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EL ANIMADOR Y LA BIBLIA

Por: Padre Nicolás Constantino1

¿QUÉ ES LA BIBLIA?
Para poder resolver esta pregunta que parece tan simple, te invito a que antes te
animes a leer un poco más acerca de lo que Dios ha hecho en nuestra historia de
salvación. Él siempre ha estado presente en su pueblo, pero se ha mostrado de una forma
muy particular y lo sigue haciendo. Te recomiendo que prestes atención a las citas bíblicas
que te sugiero y las leas, tené la Biblia en la mano. Ahora sí, te invito a embarcarte en esta
apasionante aventura de conocer más nuestra fe…

DIOS SE COMUNICA AL HOMBRE


Desde siempre Dios ha tenido la iniciativa, él nos amó primero, nos primerea. Si no se
hubiera revelado a los hombres, no lo hubiéramos conocido jamás. Es por eso que desde
un comienzo Dios ha establecido una relación con sus llamados. El primero es Abraham a
quien le encomienda formar una “gran nación”, un pueblo de su propiedad (Cf. Dt 7,6);
desde entonces Dios no ha dejado de comunicarse al hombre jamás. Quizás también lo ha
hecho antes, ya que desde Adán y Eva Dios se comunica, pero el primero que supo
responder a su llamado y dar cauce a su voluntad fue Abraham (Cf. Rom 4,11; Gn 14,14;
Heb 11,8-19).

Haciendo un repaso muy rápido, Dios (“Yahvé” = el que es, es que está con su pueblo)
se fue manifestando a lo largo del tiempo de muchísimas maneras a su pueblo. Siempre lo
ha hecho por medio de sus enviados (los profetas, los sacerdotes de la antigua alianza, los
reyes); y siempre para liberarlos de la esclavitud, hacer alianza con ellos, darles una
promesa y ayudarlos a cumplirla: a veces con grandes signos y a veces reprendiendo al
pueblo (Cf. Ex 6,2-13)

Cada vez que el pueblo hacía alianza y la rompían, el Señor los dejaba a su libre
albedrío y luego de vivir las consecuencias de sus actos (Cf. Sal 81,11), los perdonaba y
restauraba con ellos su alianza; siempre le costó estar enojado, siempre a Yahvé le costó
alejarse, “no estar” con su pueblo, lo que sería una contradicción de su propio nombre de
Yahvé (Cf. Sal 103,8).

Pero no olvidemos desde ya, que se ha comunicado desde siempre con el hombre de
diversas maneras, pero lo más claro lo ha dicho cuando su propio hijo nos tradujo en
nuestra lengua las maravillas de Dios (Hch 2,11).

1
Sacerdote Diócesis Villa de la Concepción del Río Cuarto. Asesor Diocesano de la Infancia y Adolescencia
Misionera.
EL HOMBRE ESCUCHA LA VOZ DE DIOS Y LA TRADUCE
Ahora bien, Dios siempre ha hablado, pero… ¿el hombre ha entendido? Hay que decir
que en parte sí y en parte es misterio. Podemos decir dos cosas: 1. El hombre es de
naturaleza débil; 2. El hombre no puede desligarse de su contexto vital y de su cultura.

1. La debilidad propia del hombre hace que, aunque Dios se haga entender,
muchas veces el pueblo de Dios se guíe por sus intenciones egoístas. Es así que
muchas veces ha interpretado mal a Dios y él ha tenido que corregirlo. Pero en ese
camino, en esa pedagogía de Dios, lo mismo ha ido guiando a su pueblo según su
voluntad.
2. ¡Esto es central! No podremos entender a Dios si no consideramos que
cada persona que escuchó a Dios lo hizo “como pudo”, es decir, desde lo que en su
tiempo se podía comprender y con los códigos que su cultura le permitía
expresarse. Por eso es tan importante conocer, más o menos, como era la cultura
de esa época. Muchas veces el lenguaje es muy simbólico y cuesta interpretar o
traducir el mensaje de Dios.2

Podemos decir entonces que la voz de Dios viene mediada por varios filtros de la
misma naturaleza humana que, escucha a Dios como puede y que el pecado y la debilidad
humana interfiere mucho en conocer la claridad del mensaje. Sin embargo, creemos que
Dios se las ha arreglado para darnos a conocer su voluntad.

LA VENIDA DE JESÚS: ¡DIOS SE LAS ARREGLÓ!


UN NUEVO MODO DE INTERPRETAR LA PALABRA DE DIOS
Es así que Dios en “la plenitud de los tiempos”, un tiempo que él mismo
misteriosamente dispuso, envió a su Hijo nacido de una mujer y sujeto a nuestro tiempo,
nuestros códigos y nuestra cultura, “bajo la ley”, para rescatar a todos (Cf. Gal 4,4-7).

Dicen que cuando Dios envió a su Hijo, el Padre se quedó mudo… Jesús nos ha dicho
de parte de Dios, todo lo que necesitamos oír para tener vida en abundancia (Cf. Jn 15,15).
Él nos ha traducido en nuestro lenguaje y con gestos y palabras, la voluntad de Dios. Él es
la Palabra de Dios, el Verbo hecho carne en el seno de la Virgen. Para nosotros el mensaje
de Dios no es más una voz, un par de letras que hay que leer, es una Persona: es Jesús de
Nazaret.

Por eso es que la Palabra de Dios, desde Jesús, se vuelve viva y actuante en toda
nuestra historia, más que nunca.

2
Aquí no pondremos todos esos datos. Pero ayuda muchísimo poder leer las introducciones de cada libro
que toda Biblia tiene. Allí descubriremos algunos detalles que nos ayudarán a entender mejor el mensaje de
la Palabra.
LOS HOMBRES RE-TRADUCEN LA VOZ DE DIOS POR LA “PALABRA HECHA CARNE”
Jesús no escribió nada de sí mismo. Fueron sus apóstoles, sus enviados, quienes
hicieron eco de sus gestos y palabras. Al igual que en el Antiguo Testamento, el “Pueblo de
la Nueva Alianza”, tradujo en su lenguaje la experiencia viva de la cercanía que tuvieron
con Jesús. Movidos por Dios e inspirados por el Espíritu Santo nos transmitieron todo lo
necesario de la fe para que pudiéramos seguir a Jesús.

Es así que en torno al siglo II, se va estableciendo el “canon” de los libros de la


Sagrada Escritura. Es decir, los más cercanos a la experiencia de Jesús decidieron qué
libros, qué cartas, etc., reflejan mejor el mensaje autentico de Jesús; y es así que llega a
nuestras manos el libro de la “Biblia” (que en griego significa “los libros”).

¡Pero hagamos un “stop”! ¿Es lo mismo la Biblia que Evangelio, Testamentos, Buena
Noticia, Tradición de la Iglesia, Palabra de Dios?

En realidad no. Para entendernos mejor debemos comprender que “Palabra de Dios”
se refiere a todo aquello que Dios ha revelado y sigue revelando al su pueblo a lo largo de
la historia. Por eso podemos dividir así la cuestión:

Palabra de Dios = Sagrada Escritura (la Biblia) + Tradición viva de la Iglesia

Sagrada Escritura

La SAGRADA ESCRITURA es la Biblia. La Palabra de Dios escrita inspirada por el


Espíritu Santo que ha quedado plasmada por escrito y contiene lo esencial de la fe del
Pueblo de Dios.

Este nombre se le designa a lo que llamamos comúnmente “Biblia”. La Biblia es el


compendio de todos los libros que son considerados los que mejores reflejan el mensaje
de Dios. Se divide en el “Antiguo Testamento” o “Antigua Alianza” (47 libros) y el “Nuevo
Testamento” o “Nueva Alianza” (27 libros). Es la Palabra de Dios escrita y consignada en
estos libros.3

El Antiguo Testamento (AT) es la parte que compartimos con el pueblo judío. De ellos
hemos heredado esta porción de la Biblia. De hecho, la mayor parte está escrita en lengua
hebrea y solo algunos pedacitos en arameo.

Tiene varias partes que conviene identificar en general, ya que no tiene todo la misma
importancia:

3
Hay además otros libros que existen acerca de la vida de Jesús y que no entran aquí: suelen llamarse
“evangelios apócrifos”. Son escritos que nos hablan de distintas situaciones de la vida de Jesús pero a veces
con exageraciones o evangelios para los niños de la época que los autores sagrados no consideraron aptos
para poner en la Biblia como tal.
● El “Pentateuco” (penta= cinco; teuco=volúmenes). Ésta es la llamada “ley” por los
judíos y contiene lo esencial de su fe. Son los libros más importantes como lo son
los Evangelios en el Nuevo Testamento. Aquí están contenidos por ejemplo: los
mandamientos, el relato de la creación, la liberación de Egipto, los primeros
llamados de Dios, Noé y el diluvio, etc.

● “Los Profetas”: son los libros que cuentas cómo Dios se ha valido de hombres que
eligió para que dieran su mensaje de anuncio o denuncia acerca del camino que él
les propuso en el pentateuco. Cuando el pueblo se alejaba de esto, hacía surgir un
profeta que intentaba encaminar al pueblo de nuevo hacia Dios.

● “Libros Históricos”: son los que narran al modo de una historia novelada las
hazañas del pueblo en las luchas cuando Dios, “El Señor de los ejércitos”, los
acompañaba a conquistar la tierra prometida y a custodiarla. Es donde se narra la
historia de los reyes que Dios dispuso para acompañar al Pueblo desde el Rey
David en adelante…

● “Los Escritos”: este nombre tan simple designa el resto de los libros donde se
encuentran los Salmos, los libros sapienciales o de la sabiduría popular
(Eclesiastés, Eclesiástico, Sabiduría, Rut, Esther, etc.).

El Nuevo Testamento (NT) es lo que consideramos central de la Biblia. Está basado en la


encarnación del Hijo de Dios: la Palabra hecha carne (Jn 1). Contiene las siguientes partes:

● “Los Evangelios”: son los cuatro primeros libros de la Biblia (mateo, Marcos, Lucas
y Juan). En ellos se desarrolla el mensaje central de la fe, centrado en la persona
de Jesucristo nacido, muerto y resucitado para nuestra salvación. Cada uno de
ellos ha sido escrito por uno o varios escritores sagrados y con destinatarios muy
particulares. El primero en terminarse de escribir es el de Marcos (año 64), Lucas
(año 70), Mateo (año 80), Juan (año 90 -100). No debemos buscar en ellos datos
estrictamente históricos sino lo esencial del mensaje de Jesús a sus discípulos.
Pegado a esta obra está el libro de los hechos de los apóstoles, escrito por Lucas
en continuación de su Evangelio, aunque no es parte de ellos como tal: se
expande en contar también la vida de los apóstoles, luego de la resurrección de
Jesús.

● “Las Cartas”: son eso mismo, cartas que los apóstoles enviaban a los pueblos que
habían evangelizado para alentarlos, reprenderlos y así mantener viva la fe en
Jesucristo. Son 13 de San Pablo, la carta a los Hebreos y las otras cartas llamadas
“católicas”.

● El libro del “Apocalipsis”: este es un libro escrito por Juan (aunque no se cree que
sea de su puño y letra totalmente). Es un escrito de esperanza, narrado con
símbolos, ya que en esa época se perseguía a los cristianos y no les permitían
expresar su fe. Narra la historia controversial de esa época de persecución y cómo
todo eso encuentra sentido en Cristo: el martirio, la cárcel, etc. Además, tiene un
profundo sentido de esperanza en la Vida Eterna al lado de Dios, habla del cielo y
de la renovación de todas las cosas en Jesús. Por eso muchas veces se lo identifica
con el fin del mundo, aunque esto no está expresamente dicho en el libro.

Tradición viva de la Iglesia


La TRADICIÓN VIVA de la Iglesia es la transmisión ininterrumpida de la Proclamación
escrita u oral de la predicación de los Apóstoles a través del tiempo. Consignada de
manera “pasiva” o estática en lo que han dicho los Padres de la Iglesia y lo que la Iglesia
de los primeros siglos vivió y celebró. Y también de manera “dinámica” o activa en cuanto
el Espíritu Santo sigue haciendo comprender las verdades de la fe a lo largo de la historia.

Esta forma de la Palabra de Dios no suele ser muy conocida o tenida en cuenta, pero
es central para comprender nuestra fe católica. Esta es la Palabra de Dios que nos viene
de la vivencia auténtica de la fe a lo largo del tiempo. Está formada por la tradición oral
de la fe (todo lo que no está escrito en la Biblia pero que sin embargo los Apóstoles vivían
en su fe: Cf. Jn 20,20-31), por el testimonio de los discípulos de los Apóstoles y de la
sabiduría de los “Padres de la Iglesia” (los primeros santos hasta el siglo IV aprox. que se
consideran los que han mantenido el “depósito de la fe” auténtica); además la vida de los
santos y la liturgia (la vivencia de los sacramentos). Luego del siglo IV, los demás escritos
de Papas y santos son considerados “Magisterio”, es decir, enseñanzas válidas de la fe de
la Iglesia, pero NO Palabra de Dios. Lo que escuchamos hoy del Papa Francisco por
ejemplo, no es Palabra de Dios sino enseñanza auténtica de la fe de la Iglesia, basada en
la Palabra de Dios.

Es por eso que, para leer la Biblia, se lee “en la Iglesia”, es decir, en el marco de la
Tradición viva de la Iglesia que nos ayuda a interpretar la Biblia desde la mirada que Dios
dio a su Iglesia. Por eso es tan importante la Misa, la enseñanza de los obispos y el Papa:
nos van traduciendo en lenguaje actual la Palabra de Dios.

JESÚS NOS HACE PORTAVOCES DE SU BUENA NOTICIA


Es así que Jesús nos ha hecho parte de su misma misión. Nos ha hecho portavoces de
una hermosa noticia, del Evangelio (en griego significa Buena Noticia) que ilumina a todo
el mundo. Nos ha hecho apóstoles (enviados) para llevar su Palabra Viva a todos. En
nuestro servicio no podemos dejar de lado la Palabra de Dios. Dejarla sería dejar de lado a
Jesús que nos habla en ella.

La Biblia, por ser escrita por los hombres que tuvieron contacto cercano con Dios e
inspirada por el Espíritu de Dios, tiene una fuerza propia (Cf. Is 55, 10-11). Aunque muchas
veces no se entienda todo, la Sagrada Escritura puede iluminarnos y liberarnos de la
esclavitud del pecado y guiarnos en la vida. Tiene que tener un lugar central en mi vida
espiritual y en todo servicio de la Iglesia.

ALGUNAS CUESTIONES PRÁCTICAS

¿CÓMO SE CITA LA BIBLIA?

El Capítulo aparece en un número grande en la Biblia y el versículo en pequeño.

Usos:

o Desde un versículo hasta otro inclusive se usa “guion medio” Ej: Mc 9,35-37
o Saltear de un versículo a otro se usa “punto” Ej: Mc 9,35.37 (no se leería el 36)
o Para separar dos citas se usa “punto y coma” Ej: Mc 9,35; 10,38
o Se pueden combinar, Ej: Mc 9,35-37.39-40 (debería leer desde el versículo 35
hasta el 37 inclusive y saltear al 39 hasta el 40 inclusive)

Excepciones:

o Puede aparecer el Capítulo separado por dos puntos: Ej: Mc 9:35-37


o Puede aparecer el título del libro seguido de un punto
o Puede haber diferentes abreviaturas

¿POR DÓNDE DEBO COMENZAR A LEER LA BIBLIA?


Con la mayoría de los libros uno podría decir desde el comienzo o desde dónde te
guste más. Pero en la Biblia no. Lo mejor es comenzar leyendo la vida de Jesús, los
Evangelios. Ellos son el criterio interpretativo para comprender todo el resto de la Biblia.
Solo a la luz del Padre Misericordioso que nos salva por su Hijo del pecado y nos da su
misión (kerygma=primer anuncio), se puede comprender todo el antiguo testamento y las
cartas del nuevo testamento. Los Evangelio (Mateo, Marcos, Lucas, Juan) son el núcleo de
la fe que nos ayuda a no desorientarnos cuando leemos el resto de la Biblia.

Por ejemplo, en el AT, si algún pasaje nos habla de la ira de Dios que cae sobre
su pueblo (Cf. 2 Sam 6,7), deberemos dudar de que el mensaje sea precisamente la
imagen de Dios que se nos quiere transmitir, sino más bien una comprensión previa
a la manifestación de Jesús que nos ha revelado el verdadero rostro del Padre.

Debemos comprender que la comprensión del pueblo acerca de la acción de Dios con
ellos se ha ido dando en siglos de historia y mediados por la cultura que manejaban
entonces, por eso podremos ver cómo en la Biblia muchas veces Yahvé se arrepentirá del
daño causado o de su enojo y renovará la alianza con su pueblo hasta que vaya
descubriendo qué él no le manda esos males, sino que son producto de alejarse de su
presencia.

¿CÓMO INCLUYO LA PALABRA DE DIOS EN LOS ENCUENTROS DE LA IAM?


Muchas veces cuando preparamos los encuentros cada semana incluimos muchas
actividades, signos, videos, etc. Pero debo saber que no puedo prescindir de la Biblia, ya
que es la manifestación concreta de la Voz de Dios. Pero… ¿cómo hago? ¿siempre tengo
que leer un texto largo y hacer pensar a los chicos para que saquen un mensaje?

No. En realidad la Sagrada Escritura es Palabra Viva, por lo tanto, no depende del
soporte donde esté escrita. Lo que debo tener cuidado es de usar traducciones o Biblias
que estén aprobadas por la Iglesia para no correr el riesgo de desfigurar el mensaje de
Jesús (pueden ser en libro, digital, etc.).

Por ejemplo, si cambio una sola palabra de última cena de Jesús se arma lio:
no es lo mismo decir esto “es” mi cuerpo, que esto “significa” mi cuerpo. Porque
nosotros creemos en la presencia real de Jesús en la Eucaristía, no es un símbolo
nada más.

Es por eso que usar Biblias adecuadas nos ayuda a cuidar el mensaje auténtico de
Jesús. Pero eso no evita que yo utilice un video donde se pase el texto bíblico, una
representación en la que se vaya leyendo el texto o basada en él, podría hasta buscar
traducciones para los niños o mostrarla con dibujos, o contarla alguna parábola con mis
palabras respetando su contenido, etc. Lo importante es que cada encuentro esté
asentado en la Palabra de Dios, no que sea un adorno.

Por ejemplo: yo quiero hacer que los niños presten atención y respeten
entonces les busco un texto de la Biblia donde dice que Dios tiene ira con su pueblo
y si no le obedecen los aniquilará… Ese no es el mensaje de Dios para los niños… En
todo caso tendré que buscar estrategias para contener a los niños pero no
manipular la Palabra para mis ideas o beneficio.
Sí, estoy usando la Biblia, ¡pero la estoy usando mal! Porque la uso para fundamentar
mis ideas y no para transmitir el mensaje de Dios. Por esto es bueno que nos formemos,
consultemos, preguntemos al sacerdote, etc.

¿PUEDO “BAJAR” LA BIBLIA A LA COMPRENSIÓN DE LOS NIÑOS


E INTERPRETAR PARA LOS ADOLESCENTES?

Sí. Pero no significa que deba sacar contenido o cambiar todas las palabras, sino ir
explicando en la medida de la capacidad de cada uno el mensaje en el contexto de la
Biblia y así ir aprendiendo algo del mundo bíblico, de cómo Jesús vivía en esa época, etc.
Hace mucho bien contar algunos detalles de la época de Jesús que fácilmente hoy
podemos encontrar por muchos medios. Siempre es bueno leer el texto que voy a
interpretar a los niños o adolescentes, por ejemplo, ya que esto les da familiaridad con la
Palabra de Dios. Es bueno también usar traducciones similares siempre, para no dificultar
la comprensión. Lo que no podemos es “hacerle decir a la Palabra cosas que no dice”.

¿SIEMPRE DEBO USAR LA BIBLIA EN LOS ENCUENTROS?


Sí. El texto tiene fuerza propia. Aunque puedo variar su presentación. Es parte de la
iluminación en los encuentros de IAM. A pesar de que puedo utilizar numerosos recursos
para aprovechar el mensaje de la Palabra de Dios, siempre debo tener en cuenta que la
Biblia es Palaba de Dios viva y eficaz (Heb 4,12-13).

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