Está en la página 1de 1

Somos tan diferentes como es el agua y el aceite, aunque nos parecemos diría el común

de la gente; cantamos, bailamos, brindamos calor, reímos, lloramos, nos damos amor.
No somos seres perfectos, la imperfección es lo que nos hace grandes y es lo mejor que
tenemos para ofrecer el uno al otro, el amor tiende a ser ambiguo y cambiante, y por
ello el tiempo tiende a poner cada cosa en su justo lugar (o eso dicen los abuelos); las
voces que resuenan en mi cabeza, los latidos que acompasan mi corazón, reverberan un
llamado ancestral que clama por ti, por ello creo que nuestro encuentro no fue casual, yo
te he estado buscando desde siempre, creo y me creerás un loco, pero desde el mismo
Big Bang cuando todos los átomos del universo se juntaron en un solo y pequeño punto
que termino explotando, mis átomos en ese momento se encontraron con los tuyos, y
desde allí hace ya catorce mil millones de años hasta hoy, lo que han hecho es buscarte,
y tal vez en ese tiempo se hayan encontrado varias veces, siendo otros, habitando otros
cuerpos, en otras épocas, pero la esencia de los que somos se conserva y es inmarcesible
al paso del tiempo, así que podría decir que mis átomos siempre conocieron a los tuyo, y
siempre los amaron; porque estemos donde estemos, en el plano que estemos, en el
universo que estemos, siempre estaremos juntos, nuestro amor y sueños son más fuertes
que todo, somos imanes que se atraen sin importar la distancia y el tiempo. Como
escribió un gran poeta alguna vez: si te quiero es porque sos mi amor, mi cómplice y mi
todo, y en la calle codo a codo somos mucho más que dos.

También podría gustarte