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04 La Ciencia Dela Deduccion PDF
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Cuando se habla del género literario policiaco, también denominado “obra negra”, no es
posible eludir a grandes autores como: Edgar Allan Poe con Auguste Dupin, Agatha Christie
con Poirot, el padre Brown de G. K. Chesterton y Sherlock Holmes de Arthur Conan Doyle.
Siendo éste último el centro del presente texto. Sherlock Holmes creado en 1887 por el
escritor escocés Sir Arthur Conan Doyle, protagonista de 4 novelas y 56 cuentos cortos, en
los que se resalta su excelente habilidad de observación, su increíble inteligencia a lo hora
de resolver un crimen, su eficiente capacidad para comprobar hipótesis, envuelto en su
peculiar excentricidad. Elementos que nos dan como resultado, según el protagonista de la
novela “El Sabueso de Baskerville”, la ciencia de la deducción.
Para hablar de ella es necesario empezar por definir el concepto de ciencia. La Real
Academia Española define a la ciencia como: Conjunto de conocimientos obtenidos
mediante la observación y el razonamiento, sistemáticamente estructurados y de los que
se deducen principios y leyes generales.
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“ —Me pareció que observaba usted en ella muchas cosas que eran completamente
invisibles para mí —le hice notar.
—Invisibles, no, Watson, sino inobservadas. Usted no supo dónde mirar, y por eso se le
pasó por alto lo importante. No consigo convencerle de la importancia de las mangas, de lo
sugerentes que son las uñas de los pulgares, de los problemas que se solucionan por un
cordón de los zapatos. Vamos a ver: ¿qué dedujo usted del aspecto exterior de esa mujer?
Descríbamelo.
—Bien, llevaba un sombrero de paja, de alas anchas y de color pizarra, con una pluma de
color rojo ladrillo. Su chaqueta era negra, adornada con abalorios negros con una orla de
pequeñas cuentas de azabache. El vestido era de color castaño, algo más oscuro que el café,
con una pequeña tira de felpa purpúrea en el cuello y en las mangas. Sus guantes tiraban a
grises, completamente gastados en el dedo índice de la mano derecha. No presté atención
a sus botas. Ella es pequeña, rechoncha, con aretes de oro en las orejas y un aspecto general
de persona que vive bastante bien, pero de manera vulgar, cómoda y sin preocupaciones.
Sherlock Holmes palmeó suavemente con ambas manos y se rio por lo bajo.
—Por mi vida, Watson, que está usted haciendo grandes progresos. Lo ha hecho usted pero
que muy bien. Es cierto que se le ha pasado por alto todo lo importante, pero ha dado usted
con el método y posee una visión rápida del color. Nunca confíe en las impresiones
generales, amigo, concéntrese en los detalles. Lo primero que miro de una mujer son las
mangas. En el hombre, quizá, tenga más importancia la rodillera del pantalón. Según ha
podido usted advertir, esta mujer lucía felpa en las mangas, y la felpa es un material muy
útil para descubrir rastros. La doble línea, un poco más arriba de la muñeca, en el sitio donde
la mecanógrafa hace presión con la mesa, estaba perfectamente marcada. Las máquinas de
coser movidas a mano dejan una señal similar, pero sólo sobre el brazo izquierdo y en la
parte más delgada del dedo pulgar, en vez de marcarla cruzando la parte más ancha, como
la tenía ésta.
Seguidamente, miré su cara, y descubrí en ambos lados de la nariz la señal de unas gafas de
pinza, todo lo cual me permitió aventurar mi observación sobre la cortedad de vista y la
escritura, lo que pareció sorprender a la joven.
—También a mí me sorprendió.
—Sin embargo, saltaba a la vista. Me sorprendió mucho, tras esto, y me interesó, al mirar
hacia abajo, el observar que, a pesar de que las botas no eran de distinto número, sí que
estaban desparejadas y a medio abrochar; no significa gran cosa el deducir que salió con
mucha prisa.
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— ¿Y qué más? —le pregunté.
—Advertí, de pasada, que había escrito una carta antes de salir de casa, pero cuando estaba
ya totalmente vestida. Usted se dio cuenta de que el dedo índice de la mano derecha de su
guante estaba roto, pero no se fijó, por lo visto, en que tanto el guante como el dedo
estaban manchados de tinta violeta. Había escrito con mucha prisa, y había metido
demasiado la pluma en el tintero. Esto debió de ocurrir esta mañana, pues de lo contrario
la mancha de tinta no estaría fresca en el dedo. Todo esto resulta divertido, aunque sea
elemental, Watson.”
Podemos mencionar que los relatos de Arthur Conan Doyle contienen uno de los enigmas
más importantes para los seres humanos, cómo lo es el poder conocer a la persona que está
enfrente de nosotros; esto se puede ver reflejado en el análisis de los elementos que nos
hacen ver como las ciencias, en especial las ciencias sociales, se han tenido que modificar a
través del tiempo y es que, para el estudio del ser humano, no se puede ser estático, es
necesario ser dinámico, ver el mundo en su evolución, en constante cambio, para poder
construir nuevos saberes que beneficien a la humanidad, debido incluso a la velocidad con
la que el ser humano es capaz de cambiar para adaptarse a su medio ambiente.
Pero no solo podemos usar la ciencia de la deducción aplicada a otras ciencias, si no ¿qué
caso tendría el título de nuestro escrito? Para ello consideramos necesario profundizar en
el método holmesiano, también llamado método de la abducción. Dicho concepto tiene su
origen en Aristóteles, el cual mencionaba que los razonamientos abductivos son silogismos
en donde las premisas sólo brindan cierto grado de probabilidad a la conclusión; sin
embargo, es hasta 1970 cuando Peirce en Deducción, Inducción e Hipótesis2 retoma el
concepto definiendo a la abducción o hipótesis cómo la presencia de ciertos elementos
observables de un fenómeno no manifiesto en toda su dimensión, de los cuales se concluye
que pertenecen a una clase particular de objetos, este tipo de inferencia se presenta a partir
de una regla y de un resultado. Es en este tipo de inferencias donde el fenómeno debe ser
reconstruido, pues no es directamente asequible al observador. En otras palabras el caso
abductivo, a diferencia del caso de la deducción o la inducción, se mantiene oculto, como
algo que debe ser revelado. El caso, ya pasado o presente, pero críptico, sólo se manifiesta
a través de signos "observables", el resultado. La conclusión de la abducción es el caso; un
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caso que siendo singular resume en sí las propiedades del universal; un caso, que sin
pretensión de mostrar variabilidad o frecuencias más probables, expresa configuraciones,
vínculos entre variables, modos de funcionamiento.
b) Deberán ponerse a prueba todas y cada una de las predicciones que se produzcan en
función de esa hipótesis
c) Se tendrán en cuenta tanto los éxitos como los fracasos, a fin de su evaluación.
Al relacionar lo anterior con la vida cotidiana podemos determinar que muchos de nuestros
conocimientos y saberes se construyen a partir de las inferencias abductivas. Debido a que
no podemos ser omniscientes, tendremos que descifrar el conjunto de misterios que nos
otorga nuestro medio, desde la reconstrucción de los hechos de una habitación por los
objetos que se encuentran en ella, hasta el estado emocional de una persona por el tono
de voz. Es en este ejemplo donde nos detendremos puesto que la finalidad de este texto es
poder beneficiarnos en el plano de la comunicación a partir del razonamiento abductivo
(ciencia de la deducción llamado así por Sherlock Holmes); para ello es necesario definir
comunicación.
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Esto es importante ya que la manera en que percibimos la realidad es la manera en que
vivimos, bajo que esquemas de creencias concebimos lo que hacemos y no hacemos,
como es el mundo y como no es, que sentidos se resaltan según la cultura en que nos
desarrollamos y son vitales para comprender el entorno. Por lo tanto cada una de nuestras
conductas y la manera en como las expresamos, comunica demasiado acerca de nosotros;
inmensidad de datos antes de lo que imaginamos, de manera inconsciente, ya que es la
manera en que hemos aprendido a adaptarnos al medio y así mantenernos vivos.
Este conjunto teórico de conocimientos tiene un origen preciso, que con objeto de narrar
al lector se explicara brevemente, ciencias como:
• La lingüística que estudia el proceso del habla, lengua y lenguaje a nivel general.
De todas estas ciencias se rescatan teorías que nos permiten denominar la llamada y
polémica ciencia de la comunicación no verbal que, si bien haciendo a un lado el
conocimiento por sentido común, tiene sus bases científicas fundamentadas, mismas que a
continuación se mencionarán en parte, considerando que desglosar todo el avance
científico no es el propósito de este trabajo.
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4. La estructura cultural: los programas son unidades dentro de la cultura y se producen en
relación con otros programas.
¿Esto qué relación tiene con el método abductivo? A continuación se explica: se requiere
observar no sólo eso, sino también la indumentaria, constitución física, las posturas, formas
de moverse, comportamiento químico, el que nos llega por el olfato y el gusto, táctil y
sexual; y un sinfín de conjuntos teóricos que abarcaría más que el texto. Sin embargo
también requiere la formulación de hipótesis, cuáles pueden ser comprobadas por medio
de respuestas a estímulos al individuo, básicamente se requiere tener una amplia variedad
de hipótesis ya que ninguna conducta tiene un significado preciso, y esa es la ciencia de la
deducción humana. De ahí que sería un equívoco no tomar en consideración las palabras
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de Sherlock Holmes “sería un error capital el teorizar antes de poseer datos.
Insensiblemente, uno comienza a deformar los hechos para hacerlos encajar en las teorías
en lugar de encajar las teorías en los hechos” por lo tanto resulta fundamental aplicar la
ciencia de la deducción en cualquier ocupación.
Bibliografía
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MEDIASAT.
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