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El Pensamiento Mitico. Libro de Texto PDF
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Humanidad:
El pensamiento mítico
3
32. La gran guerra de los principios 89
33. El ángel caído 90
34. Homo necans 93
35. El maldito 97
36. La purificación 100
37. El paraíso perdido 102
38. La llegada de la muerte 104
IV. Leyendas heroicas y relatos de aventuras
39. La edad heroica 109
40. Tipos de héroes 110
41. Trickster: El burlador 111
42. El héroe civilizador 114
43. La biografía del héroe 117
44. La mujer fatal 127
45. La Diosa Madre 129
46. La hierogamia 131
47. El incesto 132
48. El niño divino 135
49. La epifanía 136
50. La infancia del héroe 137
51. El abandono del héroe niño 138
52. Los gemelos 139
53. El fratricidio 142
54. La aventura del héroe 144
55. La prueba 145
56. La competición 145
57. Las metamorfosis 146
58. La pequeña imperfección de lo perfecto 148
59. El héroe épico y la aristeia 148
60. El dragón 151
61. La iniciación 152
62. La apoteosis 154
63. La muerte del héroe 155
64. El funeral del héroe y el culto a su tumba 157
65. La heroína 159
66. La catábasis o el viaje al infierno 163
V. Relatos escatológicos
67. Mitos de la destrucción: El diluvio 169
68. Catástrofes cíclicas 171
69. La dispersión de los pueblos y la separación de las lenguas 170
4
70. La muerte divina 172
71. El mundo al revés: el reino del caos 173
72. La Apocalipsis 174
73. El Anticristo 175
74. El crepúsculo de los dioses 177
75. El regreso del Mesías y el rey de la Montaña 178
76. La nueva Jerusalén 179
VI. El pensamiento mítico y su interpretación
77. La interpretación de los mitos 181
78. Teorías de interpretación: alegórica 183
79. Mito y ciencia 190
80. El concepto de verdad 194
81. Teorías de interpretación: evemerismo 198
82. Mito e historia 202
83. Edipo 203
84. Teorías de interpretación: psicoanalítica 206
85. Del inconsciente al imaginario colectivo 214
86. Teorías de interpretación: antropológica (funcional) 218
87. Teorías de interpretación: estructuralista 224
88. Mito y religión: La relación del hombre con los dioses 230
89. Mito y rito 232
VII. Relación del pensamiento mítico con el individuo del mundo actual
90. Algunos mitos actuales 239
91. La desmitificación y la remitificación del mundo actual 240
5
6
I. El lugar del mito dentro del patrimonio intangible
1. Patrimonio intangible
El patrimonio se puede definir como el conjunto de bienes heredados por una
comunidad. El patrimonio puede ser natural (formaciones geológicas, lugares y
paisajes naturales con valor estético, científico o medioambiental) o cultural (bienes de
importancia histórica, científica, estética o simbólica).
1
El biólogo inglés y primer director de la UNESCO Julian Sorell Huxley (1887-1975) acuñó el
concepto de mentifact para expresar los sistemas astractos de creencias, valores, e ideas que se
manejan en una cultura. Huxley mantenía que una cultura se compone de artefactos,
sociofactos y mentifactos. También se usa en español la palabra mentefacto (ninguna de las dos
palabras está registrada por la Real Academia).
7
Cultura de masas: asociada al consumo general, produce bienes de difusión,
generalmente diseñados por equipos, y busca un mercado muy amplio.
8
misión es arreglar, conservar y mantener artefactos que pertenecen a la cultura
folklórica, y transmitirlos a generaciones futuras, aunque sea en la forma de museo,
pues muchas veces estos objetos quedan anticuados. El interés en el folklore
intangible se suele centrar principalmente en la música y danza, y en la narrativa y los
ritos; la preservación de este patrimonio se suele hacer por medio de subvenciones y
ayudas a organizaciones y grupos dedicados a la conservación de esta herencia
cultural. Como se puede ver, este movimiento procede de una orientación hacia la
preservación de lo tradicional y patrimonial, ya sean artefactos o mentifactos, y una
preocupación sobre la identidad de los pueblos ante las fuerzas de la globalización.
2 Cf. <www.mext.go.jp/b_menu/hakusho/html/hpae199301/hpae199301_2_132.html>.
3 UNESCO (1989).
9
representaciones y expresiones así como el conocimiento y las habilidades
necesarias asociados que las comunidades, grupos y, en algunos casos, los
individuos reconocen como parte de su patrimonio cultural”.4 Dentro de este
concepto, íntimamente relacionado con el de folklore, se engloban las
tradiciones orales, las expresiones y la lengua, las artes escénicas, los usos y
ritos sociales y las celebraciones festivas, el conocimiento y usos relacionados
con la naturaleza y el universo, y la artesanía tradicional. La UNESCO admite
que
se recrea constantemente
promueve la creatividad
Con este tipo de movimientos, la folclorística, que llevaba una larga tradición
de internacionalismo, entra oficialmente en el mundo de la globalización, y abre sus
puertas a estudiosos de países y culturas que no son occidentales. Este hecho
requiere que cada tradición teórica y metodológica y cada perspectiva encuentren un
lugar dentro de la disciplina. Por otra parte, la hegemonía de la tradición cultural
europea debe cesar, y la investigación debe abandonar todo resquicio de colonialismo,
de pretensiones hegemónicas o de sentimiento de superioridad cultural para
establecer un sistema de cooperación entre iguales.
4 UNESCO (2004).
5 UNESCO (2004).
10
2. La oratura6
En los años sesenta se debatía en varias universidades africanas sobre el
problema de la hegemonía que las lenguas europeas ejercen sobre las africanas, y a
raíz de este debate se creó un término sin duda importante para la folclorística
internacional, aunque poca atención se le ha dado fuera del Tercer Mundo.7 La
palabra oratura (orature en inglés y francés) fue creada, al parecer, por el lingüista
ugandés Pio Zirimu y ha sido usada por los keniatas Ngugi Wa Thiong'o, novelista y
profesor de literatura comparada de la universidad de California en Irvine, y Mĩcere M.
Mugo, profesora de oratura, drama y cultura de la Universidad de Syracuse, para
evitar el uso de expresiones como “literatura folklórica”, “literatura oral” o “literatura
primitiva”, todos ellos incorrectos o contradictorios. Este término podría definirse
como la expresión oral de las producciones creativas de la mente humana. Mĩcere
Mugo usaba el término orature para referirse a las producciones artísticas verbales
que por lo general son recitadas, dramatizadas o actuadas de alguna manera. Dentro
de este concepto se pueden incluir todos los géneros folklóricos tradicionales: cuentos
en sus diversos tipos, mitos, leyendas, narraciones épicas, historias orales, oraciones,
jaleos, himnos, coplas, canciones, nanas, rimas, lamentos, adivinanzas, refranes,
comparaciones proverbiales, expresiones formularias o dichos, por ejemplo. Pero
también se deben incluir en él las creaciones de carácter más culto e institucional de
los poetas cortesanos que producen poemas épicos y cortesanos, sagas o panegíricos,
por ejemplo y que, prescindiendo de la escritura, funcionan dentro de la oralidad en
su producción y almacenamiento, y también los productos verbales que comunican la
historia local, la religión autóctona o la educación tradicional de las comunidades
tradicionales del África negra, y de otras naciones. El especialista alemán en literatura
africana Thomas Brückner tiende a pensar que la separación o fragmentación del arte
verbal en dos categorías, lo folklórico y lo literario, es un constructo occidental que se
aviene mal a la realidad africana:
11
La profesora de la Universidad de Saskatchewan (Canadá) Susan A. Gingell,
que ha estudiado la oratura en relación con la descolonización en diversos países y la
literatura que en ellos se produce, también ha llamado la atención sobre el prejuicio
que existe en las sociedades occidentales contra la oratura y a favor de la literatura en
la jerarquía de las producciones verbales.9 Por otra parte, la investigadora noruega y
antropóloga de la Universidad de Upsala Ingrid Björkman (1927-), que ha estudiado,
bajo una perspectiva feminista, la oratura en Kenia, señala que en el concepto de
oratura, la actuación debe tener un lugar privilegiado, ya que es su modo natural de
transmisión:
12
literatura va más allá de la dicotomía oralidad/escritura, puesto que se asume que
hoy día existe una interacción entre esas dos categorías; lo que caracteriza a la
oratura es su carácter performativo14 y la continua interacción que se da en ella entre
memoria e imaginación creativa.15
13
La retórica de la oratura posee una riqueza de recursos que la literatura no
puede reflejar. A la poética de la palabra, a sus ritmos y a los recursos propios de la
música se añade todo un sistema de comunicación a través de los gestos y de la
entonación de la voz:
14
palabra oratura ha echado raíces en Paraguay, sobre todo en relación con la
producción artística verbal guaraní; el uso de este concepto en España, por el
momento, es insignificante. Más aceptación ha tenido en el área lingüística
portuguesa, quizá por la influencia de Angola y Mozambique.
El discurso oral es, por su propia naturaleza, efímero, mientras que el escrito tiene
su razón de ser en la permanencia.
La oratura se caracteriza por su unicidad (cada vez que se produce, la forma suele
ser diferente y por tanto, única), mientras que en la literatura hay que hablar de
15
multiplicidad; sobre todo después de la llegada de la imprenta, los textos se
repiten sin cambios, puesto que la reproducción es mecánica.
La oratura es, además, irreversible (por ejemplo, los errores no se pueden corregir
si no es emitiendo un nuevo mensaje), al contrario de lo que ocurre con la
literatura, en la que los textos suelen revisarse antes de que ser publicados.
16
el pensamiento debe ser recibido en patrones muy rítmicos y bien equilibrados,
en repeticiones o antítesis, en aliteraciones y asonancias, en epítetos y otras
expresiones formularias, en escenarios temáticos típicos (la asamblea, la
comida, el duelo, el ayudante del héroe, entre otros), en proverbios que se
escuchan constantemente.25
La expresión oral tiende a ser rítmica, ya sea en sus patrones fonéticos o en los
temáticos; la repetición y la variación son dos recursos que afectan al ritmo. La
expresión escrita se ordena más bien de forma jerárquica, y favorece el uso
abundante de la subordinación; suele evitar la prosa rítmica, las repeticiones
cercanas de palabras y las rimas internas. En la Edad Media, cutos textos muchas
veces quedan en una posición intermedia entre la oratura y la literatura (la
mayoría de las veces los textos eran leídos en voz alta a un público), mucha
información se ponía en rimas para poder recordarla. El intelectual de esta época
se preocupaba por las técnicas de almacenamiento de la memoria; por ello, se
escribió bastante sobre la nemotecnia entre los siglos XIII y XV.27 Sin embargo, los
métodos mnemotécnicos eruditos representan tan solo un segmento mínimo del
complejo medieval de la tradición, entendida como transmisión de la cultura. El
aprendizaje de memoria en la educación de los niños iba desde los recursos del
ritmo y de la rima y del recitado repetido en voz alta hasta las bofetadas que se les
daba a ellos y a los donceles recién nombrados caballeros para que se les
quedaran grabados en la memoria ciertos momentos importantes. Los
transmisores del saber más o menos alfabetizados, juglares y predicadores, por
ejemplo, hacían un uso extensivo de la memoria, pero también de su capacidad
creativa, el ingenio.
17
A pesar de la espontaneidad de la expresión oral, esta tiende a ser mucho más
conservadora en cuanto los elementos que emplea y a su ordenación, mientras que
la escrita permite innovaciones de todo tipo al favorecer la originalidad.
Por otra parte, la cultura oral precisa no solo de la memoria, sino también de
técnicas de recreación y de actuación para cada acto comunicativo, mientras que
en la literatura el texto se crea una vez y se recibe una infinidad de veces. Las
leyes retóricas que se pueden aplicar a una y otra expresión diferirán de acuerdo
con estos aspectos señalados.28
28
Cf. Chandler, Daniel (2000).
18
audiovisual no puede clasificarse como oratura, ya que si bien el acto comunicativo es
oral-auditivo, la creación de ellos suele producirse por escrito; lo que se oye no es sino
una lectura en voz alta o también una recitación de textos de acuerdo a un guión. Por
otra parte, ambas modalidades de la expresión humana, oratura y literatura, tienden
a recibir influencias mutuas; no existen burbujas culturales a este respecto.
31
Martínez Torner, Eduardo (1966): 19.
19
tener en cuenta que lo que está estudiando no es folclore, sino la relación entre
literatura oral y escrita.33
la vida moderna
la urbanización
la industrialización
33
Utley, Francis Lee (1965): 15-18.
20
se convirtió en “al ánimo, que se ha roto la fuente”. Nótese que el cambio es
económico; se buscan los sonidos más parecidos.
Pocos detalles pero vívidos. Los textos folklóricos prefieren nombrar a describir,
pero si es necesario dar un detalle, este aparece sin que deje lugar a dudas:
“más hermosa que el sol”. Otras veces lo que se marca es el efecto, dejando de
lado la descripción, como en la copla: “A un santo cristo de piedra / mi pena le
conté yo / cuál no sería mi pena, / que al verme llorar, lloró”.
Cabe recordar aquí la distinción que se ha hecho entre los varios tipos de
oralidad que se pueden dar en nuestras sociedades:
34
Esta división fue señalada por el filólogo suizo Paul Zumthor (1915-1995).
21
El paso de la oralidad a la escritura supone cambios importantes en cualquier
cultura, aunque ambas formas de comunicación coexisten en las culturas que han
desarrollado la expresión escrita. Por otra parte, la socióloga británica Ruth Finnegan
nos recuerda que la inmensa mayoría de las culturas orales ha sufrido la influencia,
en mayor o menor grado, de la cultura escrita, y por tanto “la idea de una ‘cultura
oral’ pura y no contaminada como primer punto de referencia para el estudio de la
poseía oral es un mito”.35 Sin embargo, hemos visto que existe una oposición entre
cultura oral y cultura escrita. En Europa, la separación entre estos dos tipos de
cultura se fue forjando durante la Edad Media, pero la oposición es mucho más
antigua, pues aparece con los primeros textos escritos.
22
II. Introducción al estudio del mito como fenómeno cultural
4. Definición de mito
En su Introduction à la mediologie (1999) el periodista, profesor de filosofía e
investigador francés Régis Debray (1941- ) afirma que cuando se habla de
patrimonio36, el concepto de transmisión va más allá del de comunicación, puesto que
la transmisión es el transporte de información a lo largo del tiempo e involucra a la
memoria colectiva37, mientras que la comunicación o transporte de información en el
espacio solo se refiere a la circulación de mensajes en un momento dado. La
transmisión del patrimonio es, por tanto, un largo proceso38. Así pues, al enfrentarnos
al mito como fenómeno histórico será mucho más ventajoso estudiarlo desde la
perspectiva de su transmisión que desde la de su comunicación.
El concepto de mito ha pasado por tantas fases durante la historia del mundo
occidental, que hoy día sería difícil encontrar una definición con la que estuvieran de
acuerdo todos los eruditos y estudiosos, y que fuera también aceptable a los legos en
la materia. La dificultad que sentimos hoy ante la idea de definir el mito quizá proceda
del hecho de que sus orígenes pertenecen a una cultura que ya no comprendemos; en
palabras del profesor de la Universidad de Buenos Aires Hugo Francisco Bauzá,
“nuestra cultura letrada nos impide penetrar en profundidad en la esencia del mito, ya
que éste pertenece a la cultura de la oralidad cuyo carácter performativo ofrece
determinadas modalidades y experiencias emocionales que no es posible percibir en
una lectura”.39 Quizá una de las descripciones que más se acercan a la imagen que
hoy se tiene del mito es la que da el filólogo mallorquín Carlos García Gual (n. 1943),
catedrático de griego de la Universidad Complutense:
23
quimérico, fantástico y seductor, parece convenirle el sustantivo mito y el
adjetivo mítico.40
Este hecho quizá se deba a un continuo rechazo de los mitos que se comenzó a
producir ya en el mundo grecorromano antiguo, y que aumentó con la introducción
del judeocristianismo en la cultura occidental. A partir del siglo V a. C. se desarrolla el
proceso de despojar al mito de su significado religioso o metafísico primitivo, y con el
cristianismo llegó a quedar relegado a la categoría de ficción. Pero a pesar de este
rechazo por parte de los intelectuales, el mito siguió existiendo.
El mito es
24
3) que explica el cosmos
Mircea Eliade estableció las características del mito tal como lo viven o vivieron
las sociedades de tipo arcaico:
Para el arqueólogo e historiador francés Paul Veyne (n. 1930), el mito “consistía
no en comunicar lo que se había visto, sino en repetir lo que ‘se decía’ sobre los dioses
y sobre los héroes”.44 Claro que Veyne se refería solo a los griegos antiguos. Para
Carlos García Gual, el mito es “un relato tradicional que refiere la actuación
25
memorable y ejemplar de unos personajes extraordinarios en un tiempo prestigioso y
lejano”.45 Se acerca en su definición a Eliade, pero sin hablar de un carácter sagrado.
El mito es ante todo un relato (y la mitología el complejo de todos los mitos que
existen en la tradición de un mismo pueblo) que tiene determinados caracteres
de contenido y de forma. En cuanto al contenido, el mito narra los sucesos que
se presentan como desarrollados en un tiempo antiguo, anterior, generalmente
a los tiempos en que vive aún el recuerdo o del que existe una documentación
histórica, pero sobre todo, caracterizado como diferente de este último periodo.
La diversidad del tiempo mítico se refleja en la diversidad de los personajes que
en él actúan.48
Podemos considerar los siguientes criterios para diferenciar los mitos de otros
tipos de relatos y así acercarnos a una definición.
26
1) El mito es un relato generalmente situado en tiempos lejanos, cuyos
acontecimientos llevan a un cambio en la realidad. El mundo se ha
transformado.
4) Los sucesos que se narran son de tal naturaleza que resultan muy difíciles
de creer para uno que no forme parte de la comunidad en que se aceptan como
verdad.
No obstante, en las obras literarias pueden aparecer relatos míticos que los
autores toman de las tradiciones. De hecho, muchos mitos clásicos los conocemos por
las obras de los poetas.
la función de la clase particular de leyendas que son los mitos es […] expresar
dramáticamente la ideología de que vive la sociedad, mantener ante su
conciencia no solamente los valores que reconoce y los ideales que persigue de
generación en generación, sino ante todo su ser y su estructura mismos, los
elementos, los vínculos, los equilibrios, las tensiones que la constituyen,
27
justificar, en fin, las reglas y las prácticas tradicionales sin las cuales todo lo
suyo se dispersaría.51
Lévi-Strauss afirmaba que el mito servía para dar solución a una contradicción
en la concepción social del mundo.
Otra de las posibles funciones del mito sería la que el filósofo alemán Hans
Blumenberg (1920-1996) denominaba como lúdica:
Se vincula con la idea de que los mitos nos apartan transitoriamente del horro
vacui ya que, mientras “mitizamos” nos distraemos de la angustia de una
existencia impuesta de manera inexorable y cuyo momento de finitud
ignoramos, así como ignoramos también si existe o no algo detrás de esa
finitud.54
28
Para Blumenberg, el mito es, pues, la forma que ha tenido el hombre
prehistórico de superar el terror por medio de la poesía; en esto vuelve al pensamiento
los autores del siglo XVIII y a las interpretaciones psicoanalíticas. Más interesante es
su posición contra el monoteísmo, porque para él este tipo de religión tiende a anular
el mito a la vez que impone un único relato sagrado o monomito, pero también porque
se mantiene gracias a un dogmatismo salido de la conceptualización. Frente a ello,
Blumenberg presenta la polisemia del mito como un valor positivo; él está convencido
de que a pesar de todas las presiones a las que está sujeto, el mito no puede ser
destruido, de hecho, siempre ha acompañado a la humanidad55.
Gillo Dorfles mantiene que el mito sigue vivo bajo nuevas formas en las
sociedades contemporáneas tras haber pasado por mutaciones y metamorfosis; así
pervive en los rituales y símbolos de la sociedad de masas contemporánea y en el
imaginario colectivo, que crea espacios y tiempos (la ciencia ficción, por ejemplo) que
solo pueden definirse como míticos. Quizá la diferencia entre los mitos antiguos y los
nuestros esté en que los mitos contemporáneos son productos culturales hechos para
el consumo.
el mito ofrece orden pero también exige orden, relata las creencias pero
restringe las creencias, confirma las tradiciones pero también conforma la
tradición. Para apoyar el orden social, el mito ofrece relatos que deslegitiman la
disensión y deshonra a los que disienten.56
29
jurídica: expresa y justifica los valores de la sociedad
6. Mitos y logos
Los filósofos y sofistas más antiguos de Grecia desarrollaron un pensamiento
muy diferente al de los poetas que los precedieron; el pensamiento griego se fue
apoyando progresivamente en la escritura; la antigua poesía, en cambio, era un arte
eminentemente oral. Estos sabios, que mostraban un alto grado de escepticismo en lo
que se refiera a los relatos míticos, criticaron las obras de poetas como Homero al
considerar que contenían embustes muy contrarios a la búsqueda del saber que ellos
perseguían y a la dignidad de los seres divinos. En la época literaria griega ya se
contraponían dos conceptos, el de mythos y el de logos:
30
ideales. No obstante, con el mayor conocimiento de las sociedades arcaicas el
significado ha ido cambiando, y el mito se ha llegado a entender como “historia
sagrada”.
Para Mircea Eliade, estos relatos describen “las diversas, y a veces dramáticas
irrupciones de lo sagrado (o de lo ‘sobre-natural’) en el mundo. Es esa irrupción de lo
sagrado lo que fundamenta realmente el mundo”. Y más adelante añade, “el mito se
considera como una historia sagrada y, por tanto, una ‘historia verdadera’, puesto que
se refiere siempre a realidades”.58 Pero este nuevo significado no elimina el anterior, ni
tampoco el uso más popular de algo admirable o portentoso.
31
había recogido de la tradición oral. En Deutsche Mythologie (1835) usó la poesía, los
cuentos, los ritos y las creencias de los campesinos alemanes de su tiempo para
proponer la teoría del origen ario de los cuentos, teoría que le permitía reconstruir la
religión precristiana del pueblo germánico. Así comenzó a estudiarse la mitología
menor, estudios que, de una manera u otra, no se han dejado de cultivar60. La obra de
los hermanos Grimm tuvo numerosos continuadores por toda Europa hasta mediados
del siglo XX; de hecho, se desarrolló un afán recolector que produjo numerosos
archivos folklóricos, especialmente en los países germánicos y nórdicos. Esto dio pie a
la formación de la escuela histórico-reconstruccional, cuyos seguidores se interesaron
por reconstruir creencias religiosas a partir de los cuentos y leyendas folklóricas.
Así pues, debemos distinguir entre el mito vivo y el mito muerto; el primero es
el que funciona en la sociedad manifestándose en los relatos que la gente cuenta,
mientras que el segundo ha perdido su valor funcional y perdura solo como material
escrito; este último tiene a quedarse congelado y a sufrir muy pocas variaciones. Por lo
general, el mito vivo se da principalmente como oratura, aunque no se puede negar
que también existe una tradición escrita, de carácter culto, que nos ha transmitido
versiones de relatos mitológicos, pero, como hemos visto, esta se rige por otras leyes.
60 Otro de los grandes estudiosos de la mitología menor fue el alemán Johann Wilhelm
Emmanuel Mannhardt (1831-1880). En España sobresalió la obra del asturiano Constantino
Cabal (1877-1967).
62
Lord, Albert B. (1987): 63.
32
La información que no se mantiene en la memoria ni se transmite de forma oral tiene
poco valor funcional en la vida comunitaria.
8. Tipos de mitos
Los mitos se pueden dividir en varios tipos principales, los etiológicos, que
narran la creación o los orígenes de algo, los mitos de aventuras en los que algún
héroe realiza actos prodigiosos y los mitos escatológicos, que se proyectan hacia el
futuro y narran el fin del mundo. Estas categorías no son fáciles de distinguir, pues
según Mircea Eliade, los mitos prolongan los relatos cosmogónicos; todos los mitos de
aventuras narran también la primera vez que se hizo algo y son, por tanto relatos
etiológicos.
Dentro de los mitos etiológicos están las cosmogonías, que cuentan la creación
del mundo; cosmos significará todo lo creado y ordenado. Hay que diferenciar entre
cosmogonía, relato que narra el origen del cosmos y cosmología, o explicación de cómo
funciona el cosmos; existen muchos mitos en los que se presenta una cosmología, es
decir, que nos muestran cómo funcionan el universo y sus elementos sin
necesariamente tener que relatar su origen. El mito de Helios y su hijo Faetón, por
ejemplo, explica el funcionamiento del sol, y además tiene algunos elementos
etiológicos.
Faetón estaba muy orgulloso de ser hijo de Helios, el sol. Como sus compañeros
se resistían a creerlo, el joven instó a su padre para que le prestara el carro con
el que recorría el Cielo cada día de Oriente a Occidente. Por más que su padre
intentó disuadirlo temiendo alguna desgracia, Faetón no cejó en su empeño.
Helios al fin cedió y Faetón se montó en el carro una mañana, pero con tan
mala fortuna que sufrió un ataque de pánico y no pudo controlar los caballos.
Al principio subía demasiado y la tierra se congelaba, luego, al pasar por
Etiopía, bajó demasiado y el calor secó la vegetación. Así fue cómo los etíopes se
volvieron negros y gran parte de África se convirtió en un desierto. Finalmente
33
Zeus tuvo que intervenir y lanzar un rayo contra el carro. Faetón cayó y murió
ahogado en un río. Cicno, su mejor amigo, se apenó tanto por su muerte que
quedó convertido en cisne. Algunos han querido ver en Faetón (su nombre
significa brillante en griego) a una estrella caída, relacionándolo con Lucifer, el
lucero de la mañana y de la tarde.
Mircea Eliade señala que además de los mitos cosmogónicos existen otros tipos
de mitos etiológicos: Sobre los dioses y otros seres divinos; sobre la creación del
hombre; sobre otras modificaciones del mundo o de la condición humana; sobre la
naturaleza y el cosmos. Todos ellos nos presentan el mundo cuando era joven, antes
de transformarse y quedar en el estado actual. Como ya hemos visto anteriormente,
otro tipo de mitos nos narran las aventuras y desventuras de los héroes que poblaron
el mundo.
Mito de
aventuras
Relatos heroicos
Mito
escatológico
El fin del mundo
Será preciso también distinguir los mitos tradicionales de los pueblos, relatos
más o menos poetizados, de los inventados por poetas que pretendían hacer arte, y de
los filosóficos, cuya intención no es transmitir el saber ancestral o poetizar sobre él,
sino dar una explicación a un hecho o a una idea. Los mitos tradicionales, los que son
objeto de estudio de la folclorística, viven en variantes, y por tanto son de carácter
anónimo; los mitos eruditos de los filósofos no suelen proceder de esta tradición
cultural, sino que son creados por pensadores y transmitidos como propiedad
intelectual; algunos pueden considerarse como un tipo de parábolas. Epidémides, por
ejemplo, compuso una Teogonía (h. 600 a. C.) en la que da como origen de todo a un
huevo engendrado por los elementos primordiales;63 de carácter filosófico es también
la famosa Teogonía de Hesíodo:
En primer lugar existió el Caos. Después Gea la del amplio pecho, sede siempre
segura de todos los Inmortales que habitan la nevada cumbre del Olimpo. [En el
fondo de la tierra de anchos caminos existió el tenebroso Tártaro.] Por último,
Eros, el más hermoso entre los dioses inmortales, que afloja los miembros y
cautiva de todos los dioses y todos los hombres el corazón y la sensata voluntad
en sus pechos.
34
Del Caos surgieron Érebo y la negra Noche. De la Noche a su vez nacieron el
Éter y el Día, a los que alumbró preñada en contacto amoroso con Érebo.
Gea alumbró primero al estrellado Urano con sus mismas proporciones, para
que la contuviera por todas partes y ser así sede siempre segura para los felices
dioses. También dio a luz a las grandes Montañas, deliciosa morada de diosas,
las Ninfas que habitan los boscosos montes. Ella igualmente parió al estéril
piélago de agitadas olas, el Ponto, sin medrar el grato comercio.64
El capítulo primero del Génesis nos ofrece una cosmogonía de tipo filosófico y
científico, mientras que en el segundo capítulo se nos muestra un relato de tradición
mucho más popular.
35
Finalmente, en la leyenda, los personajes son humanos, no siempre ocurre esto en el
mito o en el cuento.
Con las debidas reservas, el esquema anterior sirve para dar una primera
orientación, como punto de partida y para poder comprender los estudios realizados
hasta el último tercio del siglo pasado. La escuela finlandesa, que estudió la difusión
de los relatos folklóricos durante la primera mitad del siglo XX, demostró que la forma
cambia y que un mismo relato puede catalogarse en géneros diferentes; el argumento,
sin embargo persiste con algunas variantes; de este modo, para el estudio de un
cuento particular la forma que una versión adopta tiene poca importancia, es decir,
los rasgos esenciales de su argumento; lo que interesa es el tipo al que pertenece, y no
si aparece como cuento, mito o leyenda. El mito, de hecho podría considerarse como
una derivación del cuento popular. Algo así afirmaban los antropólogos de la escuela
de Boas, la primera escuela antropológica de los Estados Unidos. La investigadora
estadounidense Ruth Benedict (1887-1948), por ejemplo, opinaba que el mito no es
más que un cuento cuyo asunto versa sobre el mundo sobrenatural.
36
mito no se pueden separar en todas las ocasiones, por más que teóricamente sean
posibles leyendas que no sean enteramente fantásticas o que sean efectivamente
históricas” o respecto al mito y al cuento: “no hay mayor acuerdo en lo que es la
naturaleza del cuento popular del que hay sobre cuál es la de los mitos”67. Otro punto
de vista lo aporta Carlos García Gual, quien señala que “aunque es cierto que en
muchos cuentos populares puede rastrearse el eco de antiguos mitos, o que tales
cuentos puedan verse como mitos decaídos, unos y otros relatos pueden distinguirse
por su función social”.68
37
épicas, como pueden ser la Metamorfosis de Kafka o el Ulises de Joyce. En el cine,
además de las películas basadas en relatos míticos, como el de Edipo, Jasón y los
argonautas, Teseo y la Medusa o Perseo y el Minotauro, hay otras obras que utilizan
los motivos míticos para crear nuevas estructuras. La Guerra de las galaxias es una
serie cinematográfica que claramente pertenece a esta categoría.
No conocemos los mitos clásicos más que por las obras literarias que los
usaron como material de composición artística.69 Su relación con el ritual religioso, su
significado para el pueblo o las variantes en que sobrevivían en la tradición oral han
sido objeto de estudio y de debate por parte de numerosos investigadores, sobre todo,
a partir del siglo XIX.
Según nos dice Heródoto, los primeros en dar forma literaria a los mitos
griegos tal como los conocemos fueron Homero y Hesíodo. Si Homero nos presenta los
mitos por medio de la poesía heroica, narrando las intervenciones de los dioses en la
vida de los mortales y sus aventuras, sobre todo amorosas, Hesíodo usa la poesía
didáctica para hablar de los dioses. Su Teogonía es un intento de sistematizar, por
medio de la genealogía divina, el panteón griego. Otra obra antigua sobre mitos es la
Alcmeónida, poema compuesto hacia el 600 a. C. que continúa el ciclo homérico.70 Por
lo general, la gran mayoría de los mitógrafos griegos nos es casi desconocida, y sus
obras o bien nos han llegado en estado fragmentario, o bien las conocemos solo por
noticias que otros autores dan de ellos.
38
que cumplían las funciones de poetas épicos, profetas o sacerdotes. Estas personas
trabajarían con las tradiciones heredadas ordenándolas y dándoles forma narrativa
poética o lírica, si componían himnos. En algunos entornos, estos relatos serían
creídos y considerados sagrados, como ocurría entre los semitas, mientras que en
otros, la tendencia a considerarlos ficción era mucho mayor, como ocurría en el
mundo helenístico; en este caso los mitos pasaban a ser el material con que los poetas
formaban, con mayor o menor grado de libertad su creación literaria; así ocurrió, por
ejemplo con Ovidio y sus Metamorfosis.
Las obras literarias, ya sean más antiguas o más modernas, más cultas o más
populares, muchas veces reflejan el pensamiento mítico heredado. Sabido es que gran
parte de lo que conocemos de la mitología griega nos viene, sobre todo de los poetas
cultos. El resultado es un relato cuyo género es difícil de determinar. En palabras de
Geoffrey S. Kirk,
los mitos griegos […] en la forma en que nosotros los conocemos, se hallan
fuertemente contaminados. Muestran trazas de una progresiva remodelación y,
en particular, de una exageración de los elementos de cuento popular a
expensas de los elementos especulativos o explicativos.71
Como ya hemos visto, otra fuente de información son las obras de arte o de
artesanía que muestran iconografías, símbolos o ilustran episodios: desde los sellos
mesopotámicos hasta las pinturas y relieves medievales, pasando por los frescos,
esculturas y piezas de cerámica de las épocas pasadas.
39
tierra madre y dios padre. O que el nombre de uno de los grandes santos de la época
visigótica, Isidoro, significa “adorador de Isis”, con lo cual podemos preguntarnos por
qué este nombre se usaba en Hispania, aún después de la implantación del
cristianismo y deducir que la diosa egipcia recibía un culto, al parecer importante, en
tierras hispánicas.
40
Los poemas épicos y los himnos religiosos se basaban en su origen en la
palabra hablada o cantada, contenida en textos poéticos que eran repetidos
constantemente y fijados de este modo en la memoria colectiva para formar una
tradición. Esta tradición se mantenía viva en la comunidad gracias al esfuerzo de los
depositarios activos de las tradiciones, pero también de los pasivos.73 Con la llegada
de la escritura, el olvido dejó de ser una amenaza para la preservación de los textos, y
las superficies escritas sustituyeron a la memoria de los individuos como archivos de
las tradiciones. Erick Havelock, en su Prefacio a Platón, describe cómo funcionaba la
épica en el mundo antiguo:
En la Ilíada, son los propios héroes quienes cantan las hazañas; en la Odisea,
en cambio, ya encontramos al aedo, cantor profesional de poemas míticos o
legendarios de tiempos ancestrales, personaje que podía estar vinculado a una corte o
ser un poeta itinerante. El canto VIII nos muestra el episodio que describe cómo el
aedo Demódoco entretiene y emociona a Ulises con sus cantos épicos:
73 Los depositarios activos son los que transmiten las tradiciones (cantantes, narradores,
juglares, etc.), mientras que los pasivos son los que conocen las tradiciones pero no la
transmiten, ejercen al función de público.
41
Algunos investigadores creen que los poemas homéricos se pusieron por escrito
en una época en que estas composiciones ya no eran cantadas por aedos, sino
recitadas por otro tipo de personaje, el rapsoda, que en vez de acompañarse con una
cítara o una lira, llevaba, como signo distintivo, un bastón. En el siglo VI a. C., el
tirano ateniense Pisístrato (605-527 a. C.) ordenó a un grupo de letrados que
reunieran los poemas homéricos y fijaran su texto. Este texto sirvió para que los
rapsodas pudieran competir en su recitación, pero fue en la época alejandrina (s. III a.
C.) cuando se fijaron de forma definitiva los textos homéricos, que seguían circulando
oralmente, y por escrito, en este caso, como material escolar o como textos editados
por ciudades para los rapsodas.
En los países celtas hubo druidas y bardos que solo transmitían sus
tradiciones de forma oral; en los germánicos y nórdicos hubo también creadores y
mantenedores de una tradición oral que no fue puesta por escrito sino en época muy
tardía y solo en parte; es el caso de los escaldos escandinavos, como el escaldo
noruego del siglo noveno, Thorbjörn Hornklofi († h. 945), a quien se atribuye el poema
Haraldskvaedi, un canto de alabanza del rey Harold Hárfagri tras una victoria. El
historiador medieval Saxo Gramático (h. 1150-1220) es autor de la Gesta danorum,
donde aparecen muchas referencias mitológicas de los pueblos nórdicos, así como
relatos folklóricos del tipo de Guillermo Tell o Hamlet:
Algunos mitos son conocidos gracias a los himnos que sobreviven. Así, por
ejemplo, el mito de Perséfone y de la búsqueda de Démeter lo conocemos gracias al
Himno a Démeter. He aquí, por ejemplo el Himno homérico a Afrodita. Véase cómo
proporciona información sobre las diosas griegas:
Cuéntame, Musa los hechos de la dorada Afrodita Cipria, que levanta una dulce pasión
en los dioses, y rinde las tribus de hombres mortales y de aves que vuelan por el aire y
42
de todas las muchas criaturas que crecen en la seca tierra, y todas las que produce el
mar: todas estas aman las acciones de Citerea, ricamente coronada.
Hay, sin embargo, tres corazones que no puede capturar. El primero es el de la hija de
Zeus, que sostiene la égida, Atenea, la de los ojos brillantes, que no muestra placer en
las acciones de la dorada Afrodita sino que se deleita en las guerras y en la labro de
Ares, en luchas y batallas y en preparar famosas artesanías. Antes enseñó a los
primeros artesanos a hacer carros de guerra y de transporte forjados en bronce, y ella
misma enseña a las tiernas doncellas e la casa y pone el conocimiento de las artes
divinas en la mente de cada uno.
Tampoco la doncella pura Hestia ama las acciones de Afrodita. Ella fue la primogénita
del astuto Crono y también la más joven por deseo de Zeus que sostiene la égida. Una
doncella real con la que tanto Posidón como Apolo se intentaron casar. Pero no tenía
intención alguna y rehusó obstinadamente. Tocó la cabeza del padre Zeus que sostiene
la égida y la hermosa diosa hizo un tremendo juramento que de verdad se ha cumplido
de mantenerse virgen todos sus días. El padre Zeus le dio un gran honor en vez del
matrimonio, y ella tiene su lugar en el medio de la casa y posee la mejor porción. En
todos los templos de los dioses, tiene un lugar de honor, y entre todos los mortales es
considerada la principal de las diosas.
43
que reina el caos; los inicios, o la época primordial en que se va creando el cosmos, y
el tiempo que sigue, en el que el mundo es aún joven y se van sucediendo las
dramáticas modificaciones hasta que el mundo ya es como lo conocemos hoy día.
Por otra parte, la concepción mítica del tiempo es diferente de la lógica o histórica, que
es también la de las religiones judía y cristiana. En esta última, Cristo es representado
como Alfa y Omega, principio y fin del universo anterior y posterior a él. La historia del
abad Virila del monasterio de Leyre nos muestra el concepto cristiano de tiempo y de
la visión beatífica.
44
En la India se considera que un mes humano constituye un día para los
muertos y un año humano constituye un día para los dioses. El tiempo mítico es, por
el contrario, circular, seguramente con principio, pero ciertamente sin fin. Gracias a
su actualización en el rito, el mito toma nueva vida; esta actualización ritual suele
obedecer a un calendario. Así pues, el tiempo circular es recuperable, pues se regresa
a cada punto periódicamente. El tiempo histórico y el científico, en cambio, es un
tiempo lineal en el que nada se repite, todo ocurre solo una vez, es irrecuperable.
75
El título original es Temps et Récit, y fue publicada en tres tomos: L'intrigue et le récit
historique (1983), La configuration dans le récit de fiction, (1984), y Le temps raconté
(1985).
45
El tiempo mítico, como hemos visto, es circular y por tanto tiene la
virtud de poder traspasar las fronteras del tiempo histórico lineal.
Cada época también tiene su propio concepto de tiempo y asigna valores según
su visión. La época contemporánea se caracteriza por manifestar una devaluación de
la vejez a la vez que aumenta el porcentaje de miembros de la tercera edad en al
sociedad. La juventud se convierte en un valor en alza dentro de la economía del
mercado. La vejez deja de concebirse como al depositaria de la memoria histórica y de
las tradiciones, y esta función la pasan a ejercer hoy los medios de comunicación de
masas. Las tradiciones se agotan o pierden su función, y a la vez se repiten intentos
de resucitar o de reinventar la tradición creando folclorismos que funcionan dentro de
la economía de mercado.
46
eventos que nos rodean”.76 El uso de efectos especiales en los medios de comunicación
audiovisual nos lleva a una falta de sensibilidad, pues ya no podemos creer lo que ven
los ojos. La aceleración o aumento de la velocidad hace que también aumente la
escasa duración de las cosas. Hoy día las personas viven en el entorno de la moda y la
obsolescencia, de los bienes de usar y tirar, lo que produce una “progresiva
disociación del hombre del tiempo cronológico, fisiológico, cósmico, normal, y su
dependencia y adherencia –al menos parcial– al tiempo tecnológico y mecánico típico
de nuestros días”.77
47
calendario religioso conserva esta naturaleza cíclica; año tras año se repetirán las
mismas ceremonias y se recitarán los mismos textos. Para Karen Armstrong, “Un mito
era un hecho que había ocurrido una vez, pero que en cierto sentido ocurría
continuamente”.79 El mito se vuelve a hacer realidad por su recitación ritual; es, pues,
el rito el que mantiene el hecho mítico vivo.
Creación
Destrucción Deterioro
Un concepto relacionado con estas ideas es el llamado “la flecha del tiempo”,
según el cual el tiempo transcurre desde un pasado inmutable a un futuro incierto
pasando por el presente; según este concepto, el tiempo es irreversible, nunca se
puede volver atrás. La ciencia ficción ha ideado máquinas del tiempo que permite
acceder a épocas pasadas, pero esto cae dentro de la literatura fantástica. Sin
embargo, la mecánica cuántica permite el concepto de tiempo reversible, según el
cual, las cosas pueden ocurrir de un modo opuesto a lo que han ocurrido, como una
48
película que se pasa al revés. En este caso, habría un tiempo que no transcurre, sino
que sencillamente es. A veces el pensamiento científico acaba por acercarse al mítico.
El espacio sagrado puede ser interior o exterior, pero siempre está marcado de
una u otra manera. Los celtas y los germanos usaban más los espacios exteriores para
sus ritos: bosques, colinas, fuentes, lagos, islas y cementerios. Los griegos y romanos
también participaban de estas costumbres, y aunque tenían templos, en ellos no se
celebraban los ritos, sino en los altares situados frente a ellos. El cristianismo prefiere
el espacio interior, y el culto se suele celebrar en las iglesias.
49
bosques dedicados a alguna divinidad, se prohibía cazar, ya que todos los seres vivos
eran propiedad de la divinidad que lo habitaba.
Cuenta la historia que san Patricio había logrado que Dios le enseñara un lugar
donde se podía llegar al Más Allá, para demostrar a los irlandeses la realidad de
su predicación. El que lograse pasar una noche en este lugar, sufría las penas
del purgatorio, y si resistía, regresaba limpio de pecados y seguro de alcanzar la
Gloria, pues en adelante nunca más volvería a pecar. Un caballero llamado
Owein, antes de bajar recibió el consejo de que podía librarse de los demonios si
pronunciaba el nombre de Jesús, pero que solo podía hacerlo como último
recurso. Owein pasó por los diferentes lugares del Purgatorio, librándose de que
los diablos lo arrastrasen hasta el Infierno, y así pudo llegar, tras haber
atravesado un peligroso puente, al Paraíso Terrenal, desde el que pudo ver la
puerta de la Gloria Eterna. A su regreso, se arrepintió de sus pecados y llevó
una vida piadosa.82
Cielos
Tierra
Infiernos
50
velocidad. Por tanto, la velocidad es relativa, depende del observador y del movimiento
en que esté, es decir, a la velocidad en que se mueva. Dado que la velocidad es la
cantidad de espacio que se recorre en un tiempo, el espacio tiene una cuarta
dimensión: el tiempo.
51
III. Mitos cosmogónicos y cosmológicos
Kara-han volaba en forma de un inmenso ganso sobre las aguas; era un vuelo
sin principio, sin descanso, sin pasión. Pero en un momento, sin que se sepa
por qué, Kara-han tembló mientras volaba; este temblor sacudió el agua, y del
fondo del agua inquieta surgió una voz que lo llamó rompiendo el silencio
eterno. Kara-han preguntó a la voz quién era: La voz le dijo que no estaba solo;
ella era su hermana; entonces le gritó: Crea. Y Kara-han empezó la creación.
52
nacen Erebos y Nix, que representan la oscuridad primordial macho y hembra de cuya
unión nacen Éter y Hémera, la luz superior y terrestre. Gea empieza engendrando sola
primero a Urano, el cielo; luego a Pontos, el mar. Uniéndose a ellos Gea producirá una
generación de dioses: los titanes, titánidas, cíclopes y gigantes.
Gea, “la del ancho seno”, como la llama Hesíodo, es la Madre Tierra, el elemento
primordial que genera la vida en el mundo. Urano es el Cielo que cubre la Tierra
y la fecunda. De la unión de estos dos dioses elementales salieron los titanes,
entre ellos están Océano, la personificación del agua que rodea el mundo,
Jápeto, que fue padre de Atlas, de Prometeo y de Epimeteo, y Cronos, el más
hábil de los titanes. Gea, cansada de la crueldad de Urano, que hundía en las
entrañas de la tierra a sus hijos según iban naciendo, pidió a sus hijos que la
libraran de su tiranía. Todos se negaron, excepto el más pequeño, Cronos que
mutiló con una hoz los genitales de su padre y los arrojó al mar. De la sangre de
los genitales esparcida por la tierra surgieron las Erinies o diosas de la
venganza, y los Gigantes, y de la espuma del mar fecundada por los genitales
surgió Afrodita, la diosa del amor.
Los cantos que se atribuyen a Orfeo ofrecen cuatro versiones de los orígenes
del mundo; en uno la noche da origen a todas las cosas; en otro se habla de una masa
en la que todo estaba mezclado, de allí se separa el Cielo, la Tierra y el Mar; según el
tercer canto, al principio había agua y fango, que se condensó para formar la tierra;
según la cuarta versión, Cronos es el primer ser, y engendra a Éter y a Caos. De estos
dos se formaba un huevo del cual salía el dios que lo iluminaba todo.
Según los japoneses, los dioses Izanagui e Izanami batieron el océano con una
lanza para crear una isla de sal coagulada en la que se acoplaron, iniciando con los
frutos de su unión sexual, la creación.
Gracias al escritor fenicio del siglo I Filón de Biblos conocemos algo sobre la
cosmogonía fenicia según la narraba un sacerdote fenicio llamado Sanconiatón.
Cuenta que al principio solo había un aire turbio y borrascoso y un caótico océano
oscuro (que quizá fueran lo mismo); el viento y el caos se mezclaron formando el
deseo, una masa líquida de la que surgió un huevo; este, al dividirse, formó el cielo y
la tierra, y los seres que pueblan el universo.
53
La procreación no es necesariamente sexual. La cosmogonía bantú nos
muestra que al principio no había más que agua y oscuridad. Allí vivía un gigante
blanco llamado Mbombo. Un día sintió un fuerte dolor de estómago y vomitó el sol, la
luna y las estrellas. Gracias al sol se evaporó parte del agua y surgieron las nubes y la
tierra. Mobombo volvió a vomitar y así salieron los árboles, los animales y los seres
humanos.
Cuentan que el viejo padre Coyote estaba en la tierra, donde solo había unos
patos y unos hombres que él había hecho con barro y otro coyote que había
aparecido y nadie sabía cómo ni de dónde. Entonces Coyote decidió que hubiera
animales, y los fue nombrando; según los nombraba, aparecían.
54
De acuerdo con los algonquinos, Michabó, o Gran Liebre fue quien bajó al
fondo de las aguas para conseguir el barro con que se formó la tierra. Otras tribus del
Pacífico creen que el dios primordial que consiguió la tierra del fondo de las aguas fue
el cuervo, que se identifica con el pájaro del trueno, creencia que desde Siberia llega
hasta América del Norte. Como ejemplo, véase también la cosmogonía narrada en el
Popol Vuh. Un mito indoamericano que combina varias formas de creación es el de los
iroqueses, donde el protagonista es el Coyote.
En los días antiguos, al principio del tiempo, no había tierra sólida donde pisar.
Arriba solo había espacio y cielo, y abajo, aguas inmensas, bruma gris y
ciénagas salvajes. El cielo estaba dominado por Olorun, el Dueño del Espacio
Infinito, que acá abajo llamamos Olofin. Con él vivían muchos otros dioses, que
nosotros llamamos orichas, pero ninguno ganaba a Olórum en sabiduría ni en
poder. Allí vivía el primogénito de Olofin, Orunmila, que otros llaman Ifé, y que
había recibido de su padre el poder de entender los secretos de la existencia, de
comprender los designios del destino y de leer el futuro. Estaba también
Obatalá, el Rey de la Bata Blanca, a quien Olofin quería como a un hijo. Pero
Olofin era el amo de todas las cosas y la mayor autoridad en todos los asuntos.
Abajo moraba Olokun, que algunos decían macho y otros hembra, pero que
nadie sabía lo que había bajo sus faldas. Olokun reinaba sobre las aguas
inmensas y las ciénagas salvajes. En esta oscura región no había ningún ser
vivo, ni animal ni planta.
Así fue por mucho tiempo, con Olofin dominando las alturas y Olokun los
abismos. Los orichas de arriba vivían sin saber qué pasaba abajo. Pero el Rey de
la Bata Blanca, Obatalá, sí que se preocupaba. Solo él miraba hacia abajo
pensando en la inmensa monotonía del agua sin ningún lugar donde pudiera
desarrollarse la vida. Así que fue a Olofin y le dijo: “El reino de Olokun no es
más que mar, ciénaga y bruma. Si hubiera tierra firme allá abajo, con campos y
con bosques, los orichas y otros seres vivos podrían tener un lugar donde
habitar”.
Olofin pensaba que era una sabia decisión cubrir parte del mar con tierra y le
respondió: ¿”Quién hará el trabajo? ¿Cómo se hará el trabajo?” Y Obatalá
entonces dijo “Yo lo haré. Yo llevaré a cabo todo lo que sea necesario”.
Obatalá fue a la casa de Orunmila, el que conoce todos los secretos y le dijo:
“Tu padre quiere que yo descienda y haga tierra donde solo hay ciénaga y mar
para que los seres tengan un lugar donde construir sus casas y cultivar plantas
para comer. Tú que sabes el significado de todas las cosas, enséñame. ¿Cómo
he de hacer el trabajo?”.
Orunmila fue a buscar su bandeja y trajo en ella dieciséis conchas. Las tiró:
unas caían hacia arriba y otras hacia abajo. Orunmila leyó el significado de esta
combinación, volvió a tirar las conchas y volvió a leerlas, y volvió a tirar y a leer
55
las conchas, añadiendo significado sobre significado. Al final habló: “Baja a las
aguas por una cadena de oro. Lleva contigo una concha de caracol llena de
arena, una gallina de blanco plumaje y un coco”.
Obatalá fue al herrero y le pidió una cadena de oro tan larga que llegara al mar.
El herrero le preguntó: “¿Hay suficiente oro en el cielo para hacer tal cosa?”.
Obatalá fue a todos los orichas y le pidió el oro que tenían. Le dieron collares y
medallas y pulseras y brazaletes. Llevó todo al herrero. “Más, necesito más” le
dijo el herrero. “No hay más oro en el cielo, ponte a trabajar que ya veremos qué
se hace”. Cuando la cadena estuvo lista, Orunmila llegó con la concha de
caracol llena de arena, la gallina blanca y el coco, y se los dio a Obatalá.
Obatalá enganchó un extremo de la cadena al cielo y dejó caer el resto. Bajó por
la cadena y llegó a la región donde se acababa la luz Abajo oía el ruido de las
olas. Sintió la humedad de la bruma gris. Cuando llegó al final de la cadena aún
no había llegado a la superficie del mar. De todos modos, vació la arena del
caracol que cayó sobre la superficie del mar. Luego tiró la gallina, que al caer
sobre la arena empezó a hacer lo que hacen todas las gallinas, a picotear con su
pico y a escarbar con sus patas, lanzando la arena de aquí para allá. Donde
caía la arena esparcida se hacía tierra firme, pero como no caía de una manera
uniforme, se formaban valles y montañas. Entonces Obatalá saltó y cayó sobre
la tierra. Se levantó y empezó a caminar. No había nada. Obatalá se hizo una
casa y llamó a este lugar Ifé.
En el arte pictórico occidental Miguel Ángel y Blake son los que mejor han
plasmado la figura del “Divino artesano” en su proceso de creación, el primero en el
techo de la Capilla Sixtina en la primera década del siglo XVI, y el segundo en su obra
The Ancient Days, de 1824.
56
cosas que se perdían en la tierra acababan en la luna y allá fue Astolfo a buscar la
razón que orlando había perdido. Julio Verne escribió dos novelas sobre este tema: De
la Tierra a la Luna (1865) y Autour de la Lune (1870). Georges Méliès se imnspiroó en
los relatos de Verne para su película Voyage dans la Lunbe (1902). La luna, por otra
parte se representa en la tradición católica como el lugar donde se apoyan los pies de
la Virgen, imagen que procede del Apocalipsis: “Un gran signo apareció en el cielo: una
Mujer, vestida del sol, con la luna bajo los pies y una corona de doce estrellas sobre su
cabeza”.
Ex nihilo
Procreación
Fabricación
División
Búsqueda
La casa sagrada, la casa de los dioses del lugar santo no había sido hecha;
ningún junco había nacido, ningún árbol había sido creado, ningún ladrillo
había sido colocado, ningún edificio erigido, ninguna casa construida, ninguna
ciudad hecha; ninguna criatura había comenzado a existir [...] Toda la tierra era
mar.
Los babilonios decían que cuando ni el cielo ni la tierra tenían aún nombre,
solamente existía Apsú, el océano primordial de agua dulce, y Tiamat, el mar
tempestuoso de aguas saladas. Filón de Biblos nos cuenta que en la mitología fenicia
al principio había solo un aire turbio y ventoso que soplaba un caos oscuro.
57
altaica84 hablaban de un agua inmensa y sin límites, un agua que, si la bebiera una
serpiente, moriría, y si la bebiera un escorpión muerto, volvería a la vida. Pero aún no
existían ni serpientes ni escorpiones.
Hesíodo nos presenta los inicios de esta manera: Ante todo fue el “Caos, luego
Gea la del ancho seno, eterno e inquebrantable, sostén de todas las cosas y Eros, el
más hermoso de los inmortales”. El Caos era el espacio abierto, el vacío; después pasó
a significar la confusión informe de todos los elementos primordiales que se da en este
inmenso vacío. Gea representa el elemento primordial de la tierra. Eros es la fuerza
que mueve a todo a combinarse, a unirse y a mezclarse para producir.
Los chinos decían que hace muchísimo tiempo el cielo y la tierra estaban
mezclados en una masa negra sin luz y todo era como un huevo inmenso. Los
aborígenes de Australia, por su parte, concebían el caos como el sueño. La creación de
la luz y la colocación del sol en el cielo es una de las maneras de convertir el caos en
cosmos. Así lo cuenta un relato yoruba:
Pasó tiempo desde que Obatalá hubo creado la tierra. El rey de la Bata Blanca
vivía en su casa de Ifé, y en el cielo no se lo había vuelto a ver. Olofin envió al
camaleón para que trajera noticias de Obatalá: “Baja hasta la casa de Obatalá,
llévale mis saludos y pregúntale cómo le van las cosas”. El camaleón bajó por la
cadena de oro y llegó a la casa de Obatalá. “Olofin me envía para mandarte
saludos y saber cómo te van las cosas”. Obatalá le agradeció sus palabras, le
ofreció algo de comer, y cuando hubo terminado, le respondió: “Todo va bien,
excepto que siempre es de noche. No hay luz; las sombras y las brumas rondan
por doquier. Debería haber luz en al tierra”. El camaleón regresó al cielo y
repitió las palabras de Obatalá a Olofin. Entonces Olofin hizo el sol, lo colocó en
el cielo y lo empujó. Así hubo el primer día y la tierra se iluminó y se calentó.
Obatalá plantó el coco. Nació un cocotero, que creció y dio semillas. De él
nacieron otras plantas y la tierra se fue llenando de vegetación.
84 La región de Altai se sitúa en el Asia central entre Rusia, China, Mongolia y Kazajstán.
58
mítica de los elementos es lo que llevó a Claude Lévi-Strauss a afirmar que “el
universo no es un caos”.85
Otros ritos que marcan el final de un año y el inicio del siguiente son varios
tipos de competiciones deportivas o luchas ceremoniales entre dos equipos. Con la
llegada del año nuevo también se tiran muebles viejos por las ventanas y se limpia la
casa.
59
Gilbert Murray (1866-1957), profesor de la Universidad de Oxford, en su
artículo “Excursus on the Ritual Forms Preserved in Greek Tragedy” (Suplemento
sobre las formas rituales preservadas en la tragedia griega) analizó la relación entre
los ritos de fertilidad, el mito prototípico de la muerte y resurrección del dios o
einautos y la tragedia griega. Murray dividió el einautos, en secuencias:
El rey de Esmirna tenía una hija llamada Mirra, que concibió un amor
incestuoso hacia su padre, y ayudada por su nodriza, logró unirse a él durante
doce noches seguidas. El padre se dio cuenta del engaño en la última de las
noches y se lanzó contra ella espada en mano. Mirra pidió ayuda a los dioses,
que apiadados la transformaron en un árbol que produce una resina muy
olorosa. Pasados los nueve meses, el árbol, que se había estado hinchando,
rompió su corteza y de ella salió un niño a quien llamaron Adonis. Afrodita,
conmovida por su hermosura, lo acogió, lo encerró en una caja y se la confió a
87 Walter Burkert ha estudiado el papel del pharmakos en la antigua sociedad griega. Parece ser,
de acuerdo a ciertos poetas antiguos que se sacrificaban seres humanos inocentes tras haber
sido elegidos, para que pagaran los pecados de toda la comunidad en una ceremonia de
expiación. Las víctimas solían elegirse por su fealdad u otra característica que los hiciera ser
fácilmente reconocibles por la comunidad. Según Burkert, el patrón original del relato sobre el
chivo expiatorio es el de un grupo de hombres que, perseguido por animales salvajes, se salvan
a costa de sacrificar a uno de los suyos. La razón básica que subyace en estos relatos es que
necesidad de supervivencia del grupo es superior al bien individual.
60
Perséfone, para que estuviera seguro en el fondo de la tierra. Pero Perséfone
abrió la caja y se enamoró del niño. Cuando Afrodita se lo pidió, Perséfone se
negó a entregarlo. Al final acudieron a Zeus, que según unos dictó sentencia y
según otros nombró juez a Orfeo, que dictaminó lo mismo: Adonis pasaría un
tercio del año con cada una de las dos diosas y el tercero donde quisiese.
Adonis pasaba ocho meses con al diosa del amor. Un día, cuando estaba
cazando, un jabalí, unos dicen que enviado por la envidiosa Ártemis, otros, por
el celoso Ares, mató al hermoso efebo que se había convertido en amante de
Afrodita.
Los estudios mitológicos a partir de los relatos orales contemporáneos que llevó
a cabo Jacob Grimm, así como los descubrimientos de escritos religiosos
mesopotámicos y egipcios, hicieron que Gunkel se fijara en las semejanzas que estos
escritos contienen entre sí y con los relatos bíblicos, lo que lo llevó a reconocer que
gran parte de la Biblia está formada por relatos orales que en cierto momento se
pusieron por escrito, y que en ellos existían influencias de otras culturas. Al igual que
sucedió en otras sociedades cercanas, las diversas formas literarias que aparecen en
la Biblia surgieron de contextos sociales diferentes, y en ellas se cristalizaron ciertas
fórmulas que permiten que hoy podamos identificar los géneros que se desarrollaron
en cada época. Gunkel se apoyó en el trabajo del folclorólogo danés Axel Olrik (1864-
1917), profesor de la Universidad de Copenhague, sobre las leyes épicas del relato
para identificar los escritos que nacieron como oratura y separarlos de los que se
formaron como literatura y también para delimitar y explicar el contexto en que
surgieron y se desarrollaron estas tradiciones. Según Gunkel, los géneros bíblicos
presentan un equilibrio entre flexibilidad y conservadurismo, y se transforman en
nuevos géneros según cambian las circunstancias. En consecuencia, el material
textual debe ser estudiado no según el contexto en que se halla en la Biblia, es decir,
61
su posición en el texto, sino independientemente y según sus características textuales
y de género.89
Este sacrificio no fue realizado por seres humanos, sino por otros seres
superiores que instituyen así el orden en el mundo. Según los aztecas, Quetzalcoatl
participó en el sacrificio primordial, descendió a los infiernos y rescató a la humanidad
de la muerte, gracias a su astucia, al vencer al dios de los muertos, Mictlantecuhtli.
Quetzalcoatl reinó en la tierra en una edad de oro y prohibió los sacrificios humanos.
Este orden fue roto por el dios Tezcatlipoca que usurpó el poder y exigió sacrificios
humanos. Según algunos, Quetzalcoatl se sacrificó a sí mismo quemándose en una
62
pira; de ahí subió a los cielos y es el planeta Venus. Según otros, marchó en un barco
hacia el este y prometió regresar algún día.
Los primeros padres tuvieron dos hijos, varón y hembra. Mataron a la hija y la
enterraron, de sus brazos nació la caña de azúcar y de sus manos brotaron
matas de plátanos. De los agujeros de los ojos y nariz de su calavera salió un
cocotero. Su cuerpo también dio vida a un gran número de animales.
Cuentan que la primera pareja tuvo varios hijos, pero no tenían nada que darles
de comer. Los niños lloraban y pedían comida; entonces la madre ordenó que la
mataran, que la arrastraran del pelo hasta que la carne se hubiera desprendido,
y que enterraran los huesos en un campo. Después de siete lunas encontrarían
qué comer. Fueron allá y encontraron el campo sembrado de una planta alta
con un fruto sabroso. Era la carne de la Madre del Maíz. Siguiendo sus
instrucciones, no comían todas las mazorcas, sino que dejaban algunas para
devolverlas a la tierra, pues así se renovaría el espíritu de la Madre del Maíz.
63
Otra planta guarda el aliento de la Madre del Maíz cuando se quema, es el
tabaco.
El rey Vortigern se empeña en construir una torre en el monte Erir, pero cada
vez que lo intentan sus obreros, la tierra se la traga. Para aplacar al genio del
lugar y obtener su protección, buscan, según la costumbre, a un niño sin padre
al cual sacrificar. Eligieron a Merlín, que había sido engendrado por un
demonio íncubo en una joven virgen sin que ella lo supiera. Los emisarios del
rey lo llevaron al pie de la torre. Allí Merlín venció a los sabios que aconsejaban
al rey al descubrirle que bajo la torre había dos dragones que luchaban y el
tumulto que armaban era la causa de que la torre se cayera. Con ello salvó su
vida y desenmascaró a los sabios que aconsejaban el sacrificio ritual.
Cuando Abraham era muy, muy viejo, recibió la visita de tres seres con
apariencia humana que profetizaron que al cabo del año, su mujer Sara, que
era estéril, le daría un hijo. Sara escuchaba a la puerta de la tienda, y como
64
hacía ya tiempo que había dejado de menstruar, le entró la risa. Sin embargo, al
año siguiente dio a luz un niño a quien pusieron por nombre Isaac. Abraham
cumplió los cien años.
Isaac crecía sano y fuerte, pero un día Yahuwé ordenó a Abraham que llevase
su hijo a un monte y se lo ofreciese en sacrificio. Fue Abraham y subió con su
hijo el monte, llevando él el cuchillo y el fuego y haciendo que su hijo cargara
con la leña. Cuando Isaac, que desconocía las órdenes del dios, le preguntó
extrañado dónde estaba la víctima del sacrificio, Abraham le dijo que Yahuwé la
proveería. Cuando llegaron al lugar establecido, Abraham construyó un altar
con piedras, puso la leña encima, ató a su hijo y lo colocó encima de la leña.
Yahuwé lo detuvo en el momento en que se disponía a clavarle el cuchillo,
puesto que se sentía satisfecho de la obediencia del patriarca. Abraham alzó la
vista entonces y vio un carnero que se había enredado la cornamenta en un
matorral. Soltó a su hijo, cogió al animal y lo sacrificó.
Que a los dioses del nuevo orden no les gusta los sacrificios humanos lo
tenemos en la historia de Licaón, rey de Acadia, que sacrificó un niño a Zeus. Como
respuesta a este acto impío, el padre de los dioses envió un rayo contra la casa de
Licaón y este quedó transformado en lobo.
65
Leviatán es un monstruo marino quizá con la forma de un cocodrilo. En el
apócrifo Libro de Enoc aparece como un monstruo hembra. Behemot, como
nombre común, se refiere a los cuadrúpedos, como nombre propio designa a un
animal mitológico que tiene la forma de un hipopótamo o quizá de un
rinoceronte. En el libro de Job aparece como el rey de los animales, el primer
animal creado por Yahuwé. Ambos monstruos luchan desde el principio y
Yahuwé acabará por destruirlos para que no acaben con el mundo creado.
Los monstruos primarios con los que lucha Yahuweh personifican el caos, pero
no son originales del pueblo hebreo: Leviatán y Rahab proceden de Canaán, Tehom,
de los combates entre Marduk y el monstruo marino Tiamat (su nombre significa
“madre de la vida”). No es una lucha entre el bien y el mal, sino entre el cosmos y el
caos: “Tiamat, Mot y Leviatán no son malvados, sino que simplemente desempeñan su
papel cósmico. Tienen que morir y ser descuartizados para que del caos pueda surgir
un cosmos ordenado”.92 A otro nivel, el pez gigantesco que se traga a Jonás tiene
también visos cosmogónicos
Tiamat vio llegar a Marduk y empezó a temblar y lanzar gritos salvajes que
perforaban los oídos. Pronunció un hechizo y todos los dioses que estaban en la
batalla gritaron. Tiamat y Marduk avanzaron aproximándose. Marduk desplegó
su red, y cuando ella abrió su imponente boca, Marduk le lanzó un viento
maligno que penetró en sus entrañas y le robó las fuerzas, y sus fauces
permanecieron abiertas. Marduk le lanzó una flecha que penetró hasta su
corazón y así la mató. Se subió al cadáver y desde allí vio que los dioses que
habían marchado con Tiamat huían despavoridos. Los cazó con su red, destrozó
sus armas, los aprisionó, y ellos lloraron.
66
Entonces se entabló una batalla en el cielo: Miguel y sus ángeles combatieron
con el Dragón. También el Dragón y sus ángeles combatieron, pero no
prevalecieron y no hubo ya en el cielo lugar para ellos. Y fue arrojado el gran
Dragón, la Serpiente antigua, el llamado diablo y Satanás, el seductor del
mundo entero; fue arrojado a la tierra y sus ángeles fueron arrojados con él.
(12, 7-9).
Hay muchos mitos que narran cómo el dios creador o el dios padre se retira
dejando que otros finalicen la labor creadora por él empezada. Este dios todopoderoso
se va desentendiendo de los asuntos humanos, ya que vive en las más altas regiones
del Cielo y no se interesa por cosas minúsculas. Ejemplos de deus otiosus son Anu en
Mesopotamia (que fue sustituido por Marduk), El en Canaán (que fue sustituido por
67
Baal), Dyaus entre los védicos (que fue sustituido por Indra, y este por Vishnú y
Shiva).
Anu es el dios del cielo para los sumerios, acadios y babilonios (an en sumerio
significa cielo). Era el dios principal, pero su importancia fue decreciendo con el
paso del tiempo y los dioses Enlil y Enki pasaron a cumplir las funciones antes
asignadas a Anu. Marduk, un dios de la última generación, era el patrón de
Babilonia. Cuando esta ciudad se convirtió en capital de un imperio, su dios
pasó a encabezar el panteón.
Dyaus (el cielo) es uno de los dioses indoeuropeos más antiguos. Su nombre
“brillante” se relaciona etimológicamente con los de Zeus y Júpiter (Dyaus
Pitar). Fue el padre de Indra, que lo eliminó agarrándolo por los pies y
arrojándolo a la Tierra.
Entre los santeros cubanos se dice que Olofin (también llamado Olórum y
Oloddumare en Cuba y entre los yorubas de Nigeria) es el dios grande que vive en el
cielo, el dios más viejo. Es el dios creador, pero tras haber hecho el mundo, los santos
(orichas o dioses) y todo lo demás, se retiró. Olofin es el que mira lo que pasa, pero
queda indiferente. Los hombres no pueden llegar a él. No pide nada a los humanos,
solo respeto, así que no se le rinde culto.
Entre los mayas está el dios creador Hunab Ku, un dios que no es adorado
porque no tiene cuerpo, y que se retiró de este mundo tras haber creado el mundo tres
veces.
Hunab Ku creó un mundo habitado por enanos, pero un diluvio que manó de la
boca de la serpiente del cielo destruyó este mundo. Hunab Ku creó un segundo
mundo habitado por una raza a la que llamaban “los ofensores”; este mundo
desapareció de la misma manera que el primero. El tercer mundo que creó
Hunab Ku fue el de los mayas; este mundo será también destruido. Después
Hunab Ku se retiró a otras regiones. El hijo del dios creador, Itzamná, el dios
serpiente, creador del fuego y de la escritura, es quien preside la asamblea de
los dioses. Itzamná enseñó a los mayas a cultivar el maíz y el cacao y el arte de
la medicina.
68
En Nueva Guinea el mito del deus otiosus se relaciona con el de la destrucción
del mundo: Tras haber creado los cielos y la tierra y lo que en ella habita, Malengfung
marcha al horizonte y allí se tiende a dormir. Cada vez que se da la vuelta en su sueño
la tierra tiembla. Un día se despertará, se levantará, hará que el cielo se caiga y
choque contra la tierra y destruirá la vida. Conviene, pues, que se mantenga.
La manera en que el primer ser humano cobra vida o recibe su alma se relata
de varias formas; en la tradición hebrea, Yahuweh le sopla a Adán el aliento de vida
por la nariz: “entonces Yahvé Dios formó al hombre con polvo del suelo, e insufló en
sus narices aliento de vida y resultó ser el hombre un ser viviente”;93 en Irán, el dios
creador derrama su propia sangre sobre un dibujo que ha hecho en el suelo. Según
los nórdicos, los elfos, que aparecieron por generación espontánea de los huesos del
gigante Ymir, formaron muñecos; algunos dicen que fueron Odín y sus hermanos los
que dieron forma humana a los maderos que las olas dejaban en la playa. Odín les dio
el aliento de la vida, Vili, la inteligencia y las emociones, y Ve la capacidad de hablar.
Así se creó la primera pareja, Ask y Embla.
La única compañía que tenía Obatalá (el Rey de la Bata Blanca) en la tierra era
un gato negro. Entonces se dijo: “Sería bueno que hubiese gente que habitara la
tierra”. Tomó barro, y con sus manos hizo una figura que puso a secar. Le gustó
e hizo otra, y otra, y otra. Luego tuvo sed. Sacó el jugo de la caña de azúcar y lo
puso en una vasija. El jugo fermentó con el calor. Obatalá lo probó y le gustó.
Así siguió haciendo figuras de barro y bebiendo. Como se iba emborrachando,
93 Génesis 2,7.
69
algunas figuras le salían torcidas o deformes. Pero él no se daba cuenta.
Cuando tuvo muchas figuras hechas, y como no se movían, invocó a Olofin para
que les diera vida: “He hecho hombres y mujeres para que vivan en Ifé, pero
solo tú les puedes dar el aliento de la vida”. Desde la lejanía del cielo, Olofin
sopló y las figuras ya no eran de barro; ahora eran hombres y mujeres de carne
y de hueso y con sangre en las venas. Obatalá se quedó dormido. Los humanos
se levantaron y empezaron a afanarse en las cosas en que los seres humanos se
afanan. Construyeron sus casas alrededor de la de Obatalá y así se formó la
primera ciudad del mundo, que llamaron Ifé, porque ese era el nombre que
Obatalá había dado al lugar.
Los indios chinook, que poblaban la costa nordeste del Pacífico, cuentan que
los seres humanos salieron de un huevo que puso el pájaro del trueno. Los indios
mojave, que habitaban en el sudeste de lo que hoy es Estados Unidos) contaban que
los primeros seres humanos al principio de los tiempos habitaban bajo tierra; cuando
se les acabó la comida enviaron un colibrí al mundo de arriba. El pájaro encontró
abundancia de comida, y los humanos decidieron escalar hasta el mundo superior y
habitarlo. Los mojave creían que los sueños los llevaban al mundo de los inicios del
cosmos, ciando todo empezó a ser.
A veces solo basta con el pensamiento del dios creador para que las criaturas
aparezcan, como en el mito de los indios wiyot de California; a Gudatrigakwitl solo le
bastó usar su imaginación: el primer hombre surgió. Es la creación ex nihilo.
Según los sumerios, los hombres fueron creados para servir de esclavos a los
dioses, y algo de esto se refleja en la Biblia, donde Adán es algo así como el jardinero
del Edén. El relato legendario de la creación de los golem en la tradición de los judíos
del este de Europa refleja el mito de Adán, aunque, por ser de creación humana, las
cosas no salen igual: los golem son mudos, pero sirven bien a sus creadores. Algo
parecido sucede con la criatura del doctor Frankenstein, que tuvo un final desastroso.
70
Brahma creó al hombre primero y luego pensó en darle compañía. Para ese
tiempo todo el material creador había sido gastado, así que Brahma tomó
materia hermosa de la creación y con ella formó la mujer. Se la presentó al
hombre diciéndole: “Te servirá durante su vida: tú no podrás vivir con ella y
tampoco sin ella”.
Según una tradición hebrea, Yahuweh creó a Adán como un ser andrógino, las
dos partes estaban unidas por la espalda. Esto dificultaba de tal manera la
locomoción y la conversación que el dios decidió separarlos, creando la parte trasera
del cuerpo humano. Sin embargo, en otros mitos hebreos, el dios hebreo crea a los
seres humanos cada uno con su sexo; “macho y hembra los creó” dice el primer
capítulo del Génesis.
Los hombres antiguamente eran como esferas, reunían los dos sexos; eran los
andróginos. Tenían cuatro brazos y cuatro piernas y una cabeza con dos caras.
Estos seres eran muy poderosos e intentaron rebelarse contra los dioses. Zeus
los dividió en dos para debilitarlos y cada mitad anda buscando la otra mitad
desde entonces para unirse. Algunas de estas esferas tenían solo un sexo, y
esto explica la homosexualidad.
A veces los sexos se crean por separado. Entre los aborígenes de Australia se
cuenta el relato de Yhi, la diosa de la luz.
Yhi vivía en el tiempo del sueño hasta que se despertó al oír un silbido. Al abrir
Yhi los ojos, la tierra se llenó de luz, y por donde ella caminaba iban creciendo
las plantas. Había bajo la tierra espíritus malignos que le cantaban para que
muriera, pero el calor que de ella salía los espantó y nacieron los insectos.
Encontró cuevas de hielo y su luz hizo que de ellas salieran los peces y los
reptiles y las aves y los animales de la tierra. Bendijo toda la creación dándole
las estaciones del año y prometiéndoles a todas las criaturas que cuando
murieran se reunirían con ella en el cielo. Entonces regresó a su mundo.
Cuando se fue se hizo la oscuridad, pero luego salió el sol.
71
así que mientras dormía, hizo que naciera una flor a su lado. Cuando el hombre
se despertó, se quedó observando la flor junto con los demás animales y
entonces vio cómo se transformaba en mujer.
72
llegó la noche, sacó el cuchillo y se disponía a cortarle el cuello a su marido
cuando apareció Dios. “Detente, mujer, no lo mates. Puesto que tienes un
corazón tan duro, no te será permitido tocar las armas. Trabajarás en el campo
y en la casa; y tú, hombre, puesto que has demostrado ser piadoso, mereces
llevar las armas y ser el amo.
25. El Edén
El jardín paradisíaco es un motivo recurrente en muchas mitologías. Este
jardín suele ser propiedad de (o al menos estar relacionado con) alguna diosa. Ocurre
en la historia de Enkidu, en las leyendas helénicas sobre la Edad de Oro, en la
aventura de los Argonautas y el jardín de las Hespérides, además del jardín del Edén
de la Biblia.
Mirad que os he dado toda la hierba de semilla que existe sobre la faz de la
Tierra y todo árbol que lleva fruto de semilla: eso os servirá de alimento, y a
todo animal terrestre, a toda ave de los cielos y a todo ser animado que se
arrastra sobre la tierra les doy por alimento la hierba verde. Y así fue.
La imagen que se repite es la de un estado idílico donde los animales son mansos y
todos son vegetarianos. El motivo del león acostado junto al cordero es típico de esta
idea. En estos jardines idílicos suele haber una serpiente, como Ladón, que guardaba
el jardín de las Hespérides.
El Paraíso era también el lugar donde moraban las sombras de los hombres
virtuosos, que podían, si querían, regresar al mundo de los vivos. Aparte de este
mundo para los muertos, los griegos consideraban la rústica región de la Arcadia, en
el Peloponeso, con su vida pastoril y primitiva, como un lugar idílico, dominio del dios
Pan, poblado de ninfas y otros seres de la naturaleza, y así fue inmortalizada por
Virgilio en sus Églogas o por Jacopo Sannázzaro en su pastoral Arcadia (1504).
73
Babilonia en la entrada del Golfo Pérsico, un delta regado por cuatro corrientes
principales: el Tigris, el Éufrates, el Coaspes y el canal Pallakopas. El Bet Edén o Bet
Adini de las inscripciones asirias, que se halla en Armenia, es la presunta fuente no
sólo del Tigris y el Éufrates, sino también del Nilo -Alejandro Magno así lo creía- y del
Orontes, que es el río principal de Javilá (Siria septentrional), como el Nilo lo es de
Egipto (Kush). La fuente es, sin duda, uno de los elementos principales que se
encuentran en el paraíso, junto con ciertos árboles mágicos y los animales ―serpiente
o dragón― que lo guardan.
Flavio Josefo cuenta que los esenios que habitaban en las cercanías del Mar
Muerto creían que los justos iban a un paraíso situado en Occidente y los pecadores
sufrían castigos eternos en un lugar oscuro. En los mapas medievales, el Paraíso en el
extremo oriental de la tierra. El reino del preste Juan se situaba también por estos
lugares. Cristóbal Colón coloca el paraíso en la desembocadura del río Orinoco. Para él
era el extremo oriental de las Indias. Según muchos, el Paraíso estaba en la cima de
un monte muy alto; Alberto Magno hace remontar una tradición hasta san Mateo,
según la cual el Paraíso estaba tan alto que llegaba hasta la luna. De acuerdo a una
tradición árabe, el paraíso está en el Cielo; de allí cayó Adán, que fue a dar a la isla de
Serendib, lugar que algunos identifican con Sri Lanka.95
Platón en sus diálogos Timeo y Critias, menciona una enorme isla que se
encuentra más allá de las columnas de Hércules. Fue una potencia marítima
nueve siglos antes del filósofo, pero al intentar conquistar Atenas, la isla se
hundió en el mar en un solo día a causa de un terremoto. La tradición platónica
continuó alimentando esta creencia. A partir del siglo XIX el interés se reavivó y
se mantuvo gracias a movimientos ocultistas o a la New Age, y desde entonces
se ha intentado encontrar pruebas científicas de la existencia de esta isla.
74
El paraíso no solo está en el inicio de los tiempos, sino que vuelve a parecer al
final de ellos, ya sea el tiempo individual de cada ser humano o el general de lo creado.
Incluso en los regímenes comunistas se da esta idea; en ellos se intentaba construir
un paraíso donde ya no habría ni siquiera un recuerdo de las diferentes clases
sociales. El propósito de este mito “no era simplemente un ejercicio de añoranza. Su
propósito primordial consistía en mostrar a la gente cómo podía regresar a ese mundo
arquetípico”.96
26. El ónfalos
En las religiones indoeuropeas se suele dividir el cosmos en tres mundos: el
superior, el medio y el inferior, unidos por el axis mundi. Estos tres planos cósmicos
están unidos por un eje que toma la forma de columna, torre o de árbol. Al igual que
por el ombligo se comunica la criatura con su madre, el lugar donde se comunica la
tierra con el mundo del Más Allá es el ombligo del mundo, en griego ónfalos. El
75
equivalente latino del ónfalos es el mundus, un hoyo excavado en el centro de la
ciudad donde se depositaban las primicias como ofrenda a los dioses subterráneos o
infernales.
Entre los germanos, que concebían la tierra como un círculo rodeado por el
océano, el árbol que une infiernos, tierra y cielo es Yggdrasil, un fresno siempre verde;
sus raíces se hunden en lo más profundo de los infiernos, su copa llega hasta lo más
alto del cielo.
Otro lugar sagrado que representa el centro del mundo y a la vez el axis mundi
es la montaña sagrada, el monte Olimpo entre los griegos, el Sinaí entre los hebreos,
por dar solo dos ejemplos muy significativos.
El monte Olimpo era la morada de los dioses griegos, donde habían Construido
sus casas de cristal. Al principio, el término “Olimpo” parecía referirse a
cualquier monte sagrado, luego el nombre se adjudicó a una montaña
específica; pero también se llegó a identificar el Olimpo con el Cielo.
76
apareció un templo hecho de nubes, que duró hasta que Adán murió. Su hijo
Set construyó otro templo de piedra y barro que desapareció con el Diluvio. Fue
Ismael quien, ayudado por su padre Abraham levantó la Caaba tal como ahora
la conocemos. La piedra negra, traída por los ángeles desde el Paraíso, era
originalmente blanca, pero ennegreció a causa de los pecados de los hombres.
Este santuario estaba rodeado de trescientos sesenta y un ídolos, pero mahoma
los destruyó. Cerca de la Caaba, en el mismo patio está la fuente que el ángel
Gabriel hizo brotar para que Agar e Ismael no murieran de sed.
Tan importante es este lugar que todas las mezquitas se orientan hacia él, al igual que
las iglesias cristianas durante siglos se orientaron hacia el este, porque allí, aparte de
nacer el sol, está Jerusalén.
Los fieles de diferentes religiones han orientado sus lugares de oración hacia lo
que consideran el centro. Los musulmanes hacia la Caaba, los cristianos hacia
Jerusalén. Las tumbas también se orientaban hacia el este en la Edad Media. Ciertos
lugares sagrados, como Santiago de Compostela, Roma, Jerusalén o incluso
Canterbury, eran centros de peregrinación. La Vía Láctea indicaba desde el cielo el
Camino de Santiago. La estrella de Belén guió a los magos hasta el lugar del
nacimiento de Jesús. En español existe un refrán que dice “todos los caminos llevan a
Roma”. En el zodiaco, por otra parte, se unen los conceptos de tiempo y espacio en la
idea de un camino que representa el eterno retorno.
27. El laberinto
No solo en Creta, sino también en la India, Perú y Egipto se ha dado el espacio
mitológico que conocemos como “laberinto”. El laberinto es el camino hacia un centro
77
significativo y casi siempre sagrado. Heródoto visitó un laberinto, allá por el siglo V a.
C., en Egipto, y siglos más tarde lo describiría Plinio en su Historia Natural.
Los laberintos sagrados solían tener un solo camino que llevaba a un viaje al
interior a través de sus meandros. Son los llamados univiarios o unicursales, frente a
los multicursales, que presentan diversas opciones al caminante, aunque solo una de
ellas lleva a la solución. También se han encontrado laberintos en los mosaicos de los
suelos romanos. En el cristianismo abundan los laberintos pintados en los suelos de
las iglesias. El más antiguo conocido es el de la basílica de San Reparado en
Orleansville, en Argelia, del siglo IV.
78
pudieron escapar de Creta. Pero Ícaro, desoyendo los consejos de su padre, se
acercó demasiado al sol, permitiendo que la cera se fundiese, con lo cual cayó al
mar y murió. Dédalo llegó a Sicilia, donde sirvió a su rey Cocalos. Minos, que lo
buscaba infructuosamente, mandó pregonar que daría una inmensa fortuna a
aquél que lograra enhebrar la concha de un caracol. Cocalos, que quería gana el
premio le pidió ayuda a Dédalo. Este ató el hilo a una hormiga, que recorrió el
caracol y salió por el otro lado. Cuando Cocalos le envió el caracol enhebrado a
Minos, este supo que Dédalos estaba en Sicilia, y para allá fue para llevarse a
Dédalo y castigarlo. Pero el rey de Creta murió escaldado en el baño debido a un
sistema de cañerías inventado por Dédalo que hizo caer sobre Minos en vez de
agua, pez hirviendo.
Una corriente de pensamiento que se inicia con los primeros textos escritos
considera que la etapa más temprana de la historia humana es la mejor y más feliz;
cualquier desarrollo del estado natural del hombre no ha hecho más que deteriorarlo,
pues el hombre primordial era más perfecto que sus descendientes. En la vida que se
concibe como primitiva, el hombre no tenía que pasar trabajos para mantenerse; es
una etapa perdida, pero que algún día se podrá recuperar: la de las islas paradisíacas,
como las Afortunadas, si se ve desde el punto de vista espacial, o la de la Edad de Oro,
si se ve desde el punto de vista cronológico. Es esta concepción la que dará lugar al
mito de las Edades del Hombre, al del buen salvaje, a las utopías, a las teorías sobre el
primitivismo e incluso a la ciencia ficción.99
79
visión cíclica de la humanidad dividida por edades. Los historiadores griegos, al
componer sus historias generales y locales, anales y memorias militares, concibieron
la historia como un fenómeno cíclico o generacional de nacimientos y de muertes, de
ahí que usaran el ave fénix para simbolizar la historia. Siguiendo esta forma de
pensar, dividieron la humanidad en periodos o edades, método tradicional de estudio
que continuará hasta nuestros días.100 Las leyendas sobre las edades del hombre, que
tanta repercusión tendrán en la historia de la cultura occidental, aparecen por
primera vez en Los trabajos y los días de Hesíodo, donde presenta cinco etapas.101
100 Piénsese en la división que se usa en las ciencias de Paleolítico, Neolítico, edad de Bronce y
Edad de Hierro.
80
comer carne y esto hace que la Justicia se marche a vivir al cielo, a la constelación de
Virgo. Arato afirmaba que en la Edad de Hierro se reprimieron la modestia y el recato,
que son los que impiden al ser humano satisfacer sus impulsos fundamentales.
Empédocles, filósofo siciliano que desarrolló su obra hacia 444 a.C. presenta en De la
naturaleza, obra que se conserva en fragmentos, solo dos razas, la del Amor y la del
Odio, que se suceden una a la otra formando ciclos; en la primera no hay guerras ni
sacrificio de animales; este pacifismo se encuentra conectado con el vegetarianismo,
pues en esa época, comer carne es una abominación. La Edad del Odio se presenta
como la antítesis de la edad anterior.102
Heródoto nos cuenta que los egipcios dividían la historia del mundo en tres
etapas: la edad de los dioses, la de los héroes y la de los hombres. En la literatura
81
latina, las edades se suelen reducir a dos, la de Saturno, o Edad de Oro y la de Júpiter
o la actual. En la obra del poeta latino Albio Tibulo (50-19 a. C.) aparece la Edad del
Amor, una época anterior al matrimonio en que el amor era libre; se practicaba lo que
algunos folcloristas decimonónicos llamarán hetairismo, y la del Hierro, en la que ya
existe el matrimonio, la propiedad privada y el robo.103 El poema astrológico de Arato
influyó en autores como Cicerón, que lo tradujo para su De natura deorum (Sobre la
naturaleza de los dioses). Juvenal, por ejemplo, consideraba que bajo Saturno se vivía
de una forma sencilla, sin artes ni lujos, no había propiedad privada, los humanos
habitaban en cuevas y comían bellotas. El poeta latino Publio Ovidio Nasón (43-17 a.
C.), en el primer libro de sus Metamorfosis también presenta cuatro edades. Este poeta
nos cuenta que en la Edad de Oro no hacían falta las leyes ni ejércitos, ya que no se
hacía daño ni mal alguno a nadie, y la gente se alimentaba de los frutos de los árboles
y no salía de su propia tierra. De Ovidio surge la idea del comunismo original. Cuando
Júpiter ocupó el trono de Saturno llegó la Edad de Plata; el año se dividió en cuatro
estaciones, se instituyó la agricultura y la vivienda. La Edad de Bronce fue más
beligerante, aunque la verdadera maldad no había llegado a la gente aún; esta llega
con la Edad de Hierro, es entonces cuando comienza la propiedad privada, el engaño y
la traición. La gente comienza a abrir heridas en la Madre Tierra para sacar sus
minerales y se pierde el sentido de la piedad o el deber religioso. Es entonces cuando
la Justicia abandona la tierra. Tras la guerra de los dioses y gigantes y tras el diluvio,
Deucalión y Pirra, los únicos sobrevivientes, siguiendo el oráculo de los dioses, crean
una nueva raza al lanzar los huesos de su madre, (las piedras), hacia atrás.104
Por otra parte, los estoicos mantenían que la historia era una continua
sucesión de ciclos. Cada ciclo terminaría con una conflagración cósmica. Los libros
sibilinos hablaban de un regreso al periodo feliz en que la tierra daría continuamente
sus frutos a los mortales. Acabarían las guerras y la violencia. La cuarta égloga de
Publio Virgilio Marón (70-19 a. C.), que habla del regreso de la Edad de Oro, fue
considerada por los apologistas cristianos como una profecía, ya que se hablaba de
que nacería un niño sobre el que la tierra inculta daría todas sus bendiciones.
Casio Máximo de Tiro, filósofo y retórico del siglo II, enlazó la idea de una vida
sencilla con la Edad de Oro. Cuenta que al principio, cuando el hombre fue creado, no
existían los vicios ni los males; fue en el momento en que el hombre se civilizó cuando
empezó a dividir la tierra y a herirla con la minería, a molestar los mares con sus
viajes, a matar animales con la caza; intentaba encontrar riqueza y placer y lo que
encontró fue pobreza y dolor. Casio Máximo afirmaba que el modo de llegar a la
103 Tibulo es también interesante por la colección de oraciones e invocaciones a los dioses que
nos ha legado.
82
felicidad original es llevar una vida lo más sencilla posible. El que no tiene
necesidades es libre, mientras que el que se afana por tener todos los bienes que
ofrece la civilización sufre. El hombre que se acerca al de la Edad de Oro, el cínico, es
el que alcanza la verdadera felicidad.
El hombre primitivo, el buen salvaje, ese que vive en la Edad de Oro fue
también el modelo y meta de una escuela de pensamiento filosófico de la antigua
Grecia: los cínicos. Los cínicos griegos practicaban una filosofía de vida que los llevaba
a la autarquía, es decir a no tener que depender de nadie para su subsistencia, y a la
libertad que conlleva el no depender de las cosas que ofrece el mundo. El miembro
más importante de esta escuela, Diógenes de Sinope, fue alumno de Antístenes el
Cínico (h 444-365 a.C.), que había pertenecido a la escuela de Sócrates. No sobrevive
ningún escrito de Diógenes y solo algunos fragmentos de su maestro. Según él se
debía vivir de acuerdo a la naturaleza. Los cínicos separaban lo natural o físico de lo
consuetudinario o nómico; lo físico era lo necesario para vivir. Así los cínicos se
desprendían de la ropa, la vivienda, la familia, e incluso llegaban a rechazar la cocina.
La vida animal era su modelo. Descartaban las artes y las ciencias, excepto las más
sencillas, siguiendo el ejemplo de los pájaros, que construyen sus nidos. Daban mayor
importancia a los instintos, a las necesidades y a las intuiciones que a la inteligencia o
el saber. El cínico era considerado obsceno por la sociedad de su tiempo, ya que no
reprimía sus deseos más primarios y los satisfacía sin el menor recato, al igual que
hacen los animales.
El escritor satírico Luciano de Samosata (h. 125-d. 180), conocido por sus
Diálogos, nos retrata al cínico como un hombre vestido de harapos y descalzo,
desaseado y vagabundo, que duerme en el suelo y no usa el dinero. Usa solo lo que
necesita y cuando lo necesita, sin molestarse en almacenar bienes. Luciano critica el
lujo de su sociedad poniendo como ejemplo extremo el cínico que lleva una vida libre
de preocupaciones o ansiedades. Luciano de Samosata, que ofrece una visión satírica
de la mitología romana, escribió también una novelita titulada Vera Historia, que
puede considerarse como la primera obra de ciencia ficción, y una de las primeras
novelas paródicas en que se burla de escritores y filósofos; Luciano describe las
aventuras de Icaromenipo, que viaja por el espacio hasta la luna gracias a un aparato
que combina alas de águilas y de buitre, y de ahí hasta el cielo, donde los dioses le
quitan las alas que le sirvieron para subir; narra también las aventuras de un grupo
de atletas que van en barco hasta la luna empujados por un viento huracanado. Allí
encuentran una guerra entre arañas y hormigas gigantes y otros seres extraños. Al
final, regresan a casa. Luciano de Samosata influyó en obras como la Divina comedia,
los Viajes de Gulliver, Candide, o las Aventuras sorprendentes del barón Munchausen.
Los primeros pensadores estoicos, como el chipriota Zenón de Citio (h. 333-
h.262 A. C.), el lidio Cleantes (331-232 a. C.), o el siciliano Crisipo (280-207 a. C.) se
83
acercaban bastante a la filosofía de los cínicos en su idea central de seguir a la
naturaleza. Según los estoicos, el hombre, como producto de la naturaleza, es creado
bueno, pero se corrompe con la llegada del mal. La ley cósmica prescribe la
degeneración. En cada ciclo el mundo está destinado a la decadencia y la
descomposición. Cuando un ciclo termina, los seres humanos crearán otro nuevo que
comenzará libre de males con seres inocentes y felices; pero la maldad enseguida
entrará en él. Por eso la mejor solución a esta degeneración es la apatía, sobre todo
frente al mal, y la aceptación de las cosas tal como van sucediendo.
El mundo va hacia algo mejor Todo se repite, nada cambia Vamos al desastre
105 En la Torá y los profetas ya se puede encontrar un patrón de Creación, Caída, Redención
(por medio de Moisés), Legislación, Éxodo, Sufrimiento (de Job y los profetas), Mesianismo y
Apocalipsis (Daniel). Compárense las ideas de Agustín, que implican una degeneración de la
época actual respecto de las pasadas, con las anteriormente expuestas de Polibio.
84
29. El árbol sagrado
El árbol representa el centro alrededor del cual todo gira: el axis mundi; es un
símbolo universal que une las profundidades de la tierra con el cielo. Aparece entre los
budistas como el Árbol de la Iluminación, bajo el que se sienta el Buda. Allí Kama-
Mara, el dios de la ilusión y del engaño, lo tienta con el deseo de la vida y el miedo a la
muerte, pero la Madre Tierra espanta al tentador con sus rugidos. En la mitología
teutónica tenemos a Yggdrasil, el árbol que nació del cuerpo de Ymir, cuyas ramas
sostienen los cielos y cuyas raíces se hunden en lo más profundo de los mundos
inferiores. Así, el árbol sagrado es una entidad que participa de los tres mundos, por
eso un enorme número de pueblos tienen su árbol sagrado, y otros pueblos con
cultura más desacralizada mantienen árboles como señales de identidad, como sucede
con el árbol de de Guernica en el país vasco o con el carbayo de Oviedo, que da
nombre a los ovetenses, conocidos como “carbayones”. Tal es la fuerza que tienen los
árboles sagrados que Carlomagno, por ejemplo, tras muchos intentos, solo llegó a
someter a los sajones cuando, tras vencerlos destruyó su árbol sagrado, Irminsul, en
el año 772.
Entre los hebreos, el Árbol de la Ciencia del Bien y del Mal (que mejor sería
traducirlo como “Árbol de la Sabiduría”) es el que contiene la muerte, a su lado, en el
centro del Paraíso, estaba el Árbol de la Vida: “Yahvé Dios hizo brotar del suelo toda
clase de árboles deleitosos a la vista y buenos para comer, y en medio del jardín, el
árbol de la vida y el árbol de la ciencia del bien y del mal (Génesis 2,9). Según algunas
tradiciones hebreas, Dios no quería que probaran la fruta de este árbol, porque si
recibían el conocimiento supremo, irían a comer la fruta del Árbol de la Vida y viviría
eternamente: “Y dijo Yahvé Dios: «¡Resulta que el hombre ha venido a ser como uno de
nosotros, en cuanto a conocer el bien y el mal! Ahora, pues, cuidado, no alargue su
mano y tome también del árbol de la vida y comiendo de él viva para siempre»”. La
serpiente es quien induce a Eva a comer la fruta prohibida y esta después se la ofrece
a Adán, que prefiere comer, obtener la sabiduría y morir que tener que vivir sin Eva
tras su muerte. Otra interpretación es la que produce el antropólogo escocés James
George Frazer (1854-1941): La serpiente quiere la inmortalidad para sí, y engaña a los
primeros padres para que coman del árbol de la ciencia en vez del árbol de la vida. El
árbol de las manzanas de oro del jardín de las Hespérides de la tradición griega se ha
relacionado con el Árbol de la Vida de los semitas.
El árbol quizá sea un símbolo de la diosa madre que nutre, y por tanto, se lo
coloca en su jardín. En los mitos más antiguos, el hombre obtiene la sabiduría por
medio de la mujer; al menos esto es lo que afirman algunos mitólogos como Robert
Graves. de hecho, la obtención de la sabiduría en varios mitos se relaciona o bien con
el árbol o bien con la diosa, o bien con ambos. La diosa del amor del Levante, Istar o
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Aruru, es la que confiere la sabiduría a Enkidu. En la mitología griega, Atenea, diosa
de la sabiduría, ayuda a varios héroes en sus aventuras
Cuando Adán fue expulsado de Edén, Dios le permitió que se llevase ciertas
especias, como azafrán, nardo y canela, y semillas y cortezas de árboles frutales del
Paraíso, para su uso propio. Según el Libro del Éxodo, Moisés construyó el
Tabernáculo con madera llevada por Adán del Paraíso (Ex. XXV: 15). Un mito cristiano
cuenta que la cruz de Cristo está hecha con la madera del Árbol de la Ciencia del Bien
y del Mal, volviendo de este modo a ser el Árbol que da la vida, pero también la
muerte.
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Otro ejemplo es la vara de Aarón, que florecía y se llenaba de almendras
maduras y que fue creada por Yahuwé antes del primer sábado; en ella estaba
grabado el nombre inefable del dios de los hebreos; Moisés la incluyó en el Arca de la
Alianza, y los reyes la usaron hasta que desapareció con la destrucción del Templo.
Elías la recuperó y la guardó para entregársela al Mesías.
Otra simbología del árbol es la que nos lleva a los ancestros. Muchos pueblos
consideran que descienden de un árbol. Hay otros que creen que las almas de los
difuntos buscan en los árboles su lugar de residencia, como sustituto del cuerpo, y
por eso hay árboles muy especiales. Casi todos los dioses tienen un árbol que les está
consagrado. Según algunos, las almas que habitan en los árboles toman la forma de
pajaritos; así ocurre en algunas versiones de la Cenicienta. Por otra parte, el árbol es
símbolo de las generaciones, así se representan en el árbol genealógico, cuyo prototipo
es el árbol de Jesé, que aparece en el capítulo once del libro de Isaías. En las
representaciones pictóricas, el árbol nace o bien de la boca o bien del ombligo de Jesé;
las ramas llevan a los reyes que han sido ancestros de Jesús.
30. La prohibición
La prohibición es un tema muy recurrente en los relatos folklóricos; siempre
que se presenta una prohibición, se desobedece. Por lo general, no se advierte de las
consecuencias específicas de la desobediencia. La causa de la desobediencia suele ser
la curiosidad; recuérdense, por ejemplo los relatos en que aparece una puerta cerrada
por la que se está prohibido entrar (Barba Azul, la Bella Durmiente). Los castigos en
estos relatos suelen ser terribles y duraderos: metamorfosis, pérdida del favor divino, o
incluso la muerte. Una prohibición muy repetida es la de no mirar al consorte (Eros y
Psiquis, Melusina), porque se perderá. La prohibición bíblica es de un tipo de
alimento: la fruta del árbol sagrado; recuérdese también el caso de Licaón. La
prohibición mítica nunca es obedecida, y su resultado es funesto. En muchos casos la
desobediencia y el desastre lo trae la mujer (Eva, Pandora), a la que se culpa por los
males de la humanidad. Pero en otros casos la desobediencia procede del hombre. Así,
por ejemplo, en el mito de Melusina. En todos los casos que hemos visto, la curiosidad
es lo que motiva la desobediencia.
La impiedad, sobre todo el jactarse ante los dioses o el retarlos, suele ser una
de las causas del castigo divino; este es el caso de Marsias o de Niobe, por ejemplo.
Otras veces el castigo se debe a una infracción, como entrar en un sitio prohibido, por
lo general en un lugar sagrado, o ver lo prohibido una deidad (Acteón y Ártemis) o
girar la cabeza para mirar atrás (Orfeo y Eurídice, la mujer de Lot).
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la forma de una sacerdotisa, se acercó y reprochó al joven su conducta, pero
Erisictón la amenazó con herirla si lo seguía importunando. Entonces Démeter
se mostró en su aspecto de diosa, con su talla gigantesca, y lo castigó a sentir
un hambre insaciable. A partir de entonces Erisictón sufrió un hambre horrible,
e incluso nada más comer volvía a sentir hambre. Comió tanto que agotó las
provisiones de su casa y quedó tan empobrecido que se sentaba en las
encrucijadas a mendigar comida. Cuentan que acabó devorándose a sí
mismo.108
31. La serpiente
Quizá los seres mitológicos antiguos que conocemos con mayor claridad son el
árbol y la serpiente. A partir del segundo milenio antes de Cristo aparecen dibujos y
grabados de serpientes y de árboles; por ejemplo, en un vaso sumerio de esta época,
dedicado al Señor del Árbol de la Verdad, se representa a dos serpientes erectas
enroscadas de la misma forma que aparecen en el caduceo de Hermes. La
característica de la serpiente de renovarse cambiando de piel llevó a la creencia de que
era capaz de renacer, al igual que ocurre con la luna, que nace y muere cada mes. La
serpiente aparece también, y con frecuencia, enroscada a un árbol frutal, por lo
general una palmera cargada de dátiles en sellos cilíndricos mesopotámicos; alguna
figura femenina suele también aparecer en relación con esta palmera, ya sea sentada
a su lado, como señora o recogiendo los frutos del árbol.
Tiresias se encontró una vez a dos serpientes abrazadas copulando; las golpeó
con su cayado e inmediatamente fue convertido en mujer. Tras una semana de
años, volvió a encontrarse a las serpientes en la misma posición, y haciendo lo
88
mismo, volvió a ser hombre. Tiresias dio la razón a Zeus, que afirmaba que la
mujer siente más placer en el acto sexual que el hombre, mientras que Hera
sostenía lo contrario. La diosa, ofendida, lo cegó, pero Zeus le otorgó el don de
ver lo que los otros hombres no pueden: las cosas del Más Allá.
Vasuki, rey de las serpientes solía enrollarse a dormir en el monte Meru, que
estaba en medio de este mar. Un día los dioses cogieron a Vasuki por un lado y
tiraron de él; los demonios, por su parte, tiraron del otro cabo. Tirando de uno y
otro cabo hicieron que el monte girara ya en una dirección ya en otra y así se
formó un queso primordial del que salieron, al mezclarse con el veneno que
vomitó la serpiente, varias cosas preciosas, entre ellas, la madre de todas las
gemas, el árbol celestial y Lakshmi, la diosa de la belleza.
89
atragantaba con la cornamenta. La serpiente le imploró que con el hacha
cortara los cuernos del ciervo para librarla de ese aprieto. El mozo lo hizo a
pesar de las protestas del ciervo. La serpiente, que era hijo de un poderoso rey
serpiente lo llevó a la presencia de su padre para que recibiera una recompensa.
Le aconsejó que no aceptara ninguna alhaja ni oro de su padre, sino que solo le
pidiera el anillo. Eso hizo el mozo, y tras mucho regatear, el rey finalmente se lo
entregó indicándole que cada vez que necesitase algo, si lo acercaba al fuego
obtendría del anillo lo que le pidiera. Gracias al anillo el mozo salió bien de
todas sus aventuras, se libró de todos los males que lo acechaban, y se casó con
la hija del zar.
Zeus era el sexto y último hijo de los titanes Cronos y Rea. Cronos fue
informado por su madre Gea que el destino lo había condenado a sucumbir bajo
el yugo de uno de sus hijos, lo mismo que había hecho él al vencer y expulsar a
su padre Urano. Para impedir que este oráculo se cumpliese, Cronos se tragaba
a sus hijos nada más nacer. Rea, desesperada al ver que sus hijos
desaparecían, decidió, al nacer Zeus, envolver una piedra en pañales y dársela a
Cronos, que se la tragó sin sospechar nada. Zeus fue criado en una cueva por
las ninfas de la montaña y con la leche de la cabra Amaltea. Cuando se hizo
adulto consiguió que su padre tomase una droga que hizo que vomitara a sus
hijos. Zeus liberó a los cíclopes, que estaban presos en el Infierno custodiados
por un dragón por orden de Cronos. Con ayuda de ellos y de sus hermanos,
Zeus venció a su padre Cronos y a sus tíos los Titanes, que acabaron
encerrados en el Infierno. Tras esto, Zeus y sus hermanos tuvieron que luchar
contra los gigantes, a los que vencieron. Al verse dueños del cosmos, los tres
hermanos se lo repartieron: Zeus obtuvo el Cielo y el reinado sobre todo el
cosmos, Poseidón, el Océano, y Hades recibió el Infierno.
Otra lucha divina al comienzo de la creación es la que libra Yahuwé contra los
monstruos. En la mitología germánica tenemos la guerra entre los Aesir (dioses
relacionados con el poder y la guerra) y los Vanir (dioses relacionados con la fertilidad
y la agricultura), y de estos contra los gigantes (personificación de las fuerzas del
caos).
90
lo mata, así como a Mumu. Ea se convierte en el rey de los dioses y tiene luego
un hijo más poderoso que él, Marduk. Este, al jugar con el viento, crea grandes
tormentas que molestan a los dioses que todavía viven dentro de Tiamat. La
diosa marina decide vengar a su esposo; algunos dioses se ponen de su lado.
Ella, por su parte, crea once monstruos para que luchen contra los dioses
rebeldes. Estos eligen a Marduk, que lucha contra Tiamat y la mata. Al separar
su cuerpo, dividido en dos mitades, crea un nuevo mundo. Marduk luego mata
a Kingu y de su sangre crea la humanidad; los otros dioses que habían sido
hecho prisioneros y condenados a trabajos forzados, son puestos en libertad.
Entre los eslavos se contaba que cuando el dios supremo venció al grupo de
espíritus que se rebeló contra él, estos fueron lanzados a la tierra. Los que cayeron
sobre las casas de los hombres se acostumbraron a ellos y se volvieron beneficiosos;
sin embargo, los que cayeron en el bosque son los malos espíritus. En la mitología
griega tenemos también que tras la guerra entre olímpicos y titanes, Zeus arroja a sus
enemigos al Tártaro.
91
sagrado. En el mito de Tifón, la relación del monstruo con el volcán queda clara; si se
tiene en cuenta que los volcanes también se consideraban en la Antigüedad como el
lugar en que estaban las fraguas divinas.
El monstruo marino Tifón era hijo de Gea y de Tártaro según algunos, pero
existe un mito que cuenta que Gea, que se sentía ultrajada por los actos de
Zeus contra sus hijos, empleó la calumnia para indisponer a Hera contra él.
Hera pidió a Cronos que le diera una manera de vengarse, y este le entregó dos
huevos untados con su propio semen; de ellos saldría un monstruo capaz de
derrotar al padre de los dioses. Siguiendo sus instrucciones, Hera enterró los
huevos en la Tierra y de ellos nació Tifón. Este hijo de Gea era la mayor criatura
que había producido la Tierra, su aspecto era terrible. Cuando los dioses lo
vieron, huyeron a Egipto. Solo Zeus y Atenea se atrevieron a luchar contra él.
Zeus acabó por atacarlo con sus rayos. El monstruo, herido, agarró a Zeus, le
arrancó los tendones de sus brazos y piernas y lo ocultó en una cueva. Hermes
y Pan lograron encontrar los tendones escondidos en una bolsa y guardados por
un dragón hembra, los colocaron en su sitio y Zeus recobró enseguida su fuerza
y su movilidad. Entonces tomó un monte en sus brazos y aplastó con él a Tifón.
De este monte, que llaman el volcán Etna, aún salen las llamas que vomita el
monstruo o a lo mejor son lo que queda de los rayos que Zeus lanzó.
Otro de los dioses relacionados con el fuego es Prometeo, que lo robó del cielo para
dárselo a los humanos cuando Zeus los había castigado retirándolo al Olimpo.
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relación con los demás dioses era ambivalente, tan pronto era un amigo leal, como los
traicionaba si veía que podía sacar algún provecho para sí mismo. Su gracia y picardía
hizo que tuviera mucho éxito con las diosas, pero con los dioses mostraba una
personalidad más envidiosa y malvada. Loki fue participando cada vez con mayor
frecuencia en empresas perversas, aumentando así su maldad. Su nombre deriva de
la palabra que sirve para designar la llama, el fuego. Era hermano de sangre de Odín y
participó en aventuras con él y con Thor. Pero Loki no dudaba en aprovecharse de sus
compañeros o faltar a las leyes de la amistad si las circunstancias así se lo
aconsejaban.
Existen varios relatos bíblicos sobre la caída del diablo en los que este tipo de
personaje aparece con nombres diferentes (Lucifer, El Príncipe de la Oscuridad,
Samael). Relacionado con estos, está el relato de los hijos de Dios y las hijas de los
hombres.
Según algunas leyendas hebreas, algunos ángeles bajaron del cielo a la tierra
adoptando forma humana y revistiéndose de carne. Esto hizo que sucumbieran
a la lujuria y se unieran a las hijas de los hombres. Tras haber copulado con
ellas no pudieron volver a asumir su forma espiritual. Se dice que la generación
que nació de ellos fue la de los gigantes.
93
hijas de los hombres; esto fue también la causa de que Dios decretara que la vida
humana durara hasta un máximo de ciento veinte años; así evitaba que, como hijos
de ángeles, fueran inmortales. Según algunas tradiciones hebraicas, estos hijos de
Dios fueron enviados a la tierra, capitaneados por Azael y Shemhazai, a enseñar a los
hombres, pero al revestirse de carne, asumieron también las pasiones humanas. Una
vez que perdieron las alas ya no pudieron librarse de la naturaleza, y por eso se los
llama Nefilim, es decir, los Caídos. Según una tradición, el arcángel Rafael ató a Azael,
lo encerró en una cueva y llenó su entrada de piedras; allí estará hasta el final de los
días. Miguel encerró a Shemhazai y a los otros ángeles caídos en cuevas durante
setenta generaciones. Solo pudieron regresar al Cielo usando la escalera de Jacob.
Para que la caza como actividad pueda ser continua, debe haber una
regeneración de las víctimas; esta regeneración, o creación de nueva vida, está
asimilada a lo femenino; existen así ritos centrados en las mujeres que se relacionan
con el nacimiento y el cuidado de la nueva vida. Se crea, pues, un equilibrio entre los
rituales de la muerte y los de la vida, y entre las funciones rituales de hombres y
mujeres. Es la comunidad la que debe limpiarse de la impureza que causa muerte y el
consumo de la carne de la víctima, y la que debe asegurar que la vida continúa. Estos
94
ritos requieren iniciación, los hombres, deben iniciarse en el arte de matar (ritos de
jóvenes que se convierten en lobos u osos) y las mujeres, en el arte de dar vida.
La estructura del rito del sacrificio clásico es según Burkert, del modo
siguiente:
Se salpica la cara del animal con agua o se le ofrece agua para beber. El
acto de bajar la cabeza se interpreta como que el animal consiente en
ser sacrificado (comedia de la inocencia).
El que ejerce de sacerdote alza las manos, invoca al dios, le pide que
cumpla los deseos y hace votos.
112 El altar representa el centro del lugar sagrado, por eso es inamovible; siempre está en el
mismo sitio. Su colocación exacta queda fijada por un mito que atribuye su colocación o
erección y primer sacrificio a un héroe.
95
Se cortan pelos de la cabeza del animal y se tiran al fuego.
96
hervidas, comidas que no proceden de actos agresivos. Las competiciones deportivas
se hacen entre jóvenes, con lo que se afirma la nueva vida por medio de actividades a
cargo de la nueva generación.114
En una comunidad que busca remedio para sus males, de los que no conoce la
causa, el chivo expiatorio es el remedio. No hay mejor candidato que aquel que
sobresale del grupo por tener características diferentes. El ritual hace que la víctima
del sacrificio se convierta en el rival de todos y se le atribuya la violación de todos los
tabúes. La comunidad se une, pues, ante un enemigo común que cargará con las
culpas de toda la comunidad y será sacrificado por el bien de todos. Después del
sacrificio, la víctima puede convertirse en el padre ancestral que ha permitido su
propio sacrificio por el bien común y que incluso ha establecido leyes que
precisamente regulan aquello de que se lo ha acusado117. Pero esto no ocurrirá sino
hasta mucho tiempo después, cuando la historia se haya convertido en mito.
97
de orden que requiere para su funcionamiento. Curiosamente, la comunidad otorga al
chivo expiatorio un gran poder, el de controlar el cosmos. El chivo expiatorio restaura
el orden con su muerte pero también causa el caos con su vida. El chivo expiatorio se
convierte en vida en un ser que debe ser temido por su poder. El mal que representa el
chivo expiatorio es el que cometemos todos los miembros de la comunidad, por tanto,
su muerte acabará siendo ritualizada a cargar con los pecados de una comunidad que
de este modo se convierte en justa y limpia de toda culpa.
35. El maldito
El personaje maldito por excelencia es Caín, maldito por su dios y condenado a
errar por el mundo. Yahuwé le impuso siete castigos: un cuerno que le salía de la
frente, el grito de fratricida que repetían valles y montañas a su paso, un continuo
temblor que estremecía su cuerpo, un hambre que jamás se saciaba, nunca poder
cumplir ningún deseo, un insomnio perpetuo y la orden de que nadie podía ser su
amigo ni matarlo.118
Se cuenta que cuando Jesús fue llevado ante Pilato, hubo un zapatero que fue
el primero en pedir que lo crucificaran y que soltaran a Barrabás. Después,
cuando Jesús pasó por delante de la puerta de su casa, se detuvo para tomar
aliento apoyándose en una de las jambas. Ahasverus, que es como, según
algunos, se llamaba el zapatero, salió de la casa y le dio un empujón diciéndole
que se diese prisa. Jesús lo miró y le dijo. “Me impides descansar. Yo me iré a
mi lugar y al final descansaré, pero tú te quedarás hasta que yo regrese
caminando errante y sin descanso”. Ahasverus salió de su casa, siguió a Cristo
y vio cómo lo crucificaban. Pero luego no pudo regresar con su familia. Salió de
Jerusalén como un peregrino penitente y no regresó a su ciudad sino muchos
años después, cuando el emperador de Roma la había destruido en su
totalidad. Algunos dicen que recibió el bautismo de manos de Ananías, el
mismo que bautizó a Pablo de Tarso; otros, que envejece hasta cumplir los cien
98
años y después vuelve a tener el aspecto de un hombre de treinta. Se convirtió
en un hombre callado al que nadie ha visto reír nunca y que solo habla cuando
se le pregunta, que solo acepta la poca comida y bebida que necesita en cada
momento y que si le dan un par de monedas (no acepta más) las reparte entre
los pobres. Ha visitado todos los países del mundo y en cada tierra que va habla
la lengua de su gente.
Una leyenda relacionada con la del Judío Errante es la que explica que los
gitanos son un pueblo nómada porque están malditos por no querer haber dado cobijo
a la Virgen y al Niño Jesús cuando huían a Egipto. La leyenda del holandés volador y
su buque fantasma representa a otro hombre condenado a no morir por haber
declarado cuando regresaba de un viaje a Oriente con el buque cargado de especias
que pasaría el Cabo de Buena Esperanza, en medio de una gran tormenta, lo quisiera
Dios o no. No puede morir ni dormir, y surca los mares alrededor del Cabo. Si un
barco se encuentra con el buque fantasma, lo más seguro es que le suceda alguna
gran desgracia. En Provenza el tema del judío Errante aparece en la leyenda de Malco,
siervo de Caifás, a quien el apóstol Pedro le cortó una oreja.119
Otro maldito es Judas Iscariote, cuya leyenda medieval toma su material de los
relatos de Edipo y de Moisés. El de la vida del apóstol traidor, según la más conocida
de sus versiones, la que el teólogo dominico Jacobo de Vorágine (h. 1227- 1298) nos
ofrece en su Legenda aurea, presenta elementos fundamentales del relato edípico que
ya habían aparecido en la Antigüedad. He aquí un resumen:
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encontraron el cadáver y creyeron que su muerte había sido súbita. Pilato, para
enriquecer a Judas, hizo que se casara con la viuda. Esta un día le contó lo
infeliz que se sentía por haber abandonado a su hijo debido a un sueño, por
haber perdido a su marido, Rubén, y por haber sido forzada a casarse nada más
quedar viuda. Judas se dio cuenta de que había matado a su padre y se había
casado con su madre. Entonces se fue tras Jesús buscando el perdón y acabó
por convertirse en uno de sus discípulos121.
121 Voragine, Jacques de (1967): 214-217. El escrito apócrifo conocido como Declaración de José
de Arimatea cuenta que Judas era un sobrino de Caifás que se infiltró entre los discípulos de
Jesús para poder cogerlo en alguna mentira, y tres días antes de que Jesús fuera hecho
prisionero se ofreció para acusarlo de haber robado los libros sagrados que contenían la ley
hebrea y que se guardaban en Jerusalén, cuando el verdadero ladrón había sido el galileo
Dimas, enemigo declarado de los judíos. Cf. Santos Otero, A. (1988):496-497.
122 Flotar en el aire o estar colgado de un árbol es un motivo que aparece en los relatos
mitológicos; así, la cuna de Zeus fue colgada de la rama del un árbol para que su padre Cronos
no pudiera encontrarla por cielo, mar o tierra; algo parecido ocurrió con la de Apolo.
100
Jacobo de Vorágine es el primero en relatar el relato biográfico de Judas,
dándolo como de origen incierto; pero no es el único. En un manuscrito provenzal se
encuentra una Tragedia de la passió mallorquina fechada en 1345, pero que algunos
consideran más antigua; Judas tiene un monólogo en el que narra su vida125:
36. La purificación
Gea engendró, de las gotas de sangre de Urano que cayeron sobre ella, a las
Erinias, espíritus de la venganza divina que persiguen sin piedad a los culpables de
126 Según una leyenda, estas monedas proceden del oro que Adán sacó del Paraíso. Fueron
acuñadas por el rey de Asiria con su propia efigie. Abraham las llevó a Canaán, y con ellas los
ismaelitas compraron a José, el hijo de Jacob, cuando sus hermanos lo tenían en el pozo.
Estuvieron en el tesoro del faraón de Egipto, en el de Salomón y en el de Nabucodonosor.
Finalmente, los Magos se las regalaron a Jesús. Jesús las depositó en el tesoro del templo de
Jerusalén. De ahí pasaron a Judas, que las arrojó antes de ahorcarse y se dieron a los soldados
que guardaban el sepulcro.
127 Como en el caso de Edipo, vemos que alternan los dos motivos, el de la exposición en el
monte y el del abandono en las aguas. En realidad, nada cambia en la acción del relato, ya que
se cumple la misma función de abandono de la criatura, que permite que otros la encuentren.
101
parricidio o de perjurio o de pecar contra la sagrada hospitalidad. Al ser anteriores a
Zeus, no están bajo su autoridad. Someten a los criminales a toda clase de torturas
haciendo que enloquezcan. Muchas veces obedecen a maldiciones lanzadas por un
ofendido a su ofensor, si la ofensa es de los tipos antes indicados. Son, en todo caso,
las más terribles mantenedoras del cosmos.
El primer trabajo fue matar al león de Nemea. Heracles tomó su piel y a partir
de entonces la llevó como parte de su atuendo. El segundo trabajo consistió en
matar a la hidra de Lerna, una monstruosa serpiente de múltiples cabezas.
Luego tuvo que capturar a la velocísima cierva de Cerinia de cornamenta de oro
sin dejar que derramara ni una sola gota de sangre, al jabalí de Erimanto,
limpiar los terriblemente sucios establos de Augías, y hacerlo en una sola
jornada. Luego tuvo que matar los pájaros del Estínfalo, capturar al toro de
Creta, el padre del Minotauro, robar las yeguas de Diomedes, el ganado de
Hipólita y las manzanas del jardín de las Hespérides. Finalmente fue obligado a
bajar al Infierno a capturar al feroz Cancerbero, perro de tres cabezas que
guardaba la puerta de este antro.
Cuando el héroe griego Cadmo mata a la serpiente, que descendía de Ares, dios
de la guerra, tiene que servir durante doce años (un “gran año) de criado a este dios.
Una vez liberado por los espartoi, fundó la ciudad de Tebas. Belerofonte tuvo que salir
de su tierra natal por haber matado a un familiar suyo.
Apolo tuvo que servir en expiación por dos veces. La primera, tras perder sus
poderes divinos, tuvo que pastorear los rebaños del rey Laomedonte de Troya
por haber conspirado contra Zeus. Cuando terminó el periodo de penitencia,
Laomedonte se portó mal con Apolo, al negarse a pagarle por sus servicios y
amenazarlo con cortarle las orejas. Cuando Apolo recobró sus poderes, envió
contra Troya una terrible plaga que duró seis meses. Por esa época Zeus mató a
Asclepio lanzándole un rayo porque había comenzado a resucitar a los muertos.
Apolo, enfurecido por la muerte de su hijo, mató a los cíclopes que habían
construido el rayo para Zeus. El padre de los dioses primero quiso arrojar a
Apolo al Tártaro, pero luego le ordenó servir de esclavo a otro humano, Admeto,
102
que fue uno de los argonautas. Éste reconoció que el hermoso joven que se
presentaba ante él era un dios y le ofreció el trono. Al explicar Apolo que debía
servirle, Admeto le ofreció el trabajo de boyero y lo trató con todo tipo de
deferencias; Apolo logró que Admeto se enriqueciera haciendo que sus vacas
parieran gemelos y que sus campos dieran el doble de cosechas.
103
los dioses se retiran a otra región, desamparando a los humanos, o bien estos son
expulsados del paraíso.
Según se puede entender por un pasaje de la Biblia (Job XV 7-8), Adán nació
antes de que se formaran los montes; asistía al consejo divino, y, ambicioso de una
gloria mayor, robó la sabiduría, realizando por su cuenta lo que, en la versión del
Génesis, le indujeron a hacer Eva y la sutil serpiente. Su robo recuerda el mito griego
de Prometeo, que robó el fuego del cielo para entregárselo a los hombres, a los que él
mismo había creado, y sufrió por ello el terrible castigo del dios Zeus.
Yahuweh, al ver que el Adán y Eva habían obtenido la sabiduría al comer del
fruto del Árbol de la Ciencia, los echó del jardín, por miedo de que también comieran
del Árbol de la Vida y haciéndose inmortales fueran sus iguales. Dos querubines
custodian el Edén con “espadas remolinantes” de fuego como una advertencia a los
hombres de que el Jardín (y el Árbol de la Vida) les está vedado.
104
además una dragona inmortal de cien cabezas. En la Edad Media se creía que el
Paraíso estaba rodeado de tierras inhóspitas y prácticamente imposibles de cruzar;
estas tierras estaban, en algunas tradiciones, habitadas por serpientes.
Otras veces los males proceden por haberse saltado una prohibición; la causa
de la muerte es la desobediencia humana. En la Biblia, comer del fruto prohibido;
entre los griegos, abrir una caja o vasija, cosa que se repite entre los algonquines; en
ambos casos quien desobedece es la mujer. En ocasiones sucede todo lo contrario: es
la obediencia lo que irónicamente trae la muerte. En Asiria la llegada de la muerte se
narra en el mito de Adapa, hijo de Ea, el dios de la sabiduría babilónico,
Adapa partió el ala del viento del sur, que había volcado el barco desde el que
pescaba, y creó disensión entre los dioses. Adapa fue llevado ante el tribunal de
los dioses para ser juzgado por Anu. Ea lo indujo a pedir disculpas por sus
actos y a la vez a rechazar la comida y la bebida de la muerte. Sin embargo,
Anu, impresionado por la sinceridad con que habló Adapa, le ofreció la comida
de la vida eterna. Adapa, siguiendo el consejo recibido, y sin saber qué comida
de ofrecía el dios, la rechazó; de este modo, no pudo librarse de la maldición de
la enfermedad y la muerte.
105
Algunos relatos míticos se basan en los intentos por parte de los humanos
(héroes sobre todo) por vencer o burlar la muerte. Así tenemos los intentos de Sísifo
por escapar de sus garras (también el cuento de La muerte madrina), o los de
Asclepio, que llegó a conocer el remedio contra la muerte. Pero la inmortalidad, así
como la capacidad de resucitar a quien se quiera son atributos divinos vedados a la
humanidad.
La diosa Eos se enamoró del mortal Titono, y le pidió a Zeus que le concediera
el don de la inmortalidad. Zeus accedió, pero como a la diosa se le había
olvidado pedir la eterna juventud, el mortal se convirtió en un ser cada vez más
pequeño y arrugado hasta que se transformó en cigarra.
106
serpiente le roba al héroe la planta de la juventud, con lo que se ve condenado no solo
a morir sino también a envejecer.
Al principio del mundo, Olofin hizo el hombre y la mujer y les dio vida. Olofin
hizo la vida, pero se olvidó de hacer la muerte. Pasaron los años y los hombres y
las mujeres cada vez se ponían más viejos, pero no se morían. La tierra se llenó
de viejos que tenían miles de años y que seguían mandando de acuerdo con sus
viejas leyes. Tanto clamaron los más jóvenes que un día sus clamores llegaron a
oídos de Olofin. Y Olofin vio que el mundo no era tan bueno como él lo había
planeado, y sintió que él también estaba viejo y cansado para volver a empezar
lo que tan mal le había salido. Entonces Olofin llamó a Ikú para que se
encargara del asunto. Y vio Ikú que había que acabar con el tiempo en que la
gente no moría. Hizo Ikú entonces que lloviera sobre la tierra durante treinta
días y treinta noches sin parar. Y todo fue quedando anegado. Solo los niños y
los más jóvenes pudieron treparse en los árboles gigantes y subir a las
montañas más altas. La tierra entera se convirtió en un gran río sin orillas. Los
jóvenes vieron entonces que la tierra estaba más limpia y más bella y corrieron
a darle gracias a Ikú porque había acabado con la inmortalidad.
Sin embargo, algunos personajes míticos esperan vivos la llegada del fin del
mundo. Los judíos creen que Elías, que fue arrebatado en vida al cielo en un carro de
fuego, puede llegar en cualquier momento a visitarlos a sus casas, por eso en cada
celebración de la Pascua le reservan un sitio en la mesa. Juan Evangelista duerme en
Éfeso sin que la corrupción ataque su cuerpo, esperando a ser llamado para testificar
contra el Anticristo cuando se acerque el fin del los tiempos. José de Arimatea recibe
del Santo Grial un alimento que lo mantiene perpetuamente vivo en la ciudad sagrada
de Sarrás. Merlín ha quedado encantado hasta el fin de los tiempos vigilado por
Viviana. Carlomagno y Federico Barbarroja Están sentados cada uno en el interior de
una montaña, también esperando el momento en que les toque salir a cumplir su
destino.
107
cuando se produce la muerte, el cuerpo se descompone; es decir, se deshace el orden
para formar moléculas más sencillas. La muerte, es pues un paso del cosmos al caos.
108
109
IV. Leyendas heroicas y relatos de aventuras
110
El concepto de héroe o de edad heroica no termina con la Edad Antigua; en la
Edad Media vuelve a surgir otra etapa heroica recordada en los cantos de gesta y otros
poemas épicos. En esta época se colocan los héroes del ciclo artúrico, del carolingio,
los héroes germánicos como Sigfrido y los hispánicos como Mudarra, Bernardo del
Carpio, Fernán González o el Cid. En la cultura popular contemporánea surge un
nuevo concepto de héroe de la literatura fantástica, del cómic y del cine: el
superhéroe.
Estos tipos no son excluyentes; los héroes suelen compartir características de más de
uno de estos tipos.
Sin embargo, una de las características que comparten todos los héroes y que
han señalado Mircea Eliade y René Girard es su monstruosidad; las características
que lo ponen por encima de los demás seres humanos, sin dejar de serlo, lo convierten
en un ser monstruoso. Lo mismo se podría decir de las aventuras de los héroes, los
acontecimientos que se narran en este tipo de relatos, como decía Angelo Brelich,
111
Situados en un tiempo “diferente” y actuados por personajes “diferentes”, los
acontecimientos mismos que el mito narra son “diferentes” de los que se
verifican en la vida cotidiana.131
En la mayoría de los casos, el héroe suele tener una talla gigantesca, pero en
algunos casos aparece como enano; algunos muestran anomalías físicas –la ceguera,
por ejemplo, es típica de héroes adivinos–; a veces es teriomorfo, es decir, que tiene
formas de animales –o por lo menos posee una excesiva pilosidad–, o bien puede tener
la capacidad de metamorfosearse en un animal; hay héroes con características
andróginas, que cambian de sexo a lo largo de su vida o que se travisten. Su
sexualidad es también extraña y se manifiesta en extremos: o una excesiva potencia o
una gran debilidad. Su temperamento también es extremo, y muchas veces tiende a la
violencia sexual o al maltrato.132
112
Loki, en una de sus travesuras cortó a la diosa Sif, esposa de Thor, sus
larguísimas trenzas rubias mientras ella dormía; Thor lo atrapó y cuando iba a
inflingirle un duro castigo, Loki imploró su perdón prometiendo que
reemplazaría las trenzas con otras de oro que los enanos fabricarían para ella y
que crecerían igual que lo hace el pelo natural.
El dios Thor tenía como arma un martillo mágico que regresaba a sus manos
cada vez que lo lanzaba. Los enanos lo construyeron para Thor como resultado
de una apuesta con Loki. El precio por lograr construir esta arma maravillosa
era la cabeza del dios embaucador. Loki consintió, pero con la condición de que
no podían cortar nada de cuello, ya que esto no era parta de la apuesta.
Las mitologías están llenas de dioses y héroes burladores cuya astucia muchas
veces los convierte en personajes simpáticos, pero cuyas acciones no dejan de ser
reprochables. Abraham, en el relato en que hace pasar a Sara por su hermana, es otro
ejemplo de héroe que se protege engañando a sus enemigos. Jacob es el ejemplo
principal de héroe embaucador o trickster del Antiguo Testamento; su significa
“tramposo” o “engañador”:
Jacob le ganó a su hermano Esaú la primogenitura al hacer que este se la
cambiara por un plato de lentejas un día que regresaba cansado y hambriento
de la caza. Luego, con ayuda de su madre, consiguió engañar a su padre Isaac,
ya mayor y ciego, haciéndole creer que él era Esaú y consiguiendo la bendición
del primogénito. Su suegro y tío materno Laban, fue también un gran burlador,
pero no pudo con él, pues al ponerlo a cuidar sus rebaños de ovejas, le prometió
que le daría todas las que nacieran con manchas, quedándose para sí las
blancas. Jacob consiguió que las hembras pariesen solo criaturas manchadas o
listadas, con lo que se enriqueció sobremanera.
113
Infierno, para que lo dejase regresar y hacer que ella cumpliese con los rituales.
Cuando llegó a su tierra de Corinto, se negó a regresar a Infierno y Hermes tuvo
que ir a buscarlo y obligarlo a volver. En el Infierno está castigado a cargar
eternamente una pesada roca hasta la cima de una montaña, y cuando ya está
a punto de llegar, la roca se suelta de sus manos, rueda hasta el final de la
falda y Sísifo tiene que empezar de nuevo.
114
que implica la estructura narrativa de la inteligencia que vence a la fuerza
bruta.
Hay héroes civilizadores fundan pueblos o dinastías, suelen ser los héroes
epónimos, los que dan su nombre a su pueblo. Entre estos, hay héroes fundadores de
ciudades, como lo fue Rómulo con Roma. La fundación de ciudades puede realizarse
como consecuencia de una orden divina o de un oráculo. A veces se busca esta
voluntad divina siguiendo a un animal; la ciudad sería fundada donde se detuviera a
descansar o se echara a morir.
Cadmo andaba buscando a su hermana Europa, que había sido raptada por un
toro (que era Zeus); llegó hasta el oráculo de Delfos para tratar de obtener
alguna respuesta a su búsqueda. Allí se le dijo que dejara de buscar a su
hermana y que fundase una ciudad en el sitio donde viera acostarse una vaca
con el signo de la luna llena. En tierras del rey Pelagón, Cadmo encontró una
vaca con esas marcas, y ella, nada más verlo a él y a sus compañeros, comenzó
a caminar, dirigiéndose a la Beocia. Cadmo y su gente la siguieron; cuando vio
que se acostaba, supo que ese era el lugar indicado. Erigió una estatua a
Atenea y decidió sacrificar la vaca a la diosa; mandó a sus compañeros a buscar
agua para las lustraciones del sacrificio. En la fuente cercana, llamada Castalia
y dedicada a Ares, surgió una enorme serpiente que mató a muchos de los que
acompañaban al héroe. Cadmo la mató con una piedra. Aconsejado por Atenea,
115
plantó los dientes del monstruo y de ellos salieron los espartoi (sembrados),
guerreros autóctonos. Salieron armados e inspiraban temor. Cadmo les arrojó
entonces unas piedras y se escondió. Los espartoi empezaron a culparse unos a
otros de las pedradas y acabaron luchando entre sí. Solo quedaron vivos cinco,
que ofrecieron sus servicios a Cadmo. Este tuvo que servir a Ares durante unos
años como penitencia por haber matado su serpiente; luego reinó en la ciudad
que había fundado, Tebas, y Zeus lo casó con Harmonía, hija de Ares. Cadmo
enseñó a los hombres a uncir los bueyes al yugo y a arar; también introdujo el
arte de extraer los minerales de la tierra. Algunos afirman que fue el creador del
alfabeto. Al final de sus vidas, él y su esposa Harmonía, fueron transformados
en serpientes negras y enviados a los campos Elíseos.
El muchacho creció fuerte y ágil entre los ciervos, hasta que un día fue cazado a
lazo y llevado ante el rey. Gárgoris lo reconoció por las cicatrices que tenía de
los abusos a que había sido sometido en su niñez, y temiendo a los dioses, lo
aceptó como heredero. Le pusieron por nombre Habis (o Abidis).
116
Cuando Gárgoris murió, Habis ocupó el trono y fue un gran rey. Promulgó leyes
y nombró jueces; enseñó a su gente a uncir los bueyes, a arar, a cosechar el
trigo, a cultivar la vid y a hacer vino; ordenó que los alimentos se cocinaran y se
condimentaran, y reunió a su gente, que vivía diseminada por los campos, en
siete ciudades donde en adelante habitaron. Murió muy anciano bendecido por
sus súbditos y admirado por los otros pueblos.
Bianor escapó de Troya cuando esta ciudad estaba siendo destruida por los
aqueos, y se fue a Albania, donde fundó un reino, que heredó su hijo Tíberis
cuando al final de sus días se acostó para nunca más levantarse. Tíberis tuvo
un hijo legítimo, Manto, y otro ilegítimo, al que pusieron el nombre de su
abuelo, Bianor, y años más tarde se ganó el sobrenombre de Ocno por su
facultad de adivinar por medio de sueños. La madre de Ocno Bianor decidió
marchar para evitar luchas fratricidas y fundó la ciudad de Mantua en Italia,
pero años más tarde, Apolo predijo una gran epidemia en esta ciudad y ordenó
a Ocno Bianor que se marchara a las tierras donde el sol se pone. Tras un largo
viaje lleno de aventuras, Ocno Bianor llegó a un lugar rodeado de colinas
pobladas de encinas y madroños donde el agua abundaba. Allí Apolo le ordenó
fundar una ciudad y consagrarla a la gran diosa Cibeles, pero también le dijo
que para que la ciudad prosperase, debía sacrificar su propia vida. Ocno Bianor
fundó Metrargita o Madrid, “la ciudad de los hombres sin patria”, con ayuda de
los carpetanos, que hasta entonces no habían tenido ninguna ciudad donde
morar, y luego ordenó cavar una fosa y preparar su lápida de granito. Allí se
sepultó. Poco tiempo después, en medio de una tormenta, Cibeles descendió del
cielo en su carro tirado por leones para llevarse al héroe.136
El rey de Frigia tuvo una hija, pero no quiso criarla y mandó exponerla en el
monte Cibelo. Allí los leopardos hembras le dieron de mamar hasta que unas
pastoras la encontraron y la recogieron, dándole el nombre de Cibeles, por el
lugar. La niña creció y desarrolló una inteligencia sobrenatural. Inventó la
flauta de muchas cañas, los címbalos y los tambores; descubrió cómo curar
muchas enfermedades por medio de ritos purificatorios y transmitió estos
conocimientos a su gente. Con el tiempo llegó a ser conocida como la Madre de
la Montaña.
Emparentado con este tipo de héroe está el sabio anciano, que como Merlín,
constructor –gracias a su magia– de Stonehenge según algunas leyendas, protege y
enseña a su pueblo. En la mitología griega está Néstor, que participó en la guerra de
117
Troya cuando ya tenía ciento diez años. Es el héroe que en las asambleas aconseja a
los más jóvenes con su capacidad de oratoria y su experiencia de la vida; su edad le
impide participar en al lucha, pero no por ello deja de guiar sus tropas desde su carro
cuando van al combate. Educador de héroes es el centauro Quirón, hijo de Cronos,
quien habiéndose convertido en caballo se unió a Filira. Al contrario de los demás
centauros, Quirón es pacífico y sabio; conoce los secretos de la naturaleza y diversas
artes. Educó a héroes como Acteón, Aquiles, Asclepio o Jasón.
El héroe civilizador
118
concentrándose, sobre todo, en su nacimiento. Su monografía Myth of the Birth of the
Hero, de 1909, es una aplicación de la teoría freudiana a los mitos heroicos, aunque
menciona la lista que Hahn elaboró en 1864. Para llegar a formar su patrón
biográfico, Rank analizó los patrones de los relatos de los héroes babilonios Gilgamesh
y Sargón, el hindú Karna, el persa Ciro, los griegos Edipo, Hércules, Paris y Perseo, los
romanos Rómulo y Remo, el celta Tristán, los germanos Sigfrido y Lohengrin, y los de
los fundadores de religiones Moisés, Gautama el Buda y Jesucristo.
Rank encontró que en estos relatos había una pareja formada por individuos
superiores (monarcas, dioses) que tienen un hijo; alguna circunstancia hace que la
concepción sea muy difícil, incluso imposible, pero un sueño profético anuncia el
nacimiento; este tipo de sueño a menudo ocurre como un aviso al padre del peligro
para su vida que para él supondrá la criatura. Tras nacer, el niño es depositado en
un recipiente y abandonado en un río, el niño flota y es rescatado y amamantado por
animales o criado por individuos de clase social baja. Cuando ya ha crecido, el héroe
descubre a sus verdaderos progenitores, mata a su padre y ocupa el lugar que le
pertenece.
119
substituido por un demonio, un halcón, un torbellino o un brujo; el rapto por un acto
de vampirismo, o cualquier otro acto que usan los cuentos para expresar la idea de
desaparición; la hija del zar podría ser un hijo, un campesino o un sacerdote. Propp
llegó así a la conclusión de que la división en motivos no es suficiente, ya que cada
elemento de la oración es un motivo que puede ser substituido por otro, y, por tanto,
se necesitaba una mejor segmentación. Los personajes del cuento maravilloso se
clasifican, según Propp, en seis categorías de acuerdo a la acción y a la función que
desempeñan: héroe o protagonista, que puede presentarse bajo dos subcategorías, el
buscador y la víctima, otra función que realiza es la de reaccionar ante las peticiones
de un donante, si es que las hay; el falso héroe o usurpador también efectúa la
búsqueda, reacciona ante las peticiones del donante, siempre de forma negativa, y
muestra pretensiones engañosas; el ayudante, que actúa durante los desplazamientos
del héroe sus huidas y su transfiguraciones; el donante, que le proporciona los objetos
mágicos (Propp lo presenta como categoría aparte, pero es, según puedo entender, una
variante del ayudante); una variante del donante es el consejero; el personaje buscado,
por lo general aparece bajo la forma de una princesa, y su padre o guardián; estos,
cuyas funciones a veces no se distinguen, imponen tareas difíciles al héroe, le
imponen una marca con la que será reconocido, descubren al usurpador, reconocen al
verdadero héroe, castigan al agresor, la princesa, por su parte, se casa con el héroe; el
guardián suele ser quien impone las tareas si demuestra hostilidad hacia el héroe
(pero la princesa también puede pedir pruebas), también es el guardián quien suele
castigar al usurpador o falso héroe. Propp señala como personaje el mandatario, cuya
función en enviar al héroe a su aventura (que, como vemos, comparte con el
guardián).
Propp encontró, además que el número de funciones en un texto era muy
reducido, treinta y una para el cuento maravilloso ruso, y que estas funciones se
ordenan en secuencias formando una estructura constante. Las secuencias se
ordenan de varias maneras: una tras otra, una comienza antes de que termine otra,
dos secuencias empiezan al mismo tiempo y terminan en momentos diferentes, dos
secuencias pueden tener un mismo fin, otras veces una secuencia se divide en dos,
como en el caso de buscadores que se separan, y estas terminan uniéndose. Un
proceso característico es la triplicación, que bien puede definirse como dos secuencias
con final fallido, que obliga a volver a empezar, y una última en donde se logra lo que
se pretende.
Como consecuencia, Propp desarrolló la teoría de que existe solo un argumento
general en el cuento maravilloso, y que este se debe catalogar como una clase dentro
del cuento folklórico. Las treinta y una acciones y los seis tipos de personajes
120
proporcionan un sistema de coordenadas (unas 150 combinaciones) que permiten
clasificar y describir cualquier cuento.137
Raglan presentó los relatos simplificados de los héroes clásicos anotando las
coincidencias con el patrón que el presentaba, y asignándoles una puntuación por
coincidencias. Los resultados fueron los siguientes: Edipo, 22; Moisés, 20; Teseo, 20;
Dioniso, 19; Arturo, 19; Perseo, 18; Rómulo, 18; Watu Gunung (héroe de Java), 18;
Heracles (Hércules), 17; Llew Llawgyffes (héroe celta), 17; Belerofontes, 16; Zeus, 15;
Jasón, 15; Pélope, 14; Nyikang (héroe del Nilo Blanco), 14; Robin Hood, 13; Asclepio
(Esculapio), 12; José, 12; Apolo, 11; Elías, 9; Sigfrido, 11.
Entre los años treinta y los sesenta del siglo veinte, la crítica literaria se centró
en los textos, dejando de lado consideraciones extrañas a ellos, como la información
biográfica e histórica, pero a partir de los años cincuenta, surge una nueva
perspectiva que llamada teoría y crítica mítica, que hace que se cambie la crítica de la
retórica al mito, buscando los patrones mentales que producen los relatos, los ritos y
las obras artísticas de cada cultura. Era este un movimiento interdisciplinario en el
que participaba la antropología, la mitología y religiones comparadas y la psicología
junto con la filología.
121
En los años sesenta se propusieron otros patrones que no varían
significativamente el estado de la cuestión.138 Merece la pena, sin embargo, mencionar
a Jan de Vries (1890-1964), autor de Heldenlied en heldensage (Cantos y leyendas
heroicos, 1954) cuya traducción al inglés, Heroic Song and Heroic Legend, apareció en
1963. En esta obra menciona a Hahn y a Raglan, pero no a los demás.
Caro Baroja considera que existen dos posibilidades básicas en la creación arquetípica
de las leyendas: un personaje o acción real se presenta con rasgos legendarios, o su
contrario, un personaje o acción legendarios o ficticios se presenta con rasgos de lo
138 En 1960, Dunn analizó 23 relatos sobre héroes de diversas partes del mundo y propuso su
propio patrón. En 1962, Claire Préaux publicó el resumen de una conferencia en la que
confeccionó un patrón aplicable a los reyes de la antigua Grecia. Archer Taylor en "The
Biographical Pattern in Traditional Narrative" (Journal of the Folklore Institute 1 (1964) 114-29)
resume los patrones de Hahn, Rank, Raglan, Propp y Campbell. La última obra de la que tengo
noticias sobre esta temática es la de varios autores, con introducción de Charles Segal, In Quest
of the Hero (Princeton, NJ, Princeton U. P., 1990), obra recopilatoria de las diversas teorías y
patrones que se han propuesto, con nuevas aplicaciones, como la de Alan Dundes sobre el
patrón biográfico del héroe aplicado a Jesús.
122
real.141 A esto cabría añadir, para otros hechos folklóricos una tercera posibilidad: un
relato ficticio toma prestadas características de otro relato o familia de relatos. En la
adecuación de personajes a los arquetipos se produce una acumulación de anécdotas
o motivos que se amoldan al arquetipo, sea cual sea su procedencia; pero a la vez se
produce una supresión de rasgos y anécdotas que no coinciden con el arquetipo, o que
lo contradicen.142
Si agrupamos en una sola lista los motivos que aparecen en los diversos
autores que se han presentado en este trabajo, podemos ver que se agrupan en torno
a ciclos temáticos que bien pueden estar relacionados con ritos de paso, como afirman
algunos autores, o servir para ajustar un personaje a un arquetipo, como mantiene
Caro Baroja.143 De todas formas, los ochenta y un motivos o secuencias de motivos
que se han obtenido de al confrontar los diversos autores, se pueden agrupar,
tentativamente, en torno a ciertos momentos de la vida del héroe:
142 Una de las últimas obras de que tengo noticias sobre esta temática es la de varios autores,
con introducción de Charles Segal, In Quest of the Hero, Segal, C. (1990), obra recopilatoria de
las diversas teorías y patrones que se han propuesto, con nuevas aplicaciones, como la de Alan
Dundes sobre el patrón biográfico del héroe aplicado a Jesús. Véase también la obra de Allan
B.Chinen, Beyond the Hero: Classic Stories of Men in Search of Soul (Más allá del héroe: Relatos
clásicos de hombres en búsqueda del alma), Chinen, Allan B. (1993).
123
seguridad, daría como resultado el descubrimiento de nuevas series de motivos que
permitirían no la creación de un monomito, sino también la diferenciación de
arquetipos temáticos que podrían permitir la catalogación de los héroes. También
sería interesante llegar a una catalogación de las aventuras por tipos, pues aunque
todas compartan una misma estructura básica de rompimiento del orden-salida-nuevo
orden, las formas en que se manifiesta esta estructura pueden diferir de tal manera
que lo más sensato sería adoptar una clasificación por categorías. Lo mismo se podría
decir de los otros momentos de la vida del héroe. La afirmación de que la infancia del
héroe es un periodo oscuro no es del todo cierta si se tiene en cuenta, por ejemplo, los
hechos del Hércules niño, los hechos del niño Jesús según los evangelios apócrifos o
los relatos sobre la infancia de Merlín; todos ellos quedarían catalogados como “niños
prodigiosos” frente al tipo de la infancia oscura. Queda por incluir en este estudio los
relatos hagiográficos, representativos de la mitología cristiana antigua y medieval, tan
rica en portentos y tan dada a la tipificación, como bien demostraron los bolandistas.
También se debería ahondar en la tipología de la heroína en sus diversos aspectos,
área que no ha sido tocada en los principales estudios sobre este tema.
La relación entre los esquemas, leyes y patrones de las mitologías antiguas, del
folclore medieval y moderno, tanto mítico-legendario como cuentístico, de las versiones
literarias, de la iconografía de varias épocas y de las creaciones popularizantes de
nuestros días nos permitirían poder discernir con mucha mejor claridad los
componentes del llamado imaginario colectivo, y de su uso combinando perspectivas
diacrónicas y sincrónicas, por una parte, y el uso tradicional con el uso de la tradición
por agentes externos a ella.
Lista de motivos:
3. Su madre es una princesa. (Hahn, Raglan) que vive en su propio país (Nutt).
Reina o diosa (Rank).
124
suele también ser su primogénito, excepto si su padre es un dios. Con pocas
excepciones, su padre solo se casa una vez (Raglan).
15. Lo recoge una pareja de clase baja (Rank), pastores sin hijos (Hahn, Nutt) o
una viuda (Nutt), un pastor, un pescador o un jardinero (Vries).
16. Es criado por padres adoptivos en otro país (Raglan), por un ser mitológico
(Vries). El caso de Moisés es una interesante variante por inversión; es hijo de
una familia humilde y es adoptado por una familia real.
22. El agresor intenta engañar a su víctima para apoderarse de ella o de sus bienes
(Propp).
125
24. Fechoría o carencia: El agresor daña o causa perjuicios a uno de los miembros
de la familia. Alguno de los miembros de la familia carece de algo o desea
obtenerlo (Propp).
26. Rechazo inicial del héroe, que puede adoptar la forma de huida (Campbell).
29. Marcha a un país extraño (Hahn, Nutt). Regresa a su casa o hace un viaje a
otro reino (Raglan). Uno de los miembros de la familia se aleja de casa; pueden
ser los padres y este alejamiento puede ser reforzado al presentarlo como
muerte; pueden ser los miembros de la generación joven (Propp).
30. El héroe sufre una prueba que introduce al donante (de un objeto mágico, por
lo general) (Propp).
35. El camino de las pruebas, camino en que el héroe se encuentra con los
aspectos peligrosos de los dioses (Campbell).
126
41. La tentación: la mujer como tentadora o la agonía de Edipo (Campbell). Gana a
una doncella después de haber pasado una aventura peligrosa (Vries).
42. El perdón del padre: la reconciliación del héroe con su pasado, que le permite
mirar hacia el futuro (Campbell).
43. La bendición final. Puede ocurrir que el héroe no regrese y se quede como el
Buda, en la bendición final; puede ser que el héroe, en vez de seguir el camino
correcto, haya robado la bendición final y que como Prometeo quede
crucificado a una roca (Campbell).
62. Mata a su padre (Rank). Mata a los que le persiguieron en su infancia (Hahn,
Nutt) Se castiga al agresor o al usurpador (Propp).
64. El héroe se casa con una princesa, hija del rey al que sucede (Propp), o con su
viuda (Raglan).
127
65. Es coronado rey (Raglan, Propp). Gobierna su país (Hahn, Nutt)
68. Reina durante una época sin que nada digno de mención suceda (Raglan).
71. El héroe pierde el favor de los dioses, de su pueblo o de ambos. Este cambio es
repentino, no gradual (Raglan).
72. El héroe es expulsado (Vries); a veces tienen que partir en una misión sagrada
(Raglan).
78. A menudo muere por el fuego, o por un rayo, o asciende al cielo (Raglan).
128
Otras mujeres fatales que aparecen en la Biblia son Dalila, la amante de
Sansón, que logra, por medio de seducciones, descubrir dónde residía su poder y
reducirlo. Jezabel, mujer fenicia que se casó con el rey de Israel Acab y lo convenció
para que construyese un templo a Baal en Samaria, fue la gran enemiga de Elías. En
el Apocalipsis aparece la Prostituta de Babilonia, símbolo de todos los males. Salomé
es otra de las mujeres fatales; esta consigue gracias a sus poderes de seducción que
Herodes mande cortar la cabeza a Juan Bautista y que se la envíen servida en un
plato.
Un tema muy repetido en los relatos folklóricos es el relato en el que una mujer
se enamora de un joven e intenta seducirlo, pero este la rechaza. Al sentirse
menospreciada, lo acusa de haber intentado violarla. Este es el caso de uno de los
cuentos más antiguos de Egipto, el de los dos hermanos, y también aparece el de de
José y la mujer de Putifar o en el de Fedra e Hipólito.
Fatal es también para los hombres la diosa Diana, que mata al que la ve
desnuda. Conocida es también la aventura de Ulises y las sirenas, cómo colocó cera
derretida en los oídos de sus marineros y mandó que lo ataran al mástil del navío con
la orden expresa de no desatarlo hasta que estuvieran bien lejos de las rocas donde se
posaban estos seres con cuerpo de ave y cabeza de mujer, cuyos cantos embelesaban
a quien los oían, pero al mismo tiempo eran la causa de su muerte junto a las rocas.
Otra aventura de Ulises con una mujer fatal es la que tiene con Circe, que convertía
en animales a los hombres.
En las leyendas artúricas está el hada Morgana o Morgan Le Fay, que consigue
tener un hijo con Arturo.
El hada Morgana (Fata Morgana, Morgan la Fée) es media hermana del rey
Arturo por parte de madre y enemiga de Ginebra. Consiguió que Merlín le
enseñase el antiguo saber de la magia y llegó a conocerlo tan bien que fue capaz
de vencer a su maestro. Adoptando el cuerpo de Ginebra, logró acostarse con su
hermano, y de él concibió a Mordred, que será quien venza a Arturo, pero a la
vez morirá a sus manos. Vigila a Merlín en su encantamiento.
129
que en el coito, el pene es comido por la vagina. Las lujuriosas lamiae de la mitología
clásica, hijas de la diosa serpiente Lamia son un ejemplo.
Lamia era una reina de Libia que fue amada por Zeus. Hera, rabiosa, mató a
sus hijos y Lamia se convirtió en un monstruo en forma de serpiente de la
cintura para abajo. Lamia, envidiosa de otras madres, solía devorar a los niños
de muy corta edad.
Cántame, Musa de voz clara, hija del gran Zeus, a la Madre de todos los dioses
y de todos los hombres, a la que agrada el estruendo de los crótalos y
tamboriles, así como el rumor de las flautas, el griterío de los lobos y de los
130
leones de feroz mirada, los montes fragorosos y los torrentes cubiertos de
vegetación.145
El culto a la Magna Mater frigia o Cibeles fue introducido en Roma en 204 a.C.,
durante la guerra contra Cartago. En la época imperial el culto a Isis tuvo una gran
expansión. La influencia de Creta y del Asia menor llevó al mundo clásico a realizar
representaciones de las diosas de la fertilidad acompañadas por una criatura
masculina, un joven dios que nace y muere, mitos que estudió el investigador de las
religiones índicas, Jean Przyluski (1885-1944), en La Grande Déesse: introduction à
l´étude comparative des religions (1950).146
El mito de la Madre y del hijo divino recuerda a muchas madres de héroes que
desarrollan una función intercesora. En el cristianismo, Cristo acaba siendo el Sol
invictus y María la Stella Maris, cuyos antecedentes pueden ser paganos. Ya en época
medieval, en los siglos XII y XIII se desarrolla en Europa un intensísimo culto a la
Virgen María como Madre de Dios, y como corredentora, madre también del género
131
humano. A diferencia de las diosas madres de otras religiones, que tienen una doble
faceta benévola y malévola, la Virgen del cristianismo se presenta, como regla general
de manera maternal y benévola con los seres humanos, aunque existen algunas
excepciones cuando se trata de enfrentarse a sus enemigos (como se puede ver en
algunos de los Milagros de Berceo, por ejemplo).
Algunos han querido ver una trinidad femenina en el culto de la Gran Diosa.
Simbolizada por la luna, esta trinidad se muestra en tres aspectos: como doncella,
como madre y como tumba. Estas cualidades muchas veces no se dan solas, sino que
se combinan; así María en el cristianismo es virgen y madre; Ártemis era una diosa
virgen que también traía consigo la muerte, sobre todo a los hombre que la
sorprendían. La diosa Kali de la India participa de la naturaleza de madre y de tumba.
Estas tres facetas son, desde luego, aspectos de la concepción humana de la Tierra:
sin labrar (virgen), cultivada (madre) y receptora de los cadáveres (tumba).
46. La hierogamia
En el Neolítico se desarrolló la agricultura. Esta nueva tecnología produjo una
nueva concepción de la relación entre el hombre y la tierra: “la cosecha se concebía
como el fruto de un matrimonio sagrado”.147 Este matrimonio se solía realizar entre el
rey y la diosa o su representante. La boda sagrada entre el rey y la diosa es un rito de
la fertilidad y un tema mitológico que fue estudiado por los ritualistas victorianos.
Eran estos un grupo de historiadores y filólogos clásicos que veían en el rito la raíz y la
explicación del mito. Según ellos, los reyes amantes de la diosa (o de la sacerdotisa o
reina que la representa), acaban siendo sacrificados, generalmente destrozados. Esta
es la tesis que desarrolla George Frazer en su extensa obra, La rama dorada.
La hierogamia abre y cierra los ciclos míticos. Es el principio y el fin del héroe.
Existen hierogamias teriomórficas, como la del rey y la yegua de los celtas o la de la
reina y el toro que queda reflejada en los mitos de Europa y de Pasífae.
Rafael Patai en The Hebrew Goddess (La diosa hebrea, 1967) presenta varias
deidades femeninas parejas de los dioses masculinos del tipo Allah y Allat, Baal y
Baalat, o la Astarté o Istar. El Cantar de los Cantares es un libro que tiene también
relación con la hierogamia.
132
Gilgamesh, que puede considerarse como una muestra del héroe que rechaza lo
divino, que quiere independizarse de los dioses y que al final se tiene que conformar
con la vida mortal, rechaza la hierogamia e insulta a Istar echándole en cara el fin
trágico que han tenido sus amantes.
47. El incesto
Como se ha visto en la biografía del héroe, el incesto es otro de los temas
mitológicos recurrentes. Las mitologías están llenas de matrimonios entre hermanos.
En el antiguo Egipto, el faraón casaba con su hermana. El mito que más influencia ha
tenido en la cultura occidental, sobre todo a partir de Freud, es el de Edipo, que trata
precisamente del incesto. En las cosmogonías la pareja primordial a menudo está
formada por dos hermanos. El patriarca considerado como padre de los pueblos
semitas, Abraham, estaba casado con su medio-hermana, Sara. Por otra parte, la
pareja madre-hijo se repite en las mitologías; la Magna Dea se aparea con sus propios
hijos para dar lugar a la creación.
Adonis nació del incesto de un rey del Asia Menor con su hija Mirra, que
enamorada apasionadamente de su padre por venganza de Afrodita, yació con él tras
haberlo emborrachado; Afrodita encerró al infante recién nacido en un cofre; el chico
fue criado por la reina de los infiernos, Perséfone. En algunas versiones de la leyenda
artúrica, Mordred, hijo de Arturo, lo es también de su hermana Morgana, que yació
con él engañándolo al adaptar la apariencia de la reina Ginebra, esposa de Arturo. Al
final, Arturo muere a manos de su hijo, a quien también mata. En el folclore hispánico
se da el romance de Delgadina, que narra un intento de incesto entre padre e hija.
Quizá una de las historias más interesantes sea la de Gregorio papa, que ha
mantenido el relato edípico vivo en la tradición cristiana:
133
El emperador Marco tenía un hijo y una hija. Cuando ya estaba a punto de
morir, llamó a su hijo y le encomendó mucho a su hija, diciéndole que le
proporcionara un buen marido y que la quisiera como a sí mismo. El nuevo
emperador cumplió los deseos del padre; tenía a su hermana siempre a su lado
y la trataba con mucho cariño, tanto, que se enamoró perdidamente de ella y
acabó violándola. La chica quedó preñada y entonces decidieron llamar a un
viejo consejero de su padre para que los aconsejara. Antes de llamarlo, ambos
se confesaron. El anciano caballero les dijo que el joven emperador debía
marchar en peregrinación a Tierra Santa, dejando a su hermana de regente y a
su cuidado.
La caja navegó por el mar hasta que llegó a la costa de un país donde había un
monasterio. Ese día, el abad había mandado a los pescadores que salieran a
buscar pescado. Mientras preparaban las redes, la caja llegó a la orilla. El abad
mandó recogerla y abrirla. Cuando el niño vio al abad, le sonrió. El abad lo
cogió en sus manos y vio las tabletas. Tras leerlas, lo bautizó dándole su propio
nombre, Gregorio. Después se lo entregó a un pescador para que lo criara con el
oro y la plata que había en la caja.
El niño creció querido por todos, y al cumplir los siete años, el abad se ocupó de
su educación. Un día que estaba jugando a la pelota con el hijo del pescador,
golpeó a este demasiado fuerte con la pelota y el niño marchó llorando a los
brazos de su madre. Esta lo llamó vagabundo, sin familia y sin patria. Gregorio,
compungido, preguntó a quien creía su madre si no era verdaderamente su hijo,
y ella le contestó que lo habían encontrado en una caja. Gregorio marchó
llorando al abad y le pidió permiso para marchar de soldado por el mundo a
buscar a sus padres. Por mucho que el abad insistió, no logró convencerlo, así
que lo armó caballero y lo despidió mientras todos se lamentaban.
134
Gregorio pactó con unos marineros su viaje a Tierra Santa, pero en el viaje
tuvieron vientos contrarios y acabaron en el país donde estaba la ciudad en que
se había refugiado la emperatriz. Gregorio entró a la ciudad y preguntó dónde
estaban y quién reinaba. Un caballero le contó sobre la muerte del emperador y
el estado de la emperatriz. Gregorio se ofreció como soldado, y el caballero lo
presentó al senescal, que lo aceptó gustoso, pactando su sueldo y el tiempo de
su servicio, que era de un año. Gregorio luchó tan bien que ganó todas las
batallas, reconquistó las tierras de la emperatriz y hasta llegó al palacio del
duque y le cortó la cabeza. Cuando el año se había cumplido, se le ofreció como
pago y recompensa la mano de la emperatriz, que aceptó gustosa casarse con
su benefactor. Los dos se amaron con ternura. Un día que Gregorio se había ido
de caza, una criada le contó a la emperatriz que el emperador solía meterse en
una cámara privada y allí lloraba un rato, luego salía, se lavaba la cara y volvía
a estar alegre como antes. La emperatriz decidió entrar en ese cuarto y allí
encontró las tablillas que había escrito. Cuando llegó Gregorio de la caza, lo
llevó aparte y le preguntó de dónde había sacado esas tablillas. Gregorio le
contó su vida y allí supieron que eran madre e hijo, además de mujer y marido.
135
48. El niño divino
Los relatos sobre las infancias de Zeus, Apolo, Hermes, Dioniso, Heracles en la
mitología clásica, y en la Biblia los de Moisés, Sansón, David, y el Jesús del pesebre,
adorado por pastores y magos nos presentan la llegada al mundo del niño maravilloso.
Es sin duda el hijo de dios encarnado. En uno de los himnos homéricos se presenta el
nacimiento de Hermes de esta manera:
Nacido al alba, tañía la lira a mediodía y por la tarde robó las vacas del Certero
Apolo.148
Anquises, el más glorioso de los hombres mortales. Ten ánimo y nada temas en
tu corazón en demasía. Pues no hay temor de que vayas a sufrir mal alguno, al
menos de parte mía ni de los demás Bienaventurados, pues en verdad eres
amado de los dioses. Tendrás un hijo que reinará entre los troyanos y les
nacerán hijos a sus hijos sin cesar. Su nombre será Eneas.149
La naturaleza del niño maravilloso se debe sin duda a que su padre bien pudo
haber sido un dios. Se contaba que Teseo fue engendrado de la siguiente manera:
Aetra estaba desposada (pero no casada aún) con Belerofonte, pero este cayó en
desgracia y fue expulsado del reino. Piteo entonces emborrachó a Egeo y lo
136
mandó a la cama donde esta Aetra. Esa misma noche, Aetra, obedeciendo un
sueño enviado por los dioses, abandonó al amante borracho y se fue a hacer
libaciones a la tumba de un héroe. Allí Poseidón la agarró y gozó sexualmente
de ella. Meses más tarde, Aetra parió a Teseo.
El mito del niño divino tiende a encarnarse en los niños prodigio, que como
Mozart, son paseados por el mundo causando la admiración de todos, al ser testigos
de sus insólitos poderes.
49. La epifanía
Lo divino no puede quedar oculto por mucho tiempo; debe manifestarse.
Yahuweh tiene varias epifanías (manifestaciones) en el Éxodo: el arbusto que arde, el
pilar de nubes, las tablas de la ley, la destrucción del becerro de oro o la serpiente de
bronce. En este libro y los salmos aparece como una nube de tormenta que cubre la
cima de una montaña. La epifanía es, pues, la manifestación de lo sagrado en el relato
mítico o en la actuación ritual.
Cristo tiene varias epifanías; la primera en Belén, primero con los pastores y
luego con los magos; la segunda en su bautismo, la tercera con la Transfiguración, y
la cuarta en la Resurrección. Si los cristianos celebran la Epifanía el seis de enero, en
Egipto se celebraba el cinco de enero la fiesta del nacimiento del dios Aion de una
virgen. Los cristianos del siglo segundo de nuestra era celebraban el nacimiento de
Jesús en esta misma noche, festividad que continuaba en la mañana del día seis.
Otras comunidades celebraban en esta fecha el bautismo de Jesús, como hemos visto,
otra de sus epifanías. La celebración del veinticinco de diciembre como fecha del
nacimiento de Jesús para sustituir el dies Solis natalis, o cumpleaños del sol, fue
posterior.
137
El héroe índico Karna nació de una virgen que invocó al sol. Los rayos del dios
la fecundaron y después de que el héroe había nacido, restauró su virginidad. El niño
nació armado y adornado con aretes. Atenea, también nació armada de la cabeza de
Zeus, cuando hefesto se la abrió de un hachazo. Otros nacen dotados de todos los
poderes de su estado adulto, como sucedió con el dios azteca Quetzalcoatl que nació
hablando y demostrando una inmensa sabiduría. El héroe bantú Lituolone nació de
una anciana sin la intervención de un hombre, y en un día ya había alcanzado la
estatura de un adulto.
El contacto directo con un dios puede ser letal para los humanos. Los hebreos,
por ejemplo, no se atrevían a tocar el Arca de la Alianza. En los relatos míticos
helénicos, los dioses no suelen mostrarse a los humanos tal como son, sino que
adoptan formas humanas. Su talla suele ser gigantesca, y su aspecto puede causar un
asombro que fácilmente se transforma en un terror mortal: la epifanía puede ser
peligrosa si el dios se presenta en su verdadero aspecto. Recuérdese el mito de Semele,
que quiso ver a Zeus en toda su gloria y esto le costó la vida.
138
simbolizan la imagen perfecta de los padres; los adoptivos, la percepción de sus
imperfecciones; la caja y las aguas, el estado prenatal, y la venganza, el odio hacia la
imperfección paterna. Rank desarrolló en esta obra uno de los principios más
importantes en el método psicoanalítico, lo que se ha venido a llamar la “inversión
proyectiva”, por medio de la cual se cambian en la mente del individuo los papeles de
víctima y agresor. Si bien en las biografías de los héroes indoeuropeos existe una
figura paterna que intenta matar al héroe en su nacimiento, y puesto que los padres
indoeuropeos querían tener hijos –de hecho valoraban más los hijos que las hijas–,
Rank concluyó que, por razones edípicas, era el hijo quien deseaba la muerte de su
padre, pero esto no podía ser admitido conscientemente; de ahí que en los relatos los
papeles se inviertan. En estos relatos, los hijos que acaban matando a sus padres lo
hacen en defensa propia, y por tanto están libres de culpa.151
Leto fue amada por Zeus, que la dejó preñada de dos criaturas. La celosa Hera
la persiguió no permitiendo que diera a luz en ninguna tierra. Finalmente la isla
Ortigia, que flotaba libre en el mar, acogió a la parturienta, y los dioses
permitieron que naciera primero Ártemis, para que ayudara a su madre en el
parto de su hermano Apolo. Como premio, Ortigia fue fijada con cuatro
columnas sobre el fondo del mar y recibió el nombre de Delos. Puesto que Hera
151 Prat Ferrer, Juan José (2006a): 184; Dundes, Alan (1989): 138.
139
había jurado enfurecida encontrarlos en cualquier parte que se escondieran en
el cielo, sobre la tierra o en las aguas, Leto los colgó de una palmera, con lo cual
no se encontraban en ninguno de los tres lugares. Hera, que no perdonaba
fácilmente a las amantes de su marido ni a sus hijos, hizo que Gea creara a la
serpiente Pitón para que devorara a los niños, pero Apolo, que creció en cuatro
días, la mató.
140
mataban a uno de los gemelos, lo mismo hacían los hotentotes de África. Los bantúes
mataban a los dos y la madre quedaba maldita y sufría la exclusión de la comunidad.
Los nativos de Formosa también los mataban y abandonaban el lugar donde habían
nacido. Entre los babilonios se consideraba que era de muy mala suerte traer gemelos
al mundo. Otros pueblos, sobre todo africanos, consideraban, por el contrario, un
signo de fecundidad y buena fortuna el que nacieran gemelos y se los paseaba por los
campos para que aumentaran su fecundidad. Los yorubas, tanto los de África como
sus descendientes de América, dan culto a los gemelos a quienes llaman ibeyis
(representados en la santería por los santos Cosme y Damián si son varones, y por
Justa y Rufina, si son hembras). Son deidades mimadas; se les ofrece dulces y fruta,
que les gusta mucho. Los ibeyis tiene el poder de traer buena o mala fortuna, y por
esta razón sus padres intentan complacerlos en todo lo que puedan. Cuando una
pareja tiene ibeyis todos se alegran, porque es un signo de prosperidad. Si una madre
lleva a sus ibeyis al mercado y pide algo para sus hijos, todos darán alguna cosa, y la
madre hará cualquier cosa que ellos le pidan.
Según los mixtecas, los primeros seres humanos fueron los gemelos
primordiales. Los Asvins védicos eran dioses gemelos relacionados con los caballos,
protectores contra las enfermedades y donadores de la fecundidad.
Acrisio fue el abuelo de Perseo, quien lo mató sin querer lanzando un disco en
una competición deportiva. Ya el oráculo había predicho muchos años antes
que moriría a manos de su nieto cuando le pedía a los dioses un vástago varón.
Otro par de gemelos son Pelias y Neleo, hijos de Tiro, que los tuvo tras haber
sido engañada por Poseidón. Ella, temiendo la ira de su madrastra, los expuso
en una montaña. Una yeguada pasó por ahí, y la yegua dominante pateó la cara
de uno de ellos. La dueña los recogió y crió; dio al herido, al que llamó Pelias, a
que lo amantara la yegua, y al otro, Neleo, lo dio a criar a una perra. Cuando se
enteraron de su origen fueron a buscar a su abuelastra, y a pesar de que se
refugió en el altar de Hera, Pelias la mató. Entonces regresaron con su madre,
que se volvió a casar. Cuando su padrastro murió, los gemelos se pelaron por el
trono; Pelias se apoderó del trono y expulsó a su hermano.
141
Algunos mantenían que Caín y Abel eran gemelos. Según una tradición hebrea,
Semael, disfrazado de serpiente, copuló con Eva, que concibió a Caín de él, mientras
que Abel era el hijo de Adán. La diferencia de sangre paterna quizá explique la
rivalidad que existe entre los gemelos; en palabras de Karen Armstrong, “Cuando hay
gemelos, o más niños, en el vientre de la madre […] los niños comenzarán a luchar y a
competir para decidir quién tendrá el honor de nacer en primer lugar”.154 Pero los
gemelos más importantes de la mitología hebrea son, sin duda, Esaú y Jacob.
Un parto parecido es el que Tamar tuvo tras haber engañado a su suegro Judá
disfrazada de prostituta sagrada, ya que ni su primer esposo Er, ni su segundo,
Onán, ambos hijos de Judá, le habían dado hijos. Judá no le entregaba su
tercer hijo, según marcaba la costumbre, para que tuviera descendencia porque
veía que sus hijos morían cuando se casaban con esta mujer. Así que Tamar
copuló con Judá y quedó preñada. En el parto resultó que llevaba mellizos y
uno de ellos sacó el brazo; la partera le ató una cinta roja en la mano, pero
después la mano volvió a entrar y nació el otro hermano.
Ásmund habló:
142
―No te mataré ―le contestó Ásmund―, pero quiero que vengas conmigo
a presencia del rey.
Según Santiago Ibáñez, traductor y editor de esta historia, este juramento era
algo normal en las sagas antiguas. Constaba de tres momentos; primero cortaban un
tepe alargado en forma de cinta y lo levantaban con una lanza por el centro, después
pasaban por debajo y hacían correr su sangre en el agujero que quedaba, y finalmente
formulaban un juramento en el que se incluían fórmulas mágicas. Otros dos guerreros
nórdicos que se hicieron hermanos de sangre con esta ceremonia tras haber luchado
con fiereza durante dos días fueron el noruego Odd y el sueco Hjalmar, cuyas
aventuras se relatan en otra saga escrita en el siglo XIII. En la antigua Lidia, hoy parte
de Turquía, la ceremonia consistía en chupar la sangre que manaba del brazo del
compañero. Entre los escitas, se mezclaban las sangres con vino en una copa y los dos
bebían de ella.
53. El fratricidio
Hemos visto que dos hermanos, sobre todo si son gemelos, no durarán vivos
mucho tiempo; uno matará a otro. En la Biblia se dan luchas fratricidas no solo entre
Caín y Abel o Esaú y Jacob, sino también entre José y sus todos sus hermanos.
Tras haber sido expulsados del Edén, Adán y Eva se unieron y tuvieron un hijo,
a quien llamaron Caín. Luego Adán se unió a Eva de nuevo y tuvo a Abel. Caín
era labrador y Abel, pastor. Un día Caín ofreció en sacrificio a Yahuwé los frutos
de la tierra, pero sentía que él los rechazaba. Abel también sacrificó al dios, y
vio que este aceptaba gustoso su sacrificio. Entonces Caín comenzó a odiar a su
hermano menor, a pesar de que Yahuwé lo recriminaba por ello. Un día Caín
sacó a Abel al campo y lo mató golpeándole la cabeza con una quijada de burro.
Poco después Yahuwé pregunta a Caín dónde está su hermano Abel, y él le
contesta “No lo sé, ¿soy a caso el guarda de mi hermano?” a lo que Yahuwé le
responde “La voz de la sangre clama contra ti desde la tierra. Maldito serás de la
tierra que abrió la boca para recibir la sangre de tu hermano. Cuando la labres
no te dará sus frutos y andarás sobre ella fugitivo y errante.” Caín le dijo a su
143
Dios. “A partir de ahora, cualquiera que me encuentre me matará”. “Si alguien
se atreve a matarte, serás vengado siete veces”, dijo Yahuwé, y puso a Caín una
señal para que todos lo reconocieran.
144
El héroe tiene la sensación de que en su vida o en su sociedad falta algo […] Por
eso abandona el hogar y emprende peligrosas aventuras. Lucha contra
monstruos, escala montañas inaccesibles y atraviesa oscuros bosques, y
mientras lo hace su antiguo yo muere y el héroe descubre algo o aprende
alguna habilidad, que después transmite a su pueblo.157
55. La prueba
Un tipo de prueba son las adivinanzas, que requieren más ingenio que fuerza
para pasarla. Se dan en el mito de Edipo, en las preguntas del santo Grial, en el relato
de Sansón y Dalila, o en el de Salomón y la reina de Saba. A veces esta prueba toma la
forma de un problema que hay que resolver, como la trampa el que le puso Prometeo a
Zeus cuando le dio a escoger la parte del sacrificio que iría a los dioses.
145
El lenguaje enigmático, por otra parte, es típico de los oráculos, que solo el
iluminado los logra entender; también los profetas muchas veces hablaban de modo
enigmático. Las profecías de Nostradamus siguen en la cultura popular moderna esta
misma línea. La adivinanza se presenta también como prueba iniciática. Por eso en
algunos relatos se pone en la puerta que da acceso a algún lugar. Solo quien responde
correctamente entrará. Este motivo se ha usado en El nombre de la rosa y en El señor
de los anillos.
Otro tipo de prueba que identifica al héroe es la de llevar a cabo una acción
que nadie más puede realizarla. El ejemplo más típico de este tipo de pruebas está
representado por el joven Arturo y la espada clavada en el yunque.
56. La competición
La obtención del objeto deseado muchas veces se logra por medio de una
competición. El objeto deseado, en muchos relatos de aventuras heroicas, es una
mujer y contra ella debe competir.
146
contra el objeto deseado
Competición
contra adversarios que desean el mismo objeto
Algo parecido sucede con la diosa Tetis, de quien se había predicho que su hijo
sería muy superior a su padre. Puesto que ningún dios se atrevía a casarse con ella,
se eligió a un mortal.
La suerte cayó sobre Peleo, que tuvo que sujetarla fuertemente mientras ella,
para escapar, se transformaba en todo tipo de seres. Peleo no la soltó de sus
brazos, y ella al fin vencida, consintió en unirse a él. De esta unión nació
Aquiles.
El pescador beocio Glauco encontró una hierba mágica que hacía que los
pescados volvieran a la vida; la comió para hacerse inmortal, y quedó
transformado en centauro marino, hombre con cola de pez. Glauco amaba a la
ninfa Escila, pero esta no le hacía ningún caso, entonces acudió a Circe la
147
hechicera, pero esta se enamoró perdidamente de Glauco. Al ser rechazada,
envenenó el agua en la que la ninfa se bañaba y esta se transformó en un
monstruo terrible de doce pies y seis cabezas. Allí se quedó la ninfa
inmovilizada destruyendo todo lo que podía atrapar con sus cabezas. Cuando
un barco pasaba cerca, agarraba con cada cabeza a uno de los marineros y se
los comía. En uno de sus viajes a Sicilia, Heracles la mató.
Niobe, castigada a ver morir a sus siete hijos por las flechas de Apolo y luego a
sus siete hijas por las flechas de Ártemis los lloró tanto durante nueve días y nueve
noches que acabó siendo transformada en una piedra.
El rey Tereo de Tracia violó a su cuñada Filomena y le cortó la lengua para que
no pudiera contar al infamia a su hermana Progne. Filomena bordó en una tela
lo sucedido y juntas urdieron la venganza: Mataron al hijo que Progne tuvo con
Tereo y se lo dieron a comer. Cuando Tereo se dio cuenta de lo que estaba
pasando, persiguió a las dos hermanas, pero los dioses transformaron a Procne
en golondrina y a Filomena en ruiseñor, que cantará eternamente su desgracia.
Cadmo pide ser transformado en serpiente al ver que todos sus males proceden
de la serpiente hija de Ares que mató. Muchos de los relatos de metamorfosis son
mitos etiológicos.
Las metamorfosis no se agotan con los mitos, perduran en los cuentos y en las
leyendas tradicionales e influyen en la literatura. Los personajes de los cuentos
populares se ven transformados en ciervos, en ranas, en cisnes y en palomas debido a
los encantamientos de las brujas y hechiceras sobre todo. A veces las metamorfosis
obedecen a leyes ocultas al receptor; así, el primer cambio de sexo de Tiresias o la
148
transformación en ciervo de un niño al beber del agua de un charco. De vez en cuando
encontramos a amantes que al morir se transforman en árboles cuyas ramas se
entrelazan o en aves que desaparecen volando juntas.
Tetis era una diosa que se había visto obligada a casarse con un mortal, ya que
el oráculo había predicho que el hijo sería mayor que el padre. A esta boda
fueron invitados todos los dioses, excepto Eris, la discordia, que enojada, lanzó
entre los asistentes una manzana de oro con la inscripción “para la más
hermosa”. La disputa por esta manzana ocasionó el juicio de Paris, que causó la
guerra de Troya. Fruto de este matrimonio fue Aquiles. Para hacerlo
invulnerable, su madre lo bañó en las aguas de la Estigia, el río del Hades. El
talón por donde lo sostenía quedó seco, por lo que era su único punto débil.
Las armas del héroe son importantes, a veces son regalo de los seres
sobrenaturales, otras han sido cobradas en batallas. Muchas veces tienen cualidades
mágicas. La descripción de las armas, tanto las defensivas como las ofensivas es parte
de la aristeia. Algunos héroes tienen armas que los caracterizan. Las más nobles son
la espada y la lanza, luego vienen el arco y las flechas o el puñal.
149
que gran valor, realiza sus hazañas más importantes en solitario, ya que es el único
que se atreve a enfrentarse con ellos.
2. El héroe se prepara
A veces se narra la pelea con cada uno de ellos, describiendo los golpes
y sus efectos, otras se hace solo un recuento de muertes
150
6. Ayuda sobrenatural
8. El combate singular
Esto suele ocurrir tras una serie de golpes, generalmente tras unos
momentos en que parece que el antagonista va a vencer.
11. Se produce una lucha ante el cuerpo del enemigo. Finalmente sus
amigos logran retirarlo.
151
suceder que la lucha acabe en empate, cosa típica de los relatos que narran la
amistad entre dos héroes.
60. El dragón
El dragón se concibe como una serpiente alada a la que se añaden también
patas. A veces su cuerpo se asemeja más al del cocodrilo que al de un lagarto alado. El
dragón está relacionado con el fuego, ya que una de sus cualidades principales es
despedir llamas por la boca. El águila, reina de las aves, es su gran enemiga. Al igual
que la serpiente, es un animal que suele guardar algún recinto o tesoro. Su destino en
los relatos es ser vencido y muerto por el héroe, tema que se repite en la novela
caballeresca medieval. Hubo varios dragones famosos en la Antigüedad, uno fue el que
custodiaba el vellocino de oro (que fue sometido por los encantadores sones de la lira
de Orfeo, según unos, y según otros, gracias a la magia de Medea) que Jasón robó.
Otro fue el que mató Perseo.
En la Roma antigua se mostraban los huesos del dragón que había atacado a
Andrómeda, que, al parecer, eran los de una ballena. Recuérdese también el famoso
dragón que mató Sigfrido y cuya sangre le sirvió para hacerse invulnerable, excepto en
un lugar de la espalda, donde le había caído una hoja de tilo que impidió que se
empapara en la sangre mágica.
152
estas criaturas, consideradas encarnaciones del Diablo: Perpetua, Antonio de Egipto,
Margarita de Antioquia, Gregorio y Martín de Tours, entre ellos.
61. La iniciación
Entre los años treinta y los sesenta del siglo veinte, la crítica literaria se centró
en los textos, dejando de lado consideraciones extrañas a ellos, como la información
biográfica e histórica, pero a partir de los años cincuenta, surge una nueva
perspectiva llamada “teoría y crítica mítica”, que hace que se cambie la orientación
crítica de la retórica al mito, buscando los patrones mentales que los relatos, los ritos
y las obras artísticas de cada cultura nos muestran. Era este un movimiento
interdisciplinario en el que participaban la antropología, la mitología, el estudio
comparado de las religiones y la psicología, junto con la filología.
La obra de Joseph Campbell, The Hero with a Thousand Faces (El héroe de las
mil caras), escrita en 1956, es una clara representante de este movimiento. Campbell
seguía al psicólogo suizo Carl Jung y a su teoría del arquetipo que nace del
inconsciente colectivo. Para Jung el mito reflejaba los arquetipos de este inconsciente
y servía como su representación colectiva. Campbell añade que los mitos también
sirven para mantener el sentido de misterio de la creación y para proporcionar una
imagen simbólica del mundo de lo creado. Además, proporciona un modelo de orden
social y lo justifica por su origen divino. Pero lo más importante para Campbell era
que los mitos servían de elemento armonizador entre los seres humanos y sus
sociedades y el cosmos.
A pesar de que Campbell sigue una cadena de estudios, solo hace una
referencia a la obras de Rank en una nota a pie de página, y no menciona a los demás.
Aunque no lo menciona, Campbell sigue a Raglan, pero se centra en el núcleo de la
vida del héroe, la aventura, dividiéndola en tres apartados: separación, iniciación y
regreso.
Separación y salida:
153
6. En el camino de las pruebas, el héroe se encuentra con los aspectos
peligrosos de los dioses.
10. La bendición final. Puede ocurrir que el héroe no regrese y se quede como el
Buda, en la bendición final; puede ser que el héroe, en vez de seguir el
camino correcto, haya robado la bendición final y que como Prometeo
quede crucificado a una roca.
Regreso e integración:
62. La apoteosis
En su acepción más estricta, la apoteosis es el momento en que un ser
humano obtiene la inmortalidad y es acogido por los dioses, pero se suele ampliar el
154
significado para incluir el momento del reconocimiento del héroe como tal y de su
glorificación ante los hombres; representa el final feliz. En la aventuras de tipo
espiritual la apoteosis puede coincidir con algún tipo de epifanía o de iluminación. Así
ocurre en la búsqueda del santo grial o en la historia del Buda.
En el Nepal vivía el rey Sudodana con su esposa Maya. Un día, hacia el año 563
a. C., Maya es fecundada, según algunos, en sueños, por un pequeño elefante
de seis colmillos. Ocho sacerdotes explicaron al rey que el niño que iba a nacer
sería santo. La reina salió al jardín y un árbol se inclinó ante ella. Se agarró a
una de sus ramas, y entonces salió de su costado un niño al que llamaron
Sidarta Gotama. En ese momento sonó una música maravillosa en todo el
mundo, los ciegos comenzaron a ver y los sordos a oír.
El rey crió a su hijo rodeado de lujos y placeres evitándole todo contacto con
nada que fuera desagradable o doloroso. Sidarta casó con una prima y tuvo un
hijo. Cuando tenía unos treinta años comenzó a sentir curiosidad por saber
cómo era el mundo y quiso salir a conocerlo. Aunque su padre quiso apartar en
su salida cualquier visión desagradable, Sidarta conoció la pobreza, la vejez, la
enfermedad, el dolor y la muerte. En otra salida conoció a un anacoreta y quedó
impresionado por la paz que emanaba.
La apoteosis del héroe está ligada con la figura del rey, ya que este se convierte
en el centro del poder. El orientalista francés René Guénon (1886-1951) estudia como
se manifiesta el centro de poder en el arquetipo del rey en su libro Le roi du monde160,
publicado en París en 1927, En la obra presenta sus teorías sobre la Kábala o el
Preste Juan, e intenta explicar ciertos pasajes bíblicos como la investidura de
Abraham por Melquisedec, la adoración de los Reyes Magos o la leyenda del Grial y su
rey Pescador161.
161 Cfr. Guénon (2005). Para más información sobre Guénon véase Waterfield, R. (2002).
155
63. La muerte del héroe
La muerte del héroe forma parte de muchos relatos míticos, y ya fue señalado
por los que se dedicaron a buscar la biografía arquetípica del héroe que esta se
produce muchas veces en extrañas circunstancias. Mientras que la forma natural de
muerte para un héroe épico es en la lucha, los héroes fundadores o civilizadores
suelen desaparecer sin dejar rastro (como Moisés), o son abducidos de forma
aparatosa (como Elías). He aquí el final de Rómulo, el fundador de Roma, tal como lo
narra Tito Livio:
En una ocasión en que asistía a una concentración para pasar revista a las
tropas en un campo junto a la laguna de la Cabra, se desató de golpe una
tempestad con gran fragor de truenos y envolvió al rey en una nube tan densa
que los reunidos no podían verlo; después, ya no reapareció Rómulo sobre la
tierra.162
Ha habido gente que espera el regreso de algunos de los héroes que han
desaparecido, como es el caso de Elías, del emperador Federico o el joven rey
Sebastião de Portugal.
Vivió Abraham ciento setenta y cinco años. Expiró y murió en senectud buena,
anciano y lleno de días y fue a reunirse con sus padres.
156
Oración o canto del patriarca
Los héroes épicos suelen tener una muerte honrosa en batalla luchando contra
otro héroe; si no es así, muchas veces mueren asesinados a traición, como ocurre con
Agamenón o Sigfrido; se convierten entonces en héroes trágicos. Épica y tragedia se
unen en la muerte de Sorba, hijo del héroe persa Rostam. Ambos luchan en batalla
sin reconocerse. El padre hiere mortalmente al hijo, y solo en la conversación final se
dan cuenta de quiénes son. Esta anagnórisis trágica (o reconocimiento fatal) se repite
en otros relatos.
Aquiles y Héctor son los héroes épicos más representativos que mueren en
batalla. Pero cada mitología tiene sus héroes. Veamos cómo muere el héroe más
importante de la Irlanda tradicional, Cú Chulainn:
157
Blathnat y saltó con ella de lo alto de un precipicio, matándose ambos. Cú
Chulainn había hecho dos votos, uno de no rechazar nunca una invitación a
comer y otro de no probar jamás la carne de perro. Sus enemigos lo invitaron a
comer carne de perro; así tenía que romper uno de los dos votos y con esto se
debilitaría.
Lugaid, hijo de Cu Roi, tenía tres lanzas, cada una de ellas estaba destinada a
matar a un rey según una profecía. Con la primera mató a Laeg, el rey de los
conductores de carros y fiel compañero de Cú Chulainn, con la segunda al
caballo de Cú Chulainn, rey de los caballos y con la tercera hirió al propio Cú
Chulainn, rey de los héroes de Irlanda. Al verse mortalmente herido, Cú
Chulainn se ató a una gran piedra para permanecer de pie. Nadie osó acercarse
a él hasta que un cuervo se posó en su hombro. Entonces supieron que estaba
muerto. Lugaid se acercó y le cortó la cabeza, pero en ese momento la espada de
Cú Chulainn cayó de su mano y cortó la mano de Lugaid.
Los funerales de los héroes clásicos consistían en una serie de ritos que
incluían la construcción de la pira funeraria, el lavado del cadáver con perfumes y la
forma en que se vestía y se coronaba con flores, la procesión fúnebre, la colocación del
cadáver sobre la pira, los lamentos, los sacrificios, la cremación del cadáver, las
libaciones, los discursos funerarios, los juegos atléticos, la cena de comunión, la
recogida y limpieza de los huesos y la edificación de un monumento funerario.
Después había otras reuniones y ritos conmemorativos, como comidas o juegos.
Negarle a una persona un rito funerario era lo peor que se podía hacer;
bastaba, en casos extremos con echar un puñado de tierra sobre el cadáver para
asegurar que el alma del fallecido descansara. Una grave ofensa era dejar que el
158
cadáver fuera alimento de perros y aves. Una impiedad de este tipo podía causar el
más terrible de los castigos de los dioses. Esta preocupación es el tema de la tragedia
Antífona de Sófocles.
Son conocidos varios relatos sobre la importancia que tuvo para las ciudades
estar en posesión de las reliquias de los héroes. Los relatos sobre la búsqueda de las
reliquias y sus traslaciones suelen comenzar con un oráculo que obliga a que la
ciudad envíe a un grupo de hombres en busca de las reliquias para evitar alguna
calamidad, reparar algún daño, o lograr algún beneficio. A veces el lugar del
enterramiento original del héroe es conocido gracias a algún prodigio, como el que
señala Plutarco de Queronea (h. 45-d. 120) –el autor de las Vidas paralelas–, sobre
Teseo, patrón de los atenienses, quien, según la creencia general, en la batalla de
Maratón se había aparecido en forma de guerrero de talla gigantesca que corría al
frente de las tropas atenienses y en contra de los persas:
Tras las Guerras Médicas, siendo arconte Fedón y con motivo de una consulta
de los atenienses, la Pitia les prescribió recobrar los huesos de Teseo y,
depositándolos con grandes honores, conservarlos. Pero había dificultades para
encontrar la tumba, debido a la insociabilidad y barbarie de los dólopes.
Ahora bien, Cimón, cuando se apoderó de la isla [...] mientras ponía todo su
empeño en descubrirla, como quiera que un águila picoteaba con su pico, según
dicen, cierto lugar con forma de otero y lo arañaba con sus garras por alguna
divina casualidad, comprendiendo la señal, lo excavó. Y fue encontrado el
159
féretro de un cuerpo de gran tamaño y, a su lado, una lanza de bronce y una
espada164.
En Atenas descansaban también los restos de Cranaos, su segundo rey, cuya hija,
Attis, dio nombre a su país. Otro héroe, descendiente suyo, Erecteo, tenía un
santuario en la Acrópolis. En Argos se enseñaba la tumba de su fundador, Dánaos. A
Perseo, el matador de Medusa, le rindieron culto muchas ciudades griegas. En
tiempos de Pausanias se mostraba en Esparta la casa de Menelao, a quien se rendía
culto junto con su esposa Helena. Los huesos de Orestes, el hijo de Agamenón se
encontraban bien en Tegea, la ciudad de Arcadia donde reinó, o bien en Roma, en el
templo de Saturno. En Iliria se mostraba la tumba de Cadmo, el héroe inventor del
alfabeto y fundador de Tebas165. En Tebas también se guardaban los huesos de
Héctor, trasladados desde Ilión. Atenas recibió los del héroe tebano Edipo, cuya
leyenda decía que el oráculo había predicho que el lugar donde estuviese enterrado
sería bendecido por los dioses. Cuando estaba a punto de morir, el rey de Tebas quiso
que volviera de su destierro, pero Edipo prefirió morir en la ciudad donde su rey,
Teseo, le había dado hospitalidad.
65. La heroína
Al igual que el relato de la aventura del héroe, el de la heroína muchas veces
implica una búsqueda, cuyo objeto, la mayoría de las veces, es un ser querido
desaparecido. En la Semana Santa española esta búsqueda se ritualiza con las
procesiones que representan a la Virgen María buscando a su hijo. También se puede
ver en los relatos de Démeter, que busca a su hija Perséfone, o en el de Isis, que busca
a su hermano y esposo Osiris.
165 Se contaba que la fundó siguiendo, por orden del oráculo, a una vaca que tenía una mancha
en forma de luna en cada ijar. Donde la vaca se tumbó a descansar, allí fundó la ciudad. En
relación a la teoría de que el alfabeto griego procede del fenicio, nótese que el nombre Kadmos
significa “oriental”.
166 Para más información, Cf. Bloch, Raymond (1963). Linda L. Clader ha escrito sobre la
evolución de lo divino a lo heroico en la épica; Clader, L. (1976).
160
Osiris era un rey de Egipto cuyo hermano Set le tenía tanta envidia que no
dejaba de pensar en la manera en que podría destruirlo. Un día Set fabricó un
ataúd con las medidas exactas de Osiris; después, durante un banquete que
ofreció, invitó a todos los presentes que lo probaran: aquél a quien le quedara
perfecto, recibiría enormes regalos. Todos lo intentaron sin éxito. Cuando Osiris
se metió en él, todos los invitados, que estaban conjurados, saltaron sobre el
ataúd, lo cerraron y clavaron la tapa. Luego lo arrojaron al Nilo. Isis, hermana y
esposa de Osiris, lo buscó durante mucho tiempo, y cuando lo encontró, su
cuerpo ya estaba descompuesto y sus extremidades, separadas. Pero, gracias a
la ayuda de los dioses, en especial de Ra, logró que resucitara. Otra versión
cuenta que Isis ocultó a Osiris en un pantano, pero Set lo encontró y lo
despedazó, haciendo que se dispersasen los catorce pedazos. Isis volvió a la
búsqueda y encontró todos los pedazos excepto uno, los genitales, que habían
sido comidos por los peces. Isis, gracias a sus artes mágicas, logró que
resucitara. Osiris a partir de entonces prefirió reinar sobre los muertos.
3. Un dios la viola.
Casandra era hija de Príamo y Hécuba, los reyes de Troya. Tanta era su belleza
que Apolo se enamoró de ella. El dios le regaló el don de la profecía; en algunas
versiones se cuenta que un día que dormía en el templo del dios, unas
serpientes le lamieron los oídos. Casandra no accedió a las pretensiones
amorosas de Apolo y este la castigó haciendo que nadie creyera sus
predicciones. Algunos dicen que Apolo escupió en su boca. Cuando Casandra
vio que los troyanos introducían el caballo de madera en la ciudad, quiso
detenerlos para evitar la destrucción, pero como la tenían por loca, nadie le hizo
caso. Tras la caída de Troya, Agamenón se la llevó como concubina y parte de
161
su botín. Cuando llegaron a Mecenas, a pesar de los avisos de Casandra,
Clitemnestra y Egisto mataron a Agamenón y a ella.
Medea representa la mujer con poderes chamánicos que ayuda a los héroes a
salir victoriosos:
Medea era sacerdotisa de Hécate y sobrina de la maga Circe. Era hija del rey
Eetes. Cuando Jasón llegó a la Cólquida en busca del vellocino de oro, el rey
Eetes le puso varias pruebas imposibles de realizar. Medea fue de noche a la
tienda de Jasón, le proporcionó pociones mágicas y lo instruyó para que saliera
bien de todas ellas. Cuando Eetes se negó a entregar el vellocino, Medea llevó a
los argonautas hasta el bosque donde una serpiente o dragón, que jamás
dormía, lo guardaba. Avisó a los héroes que no miraran a los ojos al monstruo
para no ser hipnotizados por él y logró, algunos dicen que con la ayuda de
Orfeo, que se durmiera. Tras haber obtenido el vellocino de oro, Medea escapó
con los argonautas y Jasón juró casarse con ella. Eetes envió a su hijo Apsorto
contra los que huían. Medea logró que su hermanastro se presentase solo a
negociar, lo asesinó, despedazó su cuerpo y lo arrojó al mar. Eetes,
desconsolado ante tanta desgracia no pudo perseguir a los argonautas sino que
se quedó intentando recoger los pedazos de su hijo para enterrarlos.
162
Pelías cómo se podía rejuvenecer a un viejo. Cogió al padre de Jasón, lo
descuartizó e hirvió los pedazos en un caldero. Al instante salió rejuvenecido.
Cuando las hijas de Pelías hicieron lo mismo con su padre; este nunca llegó a
resucitar.
El padre de Atalanta quería tener un hijo, y con tantas ganas, que cuando nació
Atalanta, él ordenó que se abandonara la criatura en el monte. Ártemis envió a
una osa para que la amamantara, y luego un grupo de cazadores la crió.
Cuando creció se convirtió en una fiera cazadora.
El joven príncipe Meleagro andaba buscando ayuda para matar al jabalí que
asolaba las tierras de su padre, y eligió entre otros a Atalanta. Fue ella quien
asestó la primera herida al animal, y por tanto, Meleagro le concedió el premio
de la piel. Eurípilo e Ificles, tíos maternos de Meleagro, protestaron y pronto se
armó una pelea entre ellos y Meleagro, que los mató. Meleagro también mató a
dos centauros que intentaron violar a Atalanta.
Resulta que un oráculo había predicho que Meleagro duraría lo que durara una
madera que se estaba quemando en el hogar cuando nacía el héroe. Su madre,
Altea, la retiró, la apagó y la guardó, pero al enterarse de que su hijo había
matado a sus hermanos, tiró la madera al fuego y, al consumirse, Meleagro
murió.
163
el truco de las manzanas de oro. Algunos cuentan que participó en la
expedición de los argonautas.
Orfeo no se pudo consolar, tal era el amor que sentía por su esposa. Decidió
bajar a los infiernos a rescatarla; descendió por una gruta al pie del
promontorio de Ténaro. Allí se encontró con Cerbero, que se durmió con su
música o bien le lamió los pies; encantó a Caronte, que accedió a transportarlo;
con su triste canto deleitó a los tres jueces del Infierno, y mientras duró su
canción cesaron los sufrimientos de los condenados pues las Furias,
conmovidas, se olvidaron de atormentarlos. Hades y Perséfone, movidos a
compasión, consintieron en dejar salir a Eurídice de los infiernos, pero con una
condición: que él no volviera la cabeza hasta que ella no estuviera bajo la luz del
día.
Eurídice siguió a Orfeo guiada por los sones de su lira. Cuando este llegó a la
luz, no pudo aguantarse más y se dio la vuelta, quizá porque dudaba de que
Eurídice lo siguiera o quizá porque oyó voces amenazantes detrás. Entonces vio
que su mujer se esfumaba poco a poco mientras se quejaba de que no hubiera
podido contenerse. Esta vez la perdió para siempre. Orfeo quiso regresar a
buscarla, pero Caronte se negó a cruzarlo por segunda vez. Durante siete días
estuvo en la orilla cantando su dolor.
164
Lo despidieron del Hades sin lograr nada, tras haberle mostrado un fantasma
de su mujer, en cuya búsqueda había llegado, pero sin entregársela, ya que lo
consideraban un pusilánime, como citaredo que era, y no se atrevió a morir por
amor como Alcestis, sino que se las arregló para entrar vivo en el Hades167.
Como podemos ver, del Infierno no se suele obtener lo que se busca. Un mito
muy parecido al de Orfeo y Eurídice pertenece a la mitología japonesa; es el relato de
Izanagui e Izanami.
También están los mitos de las diosas que descienden a los infiernos, como
Istar, o que son raptadas a habitar en él, como Perséfone. El festival acadio del año
nuevo representaba la muerte y resurrección en su rey sacerdote, con su ritual de
hierogamia. Démeter bajó a los infiernos a rescatar a su hija. Otro ejemplo de heroína
que desciende al Infierno por voluntad propia es Alcestis.
165
Alcestis era hija de Pelias y esposa de Admeto. Apolo había conseguido de los
Hados que cuando le llegara la hora, Admeto no muriera si alguien consentía en
bajar a los infiernos en su lugar. Cuando le llegó la hora de la muerte a Admeto,
Alcestis decidió reemplazarlo. Heracles llegó de visita a la casa poco después, la
encontró en duelo, y al preguntar, le contaron la decisión de Alcestis; Heracles
decidió bajar al infierno, buscar a la heroína y rescatarla. Algunos dicen que la
propia Perséfone, impresionada por la fuerza de su amor, la liberó. Alcestis
regresó más joven y más hermosa.
166
167
V. Relatos escatológicos
Un mito de la Biblia cuenta cómo los hijos de Dios se juntaron con las hijas de
los hombres y dieron nacimiento a los gigantes y a héroes de renombre. Dios se
arrepintió de haber hecho al hombre y lo intentó eliminar con el diluvio. En la Biblia
aparecen entretejidos dos relatos de tradiciones diferentes, uno de carácter más
popular y más antiguo, y otro de tradición sacerdotal y por tanto erudito. En ambos
relatos, que ofrecen variantes menores, como el número de días que duró el diluvio o
el número de animales que entraron en el Arca, se narra la historia de Noé y cómo,
gracias a él se salvan los seres vivientes de una destrucción total por medio del
diluvio.
Xisurtrus, por orden del dios Cronos, que se le apareció en sueños, le ordenó
escribir la historia del mundo hasta sus días y construir una barca donde se
metería él, su familia y sus amigos, llevaría también cuadrúpedos y aves. Tras
haber salido en una montaña de Armenia y haber ofrecido un sacrificio,
Xisurtus desaparece, pues es recibido en la morada de los dioses. Los que
quedan deben ir a Babilonia a desenterrar la historia del mundo que había
escrito.
168
mucha más antigüedad, que lo remontan más allá del año dos mil antes de Cristo; la
estructura es la misma.
Según un mito griego, Zeus, desde el Olimpo, decidió eliminar toda la raza
humana con un gran diluvio.
Zeus envió a Hermes para informar a Deucalión que sus súplicas habían sido
escuchadas. Entonces apareció Temis y dijo a Deucalión y Pirra: "cubríos las
cabezas y echad hacia atrás los huesos de vuestras madres". Las respectivas
madres habían muerto hacía tiempo y ellos interpretaron que Temis hablaba de
los huesos de la Madre Tierra. Se cubrieron la cabeza y lanzaron piedras por
encima de los hombros. De cada piedra que caía nacía un hombre o una mujer,
dependiendo de quién la arrojase.
Los indios Mojave cuentan que un día el agua del mundo inferior comenzó a
subir e inundar el mundo superior. Entonces colocaron a una mujer en una canoa
con suficientes alimentos para soportar el tiempo que durara el diluvio. Cuando las
aguas bajaron y la tierra empezó a salir, la mujer salió de la canoa, se tendió en la
cima del monte para calentar su cuerpo con el sol y quedó encinta. Parió una niña,
que al hacer lo mismo que había hecho su madre, dio a luz un hijo. Así se formó la
raza humana.
169
68. Catástrofes cíclicas
Otra forma de destrucción es por medio del fuego, como nos muestra Heráclito.
Esta catástrofe aparece en la Biblia en la destrucción de Sodoma y Gomorra. La
guerra es otra de las formas en que los dioses pueden destruir la humanidad, o al
menos diezmarla. Así, los griegos antiguos afirmaban que la Guerra de Troya se debió
a que los dioses estaban molestos porque los humanos se habían multiplicado en
exceso, y esto se manifestaba en el enorme ruido que hacían, ruido que indisponía a
los dioses. Los relatos babilónicos también aducen que los dioses mandaron el diluvio
porque los hombres eran demasiado ruidosos.172
El mito de las Edades del Hombre según nos la presenta Hesíodo también
conlleva la destrucción de cada una de estas razas humanas que se fueron creando.
Según el Popol Vuh, Corazón de Cielo quería que lo alabaran las criaturas de la
creación, pero los animales no podían hablar; entonces formó a un hombre del
barro de la tierra, pero este solo hablaba cosas sin sentido y no podía
multiplicarse. Dios destruyó a estos hombres. Después llamó a los espíritus
sabios del Abuelo y de la Abuela; ellos crearon a los hombres de madera, pero
estos no tenían nada en su mente, no tenían sangre en las venas. De ellos
descienden los monos. Finalmente construyeron al hombre de maíz.
Los indios mantenían que el mundo ha pasado por varias edades y pasará por
varias más, cada edad termina con una catástrofe y tras ella vendrá una nueva
creación. Algo parecido se decía en la mitología grecorromana; las sucesivas edades
del hombre fueron destruidas por los dioses. Aristóteles era de la opinión de que en el
Gran Año habría dos destrucciones, una por fuego en verano y otra por el diluvio en
invierno. La mitología germánica presenta un ciclo de creación y destrucción
universales. Los mitos etiológicos de las estaciones del año reflejan esta manera de
pensar.
Los judíos no eran ajenos a esta idea. En el Génesis Rabba, del siglo V, se
cuenta que “en el principio Dios creó varios mundos, y los destruyó porque no le
satisfacían. El hombre habitó cada uno de ellos, cien generaciones, que Dios destruyó
sin dejar huella de ellas”.173
170
a Ormuz intentando apoderarse del cielo, pero luego es vencido. En la tercera
edad, que es la nuestra, Ahrimán intenta de nuevo hacerse dueño del cielo, y al
ser rechazado, se introduce en la tierra en forma de serpiente. En la cuarta
edad ganarán las tinieblas y Ahrimán será el señor. Al final de los tiempos
acabará reinando la luz. Pero antes, el cosmos será destruido cuando una
cometa choque contra la Tierra y la destruya.
Los antiguos ritos del Año Nuevo de varios pueblos tenían una estructura
parecida: el fin del año en que se recordaba el caos inicial y la llegada de un nuevo año
en que se restablece el orden. Esto a veces se representaba como la lucha contra un
monstruo y la entronización del héroe victorioso. Otros mitos relacionados con esta
idea, son el del héroe engullido por el monstruo del que sale tras haberlo matado
desde dentro (a veces, como en el caso de Jonás, es sencillamente vomitado) o la
entrada a una cueva u otra representación de la vagina de la diosa madre de la cual se
sale tras haber pasado alguna aventura.
Los vestidos de Adán, que Yahuweh le había dado antes de la Caída, estaban
hechos de luz, o, según otra variante, de piel de serpiente; pasaron en herencia
a Noé a través de Enoc y Matusalén; fueron robados del Arca de Noé por Cam,
guardados en secreto por Kuš, que se los pasó a Nimrod, el cazador. Cuando
este los llevaba puestos era irresistible y tanto hombres como animales caían
frente a él. Nimrod se hizo muy poderoso.
171
Cielo; los ángeles las cogían con las manos y las devolvían untadas en sangre
para que los descendientes de Noé creyeran que habían matado a los habitantes
del Cielo. Entonces Yahuwé decidió hacer que la lengua que hablaban todos se
convirtiera en setenta lenguas diferentes, y así los obreros no se podían
entender. Se enojaban y luchaban entre sí, llegando a matarse unos a otros.
Con esta confusión, la construcción de la torre se detuvo. Con el tiempo, la
Tierra se comió una tercera parte y el Cielo la otra tercera parte, el resto quedó
en ruinas. Según algunos, Yahuwé envió un gran viento que tumbó la torre.
Según los filipinos, fue el dios Captán el que hizo que los pueblos se
dispersaran y se crearan las diversas razas. Para Platón, fue Zeus el que dispersó las
lenguas porque los hombres y los animales, que hablaban todos la misma lengua,
demandaban la eterna juventud y la inmortalidad.
Obatalá creó la raza humana, y la gente vivía en Ifé. En esa época todos eran
iguales en todo; tenían el mismo color y estatura, poseían los mismos bienes y
hablaban la misma lengua. A alguien se le ocurrió decir: “¿Cómo es que los
dioses son diferentes y los seres humanos somos todos iguales? La verdad es
que nuestra vida es monótona y aburrida”. Muchos que lo oyeron hablar de
este modo en la plaza del mercado repitieron estas palabras y pronto los
hombres empezaron a mandar heraldos a Olórum para que los hiciera
diferentes. Todos querían ser más que los demás, unos querían una casa más
grande, otros, recolectar más boniato, otros tener la piel de otro color. Al
principio, Olórum no les hizo caso, pero tanto lo importunaron que acabó
accediendo a lo que pedían. Pronto empezó a haber ricos y pobres, hermosos y
172
feos, blancos y negros, y los hombres empezaron a pelearse entre sí por los
dones que Olórum había repartido ellos. Entonces Olórum también les cambió
las lenguas. Unos emigraron hacia el norte, otros se marcharon al este, y otros
viajaron al sur. Así fue como se crearon las diversas tribus y naciones que
pueblan el mundo.
Relacionados con el tema de la dispersión de los pueblos están los relatos que
narran la búsqueda de una tierra donde asentarse. El ejemplo paradigmático es el del
pueblo hebreo, su lento camino hacia la Tierra Prometida, guiado por Moisés, y su
conquista de las tierras y ciudades al mando de Josué. Los fundadores de ciudades
parten a raíz de una dispersión inicial.
Dioniso, a quien también llamaban Baco o Zagreo, era hijo de la mortal Semele
y de Zeus. Hera, celosa de las aventuras de su esposo, había inspirado en
Semele el deseo irresistible de ver a su amante Zeus en toda su gloria. El dios,
que en un momento de pasión le había jurado concederle un deseo, no pudo
negarse ante la insistencia de su amante y se mostró rodeado de rayos, y como
consecuencia, Semele quedó carbonizada. Zeus logró salvar al feto que llevaba
Semele, y cosido a su muslo, el niño siguió creciendo hasta que le tocó la hora
de nacer. Esto hizo que Dioniso fuera llamado “el dos veces nacido”. Dioniso fue
criado por el rey Atamas y su mujer, Ino, que lo vistieron de niña para que Hera
no lo reconociese. Pero Hera no se dejó engañar y volvió locos a los dos reyes.
Según la leyenda órfica de Zagreo, Hera mandó contra el niño a los titanes; este
intentó escapar convertido en toro, pero los titanes lo despedazaron. Atenea
logró salvar el corazón, y se lo dio a Zeus. Este se lo tragó y Dioniso volvió a
nacer.
Muchos héroes tienen una muerte desastrosa; el rey Ciro no solo murió en
batalla, sino que fue castigado después de muerto por una reina escita haciendo que
metieran su cabeza en un recipiente lleno de sangre; Paris, al igual que Aquiles y
tantos otros, murió en la guerra de Troya; Edipo, Jasón y Teseo fueron desposeídos y
exiliados. Finalmente, Sigfrido murió a traición a manos de Hagen, que le clavó una
lanza en la espalda, en el único lugar vulnerable de su cuerpo. Según una leyenda
173
(que compite con la de su desaparición), Rómulo fue hecho pedazos por unos
senadores; Orfeo y Penteo murieron despedazados por mujeres poseídas por Dioniso
Dioniso, en su eterno viaje, tras haber conquistado Asia, llegó hasta la ciudad
de su madre, Tebas, para castigar a Ágave, una de sus tías maternas, que en
otro tiempo la había insultado. Allí reinaba su primo materno Penteo, hijo de
Ágave e incrédulo sobre los rituales del dios. Penteo se opuso al establecimiento
del culto, considerando Dioniso como un impostor. Dioniso infundió el delirio
en las mujeres del reino, que se refugiaron en el monte. Penteo ordenó arrestar
a Dioniso y a las mujeres y atarlos, pero se zafaron de las ataduras y se les
abrieron milagrosamente las puertas de la cárcel. Dioniso hizo que el palacio
real ardiera en llamas. Finalmente Penteo le pidió que le dejara ver con sus
propios ojos los ritos que las mujeres celebraban. Dioniso lo condujo hasta el
lugar y el joven rey espió subido a un árbol a las bacantes dirigidas por su
propia madre, que actuaban enloquecidas por el dios. Las mujeres lo
descubrieron, lo apedrearon, lo agarraron y lo despedazaron; Ágave clavó la
cabeza de su hijo en una vara de tirso, todo esto creyendo que era un animal
salvaje.
174
La creencia de que el caos es la situación original a la que todo tiende que da
plasmada en la ley de la entropía: todo tiende al desorden, para mantener un orden es
necesario el empleo de energía, si esta cesa, las cosas regresan al caos.
72. La Apocalipsis
La destrucción del mundo por medio de un cataclismo es un relato que se
repite en muchas mitologías. Estos mitos representan el regreso al caos antes de llegar
a un nuevo orden, diferente. El fin del mundo llegará o bien a causa de los pecados de
la humanidad o bien debido a que el mundo está viejo y gastado. Esta idea de que el
mundo joven es más perfecto que el mundo al final de los tiempos, en que se
encuentra en un estado de deterioro irreversible, se expresa en las mitologías de varias
formas; una de las más comunes es por medio de la estatura y la edad humanas.
Según el jainismo el ser humano en los inicios tenía una estatura de nueve kilómetros
y llegaba a vivir la friolera de ochocientos cuarenta mil millones de años. Al final del
ciclo su altura no llega a los siete codos y su vida no sobrepasa los cien años. Según
los budistas, la duración de la vida humana decrece, de más de ochenta mil años al
principio a unos diez años al final. En la Biblia se ve también esta disminución de la
edad humana: sin llegar a la enorme cantidad de años de las religiones anteriores, la
vida de los antiguos patriarcas era mucho más larga que la actual.
175
la vez refleja y se opone a la Virgen Madre. En la mitología nórdica se creía en el ocaso
de los dioses, que acabaría en una batalla final de la cual nadie sobreviviría. Las
luchas finales, el mundo deteriorado y la esperanza final de un mundo mejor es una
temática que también la ciencia ficción ha hecho suya. La lucha final marca el fin del
ciclo, ya sea de la vida individual o del cosmos. Ritualmente este final se simboliza por
el año viejo que es vencido por el año nuevo. La representación no deja de ser
significativa; el año viejo se presenta con los atributos de un Cronos envejecido,
mientras que el año nuevo tiene el cuerpo de un bebé, es el Zeus que fue salvado de
ser tragado por su padre. En las festividades del cambio de año se suelen apagar
fuegos, celebrar orgías, cambiar las costumbres sociales; es un periodo en que rige la
confusión y el mundo al revés; todo esto simboliza el caos que llega con el final del
año. Es entonces cuando vuelve a aparecer el monstruo primigenio; su muerte se
suele representar por medio de luchas rituales que pueden llegar a estilizarse hasta
convertirse en danzas. Con su muerte se volverá a crear el mundo.
En varias religiones existen mitos sobre el juicio del alma tras la muerte. Gran
parte del ceremonial egipcio, tan preocupado por mantener el cuerpo de los muertos,
se basaba en la idea de conseguir la salvación eterna del alma que era pesada en una
balanza. En la mitología griega se da también la idea de juicio, aunque solo para los
titanes. La idea de un juicio final es, sin embrago, propia del cristianismo.
Según la teoría del Big Bang, el universo seguirá su expansión hasta que la
fuerza de la gravedad haga que el movimiento se reverse y el universo empiece a
contraerse de nuevo tras haber alcanzado un tamaño máximo; al final vendrá el
colapso total, el Big Crunch. Puede ocurrir que el universo no se colapse, sino que siga
su expansión enfriándose; entonces se enfriará tanto que llegará al cero absoluto; las
estrellas se irán muriendo cuando se consuman se convertirán en agujeros negros,
que se irán haciendo más grandes y más numerosos. La entropía del universo
acumulada en los agujeros negros crecerá impidiendo la creación de energía
organizada; se produciría entonces la muerte térmica.
73. El Anticristo
Al morir Cristo, el velo del templo se rasgó, la tierra se estremeció y las tumbas
se abrieron; el caos amenazaba a la creación. este patrón se repetirá al final de los
tiempos. Pero el combate siempre acaba con la victoria de las fuerzas de la luz, como
ocurre en el zoroastrianismo, religión de la que toman elementos dualistas tanto el
judaísmo como el cristianismo. Los combates místicos reflejan antagonismos atávicos:
El contra Baal en Canaán; Elías contra Melkart y Baal en el Monte Carmelo.
El era el gran dios solar de los semitas occidentales, el más antiguo de todos los
dioses, anterior a todos ellos. Baal era el dios más importante después de El. El
creó unos seres grandes, como toros salvajes para que lucharan contra Baal,
176
que había ido a cazar al desierto. Aunque al principio Baal parece que va a
ganar, al final sucumbe. Su hija Anat cava la tumba del dios y desciende con
él.
El profeta Elías es buscado por el rey Achab para ver si lograba acabar con el
hambre que asolaba sus tierras debido a una persistente sequía. Elías,
conocedor que el hambre era un castigo porque Achab había erigido un templo
a Baal en Samaria, le dijo que reuniera a los sacerdotes de Baal en el monte
Carmelo, para ver qué dios era más poderoso, si Baal o Yahuwé. Se pusieron
dos altares con víctimas sobre ellos y se invocaron a los dos dioses para que
hicieran descender fuego a sus altares. Solo en el altar de Yahuwé prendió el
fuego. Los asistentes cayeron sobre los sacerdotes de Baal y los mataron.
Entonces Yahuwé hizo que lloviera, terminando así la época de sequía.
177
74. El crepúsculo de los dioses
El poema conocido con el nombre de Voluspa narra la catástrofe final de la
mitología germánica, el Ragnarok (destino de los dioses). El final de los dioses llegó
debido a que estos no eran seres perfectos, y la acumulación de sus pecados acarreó
el desastre, pues, además de hacer que su cualidad se rebajase, causó un periodo de
violencia y de guerras.
Balder, hijo de Odín y de la diosa Frig, era el ser más hermoso de la Tierra.
Amado por todos los dioses, no dejaba de tener presentimientos funestos. Su
madre, para sosegarlo hace que todos los seres vivos de la Tierra juren que no le
causarán ningún tipo de daño. Balder se hizo de este modo invulnerable.
Un día los dioses se divertían arrojándole todo tipo de cosas sin poder hacerle
ningún daño. Loki, que sentía mucha envidia hacia Balder, le pregunta a Frig si
verdaderamente todas las criaturas de la tierra juraron no causar ningún mal a
su hijo Balder. Frig le contesta que todas menos el muérdago, que parecía tan
débil que no creyó oportuno molestarla. Loki salió volando de la sala, encontró
un muérdago e hizo una flecha con la planta. Después hizo que Hod, el único
que no tomaba parte en la diversión porque era ciego, le tirara la flecha a
Balder. La flecha lo alcanzó en el pecho, se lo atravesó y Balder murió.
Los dioses juraron vengar la muerte de Balder, pero por el momento no hicieron
nada contra Loki por encontrarse en un lugar consagrado a la paz. Loki fue
expulsado con amenazas terribles para que no volviera. Frig, desconsolada se
preguntaba si habría alguien que bajara al infierno a rescatar a Balder.
Hermod, hijo de Odín, saltó sobre el caballo de su padre y llegó al Infierno. Hel
no se opuso a la voluntad de los dioses, siempre que todas las criaturas de la
tierra consintieran en su salida. Todos los seres de la Tierra, incluidas las
piedras lloraban la muerte de Balder y deseaban su regreso, solo en una cueva,
una giganta, llamada Thonk no quiso derramar una sola lágrima por Balder.
Decía que nunca había recibido ningún favor de Balder, así pues, que Hel se
quedara con él. Era Loki disfrazado.
Los dioses lograron tomar a Loki y encadenarlo, pero este tras romper las
cadenas, se fue a refugiar con los gigantes y los demonios, y empezó una
guerra. Una giganta parió una camada de lobos que persiguieron al Sol,
acaudillados por el lobo Fenrir, cuya boca abierta llegaba al Cielo por arriba
mientras que por abajo barría la tierra arrancando todo lo que había en ella. Así
el sol desapareció y la tierra se sumió en un largo y tenebroso invierno. Odín
luchó contra el lobo, pero sucumbió y fue vengado por su hijo Vidar, que mató a
Fenrir. Thor mató a la serpiente Midgard con su hacha, pero había respirado
tanto veneno que murió. Así fueron sucumbiendo los dioses; los seres humanos
desaparecieron de la tierra; el Cielo se partió y se derrumbó, las estrellas se
cayeron del cielo y se formó un enorme incendio sobre la Tierra. Y el mundo se
acabó. Pero surgirá una nueva generación de dioses y de hombres.
178
En otras creencias se narra una lucha final entre las fuerzas del bien y del mal.
Tras muchas tribulaciones, el mal será derrotado y el Príncipe de las Tinieblas
arrojado de nuevo al infierno con todos sus seguidores.
Federico Barbarroja espera sentado ante una mesa redonda de piedra, con la
cabeza entre las manos, oculto en la montaña de Kyffhäuser, su regreso. Su
barba ya da dos vueltas a la mesa; cuando le haya dado tres vueltas, el
emperador Federico despertará. En 1669 un campesino que cargaba un saco de
grano fue llevado a la montaña por un enano que le pidió que dejara el grano y
cargara un saco de oro. Allí vio al emperador.
179
El mito del rey de la montaña fue puesto por escrito por los hermanos Grimm;
según las leyendas que recogieron, sabrá que tiene que salir cuando alguien (un
servidor suyo, un pastor que entra un día) le informe de que las aves (águilas o
cuervos) han dejado de volar alrededor de la montaña.
De acuerdo con el zoroastrismo, tras la batalla entre las fuerzas del bien y del
mal habrá un juicio final para todas las almas. Los pecadores serán castigados
durante tres días de acuerdo a sus pecados, pero luego serán perdonados. Entonces
desaparecerán del mundo la pobreza, la enfermedad, la sed, el hambre y la muerte.
Las creencias cristianas son muy parecidas. Al final de los tiempos habrá una
resurrección de todos los muertos y Cristo presidirá el juicio final, pero tanto el premio
como el castigo serán eternos, e instaurará un nuevo reino que no tendrá fin. El nuevo
mundo será el paraíso perdido: “Luego vi un cielo nuevo y una tierra nueva –porque el
primer cielo y la primera tierra desaparecieron, y el mar no existe ya. Y vi la ciudad
santa, la nueva Jerusalén”.174
180
181
VI. El pensamiento mítico y su interpretación
175 Antes, en la época primitiva, la palabra mythos significaba palabra, discurso o relato.
182
sino hombres que se vestían con un tipo de faldas que hizo que después se
confundieran con mujeres. La transformación de Calisto en oso la interpreta de la
siguiente manera: Calisto entró en una arboleda donde había un oso, este se la comió,
y cuando sus compañeros lo encontraron, creyeron que Calisto había sido
transformada en oso.
La preocupación por interpretar los mitos para obtener de ellos alguna verdad,
enseñanza o paradigma ha continuado en el mundo occidental. Lauri Honko, para
quien el mito se define de acuerdo a cuatro criterios de acuerdo a su forma (narrativa
sagrada), contenido (etiológico y cosmológico), función (paradigmática) y contacto
(ideología que modela el comportamiento sagrado), ha señalado también varias teorías
modernas sobre el mito según se considere de una u otra manera:
Lauri Honko señalaba varias teorías que intentaban explicar los mitos. La
interpretación mitográfica pertenece en parte a la religión y en parte a la literatura.
183
Los compiladores de la Teogonía de Hesíodo o de la Ilíada y la Odisea creían en la
tradición que transmitían, pero se permitían ciertas licencias poéticas al redactar su
versión del texto.
184
en contra de los dioses establecidos. Sus escritos fueron arrojados a la hoguera; se
conservan sus enseñanzas gracias a que el neoplatónico Simplicio (siglo VI) copió
extensos fragmentos de su obra. Del más célebre de los sofistas, Protágoras de Abdera
(h. 490-420 a. C.), que vivió en Atenas y que es conocido por su sentencia: “el hombre
es la medida de todas las cosas”, se cuenta que, acusado de impiedad, sufrió el
ostracismo de manos de los atenienses por sus declaraciones agnósticas: “En lo que se
refiere a los dioses, no se me ha dado saber si existen o no, o cómo son; hay mucho
que me impide saberlo, su dificultad y una vida humana demasiado corta”.182
Aquel, pues, que dudando de ellas trata de hacerlas verosímiles, una por una,
usando de una especie de elemental sabiduría, necesitaría mucho tiempo. A mí,
la verdad, no me queda en absoluto para esto. Y la causa, oh querido, es que,
hasta ahora, y siguiendo la inscripción de Delfos, no he podido conocerme a mí
mismo. Me parece ridículo, por tanto que el que no se sabe todavía, se ponga a
investigar lo que ni le va ni le viene. Por ello, dejando todo eso en paz, y
aceptando lo que se suele creer de ellos, no pienso, como ahora decía, ya más
en esto, sino en mí mismo.183
Como sabemos, Sócrates sufrió a manos de los atenienses una suerte peor que
la de Protágoras. Platón presenta en el diálogo que tituló precisamente Protágoras su
teoría de que los seres humanos han desarrollado las instituciones para poder
sobrevivir en un mundo hostil, y de que las virtudes sociales como la justicia y el
autocontrol son necesarias para que las instituciones florezcan. Por otra parte, se
muestra ambivalente en cuestiones de religión; creía en la bondad de los dioses, pero
también que los poetas habían compuesto una gran cantidad de relatos ficticios que
distorsionaban la realidad divina. Esta fue una de las razones por las que desterró a
los poetas de su utópica república. Sin embargo, cuando llegaba al límite de la razón,
182 Ap. Wright, Wilmer Cave, trad. y ed. (1968): xxvi-xxvii y 33-34; Diaz de Santillana, Giorgio
(1961): 172-173. Sin embargo, Platón en Meno desmiente este relato. Sea como fuere, lo que
parece evidente a partir de estas anécdotas es que por esa época había una fuerte oposición
entre la cultura oficial y tradicional, por un lado, y la erudita, por otro. Para más información
sobre la crítica presocrática griega a los mitos, véanse el principio de la obra de Jan de Vries,
Forschungsgeschichte der Mythologie – Vries, Jan de (1961)–, y el primer tomo de La Grèce
ancienne, Vernant, Jean-Pierre y Pierre Vidal-Naquet (1990-1991).
185
echaba mano del pensamiento mítico, como lo demuestra la cueva de su República.184
Aristóteles, afirmaba en el primer libro de su Política que el hombre crea a los dioses
según su imagen, no solo física, sino también en lo que se refiere a sus
comportamientos y costumbres. Pero también afirma al principio de la Metafísica que
el amante de los mitos es una especie de filósofo; para él, el sentimiento de lo
maravilloso es el principio de la filosofía.185 Aunque Platón y otros filósofos trataran
con ironía o desprecio los mitos griegos, fueron estos los que alimentaron en gran
medida las artes, la literatura y buena parte del pensamiento filosófico.
En el mundo clásico, y una vez que se estableció entre la gente erudita que los
mitos no eran historias reales, se crearon dos maneras de analizarlos: como alegorías
y según el evemerismo. La mitología había proporcionado explicaciones de fenómenos
físicos o psíquicos. El trueno, por ejemplo, se producía cuando Zeus sacudía su égida.
Pero los filósofos jonios de la isla de Mileto, en lo que es hoy la costa turca, crearon
otro tipo de explicaciones basadas en el orden físico de las cosas y no en el divino; el
sistema cósmico se explicaba por la mecánica y la física; así, el trueno era para ellos el
sonido que produce el aire al escaparse de las nubes.
184 Jean-Pierre Vernant afirma que, los filósofos presocráticos no hacían, en realidad, otra cosa
que formular las mismas verdades, desmitificadas, que habían sido expresadas por los mitos en
sus relatos alegóricos; Cf. Duch, Lluis (1998): 77.
185 Si interesa la mitología griega más que otras en la historia del pensamiento mitológico es
porque, en palabras de Mircea Eliade, “fue sólo en Grecia donde el mito inspiró y guió la poesía
épica, la tragedia y la comedia, así como las artes plásticas, pero no es menos cierto que fue
especialmente en la cultura griega donde el mito fue sometido a un largo y penetrante análisis a
partir del cual emergió radicalmente ‘desmitificado’”; Eliade, Mircea (1998): 102.
186
el año 450 a. C., y de quien se decía que era de la escuela pitagórica, consideraba que
los relatos mitológicos eran una forma de presentar de manera oculta una ciencia
primitiva que versaba sobre las fuerzas primordiales de la naturaleza. Antístenes el
Cínico, discípulo de Sócrates, usó el mito de Heracles y del centauro Quirón, así como
el de la resistencia de Ulises a los encantos de Circe y de Calipso como ejemplos de
alegoría. Antístenes diferenciaba los significados superficiales y favorecía los
significados ocultos, donde se encontraba la verdad. Su discípulo Diógenes interpretó
el mito de Ulises y Circe diciendo que los compañeros de Ulises, al no poder resistir los
placeres, se transformaron en bestias, simbolizándose de este modo la esclavitud de
su alma. Para él, el mito de Medea mostraba una benefactora portentosa conocedora
del arte de rejuvenecer a sus pacientes.
Epicuro no se fiaba de los mitos, sobre todo de los que refiriéndose al Más Allá
atemorizaban el alma humana. Sin embargo, ante la idea de un pensamiento científico
que lleva a un destino del cual no se puede escapar, prefería el ámbito mítico, que al
menos permitía al hombre mayor libertad y le infundía esperanza:
Más vale aceptar el mito de los dioses que someterse al destino de los físicos:
Porque el mito nos deja la esperanza de reconciliarnos con los dioses mediante
los honores que les tributamos, en tanto que el destino posee un carácter de
necesidad inexorable.186
187
que eran alegorías metafísicas o morales.187 A finales del siglo II el escéptico Sexto
Empírico se opuso a la proliferación de los dioses y a la deificación de hombres,
deseos, o comidas.
188
interpretaciones alegóricas. Un ejemplo de este tipo de interpretación es la manzana
de la discordia y el juicio de Paris: Este joven príncipe debe elegir entre la vida activa,
la contemplativa y la amorosa, representadas por las tres diosas.
189
podemos citar los nombres de Poliziano, Marsilio Ficino o Cristoforo Landino, también
participó de la interpretación alegórica. El filósofo y estadista inglés Francis Bacon
(1561-1626) en De sapientia veterum (1609) consideraba los mitos y leyendas clásicos
como la principal fuente de conocimientos, junto con la Biblia, sobre la Antigüedad;
para él, los mitos reflejan un conocimiento experimental sobre la naturaleza que debe
ser interpretado, lo que le sirve para sacar conclusiones filosóficas, éticas o políticas.
Sin embargo, no todos estaban de acuerdo con este tipo de interpretaciones
alegóricas. El escritor satírico François Rabelais (¿1494?-1553), por ejemplo, se
mofaba de los que creían que Homero había tenido la intención de alegorizar, y Martín
Lutero arremetía contra los exégetas moralizantes de Ovidio, que encontraban
paralelos bíblicos en los dioses paganos.190
Los intelectuales del siglo XIX continuaron esta preocupación por indagar
sobre el origen de los mitos y de las ideas míticas; Georg Friedrich Creuzer (1771-
1858) mantenía que los mitos eran un conjunto de dogmas esotéricos sobre fuerzas
naturales, puestos en forma poética y mantenidos por las castas sacerdotales. De esta
interpretación es de donde los seguidores decimonónicos de la llamada “mitología
comparada” o “mitología solar” sacaron sus ideas.
190
Moral: Virtudes y vicios
Alegoría
Científica: Fuerzas cósmicas y naturales
191
Lawrence J. Hatab está seguro de que el pensamiento filosófico retiene mucho del
pensamiento mítico, y el mito es para él el relato que revela un mundo sagrado.194
Esta creación del genio poético es polisémica, al contrario del monoteísmo, que
tiende a imponer un único relato sagrado o monomito, mantenido gracias a un
dogmatismo salido del pensamiento conceptual. El filósofo alemán Hans Blumenberg
(1920-1996) está convencido de que a pesar de esta y otras presiones a las que está
sometido, el mito no puede destruirse; de hecho, siempre ha acompañado a la
humanidad.195 La pretendida desmitologización de la sociedad actual es solo aparente,
el mito mantiene su vigencia, pues no ha perdido su función de dar nombre, ordenar y
dominar el horror que representa la caótica monstruosidad de lo desconocido y lo
inexplicable, y de este modo facilitar la existencia humana.
El interés del intelectual europeo por la mitología clásica, surgido a partir del
siglo XIV, tuvo como consecuencia que los estudios de mitología formasen parte de la
educación intelectual; pero en el XVIII, con la nueva era de la razón, los mitos
empezaron a considerarse como un producto irracional de la mente humana
primigenia. Esta visión cambió con la llegada del Romanticismo, que revalorizó el
mito;197 sin embargo, la idea de irracionalidad del hombre primitivo no desapareció del
todo y volvió a surgir con fuerza en la Inglaterra victoriana. Según Lévi-Strauss, “la
197 Burton Feldman y Robert Richardson han estudiado el desarrollo de los estudios sobre
mitología anteriores a Tylor en The Rise of Modern Mythology 1680–1860 (1972). Feldman,
Burton y Robert D. Richardson Jr. (1972).
192
separación real entre la ciencia y aquello que podríamos denominar pensamiento
mitológico –para llamarlo de alguna manera, aunque no sea ése el nombre exacto–
tiene lugar durante los siglos XVII y XVIII”.198 Otros, sin embargo asumen que esta
separación ocurrió mucho antes. Así Robert A. Segal, profesor de teoría de la religión
de la Universidad de Lancáster, afirma que el primer cambio del pensamiento
mitológico al científico en la cultura occidental, fue el paso de una explicación del
mundo de tipo sobrenatural, centrada en lo concreto y en lo personal a una
explicación de tipo natural, impersonal y abstracta.199
193
Harry Slochower, en su libro Mythopoesis: Mythic Patterns in the Literary
Classics nos recuerda que muchos pensadores y estudiosos consideran que el mito y
la ciencia mantienen una relación íntima; para Freud, la visión mitológica consistía en
procesos psicológicos proyectados sobre otro mundo y en una carta a Einstein llegó a
afirmar que toda ciencia, a fin de cuentas es un tipo de mitología. El filósofo alemán
Ernst Cassirer (1874-1945) afirmaba en su libro Philosophie der symbolischen Formen
(Filosofía de las formas simbólicas) que las ciencias comienzan a formularse por medio
de imágenes y expresiones mitológicas.200 Para Cassirer el ser humano es, ante todo,
un animal que se comunica por símbolos; así pues, toda cultura es simbólica, puesto
que su contenido son símbolos201. Cassirer afirma que el mito es un tipo de
pensamiento; al igual que la lengua, es una forma de crear el mundo; el mito se
caracteriza por no ser intelectual, ni discursivo, sino que se basa en imágenes
mentales. En el mito no hay separación entre lo real y lo irreal, la imagen mítica no se
representa sino a sí misma. El mito se desarrolla por dos vías, hacia el arte y hacia la
ciencia; de estas dos direcciones, es la poesía la que mantiene la característica original
del mito, el poder creativo de la palabra.
194
diferencia de estos, los mitos reflejan el sentimiento trágico de la vida, y por tanto se
relacionan con la filosofía. Según Langer, la lengua expresa mejor las ideas nuevas por
medio de la metáfora que por medio de una expresión literal o denotativa, y el mito es
el ejemplo primordial de este tipo de pensamiento metafísico. Las culturas creadoras
de mitos no distinguen la verdad simbólica o fantasía de los hechos o verdad literal202.
Langer también nos recuerda que la ciencia también trata de ficciones, tales como los
conceptos de cero y de infinito, las raíces cuadradas de números negativos, la cuarta
dimensión o los números imaginarios.
Ahora sabemos que los eruditos respetaban las ideas populares sobre el mito y
que ellos mismos estaban divididos entre dos principios: el rechazo a lo
maravilloso y la persuasión de que las leyendas tenían un fondo de verdad; aquí
estaba la causa de su confusión mental.205
El mito contaba una verdad, pero era necesario interpretarla; “para el filósofo el
mito era pues una alegoría de verdad filosófica; para el historiador, era una ligera
deformación de las verdades históricas”.206 En palabras de Dumézil, “para una
sociedad creyente […] un mito, la mitología entera no son una producción gratuita y
203
Para esta sección, cfr. Prat Ferrer, Juan J. (2009).
195
fantasiosa, sino el receptáculo de un saber tradicional”, y añade también que “hay que
comprender su lección que coincide con la marcha de la trama: con el ‘esquema’”.207
196
Después de la obra del profesor Thomas Samuel Kuhn (1922-1996) The
Structure of Scientific Revolutions (La estructura de las revoluciones científicas, 1962)
se comenzó a percibir que el conocimiento científico tiene una construcción social.
Para Kuhn, la ciencia no es ese saber cierto que avanza progresivamente hacia el
conocimiento de la verdad, sino que se compone de una serie de interludios de
tranquilidad separados por violentas revoluciones intelectuales en las que el concepto
del mundo que tenemos queda reemplazado por otro. El científico típico no es un
librepensador escéptico y objetivo, sino un conservador que se aferra a las enseñanzas
que ha recibido durante su periodo de formación y aplica su conocimiento a la
resolución de casos que se le presentan para dar una solución según los paradigmas y
arquetipos que ha heredado; el científico suele resistir las explicaciones y soluciones
nuevas y que no se avienen a las estructuras que maneja. Así ocurrió en el siglo III
con Aristarco, que mantenía que los planetas giraban alrededor del sol, pero que no
fue escuchado por los demás sabios porque aceptar esta afirmación significaba
demostrar que un sistema que pare ellos funcionaba era mentira. No obstante, de vez
en cuando aparecen personas que no han sido indoctrinadas y que presentan ideas
que revolucionan los conocimientos, como Galileo, Lavoisier, Darwin o Einstein. Kuhn
construyó un modelo, llamado “matriz disciplinaria”, que ordena los elementos que
comparten los que practican una misma disciplina: generalizaciones simbólicas que
todos aceptan, compromiso compartido hacia modelos y creencias, valores aceptados
que se extienden a toda la amplia comunidad, ejemplos de problemas y soluciones que
encuentran cuando son estudiantes desde que comienza su formación y que sirven de
paradigma.210
Thomas Kuhn afirma que la ciencia es una actividad social, dado que se
comparte y se comunica; una actividad intelectual que no tenga estas características
básicas no es ciencia. Esto lo lleva a repensar la idea, hasta entonces firmemente
establecida, del progreso del conocimiento; el conocimiento ya no se puede definir
como una acumulación continua de descubrimientos; el progreso solo tiene sentido
dentro de un mismo paradigma; cuando se cambia de un paradigma a otro, surgen
conflictos que no permiten que se pueda pensar en un progreso o desarrollo, sino en
un abandono de los paradigmas válidos hasta entonces y una adopción de nuevos
paradigmas; es una experiencia similar a la conversión religiosa.
197
intentaba demostrar que el método científico en realidad no existe; el pensamiento
científico no es más que uno de los diversos tipos de pensamiento humano, y no
necesariamente el mejor. La ciencia, por otra parte, ha sustituido a la teología como el
principal enemigo de la libertad de los individuos212. Para Feyerabend la ciencia
avanza por medio de reglas metodológicas y de transgresiones a estas reglas.
215 La entropía es también la cantidad de ruido y de información que existe en una señal.
198
expresan posibilidades, no certidumbres”218 por más que a Einstein, que fue quien
inició este tipo de pensamiento no le gustara esta idea, cosa que expresó con su
famosa frase “Dios no juega a los dados”. El profesor de la Universidad de Cambridge
Stephen Hawking (1942) nos recuerda que la ciencia se aleja cada vez más del
concepto de verdad:
Paul Veyne es de la opinión de que “la verdad es una palabra […] que debería
usarse solo en plural: existen solo programas heterogéneos de verdades”.220 Para
Veyne, “Los hombres no encuentran la verdad: la construyen como construyen su
historia, ambas de acuerdo a su utilidad”.221 Con esto nos quiere decir que las
verdades se manifiestan como programas de creencias que no son los mismos en cada
sociedad ni en cada época: “Lo que se conforma al programa de verdades de una
sociedad será considerado una impostura o una lucubración en otra sociedad”.222
199
formas extra científicas, entre ellas, el mito. Para él, el mito no solo era una forma de
lenguaje, sino de conocimiento, y por tanto, de aprensión de la realidad.223 Afirmaba
Veyne en este respecto que para los griegos, la verdad se definía a partir de la
experiencia o de la revelación, o aprendiendo de uno que se considera sabio.224 “Un
mito es cierto porque es eficaz, no porque proporcione una información objetiva”.225
226 Lactancio, convertido al cristianismo hacia el año 300, se dedicó a propagar su nueva
religión entre las clases intelectuales; escribió un Recuento de las persecuciones. Gracias a su
fama fue nombrado preceptor del hijo del emperador Constantino.
200
de obtener algún consuelo de su contemplación, y, avanzando aún más,
empezaron a adorar amorosamente el recuerdo de estos difuntos, para
manifestar así su agradecimiento a quienes les beneficiaron y atraer a sus
sucesores a una voluntad de gobernar dignamente.227
Andados los cincuenta et dos años del poder de Josep segund cuenta Jeronimo
et Eusebio et otros, Prometheo, fijo de Japeto, fijo del Thitano el gigant, era
omne muy sabio et fizo unas imagines de barro a figuras de homnes [...] subió
él ell ayre arriba por su sciencia et levó fachas en las manos et tanto llegó al sol
que las encendio a los rayos dél et descendio et fizo con ellas sus sofumerios a
aquellas imagines de tierra et se tornaron como vivas et andavan por sí [...]
departen sobrello Eusebio et Jeronimo et los otros sabios que dend fablan, et
dicen que esta razon quiere seer que tanto era este Prometheo sabio et
enseñaba bien los saberes alos homnes, que delos nescios et sin todo saber que
eran fascas como muertos o bestias en los entendimientos facie sabios et
228 Arnobio de Sicca, maestro de Lactancio, vivió en el África proconsular, donde enseñó
retórica. Después de haber polemizado contra el cristianismo, se convirtió. Para ser admitido
dentro de la Iglesia, las autoridades eclesiásticas le pidieron que diera pruebas de su sinceridad;
entonces compuso una colección apologética en siete libros titulada Adversus nationes. En ella
defendió a los cristianos de la acusación de impiedad y de que eran los causantes de los males
que asolaban el imperio, y ridiculiza los mitos y ritos paganos, sobre los que da interesantes
detalles. Su obra contiene muchos datos de anticuario, que usó para probar que las
instituciones romanas estaban sujetas a cambios, y que el cristianismo, tan solo por el hecho de
ser nuevo, no era algo malo para Roma.
201
enseñados tanto que los sacava dela muerte de la nesciedad et los tornava a la
vida del saber.229
Así pues, una vez que el cristianismo se hubo consolidado, el evemerismo dejó
de ser una técnica de apologistas para convertirse en auxiliar de la historia. Pero los
autores, al admitir la realidad histórica de los dioses paganos, también aseguraron su
permanencia e incluso su importancia, al considerarlos benefactores de la
humanidad. Esta labor tuvo como efecto, en palabras de Jean Seznec,
229 Solalinde, Antonio G., ed. (1984): 114. Adviértase que en las citas en castellano antiguo
mantengo la lengua y grafía originales de los textos.
231 En esta obra, Boccaccio nos da también interesantes datos sobre las costumbres de la gente,
como el rito que los cabezas de familia florentinos realizaban al llegar el Año Nuevo con un leño
en el hogar, al que le echaban incienso y vino.
232 Fue esta obra una de las primeras obras que unificó en un mismo corpus la mitología
clásica. Cf. Vernant, Jean-Pierre (2000): 9.
202
inventores de las cosas), obra publicada en 1499, describe a cada dios como un
aportador de un arte o un conocimiento importante para el desarrollo de las
civilizaciones. También presentó ideas evemeristas Lilio Gregorio Giraldi en De deis
gentium varia et multiplex historia (Historia varia y múltiple sobre los dioses de las
gentes, 1551). Las interpretaciones evemeristas continuaron hasta el siglo XVIII, época
en la que algunos llegaron a pensar que la mitología no era otra cosa que la obra de
sacerdotes que intentaban mantener la memoria de ciertos antepasados ilustres. El
evemerismo cesó con la llegada del Romanticismo, reacio a las explicaciones
racionales de lo irracional.
Como muchas otras teorías que se han desarrollado a través de los tiempos
sobre la cultura, y hoy ya han sido desechadas, el evemerismo simplificó demasiado
las cosas; desde luego que hubo deificaciones y divinizaciones, como las de los
faraones o las de los emperadores romanos, pero esto no significa que todos los mitos
procedan de recuerdos más o menos distorsionados de personajes ancestrales. Por
otra parte, carecemos de suficientes datos sobre épocas tan pretéritas como para
afirmar la existencia real de los personajes míticos. Pero quizá gracias al evemerismo
continuó en la tradición occidental la veneración por ciertos nombres, hechos y
símbolos de la mitología pagana; el hombre medieval, antes que el renacentista, se
consideraba orgulloso de ser heredero de la antigüedad grecorromana.
Cada pueblo tiene su historia, una serie de relatos elaborados a través de los
siglos. Aunque las sociedades tradicionales se resisten al cambio, este inevitablemente
se produce con la llegada de nuevas situaciones como por ejemplo, invasiones,
guerras, nuevos sistemas de gobiernos, contacto con otros sistemas de creencias. Las
comunidades reciben otros relatos que acaban por adaptarse y formar parte de su
cultura; con ellos se incorporan nuevas creencias, y los nuevos entornos culturales
hacen que algunas creencias se pierdan o se adapten a un sistema que evoluciona,
creándose nuevas síntesis culturales con cada nuevo acontecimiento cultural.
Nuestras culturas, conformadas por las religiones del libro, tienen una
concepción lineal del tiempo, y por tanto, desarrollan una visión histórica en sus
relatos. Esto hace que en los escritos sagrados se asignen momentos históricos a los
acontecimientos míticos; como consecuencia, el mito se confunde con la historia.
203
Cuando el mito se hace historia, la historia tiende a convertirse en mito. Esto no deja
de presentar problemas, como, por ejemplo, el que existe hoy día en Estados Unidos
con el creacionismo, cuya base consiste en otorgar una realidad histórica a los mitos
bíblicos. Por otra parte, Claude Lévi-Strauss afirma que en nuestras sociedades en
que la religión ya no predomina, la historia ha sustituido al mito en su función de dar
esperanza:
204
las cosas; cada suceso se uniforma según su tipología”.235 En una sociedad ágrafa o
donde la escritura no se ha desarrollado, la historia acaba conformándose a los
parámetros que ofrece el pensamiento mítico. Esto ocurre debido a que los narradores
tradicionales tienden a presentar los hechos que cuentan (sean estos reales o ficticios)
según los patrones heredados de los relatos legendarios. No obstante, Paul Veyne nos
recuerda que “la mitología no es un precedente de la historia, ni afirma que sus
relatos sean hechos objetivos”.236
83. Edipo
La versión más conocida de las aventuras y desventuras de este héroe tebano
es la que nos ha transmitido la tradición trágica griega, en especial las obras de
Sófocles, Edipo rey y Edipo en Colono, y los Siete contra Tebas de Esquilo, y en las
Fenicias de Eurípides; también Séneca escribió una tragedia que tituló Edipo. La
historia se desarrolla, a grandes rasgos, como sigue:
Layo casó con Yocasta, pero un oráculo predijo que el hijo que naciera de este
matrimonio sería la causa de muchas desgracias y de la muerte de su padre.
Layo entonces evitó unirse a Yocasta, pero ella, despechada y sin saber la causa
de su abandono, lo emborrachó y consiguió meterlo en la cama y yacer con él,
quedando encinta de esta unión. Cuando nació el muchacho, Layo, temiendo la
predicción del oráculo, ordenó que abandonaran al infante en un monte, tras
haberle horadado los pies con un clavo y atado con una correa que se pasó por
los agujeros para colgarlo como a un animal. El niño de los pies hinchados, este
es el significado de Edipo, fue recogido, contra todo pronóstico, por un pastor,
que lo llevó al rey de Corinto, Pólibo, quien, casado con Mérope –a quien otros
llaman Peribea–, no había tenido hijos. Estos lo adoptaron y criaron.
205
también yacería incestuosamente con su madre. Entonces, para evitar esto, y
como no dejaba de creer que Pólibo y Mérope fueran sus padres, decidió huir de
Corinto.
Mientras, Hera, disgustada por los amores que Layo había tenido con Crisipo,
envió a Tebas la Esfinge, monstruo con cuerpo de leona y cabeza de mujer. Esta
solía colocarse en un alto cerca de Tebas; cuando veía a alguien, se lanzaba
sobre él y le proponía una adivinanza, y si no la acertaba, lo mataba. Layo
decidió ir a Delfos acompañado de su cochero Polifontes para hallar una
solución. En el camino se encontró con Edipo; Layo le ordenó que se apartase
para dar paso a alguien mejor que él; Edipo le contestó que solo los dioses y sus
padres lo superaban. Layo mandó entonces al auriga que continuase su
camino; el carro atropelló a Edipo y le dañó uno de sus pies. Edipo, airado,
mató al auriga con su lanza y dejó que Layo, que se había enredado en las
riendas, muriera arrastrado por los caballos. Solo escapó de la matanza un
guardia que echó a correr hacia Tebas.
Los dioses decidieron castigar este incesto haciendo que los frutos se secaran
antes de madurar y que los niños y las crías de los animales murieran en el
útero de sus madres. Los tebanos fueron a consultar el oráculo, y este
respondió que los males venían porque entre ellos vivía el asesino de Layo.
237 Este era Hemón, que en otras tradiciones se presenta como el prometido de Antígona, y que
muere cuando esta es castigada con la pena de muerte por haber desobedecido la ley de
Creonte que prohibía enterrar a uno de sus hermanos.
238 La respuesta al primer enigma era “el día y la noche”, la del segundo, como se sabe, “el
hombre”.
239 En algunas representaciones, aparece Edipo ahogándola con sus manos o degollándola.
240 Otra tradición, que refleja la poetisa Corina, afirma que Edipo también mató a la raposa de
Temnenos; según una versión antropomórfica, la Esfinge era la capitana de una cuadrilla de
bandoleros.
206
Había, pues, que expulsar al culpable. Edipo, para saber quién era llamó al
adivino Tiresias. Este, al principio no quería revelarle la verdad, pero al final
hizo que Edipo se enterara. Yocasta, horrorizada, se ahorcó con un cordón de
una de las vigas del techo de su cámara. Edipo se sacó los ojos con el alfiler del
broche de Yocasta.
Edipo acabó siendo expulsado de Tebas por Creonte y sus propios hijos no
hicieron nada por evitarlo, excepto, quizás encerrarlo para ocultarlo. Solo
Antígona quiso acompañarlo. Marchó maldiciendo a sus hijos varones,
diciéndoles que no encontrarían descanso ni vivos ni muertos y que moriría el
uno a manos del otro. Vagando, llegó al barrio de Colono en Atenas, donde se
refugió como suplicante en el santuario y bosque de las Euménides; allí Teseo le
ofreció su hospitalidad. Un oráculo había predicho que el lugar donde estuviese
enterrado Edipo sería bendecido por los dioses. Creonte intentó hacer que Edipo
volviese a morir en su tierra, pero este se negó, pues quería que solo Atenas
tuviera sus cenizas, y allí en Colono, en el bosque sagrado, se despidió de todos
y se hundió en la tierra por una grieta. Desde entonces se le rindió culto241.
242 Homero (2000): 465. La cita parece indicar que Edipo murió en batalla.
243 Homero (1999): 151. Al igual que Homero, Esquilo y Eurípides, solo dicen que los dioses se
enteraron del incesto.
207
cuenta la verdad245. Por otra parte, la Esfinge, personaje central de uno de los
episodios más sugerentes de esta leyenda, aparece por primera vez en Hesíodo, que la
presenta como una plaga para Tebas, pero no la relaciona con Edipo.
245 Esta versión es la que presenta Higinio, y parece que tenía cierta popularidad, pues se halla
pintada en un vaso que se encontró en Tanagra, en él también se ve a Mérope a orillas del mar
cuando recogía a Edipo.
247 Para una discusión sobre este concepto, véase la sección “La palabra ‘Mentalidad’ y su uso
político” en Caro Baroja, Julio (1990): 56-58.
208
conexiones causales objetivas; la diferencia entre ambos tipos de pensamiento estriba
en su distinto modo de tomar consciencia de la realidad. Los pueblos primitivos
desarrollaron más el pensamiento místico que el científico, al revés de lo que sucede
en nuestras sociedades occidentales, que han desarrollado el científico a expensas del
místico. El pensamiento místico, por otra parte, no es incompatible con el científico o
técnico; ambos pueden convivir en una misma mente.248
250 La obra de Lévy-Bruhl ha sido editada online por la Universidad de Québec. Se puede
acceder en:
www.uqac.uquebec.ca/zone30/Classiques_des_sciences_sociales/classiques/levy_bruhl/ levy_
bruhl_lucien.html.
209
Traumdeutung (Interpretación de los sueños, 1900) observó que los símbolos que
ocurren en los sueños de los individuos se pueden encontrar también en las
representaciones colectivas que se dan en no solo en las costumbres y supersticiones,
sino también en los relatos, los refranes y los juegos de palabras. Según Freud, los
sistemas simbólicos no son absolutos, el significado de los símbolos depende de la
cultura; los símbolos pueden tener muchos sentidos, es el contexto en que ocurren lo
que les da un sentido exacto.252 Al ser simbólico, el mito no tiene que ver con el
cosmos, sino con el ser humano; es una manifestación de su mundo interior del cual
puede ser consciente o no. 253
Freud se interesó sobre todo por el estudio del simbolismo en los sueños;
consideraba que entre los elementos de un sueño y los pensamientos que subyacen en
ellos puede haber cuatro tipos de relaciones: de sustitución de la parte por el todo, de
alusión, de imaginería, y simbólica. Esta última relación, la simbólica, no es
consciente, y el número de objetos simbolizados no es muy grande, pues se limita al
cuerpo, la familia, el hogar y elementos importantes de la vida, como pueden ser el
nacimiento, la muerte o la desnudez. Freud encontró la información sobre su
significado no en el individuo, que no puede informar sobre lo que pasa en su
inconsciente, sino en el folclore:
210
un artículo, “La structure de la mentalité primitive” (1928)256, donde afirmaba que la
gente primitiva sufría una carencia afectiva que les inducía a percibir solo aquello que
deseaban percibir; al practicar la magia creían que podían cambiar la realidad por
medio de fórmulas y actos rituales, mecanismo psicológico propio de los neuróticos,
que también encontraba en los poetas, locos, niños, místicos y mujeres257. La
explicación que da Freud es parecida; los rituales mágicos pertenecen a la misma
clase de actos obsesivos y de fórmulas de protección que utilizan los neuróticos.
Freud, además señalaba que las tres fases libidinosas por las que pasa el individuo
(narcisismo, descubrimiento del objeto y madurez) se corresponden con las del
desarrollo de la humanidad que por entonces se aceptaban como válidas: la mágica, la
religiosa y la científica. En la primera fase prima la imaginación y se produce el
mecanismo psicológico antes descrito en la que niños, magos y neuróticos superan la
frustración y la angustia por medio de actos rituales y fórmulas mágicas. Freud
explica la segunda fase por medio de su relato sobre la horda primitiva: existió en
tiempos muy antiguos un grupo que denomina la “horda primitiva” en el que un jefe
anciano retenía para sí todas las mujeres, separándolas de sus hijos varones258. Sus
hijos se agruparon y mataron a su padre, cometiendo luego incesto con sus madres y
hermanas. Como respuesta a los remordimientos por esta acción, celebraban un rito
anual en el que el padre era idealizado y sublimado, y acababa siendo deificado. El
parricidio primordial o bien fue un acto único recordado a perpetuidad, o bien un acto
repetido muchas veces como resultado del conflicto entre padres e hijos de las hordas
primitivas. Así es como se origina la religión según Freud: El asesinato o sacrificio del
Dios Padre –el padre físico sublimado– crea en los hombres un sentimiento de culpa, y
esta solo será expiada con el sacrificio de Cristo y el rito de la comunión259. Freud
además, afirmaba que los mitos son sustituciones gratificantes, ficciones comparables
a los sueños y otras manifestaciones de la fantasía en las que los deseos reprimidos se
hacen realidad. Para él, los orígenes de la religión, de la ética, del arte y de las
instituciones sociales convergen en el complejo de Edipo. Lo mismo que en los sueños,
en los mitos los héroes se multiplican en varias figuras. Este sentimiento de
culpabilidad se manifiesta en todas las épocas en forma de complejo y persiste como
respuesta a los deseos de la infancia; si estas actitudes no se superan y se fijan, surge
256 Dos años antes Charles Blondel había publicado La mentalité primitive, con prólogo de
Lucien Lévy-Bruhl; Blondel, C. (1926).
257 Evans-Pritchard, E. (1991): 73. Cfr. Vázquez, H. (1982): 93-94 y Eliade, M. (1998): 55-56.
258 Idea que había desarrollado J. J. Atkinson en su ensayo “Primal Law”, que apareció en la
edición de 1903 del libro de su primo Andrew Lang, Social Origins. Cfr. Evans-Pritchard, E.
(1991): 75.
211
la neurosis. Para Freud, pues, los traumas de la niñez se reflejan en las neurosis de
los adultos, y la humanidad, a pesar de sus avances, continuaba teniendo el
primitivismo metido en sus propias entrañas, es decir, en su inconsciente. Cabe decir
en este punto que la antropología no ha confirmado los conceptos freudianos de horda
primitiva ni de la situación edípica260.
260 Hassan, I. (1952): 211. Para más información sobre el pensamiento mitológico de Freud,
véase Csapo, E. (2005): 91-109.
212
demasiado exclusiva, hacia una dirección que amenazaría las necesidades
vitales del individuo. Mientras más extrema sea su actitud consciente y más se
desvíe de lo óptimo, mayor es la posibilidad de que sueños vívidos con
contenidos muy opuestos, pero útiles, aparezcan como una expresión
autorreguladora de la psiquis [...] Al igual que el cuerpo reacciona a propósito a
los daños e infecciones o debido a condiciones anormales, las funciones
psíquicas reaccionan a los disturbios no naturales o peligrosos con mecanismos
de defensa.262
Jung, pues, cree que la mente del ser humano al nacer no es una tabula rasa,
sino que ya existen formas heredadas de comportamiento psíquico. Admite la unidad
213
psíquica del ser humano y la poligénesis de los mitos. Su teoría coincide con la idea
platónica según se desarrolla en el mito de la caverna, pero no llega a esta noción a
través de la metafísica, sino de forma empírica, ya que se fundamenta en datos que
obtiene de los sueños.265 Para Jung, los mitos son declaraciones involuntarias de la
psiquis colectiva y preconsciente sobre acontecimientos psíquicos”.266
265 En Platón, sobre todo en su República, se encuentra también la oposición entre mythos y
logos, que tanto ha influido en el pensamiento occidental; Mythos representa el pensamiento
poético, mítico y arquetípico, mientras que logos es el pensamiento lógico, científico y racional.
214
“lado oscuro”, la pareja divina, el puer aeternus267, la unidad, la mandala, la cruz, el
número cuatro, el héroe, el chivo expiatorio, el demonio, el desterrado, el viejo sabio,
la madre tierra, la mujer fatal, la doncella, el sátiro, el monstruo semihumano, el
engañador, el hermafrodita; situaciones arquetípicas son el nacimiento milagroso, la
búsqueda, la tarea, la iniciación, el viaje, la caída, el sacrificio voluntario o el renacer
tras la muerte. Estos arquetipos son también elementos primordiales en los mitos de
casi todas las culturas; aunque los arquetipos míticos son innatos, y por tanto están
fuera del condicionamiento cultural no son elementos estáticos, sino más bien una
tendencia a formar y volver a formar imágenes relacionadas con ciertos tipos de
experiencias que se repiten.268
267 Puer Aeternus (niño eterno) es un nombre que aparece en Ovidio por primera vez. Se refería
al dios niño Yaco, que más tarde se identificó con Eros y con Dioniso; también se usaba esta
expresión para referirse a la divinidad redentora en los cultos a la Diosa Madre. En la psicología
jungiana se usa para referirse al hombre que mantiene los rasgos adolescentes y la dependencia
con su madre; también se conoce este tipo de personalidad como “complejo de “Peter Pan”. La
psicóloga Marie-Louise von Franz (1915-1998) escribió un libro sobre este tema: Puer Aeternus:
A Psychological Study of the Adult Struggle With the Paradise of Childhood (Puer Aeternus:
Estudio psicológico de la lucha del adulto con el paraíso de la niñez).
215
siempre se desarrollan en el tiempo primordial, y cuentan el origen de las cosas.
Einführung in das Wesen der Mythologie se centra en el concepto de arquetipo, que
para él corresponde al símbolo mitológico. Para Kerényi, a diferencia de Jung, el
arquetipo es una imagen liberadora que opera en el inconsciente colectivo como
contenido que aflora espontáneamente de la psiquis cuando el ser humano reacciona
ante factores biológicos; esta reacción natural es modelada por cada cultura.272
216
El imaginario, o ámbito de la creatividad social, hace referencia a lo pensado,
imaginado o inventado, en cuya formación intervienen factores sociales, culturales y
afectivos. Son las instituciones, leyes, creencias, tradiciones, usos, comportamientos,
símbolos, motivos, paradigmas o relatos que conforman una cultura.
217
al segundo. En las sociedades primitivas, las que producen la solidaridad mecánica, se
necesita una cohesión mayor en lo que se refiere a las creencias –están más
orientadas hacia lo comunitario y el pensamiento en grupo–, pero las sociedades en
las que opera la división de funciones y la interdependencia necesitan una consciencia
colectiva compartida que evite su desintegración; esta conciencia colectiva está
formada por representaciones simbólicas; sin ellas la sociedad degenera y decae. Los
cultos, ritos y creencias y los mitos y leyendas cumplen así una función
importantísima en la sociedad. Una sociedad cohesionada, y por tanto, con un alto
grado de integración entre sus miembros, controla el comportamiento de los
individuos, pero a su vez los protege de los traumas y tragedias que ocurren en la
vida. Este análisis muestra las influencias que el pensamiento de Tönnies tuvo sobre
Durkheim.277
218
inteligencia individual los marcos que se aplican a la totalidad de los seres y que
permiten pensarlos.279
El pensador alemán Jürgen Habermas (n. 1929) publicó en 1981 Theorie des
kommunikativen Handelns (Teoría de la acción comunicativa), un estudio sobre la
intersubjetividad comunicativa y cómo los seres humanos son capaces de
comunicarse y comprenderse. La sociedad es un conglomerado de sistemas complejos
donde la individualidad desaparece, y lo que se muestra son las funciones que cada
persona desempeña; tenemos, por tanto, procesos sociales. Para él los seres humanos
no actúan individualmente movidos por fines egoístas, sino que se coordinan con otros
basándose en acuerdos pactados. En consecuencia, los sistemas de comunicación son
convenciones. El imaginario que las sustenta deberá ser un producto de los procesos
sociales.
219
El iconólogo y crítico de arte francés Gilbert Durand, profesor de la Universidad
de Grenoble y fundador del Centre de Recherches sur I´lmaginaire (1966), influido por
la cosmogonía de Empédocles y por la teoría del inconsciente colectivo de Carl Jung,
estudió la mitología europea desde la capacidad simbolizadora y la imaginación
creadora del ser humano. Durand intentó una clasificación de los arquetipos
colectivos.
220
Malinowski subrayó la inseparabilidad de las instituciones que constituyen
una cultura. Puede considerarse a Malinowski como un heredero de las ideas de
Durkheim en cuanto a que considera que en una cultura se integran elementos que se
caracterizan por la función que en ella desempeñan. Un elemento cultural solo tiene
sentido dentro del contexto de la cultura a la que pertenece. Demostró que no se
puede comprender una cultura desde fuera, sino solo desde dentro y después de que
se haya experimentado y se esté imbuido en ella.
Al estudiar los mitos, Malinowski se dio cuenta de que había ciertos individuos
que poseían conocimientos especiales sobre los textos y sobre cómo interpretarlos; a
pesar de que las opiniones y relatos de estos individuos eran considerados por la
comunidad como representaciones de la ortodoxia, no necesariamente reflejaban el
punto de vista de la comunidad. La tradición colectiva ignora el conocimiento de los
especialistas, y si lo conociese no podría aceptarlo, como ocurre con la Casandra
mítica. Malinowski colocaba fuera de la visión colectiva la de algunos individuos cuyos
puntos de vista no coincidían con esta; a las formas divergentes de concebir la vida las
llamó idiosincrasias.280
221
última no tiene un fin práctico e inmediato en sus ritos, mientras que la magia sí. La
magia y la religión son medios de aliviar tensiones emocionales o de catarsis. Las
ideas del filósofo y psicólogo estadounidense William James (1842-1910) al parecer
sirvieron de fuente a las teorías de Malinowski sobre magia y religión; en ellas
afirmaba que estas creencias y sus ritos eran válidos si tenían consecuencias útiles
para la sociedad y el individuo, tales como consolar, dar seguridad o infundir ánimo.
284 Bascom, William R. (1954): 281-282. Cf. Hassan, Ihab H. (1952): 206-207.
222
humanas. El conocimiento del mito revela los motivos de las acciones rituales y
morales y da indicaciones sobre cómo llevarlas a cabo.286
Cuenta Malinowski en su libro Sex, Culture and Myth (Sexo, cultura y mito) que
cuando buscaba los mitos en sus trabajos de campo escribía lo que le contaban los
nativos, pero se fijaba en los textos sin poner atención a los contextos; por ejemplo,
cuando se contaba una historia sagrada, el narrador seguía hablando de cosas que a
él no le interesaban, como, por ejemplo, fanfarroneaba sobre cómo los miembros de
una comunidad que se sentía propietaria del mito podían hacer tal o cual acto de
magia o demandar algún impuesto a sus vecinos. Solo después de algún tiempo se dio
cuenta de que esta segunda parte de la actuación también pertenecía a la
presentación del mito.287
Malinowski mantenía que los mitos son parte de la cultura, y como tal tienen
una función dentro de ella; para explicar esta función utilizó ideas que tomó prestadas
del psicoanálisis; aceptaba que había tres tipos de pensamiento, el mágico, el religioso
y el científico, pero al contrario de lo que había propuesto Frazer, mantenía que estas
formas de pensar coexisten en las sociedades, no se suceden; la magia y la religión
cubren los espacios que no puede llenar la ciencia; sirven al mismo tiempo para
asegurar la necesaria cooperación humana y para mantener las normas y creencias
que dan cohesión a las sociedades. Para Malinowski, el mito no es tan solo una
explicación de aspectos culturales, como la comida, el vestido, la vivienda o las
relaciones políticas, sino una garantía o una guía para las ceremonias, para la
estructura social, e incluso para la economía: El mito expresa, refuerza y codifica la
creencia; salvaguarda y hace que se cumplan las reglas morales, y guía al humano en
sus ceremonias y ritos. Su función es la de reforzar la tradición y aumentar su valor y
prestigio al conectarla con una realidad superior y mejor, realidad que muestra los
sucesos primordiales que sirven de modelo.288
223
trabajo de campo durante la Primera Guerra Mundial entre una gente de cultura
neolítica en Nueva Guinea. Escribió sobre sus miedos, ansiedades, sentimientos de
culpa o de ira, sobre sus frustraciones sexuales, y también sobre sus sueños (algunos
de los cuales interpreta al estilo freudiano). Malinowski muestra su ira cuando se
siente burlado o engañado por los melanesios; muestra también su enfado por tener
que vivir con piojos y con insectos. Sin embargo, a veces deseaba no tener que salir
nunca de esas islas. Malinowski necesitaba conocerse a sí mismo para llegar a
conocer a los otros. Era esta una época en que las semejanzas entre los primitivos y
los contemporáneos en su vida emocional y racional aún no habían sido aceptadas.
Pero Malinowski, con su diario, ya anuncia una postura que tomaría vigencia con el
postmodernismo.290
224
consanguíneo, pues incluyen las que se producen por medio del matrimonio; existen
grupos o clanes en los que estas relaciones se afianzan con leyes y con relatos
mitológicos. Gracias a su influencia se impulsó el estudio de la estructura social y
familiar en la antropología anglosajona. Hacia mediados de siglo, el funcionalismo de
Radcliffe-Brown, que se alejaba del difusionismo boasiano o del evolucionismo de los
demás antropólogos, arraigó en la antropología estadounidense. Con esta orientación,
la antropología anglosajona se dividió en dos orientaciones, la cultural y la social, la
primera de orientación funcionalista y sincrónica, y la social, que continuaba la
tradición de la antropología británica.293
225
que un notario atestiguara que el propio diablo había hablado por boca de una negra
posesa vaticinando grandes males si no se hacía el cambio; al no aceptarse esta
patraña, el inquisidor hizo que el notario atestiguase que el propio Dios había hablado
sobre este caso desde el altar, a favor del cura, claro está. La Inquisición consiguió
una orden de la corte del rey hechizado para que se quemara la villa y así forzar a sus
habitantes a mudarse, pero los remedianos se negaron a moverse de su lugar. Ortiz
presenta la lucha entre una población civil incrédula y los poderes públicos de la
religión que utilizaban las creencias sobrenaturales en provecho propio. Para Ortiz, el
pueblo cubano ha demostrado tradicionalmente su escepticismo religioso, que quizá
proceda en parte del descrédito de un clero indisciplinado y avaricioso y en parte de la
corrupción de los que viajaron a América. Y añade a este pensamiento:
226
Siguiendo, pues, el ejemplo de la lingüística, se empezó a considerar que el
estudio de la cultura puede hacerse bajo la asunción de que existe una estructura
cuyo desarrollo se rige por unas leyes que no son evidentes, pero que se pueden
revelar por medio de un análisis científico. Ya Darwin había adoptado esta forma de
pensar al presentar su teoría de la evolución; para él, las formas más desarrolladas se
basan en formas anteriores que de algún modo las contienen en potencia, y su
desarrollo está regido por leyes ocultas que es preciso analizar para poder
descubrirlas.
227
En su obra Anthropologie structurale296 trató de explicar por qué los mitos de
culturas totalmente diferentes se parecen. Este parecido se basa en la estructura más
que en el contenido, pues son los personajes, objetos y acciones específicas los que
sufren variaciones. El análisis de las estructuras servirá, pues, para comprender los
mitos y para hacer patente la naturaleza del pensamiento simbólico que les da
cohesión; esto se puede aplicar al estudio de los relatos míticos, pero también al de las
formas de parentesco o del pensamiento producido por una sociedad. Lévi-Strauss no
buscaba el significado consciente del mito; él mantenía que la vida social se puede
reducir a un pensamiento simbólico cuya base se encuentra en la estructura
inconsciente del espíritu humano. Los fundamentos de los sistemas simbólicos
sociales son un conjunto de relaciones y de principios que pertenecen a un
inconsciente estructural. En este inconsciente la forma (invariante) precede al
contenido (expresado en variantes). Frente a la tendencia de la lingüística tradicional
de estudiar los elementos que componen la lengua, Lévi-Strauss prefirió estudiar las
relaciones que existen entre los elementos. Las unidades consideradas en sí mismas
tienen poco sentido; son las interrelaciones y el orden dentro de un sistema lo que les
da el verdadero significado. Esta idea lo llevó a decir que “hablar de reglas y hablar de
significado es hablar de la misma cosa”.297 Las unidades que constituyen las
estructuras no son, pues, relaciones aisladas, sino que están combinadas unas con
otras, pues solo así, como elementos que componen un sistema, adquieren una
función significante. Las estructuras, por otra parte, son universales en el sentido de
que no existen en el tiempo; este pensamiento le permite hacer un estudio sincrónico
en el que la historia queda relegada a un plano secundario. Así pues, a Lévi-Strauss le
interesaba sobre todo la lógica del relato; se fijaba más en el marco, en el paradigma y
en las relaciones sintagmáticas entre los elementos que en las funciones de los propios
elementos.
228
habla pertenece al tiempo no reversible es decir, se produce en el tiempo y en él se
ordena; una vez que algo se ha dicho es imposible hacer que hubiera sido de otro
modo, no hay vuelta atrás. Algo parecido ocurre con el mito; como relato es habla y
pertenece al tiempo no reversible, pero como concepto es lengua, es decir, estructura y
pertenece al tiempo reversible. No es de extrañar que los relatos míticos se sitúen
siempre en otro tiempo anterior al que conocemos. El mito tiene otra característica
que le es peculiar: a pesar de los parecidos que se habían señalado desde siglos atrás
entre el pensamiento poético y el mítico, el mito es maleable, es decir, puede ser
manipulado de muchas formas: traducido, parafraseado, reducido o amplificado, cosa
que no se puede hacer de una manera eficaz con la poesía.
Según Lévi-Strauss, el mito sirve para resolver una contradicción cultural que
de otra forma no se resolvería. La solución de este conflicto se encuentra en la
estructura profunda del mito. Su propósito es, pues, proporcionar un modelo lógico
capaz de superar una contradicción; es la expresión típica de un pensamiento arcaico.
Para analizar un mito y llegar a descifrar su estructura, Lévi-Strauss buscaba las
unidades más pequeñas, a las que llama mitemas; estos mitemas se ordenan de modo
que puedan estudiarse en el hilo del relato y como estructura. Los mitemas se
relacionan entre sí formando conjuntos y patrones, que son los temas o códigos. La
estructura mítica se expresa en un número limitado de códigos; al estudiar los mitos
sudamericanos, distinguió varios: el sociológico, el culinario, el acústico, el
cosmológico y el astronómico. Estos códigos se estructuran en oposiciones binarias y a
partir de esta estructuración se obtiene el significado del mito; por ejemplo, dentro del
código sociológico se pueden encontrar las siguientes oposiciones: casado-no casado,
familia-no familia, los nuestros (la gente)-los otros. Gracias a este método se puede
observar las estructuras profundas de los mitos y ver cómo proporcionan modelos
lógicos a las culturas.298 Frente a lo que pensaban los funcionalistas o Eliade, Lévi-
Strauss mantenía que la función del mito es justificar no el mundo, sino más bien la
relación que el ser humano tiene con el mundo.299
229
producido una escuela. Sin embargo, el valor de su obra perdura gracias al
planteamiento básico que contiene, en palabras de Geoffrey S. Kirk,
El esbozo general sigue siendo atractivo, a saber: que los mitos forman un
sistema y que representan ciertas formas estructurales, que son tan
importantes como su contenido explícito; que actúan simultáneamente en
diferentes niveles […] pero con un proceso análogo; que cuando hay un nivel
privilegiado, éste se ha de descubrir por comparación con otros niveles, que los
mitos suelen destacar polarizaciones o contradicciones, para las cuales ofrecen
mediadores progresivos […] y que muestran una constante preocupación por el
contraste entre naturaleza y cultura.300
302 Silva, F. (2000b). Köngäs-Maranda y Maranda ya señalaron en 1971 estas tres oposiciones.
Cfr. Haney, J. (1999): xxv-xxvi.
230
Un ejemplo diferente de estructuralismo es el de Angelo Brelich. En Gli eroi
greci304 (1958) señaló que los griegos iniciaron el estudio de los mitos desde la
incomprensión, y por esa misma razón para ellos el mito era un problema; quizá por
esta razón, a partir del siglo VI intentaron ennoblecerlo y hacerlo creíble. La morfología
heroica de Brelich intenta mostrar el complejo de asociaciones que se dan tanto en el
mito como en el rito y que tienen que ver con temas como la muerte, el combate, las
competiciones atléticas, las profecías, las curaciones, los misterios, los oráculos, la
fundación de clanes y de ciudades y los ritos de iniciación; al igual que el mito refleja
un mundo aún en su infancia, los héroes se nos presentan actuando en la infancia del
mundo, donde existe una lucha entre el orden cósmico y el destino humano305.
El crítico literario Harry Slochower (1900-1991) estudió los mitos desde una
doble perspectiva: según la histórica, cada obra mitopoética se considera como un
centro que organiza las múltiples formas culturales (arte, psicología, religión, fuerzas
sociales) de su época; según la perspectiva que llama “recurrente”, se nos presenta un
patrón universal que da unidad estructural a todos los mitos. La estructura universal
tiene una forma tripartita, igual que la del drama clásico de tres actos (cosmos-caos-
cosmos): en un primer acto se presenta la armonía comunal. Esta armonía se rompe
con la llegada del héroe y el comienzo de su búsqueda, que implica un reto para el
231
grupo. El impulso creativo del héroe y su regreso mueve a la comunidad hacia un
nuevo estado de armonía.308
Al nombre de los dioses suelen añadirse epítetos, que muchas veces sirven
para referirse al dios o invocarlo. Los himnos órficos nos presentan buenos ejemplos
de los epítetos que reciben los dioses:
232
persona. Por eso muchas veces se mantenía en secreto el nombre de ciertos dioses, y
solo se los conocía por sus epítetos.
Junto a la imagen visual de los dioses, que pertenece a las artes plásticas,
debemos considerar la écfrasis, o representación verbal de lo que se ve o que se ha
visto. La écfrasis es una descripción, pero el término se ha restringido para significar
las descripciones de obras de arte. Écfrasis típicas son las descripciones de las
escenas que aparecen en los escudos y armaduras de los héroes, o de las estatuas que
representan a los dioses.
Por otra parte, debemos considerar que los antiguos dioses sobreviven de
alguna manera en nuestros tiempos, transformados en otros tipos de personajes. En
Les légendes hagiographiques311, el jesuita belga Hippolyte Delehaye (1859-1941) nos
hablaba de las supervivencias paganas que encontró en el culto a los santos. Por su
parte, el folclorólogo francés Pierre Saintyves (1870-1935) sostenía en Les saints
successeurs des dieux que los santos populares son consecuencia de una
cristianización del culto a las antiguas divinidades, particularmente las de los celtas;
consideraba que la veneración de los santos era a su vez una prolongación del culto
que en tiempos precristianos se había rendido a los muertos. El historiador y mitólogo
Jean Seznec (1905-1983) en La survivance des dieux antiques defendió la tesis de que
los dioses paganos no murieron con la implantación del cristianismo, sino que
sobrevivieron en el pensamiento medieval que, al contrario de lo que presentan los
libros de texto, no supone una ruptura con el mundo antiguo.
233
89. Mito y rito
El grupo conocido como los Cambridge Ritualists llevó a cabo una
reinterpretación radical de la historia y naturaleza de la filosofía y de la religión griega
antigua en la última década del siglo XIX al introducir en sus investigaciones
filológicas los datos y métodos de la antropología y de la sociología de la religión, sin
desdeñar las aportaciones de la lingüística, la arqueología, la folclorística, la psicología
o la historia.
234
Australia, así como todo el material recogido sobre creencias y prácticas populares de
la vieja Europa, demostraban que existían interesantes paralelos entre todos ellos, y
también con los mitos y ritos de la antigua Grecia; el estudio comparado de todos
estos datos podía llevar a una mejor comprensión de la antigüedad clásica.
235
fallaba en el hecho de que hay mitos que se encuentran en muchas regiones del
mundo, mientras que los ritos que se relacionan con ellos no se dan en todos esos
lugares. La obra de Hocart no fue bien recibida en su país en una época en que ya
dominaba el funcionalismo.
Junto con los ritualistas ingleses desarrollaron su obra los escandinavos, que
crearon por estos años un movimiento llamado la Escuela del Rito y Mito o patronista,
también llamada “de las pautas”. Sus miembros admitían la precedencia del rito sobre
el mito y subrayaban el papel sagrado del rey en todas las religiones antiguas de
Oriente Próximo. El investigador noruego Sigmund Mowinckel (1884-1965), profesor
de la Universidad de Kristiania (Oslo) afirmaba en sus Psalmenstudien (Estudios sobre
los salmos, 1921-1929, tres tomos), que el mito era la expresión de lo que se actuaba
durante el culto; en otra de sus obras, Religion und Kultus314 (1953), volvía a
manifestar la opinión de la precedencia del rito sobre el mito315. Según el sueco Geo
Widengren (1907-1996), profesor de la Universidad de Upsala y estudioso de las
antiguas religiones de Irán, el mito es la palabra sagrada que procede del rito y que lo
explica, al igual que se puede afirmar que el acto sagrado que es el rito ilustra el
mito316.
236
apoya en lo verbal y el otro en la actuación. Este conjunto de mito y rito satisface las
necesidades psicosociales de la comunidad, y de esta función depende la importancia
que tengan en la sociedad318.
Por su parte, Albert Lord no cree que las configuraciones típicas de la oratura
se crearon con propósitos mnemónicos, sino a causa de requisitos rituales.319
Una tradición, a mi entender –es decir, todas las actuaciones de todas las
canciones y todos los cantantes de una cultura dada desde el principio del
género en cuestión– incluye una variedad de canciones de diferentes calidades y
también una gran diversidad de cantantes. Hay cantantes buenos, cantantes
mediocres, cantantes sin técnica, y cantantes verdaderamente geniales. La
tradición no es un promedio mediocre; no consiste tan solo en lo que es común
a todas las canciones o a todos los cantantes en la totalidad o en parte del
periodo en que existe esta práctica. Abarca todos los tipos de cantantes y todos
los tipos de actuación.320
Hoy día casi nadie sostiene la precedencia del rito sobre el mito o viceversa,
pues, dada su enorme antigüedad, es imposible hacer averiguaciones que lleven a una
conclusión fiable. El antropólogo y profesor de la Universidad de Cambridge Edmund
R. Leach (1910-1989) también consideraba que el mito y el rito son una misma cosa,
el uno implica al otro y ambos tienen el mismo significado.321 Según Bauzá, “quien
pertenece a una cultura mítica transforma sus actos cotidianos en ceremonias rituales
mediante las cuales se esfuerza por traspasar el aquí y el ahora y adherirse
consecuentemente a una dimensión atemporal”.322 El mito y el rito son, pues, dos
perspectivas de una misma cosa. Las formas en que la idea mítica puede aparecer en
la sociedad son: el relato verbal, la veneración del representante de Dios, el culto a los
héroes, las correspondencias entre el Cielo (macrocosmos), la Tierra (mesocosmos) y el
237
ser humano (microcosmos). Para Karen Armstrong, “leer un mito sin el ritual
transformador que lo acompaña es una experiencia tan incompleta como leer la letra
de una ópera sin escuchar la música.323
La importancia que hoy tienen los autores de las escuelas ritualistas consiste
en haber llamado la atención sobre los contextos en que los mitos se narraban en las
antiguas culturas y se siguen narrando en las modernas. Los relatos míticos están,
pues, relacionados con otros materiales culturales no verbales, como los ritos, las
representaciones dramáticas y el calendario, elementos necesarios para llegar a su
comprensión. El profesor Kirk va mucho más allá:
sería sabio rechazar de principio la idea de que el mito y la religión son aspectos
gemelos del mismo objeto, o que son manifestaciones paralelas de la misma
condición psicológica, con la misma firmeza que hemos rechazado la de que
todos los mitos están asociados a los ritos.324
El rito como comportamiento –fruto de una creencia o realizado sin ningún tipo
de fe, como hábito cultural– está relacionado con el mito porque opera dentro de las
238
mismas premisas; pero también podríamos ampliar la perspectiva y hacer que
entraran en juego objetos rituales o fetiches, lugares que requieren un
comportamiento ritualizado o tiempos que de alguna manera quedan marcados por la
tradición. Queda sin embargo, por dilucidar una cuestión importante para el estudio
de la mitología: explicar por qué la mente funciona de forma tan extraña o irracional, y
a la vez produce en lugares tan dispares relatos y comportamientos tan semejantes.
239
240
VII. Relación del pensamiento mítico con el individuo del mundo actual
El héroe sufre una pérdida que hace que salga en búsqueda de lo perdido
241
imaginación popular tienen que ver con las conspiraciones, el control que se ejerce
desde la CIA, la KGB o el Mossad. También el mundo de las creencias se relacionan
con las mandalas y otros ritos y usos del oriente o afro-ibero-americanos, como la
santería.
Para el teólogo luterano alemán Rudolf Karl Bultmann (1884-1976), los mitos
expresan la certeza humana de la existencia de otro mundo trascendente y de que su
significado no se encuentra aquí, sino en el Más Allá. Los mitos se construyen por
medio de símbolos y de lenguaje imaginario para expresar las verdades que emanan
de este Más Allá. Para interpretar los mitos, Bultmann echó mano a la idea de
desmitologización: para llegar a la verdad es preciso prescindir de lo mitológico. Los
mitos del cristianismo son la creencia en un mundo espiritual, la actividad de ángeles,
demonios y santos: milagros, tentaciones; las visiones del Más Allá, la existencia del
pecado y la redención por el dios hecho hombre, y la segunda venida de Cristo. Todo
ello ocurre en un universo dividido entres partes: Cielo, Tierra e Infierno; pero la
verdad está más lejos.
Total y compensatoria: Se rechazan los relatos por considerarse falsos, pero hay que
llenar el vacío que dejan con un pensamiento filosófico, histórico o científico.
326 §125.
242
Parcial e interpretativa: Los mitos son relatos en los que no hay que creer de manera
literal, ya que son símbolos o representaciones.327
243
social de nuestra época”. 330 También se ha fijado en la perversión de los ritos en
nuestra era, usando como ejemplos Santa Claus, el árbol de Navidad o las
celebraciones de Halloween. Gillo Dorfles nos habla no de una técnica que sirve para
analizar los relatos, sino de un proceso social: “en nuestra sociedad se ha producido
una –si no total, sí muy difundida– ‘desmitificación’ (entiéndase como crisis de lo
sacro, como disolución de un rico andamiaje simbólico ya institucionalizado y
decididamente consumido)”. Este proceso se renueva gracias a una nueva mitificación
o “simbolización de nuevos elementos asumidos con dignidad y eficacia análogos a las
que en otro tiempo tuvieron los mitos”.331 Para Dorfles, símbolos, mitos y ritos al
degradarse se convierten en fetiches, entonces se ven “reducidos a factores
supersticiosos y desintencionados”.332
Por otra parte, Karen Armstrong, al igual que había hecho Mircea Eliade,
enfatiza la necesidad de lo sagrado para la sociedad contemporánea:
332 Ibidem .
244
podía aplicarse al armamento con efectos letales; Auschwitz, el Gulag y Bosnia
nos recordaron lo que podía pasar cuando se perdía todo sentido de lo
sagrado.335
245
246
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