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PEQUENO
DICCIONAR10
DE LA
ESOBED1ENC1A
H ERRTICO, diria de este libro un
religioso. Y acertaria. Tambien el his-
toriador tradicional sentenciaria otro
tanto. Y el militar, y el filOsofo idea-
lista, y, en general, todos cuantos viven
con sujeciOn a un cuerpo o aparato de
"verdades" preestablecidas, a normas
conjugadas sobre la base de un dogma,
de una doctrina, de un enfoque sectario.
Pero lo que para los actuales monitores
cficiales —en filosofia tanto como en
politica, en economia como en religion,
en historia como en literatura o arte-
es sacrilego, para eI progreso de la co-
munidad es benefico. Este libro, obra a
la vez de una rnente objetivista y de
un espiritu poetic°, debe ser analizado,
si se le quiere comprender con justeza
y valorar con justicia, en funciOn de un
analisis cientifico, es decir, pot sobre
axiomas y postulados, por sobre pre-
misas inflexibles, per sobre esquemas
parcializantes.
Pequeno diccionario de la desobediench
—que lo es, en rnedida no breve, de la
iconoclastia— presenta alfabeticamente
las materias y los fenOmenos funda-
mentales de la vida individual y de la
vida social. Desde luego, los present
criticamente. Es, en esencia, un libro dt
critica. Y, como tal, guarda las pro
porciones del rnetodo. Luis Franco, st
autor, ha hecho mucho mas que
y catalogar como un tecnico de
laboratorio; ha tornado partido, se ha
decidido por una fracciOn, y ha escrito
con voluntad de combatiente. Si en este
libro, fruto de su madurez, niega y
destruye, ello se debe a que, ante todo,
afirma y erige.
Abra el lector el presente diccionario
para hallar Las razones que defienden y
elogian la vida, el hombre, la mujer, el
arte, la realidad, la amistad, el amor, el
trabajo y el ocio fecundante.
EDITORIAL AMERICALEE
BUENOS AIRES
BIB LI OTECA
DE CULTURASOCIAL
LUIS FRANCO
FEQVEO DICCJONARIO DR LA DESOREDIENCIA
Sección Viii
ENSAYOS E INTERPRETACIONES
PEQUENO
DICCJONARIO
DE LA
DESOBEDIENCIA
EDITORIAL AMERICALEE
BUENOS AIRES
Queda hecho el depdsito dispuesto
por la ley NQ 11.723
© Editorial Américalee
Buenos Aires, 1959
PRINTED IN ARGENTINE
IMPRESO EN ARGENTINA
ACCION, ACTIVDAD
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PEQUE0 DICCIONARIO DE LA DESOBEDIENCIA
_l
10 LUIS FRANCO
I6.
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ALEGRIA Y PESIMISMO
I.
FEQUE0 DICCI0NARIO 05 LA DESOBEDIENCIA 13
lo ünico digno de envidia: la conformidad y la sonrisa pro-
funda y transparente del que no siente necesidad de envidiar
a nadie.
*
La ciencia de la felicidad humana, meta comiin de todas
las otras ciencias, es la más modesta, pero la ünica veraz,
porque es la finica viviente.
*
La ausencia que más duele en los hombres de pensamiento,
en todos o casi todos, es la del allegro y del allegrissimo de
la mitsica y la vida.
*
Cuando la gran tristeza nos invade, nada más triste que
la alegrIa.
*
Alegrarse de la alegrIa ajena es sin duda una virtud más
nueva y viril que la compasión.
*
Quien es capaz de hospedar bien a la desgracia, puede
hospedar serenamente a la felicidad.
*
El hombre alegre de sI mismo y que vuelve alegre el
mundo; el que revela el gozo de vivir como un misterio sa-
cr0; el hombre cuya sola presencia o existencia es una con-
dena inapelable de todas las sabidurias pesimistas o deserto-
ras, es el más hermoso, generoso y edificante de los espec-
tãculos. Solo que los hombres no saben apreciarlo, y apenas
Si lo notan, cuando no se apresuran a oponerle su austeridad
hecha de abstenciones, renuncias y... miedo.
*
Si, el escepticismo, con su sonrisa exangüe o sus bostezos
oblicuos, significa sin duda elegancia, buen gusto, rnoderación,
y estar de vuelta. Eso al primer golpe de vista, porque mi-
rado más a fondo, se vera que casi siempre implica parálisis,
inhibiciOn y, sobre todo, miedo: miedo a los rotundos no del
pesimismo o a los rotundos si de una filosofla agonal, es decir,
de esfuerzo, de confianza, de nsa.
*
Que la felicidad o la desgracia dependen menos de las con-
tingencias externas que de nosotros mismos, es lo que parece
muy difIcil de entender.
*
El gracioso profesional resulta con frecuencia tan empala-
goso como un discurso fánebre o una garüa.
*
14 LUIS FRANCO
AMISTAD Y FRATERNIDAD
I.
PEQUEF4O DICCIONARTO DE LA DESOBEDIENCIA 21
secreto a los otros, para que los otros le guarden la espalda,
es decir, la cara.
I-
22 LUIS FRANCO
I.
1'E01JEii0 r1CC0NAR10 DE LA DESOBEDIENCIA 23
ANTOLOGIA SACRA
I-
24 LUIS FRANCO
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PEQUE0 DJCCTONARIO DE LA DESGBFDTENCIA 27
opuestos: producción y destrucción, calor y frIo, bien y mal.
Estrictamente hablando, nunca hubo monoteIsmo. La divini-
dad fué dual siempre: Isis y Osiris en Egipto, Nahadeva y
Bahavani en la India, Ormuz y Ariman en Persia, Jehová y
el Demonio en Judea, Alah y Eblis en Arabia. Pero del es-
pectâculo de eterna lucha entre las dos divinidades nació la
idea de una tercera, mediadora o reparadora.
De alli la Trimurti de los indios, la TrIada de los egipcios,
la Trinidad de los persas, la Fatalidad trinitaria de los grie-
gos (Atropos, Laquesis y Cloto) y la SantIsima Trinidad de
los cristianos.
I_
28 LUIS FRANCO
I.
PEQUE1O DICCIONARIO DE LA DESOBEDIENCIA 33
Los ritos sobreviven cuando las creencias a que aluden han
muerto. Vueltos incomprensibles, dan origen a mitos nuevos.
Eso ocurrió en Grecia. Eng lo g mitos griegos, tan hondamente
sugestivos y hermosos, lo rastreadores modernos han leldo
huellas que lo ggmismos griegos no velan: origenes totén-iicos y
mágicos que lo emparentan con lo g salvajes de todos lo g tiem-
pos. Zeus y Dionisos representados como toros, Orfeo con su
piel de zorro, Heracles con su piel de leon, Afrodita con sus
palomas, un pueblo liamado mirmidones u hormigas, otro ar-
cadios u osos, no son sino reminiscencias inconscientes de épo-
cas en que el toro, el leon, el zorro, las palomas, las hormigas
y lo g osos eran dioses para lo g hombres.
En el mito del cervatillo Panteo, despedazado y devorado
por las Ménades; de Zegreo, matado y devorado por lo g Tita-
nes; deg Acteón, trocado en venado por Artemisa y devorado
por lo perros, se trata siempre del sacrificio remoto y más
o menos universal: el del totem o animal sacro (que grenace
en otro ser de igual especie) y de su absorción por lo fieles
a fin de asimilar sus virtudes divinas.
Los griegos creIan también en el destino ulterior de las al-
mas, y en el juicio póstumo, y en un Tártaro aciago y en un
ElIseo dichoso: muchas y diversas ideas sobre la otra vida, que
nunca formaron una doctrina, sin duda por la intervención de
esa aurora humana que fué la razOn griega.
Ese fué el gran ascenso mental de la Grecia culta: la ilu-
minación apolinea del tenebroso itinerario de las religiones.
Claro es que las más oprimidas y atrasadas capas del pueblo
siguieron prestando acatamiento a las viejas creencias y a log
viejos cultos y a sus hierofantes. En lo g misterios de Eleusis
el neófito hacIa "el aprendizaje de la muerte y de la vida de
ultratumba", bajo la sabia charlatanerla sacerdotal. La comida
de comunión consistla en absorber una harina y una bebida
consagradas en reemplazo de la came y la sangre de un cerdo
nuevo, pues en su origen Deméter y su hija habIan sido jaba-
linas divinas. (Mannhart, Robertson, Smith, Frazer y otros
pioneros en profundidad han iluminado caritativamente para
la conciencia moderna estos abismales misterios).
Cuando el racionalismo, el laicismo y la democracia griega
entraron en declinacion, Alejandro domino Grecia y conquistO
una gran tajada del mundo.
Aün se habla de la helenización del Asia, pero ya se sabe
que significó más ann la asiatización de la Made, con el con-
siguiente recrudecimiento de la barbarie religiosa, de lo g mitos
más aberrantex y serviles. Cuando el cristianismo llegó, log
cultos orientales —uno de lo g cuales era él mismo— le habian
abonado el terreno.g El muy cristiano hijo de Teodosio ordenó
la destrucción de lo templos griegos y Justiniano, en 529, cerró
la escuela de Atenas, iiltima trinchera del pensamiento libre
del mundo.
DebIa ocurrir asI: lo g dirigentes de la democracia helénica,
aristócratas en el fondo y egoIstas hasta la miopIa como son
34 LUIS FRANCO
ANTROPOLOGIA
I-
PEQUENO DICC!ONAR10 DE LA DESOBEDIENCIA 39
La ciencia de hoy supone que la aparición de nuevas for-
mas en las especies de la flora y la fauna es una resultante
"de la acumulación de cambios hereditarios en el plasma germi-
nativo", cambios que serIan una replica a los cambios exter-
nos, dada par la necesidad de amoldarse a nuevas circunstan-
cias para no perecer. La biografIa de las especies muestra, en
efecto, que todas se mueven segün una mejora constante de
aptitudes para sobrevivir (la que no es capaz de ello, se
extingue). Claro estã que la capacidad de plegarse con éxito
a cambios sucesivos implica fundamentalmente el afinamiento
constante del sisterna nervioso y del cerebro. En general, los
pájaros y mamferos y reptiles de hoy son formas vivas in-
comparablemente más vivas, ágiles, flexibles, armoniosas e in-
teligentes que sus remotos ancestros.
I-
40 LUIS FRANCO
I-
42 LUIS FRANCO
I.
PFQUEII0 DCCI0NAU0 DE LA DESOBEmENCIA 43
no puede renunciar a su verdad material y biológica —que
contará aün en su futuro—, Si 110 quiere desertar de si mismo.
ARTE (EL)
El arte verdadero es una respuesta autónoma al misterio,
otra intuición del mundo. Significa una experiencia de la reali-
dad tan vélida como el conocimiento cientifico y más que el
ensueño religioso.
I. .1
1'LQUliO DICCIONARIO DE LA OES013EDJNC!A 49
han vivido los hombres en siglos remotos o recientes: sin
poesia, nunca.
Necesitamos una poesla que sea poder, esto es: una capaci-
dad de libertar al hombre —siquiera por instantes— de su
doble angustia milenaria: la cósmica y la puramente humana.
La hard labour del escritor es que tiene que usar las pala-
bras de los otros (las borrosas a vaciadas palabras de los otros),
luchar sin un instante de desfallecimiento contra las autoriza-
dIsimas, cotizadIsimas y casi invencibles frases hechas, hasta
lograr elaborarse un instrumento eficaz para comunicación de
sus propios pensamientos y sentimientos: labrarse un idioma
propio, por decirlo asI, pero que no resulte ininteligible, sino
todo lo contrario.
I-
BIOGRAFIA DEL ULTIMO DIOS
bres, que son nuestros hermanos. ZNo es tenido todo eso por
la originalidad esencial del cristianismo? Bien, pero ese mismo
varón de amor es el que dice: "Yo no he venido para meter
paz, sino espada" (Mateo X, 34); el que llama "sepulcros
blanqueados" a los fariseos, discIpulos del dulce Hillel con cuya
doctrina concuerda sustancialmente la suya; el que on dia
arroja del templo a latigazo limpio a cambistas y chalanes; el
rebelde que se apresta a oponer la violencia a la violencia:
"Ahora el que tiene bolsa tómela y también la alforja y el
que no tide venda su capa y compre espada" (Lucas, XXII,
36, 38).
También es altamente contradictoria su actitud ante la mu-
jer y la alegrIa de vivir. Mientras en Juan (II, 1-10) se mues-
tra como un antiasceta que come sin remilgos con publicanos
y pecadores, y no solo no rehuye a la mujer sino que acepta
comniacido su fastuoso homenaje de ungüento de nardo (Lu-
cas, III, 37) y perdona sin titubeos las reincidencias galantes
tie Magdalena y aun a la mujer sorprendida en adulterio (Juan,
VIII, 3), se muestra en otros pasajes más secamente rigorista
que Moisés mismo, condenando el divorcio (Marcos, X, 9)
- r oar toda la antigüedad, liegando hasta condenar im-
plIcitamente el amor de mujer y hombre (Mateo, XIX, 12).
I.
PEQUEO D1CCONARI0 DL LA DESOBEDIENCIA 59
la considera apócrifa. De verdugo de cristianos, se trueca en
el cristiano ndmero uno. Misógino, se jacta de ello: "Porque
yo quisiera que todos los hombres fueran como yo", Pablo
solo cree en Cristo, esto es, en el Jesus de Juan, en Jehová
humanado. Este Pablo es ci verdadero difusor en Occidente
de la más cavernaria pesadilla de Oriente; la concepción del
pecado original, es decir, del hombre nacido esciavo del pe-
cado de Adán, y solo redimible por la gracia de Dios y no por
sus méritos.
*
Los elementos ebionitas o comunistas de la primera época
fueron restringidos cautelosamente, a medida que la Iglesia
cristiana conquistaba adeptos y crecia en poder, y la elimina-
ción fué completa cuando la Iglesia celebrô sus bodas de oro
y fierro con el Imperio Romano, y de descamisada se convirtió
en emperatriz, como Teodora, y do perseguida se volvió per-
seguidora.
I. -
PEQUEO DICCIONARIO DL LA DESOBEDIENCIA 61
yor parte de la poesIa hebraica, que a menudo se considera
espiritual, es polItica").
En efecto, el Jesis evangélico, lievando a sus ültimas con-
secuencias la actitud de los profetas ante los privilegiados del
poder y la riqueza, se presenta en cierto modo como el fun-
dador del concepto de la antItesis de las ciases —aunque no
de la lucha— hasta el punto que su prédica asume a ratos una
crudeza mortalmente corrosiva para la clase poseyente: "Vende
lo que tengas y dáselo a los pobres" (Lucas, XII, 33; Marcos,
X, 21; Mateo, XIX, 21); "El que no renuncie a todo lo que
tiene no puede ser mi discIpulo" (Lucas, XIV, 33); "Da lo que
te pidan, y al que se apodere de lo tuyo, no se lo reclames"
(Lucas, VI, 30); "Ay de vosotros, los que estáis hartos, porque
tendréis hambre" (Lucas, XVI, 19-25); "Bienaventurados los
pobres, porque de ellos es el reino de los cielos" (Lucas, VI,
20). Segün la parabola de Lázaro y el rico, éste va al infierno
nada más que por serlo y el pobre al cielo por la misma causa
(Lucas, XVI, 19-25). "Antes pasará un cameilo por el ojo de
una aguja que un rico entrará en el reino de los cielos" (Ma-
teo, XIX, 24; Lucas, XVIII, 25; Marcos, X, 25).
La primitiva iglesia de Palestina fué enteramente fiel a
esa palabra. "Y de la muchedumbre de los creyentes el cora-
zón era uno... y ninguno de ellos decia ser suyo propio nada
de lo que posela, mas todas las cosas les eran comunes" (Los
hechos de los Apóstoles, VI, 32).
Los primeros grandes padres de la Iglesia, fieles a la clara
tradición, fueron comunistas; vieron en la apropiación privada
de los bienes comunes el acto de injusticia fundamental contra
el prójimo: "La naturaleza ha creado ci comunismo y es la
violencia la que ha creado la propiedad privada" (San Am-
brosio).
Ahora bien, ocurrió que Roma, herolna de la explotaciôn y
la violencia, y la perseguida Igiesia Cristiana encargada por
Dios de aplastarla para abrir las puertas del reino del cielo
(Apocalipsis), terminaron uniéndose un dIa. Es decir, el siglo IV
asistió al desposorio del armipotente y ventripotente gigante
que habla hecho de la propiedad privada ("el derecho de
usar y abusar de una cosa") el pedestal de su grandeza, y la
descamisada iglesia de Cristo, cuya palabra y cuya práctica
comportabn la más radical condena de la apropiación indi-
vidual y de la riqueza, conocida en la historia. Y eso durarla
por los siglos de los siglos.
Que la iglesia devendria con el tiempo ci mayor propietario
feudal —de un tercio de las tierras de Europa— y que les
cantarla la misa de requiem a los campesinos o siervos que en
nombre del Evangelio reclamaran algiln alivio a sus sudores
y dolores? Es mucho, pero no es todo.
A fines del siglo pasado y a comienzos del presente cuando,
como en los primeros siglos cristianos, las masas desposeIdas
y trabajadoras, impulsadas por su hambre de pan y de justicia,
se volvieron contra sus amos, la iglesia, entre dulcIsimas in-
62 LUIS FRANCO
I.
1'EQULNo DCCI0NARiO 1)E LA DEsoIiDIF:NciA 63
significa una fuga de la realidad del mundo al trasmundo de
la mIstica: ahora bien, toda la abismal sabidurIa de la natu-
raleza viviente, todo su poder creador y su esplendor se
expresan a través de la diferencia sexual.
El ideal del antiguo Adán era el "creced y multiplicaos";
pero el del nuevo Adán, que viene a anunciar, no lo olvidemos,
el fin inminente del mundo, es ci celibato absoluto. El hombre
verdaderamente hombre es el eunuco: "Porque hay eunucos
que nacieron asI del vientre de su madre; y hay eunucos que
son hechos tales por los hombres; y hay eunucos que se hicie-
ron eunucos a si mismos por causa del reino de los cielos; el
que pueda ser capaz de eso, séalo" (Mateo XIX, 12).
Que mucho, si la pura aspiración cristiana —como lo expre-
sa San Cipriano, recordado por Lutero— es morir? "Es perfec-
to aquel que corporal y espiritualmente ha muerto para este
mundo" (San Bernardo). El sexo, agente de perduración de
la vida, queda condenado: "Cuãn beata es la que ha perdido
hasta el nombre de su sexo; la virgen ya no se llama mujer"
(San Jerónimo): "La no casada se ocupa solo de Dios" (Cle-
mente de AlejandrIa): "El celibato es el camino de los Angeles"
(Juan Damasceno).
Esta concepción es la que posee demonlacamente a San
Pablo. Se trata no sOlo de la instituciOn del matrimonio mdi-
soluble (monstruosidad desconocida en la historia) sino de
que, como dice un filósofo moderno "el matrimonio, en ci
verdadero sentido cristiano, es un pecado". Exacto. "Solo
Jesucristo es digno de ser amado"; "Tu amado... no soporta
a su lado a otra persona" (Kempis). Luego, "el amor a una
mujer es un adulterio". De ahI ci horror apocalIptico a la
mujer de los Antonio, Jerónimo y de todo verdadero cristiano.
El matrimonio fué expresamente santificado en el Viejo
Testamento. Entre los parsis "el aumento del género humano
es un deber religioso" (Zendavesta). Lo mismo entre los hin-
dOes, para quienes "el hijo es ci padre que renace". Entre
los griegos "Zeus y Hera eran ci modelo de cualquier matri-
monio" (Creuzer). Pero ci matrimonio cristiano es otra cosa:
se trata de una mera indulgencia para la general y mIsera
debilidad humana ante la casi omnipotencia del Eros.
Todo lo anterior explica ci asolador incremento del ascetismo
y el monaquismo en la Edad Media y la beatIfica tendencia
jamás disimulada a ver en la mujer un instrumento del diablo.
I6.
PEQUENO DICCIONARTO DE LA DESOBEDIENCIA 65
I-
72 LUIS 1RANC0
I_
70 LUIS FRANCO
I.
PEQUE0 DICCIONARJO SE LA DESOBEDIENCIA 77
tores de as Pirámides o de a Muralla china, o a los termites)
y de su asoladora capacidad imperial, Roma no crea nada.
Su genio se expresó todo en la violencia y la rapacidad orga-
nizadas, sei'vidas beatamente por las legiones. Su militarismo
constrictor solo tiene parangón en el laconio, el asirio 0 el
azteca, con la diferencia de que ninguno de éstos tuvo Papi-
nianos ni Pandectas para edificar a la humanidad...
La "virtud romana"? Fué la avaricia y la prepotencia ca-
nonizadas, esto es, la anulación del hombre como criatura de
pensamiento ante el Estado-Moloch. La apoteosis del princi-
plo de autoridad, el Estado y la propiedad privada sacramen-
tados como no lo hablan sido nunca, desaiman al hombre.
Esencia del sistema: "los sübditos deben sacrificarse a los
que mandan: el individuo al Estado", "un mundo no regido
por hombres sino por normas abstractas" (Iehring). La razón
del Estado contra la razón humana, sin recular ante ninguna
abyección ni perfidia. La ciencia, el arte, la moral, la religion,
el hombre: meros apéndices del Estado. "La tiranIa del Esta-
do sobre el ciudadano, éste la transferIa a sus hijos" (Hegel).
"El castigo de los hijos por los crImenes de los padres, me
apena mucho, pero esto es un designio sabio de nuestras le-
yes", explica frailunamente Cicerón.
La cacareada lucha entre plebeyos y patricios fué cediendo
sin inconvenientes ante el creciente interés comdn en la con-
quista y explotación de los pueblos vecinos. La guerra Va
trocando en soldados a la mejor parte de los labradores, y
a la otra parte la desplazan. los latifundios y los esciavos.
El Imperio ya está en la RepiThlica, como los colmillos del
jabali en los dientes del jabato. Y es claro que el tita-
nismo del poder politico trajo el titanismo de la servidumbre
externa e interna del romano. Puso cadenas al mundo en-
tero y él quedó encadenado por ellas. No hubo gentes que
perpetraran más consciente y denodadamente la violación
de toda razón y todo derecho que los Supremos Hacedores
del derecho. Cartago, degollada, incendiada (y arada y sem-
brada de sal) y Corinto y Jerusalén favorecidas con el mismo
tratamiento, solo tienen su digno parangón en el degüello e
incineración de Jericó y Hal por Josué, el Escipión circunciso.
Al Capone se queda corto de manos y genio al lado de los
generales romanos.
El capitalismo romano no ara ni siembra: se reduce a cose-
char lo ajeno. Los oficios magnos del Imperio estOn desem-
peñados por los usureros, los arrendadores de impuestos y
minas, los especuladores de tierras, los traficantes de esciavos.
Roma hereda a todos los ricos no romanos antes de que
mueran (Salvioli). Vive de los saqueos y de los impuestos
—saqueos permanentes—. El derecho romano es el Anticristo
del derecho no romano (Niebuhr).
AsI llego a lo que debiO liegar: una minorIa podrida por el
exceso de riqueza y el inmenso resto podrido por el exceso
de miseria. El más eufOnico de los abogados, CicerOn, es "un
78 LUIS FRANCO
COMODIDADES V HONORES
I.
86 LUIS FRANCO
I.
PE)' •O J;cLuARIo DL LA LLSO5LDLNCIA 87
gustos cada vez más agotados o exacerbados de las gentes
opulentas (los menudos iarásitos de los grandes parasites)
son los que crean las modas que las muchedumbres más 0
menos explotadas siguen rebaflegamente.
I-
88 LUIS FRANCO
CUERPO Y ALMA
I-
PEQUFO DICC0NALI0 OF LA DESOBEDIENCIA 91
No hay más pureza que la del espiritu abrasando cualquier
mateia, aun la más baja, y llevándola a la llama y la luz.
STADO (EL)
I.
PEQUEO IMCCIONARIO DE LA DESOBEDJENCIA 103
de una clase por otra... El proletariado triunfante se vera
obligado, como en la Comuna, a cercenar las porciones peores
de este organismo, hasta que las generaciones educadas en
condiciones sociales nuevas y libres se hallen en situación de
arrojar a la basura ese viejo armatoste del Estado" (Engels).
"Estado se llama el más frIo de los monstruos. Miente tam-
bién frIamente, y he aqul la mentira rastrera que sale de
su boca: yo, el Estado, soy el pueblo" (Nietzsche). "Cómo
llegó Rusia a ser tan poderosa? Transformando a sus mdi-
viduos en un concepto politico -geográfico. Tome usted, al con-
trario, a la nación más aristocrática, la judla. ZC6mo logró
mantener su individualidad pese a la truculencia del mundo
ambiente? Por la falta de la carga del Estado" (Ibsen). "La
sociedad es el resultado de nuestras necesidades; el gobierno,
el de nuestra corrupción" (Tomás Paine). "El mejor gobier-
no es el que gobierna menos" (Jefferson). "El mejor go-
bierno es el que no gobierna en modo alguno' (Thoreau).
"El concepto económico del capital, el pensamiento politico
del Estado y la interpretación teológica de la iglesia, son
representaciones idénticas oue se complementan y funden una
en otra. Esta trinidad del absolutismo es tan funesta en la
ráctica como en la filosofia" (Proudhon). ".Qué sátira sobre
el gobierno puede igualar a la severidad de la censura que
implica la palabra polItica, sinónimo secular de engaflo, lo
que equivale a decir que el Estado es una mistificación?"
(Emerson). "Donde acaba el Estado comienza el hombre".
(Brandes).
Pero aun condenado por el devenir histórico, como podemos
creerlo, el Estado no desaparecerá espontáneamente, pues en
ésta, como en tanta encrucijada anterior, es el hombre pen-
sante y actuante quien en definitiva va a decir la iltima
palabra.
Y aquI está el gran quid de la cuestión. Los marxistas pien-
san que, cuando la lucha de clases termine con la victoria de
los sometidos, solo la dictadura interina del proletariado será
capaz de enterrar al Estado, ese árbol de la mala sombra que
enraiza no solo en la historia externa, sino en la secular tra-
dición interna de acatamiento y sumisión del hombre. Trotsky
ha denunciado el quid pro quo gigantesco del stalinismo en ofre-
cer como proletaria la dictadura burocrática que enterró a la
revolución de Octubre.
No consignamos aquI las objeciones del filisteIsmo pseudo
socialista y del liberal que ignoran o simulan ignorar que lo
ilamado democracia a secas por ellos no es sino la dictadura
permanente de la burguesia. Pero si diremos que si el anar-
quismo de nuestro siglo ha agudizado sus particularismos
"hasta el punto de fraccionarse en tendencias y subtendencias
sin cohesion ni medios de acción eficaces" no ha Perdido su
derecho a formular la gran pregunta: ,Se podrá jamás destruir
el Estado desde arriba, es decir, unitaria u oficialmente,
104 LUIS FRANCO
I.
PEQUE0 D!CCIONARIO OL LA DTSOBrDILNCIA 107
iQue la democracia se alzó sobre la espalda de los esciavos?
Como todas las sociedades, hasta entonces, la griega debIa
ser fatalmente esclavista, dado que el rendimiento del trabajo
era muy inferior aun a las necesidades de la gran mayoria
social. Basta considerar que ella fué una sociedad de clases
—esto es, erigida sobre el brutal privilegio económico—, para
maliciar que no podia estar libre de las lacras de las otras
sociedades históricas: parasitismo, opresión, explotación, in-
justicia y sevicia. (Los olImpicos usureros griegos trocaron en
esclavos a millares de sus compatriotas).
La hazaña consiste precisamente en que, pese a todo ello,
Grecia posibilitó el despliegue triunfal de todo un sector de
la sociedad para gobernarse por 51 mismo creando una cul-
tura y un tipo de hombre sin rivales hasta hoy.
"Los modernos, dijo alguien, llevamos dentro de nosotros
cosas más grandes que los griegos, pero todavja somos mãs
pequefios". Cierto, el alma griega parece un sereno mar Me-
diterráneo junto a las lejanias y aspectos oceánicos del alma
fáustica. El hombre de hoy no está a la altura de sus conoci-
mientos y tesoros; posee, pero no es. Si quiere realizarse como
tal, trocar su modernidad exterior en modernidad interior,
debe armonizar helénicamente todos sus elementos en dis-
cordia. El gran ejcmplo de Grecia aiin es válido.
GUERRA (LA)
En la sociedad comunista de la vida tribal todos los varones
aptos se arman para defenderse de otras tribus como de las
fieras. Es un deber social libremente aceptado. El hombre es
productor y combatiente a la vez.
I.
108 LUIS FRANCO
I6.
PEQIJE0 IIICCIONARTO DF. LA DESOLEDIENCIA III
El mundo cristiano-capitalista de hoy, debido a esas con-
tradicciones internas de su propio sistema, que lo lievan a
gastar su mejor inteligencia y energia en la destrucción, ha
entrado en un callejôn sin salida, pese a que la burguesIa
cree hallarlo en esa disminución de salarios y garantias y
aumento de gendarmes, que se llama fascismo.
El sistema erigido sobre la division de clases o explotaciOn
de la mayorIa humana, cuando ya la maquinaria puede susti-
tuirla, es monstruo desahuciado y seguirá engendrando gue-
rras como los enfermos pulmonares vómitos de sangre, a
menos de dar el paso para el que todas las condiciones están
listas: de la milenaria sociedad de clases a la liberación de
las manos y los espIritus.
*
Last but not least. Peor que la preparación de la guerra
con su voraginoso consumo de riquezas y mentiras, peor que
la guerra misma con su diluvio de sangre y su marea de
inválidos y ex hombres es tal vez la educaciOn para la guerra,
la pedagogla espartana que comprime exterior c interiormen-
te al hombre hasta trocarlo en antihombre, es decir, en un
pelele asesino. Todo soldado es soldadito de plomo.
IIAGIOGRAFIA PROFANA
I-
113 LUIS FRANCO
I.
PFQUFNO DICCIONARJO DL LA DESOBEDIENCTA 119
La tendencia iconoclasta tenIa sus viejas y visibies raices
en el Viejo y en el Nuevo Testamento, y Mahoma fué honra-
damente consecuente con eflas. Si tras reiterada lucha ci culto
de las imágenes triunfó en la cristiandaci, se debe menos a la
vocación fetichista de todo creyente que a un detalle más
ostensible: la fabricación j y enta de imágenes y reliquias era
la fuente de una de las más reverendas rentas del clero.
I.
PEQUFJ0 D!CC!ONARIO DE LA DESOBEDJENCTA 121
ció a la Inquisición valiéndose de cartas y de un manuscrito
que Servet le confiara, y después lamentó su muerte.)
I6.
PEQUENO DICCIONARTO DE LA DESOBEDIENCIA 125
El unitarismo o cristianismo racionalista —nacido en Ing1a-
terra y' criado en Estados Unidos— es el ñltimo esfuerzo,
después de Tomes de Aquino y antes de los neotomistas, por
dotar de sentido comiln a la fe. Pero Tertuliano tendré siem-
pre razón sobre estos beatos vergonzantes: creo porqve es
absurdo. Esa es la entraña de la fe. iQu6 rnérito hay en creer
lo razonable o verosImil! Una religion sin revelaciones divi-
nas y con simpatia por la ciencia, una iglesia separada del
estado y luchando contra los privilegios de clase; eso es la
apoteosis del absurdo!,
Toda religion es ultramontama. p teocrática o no as tal re-
ligión. San Jerónimo, Felipe II o Luis Veuillot y cuarttos se
las parecen, son los vercladeros creyentes 0 Se portan como
tales. ZDemftratas cristianos, creyentes liberales? Son ange-
totes de barricada o temebrosos tartuf Os.
dotes sin tonsura que son las madres de familia sigan gozando
del privilegio de inyectar dogmas y ritos más o menos troglo-
ditas a los pobres niños desde la cuna (edad en que lo apren-
dido no se borra mãs!), y mientras ci Estado tenga aiguna
religion de favorita —de madama Pompadour, digamos— o
se lave pilatunamente las manos mientras la endemia reli-
giosa inmoviliza el aire con sus bOisamos de embalsamador
egipcio.
HISTORIA Y DEVENIR
I.
140 LUIS FRANCO
Quien se deja mandar porque si, quien obedece por que si,
ya está manchado para siempre. Todo el poder de la prima-
vera no puede remendar la rosa rota.
*
El alma no debe obedecer a nadie. El alma debe acudir a su
propia insondable autoridad, y toda obediencia le es debida.
I-
118 LUIS FRANCO
LITERATURA (LA)
De una criatura natural o un paisaje podemos gozar más
o menos pasivamente; también de la müsica o la pintura. La
lectura, en cambio, exige una verdadera colaboración del
lector. Esa es la diferencia de fondo entre la literatura y
las otras artes, y su hegemonla sobre elias como educadora
del hombre.
*
La literatura no es sOlo revelación del hombre y ci mundo,
sino también intento de trascenderlos y modificarios.
Como los curas sin sotana son aün más que los otros, la
moral no está desprendida por completo del cielo teológico
ni menos ha logrado hundir sus raIces en la tierra.
Hay algo peor que las ofensas de un bribón: son sus en-
combs.
*
,Qué le importa la verdad al abogado? A él le interesa
solo dar al interés del cliente y al suyo la mascara do la
verdad. Y todos somos más o menos abogados, sin saberlo.
Los mci ores favores del azar nos parecen siempre inferio-
res a nuestros méritos.
MUJER (LA)
I.
PEQUE1iO DICCIONARIO DE LA DESOBEDIENCIA 165
trocándolo en arma de avasallamiento y corrosion de los valo-
res masculinos.
I.
PEQUEO D!CCIONARIO DE LA DESOSEDIENCIA 167
del misterio periódico o la del alumbramiento—, la mujer
aguanta con más dignidad los dolores fIsicos y morales.
L.
PEQUE1'0 DICCIONARIO DE LA DESOBEDIENCIA 169
sagrada; inventó la poligamia y los serrallos; inventó el ho-
rror al sexo y lo personificó en la mujer. ,Qué mucho que
la mujer, troçada en monstruo, se portara monstruosamente,
y que trocada en esclava de harén, hogar o convento, esgri-
miese todas las armas subterráneas —la hipocresIa, la felo-
nia, la adulación— para rescatar un minimum de libertad, v
que el espiritu de rebelión y venganza contra ci tirano im-
placable fuese su consejero secreto? Rebajada sexualmente
por el varón a mero instrumento de placer táctil, ,,qué ex-
traño que se corrompiera igual que el hombre? Más que el
hombre, quizá, porque roto artificialmente su equilibrio
natural debia desplazarse hacia los peores extremos. No nos
hagamos cruces ante detalles como el de que en la apocaliptica
corrupción romana Mesalina desertara del lecho imperial
para irse a revolcar en los lupanares o que las monjas del
cuento de Boccaccio exigiesen servicios de gran turco al pia-
doso jardinero.
Por la misma causa, la mujer, mejor dotada que ci hombre
para la compasión y la ternura, puede trocarse en su más
fanática negación. ;Cómo espantarse infantilmente de que en
la Alemania nazi apareciera la fiera de Belsen!
I_
172 LUIS FRANCO
El manautial
Su murmullo es tan viva y vivificante con'o su finonomla
a su inmaculado sabor. AquI está sumergida a medias la
müsica de flautas, siririgas y clavicordios, pero antes todos
los gorjeos y trinos de los pájaros. (En el aire lentos y sigilo-
sos arroyos de menta.) Esta lengua de cristal y misterio, ele-
mental y universal, es la primera nana. Soleadas y sombrea-
das soledades en tomb. En el manantial está a ojos vistas el
desnudo origen de la vida. Aqui me desnudo para que mi piel
conozca el toque del sol y de la sombra viva de los árboles
y el paradisIaco abrazo del aire y el almo beso total del agua.
El árbol
jQué misterio el del árbol que tiene, asI aislado, toda Ja
profundidad del basque! Lo siento, como algo potente, y
hondamente viva, en su cuerpo y su alma vegetal, influyendo
sobre los mIos. Siento, con fresca certidumbre, que el mito
de las hamadriadas es una realidad de savia y fibra.
El ãrbol está en relación consanguinea y espiritual con el
182 LUIS FRANCO
La rosa
La vulgar rosa silvestre que corona los setos y a la cual
nadie cree digna del ramo y del florero, es, en verdad, la
más simple y profunda, la más viva, fuerte, hermosa de todas
las rosas y las flores. Me parece como un destino en nuestra
vida: que está en la encrucijada justa de la aurora y nuestro
corazón. Me parece que ella es la rosa, y que todas las otras,
con sus pompas y excesos, son apenas imitaciones y desfigu-
raciones suyas. Elemental, perfecta, como el rocIo, como el
rayo, como un nifio desnudo y con su corazón tiñendo todo
su cuerpo. Sin duda un ejemplo y un desafio al arte más
verdadero: su esencia es tan convincente como su forma.
La cigarra
Una energia no solo solar, sino meridiana. El canto de los
pájaros resulta femenino junto a esta voz inmaculadamente
viril, dura, vibrante y sostenida hasta lo desafiante: algo de
tarnbor, de cImbaio y trompeta. Su compás, lento al comien-
zo, sube en un tiempo insensible a una prisa gloriosa de ener-
gia: un alado tremolo, un crescendo bravIo, que refluye con
brevedad y gracia.
Monótono? Sin duda. ;Pero qué riqueza y pasión, y qué
armonIa clandestina! Es un zumbido profundo, envolvente y
dominante: un arrullo para adormecer tal vez al viento, el
gran desvelado y andariego, o más bien —mucho más— una
charanga para que despierte lo que hay de más escondido y
primordial en nosotros, como si se empefiase en hacer llegar
a nuestra reconditez sombria y muda la nutridora vibración
de la luz y el aire libre. Es como si vibrara nuestra sangre,
o nuestra médula misma en el hueso sonoro —como si fuera
el comienzo de todo rumor y toda mdsica—, como el cres-
cendo de un Organo que llenara el cielo. 0 simplemente es el
caracol del sol. Un eco pánico.
El numen que vive en las grutas del monte, del mar y del
bosque, en el Impetu del caballo y del viento, habita tarnbién
en nuestro pecho.
*
Frente a la belleza ágil y potente de las grandes aguas, el
corazón quiere evadIrsenos hacia ellas como un pez.
La liuvia estival cae menos tal vez sobre los campos rese-
cos que sobre nuestras ansias.
*
Una misma es la ola que pasa por el perfil del abismo y la
que pasa por la profundidad de las corrientes submarinas.
I.
PLQUENO DICCIONARIO DE LA DESOBEDIENCIA 191
La poesla significa no solo una exploración y exaltación
del ser, sino su ennoblecimiento. Bajo su influjo nuestros
sentimientos se han mejorado tanto que nos creemos (y p0-
demos liegar a serb) capaces de las mejores acciones. Este
es el misterio de la catarsis estética. Por eso la poesla es
la más profunda educadora de almas, y la de Shakespeare
más que ninguna. Su alegrIa, jugosa y purpürea como una
vendimia, no es uno de sus menores regalos. EscuchO la
melodIa del mundo —no del ultramundo— y la que los
hombres no deshumanizados ilevan en sj, y trabajO per con-
ciliarlas en una armonIa, es decir, por la felicidad.
The man that hath not music in himself
Nor is mov'd with concord of sweet sounds
Agregaremos que la grandeza de su genio no lo libra del
todo, como hombre, de las menguas de su época? En efecto,
es obvia su aquiescencia —cuando no adulación— hacia los
amos del poder y la riqueza, como hacia los prejuicios y
errores, cultos 0 incultos.
PEDAGOGIA (LA)
PERSONALIDAD (LA)
Los deberes más sagrados son los que tenemos para con nos-
otros mismos, y entre todos, el primero: la obligación de ser
nosotros, no otros; de no infligir al mundo una efigio copiada.
*
Ni los animales, ni los árboles, ni nada vivo, está hecho
en serie. No hay dos hojas iguales en el mismo nogal. No hay
dos calandrias que canten exactamente lo mismo.
*
Aspirar a la personalidad es atreverse uno con su alma pro-
funda, como una hormiga con un pétalo de rosa varias veces
más grande que ella.
*
La tradición, los calendarios y horarios, los cuarteles y aulas,
los partidos politicos, las ordenanzas municipales, los dogmas,
los sastres, los fotógrafos, casi todos, en fin, viven conspirando
para disuadir al hombre de su compromiso fundamental; el
de ser él mismo.
*
Consejo del sastre y el modisto: vista elegantemente, tenga
personalidad. Traducción: renuncie a toda personalidad, por-
que nosotros le proporcionaremos una, correctIsima y como-
dIsima, de lana o algodón.
*
Los seres humanos en su mayorIa, interiormente hablando,
casi nunca pasan del estado larval, esto es, son más o menos
amorfos, incoloros, ápteros, encerrados en el cascarón, inca-
paces de libertar sus alas. (Su tendencia a oprimir a otros es
su consuelo de no haber logrado libertarse a si mismos).
*
La personalidad exterior suele ser, con gran frecuencia,
el grillete de la personalidad interior.
*
La impersonalidad es también la forma esencial del miedo.
Miedo al ridIculo. Miedo a la burla o el enojo de los otros.
Miedo a maiquistarse con la tradición, con lo consabido y
consagrado, con ci orden oficial del mundo. Miedo a encon-
I'EQUENO DICCIONARIO DE LA DESOBEDIENCIA 205
I.
PEQUE1O DICCIONARIO DE LA DES0EDIENC1A 211
dencia de la etimologIa: el futuro vera que, por siglos, hubo
hombres que precisaban cargar sefiales o convertir a los otros
en rebaflo anónimo para sentirse seres de excepción...
POLITICA DE CLASE
I.
PEQUEfO DICCIONARIO DE LA DESOBEDIENCIA 217
2,Que un simple atracón de estómago produce jaqueca, pe-
sadillas, pesimismo? Si, pero la pubidundez idealista sigue
negándose a ver el origen de la quiebra politica y moral de
hoy en la quiebra del sistema económico que nos rige.
I6.
i'r:QUESO DICCIONARIO OF IA DESOFFDIENCA 219
Sometido desde que nace a la dictadura de la liturgia y
de los dogmas religiosos, de la autoridad paterna, de la ense-
flanza oficial, de la opinion pdblica, el hombre crIa un alma
resignada y jibosa que aguanta, sin advertirla, la dictadura
social permanente y siente vibrar su afinidad nativa y electiva
con el dictador individual, en quien so siente sublimado y en
quien delega inconscientemente su querer y su pensar. Es
un fenómeno de puro tipo religioso.
For cierto que las dictaduras individuales o sociales solo
podrán ser eliminadas en el futuro, cuando el ciudadano,
hoy mero alumno infantil de la libertad, se gradde de ba-
chiller.
.1
230 LUIS FRANCO
I.
PEQUFO DICCIONARTO DE LA DESOBEDIENCIA 233
De la antigua igualdad de los sexos, es decir, del hombre
y la mujer, dan muestras inequlvocas los mitos religiosos. En
casi todos ellos el trono del mundo está dividido entre ambos
sexos. En el Olimpo, Hera no solo era venerada por todos los
otros dioses, sino respetada y temida aun por su tonante y
fulminante marido. Lo mismo ocurre con la esposa del egipcio
Osiris y con otras cónyuges divinas. Entre los hebreos el Es-
piritu Santo era diosa hembra. La invención de la mariolatria
o culto de la Virgen se explica como un desquite sobre el
asfixiante misoginismo de la tradición judaica, heredado e
impuesto principalmente por San Pablo.
*
Si aceptamos el androginismo originario de la sexualidad de-
bemos aceptar la idea de que la evoluciOn diversificadora hasta
separar a los individuos en machos y hembras no ha ilegado
a anular del todo en un individuo de un sexo determinado la
supervivencia del otro sexo. Es decir, no hay hombre Integra
y absolutamente masculino ni mujer Integra y absolutamente
femenina. Esta noción es el aporte decisivo de Otto Weininger.
Lo masculino y lo femenino estarlan, pues, repartidos en
la más diversa proporción en cada individuo. Esta ley —aun-
que no la itnica— rige la atracción sexual: cada individuo
busca en el opuesto el complemento cabal de sus proporciones
sexuales. AsI ocurre, para citar un caso, que el hombre más
varonil sea el más sediento de duizura femenina.
Naturalmente siendo ci animal humano el más erotizado e
inteligente, es decir, ci más capaz de diferenciar y elegir, está
destinado a encontrar en el amor la satisfacción más profun-
da y elevada.
*
Lo que ilamamos belleza es el mayor imán del amor por
razón de que la belleza es esencialmente expresiOn de armo-
nIa —salud y fuerza— o, como dice Stendhal, es "promesa
de felicidad". Un poeta acufió esta fOrmula oracular:
La beauté c'est la forme que l'amour donne aux choses.
Pero la belleza no es la itnica arma de dominio del amor ni la
belleza escultórica obra con prescindencia total de otros fac-
tores que no distinguimos, pero cuya existencia es indudable.
Cómo, si no, una mujer casi fea despertarIa a veces tanto o
rnOs interés que una bonita, sin que en ello medien razones
de abolengo, riqueza o prestigio social? Y naturalmente las
cualidades psIquicas no son de menos atracción que las so-
ináticas en ci juego de los sexos.
*
Belleza! Pero no es menos cierto que el hombre ha tendido
siempre a hacer del amor una cosa morbosa y horrible. Qué
extrafio. Para bien y para mal, ci hombre es la criatura que
234 LUIS FRANCO
I6.
PEQUE0 DICCIONARTO DE LA DESOBEDIENCIA 237
cambio nuestras bajunas prevenciones contra el sexo, nuestra
imaginación intimidada o emporcada. La gzmofleria es la
hermana siamesa de la pornografIa.
*
El mormonismo, el nudismo, la pornografIa, la moda homo-
sexual son expresiones de la infelicidad erotica de nuestro
tiempo —de la libido encarcelada—, rebeliones contra el des-
potismo más arcaico, süplicas por una ética sexual liberada.
Nuestro beso puede ser más ferviente que todas las pie-
garias.
I6.
PEQUEI0 OJCCIONARIO DE LA DESOBEDIENCIA 251
La gente acepta sin discriminación alguna los altos bene-
ficios del progreso técnico. ,.Quién sospecha que pueden, a
veces, no ser tales beneficios, sino lo contrario? Vaya an
caso entre miles: la balumba de noticias suministradas por
el telégrafo, la radiofonla y la prensa. ,,Es que todas son
necesarias o interesantes? Oh, no; un porcentaje que puede
Ilegar al noventa por ciento es totalmerite initil. Y con estas dos
consecuencias profundas: primera, que el suministro de tales
noticias cuesta a la calectividad un gasta ingente de trabajo;
segunda, que el tiempo que asi pierde el leyente a escuchante
en absorber semejante aguachirle a paja de establa, podrIa
emplearlo en asimilar tanta otra sustancia digna del cerebro
y del corazôn.
I.
PF(VJE O DJCCIONARIO OE LA OESOBEDIENCIA 263
I-
PEQUE0 DICCIONARIO DE LA DESOBEDIENCIA 265
rresponde a la depuración del amor a la mujer hasta con-
vertirlo en una abstracción monstruosa de asexuados, o al
idealismo de Flatón o de Piotino y todos sus seguidores hasta
hoy, que ye en el mundo la mera y defectuosIsima encarna-
don de una Idea absoluta, y que equivale, claro está, al pesi-
mismo mIstico que ye en la vida una prueba lacrimosa para
ganarse un premio: un paraIso aséptico y sin deseos humanos.
Estos poetas de lo absoluto —como en mayor o menor grado
lo han sido todos o casi todos—, estos dioses que quieren
crear, no con el caos impuro, 5mb con el puro vacIo, son viejos
como el mundo. Representan la decadencia de los instintos
mucho peor que la de la inteligencia: espIritus débiles, que
impresionados hasta la histeria por la caducidad de las formas
vivientes y la defectuosidad de las cosas humanas, huyen
hacia un arte-refugio como los de ayer a las Tebaidas y los
de hoy al suicidio, al alcohol o al trabajo fanático. Esplritus
sin gran sensibilidad iii imaginadión, después de todo, pues
que no sienten la grandeza de ese misterio de los orIgenes y
los avatares de lo que vive, moviéndose —,por qué no?— hacia
estadios más altos y donde la voluntad humana pueda inter-
venir más claramente; y que asI liegaron a la más hermosa
de las quimeras: la concepciOn del hombre como puro espiritu,
esto es, históricamente abstraIdo del comercio con los otros
hombres y con la Naturaleza. ,Qué mucho, pues, que ese
idealismo de ojos cerrados resulte tan siniestramente inhu-
mano como el materialismo en cuatro pies de los mecanicistas?
Ahora bien, lo anterior significa que por altas que sean la
lucidez y la tension de su mente, por subversivas que resulten
sus innovaciones de estilo y de técnica, por luciferinos que
parezcan sus reniegos de la sociedad en que vive, el intelectual
no rompe en realidad con ella, ni menos rompe la tradición
sagrada: en el fondo sigue pagando tributo al arcaico espi-
ritu de claudicación y negación. For eso el ateismo de Leo-
pardi y el jesuitismo de Kempis son como hermanos siameses.
Naturalmente, ocurre casi siempre que el pensador, el poeta,
el artista, Regan a convencerse de su inmaculada independencia
mental y espiritual y gallean su rebeldIa ante las imposicio-
nes carcelarias de la sociedad.
Mas no es asI, sino al revés, y tanto que, si no es por excep-
ciOn milagrosa, el poeta no se muestra nunca capaz de sor-
prender y denunciar esas leyes clandestinas, ese regimen in-
confesable de escamoteo y fraude que sustenta el orden social
de cuaiquier época. Qu6! Si, como en el poema de Jean
Cocteau, sus versos se apresuran a ofrecer, gustosos, sus ser-
vicios de gendarme o monaguillo:
Comprenderã de pronto que mis versos
fueron los servidores del orden".
U ocurre de pronto lo que ya sabemos: se hurta al hori-
zonte humano, cediendo a su vocación de peatón de las nubes.
Entre los muchos sintomas inconfundiblemente denuncia-
266 LUIS FRANCO
I-
268 LUIS FRANCO
I-
rEQuENO DICCIONARIO DE LA DESOBFDIENCIA 269
que no solo carita canciones de guerra sino que estimula a lo
hombres en sus luchas por la vida".
Todo arte es social, es decir, sale de los hombres y vuelve
a ellos: la necesidad y el sentimiento de Ia belleza, quo existen
también en el resto de la zoologia, devienen en el hombre Un
fenómeno no sOlo biolOgico y psicológico, sino social, ello es,
de fundamental comunión humana. No hay, pues, arte soli-
tarlo o de capilla.
La biologIa y la sociologia mOs modernas vienen a confir-
mar lo que ya sintiO el padre de "Fausto": que en el fondo
todo hombre es un ser colectivo; que el individuo humano
solo existe en coliexión orgánica con su rnedio cónnicc p su
inedio social. Digamos que el alma del mOs solitario y turn-
ebOrneo de los poetas tiene sus raIces en ci limo dc la tierra
v en ci afán sucloroso o sangriento dc los hombres, p que el
sustraerse a eso, de algin modo, lieva a la decadencia o la
anulaciOn do sI mismo.
No solo, pues, que el artista no puede ser ajeno al mundo
que lo rodea y menos rehuirlo idealmente, sino que debe
nutrirse de él, de lo más substancial de él, si quiere purifi-
carse y purificarlo.
Si la sociedad tide hoy, como angustia y problema mOxi-
mos, los de aliviarse o zafarse de sus cadenas milenarias, el
artista en general y el poeta en especial, que tienen como pni-
vilegio el pensamiento y la palabra, deben ser de suyo men-
sajeros de la luz, los primeros abanderados do la liberación.
Y no se crea que si el poeta abdica su función y misión,
alguien puede relevarlo, porque el arte es el primero de los
privilegios del hombre, y la poesIa la que mejor registra los
pulsos de su sangre I, los de su espiritu. La ciencia es sob
ciencia, pero el arte es también vida; el pensamiento es luz,
pero ci arte es creación tan animada como la otra: "el arte
en sí es también Naturaleza", como dice un personaje de
Shakespeare. El arte es conocimiento p ci mds intenso, sin
ciuda.
Solo que —salvo las excepciones del caso— los poetas no
se muestran a la altura do su tiempo, digo que su moderni-
dad no es auténtica. Ya oImos a Zaratustra: "No pensaron
profundamente y por ende no sintieron hondo", quo es lo
que en definitiva viene a decir Brandes: "Se comprenderá
que ci arte exige almas que en originandad, en independen-
cia, en temeridad, en despotismo aristocrOtico, estén a la altu-
ra de las personalidades mOs originales del pensamiento
contemporáneo".
Agregaremos que el no pensar hondo obedece menos a
deficiencia cerebral, sin duda, que al temor, por inconsciente
que sea, de afrontar todas las consecuencias del pensamiento
verdadero, siempre peligroso para la tradiciOn histórica, esto
es, para ci orden. establecido?
Lo cierto es quo los poetas siguen rehuyendo ci aspecto
nuevo de los temas viejos, y rehuyendo los temas más profun-
270 LUIS FRANCO
I6.
FEQUE0 DICCIONARIO DR LA DESOBEDXENCIA 271
El mensaje de Whitman (y conste que su propia persona
es lo me or del mensaje) es el más vasto que ban escuchado
los oiclos del mundo moderno.
Su empresa, la de ver el mundo con sus propios ojos y
no temer su propia vision; de reconciliar la paesIa con la
vida, la sociedad con la personalidad; de desafiar inevitable-
mente con ello los intereses de las clases dirigentes y la
ceguera de las dirigidas; de irritar hasta el crujir de dientes
el espIritu de todas las plebes, especialmente la formada par
heroes de academia o de salones diplomáticos, par apóstales
de estufas y ligas morales, par Robinsones de biblioteca; tado
eso revela una egregia audacia y presupone un hombre leo-
ninamente confiado en sí mismo.
El hombre, ente de facultades espléndidas, sufre la mOs
triste de las suertes: desde la cuna empiezan a oscurecerle,
con fajas y perifollas y velos, esa razón y esa sensibilidad
que, cuando puede usarlas del tado, estOn casi siempre a ye-
riadas sin remedio. La que viene con el hombre, lo manantial
y espantáneo, se encenaga y pudre en gran parte, y cuenta
decisivamente la pastiza, la que en nombre de la Religion,
la Moral, la EducaciOn y la Patria de las mayores le panen
coma camisa de fuerza y garra de darmir.
Whitman no quiere conducir su alma al cielo; el suya no
es un evangelio de salvaciOn. Pero estd igualmente contra las
den gas tradicianales y contra "los clérigos de ojos de 'rmur-
ciélago" del matenialismo. El predica solo la obediencia al
alma, pero su alma no reniega de su cuerpo ni de la tierra,
sino que los acepta gloriosamente
Comprimido entre la explotación fI.sica v la contraeduca-
don espinitual, el hombre está perdiendo su bandad, esto es,
su sentido de la fraternidad. Pero el genio de Whitman es
esencialmente una cordialidad avizara, como si el amor se
hubiera hecho luz:
Ta'inbidn POT aqul lievo ml afltigua y venturosa carga.
Si, llevo los hombres y las mujeres, Los llevo conmigo
[donde quiera que vaya.
He aquI que Whitman no es un prof eta de Dias, sino del
hombre, el primer prof eta del hombre. Y naturalmente, del
hombre moderno, es decir, del que vendrá. Las civilizaciones
pasadas Se preocuparon más de los Diases, de la Ciudad, del
Estado, de la Casta, de los Reyes, de la Patria, que del mdi-
dividuo; pero el individuo send cada vez más el tema de la
histonia. "Hojas de hierba" es el evangelio del yo y Whitman
una especie de Homero de la personalidad buscada a travéS
del proceso social y no contra él, como hasta ahara. Esta es
su genial novedad. Para él, paesIa y democracia se cargan
de un sentido novIsimo y devienen sinónimas: significan la
liberación de La personalidad del hombre de todas sus car gas
externas e internas j la integraciOn de todos sus valores en
discordia.
272 LUIS FRANCO
VIDA Y MUERTE
VIDA Y MUERTE
I.
PEQUEO DICCIONAP.IO DE LA DESOBEDIENCIA 279
y acicate para tantos mozos de alma envejecida o cuya juven-
tud es casi nada más que turbia turbulencia!
FIN
I6.
INDICE
PAG.
Acción, Actividad 7
Alegrfa y Pesimismo .........................................12
Amistad y Fraternidad ........................................18
Antologla sacra ...............................................23
Antropologia ..................................................38
Arte(el) .....................................................45
Biografla del ii.ltimo dios ......................................52
Civilizaciones ..................................................68
Comida del hombre (Ia) ......................................80
Comodidades y honores ........................................85
Cuerpo y Alma ...............................................88
Economia y Destino ..........................................92
Estado (el) ..................................................100
Griegos (los) ..................................................105
Guerra (la) ...................................................107
Hagiografia profana ..........................................112
Historia y Devenir .............................................130
Libertad y Servidumbre .......................................143
Literatura (la) ................................................150
Moral(Ia) ...................................................155
Mujer (la) ....................................................164
Naturaleza y Espiritu .........................................173
El aire libre .............................................. 181
El manantial .............................................. 181
Eldrbol ................................................... 181
Elpdjaro ................................................. 182
Larosa .................................................... 183
La cigarra ................................................. 183
Los pdjaros migradores ..................................... 183
Palabra y Liberación ..........................................187
Pedagogia (la) ...............................................195
Personalidad (la) .............................................204
Polltica de clase ...............................................213
Racismo.......................................................229
Sexo y Amor ..................................................232
Testimonios ...................................................241
Trabajo y Lucha de clases .....................................256
Vejez de la poesia ultramoderna ................................262
Vida y Muerte ................................................273
SE TERMINO DR IMPRIMIR
EL 20 DE ENERO DR 1959
EN AMERICALEE, EDITORA E
IMPRESORA, TUCUMAN 353,
BUENOS AIRES. ARGENTINA
BIBLIOTECA
DE CULTURA SOCIAL
iQui es la Propiedad?
POE P. J. PROUDHON
Teatro Completo
POE R. GONZALEZ PACHECO
(2 tomos)
Obras Cornpletas
poR RAFAEL BARIUM
(3 tomos)
Lo que Yo Creo
POP. JEAN ROSTAND
EDITORIAL AMERIGALEE
Buenos Aires