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Crónicas de un

Sueño.

Raúl Alvarez.

Edición I.
Janneth Bernal
Crónicas de un Sueño Raúl Alvarez

~1~
Crónicas de un Sueño Raúl Alvarez

A Pedro Segovia. Quien es la persona


que realmente vivió esta historia.

~2~
Crónicas de un Sueño Raúl Alvarez

Soledad.

~3~
Crónicas de un Sueño Raúl Alvarez

Todo comenzó un domingo 15 de Julio. Para


mí, era como un día vacío, pues no tenía
nada que hacer, así que me di el gusto de
dormir hasta las doce del mediodía.
Desperté por el hambre, y bajé a buscar algo
de comer en la cocina. Encontré un tazón de
leche con cereales en el mesón y a un lado
una nota que decía: “Nos fuimos a la finca de
tu tío, te dejamos el almuerzo en el
microondas, Atte. Tus padres”. Cuando
terminé de leer la nota, di la vuelta y la arrojé
en la basura. Entonces, tomé el tazón de
leche con cereal y me fui a mi habitación.

Observé la televisión por un momento, pero


al no encontrar nada para ver, decidí apagar
el aparato e intenté dormirme de nuevo.

En la noche, aproximadamente las nueve,


me di cuenta que mis padres aún no volvían,
entonces un poco asustado revisé mi celular
y encontré un mensaje donde me decían que
iban a llegar el día siguiente y que me
querían mucho. Con mucho sosiego, fui a

~4~
Crónicas de un Sueño Raúl Alvarez

dejar el tazón en el lavaplatos de la cocina,


tomé una manzana y volví a mi habitación a
continuar en mi encierro dominguero.

El sueño invadió todo mi ser, y decidí dejar


que me consumiera, pues me sentía
cansado. Ya recostado en mi cama, solo tuve
que acomodarme y dejar que el cansancio
hiciera lo suyo, sin pensar que esta sería la
última vez que dormiría en paz.

~5~
Crónicas de un Sueño Raúl Alvarez

El Inicio.

~6~
Crónicas de un Sueño Raúl Alvarez

Cuando me di cuenta, estaba en una


habitación oscura, con un solo foco que se
prendía y apagaba cada cinco segundos. Giré
a todo lado buscando una puerta, una
ventana o cualquier cosa por donde pudiera
escapar. No encontré nada. Después de
algún tiempo, me pregunté: “¿Cómo llegue
aquí?”. Entonces me di cuenta que estaba
soñando. Con ese descubrimiento de tal
magnitud, lo único que paso por mi mente
fue: “es mi sueño, y de él hago lo que me dé
la gana”. Ipso facto intenté cambiar tan
desagradable ambiente, pero, ¡no pude!
Intenté volar, destruir las paredes, las cuales
cuando las toque parecía que se añejaban,
pero no se destruían. Vi un pequeño hueco
en una esquina de la habitación, era tan
minúsculo, aunque lo suficientemente
grande para que pasen cucarachas y otros
tipos de insectos que no podría describir en
palabras. Asqueado por tan deprimente
escena volteé, y en el momento exacto que
la poca luz que existía se extinguió, miré

~7~
Crónicas de un Sueño Raúl Alvarez

hacia arriba. Un magnífico papagayo de


muchos colores apareció, revoloteando tan
pasivamente, que sentí mis huesos
estremecerse. Lo seguí con la mirada. El ave
magistral no se demoró mucho tiempo en
bajar y posarse en el hombro de una anciana
india, que apareció como por arte de magia,
con la espalda encorvada por la edad,
acompañada de dos papagayos igual de
magníficos que el primero.

La anciana estaba de pie con un ave a cada


lado y el tercero ya sobre su hombro. Analicé
todo al alrededor de dicha persona,
pensando que solo era un producto de mi
imaginación y cuando llegue a observar su
rostro, me asombré de tal modo que casi
olvidé como respirar.

La mujer tenía todo su rostro pintado, de


manera tan minuciosa, que semejaba a los
vivos colores correspondidos en los cuerpos,
alas y picos de sus animales. La imagen de
tantos colores, su nitidez y la precisión de

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Crónicas de un Sueño Raúl Alvarez

cada rayón, me sorprendieron de tal forma,


que la observé por un largo momento y pude
encontrar unas cicatrices como si fueran de
viejas batallas vividas.

Dicha anciana era de apariencia indígena,


estaba vestida con una larga túnica roja,
amarilla y un poco de verde, con muchas
piedras pequeñas brillantes que hacían
parecer que irradiaba luz, ya que cada vez
que la luz se apagaba, la mujer no
desaparecía en la oscuridad.

-¿Quién es usted? –dije asustado.

-Te acabas de ganar un boleto a un crucero


con todos los gastos pagados. –dijo la vieja
mujer, con una seguridad que se convertía
en escalofriante.

Tomé el boleto y cuando iba a preguntarle en


que lo gané, abrí los ojos lentamente en mi
habitación.

~9~
Crónicas de un Sueño Raúl Alvarez

Sin poder recordar que había soñado, miré la


hora y vi que recién era media noche,
entonces volví a cerrar los ojos y me quedé
dormido en seguida.

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Crónicas de un Sueño Raúl Alvarez

Día Uno.

~ 11 ~
Crónicas de un Sueño Raúl Alvarez

Desperté en mi habitación, un tanto


cansado, como si no hubiera podido conciliar
el sueño y oí al despertador sonar, lo que
indicaba que ya eran las 6:30 am. Creí que ya
estaba atrasado para ir al entrenamiento y
me apresuré a mi armario a buscar la ropa
que iba a usar. Cuando abrí el cajón donde
estaba mi ropa interior, encontré un boleto
para un crucero. Por mi mente pasó todo el
sueño que había tenido y comprendí que se
trataba de otro sueño. Intrigado por la unión
de los sueños decidí tomar el crucero, al fin
y al cabo era gratis.

El boleto era magnífico, parecía cobrar vida,


pues tenía dibujadas tres guacamayas que se
movían al mover el boleto, cada dibujo, color
y letra estaba tan detallado, que con solo
verlo sabía que ir al crucero sería un viaje
inolvidable.

El boleto decía: “BIENVENIDO A BORDO,


USTED HA GANADO UN BOLETO DE
CORTESIA PARA UN VIAJE EN EL CRUCERO

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Crónicas de un Sueño Raúl Alvarez

“GUADA”, ESPERAMOS DISFRUTE SU


ESTANCIA”.

Primero, antes que nada, fui a la habitación


de mis padres quienes todavía dormían, lo
cual era un poco raro ya que se suponía que
no estaban en casa. De igual manera los
desperté para pedir permiso para mi viaje.

-Disculpen, quiero decirles una cosa. Es que


me gané un boleto para un crucero y es con
todos los gastos pagados. Quería saber si
pueden…. entonces mi papá me
interrumpió.

-Si es gratis puedes ir. Pero luego no te


arrepientas.

-Si pero ya vete hijo, queremos descansar. –


dijo mi madre con la misma voz de la anciana
que me había dado el boleto.

Asustado y desconcertado la miré fijamente.


Entonces me dijo.

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Crónicas de un Sueño Raúl Alvarez

-¿Qué sucede? ¿Qué no ves que estamos


cansados y necesitamos dormir? –Me lo dijo
con su voz normal, entonces me sentí más
calmado.

Abandoné su habitación y me dirigí a la mía


para poner un poco de ropa en una maleta.
No sabía cuánto duraría el crucero así que
tomé un par de camisetas y unas
pantalonetas, cerré mi maleta y salí de mi
casa. En la entrada de mi hogar un autobús
me esperaba. Me acerqué y la puerta se
abrió. Un hombre muy bien vestido en la
entrada me pidió que le mostrara el boleto
para el crucero. Lo saqué de mi bolsillo y se
lo entregué. Miró mi pasaje del crucero un
largo tiempo y cuando terminó me lo
devolvió y me invitó a subir al autobús,
diciendo:

-Bienvenido señor lo estábamos esperando,


adelante suba y discúlpeme por la demora al
revisar su boleto, en estas épocas la gente
falsifica cualquier cosa.

~ 14 ~
Crónicas de un Sueño Raúl Alvarez

Después de eso no sé qué sucedió pero ya


me encontraba frente al crucero. Pensé
“igual es un sueño, tal vez me tele
transporté”. Lo dije con una risa falsa por un
poco de nervios, ya que no estaba muy
seguro de que fuera mi sueño o de qué tipo
de sueño era. Había algo en este sueño que
se relacionaba con el anterior, supuse que
era mi imaginación pero igual hice una
prueba. Intenté cambiar la ropa que llevaba
puesto con solo pensarlo, pues
normalmente en mis sueños al darme
cuenta que soñaba los podía controlar con
facilidad, pero esta vez no fue así, nada
cambió en absoluto. Era una continuación de
mi antiguo sueño y por lo tanto, yo no
mandaba. No iba a poder hacer lo que
quisiera. No le di importancia, solo me puse
a pensar en disfrutar del crucero más
increíble que había visto en toda mi vida.

El crucero era gigantesco. Era como si una


ciudad entera hubiese sido trasladada a la

~ 15 ~
Crónicas de un Sueño Raúl Alvarez

cubierta de un buque demasiado grande que


parecía ser de otro planeta. Yo estaba en el
muelle esperando que se abrieran las
compuertas del crucero, las cuales llevaban
al primer piso. Y desde donde me
encontraba podía observar en lo alto,
¡casas!, si, había casas en la parte superior,
pero no solo eso, también alcanzaba a ver
algo que parecía ser una pequeña montaña
rusa, y toboganes, muchos toboganes.

Las enormes compuertas del navío se


abrieron y empezaron a subir los pasajeros.
Había miles de personas pero todo estaba
tan bien arreglado y organizado que no me
demoré más de diez minutos en lograr entrar
a la embarcación más grande que podía
existir en el mundo. Apenas entré, un
empleado del crucero me pidió mi pasaje y
me llevó a mi habitación que se encontraba
en la cubierta.

Mientras me entregaba las llaves de la


habitación y me devolvía el boleto, el

~ 16 ~
Crónicas de un Sueño Raúl Alvarez

empleado me dijo que mi habitación era la


más lujosa del barco y eso pensé cuando me
percaté de las llaves que tenía en mi poder.

Las llaves eran de plata y tenían un llavero de


un barco con diamantes.

Entré a mi habitación a dejar mi maleta. Era


un departamento. Estaba dividido en tres
secciones, una sala y dos alcobas.

La sala era como la de un rey, tenía cinco


candelabros colgados en el techo que
parecían ser de plata, en el medio una mesa
de oro y vidrio, rodeada por sillas muy bien
decoradas con pequeñas incrustaciones de
marfil. A la derecha una puerta de oro blanco
entreabierta, y a la izquierda otra igual pero
con una inscripción que decía: “Cap. Edward
Simmons”. Justo mientras leía la inscripción,
se abrió la puerta y salió un hombre.

-Así que usted es el afortunado ganador para


acompañarme en el crucero, soy el capitán

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Crónicas de un Sueño Raúl Alvarez

de este navío, Edward Simmons. –Dijo el


Cap. Simmons.

-Sí, mucho gusto soy… -Entonces me


interrumpió diciendo.

-Sígame le enseñaré su dormitorio.

Cruzó la sala e intentó abrir un poco más la


puerta entreabierta. “Demonios, esta
porquería no se mueve, y se supone que es
la habitación más lujosa”, tuvo que pasar de
costado en el pequeño espacio que existía.
“Vamos sígame, este será su dormitorio
mientras se encuentre en el crucero”. Lo
seguí y entré. Todo era tan brillante, sentía
que iba a dormir en la habitación de la
mismísima “Lady Di”. Solté mi maleta y fui
directo a la cama mientras el capitán me
observaba apoyado a un velador que estaba
al costado de la misma. Cuando estuve
frente a la piltra, era tan grande que no
resistí la tentación de echarme sobre ella, y
justo en el momento en que mi cuerpo

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Crónicas de un Sueño Raúl Alvarez

rebotó en el colchón, escuché un disparo y vi


al Cap. Simmons saltar con todas sus fuerzas
para interponerse en la trayectoria de la
bala.

-“Demonios” –fue lo único que logré


escuchar mientras giraba para ver al tirador,
quien estaba en un ducto de ventilación que
se encontraba en la pared justo alado de un
cuadro de una niña sentada en una banca
(Un cuadro espeluznante si me lo
preguntan).

Solo pude ver su rostro unos segundos, pero


fueron suficientes para grabar en mi mente
el rostro de un asesino. Su piel era de color
oscuro y estaba cuarteada, como la de un
campesino que ha trabajado bajo el sol toda
su vida. Lo que más me llamo la atención de
dicho personaje, fueron sus ojos, que me
observaban como si sintieran pena de mí.
Entonces la trampilla de la pared se cerró y
lo perdí de vista. Mi cuerpo sintió un
escalofrío tal, que por un momento quise ser

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Crónicas de un Sueño Raúl Alvarez

yo quien estaba herido por la bala. “Oh,


mierda el capitán”, pensé.

Volteé para ayudarlo, pero supe que nada


podía hacer, pues el impacto había sido justo
en el pecho, en el corazón, y se estaba
desangrando muy aprisa. Me acerqué y me
pidió que lo llevara a su habitación. Lo
levanté con mis manos muy cuidadosamente
y me dirigí directo a donde él quería ir.

Cuando llegue a su cuarto lo recosté en la


cama y fui en busca de ayuda, pero él me dijo
que ya era tarde, y me ordenó esperar un
momento.

-Ya no hay nada que podamos hacer. –dijo el


capitán Simmons con dificultad y escupiendo
sangre por la boca.

-Perdóneme capitán, no pude hacer nada.


¡Yo debería estar en su lugar! Se lo
agradezco con toda mi alma, pero, no sé qué
hacer. –le dije lleno de lágrimas.

~ 20 ~
Crónicas de un Sueño Raúl Alvarez

-No debes agradecer a quien te hará


suplicar. Ahora mejor vete, y explica lo
sucedido.

Mientras salía de la habitación lo vi cerrar los


ojos lentamente, y sentí como si lo hubiera
matado. Caminé lentamente hacia mi
habitación pensando en que ya era
suficiente para un solo día. Llegue junto a mi
cama y me eché esperando descansar. Metí
la mano en mi bolsillo y saqué el boleto del
crucero, lo observé, y recordé que era solo
un sueño. Entonces me enfurecí y lance el
boleto. Me acomodé y me propuse dormir
para ver si despertaba en mi casa, como
debía suceder.

-Lo voy a olvidar, lo voy a olvidar. –repetía


mientras me quedaba dormido.

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Crónicas de un Sueño Raúl Alvarez

Día dos.

~ 22 ~
Crónicas de un Sueño Raúl Alvarez

Abrí los ojos lentamente al despertarme, y


entendí que seguía en el crucero.

-¡Mierda!, ¡¿Acaso nunca voy a salir de


aquí?!

La habitación parecía un cuadro


perfectamente pintado, hasta la mancha de
sangre del capitán se veía asombrosa en la
alfombra de color blanco hueso.

Al salir de mi habitación, pasé por la sala y


sentí que algo intentó agarrarme. Volteé
sobresaltado y vi una sombra que se
escondía en la habitación del capitán.
Entonces sin pensarlo dos veces, salí
corriendo a toda velocidad de dicha
habitación.

Busqué a un oficial que trabajara en el barco,


para contarle la muerte del capitán. Me
interrogaron en una habitación oscura,
siniestra y sucia, que más parecía un urinario
público, sin un solo orificio de ventilación y
nada más que una mísera lámpara.

~ 23 ~
Crónicas de un Sueño Raúl Alvarez

Dicho proceso duro más de una hora de


hablar y hablar, explicando todo a dos
oficiales que parecían salidos de una
caricatura. El uno era feo, alto y flaco, con
una voz graciosa, demasiado grave para su
cuerpo, y el otro prácticamente parecía un
gnomo muy enojado que en todo el tiempo
que estuvimos en la habitación, lo único que
hizo fue mirarme de arriba abajo. Entonces
el oficial junto con el pequeño “gnomo”, al
finalizar dicho proceso, dijeron:

“Muy bien, nosotros vamos a ir a su


habitación a continuar con la investigación,
usted puede retirarse. Ah y por favor no le
cuente a nadie esta terrible tragedia, no
queremos que todo se vuelva un caos”.

En ese momento no creí que fuera verdad,


pero al salir de mi interrogatorio, de entre
ojo vi a uno de mis viejos amigos
husmeando, y cuando me vió se escondió,
intenté ir a buscarlo pero ya no estaba por

~ 24 ~
Crónicas de un Sueño Raúl Alvarez

ninguna parte. Era Maciel Abad o como


todos lo conocían “El Gato”.

Fui al restaurante a desayunar, pues me


moría de hambre, y todo allí se veía
exquisito, había una abundancia de
alimentos por todo lado, cada mesón y mesa
del restaurante tenía un tipo diferente de
comida.

Yo agarré un plato y un pozuelo, donde puse


sandía picada y huevos revueltos.

Cuando me comí dicha combinación, olvidé


todos los problemas que tenía en mi mente.
Me olvidé de que estaba en un sueño, me
olvidé que era mi segundo día en el mismo,
me olvidé que casi fui asesinado y olvidé que
una persona dio su vida por salvar la mía. Era
el plato de comida más delicioso que había
probado en mi vida.

Después de acabar mi comida, vacilé un


momento sin saber qué hacer y me puse a
pensar: “Estoy en el crucero más magnifico

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Crónicas de un Sueño Raúl Alvarez

que puede existir, que carajo hago aquí


sentado, tengo que disfrutar.” Entonces me
puse de pie, salí del restaurante y fui directo
a las piscinas y toboganes.

Cuando llegué había poca gente en el agua y


como yo sabía nadar, entré al agua y me
puse a jugar con los niños más pequeños que
no podían flotar en el agua. Les indicaba
como mantenerse sobre el agua, como
bracear.

Conocí a dos parejas, de las cuales yo creo,


nunca podré olvidarme. La una pareja era
alta y robusta, de piel clara y un poco
tímidos. Ellos era una pareja de los Estados
Unidos y tenían a su hijo, ahí en la alberca,
era uno de los niños a quienes enseñaba a
nadar, él era el más gordito de todos los
niños.

La de segunda pareja era de unos franceses


muy divertidos de estatura pequeña, pero
muy joviales al momento de conversar. No

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Crónicas de un Sueño Raúl Alvarez

recuerdo el nombre del joven, por algún


motivo nunca me lo pude grabar aunque me
lo repitió unas cuantas veces. En cambio la
mujer se llamaba Amelie y era la chica más
hermosa que jamás volveré a ver, sus ojos
eran color plateado, su cabello era café
claro, lo que hacía que pareciera un ángel
bajo la luz del sol y en el agua de la piscina,
toda ella era la belleza en persona,
completamente toda. Esta pareja tenía dos
hijos muy juguetones, alegres y muy hábiles
pues entendieron como flotar casi de
inmediato.

Salimos del agua un momento para


conversar un poco y que los niños se
quedaran jugando un tiempo más.
Conversamos por un largo rato, hasta que los
niños llegaron y pidieron ir a comer pues
habían jugado toda la mañana y estaban
hambrientos.

Entonces nos despedimos, pero antes de


hacerlo la pareja de franceses me invitó a ir

~ 27 ~
Crónicas de un Sueño Raúl Alvarez

en la noche a su pequeña cabaña, iban a


hacer una reunión y dijeron que les gustaría
que esté presente. Muy gustoso acepté y
pedí que me indicaran dónde era su
residencia. Cuando terminaron de
indicarme, me di cuenta que, prácticamente,
vivían alado de mi habitación o mejor dicho
de mi departamento anteriormente
compartido, pero no dije nada ya que los
niños estaban muy apurados.

Todos nos despedimos y yo me fui a dar


vueltas en el crucero para saber que había en
él, ya que al pensar en regresar a mi alcoba,
recordé el trágico suceso ocurrido con el
Cap. Simmons y a decir verdad, no tuve ni
pizca de gana de volver a acercarme a tal
lugar, aunque sabía que en algún momento
tendría que hacerlo. Así que estuve vagando
por el buque sin saber qué hacer.

Ya entrada la tarde yo tenía mucha hambre y


decidí ir a ver que encontraba en el comedor.
Cuando entré había mucha gente, todas las

~ 28 ~
Crónicas de un Sueño Raúl Alvarez

mesas estaban ocupadas por familias


enteras, todos estaban muy alegres
disfrutando de su maravilloso viaje al
parecer.

Caminé hacía el buffet y entre tantas


personas tomé unos camarones que se veían
muy apetitosos. Como ya no había lugar
donde sentarse, me acerca a una mesa
donde un anciano estaba sentado leyendo
tranquilamente.

-Disculpe, le importaría si me siento en esta


mesa solo mientras almuerzo.

-No te preocupes muchacho toma asiento,


mi familia todavía va a tardar un buen rato y
la verdad es que yo ya necesito hablar con
alguien.

-Muchas gracias, pero dígame ¿Por qué no


está con su familia? –dije mientras me
acomodaba en la mesa.

~ 29 ~
Crónicas de un Sueño Raúl Alvarez

-Ellos fueron a conocer el barco, pero como


tú veras yo ya no estoy hecho para caminatas
tan largas así que les dije que yo los esperaría
aquí a la hora que acordamos para comer. –
decía el anciano mientras asentaba el libro
en la mesa.

-Y bueno, ¿Qué está leyendo?

-Es un libro muy interesante se llama “Los


cuatro jinetes del apocalipsis” fue escrito por
Vicente Blasco Ibáñez. Pero no podría
decirte nada acerca de este libro pues recién
empecé cuando tú llegaste a sentarte. Pero
aún no me has dicho cuál es tu nombre.

Yo pensaba, cómo es posible que yo conozca


el nombre del autor de dicho libro, si todo es
un sueño y es parte de mi conocimiento e
imaginación, ni siquiera me gusta leer pensé.

-¿Te encuentras buen muchacho? –


Interrumpió el hombre mis pensamientos.

~ 30 ~
Crónicas de un Sueño Raúl Alvarez

-Si estoy bien discúlpeme, tan solo divague


un momento. Vuelvo a disculparme por mi
falta de educación mi nombre es… –
Entonces llegó la esperada familia. Yo sin
muchas palabras saludé muy educadamente
y me retiré.

Ya había comido un poco así que deje el


plato a uno de los meseros, que pasó por
donde estaba yo y salí del restaurante.

-Ya volveré cuando haya menos gente.

Fuera del local, me di cuenta que se acercaba


la hora a la que quedé en visitar la casa de la
hermosa Amelie y su familia.

Golpeé la puerta y la abrió Jean Baptiste,


quien era el mayor de los dos hermanos. Me
invitó a pasar y me llevó hacía donde se
encontraba su madre.

“¡Hola, al fin llegaste, ven acércate!” Me


saludó muy alegre como era ella, saltando
hacía mi mientras yo caminaba hacia ella.

~ 31 ~
Crónicas de un Sueño Raúl Alvarez

-Qué alegría verte de nuevo Amelie.

Ella solo sonrió. “Ven baila conmigo, esta


canción me encanta”.

Me tomó de la mano y me arrastró hacía la


mitad de la sala donde no había ni una sola
persona. Yo me resistí un momento pues me
sentía un poco ridículo, hasta que vi su
sonrisa y en ese momento comprendí que
nada importaba, lo único que valía la pena en
ese momento era disfrutar, ser feliz
olvidarse de todo y por sobre todo ver su
felicidad.

En ese momento, lo primero que pasó por mi


mente fue una anécdota de cuando era
solamente un niño y mi madre me llevó a una
reunión familiar donde todos se conocían,
pero nadie disfrutaba realmente la presencia
de nadie, se podría decir que todos eran
conocidos pero entre ellos no existía un
verdadera amistad. Yo tenía apenas seis
años y al otro lado de donde yo me

~ 32 ~
Crónicas de un Sueño Raúl Alvarez

encontraba estaba mi prima Camila. Cuando


la vi me acerque a ella la tomé de la mano y
me puse a saltar en el medio de la sala donde
no había nadie. Fue la acción más pura que
he realizado en toda mi vida. ¡Solo sentí
alegría! Entonces comprendí que Amelie era
igual que yo cuando tuve seis años, ella
solamente quería ser feliz, bailando en el
momento.

Cuando la canción terminó, fui a saludar al


esposo de Amelie que nos miró mientras
bailábamos, no con celos sino con alegría.
Ellos eran una pareja feliz y eso nadie podría
negarlo y mucho menos entrometerse entre
ellos, según pensé.

Conversamos un momento, mientras la


gente seguía llegando y se convertía en una
fiesta más concurrida.

Como era de esperarse ya todo el mundo


empezó a bailar, tomar y gozar, por lo que fui
en busca de una pareja de baile.

~ 33 ~
Crónicas de un Sueño Raúl Alvarez

Bailé con tres mujeres en toda la noche.

A las 3 de la madrugada ya todo el mundo


empezó a irse, incluyéndome a mí. Me
despedí de los anfitriones y les agradecí
mucho por la invitación a tan la espléndida
velada, entonces me fui.

Caminé hacia mi habitación, muy agotado


por haber bailado toda la noche. Cuando
llegué, abrí la puerta muy despacio y cuando
la abrí, vi un rostro que se desvaneció
enseguida, pero pude distinguir unos ojos
que anunciaban muerte.

Corrí tan rápido como pude hacía mi cuarto


y al entrar intenté cerrar la puerta, sin
siquiera poder moverla un centímetro
apenas. Caminé a mi cama, evitando pisar la
alfombra con sangre, que aunque se notaba
que había sido lavada aún se podía distinguir
sangre en ella. Más tranquilo pero no menos
asustado, me eché en la cama y me puse a

~ 34 ~
Crónicas de un Sueño Raúl Alvarez

pensar en todo ese día y sin darme cuenta,


amaneció.

~ 35 ~
Crónicas de un Sueño Raúl Alvarez

Día Tres.

~ 36 ~
Crónicas de un Sueño Raúl Alvarez

Desperté y miré el techo por unos segundos


dejando mi mente en blanco, cuando de
repente escuché un ruido en la trampilla de
ventilación de la pared, me volteé por
reacción innata y vi al mismo hombre que
miré el primer día, al asesino, pero esta vez
me miró fijamente como atravesándome
con la mirada y lentamente desapareció
dentro de la ventilación.

Apenas me vestí, y sin pensarlo dos veces huí


de mi habitación. No tuve tiempo para
razonar mientras escapaba pero sabía que
nada bueno podía estar a punto de ocurrir,
pues alcancé a ver una luz que titilaba en la
habitación contigua y una sombra que
parecía gritar.

Me alejé lo más lejos posible de aquel


maldito lugar, llegando a un segundo
restaurante que estaba a pocos pasos de la
proa.

~ 37 ~
Crónicas de un Sueño Raúl Alvarez

“NO ME OLVIDARÁS”, decía el título del


restaurante en un letrero de madera recién
pintado.

Lo primero que pasó por mi mente fue el


rostro del Cap. Simmons. Entonces mi
estómago rugió y el fugaz recuerdo
desapareció.

Entré al restaurante y un mesero muy atento


me guió hacia mi mesa.

-Disculpe podría decirme, ¿Por qué ese


nombre del restaurante?

-Claro. Se trata de dos cosas, primero que


nada, aquí servimos, literalmente, la mejor
comida del mundo, pues tenemos a los
mejores chefs que puede usted imaginar, y
la segunda bueno, que en paz descanse, es
en honor al recién fallecido hijo del dueño
del lugar. No muchos saben esto ya que
tratan de ocultarlo pero hace dos días
falleció el Cap. Simmons.

~ 38 ~
Crónicas de un Sueño Raúl Alvarez

Apenas escuché esas últimas palabras, mi


cuerpo se estremeció y sentí nauseas. Mi
cuerpo se congelo y mi mente se ausento
por un momento.

- ¿Se siente bien señor? –preguntó el


mesero.

-Sí. – dije con voz entrecortada.

-De acuerdo, como le estaba contando, no


muchos saben que le sucedió al capitán pero
dicen que le dispararon por venganza, en fin,
por esta tragedia ahora el restaurante lleva
este título. Es un homenaje a un ser amado.
Debo volver al trabajo, le dejo la carta y
volveré en un momento a tomar su orden.

“No fue una venganza, él me salvó”. –Yo lo


sabía muy bien pero no dije nada.

-Gracias, lo llamaré para ordenar.

Me quedé pensando en la coincidencia de


haber ido a parar al restaurante del padre de
quien me salvó la vida. También pensé en

~ 39 ~
Crónicas de un Sueño Raúl Alvarez

aquella sombra que mostraba dolor y


sufrimiento.

Estuve sentado allí un largo rato sin hacer


nada, hasta que mi estómago volvió a rugir
con más furia, por el hambre que tenía.
Entonces llamé al mesero y pedí que me
trajera huevos revueltos, sandía picada y un
café bien cargado.

Mientras esperaba mi comida, intentaba


recordar a mis antiguos amigos, lo de mi vida
real, si es que alguna vez fue real. Y de
repente vi al “Gato” entrar al restaurante, sin
pensarlo dos veces, corrí hacia él. Cuando
me vió intentó dar la vuelta y salir del
restaurante.

-¡Hey, Maciel! – y antes de que pudiera


escapar lo agarre del brazo.

-Pero si sigues con vida que sorpresa. – lo


dijo tranquilamente.

-Pero, ¿Qué mierda dices?

~ 40 ~
Crónicas de un Sueño Raúl Alvarez

-Está bien, te voy a contar algo que no


debería, salgamos a dar una vuelta. – Dio la
vuelta y salió del restaurante. Yo lo seguí,
dejé unos billetes en la mesa y salí.

-Ahora sí, dime, ¿Qué sucede?, ¿Qué tienes


que contarme? – Lo dije un poco curioso,
antes que angustiado.

-Mira te voy a ser muy franco, ya que no


tengo mucho tiempo. Lo que sucede es que
yo conozco toda la historia de lo que sucedió
en realidad con el capitán Simmons, y la
verdad es que lo sé porque yo fui quien
tramó esto con la persona que intento
asesinarte… – ¿PERO QUÉ DEMONIOS TE
PASA?, lo interrumpí mientras hablaba. –
Espera déjame terminar. Como te iba
diciendo, yo lo tramé, pero lo único que
quise fue salvarte, tú no mereces estar aquí,
tú no tienes por qué pagar por pecados
ajenos.

~ 41 ~
Crónicas de un Sueño Raúl Alvarez

-Te diré la única opción que tendrás si


quieres vivir.

-Vas a tener que encarcelar a un alma que


salvó tu vida, un alma que sufrirá
eternamente. Solamente deberás lanzar
esta rosa, (de repente sacó una rosa de su
maletín y me la entregó), dentro de la
habitación del Cap. Simmons y decir: “nunca
saldrás”, esa será la única forma de que tú
vivas, y te quedes por siempre en este
crucero escuchando día y noche el lamento
de un desgraciado.

-Pero si al contrario, decides salvar, a quien


te salvó una vez, deberás liberarlo con la
misma rosa o pedir a otra persona que lo
haga por ti, pero no será nada bonito para tu
alma, pues tú pasaras a ocupar su lugar.

Estaba a punto de insultarlo pensando que


hablaba pura basura, cuando vi en su rostro
sinceridad, mezclada con pena y una mirada
que veía hacia atrás de mí. Entonces yo

~ 42 ~
Crónicas de un Sueño Raúl Alvarez

volteé para saber qué era lo que había visto,


pero no había nada y ese momento le
escuche decir: “Busca a la anciana,
convéncela de que no es tu turno”.

Cuando volví mi cabeza hacía él, ya no estaba


allí.

Me quede inmóvil pensando en todo lo que


me dijo, mientras observaba con atención la
rosa más hermosa que había tenido en mis
manos.

Pase todo el día sentado en una banca


viendo las aves volar, buscando peces que
atrapar.

Después de un largo tiempo, ya entrado el


atardecer, me levante de mi reposo y caminé
al filo del barco, observando un paisaje ya sin
aves, ni peces, ni siquiera había una sola
nube que cubriera el sol y mucho menos
tierra a la vista.

~ 43 ~
Crónicas de un Sueño Raúl Alvarez

Encontré un bar y entre al mismo. Fue ese


momento que dejé de pensar en esto como
un sueño sino como una realidad alterna.

Todo lo que había pensado en ese día dio a


flote en dos posibles conclusiones.

La primera: que estaba en coma y por eso no


controlaba mi sueño y tal vez algún día
volvería a despertarme, esta idea, realmente
no me convencía en lo absoluto.

La segunda posible conclusión a la que llegué


fue que este era un mundo paralelo o algo
así, algo como de esas teorías locas que
dicen que existen universos paralelos donde
existimos de diferente manera. Pensé que
ese universo paralelo me atrajo de alguna
forma y me necesitaba allí.

-Debo estar destinado a este sitio, al fin y al


cabo ya casi no recuerdo nada de ese otro
mundo al que se supone pertenecía.

~ 44 ~
Crónicas de un Sueño Raúl Alvarez

Tome un trago tras otro en el bar, pero en mi


mente seguía la imagen de una sombra que
sufría y todas las cosas de las cuales me había
enterado ese día.

Habían momentos en los que decía: “baa son


puras estupideces”, pero en esos momentos
sentía como si la rosa que estaba guardada
en un bolsillo de mi chaqueta, me pinchara
el cuerpo con sus espinas. “Mierda ya no
quiero saber nada más, ya me quiero ir”,
decía mientras pedía otra copa al cantinero.

Ya completamente ebrio, saqué la rosa y la vi


intentado descubrir algo nuevo, pero sentía
algo con esa flor, era como si emitiera una
vibra inquietante de desdicha y muerte.
Intenté destruir esa maldita rosa, pero cada
vez que le arrancaba un pétalo le crecía otro
de inmediato, y otro y otro y otro. Me estaba
volviendo loco. Intenté aplastarla con mi
vaso de ron, ni siquiera se dobló un poquito.
La lancé al retrete del bar, pero cuando me
fije la rosa estaba guardada de vuelta en mi

~ 45 ~
Crónicas de un Sueño Raúl Alvarez

chaqueta. Por último, le pedí al cantinero


una fosforera y cuando me la dio le prendí
fuego, pero no hice nada más que
quemarme al sostener una rosa en llamas
que no se desintegró en lo absoluto.

Me resigné.

Boté mi último vaso de ron sobre la rosa,


pagué mis bebidas y me levanté para irme,
pero en el fondo del bar vi a dos tipos que
parecían recién salidos de la cárcel, me
acerqué, les lancé la desdichada rosa y grité:
“¡Si he de quedarme en este maldito lugar,
pues que se joda el capitán!”. Desde ese
momento, solo recuerdo que se levantaron
frente a mí y me ofrecieron una copa.
Después de eso, recuerdo a una persona
brindándome café y cubriéndome con una
manta. Era Amelie.

Yo estaba bañado en sangre, lleno de


cortaduras y moretones en la entrada de mi
habitación. Y ella tan hermosa, me curaba las

~ 46 ~
Crónicas de un Sueño Raúl Alvarez

heridas, mientras su esposo buscaba agua


para lavarme el rostro.

-¿Dónde estoy? –pregunté casi sin poder


hablar.

-Venga, no te esfuerces que te han dado una


golpiza.

Me lo dijo ella, riendo porque veía que


acababa de despertar.

-Vaya susto nos diste cuando te vimos tirado


en mitad de la calle.

-Lo que importa es que ya despertó. –dijo


Amelie con más sosiego que su esposo.

Cuando retomé el sentido del espacio


tiempo, me di cuenta que estaba en la
entrada a mi habitación.

“Nooo, por favor Amelie por lo que más


quieras no me dejes aquí, solo por hoy
déjenme dormir en su casa, les juro que no

~ 47 ~
Crónicas de un Sueño Raúl Alvarez

molestaré, ni siquiera sabrán que existo ¡Por


favor! ¡Te lo ruego!”

-Perdón pero no podremos llevarte con


nosotros, impusieron una ley de que todos
deben dormir en sus sitios asignados, desde
la muerte del capitán, que en paz descanse.

-¿No qué era un secreto la muerte del


capitán?

-Ya se corrió el rumor y todo el mundo lo


sabe. –dijo el joven cuyo nombre nunca
recordaré.

-Ten, al parecer un ángel te estuvo cuidando


para no morir. Esto fue lo único en buen
estado que tenías.

Me entregaron la rosa, color rojo por


naturaleza y en ese momento aún más roja
pues estaba llena de sangre.

Me levantaron, tomaron las llaves de mi


cuarto y abrieron la puerta.

~ 48 ~
Crónicas de un Sueño Raúl Alvarez

Mis ojos sin perder tiempo se dirigieron


hacia la alcoba del Cap. Simmons, donde no
existía ni un solo ruido, estaba esa silueta,
esa sombra, estática, como si me estuviera
viendo llegar. Cerré los ojos y con la ayuda de
la pareja, entre en mi alcoba y me eché en la
cama, se despidieron de inmediato, y justo
antes de salir, Amelie me dijo al oído:
“Descansa, mañana todo será mejor”,
entonces abandonaron mi habitación y los
gritos de dolor y angustia volvieron a sonar
más fuerte que nunca.

Mientras trataba de asfixiar ese maldito


sonido, pensaba en las palabras de Amelie y
llorando decía “¿Mañana? Ya no por favor.
Ya no quiero otro día aquí”.

Esto no recuerdo si fue un sueño dentro de


mi sueño o una verdad dentro del mismo.
Pero antes de quedarme completamente
dormido una voz susurro en mi cabeza.
“Debes decidir, salvar o condenar”.

~ 49 ~
Crónicas de un Sueño Raúl Alvarez

Día Cuatro.

~ 50 ~
Crónicas de un Sueño Raúl Alvarez

Mi alarma fue un grito de dolor y furia de mi


compañero o excompañero de mi habitación
contigua.

Agotado, adolorido y con resaca, como si no


hubiera cerrado los ojos en toda la noche,
agarré una chaqueta limpia y salí de mi
alcoba, pero de repente observo al Cap.
Simmons de pie, en la puerta de su cuarto,
con la herida abierta y chorreando sangre de
ella.

-Yo te salvé.

-Yo no te lo pedí.

-¡Sufrirás! –Cuando escuché esa palabra del


capitán, mi piel se erizó, intente huir pero mi
cuerpo no respondió. Lo que hizo que mi
cuerpo reaccione fue ver esa sombra del
diablo detrás de él, riéndose a carcajadas de
mí, ahora esa silueta estaba deformada en
algo más terrorífico y macabro, y parecía que
tenía atrapado al capitán como si ahora este
fuera su marioneta. Eso hizo despertar mi

~ 51 ~
Crónicas de un Sueño Raúl Alvarez

instinto de supervivencia y en ese preciso


momento, corrí lo más rápido que pude.

“¡Suplicarás, por tu vida!” Fue lo último que


logré escuchar, mientras escapaba de aquel
infierno.

“¡Ya no quiero estar aquí!”

-Es verdad, Maciel me dijo que buscara a la


anciana, eso quiere decir que ella está aquí,
en este puto barco. Debo encontrarla, debo
salir de aquí.

Pase por casa de Amelie para darle las


gracias por todo lo que hizo por mí, pero no
encontré a nadie. Así que decidí volver en
otro momento.

Sin pensar en nada más, empecé a buscar a


la anciana en todo el buque, pero era
demasiado grade sabía que jamás la
encontraría, así que me puse a pensar en la
manera de encontrarla. Fui por un mapa del
barco, lo examiné con mucha cautela para

~ 52 ~
Crónicas de un Sueño Raúl Alvarez

no dejar pasar nada importante, marqué


algunos lugares que creí serían lo más
adecuados para empezar mi búsqueda,
cuando de repente vi a un ave revolotear por
los aires, acercándose hacia mí. Aún no sé si
se puede decir que era un bendito o un
maldito papagayo.

El animal se posó sobre mi hombro, me miró


directo a los ojos y se alzó en vuelo.
Comprendí que lo que quería era que yo lo
siguiera, y lo hice sin pensar.

Llegamos a un parque donde estaba la


anciana. Sentada en una banca, daba de
comer a unas palomas que se acercaban a
ella.

Respiré profundamente antes de acercarme


a conversar. Entonces caminé hacia donde
se encontraba y me senté junto a ella.

-Ten, dales de comer, mira cómo se acercan


a ti solo por sobrevivir, y después de un
tiempo se encariñan contigo y ya no les

~ 53 ~
Crónicas de un Sueño Raúl Alvarez

importa si no les das de comer, entonces ya


les interesa estar a tu lado, como estos
papagayos, que ahora están conmigo porque
yo les di amor, cuando había gente que les
lanzaba piedras, y otras que intentaban
matarlas por sus hermosos colores.

-Sí, son muy hermosas las aves, pero yo


vengo por otro asunto.

-Tranquilo, dale tiempo al tiempo, primero


da de comer a quien lo necesita, o no
obtendrás respuestas de mí.

-Está bien. –dije enojado por dentro.

-Tú me dices que no es este el asunto que


quieres tratar, pero yo creo que tratando
este asunto también podremos abarcar el
tuyo, ya que todo en la vida se relaciona y
como verás tu vienes hacía mí, con ansias de
vida, con ganas de sobrevivir. Entonces la
mujer me entregó una funda con migas de
pan.

~ 54 ~
Crónicas de un Sueño Raúl Alvarez

-¡Por favor! No quiero filosofías absurdas


solo quiero que me digas que hago aquí, este
no es mi mundo. ¡Quiero salir! porque me
estás haciendo… -Calla y dales de comer. –
Me interrumpió la anciana logrando hacer
que haga silencio por un largo momento
mientras alimentábamos a las aves.

Después de un tiempo, la anciana comentó:


Ves, ya se acabó la comida pero las aves no
se van, es porque empiezan a sentir un
apego hacia nosotros, y no les importa su
pasado ahora lo que quieren es estar aquí…

-Pero son aves, no estarás pensando que


debo acoplarme a este lugar y aceptar lo que
tengo ahora. Eso es imposible, este lugar no
es mi hogar, no soy de aquí y aunque ya no
recuerdo mi antigua vida la añoro y sé que
no era un sufrimiento tras otro como aquí.
Yo lo que quiero es que me dejes despertar,
no tengo nada que hacer aquí. ¿¡Por qué me
diste ese boleto!? Por favor anciana,
¡Déjame ir!

~ 55 ~
Crónicas de un Sueño Raúl Alvarez

-Lo siento, pero no podrás salir de aquí hasta


que cumplas tu destino, tú mismo elegiste
aceptar el boleto nadie te obligó a hacerlo.

-Pero, ¿Cuál es mi destino? Por lo menos


explícame que es este sitio, ¿Por qué cada
día recuerdo menos mi hogar?

-Ya te darás cuenta del por qué estás aquí y


en ese momento forjarás tú mismo tu
destino, pero ten cuidado de la opción que
elijas podría ser la equivocada. El hogar es el
lugar donde está tu corazón, nunca lo
olvides, y en los momentos difíciles piensa,
¿Dónde realmente está tú hogar?

-Por lo menos ¿podrías hacer aparecer a uno


de mis amigos, y a mis primos? Pues yo lo he
intentado pero no puedo traerlos, no puedo
controlar este supuesto sueño.

-Entonces tal vez, ya no es un sueño. Debes


saber que no siempre tendrás las mismas
flores en tu jardín, así que no te aferres a
esas personas del pasado que quizá ya no

~ 56 ~
Crónicas de un Sueño Raúl Alvarez

vuelvas a ver, jamás. Te has puesto a pensar


en que esa vida anterior que dices en verdad
no fue solo un sueño.

-Pero qué está diciendo, acaso lo que me


quiere decir, es que, ¿No estoy dormido? –lo
dije muy preocupado y asustado.

-Yo no he dicho nada, tú lo estás diciendo. Yo


lo único que quiero es que intentes pensar
en el camino que vas a tomar cuando llegue
la hora de elegir. Piensa en lo correcto, eso
es lo único que podrá salvarte. Piensa bien.

Entonces, todas las aves a las que habíamos


alimentado, a excepción de un pequeño
colibrí que se quedó a mi lado, empezaron a
volar alrededor de la anciana y de repente
los animales desaparecieron junto con ella.

Yo me quedé sentado pensando cual iba a


ser mi destino, suponía que ella me había
hablado de que tendría que hacer algo al
respecto del Cap. Simmons, con la rosa roja
como me dijo el “gato”, pero yo no quería

~ 57 ~
Crónicas de un Sueño Raúl Alvarez

tomar ninguna decisión acerca de ese tema,


yo solo quería huir.

También intente recordar a mis amigos, que


según las palabras de la anciana, no volvería
a ver y que tenía que olvidarme de ellos.

Lloré, y en ese momento, el colibrí se posó


sobre mi cabeza y sentí una paz que no
sabría cómo explicar, pero fue una
tranquilidad que no había tenido nunca en
mi vida, y la cuál por supuesto necesitaba
desde el momento que encontré ese ticket
para este crucero.

Permanecí sentado en aquella banca hasta


ya entrado el anochecer, observando al
pequeño colibrí volar cerca de mí,
admirando su libertad, la cual el ave prefería
despreciarla por quedarse conmigo.

-Yo también quiero esa libertad, para


desperdiciarla al igual que tu amiguito, junto
a una persona que me dé su aprecio. –Le
decía al pequeño colibrí, que parecía

~ 58 ~
Crónicas de un Sueño Raúl Alvarez

sonreírme cada vez que me observaba a los


ojos.

Había sido un día extraño y decidí regresar a


mi habitación, pues se había vuelto ilegal
quedarse hasta muy noche en las calles, y se
empezaba a ver muchos policías que
enviaban a la gente a sus hogares y
habitaciones a descansar.

Me sentía realmente aturdido, muy cansado


mentalmente, cada día sentía como si mi
alma estuviera siendo robada junto con mis
ganas de existir. Cuando me puse de pie, el
ave me siguió y yo continué sintiendo esa paz
que ella trajo a mí ser.

Esa fue la única noche que no tomé en


cuenta los gritos y la angustia de aquella
alma desdichada que se encontraba cautiva
en el lugar. Hasta me paré un momento a
observar esa otra silueta del diablo, para ver
que sucedía, pero el colibrí parecía me
empujaba de ese lugar que se sentía

~ 59 ~
Crónicas de un Sueño Raúl Alvarez

intranquilo, entonces decidí entrar a mi


alcoba.

Al recostarme en la cama, el colibrí había


desaparecido por un momento y cuando
regresó tenía en su pico una foto, la misma
que dejó caer sobre mi mano. Era la foto de
todos mis amigos y debajo una nota que
decía: “Regresarás no te preocupes”. Me
mantuve observando la fotografía, mis
recuerdos sobre las personas que estaban en
esa fotografía aumentaron mucho y pensé
que esta no era mi realidad y que tenía que
salir a como dé lugar, justo en el instante que
pensé eso el colibrí, manchas, como yo lo
llamé por una pequeña mancha azul en su
cabeza, pasó volando justo frente a mis ojos
posándose sobre la rosa que yacía en el
velador de marfil. “Debo tomar esa decisión,
debo elegir correctamente”.

Recordé el cariño que las personas de la


fotografía me han brindado en mi vida.

~ 60 ~
Crónicas de un Sueño Raúl Alvarez

Luego pensé, de dónde sacó esta ave una


imagen de mis amigos, dirigí la mirada al ave
como queriendo preguntarle, pero manchas
ya estaba dormido sobre mi pierna, así decidí
tener fe en el ave y no preguntarme cosas
efímeras como esas.

“Supongo que manchas es mi ángel de la


guarda que ha venido a ayudarme y sacarme
de este lugar”.

~ 61 ~
Crónicas de un Sueño Raúl Alvarez

Día Cinco.

~ 62 ~
Crónicas de un Sueño Raúl Alvarez

¿Qué pensar antes de morir?

Mi mente me lo repetía, me preguntaba en


que debía pensar, si todo lo que
anteriormente conocía ya no lo recordaba
con claridad y lo que ahora vivía era muy
extraño para ser una vida. Así que, ¿Qué
pensar antes de morir?

Desperté muy temprano con esa pregunta


en mi cabeza, la luz del sol aún no alumbraba
la habitación pero había un resplandor que
entraba por mi puerta entreabierta. Una luz
se encendía y se apagaba cada cinco
segundos. Había un ruido como de cuchillos
siendo afilados y un grito que se volvía más
agudo cada vez que el destello de luz
alumbraba la habitación, más estremecedor,
y de vez en cuando, podía escuchar una voz.
-Ya es hora de decidir el tiempo se acaba-.

No quería moverme, no es que no haya


podido, simplemente ya no quería. Sentía
que cada noche que pasaba mi alma se iba

~ 63 ~
Crónicas de un Sueño Raúl Alvarez

desprendiendo de mi cuerpo y me volvía más


débil, más apagado.

Veía a manchas volar en círculos casi


perfectos siempre hacia donde yo veía. Era
como si tratara de animarme, luego empezó
a empujarme con su pequeño pico. Yo sé que
lo hacía de buena intención, pero cada vez
que lo veía empezaba a sentir ira, pues él era
feliz y eso me irritaba. Además, cada grito
que escuchaba me volvía más irritable.

Manchas se acercó a mí con la rosa en su


pico. Era como ver a un hombre tratando de
cargar un árbol muy pesado. La puso sobre
mi pecho y yo perdí la razón, no entendí lo
que el ave trataba de decirme, lo que yo
entendí fue que nunca saldría de allí.

-¡Lárgate animal asqueroso! –Entonces lancé


un manotazo al aire el cual golpeó a manchas
y lo envió hacia el otro lado de la habitación.

En ese mismo instante entendí lo que había


hecho.

~ 64 ~
Crónicas de un Sueño Raúl Alvarez

Me levanté de súbito y corrí hacia el ave.

-¡Mierda, mierda, mierda! Perdóname no


fue mi intención, en verdad lo lamento
perdón.

Apenas me acerqué unos pasos y manchas


voló lo más rápido que pudo y escapó por el
tubo de ventilación.

-¡¿Qué hice?!

Caí de rodillas y empecé a llorar. Todo a mi


alrededor estaba ya un poco más iluminado
por el sol pero había un aire de oscuridad en
el ambiente que producía que me empiece a
odiar.

Enfurecido empecé a romper todo lo que


podía.

Cuando me fijé que alguien me observaba


desde el ducto de ventilación pare de súbito.
Deje de llorar, deje de destruir. Me quedé
estático viendo mientras pensaba

~ 65 ~
Crónicas de un Sueño Raúl Alvarez

“MÁTAME, solo mátame”. El hombre salió


del ducto y se paró frente a mí con un arma.

-Lo siento, ya no vale de nada que te asesine.


Si yo te disparo ahora tan solo alargaría tu
sufrimiento a una eternidad.

-¿Por qué, por qué tan solo no acertaste al


blanco?

-Lo intenté, pero lastimosamente caíste a un


barco que captura almas, la mayoría de
quienes estamos aquí ya hemos muerto y
estamos malditos en este lugar, el capitán
creyó que yo quería ocasionarte este suplicio
pero no entendió que yo quería liberarte
antes de que esa maldición entrara en tu
cuerpo. Ahora es muy tarde, estás atrapado
en este lugar, pero te dieron una forma de
salir, no la desaproveches o nunca te
marcharás de este lugar y conocerás el
verdadero infierno.

Estaba a punto de decir algo cuando lo vi


levantar el arma y se disparó en la cara.

~ 66 ~
Crónicas de un Sueño Raúl Alvarez

-¡Nooo, mierda no!

Ya no había gritos en el exterior. Ahora reía,


tan solo reía. -Ese hijo de perra-. Me quedé
sin saber qué hacer, no podía moverme y
todo estaba lleno de sangre. Cuando le vi
bien la cara a mi casi salvador, tenía varias
cicatrices y observé que sus brazos también
las tenían. Todo su cuerpo estaba lleno de
cicatrices. Eran marcas de bala.

Ya no soporté más ese lugar y fui por unos


vasos de alcohol. Volví al bar que visité el
otro día. Me senté solo en una mesa en la
esquina. No había nadie en el lugar, era
demasiado temprano.

-Disculpe señor, aun no empezamos a


atender a los clientes. –Dijo un mesero con
sonrisa falsa y muchas heridas en su cara.

Era el mismo mesero anterior.

“¿Cómo fue que no me fije antes?”.

~ 67 ~
Crónicas de un Sueño Raúl Alvarez

Todas las personas a las que veía ahora


estaban lastimadas, llenas de cicatrices y las
pocas que no, estaban tan lastimadas
psicológicamente como yo, se podía
observar sufrimiento en el aire.

-Me importa una mierda si aún no atienden,


tráigame, por favor, una botella de tequila.

El mesero me vio directamente a los ojos y


se marchó. Comprendí que ya sabía lo que
me estaba sucediendo. Al rato llegó con mi
botella y la dejó junto con un vaso.

“Ahora lo veo todo más claro, todo este sitio


está podrido”.

Hasta el mismo bar estaba cambiado, ahora


estaba sucio, con las paredes manchadas y
cuarteadas. Los focos ya no se encendían
todos, algunos estaba quemados y otros
rotos.

Al mediodía, cuando la gente empezó a


entrar al bar, yo empecé a discernir cuál era

~ 68 ~
Crónicas de un Sueño Raúl Alvarez

la opción correcta, que era lo que tenía que


hacer, empecé a pensar.

La gente que entraba al bar estaba tan triste,


todos estaban demacrados y muy
lastimados. Entró alguien muy parecido al
personaje que estuvo en mi habitación el día
de hoy, aquel personaje que se voló la cara
de un balazo. Intenté aclarar mi mente y lo
miraba fijamente, pero ya estaba ebrio como
para no poder ver bien un rostro, así que no
le di importancia.

Cada vez que una persona entraba yo me


imaginaba que ese podría ser yo unos años
después.

“¿Qué hacer?”.

-Si lanzo la rosa a la habitación del mal


nacido que me salvó la vida y digo, nunca
saldrás. -Me parecían tan estúpidas esas
palabras-. Quizá me salve yo, aunque eso no
me garantiza salir de aquí solo me garantiza
vivir y está ya no es vida, pero por otro lado

~ 69 ~
Crónicas de un Sueño Raúl Alvarez

si yo lo salvo sufriré toda la vida o toda la


eternidad encerrado en esa habitación
sufriendo como esa pobre alma lo está
haciendo.

Pasó el tiempo y mi duda continuaba.

Empezó a llover. Lo supe porque las


personas que empezaron a entrar al bar
estaban todas empapadas de agua.

Me levanté, compré una botella más, ahora


de ron y salí.

Caminé las calles desiertas bebiendo y


pensando, viendo toda la podredumbre a mí
alrededor. Cada vez la lluvia era más fuerte.
Todo estaba lleno de basura y había algunos
postes de luz y paredes de casas en el suelo
destruidas. Las personas que estaban en sus
casas veían al cielo pidiendo piedad,
esperanzadas de que nada malo volviera a
suceder, o por lo menos fue lo que pensé
pues era tan solo una tormenta.

~ 70 ~
Crónicas de un Sueño Raúl Alvarez

Caminé un largo rato hasta que se acabó el


alcohol y en ese momento me dije a mi
mismo que no quería vivir allí, no quería
quedarme en ese sitio, pero no quería morir,
tenía fe en que de alguna manera lograría
salvarme y vivir feliz como al principio de mi
estadía en el barco.

-Lo siento capitán pero usted se quedará allí


para siempre, yo sobreviviré y lograre salir
de aquí, si no lo encierro en ese lugar sufriré
toda una eternidad y en eso no hay
esperanza alguna.

Acababa de decir esas palabras al viento


cuando empezó a llover con tal fuerza que
no podía ni mantenerme en pie sin
agarrarme de algo.

-Debo ocultarme.

Decidí ir a mi habitación a cumplir mi


cometido. De repente vi que los cables de luz
se caían y se apagó el lugar, todo quedo en
tinieblas. Caminé con gran dificultad en la

~ 71 ~
Crónicas de un Sueño Raúl Alvarez

misma dirección en la que iba antes mientras


las cosas empezaban a derrumbarse y las
calles, casas y locales empezaban a
inundarse, y aun así las personas no salían de
sus hogares, preferían quedarse escondidas
aunque todo se estuviera destruyendo.

Llegué al barrio de Amelie y la vi salir a la


calle con toda su familia. Ella estaba muy
asustada, ella y todos los suyos. Noté que
ninguno de ellos tenía ni un solo lastimado,
ni una cicatriz y la belleza de Amelie seguía
siendo inimaginable.

Me acerqué a ellos ofreciendo mi ayuda y de


repente todo parecía pasar en cámara lenta.
La vi verme directamente a los ojos y
enviarme una sonrisa con su rostro. Ella me
observaba, mientras sus hijos se escondían
entre sus piernas, uno a cada lado. Su esposo
agarraba su mano y levantaba su cabeza,
mientras veía como caía su hogar. Yo intente
correr pero no era lo suficientemente
rápido. Esa fue la última vez que vi a Amelie.

~ 72 ~
Crónicas de un Sueño Raúl Alvarez

El techo de su casa les cayó encima de tal


modo que su cuerpo se esfumó para
siempre.

Caí sobre mis rodillas.

No pude hacer nada, ni siquiera podía


pensar, tan solo me limitaba a intentar
respirar, pues mi respiración se volvió tan
pesada que sentía que mis pulmones no
querían recibir más aire.

Amelie había muerto y de una forma tan


atroz que mi mente solo podía tener una
imagen, su sonrisa siendo comprimida por
un edificio.

Me quede allí solo, viendo el agua cubrir los


escombros. Cuando el agua me llegó al
rostro me atoré y reaccioné. Me moví de allí
al primer lugar donde me podía resguardar
de la lluvia. Era una simple parada de bus con
techo.

~ 73 ~
Crónicas de un Sueño Raúl Alvarez

Después de eso deambulé por todo el barco


sin saber qué hacer, mi mente se quedó en
blanco todo cambió y solo podía pensar que
ella había sufrido lo mismo que yo, solo que
nunca dejó de sonreír hasta que murió. Mi
pregunta era si ella iba a quedar encerrada
en ese barco o si se liberó al fin.

Caminé hacia la popa del barco y allí me


quede viendo el cielo toda la noche y
amanecer. No dormí, no, ni pensé, pues no
recuerdo nada de esa noche solo sé que
estuve allí hasta el sexto día.

~ 74 ~
Crónicas de un Sueño Raúl Alvarez

Día seis.

~ 75 ~
Crónicas de un Sueño Raúl Alvarez

Ya eran las 7 de la mañana, yo no había


dormido nada, estaba acostado en un techo
viendo el cielo. La lluvia ya había cesado hace
un par de horas, todo estaba destruido, casi
nada se mantenía en pie y aun había mucha
agua en la cubierta del barco. La gente
empezó a salir de sus escondites y sin
sentimiento alguno levantaban los
escombros y limpiaban las calles, también
habían quienes levantaban personas que
habían fallecido y las ponían en lugares
donde nadie se tropezara con ellos. Todos
eran tan sombríos, todos estaba apagados,
ya nadie tenía siquiera sentimientos.

Ahora solo quedan aquellos que están llenos


de cicatrices en todo su cuerpo, todos los
demás han muerto o han desaparecido.

Mi estómago ruge. Me levanto y observo


todo desde arriba. Los grandes toboganes ya
no existen desaparecieron. Los edificios
están destrozados solo quedan escombros.
La gente camina sin ningún objetivo, pero

~ 76 ~
Crónicas de un Sueño Raúl Alvarez

todos empiezan a arreglar las calles y casas.


Es como si la obra hubiera concluido y los
personajes empezaran a recoger todos los
artefactos usados, toda la escenografía.

Me siento como el único espectador de una


obra que no existe. –Estoy solo en un mundo
lleno de gente-.

Mi estómago vuelve a rugir y sin


movimientos bruscos, bajé del techo donde
me encontraba y caminé hacia el restaurante
donde comí mi primer desayuno. Tengo la
esperanza de aun exista y que la comida me
ayude.

Cuando llegue al lugar, vi que estaba hecho


pedazos, destruido en su gran mayoría, pero
en la puerta una hoja dice que está abierto.
Entré y ya nada relucía, las sillas, las mesas,
los candelabros, todo estaba tirado por todo
lado y muchos de los objetos estaban rotos.
Probé la comida y ya no era apetitosa.
Apesta. Me acerqué y agarré unos huevos

~ 77 ~
Crónicas de un Sueño Raúl Alvarez

revueltos con sandia. El solo ver el plato me


producía repugnancia. Cuando di el primer
bocado no sentí el sabor, fue como si hubiera
comido polvo, estaba insípido. Agarré un
vaso con agua y lo bebí, era igual que el plato
de comida. Como si tragara polvo.

La comida ya no saciaba mi hambre y el agua


ya no calmaba mi sed.

-Ja, parece que al fin soy parte de este


mundo. –Dije pasivamente.

-No te confundas aun puedes salir. –Era la


anciana, quien en ese instante puso en mi
mesa la rosa y la fotografía.

Me quedé mirando la fotografía, y cuando


iba a decirle algo a la anciana esta ya no
estaba, se había esfumado.

“Buscaré el modo de salir de aquí o de


ayudar a que a nadie le pase lo que me paso
a mí”.

~ 78 ~
Crónicas de un Sueño Raúl Alvarez

Caminé y caminé. Tomando las rutas más


largas logré llegar a mi destino, mi
habitación. Ya había pasado el mediodía.
Según parece estaba intacta, como si allí ni
siquiera hubiera llovido, todo estaba
perfecto.

El momento en que abrí la puerta de la


habitación, sentí como si todas las personas
que estaban cerca se voltearan a verme,
como si esperaran algo. Quieren saber cuál
será mi decisión. Ya nadie recoge los
escombros, nadie mueve los cuerpos, todos
están de pie esperando y observando.

Cuando entré todo estaba oscuro,


absolutamente todo, no hay una pizca de luz,
ni siquiera por las ventanas entra un rayo de
luz.

– ¿Qué mierda quieres de mí?

-Quiero tu alma. –Dijo una vos tan extraña


que me estremecí con solo escuchar. –Ya no
te queda tiempo, decide.

~ 79 ~
Crónicas de un Sueño Raúl Alvarez

Fue en ese instante cuando vi al capitán


parado en la entrada de su cuarto. Estaba
todo lastimado, lleno de cicatrices, lleno de
sangre por todo su cuerpo.

-Decide bien. Yo fui quien te salvo, no puedes


dejarme aquí. ¡No puedes hacerlo! –El
capitán gritó, y mientras lo hacía lloraba y se
desangraba.

La otra voz solo reía, aunque ya no era solo


una voz, ahora sentía que me miraba desde
la pared que estaba a espaldas del capitán.

Caminé hacia ese cuarto, mis piernas


temblaban, quería gritar, decir algo, lo que
sea, pero mi voz se ausentó. Sostenía en mi
mano la fotografía que me había dado
manchas. Me quedé mirando al Cap.
Simmons, cara a cara.

-Yo nunca quise que nada de esto pasara, te


lo agradezco en verdad, pero quiero vivir, yo
sé que saldré de aquí, si vivo salgo de aquí, si
muero, muero para siempre, esto es un

~ 80 ~
Crónicas de un Sueño Raúl Alvarez

sueño, es tan solo un asqueroso sueño. –


Lloraba con cada palabra y cuando intentaba
convencerme de que era un sueño, apretaba
la fotografía y pensaba: “Por favor que sea
solo un sueño”.

-¡Ahhh! –El capitán gritó con rabia, furia,


desesperación, mientras estiraba sus brazos
para intentar atraparme.

-¡Si yo me quedo tú también te quedarás


aquí conmigo! –Con aquel grito del capitán
sentí como si algo me jalara hacia dentro de
la habitación. Solté la fotografía. En ese
momento los ojos que me veían desde atrás
destellaron como si estuvieran felices. Sentí
que me desmayaba.

De repente manchas apareció, entro en la


habitación y le picó un ojo al espíritu que me
observaba. En ese momento reaccioné y me
lancé hacia atrás, alejándome del capitán.

-¡Pájaro estúpido! –Gritó el espíritu.

~ 81 ~
Crónicas de un Sueño Raúl Alvarez

Manchas salió a toda prisa, recogió la


fotografía con su pico y se acercó volando
hacia mí. Cuando parecía que ya estaba a
salvo. El capitán estiró su mano, como
cuando un titiritero maneja un muñeco con
gran habilidad, el espíritu manejaba al
capitán con gran destreza. Este atrapó a
manchas, esta pequeña ave sabía que todo
estaba perdido. Me miró y soltó la fotografía
logrando hacerla llegar a mis manos.
Entonces el capitán metió las manos dentro
de la habitación, mientras aplastaba a
manchas. Se escuchaba el sonido de dolor
que producía el ave. El capitán lo lanzó hacia
la pared, con toda su fuerza, donde una boca
se abrió y devoró a mi pequeño salvavidas.

Lo único que pude hacer, fue mirar.

Ya no podía ni llorar, mi cuerpo estaba vacío,


era como si con cada minuto mi alma se
consumiera más, sabía que el tiempo se me
agotaba y tenía que tomar una decisión. Ya

~ 82 ~
Crónicas de un Sueño Raúl Alvarez

había tomado mi decisión. El capitán se


quedaría para siempre y yo viviría.

-En verdad lo lamento. –Lo dije mientras me


ponía en pie y agarraba con una mano la
fotografía y con la otra sacaba la rosa de mi
bolsillo.

Di un paso hacia adelante e iba a lanzar la


rosa y gritar esas palabras estúpidas, cuando
sentí algo que me hizo observar la fotografía.
Allí había gente que amaba con todo mi
corazón. Sentí que no podía encerrar al
capitán allí. Pensé que había gente que
también amaba al capitán, gente que no
quisiera ver que esa persona amada sufriera
una eternidad junto al diablo.

“No puedo hacerlo”.

Sin pensarlo más de una vez, pues sabía que


me arrepentiría y cambiaría de idea, lancé la
rosa y grité con lágrimas en mis ojos.

-¡Se libre!

~ 83 ~
Crónicas de un Sueño Raúl Alvarez

Todo se detuvo. El barco dejó de moverse de


manera súbita, las nubes quedaron estáticas.
Ni mi corazón parecía latir. Esos ojos de la
pared me vieron y sonrieron macabramente,
entonces empezó a salir agua de la
habitación del capitán. Era demasiada agua
todo se inundaría en minutos.

El capitán dio un paso fuera de la habitación


y cada parte de su ser que salía de aquel
lugar volvía a su forma normal, ya no estaba
lacerado por todo lado, ya no tenía tanta
sangre en su ser. Cuando salió por completo,
me agradeció con la mirada y desapareció.
Se volvió luz en esa oscuridad.

La silueta del diablo se acercaba a mí pero de


repente un papagayo voló hacia él,
distrayéndolo.

-¡Ven por aquí, rápido! –Era la anciana.

-¡Esta vez no! –El diablo gritó y ahogó al ave


sumergiéndola en el agua.

~ 84 ~
Crónicas de un Sueño Raúl Alvarez

Se acercó demasiado rápido. Yo aún estaba


en shock y no había llegado al ducto de
ventilación. La anciana salió del ducto y envió
a sus otras dos aves, la primera ataco al
espíritu y la otra me empujó, lo cual me hizo
reaccionar. La habitación ya casi se llenaba
de agua así que empecé a nadar lo más
rápido que pude. El diablo me atrapó la
pierna pero la anciana se interpuso en su
camino, logrando que el diablo me soltara.

-Has elegido bien muchacho, disfruta tu


segunda oportunidad. –Dijo la anciana
mientras uno de los papagayos cerraba el
ducto, donde ya había entrado.

-Tu alma esta maldita, no lo olvides siempre


estaré ahí y algún día elegirás la opción
incorrecta. –Escuché estas palabras cada vez
más débiles. El agua había sumergido el
lugar, me estaba ahogando. El agua entraba
a mis pulmones y ya no podía ver. Estaba
muriendo. Entonces cuando ya todo se

~ 85 ~
Crónicas de un Sueño Raúl Alvarez

apagó y mi última memoria fue la fotografía,


sentí un piquete en la cabeza.

Estaba en mi habitación. Mi habitación de


verdad. Me levanté buscando aire por la
desesperación, hasta que razoné que estaba
en mi vida de vuelta y empecé a respirar con
tranquilidad. En el aire un colibrí revoloteaba
buscando una forma de salir. Me miró
fijamente, y yo estoy seguro que sonrió pero
no lo sé. Me levante y abrí la ventana,
entonces el ave salió. –Gracias–. Me miró y
una voz dentro de mi dijo: “Esta es tu
segunda oportunidad, elegiste bien, síguelo
haciendo. Yo siempre estaré ahí”. Estoy
seguro que esas palabras fueron un invento
de mi imaginación.

El ave se fue volando y justo después de eso,


cayó una pluma en el marco de mi ventana.
Es la pluma más colorida que he visto jamás.

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Crónicas de un Sueño Raúl Alvarez

La guardo, pues me recuerda que algún día


tendré que volver a elegir, y no creo que las
personas tengan tres oportunidades.

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