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FERDINAND DE SAUSSURE.
UNIVERSIDAD DE CÓRDOBA
MONTERÍA – 2017.
PEIRCE Y SAUSSURE.
Este mismo libro, nos dice que uno de los mayores intereses de esta ciencia es el
estudio evolutivo de la vida de los signos y de los sistemas de signos, así como la
búsqueda de las causas que les dan origen, los mantienen vigentes y su proceso de
degradación o desaparición. Así mismo se procura abordar los fenómenos culturales
que desencadenan el proceso de significación o semiosis.
la existencia de un dominio propio para la ciencia de los signos tal como nosotros
la entendemos la hacen, más o menos por la misma época y en total
desconocimiento mutuo, el filósofo americano Ch. S. Pierce (1839-1914) y el
lingüista suizo F. de Saussure (1857-1913).
Se dice en el curso: «podemos pues concebir una ciencia que estudia la vida de los
signos en el seno de la vida social. Formaría parte de la psicología social, y por
consiguiente de la psicología general; la denominaremos semiología (del griego
semeion, «signo»). Nos enseñará en qué consisten tus signos y qué leyes los rigen.
Como no existe aún, no podemos decir de qué upo será; sin embargo, tiene todo el
derecho a existir y el lugar que ocupa viene determinado de antemano. La lingüística
no es más que una parte de esta ciencia general y las leyes que descubrirá la
semiología serán aplicables a la lingüística...» (1916, p 33)
Lo que diferencia claramente las posiciones de Peirce y de Saussure son por un parte
los objetivos a largo plazo de sus planteamientos y por otra la cuestión, mucho más
con-creta, de la concepción del signo. Saussure pretende funda-mental la lingüística,
y son los fundamentos de la lingüísti-ca los que le conducen a postular como
necesaria la existen-cia de la semiótica. Así, después de distinguir entre lengua y
habla pasa a presentar una definición de lengua como sistema de signos lingüísticos.
Naturalmente, una tal defini-ción presupone la de signo lingüístico que a su vez
presupo-ne la de signo. Necesita de una disciplina que trate de los signos, los defina
y especifique las reglas que los gobiernan. Esta ciencia no existe, y su propuesta es
la semiología.
De todas formas, no es más que una propuesta. Así, Saussure, nos viene a decir que
como no existe tal ciencia y por tanto no está fundamentada la noción de signo él
usará una «definición provisional» de signos lingüísticos que le permita seguir en su
trabajo, en tanto no se desarrolle del todo la semiología. Esta era, en mi opinión, la
estrategia seguida por Saussure y que quizás los redactores del curso no nos han
sabido hacer llegar lo suficientemente bien.
Saussure habla siempre de signo lingüístico, mientras que Pierce se refiere a signo
en general. Saussure parle de la lingüística como ciencia a fundamentar, y necesita
de la semiología para regresar inmediatamente a la lingüística, mientras que Pierce
parte de la semiótica, trabaja en ella y a partir de ella intenta analizar las nociones
básicas de lógi-ca, de la filosofía, de la física o de la religión precisamente para
fundamentarles a la vez que se fundamenta a sí misma.
Vale la pena señalar aquí que la formulación triádica del signo peirceano tiene raíces
matemáticas y kantianas. Matemáticas porque proponía como fundamento lógico de
la Semiótica un postulado que denominaba «protocolo ma-temático» según el cual
todo sistema mínimo debe ser triádico. Demostraba el carácter necesario de la
triadicidad afirmando que no se puede concebir el número «uno» sin concebir al
mismo tiempo aquello con lo que limita, el «dos» y. a su ve/, «uno» y "dos» como
unidades separadas (la unicidad y la dualidad) implican un "tercero» mediador que
los diferencia.
Las raíces kantianas del carácter triádico de las relacio-nes las encontramos ya en su
artículo de 1867 «Sobre las categorías» donde propone una nueva lista de categorías
a fin de «reducir la diversidad de las impresiones sensoriales a la unidad» (1545)
pero no intuitivamente, según él, como había hecho Kant. Para Peirce «la unidad
mediante la cual el entendimiento reduce las impresiones es la unidad de la
proposición» (1548). Recordemos que en toda proposición podemos distinguir una
función proposicional, categoría primera, una proposición simple, categoría
segunda, y una proposición compleja, categoría tercera. Las tres catego-rías las
denomina categorías de la cualidad, del objeto y de la ley (o posibilidad, existencia y
necesidad).
Fundamentada la triadicidad pasemos a ver cómo define Peirce el signo. Dice que es
un representamen, primero, envía a un objeto, segundo, por la mediación de un
inter-pretante, tercero. Lo podríamos representar así:
Pura establecer una tipología de los signos coherente con todo el sistema, es decir
elementos y categorías, Peirce propone conjugar la triada de elementos con la
tricotomía epistemológica de las categorías. El conjunto de todas las posibilidades
(producto cartesiano del conjunto de elemen-tos por el de categorías) lo vemos en el
siguiente cuadro:
Aunque, como decimos, este ya no sea el lenguaje de Peirce, sin embargo coinciden
prácticamente los ámbitos. Es el lenguaje que aceptamos en este libro. Usaremos
también con frecuencia la distinción (y el carácter) icono. índice y símbolo y
partimos de una definición de simio como relación triádica ∑ X Y Z donde X es
alguna cosa que afecta los sentidos, que está en lugar de otra cosa, un objeto. Y, para
algún individuo Z.
http://catedradelinguistica01.blogspot.com.co/2010/03/peirce-y-saussure.html
https://es.slideshare.net/LuisGodoy38/diferencias-y-similitudes-saussure-y-peirce-
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