevas formas del naciente orden republicano, y, sobre todo, una mirada
localizados en escenarios muy concretos entre 1780 y 1850. que insiste en el carácter problemático y azaroso, no necesario ni unívoco,
Los investigadores formalmente vinculados al proyecto hemos contado del orden político. Permítaseme decir sobre este último punto, que el
con la suerte de tener un grupo importante de académicos comprometi- objetivo de volver sobre la cultura política «no tiene otra pretensión que
dos con el tema y nuestra modalidad de trabajo. Ellos nos han brindado comprender desde el interior las certidumbres, los tanteos o las cegueras
apoyo, nos han hecho críticas fundamentales, nos han indicado caminos que gobiernan la acción y la imaginación de los hombres» (Rosanvallon,
y planteado nuevos interrogantes. En ese sentido, las contribuciones de 1999, p. 17). En vez de la imagen limpia y acabada que nos ofrecen
Carlos Villamizar Duarte, Yobenj Aucardo Chicangana-Bayona, Amada las historias patrias, procuramos evidenciar todo aquello que estaba en
Carolina Pérez Benavides, Soraya Maite Yie Garzón y Óscar Almario pugna y restaurar el principio de incertidumbre que gobierna la acción
son apenas concreciones de un diálogo sostenido en múltiples ocasiones y la imaginación humanas.
a lo largo de estos cuatro años. Pero además, un grupo de prestigiosos
investigadores que nos han visitado o con quienes tenemos comunicación De lenguajes y conceptos
frecuente, se ha articulado al libro, complementando y aportando con ¿Cómo acercarnos entonces a la pertinencia o actualidad que pudo haber
su experticia facetas apenas intuidas por el grupo inicial. Los capítulos tenido en su momento la llamada “nuestra revolución”? ¿Cómo no caer
de Elías J. Palti, María Eugenia Chaves, Gilberto Loaiza Cano, María en el presentismo que considera la separación de España y la erección
Victoria Crespo y Clément Thibaud redondean de esta manera la temá- de una República popular y representativa como una inevitable etapa
tica del libro7. final de la historia? ¿Cómo dejar de ver el presente como naturalmente
Varios son los rasgos compartidos —más allá del interés por el pe- constituido por un pasado que ya lo contenía? Para empezar a responder
ríodo— por los autores aquí reunidos: una preocupación palpable por estas preguntas, el grupo de trabajo inicial se planteó tres principios me-
las motivaciones e intenciones de los sujetos sociales, así como por las todológicos que, sin ser camisas de fuerza, orientaron nuestro quehacer
durante el tiempo de la investigación. No me parece aventurado señalar
6
  Antes del Diccionario político y social del mundo iberoamericano, Javier Fernández que estos mismos principios son compartidos, en mayor o menor medida,
Sebastián coeditó junto a Juan Francisco Fuentes el Diccionario político y social del
por todos los autores aquí recogidos.
siglo XIX español (2002).
7
  Otros investigadores han estado muy cerca del proyecto y lo han enriquecido con
sus diversos aportes. Aprovecho para agradecer a Franz Hensel, Margarita Garrido, El nivel de los acontecimientos y la dimensión política
Marta Zambrano, Margarita Chávez, Víctor Uribe, Lina del Castillo, Daniel Castro, El punto de partida para los autores fue la comprensión del período de las
Cristina Lleras, Heraclio Bonilla, Carlos Altagracia, José Juan Rodríguez y Manuel independencias americanas (1808-1825) como un momento de intensa
Chust. Mención aparte merecen Paolo Vignolo, Max Sebastian Hering Torres y, en
reelaboración, ruptura y transformación de la cultura política colonial.
efecto, los miembros del grupo de investigación “Prácticas culturales, imaginarios y
representaciones”. No es un punto de partida nuevo, pues ya sus propios protagonistas

14 Introducción Introducción 15
habían reclamado estar viviendo un tiempo diferente, azaroso y excep- mito de los orígenes de la nación y de la nacionalidad, de la inevitabilidad
cional, de cambio; consciencia que se pone en evidencia con la prolife- de la Independencia y las formas que finalmente adquirió9. De hecho,
ración de llamadas a cabildos extraordinarios, con las invocaciones a la como señalé en un artículo reciente, la renovada atención al nivel de los
revolución, las ubicuas alusiones a las novedades en todos los ámbitos acontecimientos ocurre como intento por entender ciertas dinámicas
de la vida social y política, y la sensación generalizada de incertidumbre de cambio que habían sido desatendidas previamente y por desarrollar
y crisis8. No es necesario entender estas transformaciones como un corte estrategias de investigación que corten con explicaciones teleológicas10.
total con el pasado, pues las continuidades son igualmente evidentes. Sin En su obra Pensar la Revolución Francesa (1978), Furet designa con la
embargo, ellas sí lograron socavar el prestigio del régimen monárquico categoría de ‘acontecimiento’ (événement) el conjunto de contingencias
y la antigua sociedad de estamentos e instauraron la soberanía popular que conforma la singularidad inesperada conocida como la Revolución
como principio de legitimidad, la idea de la nación como horizonte úl- francesa: «ocurre que el acontecimiento revolucionario, en el día que estalla,
timo de la comunidad política y la figura jurídica del ciudadano como transformó profundamente la situación anterior e instituye una nueva
expresión formal de la igualdad a través de la cual se expresa la relación, modalidad de la acción histórica que no está inscrita en el inventario de
en términos de derechos y obligaciones, con el Estado. Estas transfor- esta situación» (1980, p. 35). El acontecimiento, escribe Furet, presenta
maciones vertiginosas hicieron posible —entre otras cosas— el campo «una dinámica que podría llamarse política, ideológica o cultural, para
que hoy en día conocemos como de la política, y abrieron paso al ideal decir que su múltiple poder de movilización de los hombres y de acción
y a la práctica de la democracia, aun en la forma precaria en que se ha sobre las cosas pasa por un reforzamiento del sentido» (p. 36)11. Este
llevado a cabo en Colombia.
Comprender las independencias americanas como el conjunto de su- 9
 Toda historia nacional parte del supuesto de que, por derecho propio, a cada nación le
cesos que dan paso a nuestra contemporaneidad política puede provocar corresponde su independencia. Es un derecho adquirido que, en el caso nuestro, adquiere
la sospecha de que estamos ante un disimulado retorno a la vieja historia carta de ciudadanía con las fábulas de la Independencia cultivadas por la historia patria.
patria. Sin embargo, nada más lejos del espíritu que ha animado la cons- Por el contrario, la nueva historia política, desde el trabajo pionero de François-Xavier
Guerra, ha probado que el conjunto de la monarquía es la unidad de análisis ineludible
trucción de este libro. Más que a las certezas propias de los cultores de
para entender la cultura política del período. Los enfoques tradicionales de la nación no
la antigua historia patria, los autores aquí recogidos intentan escapar al solo resultan anacrónicos, sino que inevitablemente empobrecen el campo de análisis
(al ignorar lo que ocurre en otras latitudes del imperio) y orientan la interpretación
histórica hacia una visión teleológica de la nacionalidad (Guerra, 1993; Rodríguez,
8
  Así, por ejemplo, el Diario Político indicaba en su primer número que después de los
2004). Annick Lempérière (2004) ha designado como ‘Euroamérica’ la unidad espacial
hechos del 20 de julio los americanos «fluctuamos en un Oceáno de ideas inconexâs,
mínima dentro de la cual es posible captar la lógica de los eventos americanos.
sin experiencia, y casi sin principios […]» y ofrecía las páginas del periódico para
«que nuestros Franklines y nuestros Washingtones derramen luxes y fixen nuestra
10
  Acontecimiento y eventualización: debates historiográficos. En A. C. Pérez y M. S.
inconstancia y nuestra incertidumbre». Prospecto (1810, agosto 27). Diario Político de Hering Torres (Eds.), Historia cultural desde Colombia. Categorías y debates.
Santafé de Bogotá, p. 1. La precariedad o falibilidad de las certezas pasadas contrastaba 11
  De ese modo, el acontecimiento (a diferencia de los meros hechos o la simple
con el sentimiento de posibilidades que embargaba a buena parte de sus protagonistas. eventualidad) no niega las determinaciones sociales, que más bien constituyen una
Camilo Torres y Frutos Joaquín Gutiérrez señalaban que la instalación de una Junta apertura a la indeterminación dentro de las determinaciones dadas; requiere, por lo
Suprema en Santafe y su declaración de reasunción de soberanía el 20 de julio de tanto, un análisis diferente de la relación de fuerzas que lo hacen posible y la racionalidad
1810 «hará época en la historia y causará al mundo novedad y admiración […]» (en que lo organiza. Para Furet, el acontecimiento, entonces, designa una intensificación de
Martínez Garnica, 2008). la temporalidad en la que los significados y las convenciones sociales devienen inciertas

16 Introducción Introducción 17
reforzamiento juega un papel fundamental en la lógica de cambio, es No es que la nueva historia política niegue la importancia de los facto-
decir, en los mecanismos que gobiernan la sucesión de un evento por otro. res socioeconómicos. Más bien, por una parte, cuestiona el componente
La definición de acontecimiento, en la que las acciones producen un mecanicista en la noción de causalidad para examinar la convergencia
rebasamiento de los criterios previsibles, abre un momento fuerte de la de relaciones y circunstancias que precipitan reordenamientos sociales,
política: «estos acontecimientos que son de naturaleza política e ideológica y por otra, amplía el abanico de factores precipitantes al argumentar
desacreditan por definición un análisis causal establecido en términos de la centralidad de los agentes sociales como motivadores en los mismos
contradicciones económicas y sociales» (p. 37). Aunque Furet no define procesos de cambio.
claramente la naturaleza de lo político, debe resultar claro que significa
algo más que el debate de ideas políticas, la acción institucional o los La experiencia histórica y la historia conceptual
enfrentamientos entre partidos y dirigentes. Aquí resulta pertinente res- Precisamente porque el acontecimiento es una transformación de lo
catar la reflexión que Claude Lefort, amigo y colega de Furet, desarrolla político —y no solo de la política—, toda descripción histórica debe
sobre la necesidad de pensar lo político. tomar en serio la experiencia, las motivaciones de sus actores. El llamado
giro lingüístico ha demostrado que una atención rigurosa al lenguaje y
Pensar lo político requiere una ruptura con el punto de vista de la cien- a las representaciones nos permite acercarnos al acto social a través de
cia política, pues esta nace de la supresión de dicha pregunta. [La ciencia su construcción simbólica12. Aun más, si aceptamos, como lo propone
política] nace de una voluntad de objetivación que olvida que no existen Reinhart Koselleck, que la semántica histórica o historia conceptual
ni elementos, o estructuras elementales, ni entidades (clases o segmentos (Begriffsgeschichte) es un intento por comprender la historia de la expe-
de clases), ni relaciones sociales, ni determinación económica o técnica, riencia y su incidencia sobre la acción social, entendemos las razones por
ni dimensiones del espacio social que preexistan a la acción de dar forma las cuales los avatares de toda transformación política son igualmente
a este espacio (p. 39). conceptuales. Sin embargo, para aceptar esa premisa es necesario definir
primero la especificidad de lo que es un concepto.
De ese modo, lo político no se refiere únicamente al papel de las insti- En primera instancia, un concepto —en el sentido que le da
tuciones estatales en la vida comunal, ni al ejercicio de los políticos y de Koselleck— no corresponde a las definiciones técnicas que proponen la
los partidos, o al ordenamiento de la sociedad desde la instancia general ciencia política, el derecho, la economía o la filosofía política. Sin duda,
de poder. Tampoco a su disputa o su administración por los grupos de los conceptos son sometidos constantemente a procesos de redefinición
poder. Lo político comprende todas aquellas actividades en las que el en estos y otros sitios disciplinarios, pero el concepto adquiere sustancia
poder y la comunidad se ven implicados, y se refiere fundamentalmente en la práctica social y no expresa un contenido normativo o doctrinal
a los procesos de autoconstitución. exclusivo. Es decir, la semántica histórica no procura una definición
acertada del concepto, sino una descripción, más o menos densa, de las
múltiples experiencias que el concepto cristaliza (Geertz, 1988). Por otra
y generan contextos fluidos. En esos contextos fluidos —ocasiones generalmente
conocidas por el término ‘revoluciones’—, las relaciones sociales se transforman de
maneras que no podrían ser anticipadas a partir de los nexos causales ni de los cambios 12
  Para un desarrollo temprano de la nueva historia política en el contexto
graduales que llevaron a ellos. iberoamericano ver el planteamiento de François-Xavier Guerra (1989; 1993).

18 Introducción Introducción 19
parte, a diferencia de las palabras, el concepto es una estructura que, si Esos horizontes de posibilidad son múltiples y de ahí decimos que todo
bien es de orden semántico, opera en tensión constante entre el espacio presente está siempre constituido por múltiples futuros. Parte del traba-
colectivo de experiencias históricas y los horizontes de expectativa a los jo de una historia que busca reestablecer el principio de incertidumbre
que estas experiencias dan lugar. De ese modo, los autores del libro no es recuperar esos futuros pasados, incluso aquellos, o particularmente
se preguntan simplemente por los sentidos de ‘Patria’, ‘Pueblo’ o ‘In- aquellos, que no solo no fueron realizados, sino que hoy en día reposan
dependencia’ a finales del siglo XVIII o principios del siglo XIX, sino, en el más completo olvido.
sobre todo, intentan determinar cuáles son las experiencias en torno a
las que esos sentidos se alimentan, cuáles las expectativas que despiertan Constelaciones conceptuales y lenguajes políticos
entre aquellos que los invocan y qué tipo de acciones sancionan. De esto La historia conceptual (Begriffsgeschichte) tiende a privilegiar los procesos
se colige que los conceptos no son estables, sino que precisamente se de sedimentación de larga duración y, por lo tanto, ofrece excelentes opor-
reconocen en su capacidad de comunicar significados diversos, es decir, tunidades para caracterizar los grandes nodos semánticos que orientan
a partir de su condición polisémica. Aun más, una palabra se convierte las potencialidades de significación de un período. Sin embargo, hacer la
en concepto si «la totalidad de un contexto de experiencia y significado historia de la política significa igualmente rastrear las variaciones, trans-
sociopolítico, en el que se usa y para el que se usa […], pasa a formar formaciones e innovaciones, a veces violentas y súbitas, generalmente
parte globalmente de esa única palabra» (Koselleck, 1993, p. 117). sutiles, por las cuales aparecen nuevos significados al interior de antiguos
Esa capacidad de absorción semántica le permite al concepto identificar conceptos o se cristaliza un nuevo concepto. Sin duda, los nuevos senti-
las «diferentes capas de la economía de la experiencia de la época que dos de un concepto se instalan sobre un paisaje semántico previo, pero
entran en la frase» (Koselleck, 1993, p. 108). Sin embargo, la polisemia el mecanismo de cambio solamente adquiere visibilidad a través de una
no es suficiente. La calidad de concepto, señala Koselleck, solamente se indagación particularmente intensa de aquellas instancias y contextos de
adquiere cuando una palabra es disputada como estrategia de enunciación intercambio comunicativo y disputa argumental.
de intereses contrarios, en otras palabras, cuando él mismo se convierte Al examinar estas instancias y contextos discursivos se hacen evidentes
en el objeto de la política. La coexistencia de diversas posibilidades ani- la dimensión simbólica, las estructuras retóricas y la pragmática de los
ma la construcción de legitimidades a través de pugnas políticas que se intercambios comunicativos. Adicionalmente, aparecen en el escenario
manifiestan en el intento por imponer una definición de los términos los actores que enuncian o son interpelados, las prácticas que intentan
en cuestión. Precisamente por eso, los conceptos constituyen, de manera fijar, modelar o dominar, y las instituciones que animan y legitiman o
simultánea, índices de las luchas sociopolíticas y factores de esas luchas al condenan y revocan. El conjunto de estos elementos nos acerca a lo que
trazar horizontes de acción futura y «límites para la experiencia posible John Pocock llamó un “lenguaje político”, es decir, los «idiomas, la re-
y para la teorización concebible» (p. 118). tórica, el vocabulario y gramáticas especializadas, los modos de discurso
Contrario a lo que sucede con la antigua historia de las ideas, la historia o de hablar acerca de la política [que constituyen] una comunidad de
conceptual no nos despliega la inevitable sucesión de estados y signifi- discurso única, aunque diversa» (2009, pp. 89, 93)13. Se podría afirmar
caciones en un progreso que resulta arrollador, sino que procura com- que un lenguaje político tiene el carácter de un paradigma, en la medida
prender las condiciones en las cuales se elaboran las experiencias sociales
y se informan los horizontes de posibilidad de un momento específico. 13
  La traducción es mía.

20 Introducción Introducción 21
en que los paradigmas estructuran el contenido semántico y la argumen- y azarosas un mínimo de democracia digna, no puede vivir sin pasado.
tación de cierta manera. Un lenguaje político, por lo tanto, se distingue La ausencia de una reflexión crítica sobre el pasado empobrece la delibe-
de otros por el modo de concebir los problemas y formular preguntas, ración pública, atrofia la imaginación, y la destituye de valiosos recursos
aun cuando estas admitan diversas respuestas. Esto tiene incidencia en el conceptuales, simbólicos y morales para enfrentar sus retos presentes y
modo de organizar y proceder con la argumentación. El problema fun- construirse un futuro. En últimas, nos deja inermes ante la demagogia y
damental es entonces comprender cuáles son las preguntas —y no solo la manipulación, desprovistos de recursos ante los proyectos extremistas
las respuestas— que se hicieron los actores de la historia en determinados y el autoritarismo; en breve, pasivos de la violencia.
lugares y momentos. Muchas de las tensiones y contradicciones que se hicieron evidentes
Si la dimensión conceptual nos permite anclar nuestro análisis en la hace doscientos años, al comienzo de una larga y conflictiva ruptura
experiencia histórica, el del discurso nos permite captar la historicidad que terminará en la emergencia de las nuevas repúblicas americanas,
propia con que esa experiencia es producida. Esto quiere decir que el continuarán operando y definiendo nuestra historia, no como herencias
objetivo no es identificar ideas o temas que reaparecen o se suceden en intactas, sino como procesos de configuración y de organización de lo
diversos momentos de la historia, sino reconstruir un modo característico político. Es por eso que se hace importante releer nuestros pasados,
de producirlos. Como señala Elías Palti, «no basta, pues, con analizar los no tanto para encontrar respuestas en los presentes pasados, sino para
cambios de sentido que sufren las distintas categorías, sino que es necesario enfrentarnos enriquecidos —con la apropiación de nuestros doscientos
penetrar la lógica que las articula, cómo se recompone el sistema de sus años de camino recorrido— a nuestros presentes futuros. Y, también, para
relaciones recíprocas» (2007, p. 17). esculcar en esos pasados futuros, futuros del ayer, las expectativas que no se
cumplieron y que regresan una y otra vez a reclamar su lugar en nuestro
La utopía está en el pasado presente incierto.
El grupo de investigación jamás se acercó al tema como un acto de De ese modo, nuestra propuesta se enmarca en la urgente tarea de
“erudita” curiosidad, ni como resultado de la obligación patriótica, ni repensar el presente. Un presente que es precisamente heredero del
motivado por las modas bicentenarias. Al contrario, cierto pudor y una lenguaje liberal y de las prácticas republicanas que hicieron posible la
pesada modestia han estado siempre presentes ante la posibilidad de decir disolución del pacto colonial. Los diferentes conceptos de ciudadanía, la
algo nuevo en un panorama saturado con pronunciamientos, ceremonias, definición de bien común, soberanía o libertad, que históricamente nos
festejos y, también, estudios académicos, muchos de ellos excelentes. han construido, encuentran un referente inicial en las prácticas culturales,
Pero, más importante para todos ha sido la convicción de que la reflexión imaginarios y representaciones que irrumpieron en escena a principios
informada en torno al pasado es vital para cualquier comunidad y que del siglo XIX. De ese modo, repensar el período es insistir en nuestro
buena parte del país corre el riesgo hoy en día de perder la oportunidad presente como inconcluso.
de enfrentar este Bicentenario con la seriedad que se merece —o, por lo Pero por ‘legados’ no me refiero a las persistentes identidades, a las
menos, que nos permite— la ocasión. recurrencias o a las remanencias esenciales que quieren garantizar una
El desinterés individual por el pasado no es necesariamente condenable. continuidad, un origen o una identidad. Por el contrario, la dimensión
A nivel personal es una opción viable y respetable. Pero un colectivo, mu- de los legados que aquí invocamos nos remite a un campo de acción y de
cho más una comunidad que intenta construir en condiciones precarias luchas concretas, de aporías y antagonismos, un campo de lo social que

22 Introducción Introducción 23
permanece irremediablemente abierto. Como ya se anotó, el principio Finestrad— las que generarán posibilidades conceptuales inimaginables
de precariedad permite pensar los futuros del pasado, es decir, las expec- en un momento, pero que devienen en posibilidades políticas mucho
tativas presentes en los diversos momentos de la historia. El primer paso más amplias en momentos posteriores.
de una interpretación crítica significa entonces restituir la diferencia y la El texto de Francisco A. Ortega Martínez, “Entre ‘constitución’ y
alteridad constitutiva de los presentes pasados, los modos en que todo ‘colonia’, el estatuto ambiguo de las Indias en la monarquía hispánica”,
evento está siempre constituido por aquello que pudo ser, pero no fue. explora las transformaciones semánticas de dos términos —‘constitu-
Evidentemente, no todo aquello que pudo haber sido (pero no fue) resulta ción’ y ‘colonia’— durante el siglo XVIII, pero no con la intención de
recuperable. Algunos futuros pasados, futuros del ayer, permanecen aún encontrar el inveterado camino que apunta ineludiblemente al fin de la
como posibilidades que actúan en el presente, pero otros, en cambio, ya monarquía y al surgimiento de las nuevas naciones, sino con el ánimo
no lo son. De hecho, hay pasados que ya se fueron junto con sus posibles de acotar un amplio campo de experiencias históricas que adumbran el
futuros, idos irremediablemente, silenciados o mutilados. Pero incluso complejo rango de posibilidades políticas a fines del siglo XVIII. En este
esos pasados inaccesibles no han perdido su eficacia del todo, pues desde caso, una aproximación a las posibilidades históricas inscritas en el pasado
su silencio siguen operando a través del modo en que constituyeron los nos permite entender las modalidades de pertenencia y arraigo del período
pasados que fueron, como reversos de ese pasado que se hizo posible, la tardocolonial y tener luces sobre lo que se entendió por Independencia
alteridad radical de lo que nos llega. Y es allí, digo yo, donde hay que durante las primeras repúblicas neogranadinas (1810-1815).
dirigir nuestra atención con más anuencia, no para hacer presente aquello La segunda parte del libro se titula “Conceptos fundamentales de la
que resulta imposible, sino para hacer manifiesta su ausencia, hacer de cultura política”, y explora un rango limitado, pero especialmente rico,
esa presencia impensable una efectiva historicidad que nos constituye. del vocabulario político de la Independencia neogranadina. Por un lado,
Diana Monroy-García examina con detenimiento los “atributos del bien
El libro entre manos común en la construcción de la ciudadanía neogranadina”, para abordar
El libro14 está compuesto de cuatro partes, además de esta breve intro- la tensión conceptual en la medida en que se mencionan atributos del
ducción. La primera parte, titulada “Inicios, transformaciones y repú- sujeto ligados a la idea de bien común, tales como patriotismo, utilidad,
blicas”, abre con el ensayo de Elías J. Palti, “Joaquín de Finestrad y el virtud y nobleza. Estos cumplieron una función específica en el discurso
problema de los ‘orígenes ideológicos’ de la Revolución”. En el ensayo, de los criollos, al sugerir las delimitaciones de la legitimidad y la perte-
Palti invoca un grupo de textos clásicos (Armitage, 2000; Bailyn, 1967; nencia del sujeto a la comunidad política, proponiendo paralelamente
Baker, 1982), para cuestionar la interpretación histórica que identifica el modelo de colectivo al que el sujeto debía pertenecer, esto es, una
el flujo de influencias desde Europa —o la metrópolis— a las colonias, suerte de condición ideal del cuerpo social en formación. De otro lado,
como la razón y el detonante de las transformaciones que se sucedieron en “Patria y Monarquía en el Papel Periódico de la Ciudad de Santafé de
en ese momento. En cambio, para Palti serán simultáneamente aquellas Bogotá, 1791-1797”, Carlos Villamizar Duarte indaga sobre los usos
elaboraciones locales y del ámbito de la monarquía —como el tratado de de ‘Patria’ en uno de los principales exponentes de la prensa colonial
neogranadina durante el periodo monárquico. Precisamente, debido a
que en este concepto se juntan continuidades y rupturas de la cultura
  Valga aclarar que la mayoría de las citas que aparecen en el libro conservan la
14

ortografía de los textos originales.

24 Introducción Introducción 25
política hispanoamericana, es posible considerar varias de las tensiones a la vez necesario en las coyunturas electorales. Un pueblo que durante
asociadas a la transición política. la República constituyó una prolongación de los temores y prejuicios
Luego, Alexander Chaparro Silva en “La voz del Soberano. Represen- elaborados en las coordenadas ideológicas de la Ilustración. En “Hacia
tación en el Nuevo Reino de Granada, 1785-1811” traza las azarosas una historia conceptual de la tiranía y la dictadura en las revoluciones
transformaciones conceptuales de la representación, desde sus usos tra- americanas de 1810”, María Victoria Crespo desentraña la historia con-
dicionales por parte de la élite santafereña en el marco de la crisis política ceptual de la ‘tiranía’ y la ‘dictadura’ en la América española durante el
experimentada por el Virreinato después de la rebelión de los comuneros período de las revoluciones. Su investigación tiene un doble objetivo:
de 1781, hasta su renovación y protagonismo político durante la crisis en primer lugar, se trata de mirar la historicidad de estos conceptos po-
de la monarquía en 1808 y la convocatoria al Primer Congreso Cons- líticos y abordar las diferentes aristas de su desarrollo durante el período
tituyente del Nuevo Reino de Granada de 1810. El capítulo propone revolucionario americano. En segundo lugar, examina la intencionalidad
comprender la política neogranadina de la primera mitad del siglo XIX política detrás del uso de dichos conceptos en el contexto americano del
como un conjunto de batallas por la representación y la apropiación del período 1810-1820.
poder, por hacer coincidir la voluntad general y el poder, por representar En “La libertad de la República y los esclavos de Quito: sobre el concepto
simbólicamente la voz del Soberano. de libertad en los ‘valles jesuitas’, 1780-1820”, María Eugenia Chaves
En “La soberanía como principio y práctica del nuevo orden político muestra que el concepto de libertad, tan importante en la retórica inde-
en la Nueva Granada, 1781-1814”, Zulma Rocío Romero Leal articula pendentista, entra en conflicto con las ideas de libertad que se desprenden
la dificultad que representó tanto la existencia de múltiples soberanías de la lucha contra la esclavitud. Se propone que el concepto, lejos de tener
en la Nueva Granada, como la indefinición de criterios para la represen- un significado concreto y unívoco, es fracturado y múltiple. La lucha por
tación, las funciones de gobierno anteriormente detentadas por el Rey y la libertad de los esclavizados contribuye a que las ideas de libertad y las
la reorganización del territorio, así como las cuestiones sobre el papel de prácticas políticas de la ciudadanía republicana se conviertan fundamen-
Dios en el proceso y el lugar de la voluntad general. Aunque la nación fue talmente en excluyentes. De otra parte, el ensayo de Clément Thibaud,
constituida como sujeto político al final del proceso, la nueva acepción “El soldado y el ciudadano en la guerra en la Nueva Granada. Ejército,
de soberanía que trajo aparejada también validó la conformación del milicia y libertad: una tensión inaugural”, explora una tensión fecunda
Estado, con lo que se formalizan y parecen resolverse las preguntas por entre el imperativo de la libertad, individual y colectiva, y la necesidad
la legitimidad, la autoridad y la unidad de la República. de construir poderosas fuerzas militares a partir de la crisis política de
Una tercera sección, “Recortes de lo político”, explora la estratifica- 1810 y durante las dos décadas siguientes, años claves en la guerra por la
ción, los bordes y los exteriores de la comunidad política que la dotan Independencia y, posteriormente, en la consolidación institucional. De
de coherencia y unidad, así sea simplemente ficticia. En “El pueblo en otro lado, Nicolás Alejandro González Quintero en “Monstruosidad y
la república de los ilustrados”, Gilberto Loaiza Cano analiza el rango no-ciudadanía: la metáfora de la exclusión en la Nueva Granada, 1780-
de sentido convocado por el ‘Pueblo’, desde la abstracción política que 1814”, se centra en el concepto de no-ciudadanía a través de la metáfora
delega la soberanía en sus representantes o apoderados, los pueblos con de la monstruosidad, la cual creó un número de sujetos cuya existencia
sus expresiones de autonomía provincial, hasta el pueblo de la realidad estaba más allá de lo político. En últimas, y tal vez más importante, la
sociológica, enajenado de las formalidades del cuerpo político, temido y no-ciudadanía también revela una identidad que es elaborada y exaltada

26 Introducción Introducción 27
en oposición a los monstruos: vasallos obedientes y leales, ciudadanos
útiles y verdaderos patriotas americanos.
Finalmente, una cuarta y última parte del libro explora los “Contornos
del presente: conceptos, imágenes, memorias” a través de la relación de
los conceptos con las imágenes y las memorias. En “Conceptos, cultura
y lenguajes políticos en las pinturas sobre la Independencia, siglo XIX”,
Yobenj Aucardo Chicangana-Bayona rastrea el proceso de transformación
político a través de las representaciones pictóricas sobre la Independencia
y las pone en diálogo con la dimensión conceptual. Por su parte, Amada
Carolina Pérez Benavides y Soraya Maite Yie Garzón exploran en su ensayo
“Cultura política y conmemoración en Colombia: primer siglo de vida
republicana” los modos en que el establecimiento del régimen republicano
se asoció a la construcción de una memoria histórica nacional. Si bien su
ensayo no se encuadra dentro de un análisis que se entienda estrictamente
conceptual, sí da cuenta de una de las tensiones constitutivas del siglo
XIX y que podemos definir tentativamente a través del encadenamiento
memoria-orden político-olvido. Mediante la reificación de un pasado I. Inicios, transformaciones y repúblicas
común, dicha memoria debía soportar un proyecto de futuro igualmente
compartido. Esa memoria oficial toma fuerza durante la segunda mitad
del siglo XIX mediante tres procedimientos: la circulación de relatos
sobre el origen y el pasado de la nación, elaborados por un grupo selecto
de individuos autorizados para dar cuenta del pasado; la consagración
de colecciones de objetos, documentos y lugares de “interés histórico”
que alimentarían lo que mucho más tarde se denominaría el “patrimonio
cultural de la nación”, y, finalmente, la institucionalización de ceremonias
públicas para conmemorar los eventos, personajes y lugares que estarían
ligados al nacimiento de la República.
El libro lo cierra Óscar Almario García con una reflexión general que
evalúa los diversos aportes recogidos en el texto y los sitúa en el conjunto
de debates y preocupaciones que ha signado el Bicentenario. Más que una
mirada de clausura, es una apertura a los múltiples rumbos por recorrer,
los enigmas por descifrar y las esperanzas por labrar.

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