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UN ENFOQUE INTERPERSONAL Y SOCIAL

DEL CONOCIMIENTO
El conocimiento puede ser estudiado y comprendido no ya como un estado mental sino como un
modo de relación; un modo peculiar de relación que caracteriza a los vínculos que los
humanos establecemos con los objetos: el sentido y la inteligencia. El hacer humano
está cargado de sentido, así como el sentido y el conocimiento está cargado de acción.
El sentido no es algo añadido a la acción humana, es lo que la constituye como tal
acción. La dotación de sentido a la acción, la comprensión de su significado, no es algo
ajena a la misma, es su fundamento, y ese sentido se da y negocia en el marco de las
relaciones interpersonales, reales o implícitas. Es en este sentido en que podemos hablar
del conocimiento social, en un sentido en el que ambos términos (conocimiento y
social) se definen mutuamente. Este es, en mi opinión, el marco más apropiado para una
psicosociología del conocimiento.
El punto de vista social del conocimiento supone, pues, entender el conocimiento como
(inter)acción, lo cual implica desplazar el interés desde los procesos cognitivos de tipo
psicológico a los procedimientos discursivos. Desde este punto de vista, resulta
analíticamente inadecuada la separación entre procesos y contenidos, así como entre
sujeto y objeto de conocimiento.

EL CONOCIMIENTO DESDE EL PUNTO DE VISTA PRAGMATISTA Y DEL


INTERACCIONISMO SIMBOLICO

El interaccionismo simbólico está íntimamente vinculado a la corriente filosófica


conocida como pragmatismo, una de cuyas características es el rechazo de la metafísica
racionalista. Desde el punto de vista de los pragmatistas la idea motriz del racionalismo
está mal planteada, dado que consideran que se parte de una concepción errónea de la
naturaleza y del conocimiento de dicha naturaleza. Para los pragmatistas carece de
sentido considerar que la naturaleza es descriptible por medio de entidades esenciales,
de características inmutables o esencias, que constituirían la verdadera identidad de los
objetos de conocimiento. Según esa metafísica racionalista el conocimiento sería el
descubrimiento de la verdadera esencia o realidad de las cosas, y la tarea de la filosofía
—así como de la ciencia— sería, en consecuencia, la de desentrañar y denunciar los
sesgos, errores y prejuicios que impiden un conocimiento verdadero de la realidad a la
que nos enfrentamos como objeto. Los pragmatistas, sin embargo, consideran el
conocimiento como acción y no como contemplación. Conocer no es, desde el punto de
vista pragmatista, reflejar dentro de uno (en la mente o en cualquier otro «lugar»
psicológico) algo que está fuera; el conocimiento es una faceta de la acción del sujeto
con dicho objeto, es, por tanto, no un reflejo pasivo sino una relación activa.

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