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RELECTURA

CHRISTOPHER DOMÍNGUEZ MICHAEL

El Maestro y Margarita
Un día”, cuenta Alfred Schnitkee, sin ese dramatismo, a lo largo de toda la rror que los juglares causan en los sobe-

“ el último genio de la música rusa,


“Stalin quiso escuchar el Concierto
para piano en re menor de Mozart. Nadie
vida literaria de Mijaíl Bulgákov (1891-
1940). Desde fines de los años veinte, el
escritor tomó la riesgosa costumbre de
ranos. Stalin, por ejemplo, mandó asesi-
nar a los populares cantores ciegos de
Rusia, famosos por su trashumancia, pues
sabe cómo logró aclarar de qué obra se escribirle cartas personales a Stalin, al no poder leer órdenes eran rapsodas
trataba, pero en cualquier caso consiguió suplicándole libertad para su trabajo con una inconveniente libertad de mo-
que su entorno cayera en la cuenta de sus como “escritor soviético” o permiso vimiento. Hubiera matado a Homero.
deseos. Entonces se descubrió que entre para viajar –que no emigrar– a Europa. Alguna vez Stalin asistió a un estreno
nosotros no había ninguna grabación de Dos días después del suicidio de Maya- de Bulgákov y éste, a su vez, disfrutaba
ese concierto, a pesar de lo cual el presi- kovski, sonó el teléfono en el triste de la supuesta privanza epistolar que lo
dente insistió en disponer de ese concier- departamento moscovita de los Bulgákov. unía al dictador. Así, se creyó que Bulgá-
to. La respuesta era obvia: ‘Camarada Era Stalin al habla. Le dijo que lamen- kov murió de tristeza y enfermedad,
Stalin, la tendrá’.” 1 taba sus deseos de abandonar temporal- esperando que el teléfono volviera a
Ante la urgencia se convocó a la mente la URSS pero… Comprensiblemente sonar y que el padrecito de los pueblos le
pianista María Yudina, que había tocado aterrado, Bulgákov se retractó de sus cumpliera sus sueños. ¿Quién fue el
esa partitura y escogió al director. Se intenciones y le dijo: “He comprendido gato, quién fue el ratón?
organizó una grabación nocturna. La que un escritor ruso no puede existir ¿Bulgákov, biógrafo de Molière, repe-
orquesta fue reunida como un pelotón y fuera de su país.”2 tía ese papel ante Stalin, su Luis XIV? El
trabajó toda la noche. A la mañana El tirano respetó la vida de Bulgákov tono de sus súplicas por escrito a Stalin
siguiente, Stalin tenía la copia única del aunque permitía que sus burócratas se la –casi diez– es respetuoso pero no servil.
disco en sus manos. Complacido, el hicieran imposible. Empleado como ayu- Es el vasallo ante el zar. Más que un es-
dictador mandó premiar a la Yudina con dante de dirección en el Teatro Artístico, píritu temerario, Bulgákov era un mago
miles de rublos. Ante el azoro de la po- no fue el único entre los artistas rusos que que se jugaba la vida ante la inescrutable
licía política, encargada de la operación, sufrió ese juego del gato y del ratón que mirada del rey. Tras La guardia blanca
la pianista escribió una carta donde, tras gustaba a Stalin. Pero el caso de Bulgá- (1923), novela ambigua sobre los derrota-
aclarar que se sentía honrada, pedía a Sta- kov es extrañísimo. No era una figura dos de la guerra civil, Bulgákov hizo
lin que destinara ese dinero a reconstruir indispensable para la propaganda sovié- sátiras teatrales y novelas humorísticas
las iglesias voladas o saqueadas por el tica, como Shostákovich, cuya liquidación que lo mantuvieron en el filo de la navaja,
comunismo. Y juraba rezar por el alma de hubiera sido muy costosa. Tampoco un como Corazón de perro (1925), El departa-
Yossif Vissariónovich, necesitado de intelectual incómodo como Lukács, que mento de Zoia (1926) y La Isla Púrpura (1929).
salvación por sus abominables pecados. gozaba de una audiencia internacional a Médico que había sido adicto a la morfina,
Estupefacto, Stalin paró en seco a los considerarse. Estaba lejos de ser un Bulgákov pareció desfallecer durante los
sicarios que se disponían a liquidar opositor político al régimen y no estaba años treinta, malviviendo con guiones
inmediatamente a María Yudina. Nunca dispuesto, como María Yudina, a inmo- cinematográficos y libretos de ópera.
sabremos si esos exabruptos mitigaban la larse por su fe. Incluso intentó rendirse en 1938, con
soledad del poder absoluto o si su con- Dramaturgo y autor cómico que Batum, drama sobre el heroísmo del joven
ciencia de antiguo seminarista georgiano perdió su inicial popularidad tras las revolucionario Stalin. La puesta en escena
quedó paralizada ante la disposición al humillaciones de los comisarios, Bul- fue censurada.
martirio de una cristiana. Intérprete gákov ocupaba un lugar por fuerza Pero durante los años de desesperan-
ejemplar de Bach, Bartók y Shostákovich, secundario en la vida cultural de la URSS. za y suplicación, entre 1928 y 1940,
María Yudina continuó su brillante carre- Pero provocaba en Stalin esa ambigüedad Bulgákov escribiría la novela suprema
ra, rodeada de un respeto tenebroso. que combina la reverencia, la risa y el ho- de la literatura rusa del siglo XX, El
El episodio de la pianista se repitió, Maestro y Margarita, no publicada hasta
2 J. A. E. Curtis, Manuscripts don’t burn. Mikhail Bulgakov, A
1 Krizysztof Meyer, Shostákovich, su vida, su obra, su tiempo, life in Letters and Diaries, Overlook Press, Woodstock, Nue-
1967 en una edición expurgada. Sergio
Alianza Editorial, Madrid, 1997, p. 182. va York, 1992. Pitol considera que esa obra, por sí

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sola, acredita la grandeza literaria de sobrevuela Moscú. Como recompensa a lesca hilarante cuyas conclusiones son
nuestra centuria.3 su colaboración con Voland, Margarita escandalosas. Si Fausto, como quería
Resumir la trama de El Maestro y Mar- puede reunirse con el Maestro y comienza Oswald Spengler, es el mito moderno con
garita es posible. Interpretarla, un reto. a leer los capítulos de la novela. Las el que el cristianismo se separa al fin del
Superficialmente, es una parábola anti- intenciones de Voland y el mundo de mundo clásico, es difícil deducir qué
totalitaria, como Nosotros (1924), de Pilatos se combinan en una sola trama. clase de espíritu fáustico encarna el
Zamiatin, o Bajo los acantilados de mármol Asaselo, el diablejo, hace beber a la Maestro bulgakoviano. ¿A cambio de qué
(1939), de Jünger. Pero leer a Bulgákov pareja nuevamente enamorada el vino de pacta con Voland-Mefistófeles? ¿Para
sólo con los espejuelos de la tragedia Falerno, preferido del procurador de consagrarse, en la elevación goethiana, al
soviética es tan peyorativo como dejar a Judea, envenenándolos y resucitándolos amor restaurado con Margarita?
Shakespeare a merced de la reina Isabel en una mansión eterna donde Joshuá, el Esa averiguación banaliza el asunto.
y el duque de Essex. El drama de los profeta, se reconciliará con el funcionario Queda afirmar que ella, Margarita, es
escritores rusos bajo el comunismo fue romano cuya cobardía lo precipitó al el Fausto de Bulgákov, quien pacta
uno de los símbolos del siglo XX, pero una martirio. con Voland-Mefistófeles para liberar al
grandeza como la de Bulgákov superará, El Maestro y Margarita es un Fausto y Maestro mediante el amor y permitirnos
al emblematizarlo, a su tiempo, como lo una revisión del Nuevo Testamento. En conocer al culpable de la muerte de Cris-
hicieron Cervantes, Swift o Dostoievski. ambas direcciones es una realidad nove- to, el crimen cosmogónico cuyo enigma
Bulgákov combate el terror con el
circo: durante los años treinta, el Diablo,
bajo la apariencia del profesor alemán OTR O S L I BR O S DE L M E S
Voland, cae sobre Moscú acompañado de
una cohorte de demonios, entre los que
destaca el gran gato negro Popota. Esa E. H. Gombrich, La historia del arte, Diana/CONACULTA, México, 1999. Hay
legión provoca toda clase de malenten- que aplaudir esta nueva edición, accesible para el mercado mexicano, de una de
didos, incendios y desastres. Voland se las obras maestras de la teoría de la percepción. Ricamente ilustrada y deliciosa-
presenta ante un par de escritores agnós- mente narrada, la historia de Gombrich es, al mismo tiempo, libro de cabecera y
ticos: Berlioz y Biezdomny. El primero obra de consulta.
muere decapitado en un accidente de
tránsito; al segundo le tocará ser cómplice Jacques Lafaye, Sangrientas fiestas del Renacimiento, FCE, México, 1999. El
del entrecruzamiento de una realidad y historiador francés que legitimó la identificación entre Quetzalcóatl y Guadalu-
una “novela”. El texto que va invadiendo pe, ahora se traslada a la era de Carlos V, Francisco I y Solimán, para explorar,
El Maestro y Margarita para transformar partiendo de un texto desconocido de Gomara, al Renacimiento como padre del
una sátira en una cosmogonía es una arte de la guerra.
novela escrita bajo la inspiración o la
complacencia de Voland, una heterodoxa Justo Romero, Falla. Discografía recomendada. Obra completa comentada, Pe-
vida de Jesús cuyo héroe es Pilatos, el
nínsula, Barcelona, 1999. Las útiles guías Scherzo, tras recorrer la actualidad
quinto procurador de Judea.
sonora de Beethoven, Bach, Haydn, Mozart, Rossini y Schubert, ahora publi-
Mientras Voland y sus secuaces invier-
can el título consagrado a Manuel de Falla (1876-1946), el gran músico español
ten la vida moscovita bajo el signo del
del siglo XX.
carnaval, Biezdomny aparece internado
en un hospital psiquiátrico, donde cono-
ce a un loco conocido como el Maestro, Antonio Rubial García, La santidad controvertida, FCE, México, 1999. Es-
autor de esa narración sobre Pilatos. te estupendo estudio sobre los “venerables no canonizados” durante el virreina-
Gracias a las acrobacias mágicas de to es la introducción ideal para comprender los mecanismos culturales y ecle-
Asaselo, Margarita, la despechada esposa siásticos que rodean a un tema de actualidad: la canonización de Juan Diego.
del Maestro, muta en una bruja que
Guy Davenport, El museo en Sí. 19 ensayos sobre arte y literatura, Aldus,
México, 1999. Desconocido en nuestra lengua, exégeta de Pound, el cuentista y
3 Mijáil Bulgákov, Corazón de perro. La Isla Púrpura, prólogo
de Vitali Shentalinski y epílogo de Sergio Pitol, Galaxia crítico estadounidense analiza a los grandes autores del siglo XX como sabios
Gutemberg/Círculo de Lectores, Madrid, 1999. La edi- renovadores de una tradición heredada. La selección, traducción prólogo y
ción francesa de Le maître et Marguerite (Robert Lafont,
1994) resalta los párrafos censurados por los soviéticos en notas corren a cargo del editor Gabriel Bernal Granados.
1967. Sorprendentemente son pocos: “correcciones de
estilo” o eliminación de alusiones transparentes a funcio-
narios culturales de la época.

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funda al cristianismo. En el siglo XIX Ida Pilatos, pues el sufrimiento del arrepen- nitzin. Sin Resurrección y sin Cruz, Bul-
de Hahn-Hahn escribió La condesa Faus- tido es axial para la teología moral de la gákov se liberó del alma rusa, “esa bruja
tina (1841), pero hubo que aguardar a Bul- ortodoxia. que aúlla en la ventisca”, según Andrei
gákov para superar la pobre asociación Pero Bulgákov niega el suicidio de Biely, y transformó en un mito fáustico
entre una vampiresa o íncubo y la perso- Judas de Kerioth. El traidor fue mandado donde se trueca el amor y no el conoci-
nalidad fáustica. Al satirizar a la atolon- asesinar por Poncio Pilatos, pretextando miento, restaurando en Margarita la re-
drada Margarita de Goethe, el novelista el robo de sus treinta tetradracmas. Tras putación de Eva, quien toma el fruto del
ruso descarta el faustismo que va de permitir la condena de Cristo, el procu- árbol de la vida para salvarse de la caída.
Marlowe a Valéry, dándole al pacto con rador castiga al criminal, adelantándose A través de los simpáticos y arrogantes
el diablo un sentido realmente mágico: la a los deseos justicieros de Leví Mateo, el demonios que sobrevuelan Moscú, eter-
historia sagrada es una anécdota sujeta a discípulo bienamado del Ungido en El namente pospuesta segunda o tercera
modificación y conocerla significa despo- Maestro y Margarita. La simpatía de Roma, espantó Bulgákov a todas las
jar al cristianismo de su legitimidad Bulgákov hacia Jesús, a quien llama ortodoxias, la del pope subordinado al
mistérica. Eso lo puede hacer una mujer Joshuá Ga-Nozri, es limitada. Es un César y al César esclavizando las mentes.
y una bruja en contacto con esa tierra profeta de los pobres o un santón que Vasallo de Stalin, lo que a Bulgákov
pagana que Bulgákov amaba. recorre Palestina como cientos de ellos interesa es la conciencia del poderoso. Su
A diferencia de otros artistas rusos ena- caminaban por la santa Rusia. héroe es Pilatos, no Jesús. El tirano es
morados y horrorizados ante la Revolución La novela del procurador, corazón de humano, demasiado humano y por ello
de 1917, Bulgákov no fue un espíritu reli- El Maestro y Margarita, debe, por ello, temible: poderoso, es impotente; compla-
gioso ni un católico ortodoxo comprome- despojar al Cristo de su protagonismo. Le cido con un disco de Mozart grabado en
tido. Nunca empeñó fáusticamente fe arranca el simbolismo supremo de la doce horas, sufre hasta la muerte entre la
alguna a cambio del comunismo o de su Cruz, sabiendo que, sin ella, el cristianis- convicción y la responsabilidad. Eso es
deturpación. No se sintió, como Dimitri mo es una ética judaica antes que una acaso el secreto que vuelve intocable al
Merejkovski, atrozmente decepcionado religión mistérica. Y Bulgákov ignora cómico de la legua, al insistente peticio-
porque una vez más Cristo no |había aparentemente la resurrección, pues el nario cuya magia Stalin temía.
llegado, pese a todos los augurios, a cadáver del ahorcado, custodiado por El Maestro y Margarita se esfuma de las
Rusia. Tampoco interpretó a la sociedad Leví Mateo, tan sólo desaparece. manos del lector como un sueño a media-
soviética en la medida del Anticristo, La blasfemia no sólo niega la narra- noche. Poco a poco las imágenes se van.
como Berdiaev. Escéptico, juglar, hombre ción evangélica sino las sutilezas orien- Al gobierno sólo se le ocurre mandar
de teatro, Bulgákov se permitió blasfemar. tales. Aunque dogmáticamente afín a fusilar a todos los gatos negros de la URSS.
Su versión del Nuevo Testamento propone Roma, la Iglesia Ortodoxa “prefiere” al El circo y el terror se ocultan con la luna
variantes decisivas que habrían escanda- Hijo entre las figuras de la Trinidad, pues llena en el amanecer. Todos duermen
lizado a los evangelistas gnósticos y la Resurrección es el motivo liberador del felices, como Bulgákov, sedado con mor-
apócrifos de los primeros tiempos. Un creyente, cuya primera virtud teologal no fina para mitigar los dolores. Murió el 10
siglo atrás, la Iglesia Ortodoxa Rusa ha- es la fe, sino la caridad. San Isaac el Sirio de marzo de 1940, a las 4:39 de la tarde,
bría condenado a Bulgákov como hereje. dijo que al buen cristiano lo distinguen según anotó su esposa Yelena Serguéyev-
El drama de Pilatos es la pieza menos las lágrimas ante el sufrimiento. En na, quien lo acompañó durante su agonía
original de El Maestro y Margarita. La Dostoievski todos los pecados contra el corrigiendo la última versión de la novela
leyenda del procurador contrito parte de Espíritu Santo los lava el arrepentimiento. sobre una almohada.
Mt, 27, 19, cuando la mujer de Pilatos Por ello Lázaro, resurrecto que anticipa La doctrina del realismo socialista,
intercede a favor de Jesús, lo que desti- a Cristo, es una figura clave para la paradójicamente, hizo de Shostákovich un
naría a su marido el suicidio, según ase- ortodoxia, como lo comprendió Leónidas genio: su margen para componer era tan
guró después Eusebio de Cesarea, o a una Andréyev en Lázaro (1906), cuando, estrecho y estaba bajo tal vigilancia que
santificación que la Iglesia oriental interrogado por Augusto sobre su fe, profundizó evadiendo como un zorro a sus
acabó por sancionar. sólo le dice una y otra vez “yo he sido censores en el papel pautado. Bulgákov fue
Según otra vieja herejía renovada por muerto”, única explicación que merecía más afortunado. A diferencia de Gogol, su
el novelista italohúngaro Mario Brelich el emperador de los deicidas. maestro, no tuvo un monje travestido en
en La ceremonia de la traición (1975), Judas El tiempo novelesco de Bulgákov se demonio que lo obligase a quemar su obra.
es quien al traicionar a Jesús lo convierte medía por milenios y no por siglos. Había llegado, afortunadamente, dema-
en Cristo. Siendo así, la economía de la Escribió El Maestro y Margarita no sólo a siado lejos. A la pianista María Yudina la
salvación dependería del sacrificio de contracorriente del ateísmo soviético, salvó Mozart y a Bulgákov la frase más
Judas. Pero no pudiendo disponer del sino de casi toda la literatura rusa, cristo- famosa de El maestro y Margarita, “los
suicida, la Iglesia de Oriente toma a céntrica desde el año 1000 hasta Solye- manuscritos no arden”. ~

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