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Geología como una ciencia histórica

Hull (1976) identificó cuatro ciencias históricas: cosmología, geología, paleontología e historia
humana. Una ciencia histórica está definida por el rol que esa explicación histórica desempeña en
su trabajo. Si bien la explicación dentro de las ciencias históricas usa muchas de las herramientas
comunes a todas las ciencias (modelo de explicación nomológica-deductiva, definida a
continuación), siguen habiendo diferencias fundamentales y distintivas en la explicación histórica.
Esta diferencia referida a la geología puede ser caracterizada en tres puntos: el rol limitado o
relevancia de los experimentos de laboratorio, resultando en la dependencia de la geología en
otros tipos de razonamiento; el problema de especies/clases naturales (la pregunta de definir el
objeto de estudio dentro de la geología histórica); y la naturaleza de la geología como una ciencia
narrativa.

En la medida en que su trabajo es basado en experimentación en laboratorio, las ciencias


experimentales (física, química) son esencialmente no históricas: Las particularidades del lugar y el
tiempo no tienen un papel significativo en el proceso de razonamiento. El trabajo toma lugar en el
laboratorio, un lugar donde las condiciones pueden ser controladas. Las pretensiones de verdad
en estas disciplinas presuponen que otros investigadores pueden recrear las condiciones idénticas
del experimento inicial dentro de sus propios laboratorios. Así, para que una pretensión de verdad
cuente como "algo científico", un científico en Oslo debe ser capaz de reproducir resultados
idénticos a esos de el experimento original en Seattle. En este sentido, tiempo e historia no tienen
lugar en las ciencias experimentales.

Por supuesto, en otro sentido tiempo e historia son una parte inevitable de toda ciencia; una
reacción química toma tiempo en completar, y cada reacción química es histórica en que tiene
alguna característica, no importa que tan insignificante sea, que la distingue de las otras
reacciones. Pero nuestro interés en reacciones químicas típicamente no está en registrar la
condición histórica específica que afecta a una reacción dada, sino mas bien en extraer una verdad
ideal o general sobre una clase de reacción química dada. Incluso los productos químicos usados
son idealizados, en que los suministros usados por el químico se han ensayado para la pureza. Por
lo tanto una reacción química particular se vuelve simplemente un ejemplo de ley o principio.

En las ciencias históricas, en contraste, las circunstancias causales específicas que rodean a la
entidad individual (que llevó a ella y cuáles fueron sus consecuencias) son la principal
preocupación del investigador. En geología, la meta no es identificar primeramente leyes
generales, sino registrar los eventos particulares que acontecieron en un lugar dado (en el
afloramiento, para la región, para el planeta entero). Esto significa que las hipótesis no son
comprobables de la misma forma que son comprobadas en las ciencias experimentales. A pesar de
que el geólogo puede ser capaz de duplicar las condiciones de laboratorio de otro experimento
(estudiando la naturaleza de deformaciones a través de play-doh), la relación de estos
experimentos a las particularidades de la historia terrestre (el cinturón de cabalgamiento de
Idaho-Wyoming) permanecen inciertas.
El punto crucial acá es que las ciencias históricas son distinguidas por otro tipo de criterios para
"qué cuenta como una explicación". Para traer y adaptar un ejemplo de Hull (1976), cuando
preguntamos por qué alguien murió, no estamos satisfechos con la ley de la naturaleza de que
todos los organismos mueren, tan cierto como es; nos preguntamos por un grupo de
circunstancias particulares alrededor de la persona fallecida. Similarmente, en geología estamos
enormemente interesados en "individualidades" históricas (este afloramiento, el western interior
seaway, la esperanza de vida de las especies)y su historia de vida específica. Es posible identificar
leyes generales en geología que tienen poder explicatorio (Walter's law) pero el peso de nuestro
interés está en todas partes. El rol central jugado por la pregunta de "qué cuenta como una
explicación" aparece una vez mas (y este es uno de los puntos principales de este ensayo) la
imposibilidad de separar conocimiento del interés humano.

Enfrentando las dificultades de modelar el pasado geológico por problemas con las escalas
temporales y espaciales, y la singularidad y complejidad de los eventos geológicos, el geólogo
recurre a otra tipo de explicación, como un razonamiento por analogía, el método de hipótesis, e
inducción eliminativa. Un completo análisis a las fortalezas y debilidades de estas y otras técnicas
argumentativas son tema para otro paper. Acá me limito a discutir el rol de los argumentos por
analogía en el razonamiento geológico.

Argumentos por analogía juegan un papel crucial en las ciencias historias; la suposición por
analogía entre el pasado y el presente es lo que hace posible tratar estos temas como ciencias, es
decir, como susceptibles a una explicación racional. Precisamente dentro de la historia humana
podemos asumir que podemos analizar de lo que sabemos de las motivaciones humanas hoy en
día para darle sentido a acciones pasadas, razonando en que la geología histórica está construida
sobre la suposición que "el presente es la llave del pasado" (Los procesos geológicos del presente
operan de forma similar a esos procesos del pasado).

En geología la suposición por analogía entre el pasado y el presente ha recibido un reconocimiento


explícito en el principio de uniformismo. Discusiones recientes sobre uniformidad (Rudwick,
1976a; Berggren and Van Couvering, 1984; Gould, 1987) describieron las confusas formas en que
este principio ha sido utilizado algunas veces. Tras Rudwick, Gould argumenta que los geólogos
tienen 4 diferentes tipos de uniformidad. Las primeras dos, la reclamación metodológica de
uniformidad de ley y proceso, no son más que la versión de ciencia del geólogo que asume que la
naturaleza está gobernada por un comportamiento legaliforme, y nosotros no deberíamos
inventar nuevas o desconocidas causas hasta que hayamos agotado las que ya tenemos. Las otras
dos, taza de uniformidad (gradualismo) y de estado (que la Tierra está en un estado estable, sin
periodos significativos de climas calientes, aumento de nivel del mar, o mayor actividad volcánica)
hacen reclamos sustanciales sobre la historia de la tierra que han sido enormemente rechazados
por la comunidad geológica.

El efecto general de Gould es deformacional; el uniformismo se vuelve más bien un principio de


sentido común que incorpora reclamos geológicos no peculiares. Separando el uniformismo
metodológico del uniformismo sustancial Gould vacía el principio de todo significado geológico.
Por lo tanto él llega a una posición identica a la de Nelson Goodman (1976), que concluye "...el
principio de uniformidad se disuelve en un principio de simplicidad que no es peculiar en geología
pero impregna toda la ciencia". La naturaleza del razonamiento geológico es nuevamente no
diferente al de cualquier otra ciencia.

Pero esta reducción del uniformismo a el principio de simplicidad deja mucho sin explicar. El
problema es que el presente es una pequeña ventana al pasado que provee al geólogo con una
gran cantidad de analogías. Esto es verdad de dos formas. Primero, rechazando la uniformidad de
estado, la comunidad geológica está reconociendo que algunos ambientes deposicionales del
pasado no existen hoy en día; pero, uno puede apenas trazar una analogía estricta de un ambiente
contemporaneo no existente. Segundo, hay disanalogías ineludibles entre nuestras interpretación
del tiempo y la extensión del tiempo geológico. Así, la uniformidad nunca podrá decirnos como
ajustar las condiciones modernas a rocas que han sido alteradas por diagenesis u otros factores
dependientes del tiempo. Viajando a través de la costa de Caroina, podemos ver un excavador y el
rastro que va dejando detrás, pero ningún proceso que observemos hoy nos dirá como esta
madriguera lucirá después de 100 millones de años. Por supuesto, podemos intentar modelar
estas diferencias en laboratorio o un computador, pero este últimamente solo recapitula nuestros
problemas, porque no podemos tener la certeza de que parámetros tenemos que usar, tampoco
podemos correr nuestro modelo por tiempos o espacios geológicos.

Los físicos pueden, si quieren, reprobar la constante gravitacional al inicio de cada día; un
historiador de la cultura humana tiene ejemplos modernos de revolución o histeria colectiva para
examinar y comparar con registros pasados. Pero la geología (así como las otras ciencias históricas
de paleontología y cosmología) es histórica en un sentido profundo; dada la complejidad de los
eventos geológicos, nuestra falta de experiencia de todos los ambientes geológicos y lapsos de
tiempo geológicos, y nuestro interés en la singularidad de cada evento, los geólogos no pueden
simplemente proyectar el presente en el pasado. Por supuesto, el geólogo no se encuentra
completamente desarmado; la extrapolación de actuales tazas de erosión a argumentos
referentes al tiempo que le toma a una montaña alcanzar cierto nivel nos provee con cierto
sentido de las cosas. Este resultado por analogía es luego comparado con los resultados de otras
líneas de razonamiento, como el método de hipótesis, donde un "reasons back" de la existencia
de un rasgo a la explicación hipotética es consistente con la evidencia a la mano. Pero es este
sentido de la coherencia general de una teoría, más que una correspondencia sencilla entre
presente y pasado, lo que define un razonamiento geológico.

Hay un segundo aspecto de las ciencias históricas que merece mención. Entidades históricas
presentan un desafío único como tema de estudio (cf. White, 1963; Hull, 1976, 1981). El problema
es engañosamente simple: Cómo uno define el objeto de estudio? En otras ciencias, los objetos de
estudio aparecen como "cosas naturales". El nucleo de un atomo consiste en neutrones y
protones, la distinción está escrita en la estructura del atomo. Pero las entidades históricas no se
muestras hasta que están formadas ni tampoco permanecen sin cambios hasta su destrucción. El
investigador de las ciencias históricas enfrenta la identificación de características que definen una
entidad individual, y decidiendo cuanto cambio puede ocurrir hasta que tengamos una nueva
entidad, más que una simple modificación de la más vieja. Así, considerando la placa del Colorado
como una entidad histórica, nos enfrentamos con la definición de su naturaleza y extensión y en
que punto durante el psado geológico ésta se volvió una "individualidad" identificable y discreta.
Similarmente, los paleontologos deben decidir cuando un fósil en una linea evolutiva corresponde
a una nueva especie.

White (1963) y Hull (1976) argumentan que es el concepto de un tema central lo que permite la
construccion de una explicación histórica. un tema central es identidad organizacional que une
hechos dispares e incidentes. En la historia de la humanidad hay una amplia variedad de entidades
que pueden funcionar como principio de organizacion: individuos o grupos sociales, entidades
corporativas (compañias, taciones), incluso ideas (la idea de progreso). En geología hay un rango
similar de individualidades historicas: El orogeno Laramide, la wester interior seaway cretacia, el
puente de caliza, y las especies Mytiloides mytiloides son ejemplos de temas centrales.

Los temas centrales proveen la coherencia necesaria para una narrativa inteligible en la
construcción de ciertos objetos y eventos aparentamente no relacionados entre si. Pero desde que
estos temas no son de especies naturales, pueden ser definidos de diferentes formas. Esto
significa que los geologos pueden definir diferentes objetos de estudio y asi desarrollar diferentes
interpretaciones de que será lo primero en no ser un tema problematico de investigacion. Un
ejemplo simple de esto es las diferentes interpretaciones que pueden resultar de dividir una
seccion estratigrafica en diferentes unidades de a cuerdo a diferentes criterios, por ejemplo, por
caracteristicas fisicas (esquistosidad, stand-stone) o en terminos de relaciones geneticas
(frecuencias transgresivas-regresivas).

Finalmente, las ciencias historicas son distinguidas por rol decisivo en la logica narrativa de sus
explicaciones. La logica narrativa es un tipo de entendimiento donde los detalles tienen sentido en
terminos de la estructura general de una historia. Diferente a las ciencias experimentales, donde
las predicciones son hechas combinando leyes generales con la descripcion de condiciones
iniciales (modelo deductivo-nomologico), las ciencias historicas no estan principalmente en el
negocio de hacer predicciones. Narrativas historicas no explican eventos bajo una generalizacion,
sino integrando un todo organizado. Asi, un afloramiento no tiene sentido hasta que contribuye a
y es un componente de una historia general.

La narrativa es a menudo considerada como una vaga y literal forma de conocimiento que carece
en el rigor logico el soporte de evidencias apropiado para las ciencias "duras". Pero esto deja la
pregunta si la narrativa tiene logica y rigor en si misma y si la explicacion cientifica es dependiente
de la logica narrativa. Filosofos continentales argumentan que estos dos tipos de conocmientos
estan integramente relacionados y se complementan el uno al otro. En "tiempo y narrativa", Paul
Ricoeur (1985; ver tambien Ricoeur, 1987) reclama que la narrativa es nuestra forma mas basica
de darle sentido a la experiencia. La explicacion cientifica es basada en narrativa en ese sentido, a
traves de contar una historia, creamos un contexto que define y da sentido a nuestros datos e
investigacion. Así, la examinacion de Greenland Ice Sheet Project es explicado y justificado de
acuerdo a nuestro conocimiento de el cambio climatico, y el estudio de esquistos negros es
fundado por la gran historia que encaja (es relevante para la exploracion de hidrocarbono). En la
geologia historica, el razonamiento cientifico está dentro del contexto de la narrativa de una
localidad o region de la tierra (o the la tierra entera). Es caracteristico de su disciplina que los
geologos cuenten una historia que entregue un contexto grande y significativo de su investigacion,
una habilidad que todos los cientificos deberian maestrear en una era donde la ciencia enfrenta un
problema con la financiacion.

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