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alguien lo llega a negar “con tal que sea un poco inteligente, podrá convencerse por la sola
razón, de estas cosas”.
Todas las cosas que se dicen de ser justas, buenas, etc., no pueden ser
comparadas con otras de las cuales también se diga que son justas o buenas, sino que
solamente pueden ser consideradas justas y buenas, por la Justicia y la Bondad.
Todas las cosas existen gracias a un principio único, más que por razones de
varios, los cuales por ningún concepto podrían existir sin él, “todo lo que existe por otro es
menor que la causa que ha producido todos los seres y que existe por sí misma.” Cuando se
llega a decir que nada ha existido antes de la esencia suprema, no se debe entender que antes
de que existiese la esencia suprema hubo un tiempo en que no existía nada, sino que, antes de
la esencia suprema, la cual es Dios, no había cosa alguna “Si se comprende esta explicación…
se concluirá con razón que, nada ha existido antes ni nada existirá después de ella.”
1ra prueba, asentada en la bondad que nos remite a su creador:
Partiendo de la idea de un sumo bien o bondad se puede señalar que Dios se
manifiesta en sus creaturas dando una armonía y perfección que sólo puede provenir de un ser
superior que en este caso es Dios.
2da prueba, consiste en la grandeza, no espacial sino cualitativa:
San Anselmo dice que la bondad nos conduce a la participación de ser de quien
recibe su existencia, es decir, esa bondad infinita propia del creador hace que la criatura
participe de esta realidad bien sea deseándola o encontrándola mediante el camino de la fe; en
otro sentido cómo es posible que habiendo tantos sentimientos en el mundo el hombre se
encamine por la bondad, e incluso aun el malvado que aunque no la posea al menos la desea
para sí mismo y sus allegados. Es por esto que para San Anselmo la bondad y cuánto virtud es
propio del hombre porque se da mediante una participación con aquel de quien es otorgada y
en quien encuentra su plenitud, es decir, Dios.
3ra y 4ta prueba, el ser y la constatación de los grados de perfección:
En su tercera y cuarta prueba de la existencia de Dios se descubre los grados de
perfección de las cosas del mundo, que nos revela su causa de origen.
Estos grados parten primero del individuo y cuando nos referimos a este se refiere
a cualquier criatura que de manera eslabonada llevan a crear una perfección universal. Que no
proviene de varios elementos sino de solo, el cual no necesita de nuestra existencia, ya que
este es Dios. Todo lo demás tiene su origen de otro solo Dios existe por sí mismo. (Monologion.
III) Ser único del cual se desprende una serie de cualidades que siendo propias de Dios se
encuentran en el hombre. “Hay pues un principio único y superior a todo lo que existe. Ahora
bien, lo que es superior a todas las cosas, lo que comunica al ser, el bien y la grandeza a todo
lo que es buena y grande es necesario que sea soberanamente bueno o altamente bueno,
grande y superior a todo lo que existe. Existe, pues, algo que, bien sea llamado esencia,
sustancia o naturaleza, es perfectamente bueno y grande, es en fin superior a toda”.
(Monologion. IV) Cuando San Anselmo sube de las criaturas al creador, o sea, a partir de
cualidades del hombre describe a Dios no quiere adjudicar a esta ninguna categoría humana o
mundana, sino que lo denomina con el nombre de absoluto Dios.
La existencia de Dios se presenta como el resultado del hombre que busca a
Dios. Pero esta vista desde el punto de vista filosófico, muestra la complementación entre la
filosofía y la teología, lleva al hombre a crear argumentos lógicos que le permitan demostrar la
existencia de Dios no partiendo solo aportes proporcionados por la sagrada escritura sino
mediante la razón. Es precisamente en este ambiente que se desarrolla la obra de San
Anselmo hombre, fomentado en el pensamiento cristiano, perteneciente y digno representante
de la escolástica. En la obra Monologion, Anselmo parte de las causas para llegar al efecto,
pruebas conocidas como las a posteriori; en esta, se aprecien cuatro elementos, apoyados en
la bondad, y las cualidades que posee cada hombre hasta llegar a los diferentes grados de
perfección que existe en el universo y que no vienen de la nada sino que se desprenden de un
ser superior que es Dios. La existencia de Dios adquiere un sentido universal que engloba a
todo hombre, de manera que le hace partícipe de sus cualidades.