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FACULTAD DE MEDICINA HUMANA Y CIENCIAS DE LA SALUD

ESCUELA ACADÈMICO PROFESIONAL DE PSICOLOGÌA HUMANA

TRABAJO ACADÉMICO

ENTREVISTA FORENSE
PRESENTADO POR

 Benavente Alvarez, Patricia


 Bravo Muñoz, Eliana Nikol
 Espino Rangel, Rachel

Curso: Técnicas de Entrevista

Docente: Geng Orellana, Jessica

ICA - PERÚ

2018
DEDICATORIA

El presente trabajo se encuentra dedicado a

nuestra profesora Jessica Geng debido a la

gran enseñanza que nos ha brindado en

todo este periodo de tiempo.


AGRADECIMIENTO

A Dios, por brindarnos la salud y

condiciones con las cuales luchar por

nuestras metas y retribuir el apoyo de

nuestros familiares.

A nuestros Padres, por hacer todo lo posible

para que seamos excelentes profesionales,

pero por sobre todo, mejores personas.

A nuestros docentes, quienes con su empeño

y exigencia contribuyen también a nuestro

desarrollo Académico-Personal.
ÍNDICE

INTRODUCCIÓN ............................................................................................................ 1

CAPÍTULO I .................................................................................................................... 2

PSICOLOGÍA FORENSE................................................................................................ 2

1. LAS FUNCIONES Y LAS HABILIDADES DE LOS PSICÓLOGOS

FORENSES .................................................................................................................. 2

2. LA PSICOLOGÍA FORENSE COLABORA Y DESCRIBE, PERO NO JUZGA

CAPÍTULO II ................................................................................................................... 5

LA ENTREVISTA FORENSE ........................................................................................ 5

1. PROTOCOLOS DE UNA ENTREVISTA FORENSE ........................................ 6

2. DISEÑO DEL PROCESO DE ENTREVISTA FORENSE CON MENORES .... 8

3. EXTRACCIÓN DE INFORMACIÓN PREVIA A TRAVÉS DEL CONTACTO

CON EL CONTEXTO ADULTO DEL MENOR ...................................................... 10

4. FASES DE LA ENTREVISTA ........................................................................... 12

4.1. FASE INTRODUCTORIA .......................................................................... 12

4.2. FASE DE TRANSICIÓN: ........................................................................... 14

4.3. FASE SUSTANTIVA O DE OBTENCIÓN DEL RELATO ...................... 15

4.4. FASE DE CIERRE....................................................................................... 17

CONCLUSIONES .......................................................................................................... 18

BIBLIOGRAFÍA ............................................................................................................ 19
INTRODUCCIÓN

Una entrevista en una forma adecuada está muy lejos de ser sencillo, pues exige del

entrevistador un gran conocimiento y dominio de sí mismo, adiestramiento y experiencia

ya que la entrevista es una técnica que requiere practica constante para que el

entrevistador sensibilice sus aptitudes. Es muy importante ya que obtiene más

información verídica que cualquier otra técnica de investigación. Por tanto se obtiene más

evidencia que cualquier proceso de investigación. Los casos que no se resuelven en

muchas ocasiones y esto son debido a las malas entrevistas.

En este trabajo se mostrara los distintos protocolos y las fases de una entrevista forense

con la finalidad de poder hacer el uso de dicha entrevista y poder realizar una mejor

investigación y que sirvan como evidencia para otras entidades.

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CAPÍTULO I

PSICOLOGÍA FORENSE

El término forense proviene del latín forum. Esto es, la plaza, el espacio público donde

en la época romana tenían lugar los juicios públicos.

Así pues, la psicología forense es la rama de la psicología que estudia e interviene en

los procesos judiciales con el fin de aportar datos y conocimientos que ayuden a resolver

los casos. Los profesionales de la psicología forense son los psicólogos forenses, y su

función es recopilar, estudiar e interpretar correctamente los distintos datos psicológicos

que puedan aportar elementos importantes de cara a un juicio.

1. LAS FUNCIONES Y LAS HABILIDADES DE LOS PSICÓLOGOS

FORENSES

Los profesionales de la psicología forense, además de ser graduados en psicología,

deben contar con conocimientos y herramientas propias del derecho judicial, procesal

y penal. Esto les permite contar con el bagaje necesario para poder comprender con

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precisión los procesos judiciales y aplicar correctamente las técnicas psicológicas en

este campo.

Los psicólogos forenses trabajan conjuntamente con abogados, peritos, fiscales y

jueces. De hecho, los psicólogos forenses actúan como peritos a la hora de ofrecer su

testimonio profesional en ciertos juicios, aportando datos y conocimientos de interés

para colaborar con la Justicia y lograr que las circunstancias del caso puedan ser

esclarecidas, por lo menos en lo que atañe a ciertos aspectos psicológicos y/o

psicopatológicos de alguna o todas las partes implicadas.

Una de las funciones más comunes hace referencia al estudio que llevan a cabo

los psicólogos forenses acerca de las facultades mentales y las condiciones

psicológicas de alguna de las partes implicadas en un juicio (acusados, denunciantes

y hasta testigos). Este análisis ayuda a dilucidar, en el caso de los acusados, si estaban

en pleno uso de sus facultades mentales en el momento en el que, presuntamente,

cometieron un delito. Por ejemplo, si hay un imputado por homicidio, un psicólogo

forense tendría la capacidad para realizar un informe que indique si, en el momento

del crimen, el acusado era consciente de sus actos.

2. LA PSICOLOGÍA FORENSE COLABORA Y DESCRIBE, PERO NO

JUZGA

Cabe hacer una puntualización: la psicología forense puede ayudar a un juez a

determinar ciertos factores psicológicos de las partes implicadas en un proceso

judicial; puede explicar el comportamiento de una persona para hacer más

comprensible que haya sido víctima o agresor en determinadas circunstancias. Esta

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información se ofrece al tribunal para que pueda ser capaz de tomar una decisión

sopesada sobre los hechos.

Sin embargo, el psicólogo forense no está facultado para defender ni ejercer como

fiscal de ninguna de las partes implicadas en un pleito judicial. Su función es

descriptiva e informativa, y por tanto debe ser completamente neutral.

Los tribunales de justicia suelen formular preguntas muy concretas al psicólogo

forense, siempre relativas al caso que se juzga y en torno a las distintas variables

psicológicas que pueden haber influido en los hechos. La terminología con que se

expresan los distintos actores judiciales es el propio del ámbito legal, y así también

se espera que el psicólogo forense se ciña a un lenguaje unívoco y coherente con el

contexto.

Dicho de otro modo, los distintos actores involucrados en el proceso judicial (juez,

abogados, fiscales y jurado) necesitan conocer los efectos directos del estado

psicológico de alguno de los implicados para determinar hasta qué punto son

responsables de sus acciones. En este sentido, cabe aclarar que no tendría sentido

alguno que el psicólogo forense realizara divagaciones sobre el estado psíquico de

alguna de las partes juzgados más allá de la tarea que se le encomienda, que es aportar

luz sobre las circunstancias psicológicas de las partes implicadas durante los hechos

que están siendo juzgados, y por extensión del tratamiento que se deba prestar a

alguna de las partes, si fuera necesario.

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CAPÍTULO II

LA ENTREVISTA FORENSE

El objetivo de una entrevista forense es obtener una declaración de tal forma que

desarrolle la sensibilidad, sea imparcial, y que nos lleve a la verdad, de manera que aporte

una justa y correcta toma de decisiones en los sistemas de justicia criminal y de bienestar

de la persona. Aunque la información obtenida por medio de esta entrevista puede ser útil

para tomar decisiones acerca del tratamiento, esta entrevista no es parte de un proceso de

tratamiento. Las entrevistas forenses no deben realizarse por profesionales que estén

llevando a cabo o tengan planeada una relación terapéutica con la persona.

La entrevista forense es una entrevista grabada para obtener información única del

niño cuando: Hay preocupación sobre posible abuso, o cuando un niño ha sido testigo de

violencia hacia otra persona. La entrevista forense se dirige a una evaluación de la salud

mental con fines definidos en el mandato judicial, tales como el daño psicológico, la

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estimación de la normalidad, merma o anulación de las capacidades cognitivas, o la

estimación de la capacidad para testimoniar.

Hay dos aspectos primordiales en una entrevista forense (Poole & Lamb, 1998). En

primer lugar, las entrevistas forenses son para evaluar la hipótesis más que para

confirmarla (Ceci & Bruck, 1995). En segundo lugar, las entrevistas forenses deben

centrarse en la persona.

En menores se recomienda que la entrevista no se realice de forma “ciega” por varias

razones. Primero, es difícil establecer un rapport cuando no conocen nada sobre la

situación o intereses en la vida de éstos. Segundo, ya que algunos menores no responden

a preguntas generales sobre por qué están siendo entrevistados, es difícil para el

entrevistador introducir el tema del abuso cuando no conocen nada sobre el lugar o el

momento del alegado abuso. Tercero, realizar una entrevista ciega hace más difícil para

el entrevistador el considerar hipótesis alternativas sobre el significado de las

declaraciones del menor.

Siendo así, El Centro Nacional para la Acusación del Abuso del Menor, El Instituto

Americano de Investigación del Fiscal y la Asociación del Distrito Nacional de Abogados

(1993) concluyeron, “Entrevistar a un menor sin conocer ninguno de los detalles

revelados a otro es parecido a realizar un examen médico sin saber la historia del paciente

o buscar un lugar desconocido sin un mapa de carretera”.

1. PROTOCOLOS DE UNA ENTREVISTA FORENSE

Los protocolos de una entrevista forense permiten un abordaje adecuado de la

declaración de la víctima es la entrevista narrativa ya que evita realizar interrogatorios

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que contaminan o sesgan la información. Identifica si la declaración contiene criterios

de realidad para conocer que se traten de hechos vividos.

Se sugiere el uso de protocolos como:

 En casos de niños y adolescentes víctimas de Violencia Sexual:

 Protocolo de Michigan

Se usan métodos de interrogatorio menos directivos, permite que la

información obtenga mayor credibilidad en los procesos judiciales y

proteja los derechos del acusado, que la entrevista desarrolle la

sensibilidad, sea imparcial, y que nos lleve a la verdad, de manera que

aporte una justa y correcta toma de decisiones en los sistemas de justicia

criminal y de bienestar del niño.

 Protocolo de Nichd

Este protocolo tiene como objetivo principal, fomentar en los

entrevistadores el uso de las recomendaciones basadas en la evidencia,

operacionandolas en fases (Lam y cols.,2007).

La orientación de este protocolo tiende a desalentar o vedar el uso de

elementos de apoyo en las entrevista, tales como muñecos y dibujos,

debido a la preocupación de que estos incrementen innecesariamente el

riesgo de incitar información que no es veraz, proponiendo a su vez un

enfoque puramente narrativo, basado únicamente en el testimonio del

niño.

 Protocolo Ratac

Desarrollado en Estados Unidos en 1989 por el Centro de Defensa Infantil

de Minnesota “CornerHouse”, tradiconalmente este protocolo se conoce

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por el nombre de RATAC, que es una mnemotecnia de las iniciales en

inglés de las que tradicionalmene han sido su cinco fases: Relación

(Rapport) – Identificación Anatómica (Anatomic Identification) –

Indagación sobre el contacto (Touch Inquiry) – Escenario del abuso

(Abuse Scenario) – Cierre (Clousure) (Toth, 2011).

Este protocolo es semi – estructurado, es decir más allá de seguir fases,

se invita a los entrevistadores a ajustar su trabajo a la medida de los niños.

El objetivo será siempre obtener relatos precisos sobre una situación,

manteniendo una perspectiva neutral y alejada de los sesgos, evitando

técnicas sugestivas, pero utilizando intervenciones directas cuando sea

necesario obtener información precisa, siempre tratando de utilizar en su

mayoría intervenciones abiertas.

 En los casos de víctimas adultas:

 Entrevista Cognitiva

2. DISEÑO DEL PROCESO DE ENTREVISTA FORENSE CON MENORES

En primer lugar, se tiene que tener en cuenta una exploración forense puede

suponer una situación de estrés para un menor, puesto que se trata de una experiencia

inusual en un contexto excesivamente formalista. Este estrés será de mayor o menor

intensidad dependiendo de su desarrollo cognitivo, ya que delimita las estrategias

que el menor puede poner en marcha para enfrentarse a ella, y de su estado

emocional.

Por tanto, el psicólogo forense deberá preparar minuciosamente la entrevista para

evitar olvidos que hagan necesario volver a citar al menor, o para evitar que la

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entrevista se prolongue en exceso, no siendo recomendable que dure más de una hora,

incluso en circunstancias idóneas. En cualquier caso, habrá que estar atentos a señales

de fatiga y pérdida de concentración, ya que si el menor da signos en este sentido,

será mejor finalizar la entrevista. Si es preciso volver a citar al menor (porque haya

que contrastar información, por falta de tiempo, etc.) se le explicará, al final de la

sesión, los motivos de tener que volver a citarle, cuándo será la próxima entrevista,

y qué se tratará en la misma, sugiriéndole que hasta entonces no piense mucho en

ello.

Debería reducirse al máximo el tiempo de espera hasta que el menor es citado a

la exploración, puesto que se ha demostrado consistentemente que la demora

deteriora la memoria en general y especialmente la de los testigos, lo que tendrá

importantes repercusiones sobre la exactitud de las declaraciones de los menores y el

éxito de las entrevistas forenses). En este sentido, se observa con demasiada

frecuencia que en cuanto se tiene conocimiento del problema, ya sea en el entorno

familiar, escolar o sanitario, y con independencia de que se llegue a denunciar en

sede policial o judicial, se empieza a someter al menor a reiteradas entrevistas

(cuando no verdaderos interrogatorios) sobre lo ocurrido, por parte de familiares,

policías, fiscales, médicos, que no por ser bien intencionadas dejarán de influir

decisivamente en la huella amnésica, habitualmente para distorsionarla, si no se

realizan de manera adecuada.

Nunca se insistirá lo suficiente para que ante este tipo de hechos se evite ese

proceso, y sea un profesional debidamente cualificado quien se ocupe desde el primer

momento de las primeras entrevistas a los menores, grabando su intervención y

aportándola al procedimiento judicial para su posterior valoración.

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3. EXTRACCIÓN DE INFORMACIÓN PREVIA A TRAVÉS DEL

CONTACTO CON EL CONTEXTO ADULTO DEL MENOR

La entrevista con adultos del contexto socializador del menor tiene tres objetivos

básicos:

A. Continuar obteniendo datos para el contraste de hipótesis.

B. Manejar información del menor (hobbies, gustos, preferencias, características de

personalidad relevantes, posible ansiedad por separación, información que le han

trasladado respecto a la exploración forense, etc. ) que facilite el establecimiento

del rapport (clima cálido y de confianza) el día de su exploración, así como otra

información importante para la entrevista del menor, por ejemplo, grado de

manejo del idioma en caso de extranjeros, o términos que utiliza para nombrar

los órganos genitales.

C. Obtener un relato de una experiencia vivida en momentos temporales cercanos a

los supuestos hechos denunciados que más tarde con el menor nos permita

apreciar su estilo narrativo.

Respecto al primer punto, la entrevista con adultos significativos nos puede

ayudar a recopilar datos para nuestro contraste de hipótesis en relación a: capacidad

cognitiva del menor (nos pueden aportar datos de rendimiento académico en relación

a su grupo de referencia, exploraciones psicopedagógicas, etc.) tendencia a la

fabulación o a la fantasía del menor, diagnósticos clínicos en salud mental,

tratamientos psicológicos previos o posteriores a los supuestos hechos, abordajes del

menor por parte del contexto adulto, estado psicológico del menor pre- y post-

denuncia (cambios interiorizantes y externalizantes significativos), manejo de

información sexual (grado de supervisión del acceso a internet que tiene el menor,

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acceso a material pornográfico en casa, posible exposición a relaciones sexuales entre

adultos en el domicilio, posibles condiciones de hacinamiento en la vivienda,…),

relaciones familiares (dinámicas relacionales entre los distintos miembros de la

familia, relación interprogenitores, gestión del proceso de ruptura en caso de

separación familiar). En el caso de denuncia a un progenitor dentro de un contexto

de separación familiar será importante indagar sobre la relación del menor con ese

progenitor anterior a la ruptura.

La entrevista con el entorno adulto del menor también servirá para solicitar el

consentimiento para la exploración del menor en ausencia de sus tutores legales, y

para la grabación en vídeo de la entrevista con éste. En este sentido, se trasladará que

es un requisito de la técnica empleada y además, una forma de minimizar el número

de entrevistas con el menor dentro del contexto judicial.

Por último, suele ser frecuente que los adultos soliciten pautas al psicólogo

forense sobre cómo deben actuar con el menor.

Entre las orientaciones que se puede transmitir estarían:

 No abordar al menor sobre los supuestos hechos denunciados, aunque tenga

que volver a declarar en instancias judiciales; si el menor espontáneamente

habla sobre lo sucedido actuar con normalidad, sin intentar recabar más

información y aislando al menor de los sentimientos que nos produzca la

información.

 No responsabilizar al menor de lo sucedido, ni preguntarle por qué no actúo

de otra forma o contó lo sucedido con anterioridad.

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4. FASES DE LA ENTREVISTA

Siguiendo fundamentos teóricos proponemos una división del proceso de entrevista

en cuatro fases (González et al., 2013):

4.1. FASE INTRODUCTORIA

Se da el primer contacto con el menor, de ahí se elaborará las primeras

impresiones de la situación y del perito.

Los objetivos fundamentales de esta fase son el establecimiento del rapport y

encuadrar la entrevista. También esta fase es importante para favorecer la

atención y la sensación de seguridad, por lo que se le alentará a que exprese todas

las dudas y preocupaciones que tenga. En este sentido, se le informará dónde van

a estar los familiares o cuidadores que le han acompañado durante el tiempo que

dure la entrevista. Es importante personalizar la intervención empleando el

nombre del menor cuando nos dirigimos a él, tranquilizarle y rebajar su estrés y

la sensación de ser evaluado, son elementos que pueden conseguir ese buen

clima.

Tareas de esta fase:

 Recepción del menor y presentación del entrevistador, se trata de

establecer una relación personalizada. El perito explicará quién es

(nombre) y cuál es su rol profesional, aprovechando para, en términos

sencillos, explicar en qué consistirá la exploración (i.e., soy psicólogo y

parte de mi trabajo es preguntar a los niños cómo están, qué tal en el cole,

con su familia, con sus amigos y si han tenido algún problema, si quieren,

me lo pueden contar para ver si le puedo ayudar). Esta presentación

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permitirá posteriormente iniciar la entrevista con temas neutros para

progresivamente llegar al supuesto problema legal del menor. En niños

pequeños puede ser interesante explicarles de manera comprensible el

contexto legal en el que están. Quien somos nosotros (psicólogos

forenses), a quien ayudamos (describir a los distintos operadores

jurídicos) y para qué (para protegerlos a ellos en el caso que tengan algún

problema). Se sondeará al menor sobre si conoce los motivos de la

exploración y quién se lo ha explicado. Además de para nuestro contraste

de hipótesis, esto último, también puede servir para re-estructurar con el

menor expectativas inadecuadas respecto a la exploración.

 Aclaración del proceso de la entrevista, el menor tiene que conocer las

reglas en las que se rige la interacción, lo que le hará tener más control

sobre la situación, su ansiedad y facilitará la cooperación con el perito.

Así, por ejemplo, recientes investigaciones indican que los niños son

menos tendentes a ofrecer un testimonio falso si han prometido contar la

verdad antes de la fase sustantiva de la entrevista.

• Necesidad de escuchar atentamente las preguntas y no apresurarse

a responder. Importancia de que diga la verdad.

• Se evaluará sobre la marcha su comprensión de los conceptos de

verdad y mentira.

• No existen respuestas correctas ni incorrectas.

• Solo tiene que contar las cosas que realmente le han pasado.

• Si no conoce la respuesta a una pregunta, tiene que contestar.

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• Si no se acuerda de algo, tiene que responder.

• Si no sabe o no recuerda la respuesta a una pregunta, decir no sé o

no me acuerdo está bien.

• No es obligatorio contestar a todas las preguntas. Si no quiere

contestar a una pregunta, puede decir.

• Puede rectificar cuando se dé cuenta de que se ha equivocado en

alguna respuesta.

• Puede corregir al entrevistador si se equivoca al recordar alguna

información que tiene sobre lo sucedido.

 Aclaración de las limitaciones de la confidencialidad, se tiene que

aclarar al menor que lo que él/ella nos cuente, nosotros se lo

trasladaremos al Juez, que es el encargado de protegerle/a.

Explicarle que se va a grabar la entrevista, los motivos y la importancia

de ello. Incluso se puede hacer una prueba que sirva como juego para el

establecimiento del rapport.

4.2. FASE DE TRANSICIÓN:

Los objetivos de esta fase serán la exploración de las capacidades cognitivas

y sociales del menor que afectan a la capacidad para testificar, entrenarle en la

técnica de narración libre que utilizaremos en la siguiente fase (poniendo el

énfasis en la necesidad de que tiene que describir su experiencia de la forma

más detallada posible) y evaluar su estilo de memoria.

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En este punto habrá que tener en cuenta el historial clínico del menor o si se

detectan indicadores psicopatológicos durante la entrevista, circunstancia ante

la cual el psicólogo deberá realizar una exploración psicopatológica

exhaustiva. Para ayudarse en la ponderación de cada una de estas capacidades,

el perito psicólogo puede ayudarse de un dibujo elaborado por los psicólogos.

Además de servir para valorar las aptitudes, este procedimiento también sirve

para valorar el juicio moral del menor, observando si es consciente de las

consecuencias de sus actos y su postura respecto a la verdad y la mentira.

Igualmente se puede introducir preguntas sugestivas de contenido neutral, para

valorar el grado de resistencia a la sugestionabilidad del menor. La exploración

del nivel de adaptación del menor a las distintas áreas de su vida: personal,

social, escolar y familiar también puede resultar relevante para ponderar las

capacidades cognitivas y sociales del menor.

Para entrenarle en la técnica de narración libre el entrevistador solicitará al

niño que cuente una experiencia neutra vivida que con anterioridad nos hayan

descrito los informantes adultos (i.e. evento familiar reciente) o,

alternativamente, la descripción sobre el día anterior o la realización de una

actividad de su interés (pidiéndole que lo cuente desde el principio hasta el

final).

4.3. FASE SUSTANTIVA O DE OBTENCIÓN DEL RELATO

El objetivo de esta fase es obtener un relato sobre los supuestos hechos

denunciados de calidad, esto es, lo más extenso y exacto posible. El perito

psicólogo, en esta fase, adoptará un papel secundario, trasladando el

protagonismo de la fluidez de la información al menor. Sin embargo, si

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mantendrá una actitud y conducta estimuladora de la comunicación (con

expresiones como “te entiendo”, “adelante”, “¿qué más?”), pero nunca

valorativas.

Para introducir esta fase el perito puede retomar la información que aportó

al menor sobre su rol y lanzar una pregunta abierta, por ejemplo, “como te dije

al principio, parte de mi trabajo es preguntar a los niños cómo están, qué tal en

el cole, con su familia, con sus amigos y si han tenido algún problema, si

quieren, me lo pueden contar para ver si le puedo ayudar. Ya hemos hablado

del cole, de ti, de tu familia. Ahora quiero que me cuentes todo lo que pasó

respecto a por qué vienes a hablar conmigo hoy”. Para profundizar, una vez

terminado su relato inicial, se le puede alentar con una segunda consiga: “tú

estabas allí, yo no, por lo tanto tú eres el que tiene toda la información de lo

que pasó y me gustaría que me contaras todo lo que recuerdes de esa situación”.

Este tipo de recursos comunicativos se encuentran muy detallados en

protocolos ya contrastados, como el del NICHD, de Lamb et al. (2007), y en la

Entrevista Cognitiva Revisada (Fisher y Geiselman, 1992; Geiselman y Fisher,

1994).

En este sentido, aparte de información relacionada con la contextualización

de los supuestos hechos (quién, cuándo, cómo, dónde y con qué frecuencia), es

fundamental recabar la mayor cantidad de información posible respecto a la

supuesta interacción sexual (el antes, durante y después de los supuestos

hechos denunciados) con descriptivas conductuales del menor y del imputado.

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En esta fase podemos introducir una nueva regla de entrevista: “lo que tú

cuentes es importante para que pueda entenderte mejor, así que tienes que

contar todo lo que recuerdes, aunque pienses que no es importante, pero sólo

de lo que estés seguro, sin inventarte nada”. Será importante también aclararle

que si le hacemos la misma pregunta varias veces, no se debe a que su respuesta

sea incorrecta, sino a la necesidad de entender exactamente, con la mayor

claridad posible cómo sucedieron las cosas. El estilo de preguntas debe ir de lo

más abierto a lo más cerrado, siendo especialmente cauto con no utilizar

preguntas que contaminen el recuerdo del menor. Así como hay tipos de

preguntas que facilitan el proceso de la entrevista y la calidad del testimonio

obtenido, también existen otros tipos de cuestiones que ponen en riesgo la

calidad del recuerdo del menor.

4.4. FASE DE CIERRE

Teniendo en cuenta la tensión a la que ha podido estar sometido el menor,

en la fase de cierre de entrevista se procurará restablecer un tono emocional

positivo. Para ello se volverá a centrar su atención en sus fortalezas e intereses,

o incluso dedicar unos minutos a una actividad de ocio intrascendente.

Se le transmitirá información clara sobre cuáles serán los siguientes pasos

del procedimiento judicial, siendo cautos de no realizar promesas que no se

puedan cumplir.

Y, por último, se le agradecerá su colaboración a la exploración, no por

haber revelado los hechos delictivos.

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CONCLUSIONES

El diseño de entrevista forense propuesto en este trabajo pretende facilitar la obtención

de un testimonio de calidad, lo más extenso y exacto posible, minimizando las distintas

fuentes. Pero sin duda no es suficiente aferrarse a este diseño o a otros protocolos de

actuación; los psicólogos que afronten estas periciales deben tener una formación

especializada en psicología forense, y específica en técnicas de entrevista para los

diferentes casos que incluya además un periodo de práctica supervisada. Sin embargo, a

pesar de que es ampliamente aceptada esta necesidad, no existe una homogeneización de

la actuación pericial psicológica en este ámbito. Una posible explicación a esta situación

es la existencia de distintos protocolos de actuación, que aunque suelen coincidir en

bastantes puntos, también evidencian diferencias que dan lugar a discrepancias entre

investigadores, profesionales o ambos.

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BIBLIOGRAFÍA

1. Ching, R.L. (2002). Psicología Forense: principios fundamentales. Costa Rica:

Sna José.

2. Aristizabal, E.D. y Amar, J.A. (2010). Psicología Forense: estudio de la mente

criminal. Barranquilla: Ediciones Uninorte.

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ANEXOS

ADJUNTO IMÁGENES:

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