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La oración pide consuelo a Dios, reconociendo que el verdadero consuelo solo se puede encontrar en el reino eterno de Dios y no en los placeres terrenales. Aunque tuviera todos los consuelos del mundo, serían vanos y breves, mientras que el consuelo de Dios es eterno. El orante espera los bienes del reino de Dios y sabe que solo en Dios encontrará felicidad y alegría verdaderas.
La oración pide consuelo a Dios, reconociendo que el verdadero consuelo solo se puede encontrar en el reino eterno de Dios y no en los placeres terrenales. Aunque tuviera todos los consuelos del mundo, serían vanos y breves, mientras que el consuelo de Dios es eterno. El orante espera los bienes del reino de Dios y sabe que solo en Dios encontrará felicidad y alegría verdaderas.
La oración pide consuelo a Dios, reconociendo que el verdadero consuelo solo se puede encontrar en el reino eterno de Dios y no en los placeres terrenales. Aunque tuviera todos los consuelos del mundo, serían vanos y breves, mientras que el consuelo de Dios es eterno. El orante espera los bienes del reino de Dios y sabe que solo en Dios encontrará felicidad y alegría verdaderas.
Señor de los Cielos y de la Tierra, Creador del Universo, Dios único y
verdadero. Todo lo que puedo desear para mi consuelo, no lo espero en esta vida, pero sí en Tu Reino eterno.
Aunque tuviera todos los consuelos del mundo y pudiera usufructuar
de todas las delicias, cierto es, Señor, que no podrían durar mucho tiempo. Por lo tanto mi Dios, considero que no podré encontrar consuelo y alegría verdadera si no es en Ti, que consuelas a los pobres, a los débiles y proteges a los humildes.
MATEO. 5-4
Espero la divina promesa, porque sé que en tu reino, tendré todos los
bienes en abundancia, pues muchas veces los bienes terrenales nos impiden recibir los bienes eternos.
LUCAS. 24-49
Grandioso y eterno Señor de los cielos, aunque poseyera todos los
bienes creados, no podría ser feliz y estar contento, porque sólo un Dios que creó todas las cosas es pleno en bienaventuranza y felicidad; no como entienden y alaban los apegados al mundo, sino como las esperan los buenos siervos del Señor Jesucristo. Amén
Sé, mi Dios, que vano y breve es el consuelo humano. Y el dichoso y
verdadero consuelo es lo que la Verdad hace percibir en el fondo del corazón. Ayúdame, pues Señor Jesús, en todo lugar y en todo el tiempo.
CORINTIOS. 1-2-7
No permitas, Señor, que me falte el consuelo y la alegría de Tu amor y