Mujer de 39 años, residente en la ciudad de Bogotá, presenta dolor de cabeza y tos desde hace cinco días. Entre los antecedentes, la paciente tiene SIDA y refiere fumar con frecuencia. Con respecto a los exámenes paraclínicos, en la radiografía se ve una zona opaca de 5 cm en la región superior del pulmón; en el TC, se ven lesiones en forma de anillo en el encéfalo. Toma de muestras: debido a los síntomas presentados por el paciente, se extrajeron muestras del LCR y de esputo. Diagnóstico diferencial: Se tienen cinco posibles agentes etiológicos de la enfermedad: coccidioidomicosis, tuberculosis, e histoplasmosis. La coccidioidomicosis pudo ser debido al cuadro clínico de tos, lo observado en la radiografía, y en el cultivo en agar Sabouraud. Sin embargo, se descartó por la epidemiología de esta patología, asociada con infección en zonas semidesérticas como la Guajira, y por el resultado en el directo con KOH, en el cual no se observaron esférulas con endosporas. La tuberculosis se plantea debido a la tos que presenta la paciente, y a la susceptibilidad que tiene ella de tenerla debido a su condición en inmunodepresión. Sin embargo, se descartó debido a que estas bacterias son de crecimiento lento (3 a 8 semanas), y en el agar hecho, el microorganismo problema tuvo un crecimiento entre dos y diez días. La histoplasmosis se pensó por el cuadro clínico del paciente y la frecuencia que presenta esta enfermedad en pacientes con VIH. Sin embargo, se descartó porque el paciente no refirió haber viajado a algún lugar donde habite este hongo (cuevas o lugares con aves de corral), porque en el directo no se observaron los macroconidios característicos de Histoplasma sp. El agente etiológico es Cryptococcus gattii, el cual se confirmó por el directo con tinta china, en el cual se observa la cápsula de Cryptococos sp. Los antecedentes también ayudaron a confirmar el cuadro clínico del paciente, debido a que la condición de SIDA del paciente lo hace más susceptible a la criptococosis, y esta tiene más tendencia a ser de forma diseminada, lo cual se refleja en el TC, con el cual se sospechó de una meningitis micótica. Por último, se destaca que en las mujeres, la prevalencia de criptococosis es del doble en los hombres, lo cual nos ayuda a confirmar el diagnóstico. Pruebas Directo con tinta china: se observan conidios capsulados. Crecimiento en agar Sabouraud: colonias mucosas, blancas y convenxas. Urea: positiva. Observaciones: Se recomiendan hacer adicionalmente coloraciones, como mucicarmina de Meyer, la cual es diagnóstica para criptococosis. Microorganismo: Cryptococcus gattii Tratamiento: se administraría al paciente fluconazol para tratar la forma pulmonar, y anfotericina B intratecal para tratar el cuadro meníngeo. CASO F Aspectos importantes del caso: Paciente de cuatro años. Cuadro respiratorio alto. Síndrome de Guillain-Barré: síndrome en el cual el sistema inmune ataca los nervios periféricos, causando así debilidad y hormigueo en las extremidades. Recibió piperacilina/tazobactam por ocho días por una neumonía asociada a ventilación mecánica, sin aislamiento. Recibió meropenem por ocho días por bacteriemia asociada a catéter venoso central por klebsiella pneumoniae. Fue sometido a cateterización urinaria permanente y se sometió a traqueostomía. Paciente permaneció febril con tratamiento. Se le hizo hemocultivo, urocultivo, Gram y CHROMagar. Se inició tratamiento con anfotericina B. Se realizó resección del fungoma en la vejiga, de color blanquecino y consistencia blanda. Estudio histopatológico compatible con cistitis crónica. Diagnóstico diferencial: infección de tracto urinario por k. pneumoniae, candiduria por C. albicans, fungoma por C. tropicalis. Tanto la neumonía, como la infección de tracto urinario que presenta el paciente, se asociaron a una infección bacteriana por k. pneumoniae debido a que este es un microorganismo nosocomial, y el paciente lleva en el hospital ya un tiempo prologando. Adicionalmente, el hecho de que el tratamiento inicial fallara fue debido, tal vez, a que esta era una cepa resistente al meropenem. Sin embargo, se descartó debido a los resultados de los exámenes paraclínicos, en los que se observó una masa vesicular, lo cual no es compatible con las infecciones del trato urinario bacterianas. Se pensó en una candiduria por C. albicans debido al tropismo que tiene esta especia por el tracto urinario y su alta frecuencia de identificación; sin embargo, se descartó por el crecimiento en CRHOMagar, en el cual las colonias serían verde claro si fuera este hongo. Así, se confirmó una candidemia por C. tropicalis debido, principalmente, al color característico del CROMagar, el cual en este microorganismo es azul verdoso. Adicionalmente, los fungomas, de consistencia blanca y mucosa relatada en el caso clínico, es el resultado del acúmulo de hifas largas y anchas del género Candida (Santos, Mercado, Luévanos, Martínez, & Guerrero, 2017). Se puede ver también, que el paciente tiene una enfermedad autoinmune, y ha sido tratado con un amplio espectro de medicamentos, lo cual lo hace más susceptible a la adquisición de infecciones por Candida, en especial candidemia. Por último, C. tropicalis es una de las especies más frecuentes asociadas a esta patología (Bonifaz, 2012) Pruebas diagnósticas: Cultivo en CHROMagar: colonias color azul verdosos. Cultivo en agar Sabouraud: levaduras blancas, mucoides y limitadas. Microorganismo: C. tropicalis Observaciones: se recomienda hacer otras pruebas adicionales, como lo serían crecimiento en Agar Sabouraud más antibióticos, la cual ayudaría a diferenciar especies sensibles a cicloheximida, como lo es C.tropicali. Adicionalmente, se puede hacer una prueba de reducción de tetrazolio, para la cual C. tropicalis sería positiva (Bonifaz, 2012). Tratamiento: la anfotericina B, aunque no es el tratamiento de primera línea para las candidemias (se recomienda fluconazol), se administraría debido a la grave presentación que presenta el paciente.
Referencias:
Bonifaz, A. (2012). Micología médica básica. México: Mc Graw Hill.
Santos, E., Mercado, M., Luévanos, A., Martínez, P., & Guerrero, M. (2017). Fungoma vesical por Cándida tropicalis: un caso clínico pediátrico. Rev Chilena Infectol, 186-189.