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I.

- INTRODUCCIÓN

En las últimas décadas, el sistema de educación superior de Chile ha experimentado


importantes trasformaciones a nivel estructural y de regulación en el ingreso de sus alumnos,
(Arancibia y Trigueros, 2018), Chile ha pasado de ser un sistema de educación elitista,
financiado mayoritariamente por el Estado, a uno de carácter masivo y diversificado, que se
financia en su mayoría con recursos privados (Lavados, 2016). estos cambios han implicado
que, en el año 2018, en las universidades chilenas se matricularon 1.262.771 estudiantes Commented [B1]: Eso es mas o menos?

cursando programas de pregrado, posgrados o postítulos. Esta cifra muestra un crecimiento de


1,2% respecto al año 2017 y de un 48% con respecto al año 2005 según datos oficiales del
Ministerio de Educación (MINEDUC, 2018) Lo que deja en evidencia el alza paulatina en las Commented [B2]: cita

matrículas.

Dicho aumento que se ha presentado en la población universitaria actual ha conllevado


a que exista un nuevo prototipo de estudiantes, forjando una nueva población la cual se
caracteriza por tener alumnos de cualquier condición socioeconómica, provenientes de
distintos colegios, con realidades familiares diversas y con diversas capacidades de interacción
social. Ya no solo ingresan a la educación superior aquellos alumnos con mayores recursos
económicos, intelectuales o personales, sino que se presenta una realidad más heterogénea
(Buscar en la OCDE).

Teniendo en consideración que la universidad es un agente estresor y que existen en


ella situaciones que pueden tener impacto negativo en la salud mental (Arco, López, Heilborn
y Fernández, 2005), y que los cambios estructurales suscitaron un ingreso exponencial que
abrió las puertas a la población más vulnerable, es necesario levantar datos sobre los nuevos
mecanismos de afrontamiento ante este ambiente que presenta nuevos desafíos.

Florenzano deja al descubierto que el menor rendimiento académico, la depresión y los


problemas biomédicos tienden a concentrarse en los grupos de mayor vulnerabilidad
psicosocial (Florenzano, 2018). En esta misma línea, Martínez-Otero (2014), señala que la
ansiedad, y la depresión, son los trastornos psicológicos de mayor prevalencia en los centros
de salud de la población general y aumentan en el ámbito universitario. Así mismo
(Amézquita, González & Zuluaga, 2000; Arboleda, Gutiérrez, & Miranda, 2001; Arco,
López, Heiborn & Fernández, 2005; Campo, Díaz, Rueda & Barros, 2005; Campo &
Gutiérrez, 2001; Galli, 2005; González, Campo & Haydar, 1999; Miranda, Gutiérrez,
Bernal & Escobar, 2000), concluyen que la alta prevalencia de ansiedad en la población

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universitaria, afecta directamente y de manera negativa el rendimiento académico, calidad de
vida y la deserción universitaria.

Ante esto, recae la necesidad de estudiar las características individuales de los


estudiantes, con la finalidad de conocer ciertos atisbos del afrontamiento que surge en el
ingreso universitario. Para esto se recogerá la medición de dos variables, personalidad
neuroafectiva y ansiedad estado rasgo.

La primera de estas variables es un modelo de personalidad que decanta desde las


neurociencias, y otorga la posibilidad de conocer los procesos cognitivos y afectivos que los
sujetos presentan de sus emociones mediante la autopercepción de las mismas (cita). El aporte
de las neurociencias a la Psicología ha sido fundamental para la comprensión del ser humano
desde un enfoque integral, la convergencia de estas disciplinas y la aparición del modelo de
personalidad neuroafectiva ha permitido abarcar el estudio emocional más allá del componente
biológico (Álvarez, Trápaga y Morales, 2013) sino también desde comprensión y valoración
subjetiva de la emoción mediante un componente cognitivo que da relevancia a la conducta
emocional y a su implicancia en la salud (Fernández, Duffey y Mourgues 2007).

Este modelo planteado por panksepp, diferencia dos tipos de personalidad, por un lado,
la personalidad extravertida que se caracterizaría por poseer mayor apertura a nuevas
experiencias, y por otro lado la personalidad introvertida, que se caracterizaría por tener mayor
reticencia. La predominancia de un tipo de la personalidad u otro estaría dado por la
manifestación de 7 estados afectivos básicos los cuales son juego, búsqueda, cuidado, miedo,
ira, … y espiritualidad. Al existir mayor predominancia de juego, búsqueda y cuidado, existiría
una manifestación de personalidad caracterizada por la extraversión, mientras que cuando
existe mayor predominancia de miedo, ira y … se manifestaría la personalidad de tipo
introvertida.

Estudios relacionados a este modelo plantean que existiría un factor constitucional que
determinaría ciertas respuestas emocionales y conductuales ante agentes externos. Así lo
devela Pascazcio (2010) en su estudio en donde midió con la escala ANPS la respuesta
emocional de un grupo de pacientes italianos que habían sido sometidos a transplantes de riñon
y se veían constantemente sometidos a distintas cirugías. En este estudio, se presenta la
medición de la respuesta emocional ante un agente estresor y se concluyé que los pacientes que
mostraban predominancia de la personalidad de tipo introvertido eran más propensos a
mantener sentimientos de caracter negativos ante el tratamiento (Pascazcio 2010).

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En la misma linea, Paingault (2012) pone en manifiesto el concenso que se ha forjado
en la psiquiatría, con relación a que “varios trastornos psiquiátricos comparten procesos
comunes relacionados con disfunciones reguladoras emocionales”, y no sobre la base de las
conductas sindrómicas. Es decir, la convergencia de diversos estudios han otorgado evidencia
suficiente para considerar que los puntajes ANPS pueden ser interpretados de manera válida
para la caracterización de mediciones que puedan explicar estas características comunes
(Pingault, 2012).

Otra de las variables es ansiedad la cual en su manifestación se caracteriza por una


sensación de aprensión difusa, desagradable y vaga, que se expresa mediante la incapacidad de
estar sentado o de pie durante un tiempo, a veces se acompaña de síntomas vegetativos como
cefalea, diaforesis, taquicardia, opresión torácica, malestar epigástrico e inquietud (cita). En
una condición clínica normal, es una señal de alerta que advierte de un peligro inminente y
permite al individuo tomar medidas para afrontar dicha amenaza (Kaplan, Sandock y Sadock,
2009). Spielberger (1966, 1972, 1989) considera que para definir la ansiedad de forma
adecuada hay que tener en cuenta la diferenciación entre la ansiedad como estado emocional y
la ansiedad como rasgo de personalidad. La ansiedad-estado, según Spielberger (1972), es un
"estado emocional" inmediato, modificable en el tiempo, caracterizado por una combinación
única de sentimientos de tensión, aprensión y nerviosismo, pensamientos molestos y
preocupaciones, junto a cambios fisiológicos. Por su parte, la ansiedad-rasgo hace referencia a
las diferencias individuales de ansiedad relativamente estables, siendo éstas una disposición,
tendencia o rasgo. La interacción entre ambos tipos de ansiedad explica por qué la ansiedad-
estado puede variar, tanto entre individuos (la característica de ansiedad puede ser diferente
ante la misma situación), como individualmente (la misma persona experimenta ansiedad en
una situación, pero no en otra). En cuanto a la ansiedad-rasgo, habría que suponer que
individualmente varía de menor forma y, debido a su influencia, las diferencias de ansiedad-
estado entre individuos deberían mantenerse ampliamente estables (consistencia relativa)
(Ries, Castañeda, Campos y Castillo, 2012).

El comprender la ansiedad como estado u rasgo dentro de la población universitaria es


fundamental considerando que mantener datos empíricos sobre de estas respuestas, puede
promover la implementación efectiva de estrategias e intervenciones que se puedan realizar
desde la psicoeducación para enfrentar situaciones ansiógenas, incluso desde las mismas casas
de estudios. Por esto el siguiente estudio de carácter descriptivo, abordará la Ansiedad Estado-
Rasgo enlazando este fenómeno con la personalidad de los estudiantes desde una mirada neuro

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afectiva. Por otra parte, la personalidad…….Relacionar las respuestas de ansiedad con una
perspectiva contemporánea, que permita entender este fenómeno desde la dualidad cognición-
emoción y desde la autopercepción abre la posibilidad del entendimiento más integral del
fenómeno.

Este

Desde esta mirada se considerará la variable personalidad neuro afectiva aplicando test
ANPS y la ansiedad estado rasgo a través del test STAI. Ambas variables se encuentran ligadas
a la vivencia emocional utilizando en dicho estudio dos perspectivas principales: La
comportamental (como se manifiesta la emoción) y la subjetiva (la percepción del sujeto sobre
su propia respuesta emocional) (Manes, 2011) para lograr una descripción de cómo los
estudiantes universitarios perciben su propia conducta, adjudicando a éstas una valoración
afectiva aversiva o gratificante, relacionado con ansiedad estado o rasgo.

Para el presente estudio surge la siguiente pregunta de investigación: ¿Existe relación


entre el tipo de personalidad neuroafectiva y la ansiedad como estado o rasgo?

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II. OBJETIVOS.

2.1 Objetivo General

Relacionar el tipo de personalidad neuroafectiva con la ansiedad estado-rasgo en


estudiantes universitarios.

2.2 Objetivos Específicos

Caracterizar el tipo de personalidad neuroafectiva en estudiantes universitarios.

Evaluar el tipo de ansiedad estado-rasgo en estudiantes universitarios.

Relacionar el tipo de personalidad neuroafectiva con ansiedad estado-rasgo en


estudiantes universitarios.

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III. JUSTIFICACIÓN.

Se ha evidenciado nula investigación estableciendo relación entre personalidad


neuroafectiva y ansiedad en contexto universitario, a pesar que se han realizado estudios
evocados a correlacionar personalidad neuro afectiva y ansiedad estado-rasgo, en donde se
ha estudiado la presencia de síntomas emocionales, particularmente de sintomatología
ansiosa y, especialmente, depresiva (Cova et al., 2007). La presente investigación se
establece bajo la premisa de obtención de información que permita la descripción y análisis
de dos variables, como son personalidad neuroafectiva y ansiedad estado-rasgo, en
estudiantes universitarios de una institución de educación superior de la Región
Metropolitana donde se verificará si existe relación entre las variables.

Se considera que los estudiantes universitarios son una población que ha aumentado en
los últimos años, indicando que el año 2018, según el Ministerio de Educación, se
matricularon un total de 1.262.771 estudiantes para cursar programas de pregrado,
posgrados o postítulos en Chile. De esta cifra, el 91,4% de la matrícula es de pregrado, lo
que alcanza a 1.188.423 jóvenes, estudiantes en instituciones universitarias acreditadas.
Entre 2009 y 2014 la tasa de crecimiento anual fue de 7,4%. Desde 2014 a 2018, el
crecimiento promedio ha sido de 1,3%. (Mineduc, 2018) Diversos cambios sociales, han
provocado que el sistema universitario haya evolucionado hacia una masificación
(Brunner, 2011).

En el contexto de masificación progresiva en el país, la población universitaria ha


crecido y a la vez ha mostrado características particulares dentro de las cuales podrían ser
considerados como una población vulnerable. Según Florenzano (2006) la proyección de
la población universitaria chilena desde 2004 , debería haber alcanzado un total de 76.991
universitarios con cuadros afectivos y 62.771 con cuadros ansiosos (p. 107). La búsqueda

7
causal, lleva a encontrarse con situaciones de desigualdad económica y escasas redes de
apoyo (Espinoza, González y Latorre, 2009). Las causales de esta situación son la
ansiedad, depresión y estrés frente a la exigencia académica y situaciones personales
(Antúnez y Vinet, 2012), generando incluso deserción del sistema.

Es desde esta lógica que surge la relevancia de generar datos en esta investigación, que
aporten en mostrar una visión de la realidad subyacente en la dinámica universitaria. En
este sentido, la prevención es fundamental en la población universitaria, sobre todo si se
considera la particular vulnerabilidad que presentan estos jóvenes para desarrollar
trastornos emocionales (Aracena, Barrientos y Rehbein, 1992), así también información
importante para generar estrategias de afrontamiento de la ansiedad y estrés en sujetos con
personalidad de predominio aversivo.

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