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DESCRIPCIÓN

El Sickness Impact Profile fue desarrollado por Bergner y cols 1 en 1.976, con
objeto de disponer de una medida de salud que pudiera utilizarse en la asignación
de servicios sanitarios, la planificación y la formulación de políticas de salud, así
como servir de valoración de resultados sanitarios en la evaluación.

Su diseño fue muy cuidadoso2, de forma que proporcionara una medida del
estado de salud apropiada, válida y sensible, utilizable en distintos grados de
gravedad de enfermedad y en diferentes grupos demográficos y culturales 3, 4, . El
instrumento mide la disfunción y se basa en los cambios de conducta relacionados
con la enfermedad.

Si bien la versión más extendida en la actualidad es la de 136 ítems, existen


otras5-8 de 235, 146, 64 y 66 ítems y una de 24 ítems 9 derivada de la versión del
Reino Unido (Functional Limitation Profile) y que valora selectivamente el dolor. Se
encuentra validado en nuestro país por Badia y cols 10, quien ha publicado
interesantes trabajos sobre el mismo11-16.

Puede ser administrado tanto por un entrevistador como ser cumplimentado


por el propio paciente. La autoadministración puede hacerse mediante un
encuestador que entrega el cuestionario y lee las instrucciones generales o bien
puede ser enviado por correo. También se acepta la entrevista telefónica. Existe un
completo manual que especifica las normas para su cumplimentación así como las
dirigidas al entrevistador.

La versión más difundida consta de 136 ítems, que hacen referencia a


cambios en el comportamiento del individuo, relacionados con la enfermedad. Las
cuestiones se agrupan en 12 categorías: sueño y descanso (ítems 1 a 7), trabajo
(111-119), nutrición (128-136), tareas domésticas (40-49), ocio y pasatiempos (120-
127), desplazamiento (80-91), movilidad (50-59), cuidado y movimiento corporal
(17-39), relaciones sociales (60-79), actividad intelectual (92-101), actividad
emocional (8-16) y comunicación (102-110).

La puntuación de cada categoría es la suma de los puntos de todos los ítems


contestados de esa categoría, dividido por la mayor puntuación disfuncional
posible de esa área y multiplicado por 100. El paciente sólo debe marcar los ítems
con los que se siente identificado y que considera debidos a su enfermedad. Estos
son los únicos que se consideran a la hora de obtener la puntuación. Cada ítem
posee un peso específico (un valor ponderado) que es distinto en cada caso y que
se obtiene por consenso entre expertos. En nuestra versión utilizamos los
propuestos por Badia y cols12.

Se puede, además, calcular la puntuación para dos dimensiones, agrupando


varias categorías. La puntuación de la “dimensión física” se obtiene sumando las
puntuaciones de los ítems marcados en las categorías movilidad, desplazamiento
y cuidado y movimiento corporal, dividido por la máxima puntuación de disfunción
posible para esa dimensión y multiplicado por 100. La puntuación de la “dimensión
psicosocial” se obtiene de forma similar con las categorías relaciones sociales,
comunicación, actividad intelectual y actividad emocional.
La puntuación global o total se obtiene del mismo modo que las anteriores,
sumando los valores de los ítems contestados en las 12 categorías, dividido por la
máxima disfunción posible y multiplicado por 100.

INTERPRETACIÓN

El SIP proporciona doce puntuaciones individuales (una para cada


categoría), dos puntuaciones agregadas para las dimensiones Física y Psicosocial
y una puntuación agregada total. El tiempo de administración del cuestionario es
de 20-30 minutos.

Se puede utilizar en diversas situaciones:


- como medida de salud, para conocer el nivel general de salud de una comunidad.
- como una medida del resultado sanitario, en la evaluación de diversos
tratamientos e intervenciones sanitarias.
- para medir la evolución de la calidad de vida de pacientes en estudios
longitudinales de distintas enfermedades.
- como medida del resultado sanitario para evaluar propuestas alternativas de
provisión de servicios sanitarios.

De las distintas formas de aplicación debería considerarse que la


autoadministración no es apropiada en casos de problemas de lectura o con un
bajo nivel cultural; la forma por correo debería aplicarse cuando se disponga de
muy escasos recursos económicos (sus valores psicométricos son inferiores a
otras formas de administración). La encuesta telefónica es psicométrica y
funcionalmente aceptable.

Se ha sugerido17 que debería acortarse el número de ítems y categorías por


considerarse poco relevantes. Posee escasa sensibilidad para detectar cambios
pequeños en cortos periodos de tiempo y en estos casos deberían valorarse más
las categorías que la puntuación total3.

PROPIEDADES PSICOMÉTRICAS

Fiabilidad:
Respecto a la versión original 1, la fiabilidad test-retest varía de 0.87 a 0.97 y
la consistencia interna de la puntuación total es de 0.97; de 0.91 para las
dimensiones y de 0.6 a 0.9 para las categorías18.

La versión española muestra una alta consistencia interna (0.95), siendo


menor en las categorías de nutrición y sueño y descanso. . La fiabilidad test-retest
es de 0.96 y el coeficiente de correlación intraclase de 0.95.

Validez:
La correlación con el Índice de Katz de actividades de la vida diaria 9,19 oscila
entre 0.42 y 0.46. Este valor tan bajo puede explicarse3 por la amplitud de la
puntuación total del SIP. La correlación con el Índice de Barthel 20 es de 0.74. Las
subescalas del SIP correlacionan 0.86 (la física) y 0.65 (la psicosocial) con el
Arthritis Impact Measurement Scale24. La subescala psicosocial correlaciona 0.72
con la escala de depresión de Carroll21.

Se ha mostrado sensible al cambio, aunque tal vez menos que el SF-36 o el


Functional Status Questionnaire22. Se ha sugerido que es poco sensible a cambios
pequeños producidos en poco tiempo y estaría más indicado para valorar cambios
a largo plazo23,24 y con más precisión variaciones negativas que positivas25.

En la versión española, la validez convergente con otras variables de criterio


arroja valores medios, salvo para medidas de valoración clínica que muestra
valores bajos

BIBLIOGRAFÍA

Original:

Bergner M, Bobbitt RA, Carter Wb, Gilson BS. The Sickness Impact Profile:
development and final revison of health status measure. Med Care 1981; 19: 787-
805.

Validación:

Badia X, Alonso J. Adaptación de una medida de la disfunción relacionada con la


enfermedad: la versión española del Sickness Impact Profile. Med Clin 1994; 102:
90-95.

Documentación:

Bergner M, Bobbitt RA, Carter Wb, Gilson BS. The Sickness Impact Profile:
development and final revison of health status measure. Med Care 1981; 19: 787-
805.

Badia X, Alonso J. Adaptación de una medida de la disfunción relacionada con la


enfermedad: la versión española del Sickness Impact Profile. Med Clin 1994; 102:
90-95.

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Adicional:

1.- Bergner M, Bobbitt RA, Carter Wb, Gilson BS. The Sickness Impact Profile:
development and final revison of health status measure. Med Care 1981; 19: 787-
805.

2.- McDowell I, Newell C. Measuring Health. A Guide to Rating Scales and


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11.- Badia X, Alonso J. Re-scaling the Spanish version of the Sickness Impact
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