Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
ANTIUNIVERSO
'EL VIAJE ASTRAL
Parapsicología
Esoterismo
Metafísica
IMPRESO EN ESPAÑA
Portada: M. García
Depósito legal: B. 53.678 - 1974
ISBN 84-203-0318-6
Impreso en España Printed in Spain 7
Valencia, 234 - Apartado 707 - Barcelona - 7
Gráficas Zeus -Travesera de Las Corts, 273-Barcelona
L
VIAJE AL
ANTIUNIVERSO
'EL VIAJE ASTRAL
Parapsicología
Esoterismo
Metafísica
IMPRESO EN ESPAÑA
Portada: M. García
Depósito legal: B. 53.678 - 1974
ISBN 84-203-0318-6
Impreso en España Printed in Spain 7
Valencia, 234 - Apartado 707 - Barcelona - 7
Gráficas Zeus -Travesera de Las Corts, 273-Barcelona
L
A mi esposa,
JOSEFINA
y a mi hijo,
ANTONIO,
con mi más profundo agra-
decimiento, pues sin ellos,
posiblemente no hubiera
escrito nada. SiI1ti
2- VXAJB
Regreso del Más Allá!
¿Por qué regreso? ¿Es que acaso al hacer el viaje, salimos y
regresamos? ¿No hay otros mundos y están en éste; no hay otras
dimensiones, otros estadios, y están en éste...? ¿Dónde está, arriba
o abajo? ¿Dónde estás, dónde te encuentras, cuándo consigues salir
de tu cuerpo y vagar por el espacio sin fin? El anhelo de paz, la
búsqueda de la inmortalidad, el conocimiento de otras vidas, el
ansia de ir hacia las estrellas..., todo esto es algo que nos impulsa
inconteniblemente, desde los tiempos más remotos, hacia su reali-
zación: i salir, ver y regresar!
¿Es natural este apremio tan profundamente arraigado en
muchos pensadores? ¿Se trata, en realidad, sólo de un deseo hu-
mano? ¿O acaso hay algo más profundo detrás de cada esfuerzo
por conseguir la salida en cuerpo etéreo, quizás una nostalgia de
un ayer remoto, nostalgia de auténticos viajes «hacia las estre-
llas»... hacia el más allá?
Para mí no cabe duda de que nuestras ansias de ir hacia otra
dimensión la mantiene viva alguna herencia legada por los «dioses».
En nosotros actúan al mismo tiempo recuerdos de nuestros ante-
pasados terrenales y de nuestros maestros cósmicos.
Pero todo concepto nuevo produce un impacto en nuestra men-
te en el primer momento, mayor o menor, según sea la formación
cultural y espiritual; agradable o desagradable, según los gustos
y tendencias, y los conceptos que previamente hayan entrado a for-
mar parte de la conciencia como humano, hasta de nuestros moldes
20 J. ROCA MUNTAÑOLA
Yoga
Muchas de las técnicas del yoga hoy las estudia hasta la misma
sofrología médica —hipnotismo—, ya que estas técnicas interesan
para el tratamiento de enfermedades psicosomáticas que son las
más comunes de la humanidad actual, especialmente en el hombre
moderno, por la rapidez en que vive y que es víctima de tensiones
que dificultan las normales relaciones entre todos los humanos.
Toda enfermedad tiene a veces una causa mental, como la
pesadumbre, el miedo, el dolor, el pánico, los celos, el pesimismo y
el abatimiento, etc., que minan la salud y destrozan el sistema ner-
vioso, disminuyendo la resistencia de todo el organismo. Todo esta-
do negativo de ánimo crea en el organismo elementos nocivos y
22 J. ROCA MUNTAÑOLA
Método a seguir
Acuéstese sobre la espalda, los miembros apoyados sobre el sue-
lo, como si estuvieran muertos. Es conveniente que en el suelo, a
no ser de madera, tenga una buena alfombra, hule o cualquier cosa
que evite de verdad el paso de la humedad, cosa que es muy impor-
tante. Cierre los ojos con naturalidad, como si fuera a dormirse. Los
3-VIAJE
34 J. ROCA MUNTAÑOLA
La meditación
OLIVER QÜEANT
UGEMA UZAGO
sin embargo, insistía, que todo el tiempo vio que las manos de la
curandera estaban vacías antes de la «operación». No por ello el
doctor Granone se dio por vencido, y procedió a recoger muestras
en unas botellitas y frascos que tenía llenos de formalina, así como
sangre de la pierna de su propia esposa, también operada de varices,
pero una vez en Italia descubrió que la sangre, no era sangre, y
todo lo que analizaron no era lo que se figuraban.
Pero de una cosa sí que estaban seguros todos ellos: Tanto
Josefina como todos los restantes sanadores, curanderos, médiums,
etc. —el nombre es lo de menos— que estuvieron entrevistando, y
filmando películas y tomando toda clase de fotografías (de Juanito,
Rosita y José Mercado entre otros), asombraban por los resultados
prácticos que supieron obtener, según comprobaciones efectuadas
con posterioridad.
Podría muy bien ser que la «operación» en lo somático fuera
realmente ficticia, aunque nosotros, y hasta las mismas máquinas,
«ven» la operación y la misma queda retratada, filmada. Lógica-
mente, pues, no tiene explicación. Tampoco tiene explicación la des-
materialización y posterior materialización de los algodones sobre
el cuerpo del paciente, o de los célebres «aportes» que ya fueron tan
discutidos en tiempos de la metapsíquica... y que desde luego,
difícilmente podrá aceptar nunca la parapsicología científica.
Pero estos son temas muy serios, que deben ser tratados cien-
tíficamente por los mismos doctores que en diferentes ocasiones
han estado allí, estudiando estas maravillosas operaciones. Es muy
posible que cuando este libro salga a la luz, los mismos doctores
que estuvieron por aquellas tierras, así como otros científicos, entre
ellos el profesor don Germán de Armugosa, de Madrid, hayan sido
«lo suficientemente explícitos» para poder aclarar conceptos, y dar
un poco de luz a unos temas que hasta la fecha, parecían terrible-
mente herméticos...
CAPÍTULO IV
cuerpo hace sombra, los sujetos que poseen esta rara facultad pare-
cen tener una sombra espiritual que se les adelanta (primo herma-
no de la proyección astral) y los que esperan les oyen llegar,
abrir la puerta, y hacer todo aquello que es costumbre maquinal
en ellos..., pero al salir a su encuentro descubren que el ser que-
rido no ha llegado todavía y que únicamente fue su «sombra espi-
ritual» quien llegó primero. (Por cierto que aquí en Barcelona, y
dicen que hay otro en Vizcaya, hubo un caso. Conozco a los fami-
liares y al mismo «vardager»..., pero por tratarse de un conocido
financiero, y por más señas banquero, me veo obligado a guardar
el incógnito.) Sin embargo, el «vardager» o «vardogr» asegura
que aquellos que esperaban llegar, y cuyo ruido se ha oído perfec-
tamente, sin lugar a dudas, llegarán infaliblemente al poco rato, el
cual depende según los casos y circunstancias.
El «vardager» es, por lo que se sabe, y hasta cierto punto
parece cierto, cualidad hereditaria. Es característico también, que
los que lo poseen no creen que sea nada extraño, y menos extraordi-
nario. Si tenéis oportunidad de hacer un viaje a alguno de estos
paises, y tenéis tiempo, investigad, pues hay casos muy curiosos que
suceden todavía hoy, como antaño, aunque parece y tiene una ex-
plicación, que en el pasado era mucho más frecuente, o la gente
era más franca, abierta, más normal y comunicativa en todos los
órdenes. Hoy parece reducida a algunos individuos pertenecientes
a lo que conocemos por península escandinava o sea Suecia, No-
ruega y también Dinamarca, países habitados por pueblos de un
mismo origen y sometidos antiguamente al mismo cetro (Europa
septentrional). Pero hay una excepción, que se conoce vulgarmente
con otro nombre, o sea, ciertos habitantes, a veces familias ente-
ras, de lugares de Escocia que posiblemente fueron colonizados
por escandinavos en tiempos de los vikingos, y que podría ser que,
si rebuscáramos, se encontrarían algunas vertientes de estos fenó-
menos en los vascos, y en parte de Galicia, pues hay algunas histo-
rias que casi son casos de «vardogr» de la Europa septentrional.
Dicen algunos historiadores que, por lo visto, en la baja Edad
Media, cuando los vikingos hicieron sus razias marinas y fundaron
85
VIAJE AL ANTIUNIVERSO
«La Vanguardia'> que sin embargo una vez los que esperaban a una
persona dotada de «vardogr» sintieron sus ruidos característicos,
hasta sus pisadas y la tal persona no llegó. Al preguntarle al día
siguiente el porqué de su extraña ausencia, cosa anormal en él,
declaró con la mayor naturalidad que, en efecto, el día anterior se
había puesto en camino para acudir, como tantas veces, a la reunión
de la peña, pero que casi a la puerta del local había encontrado a
un íntimo amigo que, con insistencia, le había suplicado que le
acompañara, lo que fue el motivo de la «física» ausencia o no
llegada.
Bastantes casos de «vardager» o «vardogr» fueron publicados
primeramente por Sir W. A. Craigie, en el número de marzo de 1912
del «Blackwood's Magazine». Pero desde entonces se han hecho
observaciones y estudios muy precisos en sujetos de todas las cla-
ses sociales. Incluso parece que Bjiirnson, que escribió tratados y
verdaderos estudios sobre el «vardogr», estaba dotado de esta cua-
lidad y que él no ignoraba que la tenía, con la cual gastaba más de
una broma a los amigos y conocidos que desconocían tal propie-
dad, o que no habían oído hablar nunca del «vardogr». Y es cu-
rioso y digno de tener en cuenta que en estos países norteños, los
amigos y parientes que tienen «vardogr» no sienten horror ni ver-
güenza por ellos, ni tampoco les consideran superiores a los de-
más, cosas ambas que no sucedería con los meridionales, tan recep-
tivos a las supersticiones y a vanagloriarse cuando uno descubre
que tiene ciertas facultades o bien poderes.
Y para terminar; el hecho que el «vardager» o «vardogr» sea
exclusivamente de los escandinavos principalmente, hace pensar a
más de un estudioso investigador, si no fue una facultad que se
desarrolló en los años de navegación, y que los vikingos nórdicos,
aquellos bravos hombres marinos, guerreros y colonizadores, con
su impaciencia por llegar al hogar, acabaron con su fuerza mental
en proyectar algo de su persona, bien al hogar querido, o a la re-
mota tierra que deseaban pisar después de largas y penosas, aparte
de muy peligrosas singladuras. Cabe únicamente preguntarnos
cómo a través de los siglos esta facultad llegó a hacerse hereditaria.
88 J. ROCA MUNTAÑOLA
Desdoblamiento involuntario
La opinión de la ciencia
KRISNHAMURTI
Los yoguis, como decía en el primer capítulo, persiguen este
camino tan buscado hacia Dios a través de meditaciones acompa-
ñadas de respiraciones rítmicas que probablemente al llevar más
oxígeno a las células y al aumentar poderosamente el flujo san-
guíneo hacia el cerebro, deben producir profundos cambios en el
ser humano que se dedica a tales experimentaciones. Desde luego
creo, que puede ser extraordinariamente perjudicial para cualquier
persona que trate de emplear técnicas de este tipo, sin un aleccio-
namiento por parte de una persona que realmente las domine, o
sea un profesor.
En el yoga, el yoga hindú auténtico, la ciencia de la respira-
ción, los procedimientos de meditación tienden a la adquisición
directa de la perfección. Pero todos estos medios son vanos, difíci-
les y sólo dan escasos resultados si quien los emplea no ha aprendi-
do antes a adquirir la energía de la perfección, de la cual tratare-
mos en este capítulo tal como lo enseñan en los monasterios
budistas.
Todos los métodos prescritos demandan, como primera con-
dición, hacer el silencio mental, es decir, la interrupción de todo
pensamiento para dejar aparecer la flor de la sabiduría profunda.
Pero este silencio de lo mental es muy difícil de obtener. Los re-
cuerdos se precipitan en masa en el momento que queremos expul-
sarlos y si llegamos a un principio de silencio, hay con frecuencia
aparición de imágenes raras o grotescas que nada tienen que ver
con la sabiduría profunda.
150
J. ROCA MUNTAÑOLA
Conócete a ti mismo
Al lector:
CAPÍTULO VII
(1) «El llamado doble etérico está constituido por cuatro grados de materia
física más sutiles que la gaseosa, pero mucho más densa que la astral, y por lo
tanto es la parte más sutil del cuerpo físico, aunque invisible a la vista ordinaria.
Si examinamos con las facultades psíquicas el cuerpo de un recién nacido, lo
hallaremos permeabilizado o interpenetrado no sólo por materia astral de diversos
grados de densidad, sino también por los varios grados de materia etérea; es decir,
que observaremos el cuerpo astral y el doble etéreo o parte etérea del físico; y si
proseguimos la indagación veremos que este doble etéreo está formado por los
agentes de los conductores del Karma, y es el molde a que ha de ajustarse la
formación de la parte densa, en el claustro materno. Pero el cuerpo astral es de
formación automática del «yo» al descender a la reencarnación y atravesar el plano
astral. En la constitución del doble etéreo intervienen los cuatro grados de materia
física etérea; pero la proporción en que intervienen es muy variable y depende de
varios factores, tales como la raza, subraza, karma individual y carácter del hom-
bre.» C. W. Leadbeater: El Plano Astral y el Plano Mental, Editorial Kier, S. A.,
Buenos Aires (Argentina). - «La materia del Universo es materia mental.» (Ed-
dington).
VIAJE AL ANTIUNIVERSO 137
* * *
10 -VIAJE
APÉNDICE
11 -vIAJE
162 J. ROCA MUNTAÑOLA
EL CAMINO DE LA PAZ...
EL CONOCIMIENTO DE UNO MISMO
Por J. KRISHNAMURTI
BIBLIOGRAFTA SUMARIA
BIBLIOGRAFTA SUMARIA