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El Maestro y Margarita
Un día”, cuenta Alfred Schnitkee, sin ese dramatismo, a lo largo de toda la rror que los juglares causan en los sobe-
Marzo 2000 L e t r a s L i b r e s : 87
RELECTURA
funda al cristianismo. En el siglo XIX Ida Pilatos, pues el sufrimiento del arrepen- nitzin. Sin Resurrección y sin Cruz, Bul-
de Hahn-Hahn escribió La condesa Faus- tido es axial para la teología moral de la gákov se liberó del alma rusa, “esa bruja
tina (1841), pero hubo que aguardar a Bul- ortodoxia. que aúlla en la ventisca”, según Andrei
gákov para superar la pobre asociación Pero Bulgákov niega el suicidio de Biely, y transformó en un mito fáustico
entre una vampiresa o íncubo y la perso- Judas de Kerioth. El traidor fue mandado donde se trueca el amor y no el conoci-
nalidad fáustica. Al satirizar a la atolon- asesinar por Poncio Pilatos, pretextando miento, restaurando en Margarita la re-
drada Margarita de Goethe, el novelista el robo de sus treinta tetradracmas. Tras putación de Eva, quien toma el fruto del
ruso descarta el faustismo que va de permitir la condena de Cristo, el procu- árbol de la vida para salvarse de la caída.
Marlowe a Valéry, dándole al pacto con rador castiga al criminal, adelantándose A través de los simpáticos y arrogantes
el diablo un sentido realmente mágico: la a los deseos justicieros de Leví Mateo, el demonios que sobrevuelan Moscú, eter-
historia sagrada es una anécdota sujeta a discípulo bienamado del Ungido en El namente pospuesta segunda o tercera
modificación y conocerla significa despo- Maestro y Margarita. La simpatía de Roma, espantó Bulgákov a todas las
jar al cristianismo de su legitimidad Bulgákov hacia Jesús, a quien llama ortodoxias, la del pope subordinado al
mistérica. Eso lo puede hacer una mujer Joshuá Ga-Nozri, es limitada. Es un César y al César esclavizando las mentes.
y una bruja en contacto con esa tierra profeta de los pobres o un santón que Vasallo de Stalin, lo que a Bulgákov
pagana que Bulgákov amaba. recorre Palestina como cientos de ellos interesa es la conciencia del poderoso. Su
A diferencia de otros artistas rusos ena- caminaban por la santa Rusia. héroe es Pilatos, no Jesús. El tirano es
morados y horrorizados ante la Revolución La novela del procurador, corazón de humano, demasiado humano y por ello
de 1917, Bulgákov no fue un espíritu reli- El Maestro y Margarita, debe, por ello, temible: poderoso, es impotente; compla-
gioso ni un católico ortodoxo comprome- despojar al Cristo de su protagonismo. Le cido con un disco de Mozart grabado en
tido. Nunca empeñó fáusticamente fe arranca el simbolismo supremo de la doce horas, sufre hasta la muerte entre la
alguna a cambio del comunismo o de su Cruz, sabiendo que, sin ella, el cristianis- convicción y la responsabilidad. Eso es
deturpación. No se sintió, como Dimitri mo es una ética judaica antes que una acaso el secreto que vuelve intocable al
Merejkovski, atrozmente decepcionado religión mistérica. Y Bulgákov ignora cómico de la legua, al insistente peticio-
porque una vez más Cristo no |había aparentemente la resurrección, pues el nario cuya magia Stalin temía.
llegado, pese a todos los augurios, a cadáver del ahorcado, custodiado por El Maestro y Margarita se esfuma de las
Rusia. Tampoco interpretó a la sociedad Leví Mateo, tan sólo desaparece. manos del lector como un sueño a media-
soviética en la medida del Anticristo, La blasfemia no sólo niega la narra- noche. Poco a poco las imágenes se van.
como Berdiaev. Escéptico, juglar, hombre ción evangélica sino las sutilezas orien- Al gobierno sólo se le ocurre mandar
de teatro, Bulgákov se permitió blasfemar. tales. Aunque dogmáticamente afín a fusilar a todos los gatos negros de la URSS.
Su versión del Nuevo Testamento propone Roma, la Iglesia Ortodoxa “prefiere” al El circo y el terror se ocultan con la luna
variantes decisivas que habrían escanda- Hijo entre las figuras de la Trinidad, pues llena en el amanecer. Todos duermen
lizado a los evangelistas gnósticos y la Resurrección es el motivo liberador del felices, como Bulgákov, sedado con mor-
apócrifos de los primeros tiempos. Un creyente, cuya primera virtud teologal no fina para mitigar los dolores. Murió el 10
siglo atrás, la Iglesia Ortodoxa Rusa ha- es la fe, sino la caridad. San Isaac el Sirio de marzo de 1940, a las 4:39 de la tarde,
bría condenado a Bulgákov como hereje. dijo que al buen cristiano lo distinguen según anotó su esposa Yelena Serguéyev-
El drama de Pilatos es la pieza menos las lágrimas ante el sufrimiento. En na, quien lo acompañó durante su agonía
original de El Maestro y Margarita. La Dostoievski todos los pecados contra el corrigiendo la última versión de la novela
leyenda del procurador contrito parte de Espíritu Santo los lava el arrepentimiento. sobre una almohada.
Mt, 27, 19, cuando la mujer de Pilatos Por ello Lázaro, resurrecto que anticipa La doctrina del realismo socialista,
intercede a favor de Jesús, lo que desti- a Cristo, es una figura clave para la paradójicamente, hizo de Shostákovich un
naría a su marido el suicidio, según ase- ortodoxia, como lo comprendió Leónidas genio: su margen para componer era tan
guró después Eusebio de Cesarea, o a una Andréyev en Lázaro (1906), cuando, estrecho y estaba bajo tal vigilancia que
santificación que la Iglesia oriental interrogado por Augusto sobre su fe, profundizó evadiendo como un zorro a sus
acabó por sancionar. sólo le dice una y otra vez “yo he sido censores en el papel pautado. Bulgákov fue
Según otra vieja herejía renovada por muerto”, única explicación que merecía más afortunado. A diferencia de Gogol, su
el novelista italohúngaro Mario Brelich el emperador de los deicidas. maestro, no tuvo un monje travestido en
en La ceremonia de la traición (1975), Judas El tiempo novelesco de Bulgákov se demonio que lo obligase a quemar su obra.
es quien al traicionar a Jesús lo convierte medía por milenios y no por siglos. Había llegado, afortunadamente, dema-
en Cristo. Siendo así, la economía de la Escribió El Maestro y Margarita no sólo a siado lejos. A la pianista María Yudina la
salvación dependería del sacrificio de contracorriente del ateísmo soviético, salvó Mozart y a Bulgákov la frase más
Judas. Pero no pudiendo disponer del sino de casi toda la literatura rusa, cristo- famosa de El maestro y Margarita, “los
suicida, la Iglesia de Oriente toma a céntrica desde el año 1000 hasta Solye- manuscritos no arden”. ~