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EL PODER CURATIVO DE LA

TIERRA
( GEOTERAPIA )

Dr. Mariano José Bueno Cortés.


BIOSALUD- INSTITUTO DE MEDICINA BIOLÓGICA Y ANTIENVEJECIMIENTO

INTRODUCCION

Ya he tratado en un tema específico las alteraciones que nos pueden


producir los campos electromagnéticos provenientes de la tierra. Ahora nos vamos
a referir a las propiedades curativas de algunos tipos de tierra, especialmente de
las arcillas, tanto en cuanto a su aplicación externa, como interna.

La utilización de la tierra con fines terapéuticos se remonta a los comienzos


de la vida en el planeta tierra. Es más, son utilizados en la actualidad incluso
siguiendo una cultura popular que se transmite de generación en generación. De
todos es sabido lo beneficioso que puede ser la aplicación de barro en una picadura
de avispa.

Es importante que conservemos la arcilla seca en recipientes de barro o de


cristal, para una mejor conservación y utilicemos materiales de madera o pinceles
de cerdas naturales para su manejo.
HISTORIA

Hay constancia de la utilización de las arcillas con fines terapéuticos en todas


las culturas antiguas, desde los egipcios, hasta los indios, pasando por los asirios,
chinos, babilonios árabes y en América del Sur.

Hipócrates (460-337 a. de C.), utilizaba las compresas de tierras especiales


en zonas enfermas, así como tomadas vía oral diluidas en agua. También
Empédocles, Dioscórides, e incluso el famoso Galeno (129-199 d. de C.) las
prescribía.

Paracelso (1493-1541) también las utilizaba, al igual que las plantas


medicinales, de modo que en aquella época se comercializaban paquetes de tierra
de en los que se imprimía el escudo de la ciudad de origen de la misma. De todos
modos, siendo sincero, parece que incluso a veces se les atribuían propiedades
curativas inexistentes, fruto de la mayor picaresca de aquellos tiempos.

El primer estudio serio que se realizó en cuanto a las propiedades curativas


de la tierra, lo hizo en 1882 el alemán Max Pettenkofer. Posteriormente, en 1896,
Adolf Just fundó en Jungborn un sanatorio en donde una de las terapias más
frecuentes era el uso de greda pulverizada en forma tanto externa como interna. Se
descubrieron sus grandes propiedades desintoxicantes y el gran aporte de calcio,
cobre, silicio, magnesio y hierro que contiene.

Son muy interesantes las experiencias del profesor Julius Strumpf (1856-
1932), forense, que comprobó como los cadáveres se descomponían mucho más
lentamente con su aplicación. Eso supone que en su composición se encuentran
sustancias antibacterianas que pueden ser muy útiles en heridas, flemones, úlceras
y abscesos.

Similar al caso del pastor Kneipp del que hablamos en el


tema de Hidroterapia, ocurrió en el del pastor protestante E.
Felke (1856-1926), que fundó un balneario llamado Jungborn
(Fuente de Juventud), en Söbernheim. Se dedicaban al
tratamiento de diversas dolencias a base fundamentalmente de
la aplicación de emplastos, baños o compresas de arcilla junto
con una dieta de crudos y remedios homeopáticos. En la
actualidad este balneario sigue trabajando e incluso hay
multitud de clínicas a los que asisten personas de toda
Alemania para hacerse una cura anual de desintoxicación.
PROPIEDADES DE LAS ARCILLAS

Las propiedades medicinales de las arcillas se deben fundamentalmente a su


capacidad de absorción de toxinas, su alto contenido en minerales, su efecto
alcalinizante, la capacidad de almacenar calor y la estimulación de la cicatrización
que producen.

Las arcillas son rocas sedimentarias procedentes de la erosión del granito.


En la actualidad se utilizan con frecuencia, tanto en tratamientos vía externa como
vía interna.

1. Capacidad de adsorción:

Llamamos adsorción a la capacidad de una sustancia sólida de fijar


elementos contenidos en una disolución líquida. De este modo, se pueden
eliminar toxinas de la piel y secreciones patológicas de piel y mucosas
inflamadas (efecto secante). Por ello, esta capacidad será mayor cuanto más
finas sean las partículas que componen la arcilla, ya que así es mayor la
superficie de contacto que ofrecen.

2. Capacidad de almacenamiento calórico:

Nos referimos a la capacidad de conducción del calor que almacenan. Si


nosotros hacemos una maseta con arcilla y agua y la aplicamos en cualquier
zona del organismo que esté inflamada y caliente, veremos como en muy
poco tiempo la zona se enfría . Esto es porque tiene la capacidad de
almacenar el calor de la materia con la que entra en contacto, lo cual nos
viene muy bien a la hora de producir un efecto antiinflamatorio local en los
enfermos.

3. Capacidad de absorción:

Es la capacidad que tiene la arcilla de retener en sus partículas agua. Cuanto


más fina sea la arcilla, mayor capacidad de absorción de líquidos tendrá,
pero llevará más tiempo. Por ello, en dependencia de lo que se quiere
absorber, se utilizará un tipo de arcilla u otro, en relación a su tamaño. Es
decir, en el caso de que lo que queramos sea absorber secreciones,
utilizaremos arcilla gruesa.
USO EXTERNO DE LA ARCILLA

Tenemos varias opciones de uso. Por un lado las compresas y cataplasmas


y, por otro, los baños de arcilla.

1. Compresas y cataplasmas:

En este caso, tenemos varias opciones. Desde


aplicar directamente la mezcla de arcilla y agua
directamente en la piel, ayudándonos de una
espátula o cuchara de madera, o simplemente con
un pincel. Pondremos una capa de aproximadamente
1 centímetro de grosor.

También tenemos la posibilidad de colocar


previamente un paño de gasa encima de la piel
(cataplasma) o bien un paño sumergido
previamente en una mezcla más diluida de arcilla y
agua (compresa).

En cualquier caso, una vez puesta la arcilla de


cualquiera de estas formas, cubriremos la zona con un paño seco de tela. En
procesos inflamatorios, las cambiaremos en cuanto se sequen, ya que ya no
van a absorber más calor. En casos de patologías de órganos profundos, las
dejaremos durante un par de horas. Incluso si lo que queremos es revitalizar
un órgano, la dejaremos durante toda la noche.

Si durante la aplicación de la arcilla se encuentra molestias, sensación


de frío o alguna sensación desagradable, retírela y espere a otro momento.

La retirada de la arcilla es muy sencilla. Simplemente con una


esponja o incluso duchándonos. Se recomienda lavar la piel de la zona de
aplicación con agua salada entre una y otra aplicación e incluso si es
necesario, una crema hidratante.

Es evidente que la arcilla una vez utilizada, la tiraremos ya que no


debe ser nunca más aplicada.

2. Baños de arcilla:

La arcilla que mezclemos con agua puede aplicarse


sumergiendo una parte determinada de nuestro cuerpo o
incluso todo el cuerpo. Es lo que se hace en los
balnearios, donde hay bañeras específicas para este tipo
de tratamientos.
INDICACIONES DEL USO EXTERNO DE LA ARCILLA

Vamos a repasar las más frecuentes:

• Inflamaciones locales:

- Picaduras de insectos
- Acné
- Abscesos
- Flemones
- Forúnculos
- Llagas
- Ulceras

• Tratamiento del dolor en procesos reumáticos.

De cualquiera de las maneras, la regla en cuanto a la temperatura de la arcilla


será que en patologías o procesos crónicos, caliente; en cambio, en los casos
agudos, la utilizaremos fría. De cualquier manera, puede consultar a su médico
para que le aconseje.

USO INTERNO DE LA ARCILLA

Una de sus principales aplicaciones es como elemento alcalinizante. Se


utiliza en la hiperacidez gástrica. Incluso algunos médicos lo utilizan en las curas de
adelgazamiento por su facilidad para absorber las proteínas no digeridas en el
intestino. No se recomienda en cambio el uso continuado.

También tiene la propiedad de favorecer el desarrollo de la flora intestinal


saprofita, absorbiendo las toxinas intestinales.

La preparación de la arcilla para su uso interno se hace diluyendo una


cucharada de arcilla en un vaso de agua, tomándose antes de las comidas.

INDICACIONES DEL USO INTERNO DE LA ARCILLA

Las principales indicaciones en las que se recomienda el uso interno de la


arcilla son:

• Gastritis.
• Colitis.
• Hiperacidez gástrica.
• Diarreas.
• Dispepsias intestinales.
REGLAS DE ORO DEL USO DE LA ARCILLA

1. Utilizaremos siempre una arcilla estéril.

2. La conservaremos en un recipiente de cristal bien tapado y lejos de la


humedad.

3. Cuando la mezclemos con agua, será agua mineral, utilizando una


cuchara o espátula de madera en un cuenco de madera o vidrio.

4. Comenzaremos por aplicaciones en zonas pequeñas y con un grosor de


aplicación más fino. Iremos aumentando con el tiempo.

5. Tiraremos la arcilla una vez utilizada.

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